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Mi Dulce Príncipe por Pandora_Von Christ

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Notas del fanfic:

Disclaimer: los personajes, al igual que la historia, (esta es una traducción, gracias Cassy!) no me pertenecen y con su publicación no obtengo ninguna clase de beneficio (solo el inmenso placer de compartirlo con ustedes y que lo disfruten, por supuesto!)

Personajes: Loki, Thor, Sigyn, Sif, menciones de Odín, Frigga, Laufey, entre otros personajes.

Parejas: Thor/Loki, Loki/Sigyn

Warnings: Este fic es bastante fuerte, así que si eres una persona sensible te recomiendo que dejes de leer.

Tags Adicionales: AU, tortura mental, secuestro, temas oscuros, Dark!Thor

 

Notas del capitulo:

Disclaimer: nada me pertenece. ¡Los personajes pertenecen a Marvel y la historia a Cassy 27! (Esta es una traducción).

Tres años. Ese fue el tiempo que le tomó reunir toda la información. Incluso aunque con frecuencia estaba furioso consigo mismo porque le hubiese llevado tanto tiempo, estaba bastante satisfecho con el resultado. Miró el pequeño libro verde —verde porque este era el color favorito de Loki— con una sonrisa en el rostro. En la primera página encontró una fotografía del hombre al que no había sido capaz de sacar de su mente en tanto tiempo. Arrastró uno de sus dedos por la suave superficie de la foto, fijándose en cada detalle. Vio el cabello negro, medio largo, rizado ligeramente en las puntas. Admiró la pálida piel de porcelana y sus labios de rubí. Observó la nitidez de sus pómulos y su larga y pequeña nariz. Lo que más sobresalía, sin embargo, eran sus claros ojos verdes.

Thor nunca antes había visto a un hombre como él. Esta quizá era la razón por la cual nunca había sido capaz de sacárselo de la cabeza.

Loki Laufeyson.

Ese era su nombre.

Un hermoso nombre que le sentaba bastante bien.

Siempre que Thor miraba la foto —la cual había sido tomada sin que Loki se diera cuenta— se encontraba lleno de una calidez que nunca antes había experimentado. Lentamente, giró la página y vio el nombre de Loki escrito con su propia letra desaliñada. Las páginas siguientes revelaban información de lo que seguramente debían ser sus comidas favoritas, inferidas de los restaurantes que visitaba con más frecuencia, o el tipo de café que siempre compraba en el Starbucks local.

Su sonrisa se extendió. Por tres años había estado recolectando cada pieza de información sobre Loki y pronto, muy pronto, reuniría la fuerza y el coraje suficiente para incluso llegar a entablar una conversación con él. Ya tenía el momento completamente planeado en su cabeza. Sabía que Loki salía de trabajar a las nueve los jueves, después atravesaba el parque para dirigirse a la estación y tomar el tren a las nueve y cuarenta y cinco de la noche. Thor le esperaría en el parque y le preguntaría por la hora. Sería la excusa perfecta.

Repitió el evento una y otra vez en su cabeza por la que debía ser ya la milésima vez y supo que nada podría salir mal. Podía llegar a ponerse tan enfadado cuando las cosas no salían como él quería. Pero de nuevo, por tres años ya, Loki nunca había cambiado su horario. Thor no podía esperar a que llegara el jueves porque ese sería su día. Después de todo, había sido nombrado en honor al Dios del Trueno y el jueves era su día.

Sí, pensó Thor, en unos cuantos días a esta hora ya habría hablado con el hombre al que no había sido capaz de olvidar. Entonces, finalmente su vida estaría completa.

 

****

 

El jueves llegó y Thor esperó en el parque por lo que debieron haber sido cincuenta minutos. ¡Cincuenta minutos! No tenía sentido y con el paso de cada segundo se tornaba más inquieto e incómodo porque Loki nunca divergía de su horario. ¡Nunca!

Estaba empezando a pensar que había cometido un error o que quizá los dioses estaban en su contra. Este se suponía sería su día de triunfo y en lugar de ello estaba parado escondiéndose detrás de un árbol, esperando impacientemente por su alma gemela. Se sentía burlado y eso le enfurecía.

De repente, Thor escuchó la voz de una mujer. No le había dado importancia, pero después escuchó una segunda voz y esta voz la podía reconocer en medio de una multitud de hombres. Loki no estaba solo.

Cuidadosamente (como para no revelar su escondite), se inclinó un poco hacia la izquierda. Su corazón se detuvo cuando los vio. Sintió que se le helaba la sangre y que los pequeños vellos en su nuca se erizaban. Loki estaba acompañado de una mujer que vestía un abrigo rojo brillante, su cabello negro se derramaba por su espalda como tinta. Era hermosa, Thor se atrevió a admitirlo, con sus mejillas rojas y sus labios color carmín. Pero lo que le sorprendió en realidad era el cómo los dedos de su mano derecha se entrelazaban con los de Loki.

Se detuvieron en mitad del parque y Loki la atrajo más cerca. Sus labios se encontraron y Thor pensó que iba a enfermarse. En los tres años que conocía a Loki, nunca lo había imaginado con alguien más. A decir verdad, nunca le había visto con nadie. No, pensó Thor airadamente, Loki no tenía novia. Él, sin duda, nunca saldría con semejante... puta.

Podía escuchar lo que estaban diciendo.

—¿Me recogerás a las ocho mañana? —le preguntó la mujer, una tierna sonrisa se extendió a través de su rostro.

¡Ugh, era horrible! Thor sintió a su estómago revolverse, pensando que incluso podría vomitar ahí mismo. Se preguntó dónde demonios Loki había conocido a semejante mujer tan simple y ordinaria, y no pudo evitar preguntarse qué era lo que le había visto.

—Por supuesto —contestó Loki con su usual suave y cariñosa voz. Levantó su mano y le dio un rápido beso en la punta de sus dedos—. Estás helada, ya deberías irte a casa.

La mujer rio entre dientes. Como una niña. ¡Como un mocosa! Thor quería romperle el cuello. O al menos quería apartarla de Loki porque definitivamente no era digna de estar en su compañía. ¡Le estaría haciendo un favor! Definitivamente necesitaba protegerlo.

—Ya quiero que sea nuestra cita, Sigyn —agregó Loki.

Sigyn. ¿Así que ese era su nombre? ¡Qué nombre tan ordinario! Thor la despreciaba con cada fibra de su ser. Quería aplastarle los dedos por atreverse a tocar a su Loki.

—Deberías apresurarte si quieres coger tu tren —contestó Sigyn y Thor ya no pudo soportar su suave y dulce voz. No podía soportar nada de ella. Honestamente, ¿qué era lo que Loki le había visto?

Había estado tan absorto en sus propios pensamientos que no escuchó lo que Loki le respondió.

—Estaré bien —le aseguró Sigyn—. ¿Qué puede pasarme aquí? Además, mi coche está parqueado al final de la calle. Ahora apúrate o te quedarás atascado aquí en este pueblo muerto por otra hora.

Thor se vio obligado a observar a la nueva pareja besarse apasionadamente antes de que (de muy mala gana) se separaran. Otro momento pasó donde se miraron a los ojos (Thor, otra vez, pensó que iba a vomitar), pero eventualmente Sigyn abandonó el parque a través de una de las docenas de salidas. Pensó que se sentía mejor ahora que no tenía que mirarla más, pero todavía estaba furioso.

Loki se apresuró por el parque, corriendo hacia la estación del tren que estaba a otros diez minutos de distancia. Thor sabía (porque conocía a Loki como a nadie) que Loki, de hecho, odiaba estar en aquel pueblo. Él quería mudarse a la ciudad más cercana, pero estaba atorado allí debido a su trabajo actual.

Por un instante, quiso correr tras Loki, pero todavía estaba demasiado aturdido como para moverse. No supo por cuánto tiempo permaneció detrás de aquel árbol, probablemente luciendo como un asesino al acecho. ¡Lo cual, por supuesto, no era! Él simplemente estaba preocupado por el bienestar de su alma gemela.

Sabía que tenía que hacer algo respecto a esta situación.

Lentamente un plan empezó a formarse en su cabeza. Protegería a Loki de esa mujer, lo protegería del mundo.

 

****

 

Era en momentos como estos que Thor se sentía feliz de trabajar en el sector de la construcción. Siempre había vacaciones de invierno, pero este año el invierno era excepcionalmente frío e intenso así que había recibido un mes extra de receso. No era como si en realidad necesitara el dinero. Tenía padres extremadamente adinerados que a menudo le suministraban dinero o cualquier otra cosa que necesitara.

Pero a él le gustaba trabajar (principalmente porque esto le mantenía ocupado) y ya había aprendido un montón de cosas en los últimos seis años. Había sido una bendición porque hacía cinco años había heredado una vieja casa abandonada que pertenecía a su abuelo. Nunca había conocido al hombre, pero de alguna manera, el viejo había pensado en él al dejarle su casa. Trabajar en este sector le había permitido adquirir conocimiento y experiencia y fue así entonces como se propuso a reconstruir la casa.

En la planta baja renovó la sala, tirando todos los muebles viejos porque no quería sentarse en el mismo sillón en el que su abuelo se había sentado por décadas. Después renovó la cocina y adicionó una pequeña habitación en donde poner una lavadora y una secadora. Había un antiguo baño en la planta baja, pero lo reconstruyó de igual forma, hasta que solo un inodoro, un lavabo y un espejo quedaron.

En el primer piso había tres habitaciones. Una era ahora la habitación de Thor, que era espaciosa y confortable. La segunda era la habitación de huéspedes, que nunca había sido utilizada, y la tercera habitación solía ser un desván. Esa fue la habitación que convirtió en un baño moderno. No era grande, pero tenía dos lavabos, una ducha y una bañera. Esto era más que suficiente para él.

En el segundo piso se encontraba el ático, pero tenía poco interés en este espacio. Había solo viejos gabinetes y una antigua cama, junto con un escritorio que no había visto la luz del sol en años. No, lo que le interesaba era el sótano. Gracias a su madre nunca había conocido a su abuelo, aunque sabía que era un lunático y esa era la razón principal por la que Frigga había mantenido tanto a ella como a su familia alejada de él. Y debido a que su abuelo era un fanático creyente de las conspiraciones, había construido un refugio nuclear a finales de los sesenta.

Había un armario en la pared del fondo del sótano que podía deslizarse fácilmente hacia un costado. Detrás de este se encontraba una puerta de metal amplia y pesada. Esta conducía a un túnel subterráneo pequeño y estrecho, el cual era de al menos trece metros de largo. Al final del túnel había otra enorme puerta de metal. Tras esta, había una habitación que podía resistir cualquier ataque nuclear. Era completamente a prueba de sonido y no tenía ventanas porque era bajo tierra. Solo había una pequeña rejilla por la que se filtraba el aire fresco. Por supuesto, estaba destrozado cuando Thor llegó por primera vez al lugar, pero lo arregló. Renovó el refugio y lo transformó en una celda. La habitación secreta solo media cinco metros cuadrados, pero era suficiente para que una persona viviera en ella. Había dispuesto un colchón en el piso e incluso había instalado un pequeño lavabo con agua fresca y potable. No había espacio para un baño, aunque dispuso un urinal que había pertenecido a su abuelo. Después, procedió a darle a las paredes un nuevo color, eligiendo un simple blanco. Sin ventanas, la habitación sería demasiado oscura, por lo que pensó que este color podría iluminarla un poco.

Las puertas de metal podían abrirse de ambos lados y este era un problema. Un problema que arregló fácilmente. Quitó el picaporte interior del refugio/ahora transformado en celda, y añadió además media docena más de cerraduras. No había forma de que su huésped pudiera escapar.

Y así, tras trabajar por unas cuántas semanas en la pequeña habitación, estuvo listo. Finalmente podría recibir a su huésped. Un escalofrío le recorrió la espalda al pensar en ello. No estaba ansioso o nervioso, aunque estaba excitado, ya que el próximo jueves salvaría a su alma gemela.

 

****

 

A Thor le gustaba la rutina. Le gustaba la previsibilidad porque esta le hacía sentir cómodo. Incluso cuando era niño, su madre siempre se había asegurado de que supiera exactamente qué ocurriría durante el día, de no ser así, se transformaba en el niño más horrible y mal portado de todo el universo. Loki era predecible y tal vez esta era la razón por la cual sus ojos se habían fijado en él desde el primer momento. Siempre ordenaba el mismo café, siempre comía los mismo platillos los mismo días, y con frecuencia llevaba las mismas ropas, aunque Thor no dudaba en que Loki tuviera un enorme armario en su casa.

Esta era también la razón por la cual sabía que poco después de las nueve Loki caminaría por el parque. Lo que no sabía, sin embargo —y esto le trastornaba extremadamente— era si estaría solo o acompañado. Si Sigyn se encontraba con él, necesitaría modificar sus planes. Por un momento consideró asesinar a la mujer, pero rápidamente descartó la idea. Primero, porque no era un asesino despiadado. Segundo, porque no sabía cómo asesinar a una mujer y ciertamente tampoco sabía cómo deshacerse del cuerpo o de cualquier evidencia.

Sin embargo, esta vez la suerte estuvo de su lado, ya que Loki rápidamente apareció ante su vista y estaba completamente solo. Llevaba sus habituales zapatos negros, pantalones del mismo color y un abrigo verde esmeralda. No muchos hombres se atrevían a usar un abrigo tan colorido, pero Loki podía lucirlo. Combinaba con su cabello negro y con sus verdes ojos. Su mirada permanecía fija en el suelo, lo cual Thor ya había aprendido significaba que estaba sumido en sus pensamientos.

¡Sin duda pensando en esa mujer!

Sintió la rabia inundándolo. Pronto haría que Loki se olvidara de ella.

Loki caminó en dirección a Thor —quien se encontraba escondido detrás del árbol en el que ya se había escondido miles de veces— sus ojos nunca se despegaron del suelo. Claramente, Loki no tenía idea de que estaba siendo observado. Thor contó hasta tres y después abandonó su escondite. Debido a que Loki tenía un paso rápido, pronto estuvo a unos cuantos metros de distancia. Sin embargo, debió escuchar el movimiento porque su cabeza se levantó y observó por encima de su hombro.

Por lo que debió ser la primera vez, los ojos de Thor se conectaron con los de su alma gemela. Fue en ese momento que sintió que estaba haciendo lo correcto. Loki aminoró el paso y Thor repentinamente sintió una sacudida de puro miedo recorriendo su cuerpo. Nunca antes había secuestrado a un hombre así que únicamente podía adivinar cuál sería el curso de acción correcto. Al menos el parque se encontraba abandonado.

—Oye —dijo Thor. Loki se detuvo, sus ojos se entornaron, lo cual significaba claramente que ahora estaba en guardia—. ¿Tienes la hora?

Era una pregunta ridícula, pero Loki pareció relajarse. Metió la mano profundamente en su bolsillo y sacó su celular. Todo ese tiempo, Thor no pudo evitar pensar en que acababa de hablar con Loki. De verdad le había dicho algo. Su miedo disminuyó y fue remplazado con nada menos que excitación. La adrenalina inundó su cuerpo.

—Las nueve y diez —respondió Loki. Le dio a Thor una rápida y cortés sonrisa y continuó nuevamente.

—¡Gracias! —dijo Thor, incluso aunque Loki ya no lo estaba mirando. Su mano se prensó alrededor del paño en su bolsillo derecho. Reconstruir su casa para que así pudiera recibir a su huésped no había sido nada comparado a tener su mano en esta cosa. Lo que más le trastornaba era el hecho de haberse visto forzado a irrumpir en el dispensario de su madre. Frigga era médica familiar, así que tenía todo tipo de medicinas. Thor solo había necesitado una.

Cloroformo.

Thor apresuró el ritmo, sus paso resonaban en el parque. Loki ya no le prestaba más atención, lo cual le consternó. Creía que había causado una fuerte impresión en el joven, algo que le hubiera hecho mirarlo una vez más, pero Loki había continuado su camino, pensando en sus cosas.

Comprobando una vez más que no hubiera nadie alrededor, Thor se preparó para hacer su movimiento. Al final todo se resumió a detalles. No podía dar marcha atrás, y ciertamente no podía dudar. Lo último que quería era que Loki escapara. Iría a la policía y había visto claramente su rostro. No, ahora tenía que hacerlo y apresurarse. ¿No era acaso esta, después de todo, la parte más difícil?

A medida que Thor se acercaba al joven, Loki pareció sentir que algo andaba mal. Dio media vuelta y en ese momento sus ojos se ensancharon con miedo y confusión, pero Thor no le prestó atención. Rápidamente situó un brazo alrededor del cuello de Loki y lo acercó. Un grito agudo escapó de sus pequeños labios, pero Thor rápidamente puso el paño con cloroformo contra su boca.

Loki continuó gritando y a Thor le aterrorizó que alguien pudiera escucharlo. Miró alrededor, esperando a que hombres corrieran hacia él para salvar a su Loki, pero aún no había nadie alrededor.

—Quédate quieto, Loki —le advirtió Thor al hombre en sus brazos.

Cuando pronunció el nombre, los ojos de Loki se abrieron incluso aún más. Sus manos previamente habían tratado de apartar los musculosos brazos de Thor, pero esta vez se decidió por una técnica diferente. Le arañó el rostro y Thor instantáneamente sintió sangre brotando de las pequeñas heridas. Aun así, no liberó a su prisionero, por el contrario, reforzó su agarre.

Loki forcejeaba y peleaba y Thor empezó a creer que el cloroformo no estaba funcionando. Comenzando a desesperarse, soltó momentáneamente al pelinegro solo para conectar su codo contra su rostro. Loki perdió el equilibrio y cayó hacia atrás, pero moviéndose rápidamente Thor atrapó al hombre. No pasaron tres segundos antes de que Thor nuevamente presionara el trapo contra su rostro.

Finalmente, el joven empezó a perder sus fuerzas. Lentamente se sumergió en un sueño profundo, y Thor únicamente sintió alivio. Rápidamente miró nuevamente a su alrededor, pensando en que alguien podría haber escuchado su pelea, pero no, una vez más no vio a nadie. Este parque siempre estaba abandonado después de las nueve. E incluso así, su forcejeo había sido extrañamente silencioso ya que Loki apenas había sido capaz de gritar y quizá cinco minutos solo habían trascurrido desde que todo iniciara.

Guardó el paño en su bolsillo y sin vacilar agarró el celular de Loki. Lo arrojó en el suelo y lo pisoteó tres veces. Sintió un pesado peso caer de sus brazos. Cuidadosamente, casi con cariño, levantó al hombre inconsciente y huyó del parque. Había estacionado su coche en la salida Este porque por allí nunca nadie transitaba y en ese costado no habían casas así que no podrían haber testigos.

Todo había salido excepcionalmente bien e incluso aunque Loki había puesto un poco de resistencia, Thor no había esperado menos. Llegando a su coche, abrió el portaequipajes y suavemente acostó a Loki en él. El cloroformo funcionaría por un par de horas más pero él no estaba dispuesto a correr riesgos. Puso un amplio trozo de cinta adhesiva en los labios de Loki, ató sus manos detrás de su espalda y ató juntos sus pies. Después de esto, observó al hombre al que exitosamente había secuestrado y sonrió.

Los dioses definitivamente estaban de su lado y le habían concedido un hermoso hombre. Tenía a su alma gemela y ahora su viaje podría comenzar.

Thor pensó que para él la parte más difícil ya había terminado, sin embargo para Loki solo estaba por comenzar.

Notas finales:

¡Espero que lo hayan disfrutado!

¡Nos leemos!


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