Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuestro Lazo por Akane Miyano

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, este cap comienza con el reencuentro de Sasu y Naru años después, de todas formas habrá un flash back donde veremos un poco a Mizûmi (significa lago). Es un niño a pesar de que su nombre parezca de chica LOL, golpe al orgullo Uchiha, je, pero cuando lean el fic verán que Naru no se deja llevar con esas cosas de celeste los niños, rosa las niñas xD

 

La razón de que haya puesto niño es que ya en EF y el Romance había usado hijas, entonces…debo de variar.

 

*Naruto no me pertenece u.úU

 

*Y el Elefante Rosa es un ser friki que merece ser alabador (AUNQUE NO TANTO COMO LAS NUBES ROJAS DEL AKATSUKI XD) De todas maneras aquí hace una aparición fugaz que te la dedico a ti Hinata-chan Kudo *o*

 

 

Gracias nee-san Half por dejarme explotarte (y manosearte <¬<) y betearme el cap XDDD

 

 

 

* Sasuke’s POV hacia Naruto.

* Naruto’s POV hacia Sasuke.

 

Flash Back:

* Sakura’s POV hacia Sasuke.

* Naruto’s POV hacia Sasuke.

* Sakura’s POV hacia Sasuke.

* Naruto’s POV hacia Sasuke.

Fin del Flash Back.

 

* Naruto’s POV hacia Sasuke.

* Sasuke’s POV hacia Naruto.

* Naruto’s POV hacia Sasuke.

* Sasuke’s POV hacia Naruto.

* Naruto’s POV hacia Sasuke.

 

 

Tiempo transcurrido entre el 1º cap y el 2º cap: 2 años y medio

2º capitulo: Reencuentro y malentendido.

 

—Sasuke. —me llamaste.

 

Escuchar tu voz luego de tantos años, pronunciando mi nombre…

 

—¿Naruto-kun? Así que tú también has venido.

 

No iba a mostrar debilidad frente a nadie, y menos frente a ti a pesar de que tú eres justamente mi punto débil. “Pero si Orochimaru lo supiera…” sólo me limité a usar mi máscara de tranquilidad y altivez. Y luego de preguntar y decir cosas insustanciales que no me interesaban realmente platicar, me gritaste el porqué no te había matado en ese entonces.

 

—Te perdoné la vida porque se me dio la gana. —vi tu guardia baja y la oportunidad de tenerte en mis brazos nuevamente.

 

Me emocioné mucho a pesar de que no lo demostrase con mi rostro, pero al verte inerte, sin reacción…“¡Mi corazón está exaltado por tu culpa, mientras que tú…! ¡¿Para qué te volviste a presentar frente a mí?!” otra vez el loco deseo de poseerte a la fuerza inundó mi ser. Aunque eso en mis palabras y acciones no fuera patente.

 

—Ahora que lo pienso, ¿tu sueño no era convertirte en Hokage? Deberías ponerte a entrenar en vez de andar buscándome. ¿No crees, Naruto? Por eso esta vez… —desenfundé mi espada—. Vas a morir porque a mí se me da la gana.

 

—No hay nadie que pueda convertirse en Hokage sino es siquiera capaz de salvar a un amigo. ¿No te parece, Sasuke?

 

“¿Amigo?” odiaba que esa palabra saliera de tus labios al referirte a mí. “Aquí se termina nuestro feliz encuentro.”

Me preparé para tomar tu vida, como debí de haber hecho años atrás. Pero tal y como supuse, algún idiota… para mi suerte… se interpondría. Me detendría.

 

 

Contuve mis sentimientos y peleé contra ti. Me dolía mucho el corroborar que realmente tú te habías olvidado de mí. “Ya no me amas.” Quería darte una paliza. Todos esos años, el deseo de traerte fue mi mayor inspiración, puesto que sólo me di cuenta de mis verdaderos sentimientos, luego de que aquello sucediera… de que tú me dijeras y me demostrases lo que sentías.

 

‘Enséñaselo… demuéstrale lo temible que puede ser nuestro poder.’

 

Kyuubi intentaba tomar el control de mi cuerpo en esos momentos de debilidad emocional, pero el sólo recuerdo de Mizûmi, de la semilla que plantaste en mi cuando me tomaste, lo impedía… puede que tú hayas sido quien me daba fuerzas para entrenar arduamente, no obstante…

 

 

Flash Back:

 

—¡Ohayo, Naruto!—entré ansiosa al cuarto.

 

Había regresado de una pequeña misión y apenas enterarme que él había tenido una recaída, corrí a visitarle.

 

—Hola. —me sonrió débilmente.

 

“Extraño tanto esas sonrisas amplias que solía hacer todo el tiempo.” Allí, si te hubieras presentado frente a nosotros arrepentido, te hubiera dado más que un buen golpe, por tu culpa ya no podía ser espectadora de aquellas hermosas y zorrunas sonrisas.

 

—Qué bueno que estés bien, me tenías preocupada. ¡Mira, traje galletas dulces, las comeremos con un poco de té! ¿Sí?

 

—Claro, como gustes, Sakura-chan.

 

Saqué el termo en donde traía el té y lo serví en las tazas.

 

—Ya, sé que no soy muy buena cocinera… Naruto, vamos, come. Por favor.

 

Me dolía mucho verle en esa situación. Ya habían pasado 6 meses y también me sentía sumamente destrozada aún, pero más luego de saber lo que tú le habías hecho. “Y yo pidiéndote que me llevases contigo. Que tonta.”

 

En mi corazón no había celos algunos hacia Naruto. En esos momentos no sé si era la pena o el sentirme completamente desdichada por tu desprecio, pero algo me hacía permanecer a su lado, confortarle y ser fuerte por ambos. Y ese algo luego hizo que mi corazón comenzara a odiarte, pero irónicamente me hizo prometerme que te traería de regreso costase lo que costase. “Pero si tan sólo intentarás nuevamente dañarle…”

 

—¿Cómo te está yendo en el entrenamiento con Tsunade-baachan?—me preguntó Naruto de pronto.

 

—Pues… ya puedo revivir sin problemas a todos los peces que me pongan delante, sean del tamaño que sean, je. ¿Y a ti? Me preocupé mucho cuando dijeron que habías tenido una recaída.

 

—Sí, a veces olvido que… —se sonrojó—. No puedo sobre exigirme. Fue muy vergonzoso, Ero-sennin me trajo en brazos hasta aquí al grito de que me estaba muriendo. Afortunadamente Mizûmi está bien. —sonrió llevando su mano a su apenas abultado vientre.

 

“Y ha ganado un poco de peso, jeje, su cara está más redondita.”

 

Yo también sonreí enternecida. A pesar de su edad, estaba segura que ese niño tendría a un padre excepcional. Y que, a pesar de que tú jamás supieras de su existencia o te preocuparas por él, llegaría a ser un ninja de bien como Naruto.

 

 

Ese mismo día me dieron el alta y Sakura-chan me llevó a mi casa.

 

—En serio, no es necesario que te quedes. —aunque en realidad deseaba que lo hiciera. Estando acompañado, me olvidaba de mi soledad y de ti, Sasuke.

 

—No mientas, descuida yo estoy contigo. —dijo mientras me abrazó—. Y aunque… Sasuke-kun jamás regrese, prometo que yo jamás te dejaré… si es que esa promesa te sirve de algo.

 

—¿Cómo no lo va a hacer? Gracias, Sakura-chan.

 

Allí, por unos momentos pensé en la posibilidad de olvidarme de ti y tal vez comenzar una vida con ella. Me gustaba, en ese tiempo me seguía gustando, pero… “Mi corazón se encuentra sin equivocaciones, mis sentimientos por Sakura-chan son fuertes, pero no tanto como los que tengo por ti.”

 

En ese momento, también te odié, como tantas veces lo había hecho, sólo para volver a amarte a los segundos. “Hubiera preferido la muerte por tus manos que este dolor que siento ahora.”

 

Sin embargo, meses después, comencé a ver de manera más positiva, y todo comenzó en el momento que Sakura-chan me presentó a mi hijo, a tu hijo. “Nuestro hijo.”

 

—Mizûmi. —sonreí lleno de felicidad en cuanto lo tuve en mis brazos.

 

Desde ese día, ese niño de cabello grisáceo oscuro, piel pálida y ojos claros, se volvió mi razón de vivir. Tanto que… por unos minutos me olvidé hasta de ti.

 

 

Al verle sonreír de esa manera tan amplia, no pude evitar echar unas lágrimas. “Ese niño es la cura que necesitaba y que ninguno de nosotros… ni siquiera yo, en estos meses, pudo darle.”

 

Los meses pasaron y mientras se recuperaba del parto, se volvió natural que nos turnáramos en el cuidado del niño.

 

—Buenos días, ¿Cómo están? —saludé asomándome por la ventana de su habitación.

 

Se me había hecho costumbre hacer aquello y más porque en esos días lidiaba mucho con el pequeño para hacerlo dormir, por eso terminaba levantándose más tarde que Kakashi-sensei.

 

—Mmmmm. ¡Hola, Sakura-chan! —bostezó—. Perdón por no estar listo, ya mismo me cambio. Cuida de Mizûmi unos momentos.

 

Mientras él estaba en el cuarto de baño, preparé al pequeño para el paseo. Él también vendría, puesto que era una salida para comprarle ropa y demás cosas.

 

No era que no hubiera intentado sacar a Naruto cuando estaba en cinta, pero éste no tenía deseos en esos momentos de salir a comprar cosas para el niño…e l octavo mes lo viví con miedo, y prácticamente sobre él, puesto que tenía terror de que cometiese una locura. Ese mes fue el más duro para Naruto, pero gracias a Mizûmi, las heridas que tú le causaste, y que yo no pude curar, comenzaron a sanar rápidamente.

 

—¡Cuantas cosas! Aunque… —sus palabras captaron mi atención.

 

 «Set: el pequeño torturador. Si cree que su niño tiene potencial para ser un ninja dispuesto a todo para conseguirle la información al enemigo…»

 

—¡¿Pero qué rayos?! ¿Quién compraría algo así?

 

Hasta el día de hoy, me es una incógnita sin respuesta. Pero algo me dice que si tú lo hubieras visto, te lo hubieras comprado y le hubieras puesto una foto de la cara de tu hermano al muñequito para torturas.

 

—Nunca creí que existieran tantas cosas para bebés, pero estos juguetes son raros. —dijo él mientras tenía en sus manos uno que decía algo sobre disección y experimentos con humanos. “De seguro que sería un buen regalo para Orochimaru.”

 

—¡¿Y dicen de los 16 meses en adelante?! —tomé a Naruto de la mano “Falta que haya un set para el pequeño vengador.” y empujando con la otra el cochecito, seguimos paseando por el local, mientras que me hacía una nota mental de recriminarle a la Hokage el firmar los permisos borracha; era la única manera que se me ocurría de que hubiera permitido esa clase de productos en la villa.

 

Compramos varios conjuntos, uno amarillo, otro turquesa, uno lila y otro verde. ¡Chaaa, en momentos así pagaría por verte el rostro! Naruto no reparó “Y creo que nunca lo hará.” en lo absoluto en el sexo del niño para elegir los colores de sus ropas.

 

—Pero a ti todo te queda bien. —le sonreí al pequeño, que en esos momentos llevaba un conjunto violeta.

 

Éste me miró con sus bellos y enormes ojos azulados, y comenzó a reír divertido. “Jódete Uchiha-bastardo. Ve por tu venganza, tú te pierdes el poder disfrutarlo.”

 

—¿Sakura-chan?

 

—¿Eh? —lo miré confundida, me había distraído matándote en mis fantasías—. Gomen nasai, ¿Qué me dijiste?

 

—Si el pato verde o el elefante rosa. —mientras me mostró ambos peluches.

 

—Pues, ya compramos el pony rosa, y… ese pato… —tenía ojos muy grandes, puede que a muchos le pareciera tierno, pero mi humilde opinión era otra—. Mejor este. —dije apuntando un conejito anaranjado.

 

(Aka: Si leen Estrella Fugaz…recuerdan que Etsuko le tiene miedo a los patos y que Naruto, y Sasuke ponen un pato de peluche en el picaporte para cuando están intimando? XDD)

 

 

—¡Ahh, comprar siempre me da hambre! ¡Gracias por la comida! —exclamé antes de empezar a engullir mi ramen.

 

—Toma, Naruto. —dijo unos momentos después el anciano del Ichiraku. Le había pedido que me entibiara el biberón de Mizûmi.

 

Nuestro hijo no tiene mucho apetito, por lo que siempre es una lucha darle de comer. Pero siempre que salimos a pasear y estamos fuera de casa, se comporta tan ¿educado? “Bueno, eso es lo que dicen todos, que es educado, que es un buen niño y que se lo quieren comer. Francamente con sus 4 meses de vida ya sabe que hacer para ganárselos a todos, y manipularles.”

 

—Siento el retraso. —se excusó Iruka-sensei.

 

—Sí, lo sentimos, no podíamos encontrar la salida de la casa. —agregó Kakashi-sensei, con su ojito feliz.

 

—¡Mentiras! —gruñimos Sakura-chan y yo hacia nuestro sensei tardón.

 

En ese instante, ninguno prestó atención al sonrojo de Iruka-sensei y que la excusa había sido en plural.

 

—¡Miren quien está aquí! —sonrió Kakashi-sensei mientras alzó a Mizûmi—. ¡Y pensar que yo esperaba una linda niña, pero tú eres incluso más mono que una! ¡Kyaaaaa, siiiiii! —apachuchándolo—. ¡Las chicas y los chicos se pelearan por ti cuando seas grande, y papi Kakashi se encargará de enseñarte todo lo que sabe para que seas un bisexual experto!

 

Todos sonreímos algo nerviosos. Ninguno aún se creía que por culpa de Mizûmi, se despertaran en uno de los solteros más codiciados de Konoha el instinto paternal, o mejor dicho de seudo abuelita chocha, pero ese puesto ya lo estaba ocupando Tsunade-baachan, quien ahora tenía como hobbie a parte de beber sake, mostrarle a cuantos pudiera las fotografías del lindo nieto que tenía.

 

“Dentro de 2 semanas me marcharé por mucho tiempo, pero me marcharé tranquilo, sabiendo que Mizûmi queda en buenas manos.”

 

Fin del Flash Back.

 

 

Nuestro hijo es mi sustento, es mi todo. Y francamente, cuando nació medité el olvidarme de ti, pero cuando fuera grande y preguntase… yo siempre he tenido el bello sueño de poder ser los tres juntos una familia normal y feliz. No puedo culparte de habernos abandonado, puesto que tú no sabes de su existencia, pero también… “Tengo un extraño miedo de que cuando lo sepas quieras arrebatármelo e inmiscuir a mi pequeño en tu venganza. Años atrás no lo hubiera pensado, pero ahora te desconozco y sé muy bien lo importante que es para ti un heredero.”

 

‘Naruto…’

 

—¡No necesito de tu poder! —lo confronté extendiendo mi manos hacia delante—. ¡Cierra la boca! —pero…

 

 

—¡¿Por qué estás tú aquí?! —me preguntaste.

 

Te miré tranquilamente, sin demostrar que realmente estaba asombrado de ver al fin la fuente de tu poder. “De todas maneras, ya eres fuerte de por sí, puesto que no cualquiera puede soportar tener esto dentro de su cuerpo.”

 

‘Esos ojos tienen un poder y un chakra aún más terribles que el mío. No son muy distintos de los que una vez vi en un tal Madara Uchiha.’

 

“Además de que es muy insoportable.” No me distraje más y lo hice retroceder, no me interesaba hablar con ese demonio.

 

‘Jeje, no… ma… tes a Naru… to… porque… lo paga… rás caro.’

 

“¿Matarlo? Es lo que menos quiero hacerle ahora…”

 

—¿Sas…? —al ver que daba un paso hacia ti te pusiste a la defensiva, y comenzaste a temblar levemente.

 

—¿Qué pasa? —sonreí—. ¿Asustado? No parecías estarlo hace unos momentos… —en cuanto vi otra vez la oportunidad de tenerte cerca no dudé en arremeter hacia ti y lograr capturarte contra una de las paredes de ese sitio—…cuando estábamos fuera. Es que… ¿Ahora se debe a que estamos solos? —soplé en tu oído, consiguiendo sin realmente proponérmelo que me regalases un pequeño gemido — ¿Tienes miedo que lo de hace 2 años y medio se repita?

 

—No.

 

—¿No qué? ¿No estás asustado? ¿No tienes miedo de volver a ser ultrajado? Pero si estás temblando, dobe.

 

—Es… la ansiedad que siento, no es miedo de ti. —me confrontaste, mirándome directamente a los ojos.

 

—Siempre tan dobe. —suspiré sobre tus labios—. Si me miras a los ojos cuando tengo el sharingan activado, tranquilamente podría… —pegué mi frente a la tuya—…hacer incluso que me besaras los pies para que vuelva a poseerte. Mmmm, tal vez por eso estás ansioso…

 

—Te equivocas si crees que no sabía aquello. Pero… no lo usarás conmigo, ¿verdad?

 

—¿Qué te hace pensar ello?

 

—Que en vez de hacerlo, me has advertido, Sasuke. Además… poco me importa lo que le hagas a mi cuerpo.

 

 

Eras tú y ya no podía resistirme. Necesitaba algo de afecto de ti, todos esos años lo venía anhelando, aunque tú ya no me amaras y fuera solamente un polvo para ti… no me importaba.

 

—¿Qué esperas? ¿Una invitación por escrito acaso? —medio te gruñí.

 

—Mmmm, no, si son este tipo de cosas, soy de los que van sin invitación. —sonreíste de lado antes de cazar mis labios y estrecharme contra tu cuerpo; no desactivabas tu sharingan y yo no dejaba de mirarte fijamente. Desconfiábamos el uno del otro.

 

No obstante, nos dábamos el gusto de poder disfrutarnos. Yo sabía que si te llegabas a marchar luego, me dolería peor a cuando te fuiste la primera vez, pero no podía ir contra ti, y creo que lo notaste en el momento que entrecerré mis ojos, dándote a entender que era tuyo.

 

Sentir tu lengua danzar en mi boca y otra vez tus manos recorrer mi cuerpo, me hizo arder en segundos, y el sólo pensar que esa potente erección que chocaba contra la mía, se adentraría en mi cuerpo… pero, tú te detuviste sin aviso.

 

—¿Qué… significa esto?

 

Abrí mis ojos y te miré. “Ya no tiene el sharingan.” Tu mano había dado con el relicario que Sakura-chan me había obsequiado para navidad, y en donde había dos fotos, una de nuestro antiguo equipo y una del nuevo, antes de que Sai y Yamato-taichou estuvieran en este. Obviamente tus ojos se centraron en la que tenía a Mizûmi.

 

—Se llama Mizûmi Uzumaki, es nuestro… —me callé. Tu mirada, nuevamente rojiza, realmente era aterradora.

 

—Así que… jeje… jejejejejejejeje. ¡¡¿Tú…?!! —me tomaste del cuello.

 

Mi cuerpo se estremeció, del tuyo emanaban pequeñas descargas que me causaban un molesto hormigueo.

 

—¡¿Quién te piensas que soy yo?! ¡¿Alguien con quien puedes venirle a meter el cuerno a…?! —te quedaste pensando unos segundos mientras mirabas los rasgos de nuestro niño “¡¿Baka, es que acaso no ves que es exactamente igual a ti?!” quise gritarlo pero no dejabas de estrangularme—. ¿Hina…? —te detuviste—. Sakura.

 

No me extrañé que pensaras aquello. Aunque el niño no se pareciera en nada a ella, muchos nos dijeron que parecíamos una pareja cuando salíamos por la calle y más cuando Sakura-chan se quedó a cargo de Mizûmi en mi ausencia. “Y esa foto puede ser malinterpretada.”

 

—¡Tú eres idiota! ¡¿Es que acaso no ves lo mucho que se pa…?!

 

—¡CÁLLATE! —me gritaste cruzándome el rostro con un puñetazo. Yo te lo devolví y en cuestión de segundos estuvimos a unos pasos el uno del otro, como si minutos atrás no estuviéramos a punto de ¿amarnos?

 

 

¡¿Cómo se atrevía, como se atrevió?! “¡¡No lo comprendo, no… lo entiendo!!”

 

En esos momentos, pude experimentar el porque dicen que el amor es el sentimiento más extraño de todos. Uno puede amar locamente a una persona, y también odiarla al mismo tiempo.

 

—El amor y el odio van de la mano… veo que tu también… has traicionado mis sentimientos.

 

Quise arremeter contra ti y destruirte por dentro, pero vi que era momento volver mi atención al exterior. Ese sujeto (Yamato) se liberó del estacazo que le había dado con mi espada. Esquivé su ataque, y volví al mismo punto de partida… arriba del hueco que había abierto en mi habitación, por culpa de ese sujeto imbécil que ahora ocupaba mi lugar y que había interrumpido mi descanso.

 

Gritaste y dijiste muchos blas junto con los demás, y entre ellos que sino sabía que Orochimaru tomaría mi cuerpo. Claro que lo sabía, pero mi venganza era más importante… sonreí internamente, si efectuaba esa técnica todos perecerían.

 

“Bueno todos salvo tú, puesto que con el monstruo que tienes dentro… Mataré a los demás y te tomaré para domarte y enseñarte que quieras o no, me perteneces.”

 

—No hace falta que uses esa técnica, Sasuke-kun. —me dijo Orochimaru mientras sujetó mi mano alzada. “¡Aggggg, me está tocando, que asco!”

 

—Suéltame.

 

Como detestaba que ese viejo y su zorra (Kabuto) se entrometiesen en mis asuntos. Pero mejor así, si te hubiera capturado, sería capaz de perderme en ti por siempre y dejar de lado mi venganza.

 

 

—Vámonos. —te dijo Orochimaru.

 

Quise gritar que te detuvieses, que me dejaras explicarte la verdad, que estabas equivocado, pero… lo único que pude hacer fue mirarte… mirar como te ibas otra vez.

 

“Soy tan débil.”

 

Y lloré. Volví a llorar por ti, como no lo hacía desde tiempo atrás. Sólo tenía el consuelo que aún tenía a Mizûmi conmigo, pero… “Mizûmi no eres tú.”

 

—¡Aunque te pongas a llorar, Sasuke-kun no volverá! —me reprendió Sakura-chan—. ¡Yo estoy contigo, juntos nos haremos más fuertes!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).