Era una calida y agradable mañana, un hombre joven muy bello se encontraba durmiendo en su comoda cama. Él era muy atractivo a simple vista, su cabello color plata se encontraba totalmente desordenado y cubriendole un poco su fino rostro de porcelana, sus ojos violetas estaban cerrados debilmente mientras descansaban, y de sus suaves y tersos labios blancos semi-abiertos se escuchaban pequeños ronquiditos. Si, definitivamente era un angel, bueno solo en su apariencia porque su actitid era completamente todo lo contrario, si nuestro muchacho tenía una actitud que para muchos podía resultar algo... desagradable debido a que era algo grosero y agresivo.
Eran alrededor de las 7:30 AM, nuestro querido muchacho aún dormia placidamente, eso hasta que...
Ring... Ring... Ring...
Sonó la alarma que se encontraba justo en la mesita de noche, aún lado de su cama. Con algo de molestia el joven albino abrió lentamente sus ojos violaceos solo para tomar el despertador y estrellarlo contra el piso.
- Estupido aparato- Murmuró Hidan mientras nuevamente se acomodaba en su cama dispuesto a dormir. Solo pasaron un par de segundos antes que...
-Mierda! cierto que hoy tengo que ir al estupido hospital- Mencionó entre aburrido y molesto.
Hoy tenía una cita medica a las 9:15 AM en el hospital, así que se dispuso a levantarse rapido para que alcanzara a llegar a tiempo. Aún medio dormido se dispuso ingresar al baño y tomar una ducha rapida, luego de esto, se vistió y peinó justo como le gustaba, con el cabello hacia atrás, para luego bajar de su habitación a prepararse algo para desayunar.
Mientras preparaba su alimento pensaba molesto: "Vaya mierda, tendré que pasar mi ultimo maldito día libre en un estupido y aburrido hospital" fue su ultimo pensamiento negativo antes de empezar a desayunar, cuando finalizó dejó lo platos sucios en el lavado que tenía una cantidad de platos sin lavar, realmente le daba pereza lavarlos y los dejaba allí hasta que estos se volvián una pila alta.
Salió de su departamento y se dirijió directamente al hospital.
Eran justo las 9:00 AM cuando llegó a ese dichoso y aburrido hospital, el cual era muy grande, de unos 6 pisos, tenía varias entradas, un amplió estacionamiento y estaba dividido en 2, la sala de emergencías y la sala en que los pacientes eran atendidos al apartar una cita días antes, es allí a donde se dirigía Hidan.
El lugar estaba muy concurrido con enfermos por aquí y por ayá, y el estaba ahí no por que estuviera enfermo -segun el- sino por una simple y sencilla revisión que le pedía que se realizara la empresa en la que laboraba, para tener constacia de que se encontraba en optimas condiciones para trabajar, se acercó lentamente a la recepcionista y le dijo:
- Hola, soy Hidan y tengo una cita a las 9:15 AM- le dijo tratando de sonar amable, algo muy raro en el.
- Por supuesto, llega justo a tiempo, pase el doctor lo atenderá en unos instantes, en el piso 2, consultorio 18 - Dijo la recepcionista de manera cortés y con una sonrisa.
- Bueno, muchas gracias - Le dijo Hidan para posteriormente retirase e ir directo al dichoso consultorio.
Finalmente Llegó cerca del el lugar dicho y se sentó en la sala de espera junto a otras personas más a esperar que el doctor lo llamara.
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Se encontraba un hombre adulto dentro del consultorio hablando de que le duele la cabeza entre otras cosas, el doctor solo se encontraba escribiendo en su ordenador lo que el sujeto le decía y solo hablaba ocasionalmente.
El doctor era un adulto también, de unos penetrantes ojos verdes y cabello castaño largo, con pantalones y camisa negros, e igualmente los zapatos y la tipica bata blanca.
- Bueno doctor, usted que dice- le dijo el paciente esperando la respuesta.
- Que es posible de que padesca de migraña, le recomiendo este medicamento- le dijo pasandole la receta medica.
- Muchas gracias doctor, hasta luego- le dijo despidiendose.
Al retirarse ese sujeto el doctor dejó salir un gran susupiro, realmente le molestaba ese montón se ancianos que solo iban a quejarse de todo, en fin vio el nombre de su siguiente paciente y sin más con voz firme lo llamó.