-¿que haces aqui?- le pregunto intentando ocultar su nerviosismo y su odio.
-¿que no es obvio?- inquirio con burla- vine a ver a mi princesita.- contesto con sorna.
-¿no has escuchado las nuevas?- le sonrio con igual burla.- me voy, me voy lejos- le dijo con una sonrisa
-no, no lo haras- le contesto seriamente.
-¿y segun tu porque?- le pregunto irritada.
-porque me amas.- le contesto con burla, luego comenzo a caminar hacia ella de manera lenta, como si fuera un depredador y ella una presa.
-yo no te amo mas- le dijo firme, pero de nada sirvio seguia avanzando hacia ella.
La odiaba, estaba completamente segura. No habia nada mas que odio cuando de ella se trataba. Habia sufrido tanto por su culpa, habia perdido tanto de tantas maneras diferentes. Marceline habia resultado ser su completa perdicion, habia resultado ser su verdugo y aun asi no podia alejarse de ella. Cerro los ojos y empuño las manos con impotencia ante lo que vendria...
-tus palabras dicen eso Bonnie- le susurro cuando estuvo a escasos centimetros de su rostro, tomo su menton con algo de rudeza para que la mirara directo a los ojos. -pero, tus ojos dicen otra cosa- su otra mano se deslizo por contorno de su cuerpo causandole un estremecimiento -y tu cuerpo, ni se diga- le susurro con lujuría mientras su mirada ardia en deseo, como ella.
-Largate- le susurro con rabia, odiaba sentir todo aquello que le probocaba. -tengo una nueva oportunidad de comenzar y tu no estas incluida- elevo el tono de su voz.
-shhhh....calla pirncesa- la callo poniendo uno de sus dedos sobre su boca a tiempo que la mano que recorria su cuerpo se afiansaba a sus caderas, pegando sus cuerpos.
Y acto seguido junto sus labios con los de ella, generanado que su cuerpo bibrara y un traicionero gemido escapara de su garganta. Se sentia una traidora, se suponia que la odiaba, no debia reaccionar asi, entonces ¿porque su cuerpo reaccionaba asi? Sus brazos que se encontraban sujetos a la camisa de Marceline rapidamente hallaron un conocido recorrido hacia alredor de su cuello. Se dejo llevar por un segundo, no podia evitarlo, llevaba meses sin verla, sin escuchar su asquerosa voz, sin poder sentirla como ahora. Pero al mismo tiempo sentia asco, asco por ella misma y por lo que estaba permitiendo en estos momentos.
Lentamente en medio del beso entre abrio sus verdes ojos y pudo observarla mejor. Su piel blanca casi palida, seguia siendo tan suave y apetitosa como el primer dia que la conocio. Sus cabellos negros brillantes y sedosos contiuaban siendo tan suaves y largos como recordaba y su cuerpo.... su cuerpo seguia siendo su mayor perdicion. Pero, ella ya no era la misma niña de hacia tres años atras. Queria acabar con esta situacion, queria acabar con Marecline, con ella misma, con esa relacion tan enfermisa de amor y odio que mantenian. Con brusquedad la separo de si misma.
-me largo Marceline- le grito con brusquedad mientras se alejaba por compelto de ella.
-no lo harás¡- demando ella con igual brusquedad, mientras volvia a acorralarla, pero esta vez contra una pared y la volvia a besar con demanda.
Ante la brusquedad de la situacion, llevo sus manos alredor de su cuello intetando extrangularla, mientras le corresponida el beso con igual brusquedad. Era una guerra de bocas y legunas que ninguna estaba dispuesta perder. Sus dedos se enterraban entre la piel mientras sentia como Marceline comenzaba a perder las fuerzas por el extragulamiento. Finalmente la solto con la misma brusquedad con la que la acorralo.
-¿que te pasa?- le grito con enojo mientras se llevaba las manos a su cuello.
-te dije que me soltaras- le inquirio con burla- no lo hiciste- dijo despues como si nada.
-tu... maldita...- inquirio con rabia en su voz, sus ojos azules se volvieron gelidos una vez mas.
-¡¿maldita que?!- le girto con odio en su voz.
-¡tu estpida princesa, pelo de chicle¡- le grito con odio en su voz, fuera de sus casillas.
-¡callate, maldita zorra aprobechada¡-le devolvió el insulto con igual ira en su ser.
-ahora te enteraras de quien es la zorra aqui- amenazo mientras volvia a su direccion con un brillo peligroso en su voz.
-¿crees que te tengo miedo?- la enfrento con notable nerviosismo y un liguero temblor en su cuerpo.- no soy la misma niña de hace tiempo Marcelie- le dijo despues con valentia renovabada.
La habia conocido hacia tres años, cuando apenas tenia 16 años y Marceline 18. Ella apenas cursaba 10mo grado mientras que Marceline era una recien Universitaria. Habia sido en una tocada, en donde para variar Marceline era la vocalista y bajista de la banda, en aquel entonces a duras penas estaba comenzando su carrera como artista y sin embargo ya era bastante popular y famosa en la zona. Habia sido amor a primera vista, su mayor error habia sido ese. Durante lo que resto de ese tiempo habia ido a cada tocada que la banda de Marceline brindava, siempre entre las sombras viendola cantar. Todo habia cambiado una noche, justo despues de la tocada, cuando de casualidad Marceline habia ido por una bebida y la vio, ese sin dudas fue su segundo mayor error, el haberle sonreido.
Despues de aquel encuentro, las miradas furtivas dieron lugar a sonrisas complices. Sus amigas tenian tanta razon en aquel entonces, pero no las escucho. Sabia perfectamente que Marceline era una abeja que hiba de flor en flor, sabia que Marceline no era mas que una canalla, era una maldita mosca muerta, un perro que no ladraba y mordia, un gusano que solo podria manzanas. Pero, se nego a creerlo del todo, quizo confiar en ella, en sus promesas, estaba loca de amor por ella. Su relacion se formalizo luego de cinco meses de coquieteos de parte de Marceline y sonrojos inocesentes de parte de ella.
La primera traicion fue la que mas le dolio, acaban de cumplir un año de relacion, pero las cosas no hiban bien. Mareceline se habia vuelto un poco fria y desitante, algo andaba mal pero no lo queria ver, no hasta que fue inevitable desenmascarar el terrible secreto. La habia encontrado en su departamento, junto a otra chica, desnudas en su cama. Lloro durante una semana completa ante la traicion que segun las voces de sus amigas venia siendo desde hacia mas de un mes. A eso le siguio la ira de Marceline negando lo obvio y exigiendo nuevamente su amor y su cuerpo.
Luego de eso todo se volvio extraño, habia pasado de ser un cuento de hadas a una pesadilla de odio, rencor, vengaza y lujuria entre las dos. Pero, aun asi no se podian dejar, por mas que lo deseara Marceline era su droga. Era tan desesperante saber que no podia desaserse de ella, no podia desprendese de aqueo tan enfermizo como lo era Marceline, la estaba envenando mas de que lo podia llegar a soportar y sin embargo, cada vez que tocaba la puerta de su casa le habria la puerta y hacian el amor como si no hubiera mañana. Estaba casanda de tanta locura, queia acabar con todo ese agobio de una vez por todas.
-¿ no lo entiendes?- la cuestiono.- me canse Marceline, me canse- le dijo despues.- y por eso me voy, me voy lejos de todo esto- luego le dio la espalda diriguiendose hasta la puerta, pero antes de poder abrir la puerta una mano se poso sobre su cabeza evitando que abriera la puerta.
-tu no me puedes dejar- le susurro entre dientes mientras la sentia en su espalda, muy pegada a ella.
-te deje hace tiempo Marceline- le contesto cansada.
-¡NO¡ ¡nadie deja a Marceline Abbader¡- grito indignada.
-yo, ya lo hice- le contesto en un susurro derrotado.
-pues entonces ¡vete¡- le grito una vez mas mientras se separaba de ella.- vete... pero escuchame muy bien Bonnibel- se dio la vuelta para ver como Marceline la apuntaba acusadoramente con un dedo.-yo ire atras de ti- le dijo con determinacion.- de mi no te escaparas jamas- le dijo con posesividad.
Odiaba todo de ella, su posesividad, su imprudencia y sobre todo la determinacion que tenia para hacer todo lo que tenia en sus manos para cumplir con sus caprichos. Tambien odiaba el hecho de que Marceline siempre hablaba en serio, estaba jodida.
-¿porque no eres capaz de dejarme en paz?- le pregunto con rabia reprimida.
-porque eres mia y solo mia- le contesto con autoridad.
- no soy de nadie marceline y menos tuya- le contradijo.
sintio como la volvia a acorralar y esta vez un puñetazo fue dado a un lado de su rostro, justo en la puerta. -claro que eres mia- le dijo con posesividad- ¿quieres que te lo recurde?- dijo con burla esta vez.
-no...- dijo a puras penas en un suspiro y pudo ver como aquel rostro que tanto amaba y odiaba al mismo tiempo sonreia.
-yo creo que si- le contesto socarronamente y acto seguido guio ambas mano a sus caderas y la volvio a pegar a su cuerpo.
-dejame ir Marceline- le susurro por ultima vez con suplica.
-amame Bonne- le contesto con igual sentimiento.
-te ame, mas de lo que pude amar- le contesto mientras mientras lentamente subia su mano derecha para acariciar aquella mejilla con cariño.-pero tu mataste todo ese amor Marceline- y acto seguido volvio a llevar su mano hasta su cuello con odio.
-entonces matame- le dijo Marceline con algo que no supo desifrar.-porque yo sin ti me muero- oculto su rostro tras el flequillo de su pelo.
-oh Marceline¡- exclamo con agonia.- te amo tanto- le confeso con agunstia. Pudo ver como la mirada de Mareceline brillaba con esperazna.- pero te odio con la misma intesidad- le dijo con resentimiento.
-entonces amame y odiame al mismo tiempo, pero no te vallas- le suplico con desesperacion mientras se aferraba esta vez a su cuerpo.
-no puedo Marceline- le susurro igual de afectada.
-Maldita sea Princesa..¡¡- volvio a gritar con enojo y esta vez la tomo de los hombros y la sacudio violentamente.
-Deja de violentarme Marceline- le grito empujandola con violencia lejos de ella. - estoy harta de tu malditos cambios de actitud- grito desesperada mientras se sujetaba su cabellera rosada.
-entonces de actuar tan cobardemente y enfrentame¡- la reto Marceline igual de furiosa.
- Llevo haciendolo por tres años malidta sea¡- le grito desesperada.- ¡¿que no ves que estoy harta?¡- y despues de eso con desesperacion se diriguio hasta Marceline y la sujeto de su camiseta para besarla con furia, con odio pero sobre todo con amor.
El beso fue arrebatador, tanto que obligo a marceline a sentarse de sopeton sobre una silla cercana a la pequeña sala. Rapidamente Bonnible se posiciono a horcajadas sobre ella intensificando aun mas el vez y valanciandose sobre su cuerpo creando friccion. Un gemido abandono el cuerpo de Marceline al sentir aquel arranque de impusibidad. En aquella posicion rapidamente se apodero de los gluteos de la peli rosado apretandolos con deseo. Llevaba tanto tiempo sin un cuerpo femenino sobre ella de aquea manera.
Lentamente se separo de Bonnibel para luego atacar su cuello. Sin poder eviatarlo, ante aquel contacto contra su cuello, arqueo su espalda y leve jadeo salio de sus labios. Las manos de Marceline creaban una deliciosa presion sobre sus gluteos y aquella lengua no daba tregua sobre su cuello, haciendo que su cuerpo vibrara en deseo. Con autoridad jalo los cabellos de Marceline lejos de su cuello y la obligo a verla a los ojos.
-No soy la misma Marceline- le dijo con sensualidad mientras volvia a atacar su boca sin piedad.
Sus lenguas danzaban y las ropas empezaban a estrobar de sobremanera. Con maestria Marceline se levanto con Bonibbel aun en esa posicion. Conocia aquel departamento a la perfeccion y con dificultad se encamino hasta la recmara, no habia tiempo que perder. La tarea de llegar era dificil, con una Bonnibel atacando su cuello sin piedad, mordiendolo, marcandolo como suyo, un suspiro de satisfaccion salio de lo mas profundo de su alma.
Una vez que estuvieron dentro del cuarto, cerro la puerta y posteriormente la arrincono alli. Las piernas de Bonnibel se enredadorn en la cintura de Marceline mientras sentia como esta arremetia su cuerpo contra el de ella creando friccion, laves jadeos salian de su boca mientras sentia su cuerpo arder. Un gemido ahogado salio cuando sientio como los dientes de Marceline se posaban en la carne sensilble de su cuello, causandole un dolor placentero.
-Marceline- jadeo con deseo mientras sentia como sus manos hiban y venian entre sus muslos y como esa boca se adentraba cada vez mas en la abertura de su camisa.
De un momento a otro Bonnibel se alejo momentaneamente del cuerpo de Marceline para despues incorporarse por completo sobre el suelo. De un empujon hizo que Marceline cayera sobre la cama y luego, al igual que hace un momento se coloco a horcajadas de ella y sin mas preambulos mando a volar su camisa con todo y sujetador. Disfruto por varios segundos como la mirada aborasada de Marceline se la comia por completo. Mientras, inicio un movimiento lento pero enloquecedor sobre sus caderas, sacandole mas de un gemido a la peli negra.
-¿te gusta lo que ves?- le pregunto con burla en su voz, esta era una de las pocas veces en las que lograba tener por completo el control sobre su demonio personal.
-totalemente- le contestaron.- pero me gusta mas tocarlo.- y posteriormente se dirigio hasta sus senos atandolos.
Un pequeño grito salio de sus labios al sentir como Marceline arremetia contra sus senos, el movimiento de caderas aumento haciendo que la peli negra mordiera uno de sus pezones. Cogio la cabellera peli negra y la pego aun mas contra sus pechos anhelando un mayor contacto y su espalda se arqueo deliciosamente.
-Marceline- la volvio a llamar- yo tambien quiero tocar- le sonroneo con sensualidad.
Con la misma rapidez con la que se habalanzo contra ella, se alejo para luego quitarse su propia camisa y su sujetador para quedar iguales. Una vez sin la estorbosa ropa superior juntarson sus cuerpos, creando una placentera sensacion. Marceline la tomo y coloco bajo su cuerpo, para luego volverla a besar con pasion y quizas... amor.
Sus manos estaban entretenidas jalando sus negros cabellos y rasgando su blanca espalda, mientras sentia como las manos de ella se deleitaban tocando sus pechos y seduciendo el siper de su pantalon. La necesitaba ya, anciaba sentir por completo aquel perfecto cuerpo sobre ella completamente desnudo. Estaba perdida en ella, en las sensaciones, en la pasion, en el fuego que se encendia cada que veia a su Marceline, porque a pesar de todo la amaba mas de lo que la odiaba. Una lagrima traicionera bajo por su mejilla ante aquella realidad, pero rapidamente esa lagrima fue borrada por un beso amoroso.
-no llores princesa- le dijo Marceline con cariño.- prometo no volver a cometer los mismos herrores otra vez- le prometio mientras sus manos por fin quitaban las utlimas prendas.
-siempre deices lo mismo Marceline- le contesto ella sin creerle una sola palabra.
-esta vez es diferente- le dijo colando su mano por debajo la ultima prenda.
Gimo con mas fuerza aun cuando sintio aquella intromcion en su feminidad y su espalda se arqueo buscando mas contacto. Aquella mano la recorria lentamenta, torturandola, volviendola loca de placer.
-no volvere a alejarme de ti Bonnie- le susurro a tiempo que volvia a morder su cuello.
Lo sentia cerca, el momento del climax, pero justo cuando estaba a punto de llegar al extasis la mano se detuvo. Gruño en protesta pero justo cuando hiba a decir algo sientio como su utlima prenda era retirada.
-quedate conmigo Bonnie- le suplico mientras se quitaba tambien sus pripias prendas y luego beso a beso bajaba hasta donde se encontraba su mano hacia un par de segundos atras.
-Marceline¡-grito luego de sentir como aquellos labios ahora se encontraban brindandole placer.
se encontraban abrazadas bajo las sabanas de aquella cama que habia sido testigo de aquella entrega. Marceline la abrazaba con su caracteristica posesividad. El ambiente era acogedor y romantico, hasta que que la peli negra vio las maletas en una esquina de la habitacion.
-sabes que te amo Bonnie- le susurro.- no me dejes- le suplico.-cambie... enserio- beso su cabeza sientiendo las lagrimas querer salir de sus ojos.
-ambas sabemos que nunca cambiaras- le susurro ella con iugal tristeza, se acurruco mas en el cuerpo de Marceline. - tu eres como eres y eso nadie lo cambiara- luego cerro sus ojos cansada.
-ya no soy mas una cantante Bonnie- le dijo acariando su cabellera rosada.- estoy estudiando leyes ¿puedes creerlo?- dijo despues con ironia.-no he estado con una chica luego de que me dejaste, simplente no he podido, solo te quiero a ti.- le confeso amargamente.
-quisiera creerte Marcy- le dijo con pesar,- pero simplemente no puedo.- una lagrima rodo por su mejilla.
-no te vallas- le volvio a decir.
-desearia poder irme, pero ya no puedo- levanto su mirada para encontrarse con la de Marceline.
-¿de que hablas?- pregunto extrañada.
-mi vuelo salia ayer en la noche- le contesto Bonnie con una sonrisa.
-Bonnie ¿me amas?- le pregunto despues neutra.
- si no lo hiciera no te estaria dando una ulitima oportunidad.- le dijo para posteriormente regalarle un beso.