El rubio y el azabache se miraron fijamente, se acercaron nuevamente para ir a por otro beso igual de pasional como el otro, los ojos del demonio demostraban lujuria, veía al rubio como si pudiera violarlo con la mirada y el ojiámbar no se quedaba atrás, sus ojos dorados demostraban deseo, como un león que acecha a su presa lleno de “hambre”.
pero… antes de que lograran unir sus labios con otro beso, un ruido molesto los saco a ambos de sus necesidades carnales, pues el celular del rubio comenzó a timbrar. se levantó rápidamente de la cama y se dirigió a contestar el celular.
-¿bueno?- contesto con nerviosismo- ¡ah! jefe ¿necesita algo?...si…si…-hablaba el rubio, mientras el azabache escuchaba todo tranquilamente sentado sobre la cama con una sonrisa de satisfacción- comprendo, no se preocupe, yo me encargo mañana de la tienda, hasta luego.- colgó por fin…volteo a ver al demonio que lo veía divertido, a lo que el rubio solo pudo fruncir el ceño y sonrojarse- bien ya lárgate- ordeno tratando se esconder su colorado rostro su mano derecha.
-que malo…- dijo el azabache haciendo un puchero infantil- ¿no me das otro beso?- dijo con una sonrisa ladeada, mientras miraba de forma lujuriosa al chico.
-¡no!- grito el otro- ¡ahora lárgate!- dijo aún más sonrojado que antes, a lo que el demonio solo sonrió más.
-si vienes conmigo yo te protegeré- le dijo de manera seria mientras se acercaba al ojiámbar, a lo que este solo retrocedió unos pasos.
-¡yo no necesito que me protejas de nada!- le dijo molesto- no soy un mocoso ni nada por el estilo para que debas de cuidar de mí, además… ¿un demonio cuidando a una persona?, sí que eres un demonio muy bueno ¿eh?- dijo sarcásticamente, a lo que el demonio no reacciono y eso hizo que el rubio se pusiera más nervioso- además, si te digo que me protejas el precio a pagar será mi alma ¿no?, ¿para qué intentas hacerte el bueno si desde el principio solo querías mi alma?- al decir eso sintió una puñalada “solo quiere mi alma…nada más…” dijo mientras miraba el suelo y escondía sus ojos girando la cabeza.
-¿no te dije que al inicio la necesitaba para la pasar una prueba (cosa que ya no es necesaria) y quería que te convirtieras en mi esposa?- dijo mirándolo de manera tierna y acercándose unos pasos más- quiero que seas mi esposa- agrego mientras se acercaba unos pasitos más, el rubio al darse cuenta de eso trato de retroceder pero… cuando se do cuenta ya estaba arrinconado a la pared.
-¡aléjate!- grito alterado, pues el demonio estaba tan cercas que sentía su respiración- te digo que…te alejes- su voz sonaba cada vez más baja, casi como un susurro, sentía que el corazón le latía al mil por minuto, solo rogaba a dios que él no lograra escuchar esos molestos palpitares de su corazón que no podía controlar.
-tranquilízate…- le dijo de una forma serena, cosa que el rubio no sabía porque pero logro calmarse un poco- no te are nada malo, pero cambie de opinión- dijo mientras lo tomaba de los hombros, cosa que tenso al rubio cuando pudo sentir su respiración en su rostro, luego las manos del azabache bajaron a su cintura para abrazarlo delicadamente y posar su cabeza en los hombros del ojiámbar, a lo cual este se sorprendió por la posición en la que estaban, pues el demonio lo abraza como un niño pequeño, cosa que le dio una profunda ternura- no quiero solo tu alma…quiero tu cuerpo…quiero tu atención…tus labios…y sobre todo…- dijo mientras levantaba la vista y lo miraba a los ojos.
sus ojos esta vez no demostraban lujuria, ni deseo u diversión ni cinismo, mucho menos burla, era algo más…algo que Ed hace mucho que no experimentaba, ¿Cuándo fue la última vez que alguien lo veía así?...cierto…fue hace varios años, cuando…cuando su madre aún vivía, “es la misma mirada” pensaba el rubio mientras observaba directamente al azabache, pues la forma en la que este lo veía era de “AMOR”, un amor tan puro y sincero, de la misma manera en que su madre hacía cuando el lloraba o estaba triste, siempre le daba esa simple demostración de amor diciéndole con sus ojos: “No te preocupes yo estoy aquí, te amo y no dejare que nada malo te pase, confía en mí” .
-y sobre todo…QUIERO TU AMOR- termino por decir por fin, el rubio se puso como tomate, no sabía qué hacer ante tal declaración, ¡no!, si lo sabía, si se lo pedía de esa forma se iría al infierno con él en ese mismo momento, pero sus labios no podían articular palabras coherentes.
-yo…yo…- empezó, “¡maldición! di algo, ¿por qué de repente no puedo hablar? este demonio inútil ¿qué me hizo?”
-no te preocupes pequeño- dijo con voz melosa y tierna.
-¡¿a quién le dices enano?!, ¡que incluso aunque se valla a vivir con los duendes no se le podría ver ni la cabeza!- dijo molesto el rubio a quien le salto una pequeña venita por el enojo.
-jajajaja- se río divertido el azabache mientras el rubio se sonrojaba de nuevo- te quiero- dijo de forma sensual en el oído del rubio, para después darle un beso en el lóbulo de la oreja.
///narrado por Ed///
¡¿qué demonios hace este demonio?! ¿acaso no sabe lo que hace o qué?, no… yo diría que si lo sabe, pero…¿él me quiere?, eso está bien…pero yo no sé si lo amo…mientras pensaba en eso el azabache se acercó a su cara para plantarle un dulce beso, ¡espera este idiota ¿qué hace?!, al menos deja que ponga en claro mis sentimientos ¡idiota!, pensaba el rubio mientras estaba todo colorado, y el azabache lo veía directamente a los ojos.
-no te preocupes- le susurro en el oído el demonio, “¡¿Cómo demonios no me voy a preocupar idiota?!”, pensaba el rubio mientras cerraba los ojos muy fuerte al sentir el aliento del demonio caer sobre su cuello y oreja- te daré tiempo, mañana será ¿bien?- dijo sonriendo traviesamente.
-¿eh?- dijo confuso- ¿tiempo? ¿de qué?- pregunto.
-por supuesto que para que declares tu amor por mi idiota enano- cambio su tono de voz y esta vez lo veía de una forma cínica y hablaba de forma altanera, ¡no por nada eres un demonio!, ¡¡maldito!!.
-ya quisieras que lo dijera ¿no?- dijo molesto- ¿por qué tendría yo que hacer eso?- dijo mientras le rechinaban los dientes.
-porque me amas tanto como yo a ti- le dijo otra vez con voz dulce, cosa que hizo que al rubio se le bajara el ardor del enojo y le subiera “otro tipo” de ardor a su cuerpo.
-te veré después- le dijo de forma burlona y le dio un pequeño beso de pico y desapareció.
¿Cómo puedes decirme eso y largarte como si nada? maldito demonio, pensó el rubio mientras se dejaba caer de rodillas al suelo, con ese gran sonrojo y con el corazón a punto de explotarle por lo ocurrido.
maldito demonio, más te vale hacerte responsable de esto después, dijo mientras se levantaba lentamente del suelo para dejarse caer a la cama cansado y dormir por fin, para ver si en sus sueños conseguía un poco de calma.
después de haberse tumbado en la cama desde hace una hora y no poder conciliar el sueño bajo a la cocina a comer un poco de pan blanco con mermelada, espero que te hagas responsable de esto que siento demonio inútil, o yo te mostrare lo que es el verdadero infierno, pensaba el rubio mientras le daba otra mordida al pan y observaba el techo con un leve sonrojo en sus mejillas.
maldito demonio…, susurro y se levantó para quitarse las migajas y dirigirse a su habitación para ver si conseguía dormir esta vez.
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