Una vez más fui llamado para hacer mi trabajo, eran cerca de las 4am cuando empecé a alistarme y a los 15 min partí en mi motocicleta. Al parecer hoy solo era una persona a la que tenía que ver por lo mismo estaba más tranquilo. Eran exactamente las 4:30 cuando llegué, estacioné mi moto frente a los tipos que guardan los automóviles para que la gente entre al bar. Le dejé mis llaves y fui en busca de mi cliente.
En la entrada del bar hay un apartado que es donde la gente espera a su conductor designado, rondé por esa zona preguntando por el nombre de aquel a quien me llevaría pero nadie contestaba ante el nombre.
- ¡Yo! –un vago levantó la mano desde su lugar- Ahora que recuerdo, yo dije ese nombre para que vinieran por mí, soy yo, yo si yo
- Mmmm –dudé al principio por lo mismo que el tipo estaba ebrio, pero le pregunté a los empleados de ahí y me dijeron que efectivamente era el quien pidió de mis servicios- está bien, ven conmigo –le di mi mano para que se parara con mi ayuda, pero no podía mantenerse mucho de pie, al batallar con el me hinqué para llevarlo en mi espalda al cabo se veía y efectivamente era muy ligero.
Lo cargué hasta afuera y pedí de nuevo mis llaves, bajé al tipo y como pude le ayudé a sentarse en la parte de atrás, tomé el segundo casco y al ponérselo me di cuenta de que esa persona era importante, esa persona era el líder de los bangs. No dije nada, solo sonreí y seguí con lo mío. Me senté al frente para manejar y tomé las manos del chico y las puse alrededor de mi cintura y al ver que éste no podía hacer mucha fuerza, lo amarré con un pañuelo mío y lo aseguré como dios me dio a entender.
Pregunté la dirección a donde quería ser llevado antes de arrancar, pero éste no contestaba nada, supongo que estaba dormido. Tomé su celular y llamé al contacto que se encontraba en el botón numero 3 por que por su puesto tendría a sus padres y a su hermana en los primeros 2; después de algunos tonos de llamada me contestó supongo Taeyang
- ¿Qué haces llamando a esta hora? Estaba soñando muy a gusto –tenía la voz adormilada
- Miane YB-ssi pero necesito que me diga exactamente la dirección de Ji
- ¿Q-quién habla? –contestó más atento- ¿por qué? ¿Dónde está él?
- Soy una conductor designado y estoy llevando a Ji a su casa, pero esta tan borracho que cayó dormido en mi espalda
- Ohhh ya veo, mira la dirección es… -me dijo cómo llegar a dolce vita
- ¡Muchísimas gracias! Le debo una, perdone por molestarlo y espero que tenga una excelente noche y dulces sueños. ¡¡¡De nuevo gracias!!! Byeee~
- Oohh…de nada…(?)
Después de saber a dónde dirigirme, me puse mi casco y arranqué lentamente para que no le pasara nada al rubio. Fue difícil dar con la casa, cuando por fin llegué eran ya las 6am. Toqué el timbre pero Gaho fue el único en darse cuenta, eso me hizo suponer que no había nadie dentro.
Ji empezaba a cobrar vida y miró mi espalda, balbuceó un poco en un tono muy bajo y después aclaró su voz
- ¿Cómo llegamos aquí?
- Ommo, ¡despertaste! Menos mal, ahora podrás caminar hasta la puerta
- ¿Quién eres tú? –parpadeaba un poco confundido
- Lo siento, soy un conductor designado, me enviaron para traerte a tu casa así que por favor ayúdame a ayudarte –tomé sus manos para que pudiera pararse, pero no podía mantenerse bien de pie y terminó recargado en mí, con su rostro frente al mío- tendré que cargarte de nuevo
- ¿De nuevo? –seguía atontado- pero no podrías conmigo
- Ya lo hice una vez –me hinqué de nuevo- anda, sube
Obedeció lo que le dije y lo agarré bien para que no se me cayera en las eternas escaleras que tenía por entrada. Paso a paso llegué a la puerta y bajé al rubio recargándolo en la pared. Le pedí la contraseña de su casa y entramos caminando juntos. Me fue imposible no mirar el lugar, sin duda esta casa era hermosa. De un extremo a otro cada detalle era excepcional.
- Por dios, tu casa es hermosa
- Gracias, pero vamos a la sala –dijo casi muriendo
Hice caso a lo que dijo y lo lleve a la sala, se sentó en el sofá más grande que tenía y supongo que despejó un poco se mente en silencio. A mi parecer se veía bastante mal, tenía demasiado alcohol en el cuerpo, me sentí mal por ello y busqué la cocina para darle algo. Busqué bastante pero valió la pena, había encontrado como hacer té y un poco de medicina para calmar el estómago. Serví un poco del té caliente y se lo di. Al principio me miró confundido, no sé si era porque se le hacía extraño que lo ayudara o porque de plano su cara había quedado con esa mueca de tanto beber.
- Perdona si el té no sabe muy bien, pero es que no estoy tan despierto como puedes notar... tengo mucho sueño –le di la taza y enseguida saqué la medicina- esto según por lo que entiendo es para calmar el estómago, pero léelo antes de tomarlo, no vaya a ser que algo malo te pase y después qué haría yo
Me senté junto a él, iba a esperar a que se durmiera para irme; mientras él tomaba lo que le había dado yo seguía viendo la decoración de la casa. Después de analizar un poco me percaté de una pequeña foto alado del sofá, era GD cuando era un jovenzuelo.
- Qué lindo era -decía para mis adentros
- ¿Te gusta esa foto? –interrumpía mi admiración
- Eh? Pues… si –me atrapó en el acto- ¿cuantos años tenías?
Él amablemente contestó a mi pregunta, seguimos platicando un poco, después de un rato sentí que algo cayó en mis piernas, era GD quien no había soportado el sueño. No sabía si apartarlo, sentía esa misma debilidad que tengo con mi gato de moverlo de lugar, son tan lindos que enserio no quieres ni tocarlos. Me encontraba adormiladamente feliz, decidí no moverlo, mi corazón de pollo no me permitía hacerlo. La vista que tenía era hermosa, y sin querer terminé acariciando el cabello del idol, ¿qué importaba? Estaba dormido como un tronco. Ya eran las 7:30am desgraciadamente tenía que irme, además si seguía en esa casa terminaría quedándome dormido en el sofá y no creo que sea grato para el líder. Tomé su rostro entre mis manos y me zafé de ahí, en mi lugar puse una almohada y Ji seguía en sus sueños.
Regresé a mi casa, estaba tan cansado que solo me lancé al suelo a dormir. Desperté unas horas después e hice lo que en mis días cotidianos hago. Trabajaba en las noches de conductor designado y en el día iba a una escuela de idiomas a mejorar más mi ingles y otros idiomas más. Mi vida era tranquila y desde esta noche creo que mi vida es completa y feliz.
En fin.
Pasaron los días y yo seguía como si nada, pero de nuevo recibí una llamada a las mismas 4am para recoger a alguien. Volví al mismo bar y la persona que me esperaba era GD otra vez. Esa noche él no estaba tan tomado, era consciente y podía caminar un poco por sí mismo. Ni si quiera tuve que entrar a buscarlo, él ya se encontraba en la puerta esperándome. Lo saludé con mi mano y se acercó inmediatamente a mí.
- Es raro que un conductor designado venga en una moto
- No te pasó nada la última vez, sube –le sonreí- aquí está tu casco
Subió al asiento de atrás y resguardó mi cintura con sus manos. Yo no podía evitar sonreír por la cercanía que tenía con el idol en el trayecto del bar a su casa. Cuando llegamos él bajó inmediatamente pero se llevó el casco consigo, me pareció extraño.
- Ji Yong-sii el casco te lo estas llevando
- Ahh… es que pensé que de nuevo ibas a pasar –dijo con una sonrisa levemente marcada en su rostro.
No quise despreciarlo, además me parecía mejor conducir con más luz del día a que manejar a las 6am desde aquí a mi hogar. Subí las escaleras y de nuevo me encontré en su mansión. Realmente no podía dejar de admirar cada detalle, quería mirar en todos lados y deleitarme de esa arquitectura tan fina y exquisita. Sentí de nuevo la mirada del rubio, tenía un gesto de risa.
- ¿Qué es lo que tanto miras de mi casa que te emociona así? -preguntó divertido.
- no se –contesté- pero siento que es lo más increíble que eh visto en mi vida.
Volvía a sentarse en su grande y cómodo sillón, seguía perdido reflexionando muchas cosas que no sabría decir que son. Pensé que sería bueno si pudiera ayudarle en algo y le pregunté directamente
- ¿Se te antoja algo? Como ya te dije, no soy bueno cocinando cosas, pero sé que por lo menos podría darte algo rico de tomar
Dije sonriendo entusiasmadamente y corrí a su cocina, busqué algo que pudiera servir y preparé un chocolate caliente. Fui de nuevo a donde se encontraba GD y le di su taza. Terminé sentándome a su lado, platicamos un poco acerca de tonterías, de gustos y cosas muy x’s y una vez más terminó dormido, pero esta vez se había recargado en mi hombro.
¿Qué podía hacer? De nuevo me quedé ahí, sin hacer nada en la completa tranquilidad del lugar. Gaho creo estaba dentro de la casa, se acercó a mí y me saludó amistosamente. De nuevo se hizo tarde, debía volver a mi casa pronto o no dormiría nada. Me fui quitando lentamente y recosté al rubio en el sofá, hacia un poco de frio por lo que busqué unas cobijas y las traje para cobijarlo bien. Después de eso simplemente me fui.
Fue un día extraño otra vez, pero lo que resultó más extraño fue el hecho de que empecé a ir por el casi a diario al mismo lugar. Siempre nos veíamos a las 4am en la salida del bar, él tomaba el casco y se subía a la motocicleta conmigo para ir a casa. Nunca le cuestioné algo fuera de lugar, siempre que platicábamos era sobre tonterías que le sacaban una risa hermosa al tipo. Al final siempre se quedaba dormido en el sofá y las 7:30 yo partía a mi casa. Se volvió rutinario.
Era un sábado por la madrugada, recibí la llamada de Ji directamente y fui por él. Esta vez era más temprano, eran las 2am. Cuando se sentó tras mío me susurró al oído que hoy no quería ir a casa. Arranqué y no supe a donde ir si no era a dolce vita, pero de inmediato pensé en visitar la playa.
Viajé un poco extrañado, pero feliz, esta vez GD no tenía ni una sola gota de alcohol encima y lo mejor de todo era que me abrazaba muy fuerte al estar en movimiento en la motocicleta. Llegamos por fin y caminamos un poco por ahí. Hacía frio, mis manos se helaban. El idol lo notó y de inmediato sujeto mis manos entre las suyas, cosa que me sorprendió bastante. Nos sentamos en la orilla y platicamos un poco. Después de un buen rato nos fuimos de ahí, regresamos a su casa y entré de nuevo con él. Saludé a Gaho emocionado pero GD nos interrumpió. Me sorprendí una vez más, dado a que GD tenía dos tazas de café, se sentó a mi lado y me dio una de ellas.
- Yo no sé preparar tantas cosas como lo haces tú cada noche, pero sé que puedo ofrecerte por lo menos un café caliente.
Sonreía mientras sorbía de su vaso. Jugueteamos un rato y después sin avisar ni nada se recostó sobre mis piernas, con su mirada hacia arriba para topar con la mía. Esta vez estaba despierto, estaba más que consiente y sonreía al mirarme.
- ¿Qué tienes? -pregunté
- nada, simplemente te observo
- ¿y qué es lo que tengo que desde siempre me miras?
- no sé, pero siento que eres lo más increíble que eh visto en mi vida.
Se acercó a mí y juntó sus labios con los míos. No pude evitar sonrojarme por aquella declaración, pero me sentía feliz. Después de un rato se quedó dormido como siempre, con la única diferencia de que ahora yo me había quedado a su lado.