Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un momento que cambia todo... por lUZzz UzUMaKI

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bien, este es el primer fic que escribo de Sherlock, no sean muy malas conmigo.

Notas del capitulo:

yayyyyyy el primer cap, espero que disfruten este fic como yo disfruto escribiendolo, el primer cap esta situado apartir de la primera supuesta muerte de Irene...

Le dolía tanto verlo así, rendido, adolorido, y casi podía jurar que con nula esperanza en la vida, pero no lo culpaba, cualquiera estaría así después de haber perdido al único ser del cual podía llegar a enamorarse, cosa de por cierto difícil, siendo el quien era, Sherlock Holmes, el único detective consultor del mundo, el ser más apático cínico y en cierta forma cruel que conocía, en todo, lo que llevaban viviendo juntos nunca lo había visto comportarse así, ni una sola vez, ni siquiera cuando Mycroft vino con la noticia de la muerte de su madre, sin embargo en esta ocasión casi podía sentir la desesperación del otro, el deseo homicida de tener entre sus manos la cabeza de Moriaty y aplastarla hasta hacer estallar sus ojos.

Tal vez los demás no lo notaran, al menos no con tanta fuerza, pero para él era más que obvio. Sherlock amo con locura a esa mujer, Irene Adler, la dominatrix, la única por la cual veía despertar ese peculiar brillo en los ojos del detective, y eso le molestaba. La razón aún no se encargaba de averiguarla pero realmente le molestaba, desde el principio, no era que lo guardara un odio irracional o algo por el estilo, pero su mera existencia le causaba dolor de cabeza, aunque, ahora que ya no la volvería a ver le dolía más, no por él, le daba igual, si no por Sherlock, dios realmente desearía no haberse dado cuenta de los sentimientos que desarrollo por esa mujer.

En ese momento se encontraba en el apartamento, preparando algo de comer, inconscientemente preparo algo para dos, soltó un suspiro, sabía que aunque se lo llevara no comería ni una pisca y seguiría tocando con toda su alma el violín, levanto la mirada a la puerta, sería mucho intentar ayudarlo, velar por él hasta que estuviera curado de ese mal de amores, siendo Sherlock quien era lo más probable era que sí, dejo la comida sobre la mesa, y se dirigió a la salida, ese día solo le tocaba un turno esperaba que Sarah entendiera su situación y lo dejara salir un poco más temprano.

-¡Sherlock! ¡Me voy! Deje comida en la mesa – grito saliendo del lugar, sin darse cuenta del par de ojos grises que lo seguían al salir del apartamento.

Aún faltaban unas cuantas horas para poder volver al 221 B de Baker Street, y la verdad ya estaba comenzando a perder la paciencia, en ese momento tendría que estar en el apartamento, vigilando que el moreno detective no hiciera ninguna locura.

Volteo a ver a su paciente en turno, un hombre de no más de cuarenta años, con una cara regordeta y por lo que podía notar divorciado recientemente.

-entonces ¿Cuáles son los síntomas? – cuestiono con voz rutinaria, soló necesito echarle un vistazo para saber que se hombre tenía una anemia algo grave e inclusive una infección intestinal, eso lo hizo sonreír, tanto tiempo que pasaba con Sherlock comenzaba comenzara  surtir efecto.

Las horas pasaban lentas, más de lo usual, los pacientes fluían con rapidez, pero casi siempre era lo mismo, una infección, un corte, un dolor de cabeza, todo tan monótono, por un momento intento imaginar su vida de esa forma, sin la existencia del detective, volvería a casa, encontrarse tal vez con su esposa, a saludarla con un beso, que le diera de cenar, hablar de su día, llegar a la cama, tal vez hacer el amor, despertar, salir a la clínica y seguir la misma rutina, rayos eso sonaba tan mal en ese momento, tal vez en otro tiempo hubiera deseado eso más que nada, pero ahora ya no, no podía hacerlo, no conociendo la emoción de resolver un caso, de atrapar a un criminal, de ver a Sherlock con eso brillo característico de emoción en sus ojos, de pasar noches en vela esperando el momento exacto para atacar, y aprovechar cada momento para acercarse un poco a su compañero, de comer juntos, de darse cuenta de que solo a él iban dirigidas sus sonrisas….

El turno a cabo antes de lo esperado, y volvió a casa encontrándosela en silencio, suspiro, lo más probable era que Sherlock por fin se hubiera rendido al cansancio, camino lenta y suavemente a su habitación, intentando hacer el menor ruido posible, en cuanto llego se quitó su ropa para ponerse la piyama, y se metió rápidamente en la cama, esperando que el extraño fenómeno que había comenzado hace varios días se repitiera.

Estaba en la frontera del sueño y la conciencia, el cuerpo  exigía su descanso pero la conciencia impedía  que eso sucediera, ´pronto la puerta se abrió suavemente y sintió un peso extra en su cama, estaba dándole la espalda así que no podía ver su expresión, la primera vez sí que lo había asustado, después de todo no recordaba absolutamente nada y eso le preocupo y si a eso le agregamos amanecer en la misma cama con él, no podía ser algo bueno, ese día había pegado el grito de su vida, cosa que le valió la molestia de Sherlock durante una semana, claro, hasta que volvió a hacerlo y en esta ocasión fue mucho más discreto. Desde entonces sabe que cada  vez que el detective se siente presionado, aburrido o melancólico, va y se mete a su cama, y se queda ahí, por horas, sin tocarle, simplemente sintiendo la presencia del otro. Y por lo que parecía esa vez no iba a ser la excepción, pero cuál fue su sorpresa al sentir como dos brazos lo envolvía fuertemente y lo pegaban contra un fuerte pecho.

-sé que estas despierto – fue todo lo que escucho, pero basto para hacer que su corazón latiera fuertemente. ¿Qué estaba haciendo Sherlock? No se movió, para que hacerlo, nunca en su vida se sintió de ese modo, tan cómodo entre los brazos de alguien – sabes Jonh, la muerte de Irene me abrió los ojos – comenzó el detective sin soltar el agarre sobre el doctor – me hizo reflexionar acerca de lo peligroso y maniaco que puede llegar a ser Moriaty – mientras hablaba el detective había pasado una mano por el cabello del doctor – y del constante peligro al que estamos expuestos – siguió diciendo, deteniendo su caricia, haciendo que despertara al sentir esa falta de calor, que extraño, era la primera vez que estaba así con otro hombre, que compartía un contacto tan íntimo con alguien de su mismo sexo, pero no se sentía incómodo en realidad por primera vez en su vida estaba realmente tranquilo. – Pero eso no puedo permitirlo Jonh, muy pocas personas son capaces de lograr lo que tu logras – dijo Sherlock, apegándose más a su cuerpo, cosa extraña, parecía necesitado de… cariño. – muchas personas me lo han dicho, y aunque algunas son unos idiotas, no puedo negarlo, me costó mucho hacer ese pequeño experimento y ahora Irene murió por eso, no es que me sienta culpable, pero siempre pienso que habría pasado si fueras tú – no sabía porque su corazón latía desbocadamente, en especial al sentir como el aliento del único detective consultor del mundo chocaba contra su nuca.

-Sherlock, sabes que se me cuidar solo, no por nada estuve en Afganistán – dijo a modo de reproche, sin verdadera intención de comenzar una de sus pequeñas peleas, también intentando regular sus latidos y su respiración, cosa que no parecía lograr, ya que cada movimiento del detective su corazón se aceleraba un poco más. 

Sherlock no dijo nada, solo se mantuvo así, atrapando con su cuerpo el del doctor, respirando ese suave aroma ya tan familiar para él, rayos, desde hacía cuanto tiempo que esa persona interfirió con tanta fuerza en su vida; se apegó un poco más al fuerte cuerpo del doctor, aun podía notar los músculos trabajados a causa del ejercicio físico, y también el leve temblor que causaba el hecho de la cercanía de sus pieles, con suavidad dejo que su barbilla descansara en la cabeza de Jonh, seria mucho pedir quedarse así durante un momento mas, desconectar por completo su cerebro analítico para simplemente disfrutar la compañía del otro, si, lo era, pero estaba dispuesto a hacerlo con tal de ver como el doctor caía rendido en sus brazos y solo verlo dormir, cosa  que no tardaría demasiado en suceder, lo sabia, igual que sabia el tedioso día que tuvo Jonh. Tal vez otro día se decidiera a decirle todo, pero por el momento se contentaba con tenerlo entre sus brazos, tan cómodo. No se dio cuenta de que el fue el primero en caer rendido al sueño gracias a la seguridad que le causaba la presencia del medico.

Jonh suspiro al sentir como la respiración de su compañero se acompasaba, no habían sido demasiadas las veces en las que se habían levantado de la misma manera, mas aun así fueron las suficientes como para que se acostumbrara a sentirlo, al menos durante unas pocas horas, como el ser humano que realmente era, un hombre con preocupaciones, con sentimientos, alguien que si conocieras lo suficiente no dudarías ni un momento en dejar la vida en sus manos. Se acomodo un poco mejor, y quedo frente a frente con Sherlock, podía notar como exhalaba suavemente y sus labios levemente abiertos, apenas lo suficiente.  Se entretuvo mirando eso labios, que hasta el momento no se había dado cuenta de que tan apetecibles podían llegar a ser, ¿Sherlock habría dado ya su primer beso? No lo creía, aun era, como decirlo, demasiado puro, incluso para eso. No se dio cuenta de cuando cayo dormido, ni de la cercanía que tendrían sus rostros al otro día, en ese momento no importaba, solo importaba la cercanía del detective, y aquellas palabras; que aun no sabia como interpretar.

Sherlock fue el primero en despertar, por alguna extraña razón su sueño había sido tan reparador, como hace tantos  que no. Intento desperezar su cuerpo como siempre, aun sin abrir sus ojos, pero entonces lo sintió, aquel contacto que nunca seria capaz de rechazar, y sin querer se apego mas a él, con cuidado, sabiéndolo aun dormido. Con la lentitud típica delas mañanas abrió sus ojos, esperando encontrarse el cabello de su blogger cerca de su cara; mas cual fue su sorpresa al verlo ahí, su rostro, a tan pocos centímetros del suyo, casi bebiendo el aliento del otro. Se dedico a esperar el momento en el que el doctor despertara, no debería de tardar demasiado…

-¡Sherlock! – escucho en la parte baja del apartamento, no tenia que bajar para saber quien era, después de todo reconocería la voz de Mycroft en cualquier parte. Con renuencia se separo del doctor y aun antes de salir le dedico una ultima mirada, si, esa persona era lo único que realmete quería proteger.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, y que minimo hayan disfrutado de un momento de recreacion para sus mentes.

Como bien saben ninguno de los personajes me pertenecen, ni lucro con este fic, mi unico pago son sus reviws, así que sientanse libres para dejar aunque sea uno XD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).