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Juego Inocente por Anne Mary

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Notas del capitulo:

Bien, el siguiente capitulo, espero que les guste. Como dato curioso, el Hospital sí existe y la estética también :D

Hospital Ikuryo, 9:00 a.m.

-“Estoy de… acuerdo en permanecer un tiempo… en descanso, pero en el cuartel… lo puedo hacer muy bien padre, no es necesario quedarme… en casa, llevo aquí una se… semana entera”- tomaba un desayuno insípido con paciencia.

-“Light, hijo, sufriste muchas lesiones, lo mejor sería un cuidado en casa una vez que te den de alta en el hospital”-.

-“Soichiro-san, si me permite unas palabras, creo que en el cuartel sería un cuidado más profesional, además de que seguiríamos con la investigación en donde la dejamos y su hijo intentaría demostrar su inocencia al atrapar a Kira”-.

La habitación ya tenía un toque de vida, al agregarle muchas flores de compañeros de la Universidad que se creían amigos o allegados a Light Yagami; todos ellos le deseaban una recuperación pronta del accidente. Además la habitación ya tenía más personas en ella. Contando a su familia, Watari, Misa Amane y su compañero Ryuzaki.

-“Light será mejor que te vistas, pronto nos darán los papeles para darte da alta”- Sachiko le hablaba al tiempo de ayudarlo a levantarse y llevarlo al baño.

-“Yo… puedo solo madre”- se levantó con esfuerzo, dado la fractura en dos costillas y su brazo izquierdo –“¿Pueden salir de mi habitación?”- casi todos salieron, excepto Ryuzaki.

Light no lo vio, así que intentó quitarse la camisa, no lo consiguió.

-“¿Te ayudo?”- no esperó respuesta y se acercó a desabotonar su pijama, Light intentó protestar –“Sshh, no hables, ¿o quieres que se den cuenta de que te estoy ayudando?”- pudo sacar la camisa que traía puesta y el menor no tuvo más remedio que sentarse en la cama para apoyar su peso.

L continuó con su tarea de desvestir al muchacho, no lo hacía de mala fe, hasta que Light le dio motivos, el castaño se estremeció ante el roce de Ryuzaki contra su espalda.

-“Se siente tan…”- soltó un jadeo al sentir la mano del detective deslizarse por toda la extensión de su espalda, hasta que se detuvo en el inicio del pantalón -“El imbécil sabe lo que hace, ¿a cuántos más les habrá hecho lo mismo?”-.

-“Light, no has hablado, ¿es que el gato te comió la lengua?”- tomó la mano sana de Light y lo miró con una expresión sincera –“Te ayudaré en todo lo que esté a mi alcance, sin dejar de lado nuestro pequeño juego”-.

-“No necesito… tu ayuda”- se giró enfadado, se levantó con esfuerzos hacia una cajonera que contenía varios cambios de ropa, tomó unos vaqueros y una camisa oscura, además de su ropa interior.

-“De acuerdo”- se quedó mirando los pobres intentos de Light para vestirse y con un suspiro se levantó para ayudarle, a pesar de las protestas silenciosas del menor.

Sin verlo le ayudó a ponerse su camisa y abotonarla, a continuación, tomó la ropa interior del menor y la examinó sin ningún reparo.

-“Nunca pensé que usaras este tipo de bóxer Light”- se acercó al pantalón de Light y este se alejó.

-“Si no te molesta, yo puedo ponerme solo eso”-.

-“Como quieras”- le tendió su ropa e hizo el ademán de salir de la habitación. Light se había puesto el pantalón en tiempo récord y le gritó.

-“Espera. Ya… estoy listo, ¿me ayudarías a… empacar?”- debía aprovechar el ofrecimiento que le habían hecho –“Es que, bueno… no puedo”- tosió un poco de manera actuada, para darle a su frase un poco más de peso.

Ryuzaki maldijo por lo bajo –“Está bien”-.

-“Genial, Sin esposas en la muñeca, sin miedo a un sorpresivo ataque de parte de Ryuzaki, y su ayuda incondicional en el tiempo en que esté herido. Me parece perfecto. Pero de verdad me alegra que él no haya recibido ningún daño…”- empezó a divagar sobre aquel día en que despertó en el hospital.

Flash back…

Se despertó en una especie de cuarto blanco. Horrible, ese fue su primer pensamiento.

-“¡Ryuzaki!”- buscó por todos lados con la cabeza, pero sintió que algo le detenía sus movimientos –“Estoy en el hospital, por lo que Ryuzaki debe estar siendo revisado”- miró a la mesita que tenía a un lado; estaba una carpeta con su diagnóstico, la checó por un momento con sus conocimientos vagos de medicina general -“Según esto, tengo dos costillas de la izquierda rotas, la muñeca rota, varias magulladuras y… ¿material de construcción que obstruye la garganta? Da igual. Me recomiendan reposo por completo”- pretendió suspirar, pero notó un dolor en la garganta –“Mire a donde mire, no hay otra cosa que blanco. Es tan molesto como ver mi celda en el cuartel general, pero ahora estoy sin la compañía de Ryuzaki”- se quedó mirando a la nada durante un rato, hasta que escuchó la puerta abrirse, y como si fuera un deseo cumplido, pudo vislumbrar a un Ryuzaki rezagado, para permitirle a su familia saludarlo y rodearlo.

Fin del flash back…

-“¡Light!”- era la tercera vez que le llamaba y este no le contestaba, así que optó por hablarle un poco más cerca para que prestase atención.

Lo abrazó por la espalda y acarició cuanto pudo del pecho del distraído, le susurró como un amante –“Light, ya estamos listos, ¿nos vamos?”- no estaba preparado para la indiferencia del castaño.

-“Oh, no me di cuenta… gracias… Ryuzaki”- pero no vio que el otro se sonrojaba hasta más no poder. Había decidido en todo ese tiempo que tuvo para pensar, que para ganar la apuesta tomaría un papel menos activo, más indiferente, aunque en realidad no podía ni mantenerse cuerdo cuando lo tocaba de esa manera tan… experta.

Salieron con tranquilidad hasta la sala de espera del piso, cuando los vieron juntos, nadie hizo ninguna expresión. L había hecho que Light apoyara todo su peso en él, para evitar alguna caída, por lo que lo mantenía ceñido de la cintura suavemente. Esperaron una silla de ruedas, pues era un servicio que habían contratado.

-“Saben, no es… necesario… yo podría… caminar”- todos negaron con la cabeza y Ryuzaki se encargó de ponerlo en la silla cómodamente.

Salieron de ese lugar deprimente hacia la casa de la familia Yagami, dejaron ahí a Sayu y a Sachiko Yagami, ante la insistencia de Light; Watari condujo hasta el cuartel, en una plática amena con Soichiro Yagami. Y llegaron sin mayores contratiempos. Light tuvo que armarse de paciencia para estar todo el tiempo en esa silla de ruedas. Lo instalaron en frente de su ordenador, y comenzó de nuevo la investigación que se había aplazado gracias al accidente.

-“Ryuzaki no… entiendo porque no siguieron esto… sin mi presencia, es decir, tu estuviste aquí… junto con Matsuda y Mogi-san… ¿o no?”- lo miró interrogante.

-“Si supiera que fui yo el que estuvo con él todas las noches…”- lo miró con expresión neutra –“No, porque te visitábamos constantemente”-.

Soichiro había escuchado eso y sonrió un poco al ver una verdadera amistad entre su hijo y alguien a su nivel.

-“Light, Ryuzaki estuvo contigo todas las noches, así que por eso no avanzamos absolutamente nada con la investigación”- les sonrió y se fue a su lugar designado, algo lejos de ellos.

Light lo miró y le iba a sonreír, para darle las gracias, en realidad su presencia era cada vez menos irritante, pero lo que dijo L hizo que se retractara.

-“Bueno, eso fue porque…”- se quedó sin ideas –“Te vigilaba por ser el único sospechoso de ser Kira, así que mi investigación nunca se detuvo”- se fijó en que las facciones del universitario se oscurecían un poco, como si no le hubiera parecido el comentario. Intentó disculparse, o al menos agregar algo menos ofensivo, pues se había dado cuenta de lo insensible que había sonado toda la frase, sin embargo, no continuó.

-“Bueno, supongo que no entiendes de razones Ryuzaki”- lo miró fríamente, desde hacía mucho tiempo –“Yo no soy Kira”- se giró sin importarle nada y prendió el monitor, empezó a revisar las nuevas muertes sin humor en los ojos, intentaba encontrar algo en que concentrarse para no pensar en el dolor que le causaban esas palabras que Ryuzaki le decía.

No ponía atención a nada.

Ryuzaki se sentía mal. Es decir, Light aún era sospechoso de ser Kira, pero cuando lo cuidó, jamás pensó en él como Kira, sino como un chico que le había salvado la vida y que le tenía un aprecio muy grande –todavía no sabía la magnitud de sus sentimientos-. Y ahora el joven Yagami creía que era tan desconsiderado como para ni siquiera haber reducido un poco una vigilancia, o que no había dado crédito a su efímera amistad, tan frágil; que no tomaba en cuenta nada.

-“Es la última vez que me preocupo por una persona tan… tan… ni siquiera tengo un calificativo para este tipo de gente. Es un idiota, por un momento creí que, en efecto, se había preocupado por mí, ya veo que no es así”- se sentía cansado, aunque había dormido muy bien en el hospital.

-“Light-kun, ya terminó el nuevo turno de trabajo implantado por Ryuzaki, ¿no quieres jugar una partida de cartas?”- Matsuda los vio tan ensimismados, que intentó hacer sentir mejor a Light, que era el que necesitaba más atención. Le mostró un monte de cartas, con extraños dibujos en ellas, parecía un juego de rol o algo así.

Light lo dudó, pues nunca había jugado antes, pero aceptó de buena gana, ya que eran apenas las ocho de la noche en punto, y él dormía hasta las nueve. No entendía el establecimiento de turnos más relajados, pero no le importó y dejó las pocas anotaciones que había hecho sobre las muertes benéficas para una empresa en especial.

-“Nunca he jugado ese tipo de cartas, así que me tendrás que enseñar Matsuda-san”- el referido empujaba la silla de ruedas hasta una mesa cercana, les seguían un Soichiro Yagami algo contento y un Ryuzaki desconcertado por la actitud tan cambiante de Light.

-“Hace un rato estaba ofendido y ahora quiere jugar con el idiota de Matsuda, que ni siquiera tiene el IQ necesario para entablar una plática amena con Light. Yo, en cambio, puedo conversar con él, jugar cualquier cosa y prestar atención a mí alrededor, mi inteligencia me basta para todo eso y más. ¿Por qué Light accedió tan fácilmente a jugar algo tan tonto?”- estaba molesto, lo habían desplazado.

-“Ryuzaki, ¿quieres jugar con nosotros?”- Light le preguntó, deseando hacer las paces cuanto antes.

-“… No me interesa un juego tan torpe y aburrido que sólo demuestra la poca inteligencia de los jugadores, además de la poca estrategia que se tendría que…”- fue un sonido seco, que desconcertó a todos, y sobre todos a Ryuzaki, y es que; el chico genio Light Yagami se había levantado de la silla de ruedas con el esfuerzo de un herido, pero había recorrido la distancia que los separaba, con lágrimas en los ojos…. Y abofeteó a Ryuzaki con su mano sana. No fue un golpe con la intención de lastimar, sino con la intención de darle a entender la ofensa.

Las lágrimas eran una mezcla de frustración y tristeza, todo eso lo notó Ryuzaki.

-“Si no te interesa…. Puedes irte a donde te… plazca, imbécil”- se regresó sin girarse y se sentó de nuevo en la silla de ruedas –“Lo siento… mucho… Matsuda-san, por favor… vamos… a jugar”- se limpió con insistencia los ojos, tallándolos muy fuerte.

-“Light-kun, creo que ya no estás de humor para jugar, lo mejor sería que te fueras a descansar, lo necesitas, fueron órdenes del médico un reposo absoluto y ningún tipo de esfuerzo”- le habló dulcemente, como quien se dirige a un niño pequeño que no quiere entender.

Soichiro asintió a Matsuda, dándole la aprobación para llevarse a su hijo a su habitación. Light no dijo nada, porque sabía que Matsuda tenía razón.

-“Será en otra ocasión”- empujó la silla hasta el elevador y Ryuzaki los siguió, después de todo también era su cuarto.

Llegaron al cuarto, que estaba totalmente a oscuras y Matsuda llevó a Light hasta el lecho, Ryuzaki odiaba el hecho de simplemente acompañarlos. Light le pidió a Matsuda lo dejase en la cama, y así lo hizo, no se puso la ropa para dormir y así se quedó tendido en la cama, no habló, sin embargo Matsuda entendió a la perfección y se fue.

-“Light… yo…”- se disculparía, mas su orgullo no lo dejaba.

Nadie volteó, era como hablar con la pared.

-“Light, lo que quiero decir es que… lo siento mucho”-.

De nuevo, nadie volteó. Ryuzaki se acercó al menor y vio su rostro, pálido por la falta de Sol, y con la piel hirviendo. Había escuchado de personas sensibles en cuanto a discusiones, pero nunca vio que alguien respondiera tan mal a una pelea verbal tan corta. Y a él aún le dolía la mejilla donde había recibido la bofetada.

-“Light, escúchame, tienes fiebre, así que intentaré bajarla un poco”- el menor respiraba con dificultad.

L se fue al cuarto de baño y mojó su playera con el agua helada, haciendo un trapo lo suficientemente pequeño para pasarlo por el cuerpo del castaño. Regresó al cuarto.

-“Light, tengo que quitarte la camisa para bajarte la fiebre”-.

Le quitó la camisa, casi rompiéndola, y empezó a pasar su remera mojada por la piel clara de Light, recibiendo como respuesta un silencio, al terminar dejó la remera aún fría en la frente del menor. Esperaba que sólo fuera pasajero, y se recuperara de la fiebre. Se recargó en la cabecera de la cama, junto a Light.

-“Enserio lo siento Light, fue mi culpa todo esto… pero ni yo entiendo mi actitud”- le susurraba, con la intención de que no le escuchase.

-“No… hay… ningún problema Ryuzaki”- se acercó al calor que sentía y que provenía del cuerpo del chico que hacía momentos lo había hecho enfadar –“Sabes, no… te debes preocupar. Yo tampoco entiendo… tu actitud, eres extraño”- no tenía sueño.

-“Tu si sabes matar una atmósfera”-.

-“Y tu si sabes quitarle… el ánimo a todos”-.

-“Sólo digo lo que me parece en el momento, soy lógico”- bajó la mirada hasta el chico que se recargaba en él.

-“No es que seas lógico… es que… eres demasiado insensible, y sólo… piensas en tus sentimientos”- lo miraba seriamente –“Siento mucho lo… de la mejilla, no quería… lastimarte”-.

-“Supongo que me lo merecía. Lamento haberte hecho llorar”- vio que había un sonrojo en el rostro de Light y sonrió para él.

-“¿Te das cuenta… que es la primera… vez en que hablamos… sin que termine en una discusión?”- se apoyó aún más en Ryuzaki, estaba muy cómodo.

-“Si”- no lo pudo evitar, bajó la cabeza a la altura de la boca de Light, este lo miró un poco, como no entendiendo ese cambio.

Lo besó, muy lentamente, fue un beso de verdad. Paciente y deliberado, esperó una correspondencia, que sorpresivamente llegó indecisa. Fue corto, un movimiento suave, tranquilo y sin malas intenciones. Era correspondido torpemente, Light no sabía qué hacer, ni si lo que estaba haciendo estaba bien, pero sintió que L lo empujaba con suavidad, para dejarlo respirar un poco, se sentía agitado, pero no molesto, sino todo lo contrario y no lo podía negar de ninguna manera.

-“Light, ¿te gustó?”- sabía que si, pero lo quería escuchar.

-“Si”- no podía negarlo –“Sabes besar Ryuzaki”-.

Se durmieron juntos, sin ningún tipo de molestia, no se dijeron nada más, pero ambos sabían que el día siguiente sería un poco diferente, pero siempre manteniendo el mismo humor que los caracterizaba. Lo sabían y en ese momento no les importaba para nada. Ninguno de los dos sabía aún porque se sentían tan confundidos, y L tenía una sospecha, sin embargo, no quería aceptarla aún.

Notas finales:

Lo lamento, me encanta el dulce, sé que fue un poco empalagoso, pero no lo pude evitar.

En cuanto a eso que sospecha L, ¿qué será? ¿Alguna hipótesis? Estoy 93% segura de que ustedes ya deben presentir la respuesta.

Espero sus comentarios, ya saben, un gatito es adoptado cada que ustedes escriben un review.


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