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Juego Inocente por Anne Mary

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Notas del capitulo:

Hola!! Aquí les traigo el tercer capítulo, disfrútenlo :)

Fuera de la habitación de Misa Amane, 10:54 a.m.

-“No creo que sea necesario pedirle a ella que consiga alguien que me corte el cabello, yo tengo un peluquero, no habrá ningún problema con él”- lo llevaron arrastrando, hasta ese piso, sin siquiera desayunar. Pero aún así mantenía una cara apacible y relajada.

-“Te repito Light, que por ningún motivo quitaré las esposas, y no creo que te guste la impresión que le darás a tu peluquero, sólo intento ayudarte”- Light endureció la expresión –“Así que estoy seguro que esta niña conocerá a alguien”-.

Tocaron la puerta varias veces, y la voz de Misa se escuchó desde afuera, a pesar de que las puertas eran insonorizadas.

-“Misa-Misa no está”-.

Light y L se miraron con exasperación, aceptaban esos caprichos de niños pequeños, pero no de una jovencita inmadura de más de veinte años.

-“Misa abre por favor”- Light intentó llamarla para que recapacitara de su actitud.

Se escucharon unos pasos muy pesados, y enseguida la puerta se abrió. Ahí estaba ella en una ropa algo sugestiva, y con una revista en mano.

-“Amane, necesitamos que nos lleves a alguna estética para que le corten el cabello a Light”- no se quedaría lo suficiente para perder la paciencia desde el principio.

-“No, Light fue muy grosero con Misa, y no quiero ir”- hizo un puchero que a L le pareció sin gracia.

-“Le ordenaré a Light que tenga una cita después de que le corten el cabello”- sin esforzarse más ella les dijo que estaría lista en cinco minutos, que la esperaran en la salida.

Ambos asintieron enseguida y se retiraron. Ryuzaki sacó su celular y le marcó a Watari.

-“Por favor ven por nosotros en quince minutos, con el auto preparado Watari”- se escuchó un murmullo como respuesta y el detective colgó.

Todo el pasillo estaba en silencio, y sabían que una vez que llegaran a la sala de los ordenadores no habría nadie ahí. Caminaron hasta el ascensor, para detenerse y esperarlo.

-“Sabes Light, espero que Misa no se dé cuenta de la marca en tu labio”- lo dijo como si no quisiera señalarlo realmente, pero si se ponía nervioso podía aprovecharlo.

-“¿Cuál?… ¿Cuál marca?”- le punzaba un poco su labio inferior, pero lo atribuyó al beso.

-“Me sorprende francamente, que esa no se haya dado cuenta de algo tan obvio, siendo que a ella seguramente se lo han hecho”-.

-“¡Me marcaste!”- había llegado el ascensor, y el fondo del mismo era un espejo, en la boca del chico se notaba una marca rojiza que, quien no la notara, era que de verdad no tenía ojos ni cerebro. Generalmente no le importaba tanto su apariencia en el centro de investigaciones, pero si se trataba de algo así, seguramente su padre y los demás miembros estarían buscando la razón para su marca, y ésta no se iría por lo menos en unos cuantos días más.

-“Claro, porque este mes eres mío, no sería justo que no se dieran cuenta”- haló la cadena, y Light no tuvo opción más que acercarse, para no lastimarse –“Pero tal vez tienes razón, estuvo mal de mi parte marcarte en el labio, lo lamento no debí”-.

Light suspiró, sintiendo alivio por escuchar disculpas tan poco sinceras, sin embargo, disculpas al fin y al cabo.

Hasta que Ryuzaki lo acercó más a su propio cuerpo, el detective mantenía la cara en el cuello del joven, hablando para que el aliento chocara en esa parte, que había visto era tan sensible.

-“Estuvo mal de mi parte marcarte en el labio, pero si lo hago en el cuello…”-lo lamió.

Light hizo esfuerzos descomunales por intentar apartarlo, y al mismo tiempo no emitir ningún sonido, no se podía mover.

-“A-Apártate Ryuzaki”- quería alejar la cabeza de su cuello –“Aléjate, no quiero que sigas”- pensaba.

-“¿Por qué?”- seguía besando y lamiendo de vez en cuando, como lo haría con un buen postre, quería encontrar el punto exacto en donde escuchar algún suspiro o gemido, pues hasta el momento se oían quejas. Bajó levemente por el cuello, casi al nacimiento de la clavícula, y entonces escuchó:

-“Ryuzaki por favor… Ah…”- Light se mordió el labio, poniéndolo más rojo que antes, intentando callarse.

-“Ah… Mmm…”-.

Entonces L dejó de lamer y besar y empezó a marcarlo lentamente, para que el prisionero olvidara cual era su verdadera intención, se seguían escuchando suspiros. Realmente deseaba una marca notoria, y lo consiguió. Se separó del chico que no le quería dar la cara y se mantuvo impasible por un buen rato.

Light se mantenía recargado en el fondo del ascensor, le molestaba terriblemente pensar que no había podido detener al otro de ninguna manera, y hasta cierto punto no lo hubiera querido detener. Volteó a ver su propia imagen en el reflejo del fondo, el chico reflejado era uno con la ropa hecha jirones, a causa de los tirones que hacía Light, tenía toda la cara sonrojada, y en el labio inferior se notaba algo hinchado y rojo.

Bajó la mirada al cuello de la camisa, no tenía los primeros dos botones, por ser una camisa casual, así que se encontraba abierta viéndose una nueva marca en su antes inmaculada piel. Demasiado roja como para ocultarla diciendo que era una sombra o un golpe, así que se notaría al instante.

-“¿Qué sucede?”- L miraba la furia de su amigo y eso era verdaderamente aterrador.

-“¡¿Qué es lo que pasa contigo?! ¡¿Cómo se te ocurre hacerme esto?! ¡¿Quién te dio derecho?!”- realmente se sentía impotente, de cualquier modo jamás se le hubiera ocurrido hacer pasar a nadie por eso.

-“Se me ocurrió porque tú eres mío por todo este mes, tú me diste el derecho cuando aceptaste jugar conmigo”- esperó un momento, no sabía cómo decirlo –“Y estaba, no lo sé, tal vez es como lo llaman. Yo solamente estaba algo, pero sólo un poco celo…”-.

-“No me interesa, lo siento, perdí la paciencia. Lamento mucho todo”- aún se miraba en el espejo  con una mueca extraña –“Pero ahora, ¿de qué manera ocultaré esto?”- se tocó levemente la marca y se encogió por un dolor punzante.

-“…”- se mordió el pulgar –“No lo hagas, iremos a un lugar donde eso es normal”-.

-“¿En dónde ver la marca de un b-beso es normal? Vamos, vamos a alguna peluquería y si ella ve esto le podría contar a mi padre”-.

-“Si conozco el poco raciocinio de Amane, nos llevará a una estética”- se giró al tiempo que la puerta del elevador se abría –“Vamos, Watari nos está esperando”- lo jaló bruscamente de la cadena y se lo llevó prácticamente a rastras con él.

Después de un rato caminando hacia la salida, en el que Light intentaba frotarse la marca para borrarla y L simplemente lo observaba con burla en los ojos, Ryuzaki se decidió a seguir una conversación.

-“Si sigues así sólo harás que la marca se vuelva más evidente, digo, no es que me moleste, pero creo que a ti si”-.

-“¿Si? No puedo evitarlo, me duele”- dejó de tocar su cuello, y levantó el de su camisa, para hacer que se notara menos su cuello rojo.

Light buscaba la manera de ocultarlo, pues no veía otra opción, tal vez tomaría su abrigo blanco, después de todo tenía frío. Bajó finalmente el cuello de su camisa y se acomodó como pudo la ropa, para que se viera lo más normal posible. Ryuzaki lo miraba curiosamente.

Entraron al vestíbulo, donde increíblemente se encontraba Misa Amane con un atuendo más acorde a la época, sin ningún escote pronunciado o algo más. Era la tercera vez que se cambiaba de ropa en el día.

-“Supongo que no se quitarán la cadena”- ambos chicos negaron, uno con resignación y otro con indiferencia –“Entonces los llevaré a uno de mis lugares favoritos, se divertirán enormemente”- sonrió con una mueca algo extraña.

-“Eh, no quiero molestarlos, seguramente ustedes ya han desayunado, pero yo no así que podríamos…”- L lo interrumpió con un ademán.

-“Después Light”-.

-“¿Desde cuándo llamas a mi Light sólo por su nombre Ryuzaki?”-.

Los chicos la miraban fríamente y sin humor.

-“Siempre me ha llamado así Misa”- le sonrió amablemente para que se olvidara de ese tema.

-“¿En serio? No lo había notado”- se aventó hacia él, antes de que Light o Ryuzaki pudieran hacer algo. Misa abrazó a Light por el cuello, haciendo que él soltara involuntariamente un gemido de dolor que sólo notó L –“¡Ah! Light te amo, te amo, te amo. Light le sonrió a Misa”-.

Lo soltó tan bruscamente como había llegado. Se alejó para subirse al auto que Watari estaba conduciendo hacia la entrada. Ambos chicos se miraron, mientras que intentaban controlar alguna maldición para la muchacha que los esperaba, y al unísono, sin planearlo, ni calcularlo, los dos soltaron un suspiro.

-“Idiota”-.

-“Idiota”- los dos se giraron nuevamente para verse y sonrieron levemente, después de todo si podían concordar en alguna idea de vez en cuando.

Al llegar al auto, Watari preguntó la dirección, al tiempo que notaba cierta tensión por parte de su discípulo y el joven prisionero, sonrió para sus adentros al ver que al fin se daban cuenta de que ambos sentían algo por el otro.

-“Buenos días Watari, ahora es Misa la que dice la dirección y quiero que nos lleves aquí por favor”- le señaló un papelito escrito con una letra deplorable –“Esta un poco lejos”-.

-“No hay problema señorita”- así, sin más, empezó el trayecto hacia la estética de mayor renombre en esa zona de Kanto, la llamada Yugen.

Todos estaban en su propio mundo, Misa tras haber insistido inútilmente sobre su lugar en el auto, tuvo que viajar como el copiloto, pues la cadena de los chicos dificultaba otro lugar. Mientras tanto L se comportaba como si la idea del juego se hubiera olvidado, y Light creía saber la razón: L temía de lo que pensara Watari, casi su padre, si lo viera jugando tan perversamente con su prisionero. Cosa que Light debía aprovechar, y vengarse de lo que le había hecho pasar.

-“¿Ryuzaki?”- esperó a que el otro volteara.

-“¿Qué sucede Light?”- no entendía el sentido de la llamada y mucho menos le importaba, estaba ocupado pensando en la manea de hacer que Watari dejase de verlo con sospechas en la cara.

-“No me gusta que no me pongas atención”- sonrió un poco, debido al susurro de su voz, que hacía que se volviera algo más aguda que lo acostumbrado, se escuchaba sumisa, y eso le desagradó mucho a Light.

Decidió por poner una mano en la pierna de Ryuzaki, muy suavemente, hecho que sorprendió a L.

-“¿Qué te sucede? ¿Estás loco?”- su voz también era un susurro, pero el suyo era grave, y por la sorpresa no podía mantener un tono indiferente.

-“No, pero no es justo que tu digas que yo soy tuyo por un mes, y tú simplemente no seas mío”- subió un poco la mano por la pierna, que ahora estaba en una posición normal al sentarse –“Y creo que estoy siguiendo las reglas, ¿no es así Ryuzaki?”-.

-“Vamos Light, estás jugando con fuego”- no podía hacer nada, por tener que guardar las apariencias y porque de verdad estaba disfrutando el contacto con Light Yagami.

-“Si, supongo que tienes razón, pero…”- pasó levemente la mano por toda la pierna, hasta llegar a la entrepierna, y al momento de pasar más allá él mismo se arrepintió y regresó su mano, haciendo que el gesto pareciera a ojos de L una tortura, un castigo por dejarlo marcado –“… sabes, creo que me arriesgaré”- y le soltó una sonrisa divertida, porque la cara del detective era todo un poema.

-“Te lo advertí”-.

-“¡Llegamos!”- saltó del auto aún en movimiento y señaló con un gesto teatral un gran edificio minimalista.

-“Bien, Watari ven a buscarnos en un par de horas”- hacía cálculos mentales sobre la duración aproximada de un corte de cabello.

-“¡No! De eso nada, estoy segura que después iremos a visitar el centro comercial de la zona, y antes del corte desayunará mi Light. Watari…”- la rubia hizo un puchero y el anciano sólo le sonrió –“¿Nos podrías recoger a eso de las siete?”-.

-“Amane, en primer lugar, ordena cronológicamente tus ideas, y en segundo lugar creo que estás tomando esta pequeña salida como una excursión”-.

-“Por favor”- lo tomó del brazo y lo zarandeó varias veces.

-“No”-.

-“Anda Ryuzaki, ¿hace cuánto que no sales y te diviertes? Hasta a ti te vendrá muy bien”- aunque Light aún no olvidaba su reto pendiente, en verdad creía que su amigo necesitaba un descanso.

-“… De acuerdo, entonces Watari, nos vemos aquí a las siete en punto”- era la primera vez que complacía a alguien cambiando de opinión, pero realmente no estaba de humor para pensar en algo.

El hombre mayor asintió y se alejó, sonriente, pues a pesar de los años que llevaban juntos, fue la primera vez que vio a su protegido alegre.

-“Bien chicos, hice la reservación a las 12:30, eso nos da tiempo para comer”- agarró a Light del brazo, lo que ocasionó que ambos chicos se fueran caminando arrastrados por la fuerza de Misa Amane.

Light pensaba cuál sería su siguiente movimiento, pero si se ponía del lado lógico no encontraba ninguna manera de encontrar otra oportunidad para seguir el juego en frente de Watari, y solamente en frente de él.

Misa, por otro lado, estaba pensando en llevarlos a una cafetería muy especial, donde estaría a solas con su novio.

-“Misa es muy inteligente, incluso sobrepasó la inteligencia de L, lo único que tengo que hacer es llevarme un momento a mi Light para que me haga suya, y eso no será muy difícil, yo sé que le gusto. Aunque también soy la única chica con la que ha tenido contacto, así que no tiene muchas opciones… a menos que le guste Ryuzaki”- Se rió fuertemente por su pensamiento tan alejado de la realidad, aunque si lo viera mejor, esta era la primera vez que pensaba correctamente de Light.

-“L, ya verás yo ganaré cueste lo que cueste, ese fenómeno cree que a mí me gustó todo lo que hizo… ¡no, para nada, n-nunca!”- su humor empeoraba, y aún más por que hasta en su propio pensamiento estaba dudando de Ryuzaki.

-“Siento que este par está pensando demasiado en todo. Existe un 78% de probabilidad de que yo gane, y la estrategia que usó Light hace unos momentos me lo confirmó: este tipo es un blanco fácil, y definitivamente yo ganaré, sólo espera Kira”- caminó con una mano en el bolsillo, y la otra totalmente extendida, a causa de la cadena.

Notas finales:

¿Qué tal? Esos chicos, son tan... tan... ellos, jejeje. Espero que les haya gustado y bueno, un review estaría bien, jejeje. Ya saben, sugerencias, comentarios, críticas, etc.

Bye, bye.


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