Capitulo 22: Algo poco Conveniente…
-¡¡Gaara-chan!! –Grito apenas abrió la puerta y se le lanzo encima. El pelirrojo lo sostuvo entre sus brazos y se percató de que olía a alcohol. – ¡No sabes cuánto te extrañe! –Lo abrazo. – ¿Quieres ir a bailar? Aun no sé si bailas bien pero… ¡di que sí! –Le sonrió suplicante.
Gaara le regalo una pequeña sonrisa y miro mejor el interior del depa. Los amigos de Sai le sonrieron, con copas en las manos.
Ahora que lo veía bien, Sai estaba sin pantalones, no quería pensar mal pero si le molesto el hecho de que estuviera así frente a unos desconocidos, bueno desconocidos para él.
-¿Qué haces así? –Pregunto viéndolo serio, alejándolo de él. Sai se miró y sonrió.
-Es que pensaba cambiarme y bueno… jaja me quede así.
-¿Frente a desconocidos?
-Ellos son mis compañeros de bebidas. Te los presento. –Le tomo de la mano y lo llevo dentro. –Tsunade, Jiraiya. –Ambos voltearon. –Les presento a Gaara. –Ambos sonrieron y le saludaron con las copas en alto.
-¿Otro amigo moral? –Pregunto en tono burlón Tsunade.
-No, el sí bebe y no solo eso. ¿Una margarita? –Le ofreció al pelirrojo, caminando hacia la barra.
-Claro. –La recibió y comenzó a disgustarla. Estaba bien a su parecer.
-¿Y qué son? ¿Amigos de bebidas, compañeros de trabajo u otro compañero de cuarto? –Pregunto con una sonrisa Jiraiya. Gaara miro curioso al pelinegro.
-¡Ya se! Son novios, ¿cierto? –Gaara y Sai se atoraron con la bebida y se miraron disimuladamente, Tsunade sonrió victoriosa. – ¿Lo son? –Los dos desviaron la mirada. - ¡Es cierto¡ ¡Los son!
-¡Por los felices novios! –Tsunade y Jiraiya chocaron sus copas con grandes sonrisas, los otros dos, querían que se los tragara la tierra en ese preciso momento.
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Y entonces con Naruto y Sasuke…
-Se supone que no debería de hacer mucho calor.
-Siempre suele haber cambios graduales en el clima.
-¿Por qué estas usando esa banda deportiva y esas pulseras? ¿No te hace sudar?
-¡De ninguna manera! Me hacen ver cool. Quiero decir… -Se las comenzó a quitar. –Yo… eh… -Se terminó de quitar la banda y las guardo en su bolsillo. –No, tienes razón así es mejor. –Le sonrió. Sasuke le devolvió la sonrisa.
-¿Por qué ya no tocan aquí? –Kiba los miro curioso, rascándose la cabeza. Neji que estaba guardando las últimas cosas en su pequeña mochila, alzo la vista.
-La batería está en la casa de Sakura. No la vamos a llevar y traer todo el tiempo.
-¿Qué hay de la práctica de la banda? –Naruto se cruzó de brazos ingresando a la habitación. Sasuke lo observaba desde el pasillo, recargado en la pared.
-Sí, ¿Qué hay con eso?
Neji cerro la mochila y alzo la vista, con fastidio. –Estamos grabando ahora.
-¿Qué pasa si tenemos un show y estamos fuera de practica? –Volteo a ver a Sasuke y este le señalo la hora.
-Naruto tiene razón. ¿Qué acaso no hay contratos? –Pregunto preocupado, mirando atentamente a su amigo.
-No se preocupen por eso. –Se llevó la mochila a los hombros. –Vámonos. –Volteo a ver al Inuzuka. -¿Quieres venir Kiba?
-Ya te dije. –Se hizo a un lado para que pasara. –Tengo un examen mañana. –Los acompaño hasta la puerta.
-Pues, suerte amigo. –Sasuke le regalo una pequeña sonrisa y salió de la casa, Neji le sonrío y se despido con la mano y Naruto le palmo la espalda y salió corriendo. Kiba suspiro y cerró la puerta con seguro.
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En el estudio (de echo solo es el cuarto de Sasori)
-¿Eso estuvo bien? –Pregunto Neji, terminado de tocar la canción que le había costado días interpretar.
-Eso fue horrible. –Contesto el pelirrojo, bajándose los audífonos y tecleando algo.
-Entonces, ¿debo hacerlo otra vez? –Sasori lo miro serio y el castaño solo suspiro.
-¡Estoy super aburrida! ¿Podemos irnos ya? –Tenten volteo a ver con fastidio a Neji. Llevaban horas ahí y su plan de salir a cenar solo de seguro se volvería a cancelar.
-Dile que se calle. –Reclamo entre dientes el pelirrojo. Neji lo miro con duda, duelo volteo a ver a la castaña con una pequeña sonrisa suplicante. Esta lo miraba seria. Había escuchado a Sasori.
-Nena… -Susurro suplicante.
-¡Ni siquiera lo piense Neji! –Contesto furiosa, apretando los puños y mirándolo furiosa.
Sasuke que estaba recostado sobre el pecho del rubio y este jugueteaba con su cabello, miro con fastidio la discusión que estaban comenzando a tener la pareja.
-Esto ya no se me hace nada extraño. –Le informo con aburrimiento a Naruto, haciéndolo salir de su ensoñación.
-Sí. Tal vez deberíamos irnos y darles un poco de espacio. –Se comenzó a poner de pie.
-¿A dónde iríamos? –Pregunto siguiéndolo, saliendo de la habitación.
-Pues…
Ambos voltearon y vieron a Sakura salir con una enorme sonrisa de la casa. Ambos la siguieron sin decir nada y se toparon con que la peli rosa caminaba animadamente a lado de una pequeña chica de cabellos rojos. Sasuke se le quedo viendo, pero Naruto la reconoció al instante.
-Naruto… -Saludo la chica girándose y sonriéndole. Sakura también se giró y le saludo con la mano a Sasuke, y este le devolvió el gesto, con una pequeña sonrisa.
-A dónde van, ¿eh? –Pregunto Naruto curioso.
-¿Nos quieren acompañar? –Pregunto Sakura al momento que un auto negro se detuvo delante de ella.
-¿Es tu amigo? –Pregunto Amaru, al ver salir al chico castaño del auto.
-Sí. ¡Yamato! –Le saludo. –Te presento a…
Naruto se giró, no quería ver esa conversación, camino hacia donde estaba Sasuke y le tomo de la mano.
-¿Tú quieres ir con ellos? –Pregunto, viendo a los chicos reír.
-No es una mala idea. Además, no tenemos nada planeado para hoy. Así que…
-Ven, te lo presento. –Sakura arrastro a Yamato hacia la parejita. –Sasuke, él es Yamato. Yamato, Sasuke, novio del tonto de Naruto.
-¡Oye! –Se quejó el rubio, mirándola molesto.
-Es un gusto. –Contesto Sasuke, dándose un apretón de manos.
-Igualmente. Ya tenía ganas de conocerte. Sakura siempre habla de ti, y de lo valiente que eres por aguantar a Naruto. –Informo con una sonrisa. Sasuke lo miro sin entender muy bien, voltio a ver interrogante a la peli rosa pero esta agacho la mirada un tanto apenada.
-¿Qué les parece si ya nos vamos al bar? –Pregunto un tanto nerviosa.
-Que buena idea. –Apoyo Amaru, acercándose a Sakura y abrazándose a su brazo derecho.
-Bueno. Entonces vámonos. –Dijo Yamato caminando hacia el auto.
-Espérenme. –Gritaron desde la casa, y salió dando un portazo Tenten. Se le veía molesta y un poco agitada. – ¿Puedo acompañarlos? –Pregunto recuperando la respiración.
-Claro, ¿por qué no? –Sakura le sonrío y todos subieron al vehículo.
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Sai entre abrió los ojos y miro fugazmente por toda la habitación, captando una cabellera roja parada en donde estaba el grifo, y el sonar del agua.
-¿Qué haces? –Pregunto adormilando, bostezando. -¿y los chicos?
-Se fueron hace un buen rato, cuando te vieron dormido.- Cerro el grifo y se secó las manos. –Nunca vuelvas a hacerlo. –Dijo girándose, caminado hacia el pelinegro.
-¿Qué cosa?
-Tomar de esa manera, estar sin pantalones frente a tus amigos y quedarte dormido. ¿Sabes lo que sufrí cuando me dejaste solo con ellos? –Se quejó, sentándose en el futon, al lado de Sai.
-Lo siento. Se me olvido que no sabes socializar muy bien. –Se estiro para abrazarlo. –Nunca volverá a pasar. –Le dio un besito. – ¿Te quieres quedar a hacerme compañía? –Sonrió acercándose a su cuello y besándolo. –Podemos terminar, ahora sí, lo que empezamos el otro día. –Susurro cerca de si oído izquierdo, mordiéndole levemente el lóbulo, estremeciéndolo.
-Puede ser. Pero yo no voy a ser el que…
-Por esta ocasión voy a ser yo el que…
-¿Esta ocasión?
-No siempre voy a ser el pasivo. –Se alejó para verlo. –A menos que me guste lo que vayamos a hacer. –Sonrió. –Si es así, puede que lo sea.
-¿Entonces...?
-¿Entonces?
Los dos sonrieron y lentamente se unieron en un apasionado beso. Olvidándose de todo a su alrededor.
Sai torpemente termino encima de Gaara, sin romper el beso, tratando de recostarlo pero el pelirrojo se lo impidió oponiendo fuerza y deslizo sus manos hacia la prenda del pelinegro y ágilmente desabrocho los botones de esta.
Giro su cuerpo, terminado el sobre Sai, este no replico nada, al contrario se aferró a su cuerpo abrazándose a su espalda y ejerciendo presión con su rodilla sobre la entrepierna de Gaara. Este ahogo un suspiro entre sus labios y descendió lentamente besando su barbilla, bajando por su cuello y terminando en su pecho, en donde se entretuvo con sus pezones.
Sai soltaba uno que otro gemido bajito, acariciando y jugueteando tiernamente con las hebras rojas entre sus dedos, cerrando los ojos y dejándose llevar por las caricias y atenciones del taheño.
Gaara descendió un poco más, dejando fugases besos sobre la blanca piel, y jugueteando con su lengua sobre el ombligo, simulando penetraciones. Estaba indeciso en si proseguir o no, alzo la vista para pedir la autorización del pelinegro, pero lo miro con los ojos cerrados, las mejillas enrojecidas y la respiración tranquila. Se sentó, provocando que las manos de Sai caigan a los lados, mirándolo algo confundido, se percató de que estaba dormido.
-Esto no puede ser cierto –suspiro -, no puedes dejarme así. –miro su entre pierna y volvió a suspirar. -¿Por qué siempre tienes que quedarte dormido cuando estamos a punto de hacerlo?
Le dio un casto beso en los labios y se recostó a su lado, mirando el techo, recordando lo que paso la otra vez.
Nuevamente se hallaban besándose sobre la cama, habían llegado a un casi acuerdo: “el que se distraía primero sería el uke esa noche”. Así que los dos estaban alertas en todo, en cada caricia y en cada beso, pero Sai fue el primero en ceder, al parecer no hubo ningún inconveniente en eso ya que fue el mismo que le cedió paso a Gaara y este gustoso la aprovecho.
Estaba a punto de continuar, y pasar al coito, cuando se percató de que Sai estaba profundamente dormido y no queriéndolo despertar, resignado se fue arreglar su problemita al baño.
Y al parecer haría nuevamente lo mismo. Pero esta vez se prometió que la siguiente vez de su encuentro no permitiría que Sai bebiera ninguna gota de alcohol.
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Los chicos estaban reunidos en el bar-restaurante más concurrido de esa zona. Sentados en la mesa de siempre. Teniendo una animada platica o algo así.
-¿Vamos comer aquí todos los días?
-Todos comen aquí Sasuke, no es inusual. –Contesto aburridamente la castaña.
-No es inusual, esto solo apesta. –Comento Sakura, haciendo enojar a Tenten.
-Oh sí, no es mucho peor que grabar canciones que tal vez nadie escuche todas las noches. –Dijo frunciendo el ceño, mirando hacia otro lado, con fastidio.
-¿Siempre la comida es así de mala? –Pregunto Yamato, saboreando con mala cara lo que tenía en la boca.
-¿Estas bromeando? –Amaru sonrió con burla. –Es como ambrosia.
-¿Has visto la grasa que escurre por la ventana de fuera? –Pregunto con cara de gracia y asco a su amiga.
Naruto estaba aburrido de esa platica sin sentido que tenían, miro a Sasuke, este solo miraba su comida y sonreía con falsedad ante cualquier comentario que le hicieran, hasta Tenten se veía aburrida y fastidiada, que de un momento a otro se puso de pie y se fue.
Todo seguía aburrido, las mismas pláticas sosas e incoherentes de siempre, nada le llamaba la atención, o eso creyó ya que la sola pregunta que hizo Amaru y Sasuke contestándole, le hizo volver a la realidad.
-¿Saben qué? Necesito un buen cigarro. Ya saben, para bajar un poco la tensión.
-¿Tu fumas? –Pregunto, viéndola atónito.
-Sí. Sé que es un mal habito Naruto, pero… -Se ruborizo avergonzada. -¿Quieres acompañarme?
-Yo te acompaño. –Contesto Sasuke, poniéndose de pie.
-¡¡Pensé que lo habías dejado!! –Dijo mirándolo estupefacto, casi atorándose con lo que se había llevado a la boca.
-Es solo para ocasiones especiales.-Comenzó a seguir a la pelirroja. –Como cuando bebo, por ejemplo. –Señalo al vaso en su lugar de la mesa.
Naruto lo miro expectante, rogando porque se le ocurriera algo para hacer volver a Sasuke devuelta a su asiento, pero nada pasaba por su cabeza en esos momentos, solo el miedo de que hablaran de algo que no vinera al caso y después el tuviera problemas.
Vio cómo se perdieron al cruzar la puerta. Apoyo sus codos sobre la mesa, respiro hondo tratando de tranquilizase, nada malo podría pasar, ¿verdad? No hablarían de nada malo, ni siquiera sabía porque se ponía nervioso. Pero qué tal si hablaban de él y como se comportaba en la adolescencia, o no, no podían hablar, ni siquiera deberían estar a solas.
-¡¡Van hablar de mí!! –Grito nervioso, pellizcándose los dedos.
-¿Tu actual novio y tu ex? No bromees. –Susurro Yamato, masticando lentamente la comida.
-¡Ella no es mi ex! Nunca fuimos nada. –Miro a Sakura. -¿De qué crees que estén hablando?
-Bueno, en estos momentos Amaru le debe estar explicando el gran idiota que eres, y en un minuto Sasuke se dará cuenta del error que comete al estar contigo y dejara tu estúpido trasero.
-¡¿Y se casara conmigo?! –La miro con enojo, esta solo le sonrió con hipocresía.
-Hola Naruto-kun. –Hablaron a su costado, el rubio se sobresaltó.
-¡¿Hinata Hyuga?! –Grito volteándola a ver y comprobando que ahí, a su lado, estaba la muchachita con una gran sonrisa y un leve rubor en sus mejillas.
-¿Cómo te va? –Pregunto emocionada, sentándose a su lado.
-¿Des-desde cuando tienes la edad para entrar a un bar? –Pregunto extrañado, mirándola con mucha atención. ¿Es que acaso la chica ya había cumplido la mayoría de edad? No que el recordara.
-¡No le grites! –Volteo a ver y ahí al lado de Hinata estaba Neji, mirándolo con enojo. -¿Dónde está Tenten? –Pregunto frunciendo el entrecejo, sentándose a lado de su prima. Sakura solo se encoge de hombros y siguió bebiendo su refresco.
-Aún tengo 17 Naruto-kun, pero Neji-niisan abogo por mí y me permitieron entrar. –Agacho la cabeza un poco apenada. – ¿Puedo coger unos nachos?
-Sí, toma unos nachos. –Dijo Neji, acercándole la bandeja. –Naruto, recuerda que tenemos que irnos temprano porque mañana tenemos trabajo.
-Oh si, gracias por recordármelo.
-Enserio tienes un trabajo Naruto-kun. –Le sonrió. –Que bien.
-¿Ya le contaste a Sasuke sobre tu trabajo? –Pregunto Sakura.
-No. Que tonto, lo olvide por completo. ¡Tal vez cuando le diga dejara de odiarme!
-¿¿Él te odia?? –Pregunto un poco ilusionada la muchacha.
-PSSSH, todo el mundo lo odia Hinata. –Comento burlona Haruno.
-Sí, ¿tú no? –Pregunto su primo, dándole un pequeño codazo, sobresaltándola.
-S-sí, ¡claro que sí! –Soltó nerviosa. (Nota: ella lo ama totalmente)
Naruto regresaba de los servicios higiénicos, cuando, antes de cruzar la puerta y acercarse a sus amigos, vio una pequeña disputa entre Tenten y Neji.
-¡¡Neji!! ¿Qué está haciendo ella aquí? –Pregunto molesta, mirando a Hinata.
Todos a su alrededor voltearon a verlos un tanto sorprendidos. Yamato ignoro el pleitecito, Sakura agacho la cabeza avergonzada, Hinata estaba nerviosa, Neji se veía molesto y Tenten enojada.
-Corrí por ella al colegio y le dije que todos estábamos aquí, ¿acaso olvidaste que te lo comente? ¿o qué?
-¡Todo está bien Tenten! No te enojes. –Pidió poniéndose más nerviosa.
-¡No me hables! –Grito. – ¡Tú y yo aún tenemos asuntos pendientes por tratar! –Advirtió mirando con recelo a Neji.
Naruto salió rápidamente hacia la terraza y se paró a espaldas del azabache.
-¿Qué pasa? –Volteo a verlo, Naruto estaba asustado.
-¿Nos podemos ir? –Pregunto, mirándolo suplicante.
Adentro aún se escuchaba el griterío de la parejita.
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-Supongo que ella no es tan mala.
-¿Quién Tenten? Ella si es mala. Últimamente me está portando de una manera un poco extraña, y más con Neji Hyuga.
-Estoy hablando de Amaru, tonto. –Se cruzó de brazos. –Tengo permitido que me agrade, ¿no?
-Sí, seguro. –Sonrió. -Amaru es agradable. A mí me agrada, digo, es un poquito exagerada y se avergüenza con todo, pero está bien.
-Entonces, ¿sentías algo por ella en la secundaria?, ella es muy bonita, y suena a que eran muy unidos.
-¡¿Qué?! Para nada… -Se puso nervioso. -¡Éramos solo amigos! ¡Ella era uno de los chicos! Digo, todos mis amigos eran mujeres y ella… pues… no se comportaba para nada femenina en esas épocas y…
-Oh dios mío. ¿Estabas rodeado de chicas adolescentes? ¡Con razón eres un chico muy sensible! –Sonrió. Naruto agacho la cabeza y se ruborizo.
-Maldición Sasuke. –Se cruzó de brazos. -¡No soy un chico sensible! ¡Soy rudo!
Sasuke se le acerco y lo abrazo por la espalda.
-Y mi chico rudo, ¿quiere que pase la noche con él en su casa? –Susurro en su oído. –Podemos probar que tan rudo eres con unos jueguitos. –Le mordisqueo levemente el lóbulo, causando una pequeña agitación al rubio.
-Sí, sí quiero. Vamos. –Le tomo de la mano y rápidamente comenzaron a correr hacia el depa.
-¿¡SAI!? –Grito Naruto apenas puso un pie en el interior del depa.
El pelinegro esta recostado, en mala posición, en el futon. Con la camisa semi abierta y cierto rubor en sus mejillas.
-¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que te ibas a ir a bailar.
-oh… no… ¿aún estoy aquí? –Pregunto entre abriendo los ojos, mirando a su alrededor. -¿En dónde está? –Susurro algo apenado, semisentandose.
-¡Te pre-festejaste mucho y te quedaste dormido antes de salir! –exclamo en tono burlón. -¿Esa no es una forma de narcolepsia? –Pregunto aguantando la risa.
-¡Pensé que ibas a estar fuera un par de horas más! –Exclamo algo enojado Naruto. -¡Le dije a Sasuke que podíamos venir aquí y abrazarnos!
-Ustedes abrácense… solo… pretendan que no estoy aquí. –Balbuceo recostándose nuevamente y tapándose la cara con el brazo. -¿Y dónde está? –volvió a balbucear.
-Entonces… uh… ¿quieres que nos besemos? –Pregunto mirándolo suplicante. Sasuke frunció el entrecejo y se bruzo de brazos.
Lo medito un momento, suspiro, y con coquetería se le acercó para abrazarse a su cuello y susurrarle cerca a los labios.
-Tendremos que posponer el jueguito. –le dio un besito. –De alguna forma el chico ebrio y sin pantalones… -se acercó a su oído. –le está quitando el romance a esto, Naruto. –musito con sensualidad, besándole el cuello. –Así que… -le dio un lenguazo al oído, estremeciéndolo. –creo que tendré que decir… -le robo un apasionado beso. –Adiós…
Se alejó y salió rápidamente del depa, dejando con ganas al rubio, que lo siguió torpemente hacia la salida.
-Espera… ¿Qué? –susurro tratando de calmar su acelerado corazón. -¡Esto apesta! –exclamo resignándose, viendo como el azabache se alejaba lentamente.
-¡Tu apestas! –Reclamo cerrando la puerta y volteando a ver a su amigo, que seguía en el futon, respirando tranquilamente.
-…Naruto… -susurro girándose, dándole la espalda al rubio, que lo miraba con ganas de quererlo golpear.
-¿Estas dormido? –se quitó la playera. -¡Por qué sigues hablando! -reclamo poniéndose su piyama.
-…tenemos que levantarnos temprano… -musito volviéndose a girar.
-¿Qué? ¿Por qué? –no obtuvo respuesta, y aguantándose el enojo se le acerco y de mala gana le hizo que se acomodara correctamente, lo tapo, y se metió al baño.
Al salir encontró las luces apagadas, se sorprendió por ello, pero no le tomo importancia y se recostó a dormir.