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Naruto Uzumaki vs los ex del chico de sus sueños. por HarumiUzumaki

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Notas del capitulo:

Bueno… Aquí trayéndoles un capitulo extra, para compensar mi demora, y al fin, concretar el romance entre estos dos :)

Dedicado a SlendyJeffy ;) y a todas las fan de la parejita del Sai/Gaara

Espero sea de su agrado y me haya quedado bien :D

Capitulo extra: Un momento para nosotros.

Suspiro cansado.

Ese día en su trabajo sí que había sido largo, y solo quería distraerse un rato para olvidar su cansancio. Saco su celular pensando en llamar a sus compañeros de bebidas. No tenía ningún plan para ese día, así qué, porque no pasarla con ellos.

Estaba a punto de marcar, cuando alguien le sujeto del brazo y lo arrincono contra la pared del callejón que se aproximaba.

No le dieron tiempo de reclamar ni mucho menos de mirar a su atacante, cuando unos labios lo apresaron y devoraron con gran pasión.

Abrió los ojos con asombro, y miro detenidamente a su atacante. De no haber reconocido esos cabellos rojos y ojos turquesa, habría golpeado al sujeto, pero al contrario lo abrazo posesivamente y se dejó llevar por ese sorpresivo saludo.

-Gaara-chan… -susurro cuando se alejaron por falta de aire. -¿Qué milagro que estés... ¿me estas siguiendo? –pregunto confundido.

-Pasaba por aquí y… quise saludarte, ¿estuvo mal eso? –pregunto un poco preocupado, Sai sonrió enternecido por su acción, y lo volvió a besar.

-No, para nada. –le acomodo el flequillo. -¿tienes algo que hacer hoy? –Gaara negó. -¿Quieres pasar toda la tarde conmigo?

-¿En tu mini departamento? –lo pensó. –Está bien. –le tomo de la mano, y ambos caminaron lentamente hasta el departamento.

-Naruto Uzumaki no se vaya a incomodar con mi presencia. –dijo antes de entrar por la pequeña abertura que le dejo Sai al ingresar.

-No esta. Y de seguro vendrá tarde. –dejo sus cosas en el piso. –Así que tenemos toda la tarde para nosotros.

-Bueno. –cerro la puerta y se sentó en la butaca. -¿Qué haces? –pregunto al verlo detrás de la barra, moviendo algunas cosas.

-Preparo unas bebidas. –contesto con una sonrisa.

-¿Alguna vez dejas de beber?

-Lo dices como si a ti no te gustara la bebida. –contesto con sorna.

-Me gusta, pero me modero. Sabes que eso es dañino para tu salud, ¿verdad?

-¿Te estas preocupando por mi Gaara-chan, o me parece?

Gaara giro el rostro hacia el otro lado y se ruborizo levemente.

-Solo lo digo para que te cuides. No porque me intereses.

-Claro… -se acercó hacia él y se sentó en su regazo, tomándole del mentón para que lo viera. –Y al decirlo para que me cuide, eso también quiere decir que te interesa mi salud… y por ende… mi persona, ¿verdad?

-¡Te equivocas! Yo solo lo digo por… -pero fue acallado por los labios de Sai, que lo besaron con parsimonia.

-Gaara-chan. No trates de ocultar lo que ya sientes por mí... –susurro cerca a sus labios, mirándolo a los ojos.

-¿Y eso que es? –pregunto desviando la mirada.

-Que me quieres. –dijo dándole un beso. Gaara lo miro a los ojos y lo abrazo, apegándolo más a él, y profundizando aquel beso.

No supieron cuantos minutos estuvieron así, besándose sin preocupación a nada, dejándose llevar por ese momento, solo se separaron por falta de aire y se dieron cuenta que eso no se podía quedar así.

¿Cuántas veces lo habían deseado sin haberlo concretado? ¿Cuántas veces esos deseos extraños los habían invadido y ninguno de los dos lo había identificado?

En todos los encuentros que tenían siempre había algo que los hacia estremecer y querer estar uno al lado del otro. Para ambos esos extraños sentimientos no eran apropiados al comienzo. Desde la primera vez que se conocieron, solo cruzaron miradas fugaces y a las justas si se recordaban, pero en aquella cita en la que se conocieron un poco más, y Sai propuso ser algo más, nunca paso por sus cabezas que de verdad podría pasar.

Todos los encuentros, a veces casuales, que tenían, siempre tenían que terminar con alguna insinuación, o a veces situación, carnal, que nunca se llegaba a concretar por incidentes que a veces suelen pasar; y ellos mismos no se llegaban a explicar porque siempre eso les tenía que pasar. Hasta que cruzo por sus mentes que tal vez y solo era un deseo pasional, de momento, que los hacia comportarse así, y que todo se acabaría cuando lograran pasar la barrera de la intimidad, pero no.

En el poco tiempo que se llevaban conociendo se habían hecho muy buenos amigos. Y sí que eran amigos. Ya que cuantas veces Gaara no le contesto el teléfono a Sai cuanto este lo llamaba ebrio, o Sai cuantas veces no acudió a las llamadas de Gaara para que lo acompañara o aconsejara en algo particular; y que siempre cada encuentro tenía que terminar entre besos o tal vez en insinuación a algo más. Pero siempre estaban el uno al lado del otro. A pesar de que a veces tenían peleas por cosas que no venían a lugar, pero siempre se terminaban por arreglar cuando uno de ellos admitía que el otro tenía toda la razón en esa discusión.

Así estaban, a veces comportándose como amigos normales, o como enamorados arraigados, que aún no se daban cuenta de los sentimientos que demostraban con cada beso, caricias y abrazos.

Y ahí estaban, aun sentados en la butaca, besándose desmedidos, mordiéndose por momentos y rozando sus dientes a cada rato. Batallando por quien tendría el control de ese beso que ya comenzaba a suavizarse por falta de aire.

-Gaara-chan… ¿Qué te parece si nos… echamos en la cama? –musito Sai, mirando el futon, sintiendo besos fugaces que Gaara deposito por todo el largo de su cuello.

-Claro… ¿pero…?

-No te preocupes… yo iré abajo. –susurro volviéndolo a besar, jalándolo hacia la cama. Gaara se dejó llevar y termino sobre Sai, desabrochando lentamente cada botón de la camisa que llevaba ese día puesta.

Sai no se quedó atrás, lo comenzó a tocar, deslizando lentamente su mano hasta llegar a su objetivo. Desabrocho el botón y bajo la cremallera, metió la mano y comenzó acariciar lento, terminando por despertar el falo que ya estaba semi despierto.

Se mordió el labio para no gemir por las sensaciones que comenzó a sentir, Gaara comenzó a succionar y lamer sus pezones, Sai se revolvió bajo el, y comenzó a emitir leves gemidos.

Sai detuvo las caricias y comenzó a desvestir a Gaara, prenda por prenda, tomándose su tiempo y descubriendo nuevos métodos de como desvestirlo.

Gaara no dijo nada, solo se dejó hacer, observando ensimismado como entre besos fugaces lo desvestían.

Ambos quedaron en ropa interior, y Sai lo recostó y comenzó a besarlo lentamente, Gaara le correspondió, lo abrazo y acaricio, dejándose llevar por ese momento por completo.

-¿Estás listo para continuar? –le pregunto descendiendo, marcando y explorando esa piel que ahora sería suya.

-Tú dijiste que irías abajo. –dijo semisentandose, volvió a ser besado y recostado lentamente en la cama.

-Gaara-chan… Miénteme diciendo que no es esta tu primera vez. –dijo quitándole lentamente la ropa interior, y observando fascinado el cuerpo que el otro tenia. Gaara enrojeció más, y desvió la mirada, furioso.

-¿Quién dice que es esta mi primera vez? –reclamo.

-Se te nota Gaara-chan. Además, como dejar de ser virgen sin nunca le permitiste acercártele a nadie. –susurro en su cuello, comenzándolo a besar.

-Te-te, te equivocas… -espeto alejándolo. –No porque no haya permitido que nadie se me acercara quiere decir que siga siendo virgen.

Sai cariñosamente beso su mano, y comenzó a descender bajando por el brazo. Gaara se estremeció y ruborizo, trato de quitar su brazo, pero Sai se lo impidió, poniendo ambos brazos sobre su cabeza, y lo beso. Gaara algo enojado le correspondió, pero en el momento menos esperado lo mordió, haciendo que Sai se quejara e emitiera un quejido, llevándose los dedos a los labios.

-¿Por qué me mordiste? –pregunto aun resentido.

-Por decir tonterías. Además, a ti que te importa si soy virgen o no. Solo quiero hacerlo de una jodida vez, y terminar con esta necesidad que me impacienta.

Sai no dijo nada y solo se hecho a su lado. Suspiro, y volteo a verlo resentido.

-Si solo querías que fuéramos  amigos con derecho lo hubieras dicho antes, y nos hubiésemos ahorrado todas estas tonterías. –se sentó. –Yo no hubiese malinterpretado nada, y ya hubiésemos tenido sexo y todo esto habría acabado.

-¿Qué estás diciendo? –dijo sentándose a su lado y mirándolo asustado.

-Que si solo querías tener sexo lo hubieses pedido. –lo miro, con lágrimas en los ojos. –Y no esperar a que me enamorara de ti para después decírmelo. –se secó las lágrimas. –Pero si solo quieres tener sexo, pues bien, tengámoslo. –se quiso acercar para besarlo, pero Gaara lo detuvo.

-Yo no quise que pensaras eso. –alzo la mirada. –Yo también te quiero, solo que no sé cómo expresarlo. –agacho otra vez la mirada. –Nunca supe cómo expresarlo, y al no decirles que los  quiero, todos me terminan dejando. Y no quiero que tú también hagas eso. –lo miro a los ojos. –No solo quiero tener sexo contigo, sino que quiero estar contigo para siempre. Ya que tú eres el único que me entiende. –le sonrió. –Y me quieres por lo que soy y no por lo que tengo que aparentar ser.

<Los demás me juzgan por cómo me comporto y por lo que hago, pero a ti no te importo nada de eso, y te enamoraste de mí sin que yo haya hecho algo al respecto. Y eso me gusta. –le tomo de las manos. –Disculpa si me exprese mal, disculpa si te hice pensar algo que no era, disculpa por ser un idiota que no se sabe expresar, y disculpa por…. –pero Sai lo callo con un beso, que lo sorprendió, pero luego correspondió.

-Ya no te disculpes más mi encarnado mapachito. –le dio un besito. –Que yo fui el tonto al malinterpretarte mal. ¿Tú de seguro querías que continuara con lo que hacía, verdad? –lo comenzó a masturbar. –Ya que ¿Cuántas veces te dejado con ganas, eh? –pregunto sonriendo de lado.

-Así que. Lo hacías apropósito. -reclamo aguantándose un suspiro.

-Tal vez si, tal vez no, quien sabe… -susurro con inocencia.  –Solo sé que te dejaba con las ganas. –aumento el ritmo, haciendo gemir a Gaara.

-Maldito… -grito, deteniendo su mano. –Ya. Para. -suspiro tratando de calmar su respiración.

-Cálmate mi mapachito lindo. –le dio un beso. –Que esto recién comienza.

Lo volvió a recostar en la cama, se quitó el bóxer, y se subió a horcajadas en su encima.

-¿Qué estás haciendo? –pregunto viendo como Sai chupaba su dedo índice.

-Se me acabo el lubricante, y estoy usando mi saliva como tal para prepararme. –dijo llevando su dedo a su entrada.

-Espera, entonces tu… ¿de verdad vamos hacerlo? –pregunto algo temeroso.

-¿Qué pasa mi mapachito corinto? ¿Estas asustado por lo que vamos hacer? –pregunto burlón, terminándose de dilatar.

-¡Deja de  llamarme así! Y no tengo miedo. –dijo mirando hacia la pared.

-En ese caso, ¿Estás listo para dejar de ser virgen? –pregunto, comenzando a penetrase, mirando lascivamente al pelirrojo.

-Cla-claro… -susurro cerrando los ojos y sintiendo como su glande se adentraba en esa esfínter, apretado y caliente.

-¿Gaara-chan? –le acomodo el flequillo. –Todo está bien, puedes mirar.

-Está bien. Si es mi primera vez... –abrió lentamente los ojos. –Y no quiero hacerte daño sin saber muy bien que hacer. –susurro apenado. Sai sonrió, y se acercó para besarlo.

-No tengas miedo, no me harás ningún daño. Solo déjate guiar por mí y todo saldrá bien.

-Está bien. –musito, antes de besarlo y experimentar esas sensaciones encontradas, que lo hicieron delirar de placer.

Sai se movió lento, disfrutando de los suspiros entre cortados que emitía Gaara con cada uno de sus movimientos. Lo incito a tocarlo, hacer que el llevara las arremetidas a su ritmo. Hizo que se sentara, lo abrazara, y marcara como suyo. Le susurro lo que tenía y no tenía que hacer. Lo hizo ir despacio, lo hizo disfrutar de su primera vez con una paciencia que de seguro ninguno le tendría.

-Sai… Cuanto más. Tengo que… ahhh…  Aguantar. ¿Eh? –pregunto embistiendo como podía.

Sai le había hecho cambiar de posición. Ahora él estaba echado en la cama, con las piernas abrazadas a la cadera de Gaara, y estaba pidiendo por más. Evitando que se corriera antes de hacerlo disfrutar como él quería.

-Gaara-chan… Un poco. Más. –pidió entre gemidos, atrayéndolo para besarlo.

-Sai. Lo siento. No puedo. Aguantar más. –dijo embistiendo un poco más, y alcanzando el éxtasis en un grito gutural.

Cayó rendido sobre el pecho del pelinegro, y mirándolo apenado salió de su interior.

-Lo siento. Ya no. Podía aguantar. Mas. –susurro, calmando su respiración. Acostándose a su lado.

-Tranquilo. –dijo cogiéndole la mano. –Descansa un rato. –le sonrió. –Que esto recién está comenzando.

Estaba apoyado contra la pared, con una sábana entre las piernas, mirando como Sai, envuelto en otra, preparaba alguna bebida.

-¿De verdad me quieres, Sai? –se atrevió a preguntar después de haber meditado lo dicho por el pelinegro.

-Claro que si, Gaara-chan. –le entrego su copa. –No solo te quiero. Has hecho que me enamore de ti de una manera que… No sabría cómo explicar. –se sentó en la cama y le dio un trago a su bebida.

Gaara se tomó de un trago el contenido de la copa, le quito la de Sai y también se la bebió, dejo las copas en el suelo, y se acercó a besarlo apasionadamente.

-Quiero… -murmuro rozando su nariz con la de él. –Quiero hacerlo de nuevo. –espeto acariciando el pecho de Sai, y comenzando a jugar con sus pezones.

-Está bien. –le dio un casto beso. –Pero ahora seré yo en que guie. –Gaara asintió, y se volvieron a besar.

Las sabanas terminaron otra vez revueltas sobre la cama. Estaban de rodillas sobre esta, Sai los estaba a ambos masturbando, acallando los gemidos de ambos en ese apasionado beso que se estaban dando.

Lo hizo ponerse a cuatro sobre la cama, y lentamente lo comenzó a preparar.

-¿Te duele? –le pregunto metiendo el segundo dedo, comenzando a profundizar más las penetraciones con estas.

-No. Solo sigue. –suspiro –Se siente bien. –musito, apoyando la cabeza sobre la cama, gimiendo bajito y comenzándose a mover.

-¿Quieres… que siga? –susurro a sus espaldas, aumentando el ritmo con sus dedos, y escuchando como los gemidos de su amante se aceleraban.

-Sí. Sí. Sigue.  –pidió, mordiéndose el labio para no ponerse a gritar.

Quito sus dedos, se posiciono entre sus piernas, sobo la punta de su pene en la virginal entrada, haciendo estremecer a Gaara; y entro, haciéndolo suspirar y gemir.

Gaara no se quejó, ni mucho menos se tensiono, se relajó dejándose llevar por las nuevas sensaciones que sentía. Gimió bajito, queriendo evitar que Sai lo escuchara. Si le dolió, pero le compenso que Sai lo masturbara, y embistiera en un punto que lo hizo delirar.

-Sí. Ahí. –dijo bajito, sujetando fuerte las sabanas. –Vuelve a darle ahí. –pidió moviendo sus caderas. Sai lo recompenso. Comenzó a embestir dándole a su punto sensible, haciéndolo estremecer, delirar, y gritar por más.

 Lo giro de costado, apoyando su pierna en su hombro, Gaara no replico nada, solo entrelazo sus manos, tratando de acallar un poco sus guturales gemidos.

-Gaara-chan… -lo acostó de bruces, sosteniendo con su brazo una de sus piernas y apoyando la otra en su cadera. –Mi hermoso mapachito. –le dio un beso. -¿Te quieres mudar a vivir conmigo?

Gaara lo miro sorprendido, dejando de gemir por un momento, y medito lo dicho.

-¿Me vas a querer siempre, Sai? –le pregunto abrazándose a su cuello y mirándolo a los ojos.

-Claro que si Gaara. –le contesto con una gran sonrisa. Gaara también sonrió y le dio un besito.

-Sai ¿Quieres ser mi novio?

Ahora fue Sai el que se le quedo mirando sorprendido. No se imaginaba que Gaara le preguntara eso, siempre pensó que el seria quien le haría esa propuesta, pero se equivocó. Gaara acababa de dar el primer paso, y eso le gustó mucho. Tanto, que casi se pone a llorar.

-Sí, Gaara. –sonrió enternecido. –Si quiero ser tu novio.

-Sí, Sai. –le devolvió la sonrisa. –Si quiero mudarme a vivir contigo.

-Que bien. –volvió a embestir, haciendo gritar a Gaara. –Ahora si me podre mudar.

-Mu-dar. –gimió, sujetando fuerte el cabello de Sai. –Te vas. A. ¿Mudar? –dijo entre cortado, tratando de no gritar, por lo que estaba sintiendo.

-Sí. Ya sé. Acabo mi renta. –contesto embistiendo más rápido.

-Entonces. Ahhh. Viviremos juntos.

-Sí. Juntos.

Y continuaron con ese coito. Sai bajo a besar su cuello, y le dejo marcas de pertenencia, Gaara se dedicó arañar y pedir por mas, perdiéndose en toda esa situación acalorada. Lo único que se escuchaba era el sonar de la cama, el chocar de sus cuerpos, los suspiros y gemidos entrecruzados de ambos, y los tantos te quiero que se escaparan por momentos.

Tan perdidos estaban en lo que hacían, que no sintieron el abrirse de la puerta; y solo reaccionaron cuando se ilumino la habitación.

-¡¡APAGA LA LUZ!! –grito Sai al caer en la cuenta de que:

1-No vivía solo, y que Naruto llegaría en cualquier momento.

2-Los dos estaban desnudos, sin cubrirse, mostrándose tan cual sus madres los trajeron al mundo; y para colmo, en una pose un tanto indecorosa.

3-Que de seguro Naruto quedaría algo traumado de por vida.

La luz se apagó y la puerta se cerró de un sopetón.

Gaara estaba igual de rojo como su cabello, cubriéndose la cara con su brazo izquierdo, y Sai estaba avergonzado, pensando que le diría a su amigo.

-Tienes que ir hablar con él. –Gaara lo miro apenado, haciéndolo caer en cuenta que tendría le guste o no.

-Cierto. –contesto, saliendo lentamente de él, para no causarle daño. –Ahorita vuelvo. –le dio un beso, cogió una sábana, y salió a disculparse con su amigo.

Gaara suspiro resignado, ya lo habían visto, y para mal, en semejante situación. Se cubrió con la otra sábana, no quería que pasara otro incidente.

Sai ingreso, saco dinero de su billetera, y se acercarse nuevamente a la puerta.

-¿Acaso le está pagando a Naruto Uzumaki para que no hable? –se preguntó a sí mismo, pero le pareció extraño. Todas la veces que le había hablado de Naruto nunca le había contado de tenerle que pagar por algo malo que este le haya visto. Además, lo que había visto no era nada malo. Ellos solo se estaban demostrando su amor y fue un mal momento para que el llegara.

-Asunto resuelto. –suspiro –¿En que estábamos? –pregunto acercándose a la cama, quitándose lentamente la sabana.

-¿Por qué fue el dinero? –le pregunto aun pensativo.

-Para que tome un taxi y se vaya a casa de Sasuke. –se recostó a su lado, apoyando su cabeza en su pecho.- ¿Por qué preguntabas? –alzo la vista, mirándolo curioso.

-Solo creí que… Le pagabas para que no diga nada. –contesto, aun mirando el techo.

-Porque pagarle por algo que no tengo que ocultar. –le giro el rostro para que lo vea. –Te amo Gaara. Y eso. Nunca lo voy a ocultar.

-Yo también te amo, Sai. –le dio un beso. –Pero ya no quiero tener nada. –dijo dándole la espalda.

-¿Pero por qué? Si estaba todo tan bien.

-¿Por qué no cerraste la puerta con seguro? ¡Es tu culpa que nos vieran!

-Él tenía llave. Aunque le hubiese puesto el seguro, él igual habría abierto. –se defendió, tratando de girarlo.

-Pero igual. Nos vio y… Eso fue vergonzoso.

-Vamos Gaara-chan, no seas así. No me dejes con las ganas. –dijo suplicante, volteándolo, y mostrándole el problemita que tenía en la entrepierna.

-Bueno… Habrá que solucionar eso. –lo cogió entre sus manos y comenzó a moverlo lentamente. -¿Quieres que te haga una flagelación, Sai-kun? –pregunto tranquilo, mirándolo expectante.

Sai aun no creyéndose como fue llamado, lo beso. Lo beso con un cuidado y cariño que, Gaara se olvidó lo que hacía y lo abrazo, correspondiéndole con el mismo cuidado y cariño.

-Te amo, Gaara-chan. –susurro con una gran sonrisa.

-Yo también te amo, Sai-kun. –contesto y le sonrió con una sonrisa que Sai siempre guardaría en el alma.

 

Notas finales:

Creo que aquí a Gaara lo puse un poco tsundere >.< tan lindo Gaara-chan

 Y espero les gustara toda la escenita entre ellos ;) lo hice con todo el corazón…


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