Capitulo 27: La Verdadera Adquisición de Ellos Juntos.
Sasuke de un rápido salto salió de la casa.
El sujeto que salió de una de las habitaciones, lo comenzó a atacar de la nada, tratándolo de cortar con esa enorme espada samurái.
Estaba buscando con la mirada algo que pudiera usar para defenderse, pero el tipo, se le lanzo encima sin previo aviso, y lo hizo caer de sentón al suelo.
-¿Quién es usted? ¿Y qué es lo que quiere? –pregunto molesto, mirando con cólera al señor que se le acercaba lentamente.
-¡¡¡Sasuke!!! –grito Naruto, pasando de un salto la cerca, y parándose a lado del azabache.
Analizo por un momento la situación, y se asustó de ver al señor con intenciones de atacar.
-¡Ese es el papá de Hinata! ¡Está tratando de matarme! ¿Cómo fue que entro?
-Te siguió por mi cabeza. –informo volteándolo a ver. -¿Qué hiciste para que te quiera matar? –interrogo furioso.
-Pues… es una larga historia que contar. –dijo rascándose la cabeza, mirándolo nervioso.
-Bueno, ya después hablaremos de eso. Ahora, ¿te podrías encargar de esto?
-Pero… -el señor Hyuga se acercó un poco más. -¡Él tiene una espada! ¿Dónde está tu mochila? –pregunto, ocurriéndosele una idea.
-Colgada en el gancho de la cocina. ¡Pero no te atrevas…! –exclamo poniéndose nervioso, pero Naruto no lo escucho, ya que se alejó corriendo.
-Sr. Hyuga, ¡soy yo y usted solamente!, ¡¡Así que vamos a divertirnos!! –grito, esquivando con una gran velocidad y habilidad al caballero, que, tanto Sasuke como el señor, se quedaron atónicos por la hazaña realizada del rubio.
Naruto subió rápidamente las escaleras, siendo seguido por la sombra del tipo. Doblo el pasillo y se adentró a la habitación del azabache, dejando perpleja a la pelirroja, y se escondió en el cuarto de baño.
-¿Qué demonios significa esto? –interrogo furiosa, mirando al sujeto que se asomaba a la habitación. -¿Te envió Orochimaru? –pregunto curiosa, dejando de leer el libro que sostenía. El castaño la miro interrogante, tratando de ver a través de la pequeña abertura de la puerta del baño.
Furiosa al no recibir respuesta y ser ignorada, cogió su espada y la desenfundo, poniéndose de pie abruptamente en la cama.
-¡No necesito ayuda! –grito, haciendo asustar al Hyuga. -¡¿Por qué nadie cree en mí?! –se le lanzo encima, tratando de golpearlo, pero el señor bloqueo el ataque, y comenzaron una ferviente pelea.
Naruto, escondido en la tina de baño, escuchaba asustado el sonar de las espadas al chocar. Algo temeroso se asomó a ver, y para su sorpresa la pelea se libraba en el pasillo.
-Orochimaru no te envió, ¿cierto? –interrogo, volviendo a golpear y ser contraatacada con la misma fuerza y velocidad.
Naruto asomo su cabecita por la puerta entre abierta para mirar hacia el pasillo, y la pelea que se libraba ahí.
-¡¡Este solo es otro ejemplo de que Naruto Uzumaki, por desgracia mi primo, es un cabrón perezoso que no pelea sus propias peleas!! –grito, al sentir la presencia del rubio tras la puerta.
-¡Ustedes tienen espadas! –se excusó un poco indignado.
-¡Excusas! –recrimino, volviendo a atacar, llevando de tanto en tanto al sujeto a la siguiente habitación.
-¡Yo no golpeo mujeres! –aclaro, siguiéndolos por el pasillo, pero con cautela.
-¡PSSH! ¿Crees que eso te da una gran moral? –pregunto fastidiada, retrocediendo, ya que el señor le estaba ganando en fuerza.
-A-algo así. –titubeo, pensativo.
-Bueno, no lo hace. –contesto a sus espaldas, Sasuke. Este lo volteo a ver sorprendido, el azabache estaba apoyado en la pared, cruzado de brazos.
-¡No eres más que un cobarde Uzumaki! –espeto con furia, tratando de quitarse al tipo de encima, que la estaba empujando hacia el balcón. -¡¡¡ERES UN COOOBARDEEEEEEEEE!!! –grito, cayendo junto al señor hacia el primer piso, ella llevándose la mayor parte del golpe al caer de espaldas.
-Hombre, a mi casero le va dar un infarto. –dijo asomándose a ver con preocupación el destrozo que habían causado al caer desde el segundo piso, y lo destrozado que había quedado el balcón al romperlo por caer desde ahí. -¿están bien? –pregunto, asomándose por la abertura rota, y analizando a los inconscientes cuerpo en el piso.
-¿Soy un cobarde, Sasuke? –pregunto decaído, asomándose por la puerta.
-Bueno –se giró a verlo. –podrías ser un poco menos, supongo. –informo con enfado.
Naruto se avergonzó y agacho la cabeza apenado, pero, frunciendo levemente el entre cejo, alzo la mirada decidido y se aproximó a grandes pasos hacia Sasuke, que lo miraba un poco confundido, y lo giro agarrándolo fuertemente de los hombros.
El azabache se intimido un poco por tal acción.
-Sasuke... –dijo serio, mirándolo a los ojos.
-¿Naruto? –pregunto preocupado.
-Yo sé que solo juegas a ser misterioso y mantienes tu distancia para evitar que te lastimen –Sasuke se estremeció ante lo dicho. -, sé que tienes tus razones para no responder mis preguntas –respiro hondo –y no me importa ninguna de esas cosas…
-¿en… serio? –pregunto sorprendido y dudoso, mirándolo serio.
-Sasuke, estoy enamorado de ti… -dijo sin titubeos, ruborizándose levemente –y no me importa nada de lo que hayas echo en tu pasado… -lo soltó y se alejó unos pasos de él, dándole la espalda. -… y sé que podemos hacer que esta relación funcione.
Sasuke sonrió enternecido, y llevándose una mano a la mejilla, porque la sintió caliente, dijo decidido y emocionado.
-Claro que si, Naruto. Nosotros podemos.
Y escuchado esto, Naruto sonrió, alejándose a pasos lentos por el pasillo, pero una fuerte presión en su pecho hizo que se detuviera abruptamente y mirara maravillado el destello de luz que emanaba de ahí.
Un hermoso mango de color azul con diseño de corazón, surgió del centro de su pecho. Él, maravillado como estaba, la sostuvo fuertemente y de un tirón la saco al exterior, dejando ver la brillante katana, que resplandecía una luz anaranjada en todo lo largo de la hoja.
Naruto ha ganado el poder del amor
Miro fascinado su nueva espada, y decidido en lo que haría, salió corriendo en dirección al balcón, pasando por el lado de Sasuke, y se lanzó al primer piso, cayendo a unos cinco metros de donde estaba parada su prima esperándolo.
El señor Hyuga estaba parado a un lado, mirando expectante a los jóvenes simultáneamente.
Sasuke se apoyó en el barandal del balcón, y mirando serio se puso analizar la situación.
-Ahora, ¡me alegro de haber escogido esa habilidad con la espada en el quinto grado! –exclamo sonriente, poniéndose en guardia.
-Vamos hombrecito –se puso en la misma posición. -, bailemos.
Ambos se miraron directamente a los ojos y, acercándose uno al otro a una gran velocidad, desaparecieron dando un salto antes de tocarse, apareciendo en lo alto del cielo rozándose efímeramente antes de caer cada uno en el lado opuesto del otro.
Karin cayó de rodillas sosteniéndose el pecho, y Naruto resbalo al caer, que girando sobre el mismo término de rodillas, sintiendo un intenso ardor en su mejilla.
-Tu imbécil. –espeto sintiendo un enorme dolor.
-¿Cómo te va allá atrás? –pregunto mirando su espada. –Creo que yo tengo solo un rasguño en mi cara… -aclaro, mirando mejor el líquido rojo que cubría la hoja de su espada.
-Me tienes Uzumaki… -balbuceo, botando un poco de sangre por la boca. –… y ahora que lo pienso… no dolió tanto. –miro sentida, sus manos cubiertas de sangre. Naruto voltio a verla preocupado, su prima estaba sobre un pequeño charco de sangre.
-Karin… -musito alarmado, poniéndose de pie.
-Puede que acabaras conmigo, pero nunca vencerás a los gemelos. –dijo abrazándose a sí misma.
-¡¿Qué gemelos?! –exclamo preocupado, acercándosele, pero se detuvo al sentir como su espada desaparecía de un destello.
-No te culpo de nada primito… solo te odio por matarme tan rápido. –sonrió levemente y comenzó a dividirse en dos. Naruto la miro asustado, queriéndosele acercar, pero un destello lo deslumbro, y un montón conejitos y pajaritos aparecieron de la explosión.
-Es raro… -susurro acercándose a ver. Sasuke apareció a su costado, mirando a los animalitos dispersarse. -¿Crees que al fin este libre? –lo voltio a ver.
-¿Libre? ¿De qué?
-Del control mental. Sé que no te lo conté, pero, tus ex eran controlados mentalmente para atacarme.
-¿Qué?
-Aquel día en el centro comercial… Me encontré con Nagato Pain. –Sasuke lo miraba sin entender. –No te lo conté porque no estaba seguro de como reaccionarias, así que mande a Sai a investigar y… todos están vivos y sin “más o menos” recordar lo ocurrido.
-Naruto… -lo sujeto de los hombros. –no te atormentes de esta manera. Era tu deber matarlos, o ellos acabarían contigo de todos modos. –le sonrió levemente. –Todos ellos están muertos, ¿de acuerdo? No inventes esa clase de cosas para sentirte mejor.
-¡Pero es verdad, no inventos míos! –reclamo un poco confundido.
-¡Ya basta Naruto! deja de decir esas cosas que me estas preocupando, ellos están muertos y ya. –lo abrazo. –Olvídate de esas cosas, ¿sí? Ellos están en un mejor lugar ahora, así que no te sientas mal.
Naruto le correspondió el abrazo un poco dudoso, sintiéndose extrañado por aquella conversación, pero otra vez ese zumbido lo volvió a invadir, dejándolo un tanto mareado y más confundido de lo que ya estaba.
-Tienes razón…, ya ni siquiera sé que cosas estoy diciendo- le sonrió apenado. -Entonces… -susurro al separarse. -¿saliste con gemelos? –lo miro curioso.
-Um… sí.
-¿al mismo tiempo?
-¡No tengo que responder a eso! –se alteró, frunciendo levemente el entre cejo, cruzándose de brazos.
-Awww… rayos –se rasco la cabeza, frustrado. -¿voy a tener que pelear con dos al mismo tiempo en los siguientes capítulos? ¿… no puede ser este el último capítulo de la historia?
-¡Nunca dije que tendrías que pelear con dos al mismo tiempo! –grito amargándose.
-Oh bueno… -suspiro –que se le va hacer. Por cierto… ¿señor Hyuga? –cerro los ojos y respirando hondo se armó de valor. –Señor, nunca dañe el honor de su hija, muy apenas y la toque, siempre trate de comportarme como un… -abrió los ojos y no lo vio por ninguna parte. –como un… ¿A dónde se fue? –pregunto asustado, buscándolo con la mirada por todos lados.
-Está allá arriba. –señalo Sasuke hacia el tejado.
La sombra del señor Hyuga se apreciaba claramente gracias a la luz de la luna. Naruto se giró a verlo y, el señor, inclinando la cabeza hacia adelante con respeto, se despidió de los jóvenes, alejándose con la cautela y velocidad de un verdadero ninja.
-¿Supongo… que aquí se acabó todo?
-Así parece.
Naruto se le acerco y lo abrazo fuertemente, sorprendiéndolo.
-Naruto yo… -musito cuando se alejaron un poco, sin romper el abrazo, ruborizándose. -¡Lo siento! Ella solo durmió en el sofá, y ni siquiera nos besamos mucho y estoy seguro que tú hiciste lo mismo con Amaru –se puso nervioso –Estuve exagerando las cosas y yo… -Naruto lo volvió abrazar
-No tenía que enterarme sobre eso…, pero ya no importa. –se alejó para verlo, con una enorme sonrisa. -¡Sasuke! ¡Estoy enamorado de ti! –exclamo emocionado.
-Yo… creo que también estoy enamorado de ti, Naruto. –sonrió ruborizándose, acercándose para abrazarlo posesivamente.
Naruto festejo silenciosamente su reciente triunfo, alzando las manos en alto y sonriendo con esa sonrisa que siempre lo caracteriza.
Sasuke se alejó un poco para verlo y sin previo aviso lo beso, sorprendiendo a Naruto, que algo emocionado lo abrazo, correspondiendo tímidamente a ese demandante beso.
-Qué te parece si ahora me ayudas a arreglar el desastre que causo tu cobardía, ¿eh? –dijo señalando el balcón.
-Pero, pero, ¡yo no lo hice! Además no tenía un arma con que defenderme. –se defendió bruzándose de brazos.
-Sí, eso lo sé. Pero, si te quieres mudarte a vivir conmigo, tienes que ayudarme de ahora en adelante en todos los deberes de la casa. Y el balcón, es uno de ellos.
-Eso quiere decir, ¿qué me puedo venir a vivir contigo? –pregunto sonriendo.
-Así es tonto. –contesto sonriendo de lado y desviando la mirada.
Naruto dio un gran salto, sonriendo emocionado, volviendo a festejar su buena suerte.
-Y ya deja de estar celebrando a cada rato, que si sigues así, me vas hacer cambiar de opinión. Y andando, que tenemos que reparar eso antes de irnos a dormir. –dijo cogiéndolo de la mano y jalándolo hacia el interior de la casa.
Naruto solo seguía sonriendo, asintiendo con movimientos de cabeza a todo lo que Sasuke le decía u ordenaba hacer.
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Entreabrió los ojos nuevamente.
Aun le costaba creer que Naruto estuviera haciendo eso en su entrepierna. Es que la flagelación que le estaba dando y la manera que lo estaba preparando, lo estaban haciendo ver el cielo.
-Naru-to ya no aguando… más. Ya deja… de hacer eso. Por favor. –susurro entre cortado, con voz suplicante.
¿Hace cuánto que Naruto comenzó y aún seguía con eso?
Fue hace un buen rato, cuando decidieron irse a dormir. Pero el blondo decidió aprovechar el rato y no perder el tiempo solo en irse a dormir.
Y ahí estaba, con ese lento vaivén, recorriendo todo lo que su lengua podía, haciendo estremecer con cada roce al azabache, que ya se sentía terminar; y sentir esos dedos moviéndose de esa manera en su interior, no lo ayudaban a asimilar lo que ya se venía.
-Naruto. Ya para. –suspiro, agarrando fuertemente las mantas bajo el.
-Pero, no que eres de bien aguante, Sasuke. –susurro, alzando la vista y mirándolo de forma lasciva, dando una que otra lamida en la punta.
¿Quién era ese y donde estaba su tonto y tímido Naruto?
Sonrió de lado, y acariciando levemente su cabeza, lo guio a que continuara, pero esta vez al ritmo que él quisiera.
Sabía que acabaría pronto y de seguro Naruto también.
El tonto le podía estar practicando sexo oral, pero eso no negaba de que el mismo se estaría tocando y tratando de llevar el ritmo que él ahora había impuesto.
Así que queriendo de una vez terminar con ello, alejo a Naruto y lo hizo caer de sentón en el suelo -hay que mencionar que Naruto estaba arrodillado frente a la cama, practicando la tareíta -, y subiéndose a horcajadas sobre él, comenzó a penetrarse.
-Espera, Sasuke. Te puedes…
-Ya tuvimos está. Platica antes. Naruto. –se acomodó bien y se abrazó a los hombros del rubio. –Sabes que no me va a pasar nada. –lo beso. –así que solo… disfrutemos de esto. –dijo comenzando a moverse, mirando a los claros ojos de su amante, que le devolvía la mirada con los ojos entre cerrados, gimiendo por lo que estaba sintiendo, dejándose llevar por aquel momento.
Se acercó y comenzó a besar y mordisquear su cuello, dejando marcas rojizas en la acanelada piel, quiso descender un poco más, pero cierta arremetida que dio Naruto, hizo que alzara la vista para mirarlo con disgusto, cuando se percató de que Naruto lo hizo apoyarse contra el borde de la cama y comenzó a embestirlo haciéndolo perder la razón.
-Si… ahhh más rápido. –pidió entre jadeos, sujetándose lo mejor que podía de Naruto, que obediente, comenzó a embestir con más fuerza, haciéndolo gritar de gozo por tal acción.
Nuevamente estaba moviéndose sobre Naruto, ya era la segunda ronda y no sabía cuánto más podría aguantar. Se estaban besando, pero se separaron por falta de aire, dejando un leve hilo de saliva que aun los unía.
-Te… quiero mucho, Naruto. –suspiro, apoyando su frente sobre la del otro.
-Yo también te quiero mucho Sasuke. Mucho, mucho… -dijo abrazándolo con un brazo y volviéndolo a besar.
Una, dos, tres, arremetidas más, y ambos terminaron, gritando el nombre del otro.
Naruto se recostó, agitado, en el piso, tratando de recuperar la respiración, y Sasuke cayó sobre él, respirando pausadamente, tratando de tranquilizar su corazón.
-Sasuke, etto… ¿vamos… a dormir aquí en el suelo? –pregunto pasado un rato, Sasuke estaba bien acomodado en su pecho sin intenciones de levantarse, y eso le comenzó a preocupar, ya que le estaba comenzando a dar frio.
-Un ratito más, Naruto. Quiero estar así un ratito más. –musito abrazándose al pecho del rubio, escuchando tranquilamente el latir de su corazón, que se aceleró un poco al sentir esa maniobra.