Cuando abrió sus oscuros ojos no reconoció el lugar donde estaba. Intentó incorporarse, pero le resultó extremadamente difícil. Le echó otra mirada a la habitación blanca y llena de instrumentos electrónicos, vendas, almohadas y jeringas, entendiendo que estaba en el hospital.
Extendió su mano derecha hasta su hombro izquierdo y la punzada de dolor era aún más grande que la de su costado derecho. Ese cabron de Kabuto le había disparado en el hombro dejándolo imposibilitado de tomar un arma y manejarla con su mano diestra. ¡Maldición! Sus dientes se apretaron fuertemente y cerró los ojos con furia. No había podido hacer nada, absolutamente nada.
Levantó nuevamente su mano derecha y la puso sobre su rostro intentando recuperar la calma y pensar racionalmente. Naruto. Naruto. Lo más probable es que lo tengan prisionero hasta obtener la información que buscan. Saco por deducción, sin embargo estaba sumamente preocupado. Salió un momento de sus cavilaciones cuando escucho que tocaban a la puerta de lo que suponía era su habitación en el hospital
–Adelante –hablo serio esperando ver a una enfermera o a Gaara, pero se sorprendió cuando una mujer adulta, de cabello rojizo y ojos verde oscuro ingresaba solemne y tranquila, junto a un hombre alto y rubio. Ambos vestidos de manera muy elegante para estar en un hospital.
–Tú eres Sasuke Uchiha-kun, ¿no es así? –Al momento vino a su mente una de las tantas fotografías que Shikamaru había recolectado para él.
–Así es Uzumaki-san, Namikaze-san –Hablo serio incorporándose y haciendo una reverencia como pudo.
–Veo que investigas muy a fondo cuando te dan un trabajo –El ceño del azabache se arrugó y puso en alerta todos sus sentidos –. Gaara me lo dijo –respondio la mujer a una pregunta que Sasuke jamás hizo –. Espero que seas capaz de responder con honestidad, conoces la palabra ¿no? –hablo tranquilamente.
La respuesta de Sasuke fue solo asentir.
Tomó aire –¿Estas involucrado en esto? –El otro solo negó con la cabeza lentamente –, ¿Aunque en un principio tenías el trabajo de matarlo? –Siguio con el interrogatorio Kushina, bajo la atenta mirada de Minato.
Sasuke asintió cerrando los ojos lentamente –. ¿Por qué no lo mataste? –La pregunta lo sorprendió un poco, pero decidió que lo mejor sería ser honesto.
–La verdad no lo sé –Aclaro su garganta –, aun no puedo responder a esa pregunta –un sonrojo involuntario surco tímido sus mejillas dejando a ambos padres paralizados –, pero me di cuenta que no podía hacerlo –Cerró sus ojos dolido –ni siquiera cuando me entrego su vida, pude hacerlo –Abrió los ojos observando la sábana que cubría su malherido cuerpo y sin poder alzar la vista continuó hablando –prometí protegerlo y fallé, mi vida esta en sus manos y con gusto aceptaré lo que venga.
Un gemido salió de los labios de Kushina –Tienes razón, has fallado –Le reprocho duramente –Por lo tanto y mírame a la cara cuando te hablo –para cuando alzó la vista, los ojos de la mujer se habían humedecido completamente dejando choqueado al azabache –, traelo de vuelta Sasuke-kun –La mujer no aguantó más y rompió en llanto siendo contenida por el abrazo de su esposo que con mirada dolida veía hacia el gran ventanal de la habitación –. Traelo de vuelta y perdonaré tu vida –El rostro de Sasuke no pudo mantener la mirada penetrante de Kushina y bajando la vista cerro fuertemente sus ojos. Su mente no dejaba de pensar en Naruto, sonriendo, avergonzado, conversando con sus amigos, besándolo. De pronto alzó la vista y lleno de determinación hablo –Lo haré, prometo que lo traeré de vuelta.
La escena fue interrumpida cuando la puerta de la habitación fue abierta abruptamente dejando entrar a gaara junto a un hombre alto, con el pelo blanco y una bufanda cubriendo la mitad de su rostro.
–Kakashi –Hablo Minato, esperando el informe que el hombre traía entre sus manos.
–Como supuso Sensei, la policía fue extorsionada para manipular el tráfico de la zona del accidente, además las cámaras fueron desabilitadas por lo que no hay ninguna pista que nos lleve hasta los secuestradores.
Cuando el ambiente se ponía más depresivo fue que Sasuke habló –Si la hay –Aclaro su voz –. Conozco a los secuestradores –Todo el mundo guardo silencio esperando que se explayara –, son asesinos al igual que yo, pero se especializan en situaciones como esta.
–¿A qué te refieres? –Pregunto Kushina rompiendo el hielo.
–A sacar información –Un escalofrío recorrió sus espaldas –. Probablemente descubrieron que naruto es la clave para obtener las investigaciones que estaban desarrollando.
–Gaara –habló directamente al pelirrojo –. Necesito hacer una llamada –En respuesta Gaara miró atentamente a su superior, que a su vez buscando la aprobación de Minato asintió cuando este le sonrió.
–¿A quién llamarás? –Pregunto el rubio.
Mientras Sasuke sacaba las sabanas de sobre su cuerpo, se giraba sintiendo un malestar general en su cuerpo y ponía ambos pies en el suelo, logró identificar que por lo menos sus piernas aún funcionaban. Levantó su níveo rostro y respondió mirando al techo –A mi hermano.
Le picaba la cara, pero no podía mover sus manos, de hecho no podía mover nada. Pestañeo fuerte y rápido varias veces antes de abrir los ojos, no lograba enfocar nada en aquella habitación, todo parecía darle vueltas. Volvió a pestañear, pero nada mejoró.
–Es el efecto de la droga –Una voz demasiado ruidosa para su gusto le hizo girar el rostro intentando alejarse de la fuente de su creciente dolor de cabeza –. Tiene un efecto sedante inigualable –La voz se acercaba cada vez más a los oídos de Naruto –, pero –A propósito alzó la voz buscando conseguir un quejido del rubio y cuando lo obtuvo no pudo evitar sonreír –de terribles consecuencias cuando el efecto principal ha pasado.
Naruto decidió mantener los ojos cerrados para así hacer menguar las nauseas, pero parecía inútil, por lo que abrió nuevamente los ojos buscando darle algún sentido a las figuras frente a él y a la situación en la que estaba. Logro ver con mediana claridad los rostros de dos hombres. El primero, de lentes y cabello plateado, el segundo, de cabello negro aparentemente largo.
–Creo que su visión está mejorando Orochimaru-sama –Habló uno de los hombres al otro.
–¿Dónde estoy? –Pregunto naruto con la boca seca.
–Antes que nada Naruto-kun deberías hidratarte –Habló el otro haciendo un gesto con la mano mandando a kabuto a buscar lo solicitado.
–¿Quién eres? ¿Qué quieres? –Pregunto agobiado.
–Pues creo que deberías tener una idea más o menos clara de lo que busco de ti –Hablo con gracia antes de continuar –. Los Hyuga pagaron una buena suma de dinero por realizar el trabajo –Deslizó uno de sus níveos dedos por el contorno de la mandíbula del rubio, tomando finalmente con fuerza su rostro –, pero ¿puedo decirte un secreto?
Lo soltó brusco y se alejó unos pasos de él –Lo hubiera hecho gratis –Mientras el rubio escuchaba el extraño monólogo intentaba soltarse del agarre, sin conseguirlo.
Miro hacia todos lados y no lograba ver nada que le indicara donde se encontraba, ninguna ventana, ningún ruido. Decidió entonce hablar con ese sujeto y buscar una salida al asunto.
–¿Porque? –El otro se sorprendió de recibir contestación –¿Que te he hecho?
–Ohhh, ¿por dónde empiezo? –Sonrió divertido caminando ligero por el cuarto –. Quizás deba empezar por Sasuke –Lo observó fijamente apreciando el cambio de facciones de Naruto que, al escuchar ese nombre, cambió por una sorpresa que no logró disimular.
Claro, que idiota fue, acaso había olvidado que sasuke estaba con él en el accidente, incluso estaba herido, su respiración se puso errática y con furia miró hacia el frente.
–¿Donde esta Sasuke? –Pregunto furioso.
–Pues –Empezó a hablar viendo como su compañero volvía a la habitación –, aquí, Kabuto, se encargó de calmarlo.
–¿qué le hiciste? –Preguntó incrédulo, no podía imaginar que nadie lograse hacerle frente a sasuke, pero pensándolo un poco mejor recordaba el rostro ensangrentado y adolorido. Mierda.
–No te alarmes, está vivo, quizás no en las mejores condiciones, pero vivo –Realizo una pausa antes de continuar –. No podría ser más feliz Naruto-kun, ¿quieres saber porque? –Pregunto no recibiendo ninguna respuesta del rubio.
Irritado tomó los cabellos y tiró hacia atrás llegando a sostener la silla donde naruto estaba sentado solo en dos patas –Me gusta que me respondan cuando hablo –siseo risueño, pero aun a pesar del dolor y el miedo Naruto permaneció en silencio –. Mmmm –Se rindió finalmente dejándolo como estaba antes –. Te lo diré de todas formas –acotó –, adivina quién viene a buscarte –Dijo divertido y extasiado al ver como naruto entendía de qué iba todo el asunto.
–¡No lo toques! –Exclamo desesperado intentando zafarse del agarre de las cuerdas en sus muñecas y tobillos –Si lo tocas...
Pero la amenaza quedó en nada, cuando de una bofetada seca orochimaru le giro el rostro acanelado.
–¿Ahora tienes ganas de hablar? Kabuto me contó la intensa mirada que tenía cuando luchaba por recuperarte –Se sobaba los antebrazos como si sintiera frío –. Sasuke es único –Lo miró con una mirada siniestra y mordiéndose el labio inferior.
–¡No te acerques a él! –Hablo colérico.
–¿Que? ¿Acaso lo crees de tu propiedad? –Naruto solo pudo quedar en silencio –. No me digas que si lo crees –Se burló –¿Qué fue lo que te dijo? –Tomo su rostro brusco y lo obligo a verlo a los ojos –¿Que te deseaba? ¿Qué te quería? –Pero naruto solo podia cerrar los ojos queriendo huir de esa mirada perversa –¿O acaso hizo algo? –Paso su dedo índice por los finos y resecos labios rosados del rubio y este sin reaccionar solo podía mirar sorprendido los movimientos de orochimaru.
–Me pregunto si aún queda algo de su esencia en tu boca –Y dicho eso beso bruscamente a Naruto, paseando su lengua ansiosa entre los labios apretados del rubio. Cuando se sintió satisfecho con un movimiento de cabeza hizo que Kabuto caminara hacia ellos.
–Es triste –Negó apenado –, no pude sentir su sabor –Miró el rostro sonrojado y furioso de Naruto con gracia –, pero estoy seguro que pronto tendré la oportunidad.
–Eres un enfermo –Gritó, pero fue silenciado por otra bofetada.
–¡No le hables así a Orochimaru-sama! –Kabuto quien no le había dirigido la palabra en todo ese rato, lo miraba ahora furioso.
–No te alarmes –Lo calmo el mayor –, ¿tienes listos los implementos?
–Claro que sí –Respondió rápidamente ajustando sus gafas.
–Bien, es hora Naruto-kun, tu y yo tenemos cosas que hablar –La sonrisa siniestra de Orochimaru solo podía dejarle en claro a Naruto que lo que venía ahora, sería doloroso.
Kabuto se acerco a naruto y con un cinturón de cuero negro que tenía una larga cadena metálica, amarrandolo al cuello. Soltó el agarre que lo sujetaba de las muñecas y Naruto pensando que era su oportunidad empujó a Kabuto hacia un lado y quiso correr de allí, sin embargo sus piernas no le responden.
–No seas travieso –Negó Orochimaru divertido por el actuar del rubio –Ya te dije que los efectos secundarios de la droga son algo desagradables.
Miró el rostro sonriente del moreno y luego giro su rostro hasta sus piernas, las cuales por mucho que pensara en correr no respondían a nada. De pronto un fuerte tirón lo hizo preocuparse del collar que ahora tenía puesto, le costaba respirar con esa cosa en el cuello, más aún si Kabuto tiraba de él.
–Orochimaru-sama, será una molestia si no puede caminar –Hablo en todo momento dirigiendo su atención a su acompañante, como si Naruto no estuviese presente.
–Trabajo Kabuto –Respondió sonriente –Trabajo –Y sin más salió de aquella habitación silbando una melodía que Naruto no logro reconocer.
–¡Cielos! –Exclamó algo fastidiado mientras esposaba las manos del rubio por la espalda y afirmaba las esposas de las manos y pies, con una cadena metálica –Siempre me llevo todo el trabajo –Finalizó su monólogo para empezar a tirar la gruesa cadena en sus manos a la salida de aquella habitación.
Nuevamente Naruto no podía respirar y errático buscaba algo de aire, antes de llegar a la puerta las piernas de Naruto reaccionaron y a toda prisa empezó a moverlas y así no quedar tan atrás del caminar de Kabuto. El otro notando esto aceleró el paso, provocando que el rubio cayera estrepitosamente al suelo y nuevamente quedara sin aire.
Cuando finalmente llegaron a la habitación contigua a la anterior, Naruto estaba agitado, con el rostro algo amoratado y las rodillas ensangrentadas. Alzó la vista buscando una salida o algo, pero al igual que la habitación anterior no tenía ninguna ventana y no se escuchaba nada más que el goteo incesante de una llave de agua mal cerrada, sus ojos luego se posaron sobre los amarillos y perversos ojos de Orochimaru, que lo recorrían de arriba abajo.
–Veo que el efecto de la droga está menguando –señaló alegre la sangre que escurría de las rodillas de Naruto –. Eso es bueno –empezó a caminar alrededor de Naruto que aun permanecía arrodillado en el suelo. Puso su pie en la espalda y con brusquedad lo empujo para dejarlo recostado en el polvoriento suelo de cemento –. Hay algo especial que me gusta hacerle a mis, ¿cómo decirlo? –Dirigió juguetón su mirada a Kabuto que serio respondió.
–Trabajos.
–Cierto, cierto, trabajos, me disculparás es que a veces es tan divertido que no parece un trabajo –Se rió alegre –¿en qué iba? A sí, algo que me gusta hacerles a mis trabajos –Pateó la espalda de Naruto y fijó su mirada a las orbes azules que desde el suelo lo miraba desafiante –Pronto lo verás, cuando el efecto de la droga pase –Ahora pateó una de las piernas del rubio sin recibir ningún sonido de dolor –Después de todo no es divertido cuando solo uno de nosotros lo disfruta.