Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Undisclosed Desires por Svanire

[Reviews - 47]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-Sunao, te estoy diciendo que… ¡SUNAO!

Me sobresalté de tal modo que los demás chicos del salón se burlaron de mí, incluído Toshi. Mirna había estado intentando llamar mi atención para preguntarme por lo del trabajo de sociología. Cuando finalmente salí de mi trance y le puse atención, estaba muy enfadada.

-Perdón- dije apenado -¿Qué me decías?

-Ya sabes qué te decía- dijo cansinamente -Has desperdiciado otro mes, ¿sabes?

-Sí, lo sé. Perdón- respondí con desgano -Prometo terminar mi parte del trabajo.

-¿Qué te pasa?- me preguntó, cambiando su tono enojado a uno que expresaba preocupación -Estos últimos días has estado muy ausente, distraído- lo pensó un poco y añadió -Más que otras veces, claro está.

-No pasa nada- reí.

-Bien, si tú lo dices…

Toshi me había hecho la misma pregunta, a la que había dado la misma respuesta: “No pasa nada”. Sin embargo, sí pasaba algo que no podía comprender, algo que abosrbía todos mis pensamientos y convertía a mi cerebro en un nido de preguntas sin respuesta. Algunas veces llegué a sentir ganas de hablar con alguien, pero tuve que reprimirme. Nadie entendería mi situación sin antes juzgarme duramente. No podía ni debía confiar en nadie.

Creo que lo único que quería era el apoyo o la aprobación de alguien, cosa que ahora me parece absurda. Me sentía un poco mal porque cuando creces en una familia conservadora, hay ciertas cosas a las que conoces como inmorales o pecaminosas. Mi madre ni siquiera se había enterado de que alguna vez tuve novia, ya que no veía con buenos ojos eso de tener novia en la escuela. Deseaba que fuera “casto” hasta el matrimonio, creo que con eso dejo muy clara la posición de mi progenitora. Si se enteraba de lo que había ocurrido entre Kaoru y yo… Bueno, no quería ni pensarlo.

El punto era que requería el consejo de alguien, su apoyo quizá, sólo que no sabía si recurrir a alguien o no. De todos modos, ¿a quién recurrir? Empezé previniendo, “tanteando el terreno”.

-Oye- inicié con Toshi en el receso -¿ya terminaste tu trabajo de sociología?

-ABURRIDO- vociferó -¡Claro que no! ¿A quién se le ocurre hablar de la homosexualidad?

-¿Por qué?- yo ya sabía que ese era su tema, por ello pregunté.

-Es un tema muy común- continuó -Y en todo caso, ¿a quién le importa? La homosexualidad no es una preferencia sexual, es una moda.

-¿Eso crees?- pregunté decepcionado.

-Por lo que he visto, sí; una moda que no quiero adoptar- hizo una mueca de asco.

Como obviamente quedó reflejado, si iba a hablar con alguien sobre mi situación, no sería con Toshi.

Justo en eso, alguien llegó a sentarse en nuestra mesa, concretamente una chica; la chica que me gustaba.

-Hola- me dijo -¿Puedo preguntarte algo?

-Pues s-sí- respondí nerviosamente.

-¿Qué ha pasado con tu amigo? Ya sabes, el que me presentó contigo. Kaoru, ¿no?

-¿Kaoru?- me estremecí -Pues hace algún tiempo que no lo veo. ¿Por qué?

-¿Podrías darle un mensaje la próxima vez que lo veas?- asentí y continuó -Dile que me llame, por favor; al celular o a mi casa, no importa.

-Se lo diré- mi voz adquirió amargura.

-Gracias- sonrió aliviada -¡Adios!

Se marchó felizmente, dejándome más claro que nunca que sólo le importaba como su mensajero para suplicarle una llamada al carismático Kaoru. Sentí un enorme coraje y Toshi lo notó.

-De modo que te habla pero te pregunta por otro, ¿eh? ¿Quién es el tal Kaoru?

-Un idiota que le habló sólo para presentarmela- respondí con enfado -Pero a ella terminó importandole sólo él- reí forzadamente y añadí -Como si fuera la gran cosa.

Gracias a ese insignificante hecho me la pasé de muy mal humor el resto del día. Ignoré a los profesores y a mis amigos, hasta que llegó la hora de la salida y me permití esbozar una ligera sonrisa de alivio. Cuando cruzaba el umbral volví a ver a la chica en cuestión, a Sara, sonriendo con su amiga del alma. El estómago me dio una sacudida.

Sin embargo, eso sólo fue una pequeña parte de lo que ya me aguardaba. Mi estómago se revolvió brutalmente cuando, camino a la parada del autobús, me encontré con Kaede cara a cara, por lo que ignorarlo no me iba a funcionar. Él, por su parte, no dejó de mirarme severamente, lo que me puso aún más nervioso.

-Hola Sunao- saludó secamente -¡Qué bueno es encontrarte!

-¿Ah si? ¿Por qué?- aparentaba tranquilidad e indiferencia.

-¿Dónde está Kaoru?- preguntó casi con enfado -No ha ido a la Facultad. ¿Le tienes encerrado en tu habitación?

-¿Qué preguntas son esas? Aquí el único pervertido eres tú y no tengo la menor idea de dónde está tu amiguito. Adios.

No me dejó ir, pero cuando me detuvo no noté alguna perversa intención, sino un desesperado deseo por saber algo de Kaoru, algo que yo desconocía por completo.

-Tú debes saber qué ha pasado con él- insistió.

-Hace dos días que no lo veo- repliqué.

-No ha ido a la Facultad, no contesta el teléfono…

-Yo ni siquiera tengo su teléfono, ¿qué te puedo decir?

-¿QUÉ?

Su expresión cambió del enojo a la preocupación y dejó de apretar mi brazo. Luego comenzó a dar vueltas, murmurando cosas ininteligibles que, no obstante, no debían ser buenas, a juzgar por su actitud. De pronto me encontré a mi mismo preguntándole por lo que ocurría.

-Eres su adoración- me respondió -Seguramente ya te ha contado todo sobre su vida.

-No te entiendo.

-¿Será posible que…- rió con maldad y dijo -Si no te lo ha contado es porque no confía en tí. No puedes ayudarlo.

Se marchó rápidamente, sin darme la oportunidad de pedirle que me explicara qué pasaba.

* * *

No me gustó que me dijera eso de que Kaoru no confiaba en mí. Una curiosa sensación echó raíces en mi cuerpo, asegurandome que se quedaría conmigo por una buena temporada. Era una sensación de abatimiento por desconocer algo que a Kaede le hacía sentirse poderoso. Algunos hubieran dicho que estaba celoso.

Más tarde, tras haber pensado mucho en el asunto, me di cuenta de que no solo estaba celoso, sino que también me sentía preocupado. ¿Podría ser que Kaoru tuviese alguna grave enfermedad? Quizá algo malo le había ocurrido, mientras que yo sólo me había enfocado a mi egoísmo. Y tuve miedo porque no se suponía que yo debiera sentirme así, menos por alguien como él.

En la noche me dediqué a escuchar música a un muy bajo volumen, esperando la hora en la que el sueño me llevara de ese mundo. Quería descansar pero aunque cerraba mis ojos sabía que no tenía sueño, ni siquiera podía tenerlos cerrados por mucho tiempo. Estaba al borde de la desesperación cuando escuché el timbre del teléfono en la sala, causandome un buen sobresalto. No esperé a que mis padres se levantaran y fui a contestar. Debían ser las tres de la madrugada.

-¿Hola?- dije al levantar el auricular.

-¿Sunao?

La voz al otro lado de la línea sin duda era la de Kaoru, pero por alguna razón parecía distinta, algo más grave quizá.

-¿C-Cómo conseguiste este número?- trastabillé, entre enojado y sorprendido.

-El dia que fui a tu casa- respondió pausadamente -miré una agenda que estaba en la sala.

-Ingenioso- reí por lo bajo -¿Qué quieres? ¿Ya viste qué hora es?

-Lo mismo iba a decir. Deberías estar durmiendo.

Un ligero dejo de burla se percibió en su voz, mas no lo suficiente como para que se comparara con el Kaoru de días anteriores. Sin duda le pasaba algo malo, pero no sabía si preguntarle o esperar a que surgiera de él la respuesta, espontáneamente.

-¿Estas solo?- me preguntó.

-Sí, en la sala. ¿Por qué?

-Sería molesto si alguien más despertara.

Hablaba muy quedo, casi con desgano. Finalmente le dije:

-¿Te ocurrió algo? Vi a Kaede y me preguntó por ti, reclamandome como si yo tuviera la culpa.

-¿Eso hizo?- de pronto sonó un poco molesto.

-Al parecer, él sabe algo de ti que yo no y eso lo puso muy feliz.

-Ja! Conque ahora se vanagloria por poseer mis secretos.

-Entonces, ¿es cierto?

La conversación se detuvo, ya que Kaoru no me respondió nada. Por un momento pensé que se había ido y estuve a punto de colgar -muy enfadado- pero él…

-¿Realmente quieres conocer mis secretos?

-¿A qué viene esa pregunta?

-Sunao, hay ciertas cosas que nadie debería saber. No vale la pena llenar el mundo con más miseria.

-¿Por qué me dices eso?

-Kaede es un miserable. No puede sentirse tan alegre sabiendo cosas que no debería. Ignoralo, ¿quieres?

-Yo no pretendo entrometerme en tu vida. Solamente quería saber si estabas bien porque…- me detuve a pensarlo bien -Bueno, Kaede parecía alterado.

-Gracias por preocuparte. Si pudiera, te daría un beso.

-Cállate.

-¿Qué ha pasado contigo?

-Sara habló conmigo. Quiere que le llames por teléfono.

-¿Quién es Sara?

-La chica que me gusta y que SE SUPONÍA debía querer hablar conmigo, no contigo. ¿Te suena?

-Claro- rió (por fin) -Esa chica…¿Le dijiste que “perdí” su número?

-No, pero por qué no se lo pides la próxima vez que la veas? Le gustas tanto que dudo mucho que se enoje.

-¿Estas celoso?

-¡Claro que no!- dije entre dientes, conteniendo mis ganas de gritarselo.

-Creí que la chica en serio te gustaba.

-¿Qué dices? Yo creí…Bueno, no…

-Tranquilo, sólo bromeaba. Aunque si los celos son para mí, me halaga.

-No digas estupideces.

Hubo un corto silencio que yo ocupé para pensar claramente en la próxima pregunta que haría. Él me había dicho que había ciertas cosas que nadie debería conocer, pero…

-¿De verdad estás bien?

-Eres persistente.

-Si tienes algo que quieras contarme, por horrible que sea…

-Me siento un poco mal. Me reservaré los motivos.

-¿Cuándo volverás a la Facultad?

-Posiblemente mañana. Deseo ir cuanto antes porque… Ya no aguanto estar más tiempo aquí.

-¿Por qué?

-Sunao, tengo que irme.

-¡No, dime qué ocurre?

-Adios. Te veré pronto.

Colgó, sin más ni más. Yo me quedé temblando, recordando la forma en la que su voz cambió, como si hubiese estado a punto de llorar.

Cuando volví a la cama y supe que no tenía sueño aún, no me importó. Tenía cosas en qué pensar. Debía saber qué le ocurría a Kaoru.




Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).