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You're my BABY por Misa Tsukamoto

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Notas del capitulo:

Hola!! Aquí estoy de vuelta con otro cap. Lamento mucho no haber actualizado el lunes pasado :c no me sentía bien de salud entonces no lo había escrito. 

Espero les guste éste cap, es un especial HimLo, puesto que sólo trataré esa couple en éste cap ^^ ojalá les agrade. 

 

Nos vemos el prox Lunes (si ven que no actualizo por una cosa u otra, sepan que queda automáticamente para el otro lunes el cap) 

 

Por cierto ;; ¿amaron tanto como yo el comeback? El album es hermoso a qué si? 

hasdhjagsdhj estoy muy fangirl. 

 

Un saludo especial para Leilani que somos tocayas de apodo :3 hahaha ♥ Gracias por leerme. 

A ella y a todos ustedes, gracias por el apoyo!

Era 21 de agosto y los chicos de B.A.P habían terminado de pre-grabar su participación en el programa “Show Champion”.

Habían pasado exactamente cuatro días desde el primer Live on Earth en Seúl. En otras palabras habían pasado cuatro días desde que Zelo le había dirigido la palabra a Himchan.

No quería verlo, pero estaba obligado a ello, más no le hablaría; cada vez que el mayor se acercaba  e intentaba hablarle o arreglar las cosas el menor se alejaba, su rostro se descomponía cada vez que el mayor parecía querer explicarle lo que había pasado, su entrecejo se fruncía y su boca tenía una mueca de desagrado. Por más que él amara a Himchan, no podía olvidar tan rápidamente que el mayor había nombrado a otro en un momento tan íntimo. Zelo estaba feliz en aquel instante pensando que lo que hacía estaba bien y el otro le había decepcionado completamente.

O mejor dicho le había abierto los ojos; fue como si le quitaran una venda de ellos, pasó de un estado de ceguera donde podía aceptar cualquier humillación de Himchan, sus desprecios y su desamor, a un estado en el que tenía dignidad y orgullo; se había dado cuenta de las palabras del mayor, ahora entendía que el amor no era color de rosas, no era una magia como él pensaba, ahora lo veía como algo más natural… como si sus sentimientos se hubieran marchitado. Le dolía, se sentía traicionado y usado; al mismo tiempo que se negaba a escuchar a Himchan, sentía que necesitaba aclarar sus dudas… ¿quién sería Sungdae? ¿Por qué le había nombrado? ¿Acaso Himchan ya estaba enamorado de alguien?

 

Suspiró mirando por la ventanilla de la camioneta, reconoció el estacionamiento del edificio y con pesar se preparó para bajar. Sintió la mirada de Himchan posada en él mas le ignoró. No, no estaba listo para enfrentarlo.

Pero Himchan no pensaba igual que él, ya hacía cuatro días que no le hablaba más que lo necesario, y ya la situación le estaba cansando. Cuando todos se bajaron de la camioneta y se dispusieron a entrar al ascensor Himchan tomó el brazo del menor evitando que caminara.

Zelo le miró, sus ojos se enfrentaron a los oscuros del mayor, el aroma de la colonia ajena llegó a su nariz y se sintió atraído, pero su corazón comenzó a doler recordándole porqué estaba alejado de Himchan. Quitó su brazo bruscamente soltándose del agarre del mayor y le miró enojado; los demás se miraron entre sí y Yongguk sin comprender iba a adelantar un paso hasta ellos para aclarar lo que sea que sucediera allí, pero Youngjae le detuvo.

 

–             Déjalos. – Dijo Youngjae y Yongguk le miró confundido. – Déjalos que arreglen solos sus problemas. – Dijo y tomó la mano de Jongup para caminar a su lado.

Yongguk quedó serio en el lugar, sin moverse, sabía que algo no andaba bien entre el maknae y Himchan, cuando estos ya ni se hablaban en el apartamento; pero no estaba seguro de si debía meterse en aquella relación que tenían o no.

–             Hyung, vamos.  – Daehyun le tocó el hombro y lo sacó de sus pensamientos.

Por fin el mayor asintió y se fue junto con los otros tres, dejando a Himchan y Zelo en el estacionamiento; mientras el manager Kang seguía a los demás y el chofer se bajaba de la camioneta y salía.

 

Zelo miró como todos se iban dejándole con Himchan, suspiró, al parecer se encontraba entre la espada y la pared, no tenía escapatoria, era el momento de enfrentar al mayor, aunque no quisiera o sintiera que no estaba listo. Temía que su corazón débil le jugara una mala pasada, que sus nervios le traicionaran y que terminara por llorar frente al otro; temía quebrarse en llanto frente aquel al que parecía poco importarle.

Pero Himchan había cambiado, extrañaba el acoso de Zelo, extrañaba sus besos, sus caricias y sus intentos por enamorarle; extrañaba todo del pequeño y su pecho se oprimía al darse cuenta de que Zelo le ignoraba, esa mirada fría que le lanzaba le partía el corazón… quizás sí se había enamorado del niño después de todo.

 

–             Tenemos que hablar – Dijo Himchan y Zelo bajó su rostro.

–             ¿Aquí?

–             Me da igual el lugar, quiero aclarar las cosas contigo de una vez por todas, no puedes seguir ignorándome por siempre. – Dijo y tomó el mentón del menor obligando a que viera sus ojos.

–             ¿Por qué no? – Zelo desvió la mirada  sonrojándose.

–             Porque te necesito… – Murmuró y los ojos del menor se abrieron con sorpresa, tragó saliva nervioso y siguió atento a sus palabras. – Te extraño – Dijo finalmente Himchan y Zelo sintió derretirse por dentro. Estaba enojado sí, pero no podía evitar perderse en esos ojos oscuros frente a él, no podía evitar que su corazón latiera acelerado.

Pero tenía que controlarse, ¿acaso no había entendido ya que el amor no existía?

–             Sólo es algo biológico – Susurró mirando hacia abajo, con la intención de que el mayor no escuchara, Himchan frunció su ceño intentando saber qué era lo que había dicho el menor pero cuando fue a preguntar su boca se cerró gracias a la mirada segura que le dedicó el maknae. – Está bien, hablemos.

 

Himchan sonrió esperanzado, pero ¿qué se supone qué iba a decirle? Había estado rogando para que el menor le dirigiera aunque fuese sólo una mirada y no se había dado cuenta que llegado el momento no tendría palabras para decir. ¿Por dónde debía comenzar? Tenía que explicarle por qué había nombrado a otro en lugar de Junhong, pero aquello no era tan simple como parecía, podía mentir… pero esa no era una opción; porque temía perder al menor, temía que de nuevo volteara su rostro y ya no le permitiera hablarle.

Comenzó a balbucear y el menor se cruzó de brazos esperando. Al parecer, otra vez a su corta edad y su poca experiencia en el amor, él tenía que ser el maduro de aquella relación. Aunque en realidad, ambos eran lo mismo… dos niños caprichosos que no entienden de razones.

 

–             ¿Quién es Sungdae? – Preguntó luego de un silencio incómodo por parte de Himchan, al ver que las palabras no le salían.

El mayor le miró sorprendido y tragó saliva sonoramente.

–             Es… fue mi primer amor… – Dijo aquello bajando el rostro. – Sé que suena extraño ya que te dije que no creo en el amor pero… él fue diferente.

–             ¿Por qué no me dijiste que ya habías estado con un hombre?

–             Porque no quiero recordarlo. – la mirada de dolor se clavó en la de Zelo, Himchan parecía triste.

 

Y así era, el mayor estaba triste sólo de recordar aquello.

Zelo escuchó cada parte de la historia que Himchan le contó… Sungdae era un chico que estudiaba con él, Y Himchan un chico que jamás había sufrido por amor.

No hacía tanto de ese amor, de hecho Zelo se sorprendió de saber que era bastante reciente su historia de fracaso… Himchan ya había entrado en TS cuando le conoció; era un joven talentoso y popular, sin contar que era muy lindo ante los ojos de cualquier chica o chico en aquella época, y según él lo seguía siendo hasta ahora; pero aunque tenía mucho amigos, nadie había conquistado su corazón aún, solía salir con chicas y enamorarlas, pero no volvía a salir con ellas, o no le duraban tanto como se esperaría de una relación, pues no llenaban el vacío que él sentía… no se veía así mismo con ninguna de ellas.

Por eso cuando apareció Sungdae actuando diferente a todos los chicos que él conocía se dejó enamorar. Le permitió entrar en su corazón y ahí comprendió que aquellas chicas no le eran suficientes porque él necesitaba otro tipo de amor, no el cálido de una mujer, sino el protector de un hombre.

Pero luego de un tiempo de citas románticas y palabras que engatusaban sus sentidos, Himchan se enteró que ese joven sólo salía con él por una apuesta; y aquella apuesta era que él podía llevar a la cama al chico más popular entre las compañeras de estudio que tenían.

Cuando se enteró de ello ya era tarde, Sungdae quería dejarlo, terminar con él, porque Himchan no significó nada más que una apuesta para él, un dinero que obviamente ganó…

 

Su corazón había quedado tan destruido que cuando Yongguk intentó consolarlo, Himchan se obsesionó… el mayor le había dicho que no sufriera tanto, pues el amor no existía, le explicó una forma de amor totalmente distinta a la que Himchan había conocido hasta ese momento, quitándole la famosa idea de las almas gemelas y el amor eterno. El joven se sintió devastado pero al mismo tiempo lleno de esperanzas, pues el amor no existía, Yongguk se lo había dicho y él tenía razón; su mejor amigo no podía estar equivocado; por eso, desde ese día predicó aquella extraña filosofía del sentimiento; se volvió más mujeriego de lo que ya era y olvidó por completo que el corazón también puede sentir.

Pero con Zelo, otra vez toda su historia se había revuelto en su cabeza, Sungdae había aparecido en su mente, su corazón se aceleraba cada vez que veía al maknae, lo quería, se estaba enamorando de él, como una vez se enamoró de Sungdae; al parecer esa filosofía sólo funcionaba con mujeres, pues de ellas jamás sentía algo más profundo… pero con Zelo, maldita sea que el suelo se le movía entero cuando los pequeños labios jugaban con los suyos unidos en un beso. Pero el pasado le asustaba… el amor le asustaba, no quería volver a entregarse otra vez en cuerpo y alma a alguien, temía hacerlo… estaba tan confundido por culpa de su pasa historia que cuando estaba con Zelo las imágenes de Sungdae volvía a su mente… por ello fue que su nombre escapó de sus labios; aunque jamás quiso dañar tanto a Zelo con aquello, sólo fue un desliz, uno que ahora le estaba costando su relación con Zelo, sea cual sea esa relación.

 

Cuando Himchan terminó de hablar el menor lo miró fijamente, sus brazos seguían cruzados y apretaba los puños cerrados clavándose las uñas en las palmas. ¿Acaso Himchan no se daba cuenta que lo estaba comparando con un maldito que había jugado con sus sentimientos, mientras él hacía todo por él? Zelo jamás sería capaz de dañarlo así, de mentirle así… pero Himchan sí, Himchan lo había rechazado ya muchas veces y ahora, ahora había nombrado a un infeliz que le había roto el corazón justo en un momento íntimo.

Pensó que cuando el mayor le explicara lo sucedido él lo entendería, él se sentiría mejor… quizás si le hubiera dicho que Sungdae fue un amor para recordar, o quizás como esas historias de drama que se ven en la televisión, un amor antiguo que murió por una enfermedad o atropellado por un auto… pero que al final de cuentas había sido hermoso… quizás si esa fuera la situación lo perdonaría, pues le había llamado como a alguien especial, pero…¿cómo un bastardo que había hecho una apuesta para acostarse con él? No, Zelo no podía permitir que le humillaran tanto, ya bastante Himchan lo había hecho.

 

–             Y eso es lo que sucedió… lo siento, no quise lastimarte. – Himchan mordió sus labios y miró cabizbajo al menor.

–             Ya veo… – Suspiró pensando qué decir. – ¿Sabes? No tienes por qué preocuparte – El menor sonrió y el corazón de Himchan se aceleró con ilusión. – Nosotros sólo tenemos una relación sexual nada más ¿verdad? – Posó su mano en el hombro del mayor.

–             ¿Eh? – Himchan miró la mano y luego volvió a mirar a Zelo… ¿sólo eso tenían? Claro… sólo eso tenían. – S-sí. – Respondió no muy seguro.

–             Exacto, por eso, no tienes por qué preocuparte, digo, cuando tengas ganas me avisas… y cuando yo tenga ganas te aviso, puedes imaginarte a quién quieras, si eso te excita más llámame como gustes, total, lo nuestro sólo es por una necesidad. – Siguió sonriendo y palmeó el hombro unas dos veces antes de quitar la mano y comenzar a caminar.

 

Dejó a Himchan atrás, con el rostro completamente descompuesto y la palabra en la boca, sentía un nudo fuerte en su garganta pero no se animaba a llorar, por lo menos no aún, no cuando el mayor todavía podía verlo.

Quería huir, quería ser más rápido que él, entrar en el apartamento y olvidar todo, olvidar sus propias palabras que de sólo pensarlas, eran como un puñal en su propio corazón; sabía que había molestado a Himchan con ellas, o por lo menos eso buscaba, pero también se había lastimado más así mismo, porque él lo amaba, quería estar con Himchan, pero no así, no siendo humillado, no que dijeran otro nombre en vez del suyo.

Una lágrima escapó de uno de sus ojos y la secó rápidamente con disimulo mientras subía al ascensor. El llanto era muy difícil de aguantar, su garganta ardía y sentía que necesitaba beber agua de inmediato; estaba sufriendo, su corazón lastimado sufría… y sus ojos que se hinchaban sin soltar lágrimas evidenciaban el dolor de su alma enamorada.

 

Por otra parte, recién luego de que el ascensor se llevara al menor, Himchan reaccionó.

Maldijo en voz baja y pateó el suelo completamente molesto; estaba enojado, intentaba arreglar las cosas y Zelo le salía diciendo aquello; sí, tenían una relación sólo sexual, pero… había algo que en el corazón de Himchan no estaba claro, su cabeza parecía arder, sus pensamientos eran un remolino dentro de ésta.

Himchan estaba enojado, demasiado enojado por las palabras de Zelo, o quizás con él mismo, por ser un idiota por dejar pasar todo entre él y el maknae, así se sentía él, un idiota, porque con aquella respuesta se notaba que había perdido a Zelo y eso le afectaba. ¿No era acaso eso lo que quería? ¿Sexo con el menor? No, al parecer no, su enojo le daba a entender que él quería más con Zelo, fue capaz de abrir su corazón, de contarle algo muy íntimo que nadie sabía, eso no tendría por qué haberlo hecho si Zelo no significara algo más para él.

En un principio había pensado que su afán por hablar con Zelo y arreglar las cosas era porque sentía lástima del niño, sentía culpa de haberle lastimado… pero ahora, con la respuesta del menor se daba cuenta de que no era así, se estaba engañando a él mismo… él quería arreglar las cosas con Zelo porque su corazón se lo pedía así, porque lo que sentía por él era más fuerte que cualquier otra cosa…

Himchan estaba enamorado de Zelo… y recién ahora se daba cuenta de ello.

 

Cabizbajo y devastado emocionalmente fue hasta el ascensor, se sorprendió de ver que alguien bajaba por él y cuando la puerta se abrió Yongguk pasó por su lado. Le preguntó si estaba bien, pero… ¿qué podía decirle Himchan? Que el maknae parecía haber asumido la relación que tenían como algo sexual y nada más no era algo simple de explicar, y menos explicar que a él le dolía aquello y quería una relación un poco más romántica. Por ende simplemente le dijo que estaba bien y subió, tampoco le preguntó a dónde iba, pero él ya lo sabía… Yongguk como siempre iba a la empresa.

 

Estaba destruido, no podía con aquel peso que el maknae le había dejado sobre los hombros, su cabeza dolía horrores y sólo podía recriminarse por lo estúpido que había sido en un pasado, si alguien le hubiera dicho que su corazón terminaría enamorado y nuevamente roto, hubiera actuado de otra manera, hubiera colmado al menor de sonrisas y le hubiera dado aquella oportunidad que Zelo en un principio le había pedido.

Aun podía recordar las palabras del joven pidiéndole que le dejara enseñarle su forma de amar; él le había mostrado como amaba, por eso el menor quería ahora su oportunidad de demostrarle lo que significaba amor en su idioma. Pero Himchan no había aceptado, se había negado… y si eso no hubiera sucedido Zelo se hubiera ganado más rápido su corazón y seguro ahora él no sufriría de la manera en la que lo hacía. Estaba mal… se lamentaba, se reprochaba, ¿por qué había sido tan idiota?

Se levantó de la cama a donde había llegado sin darse cuenta enceguecido por sus pensamientos deprimentes, sus pasos habían caminado un rumbo que ellos mismos dispusieron y ahora se levantaban otra vez. Se miró al espejo que había en la habitación, notaba sus lágrimas mas no parecía dejarlas escapar, sus labios temblaban y su corazón se aceleraba en un ritmo rápido y furioso, ¡¿por qué había sido tan idiota?! Se maldijo mentalmente y las lágrimas salieron de él por fin, ya no tenía fuerzas, si bien es de esas personas que jamás se rinden, ahora estaba en pausa, luego podría quizás luchar, aunque no se consideraba merecedor de nada, pues él había arruinado todo… cuantas veces había humillado a Zelo, cuantas le había despreciado… no, él no merecía a Zelo…

Poso las palmas de sus manos sobre su rostro y sintió ahogarse en sus lágrimas, su respiración entrecortada era difícil de sobrellevar y la angustia en su pecho crecía de manera sorprendente.

¿Así es como terminaría todo? Estando en una pausa constante, rindiéndose sin poder luchar… ahora que sus sentimientos habían sido descubiertos Himchan no quería abandonarlos… ¿cómo haría para borrar a Zelo de su corazón?

 

«El amor es sólo una ilusión, no existe… no existe…»

 

Se repitió muchas veces mientras negaba con su cabeza.

Pero cómo negar lo que era evidente en su pecho, ¿cómo negar lo que surgía desde su interior?

Las palabras que Zelo le dirigió le golpearon tan fuerte como una ráfaga de viento, de frente, afrontándole contra la realidad, quebrantando sus ideas, entorpeciéndolo y haciéndole realidad sus más grandes temores.

Había sellado su corazón en el pasado porque había sufrido, pero ahora… ahora volvía a sufrir y esta vez nadie tenía la culpa más que él. Floreció entonces de su corazón una rabia inigualable, se estaba odiando… odiando por haber perdido a Zelo.

 

Y en ese momento, como un destino que se empeña en jugar con él, como un aliento de esperanzas la puerta se abrió, la luz blanca de la cocina entró en la habitación; quitó las manos de su rostro y miró embelesado a ese pequeño de gran altura que quería entrar.

Sus ojos estaban rojos e hinchados, había llorado… el corazón de Himchan se oprimió y sólo quiso decirle: «Mi pequeño, ya no llores más… ¿soy yo el culpable?»; su mente susurraba la palabra amor por todo su ser, las piernas parecían temblarle y la mirada de terror que vio en aquellos ojos cristalinos de lágrimas le convidó su miedo.

Temía que Zelo cerrase la puerta otra vez, que se fuera sin darle una explicación de aquellas lágrimas… ¿es que él se sentía mal también? ¿Podía significar aquello que las palabras de Zelo no fueran cierta? ¿Qué su corazón estuviera dolido pero en realidad le amara? ¡Oh! Himchan sería el hombre más dichoso del mundo si ese pequeño sólo lo hubiera dicho por despecho.

 

Y como temía, los labios ajenos se humedecieron por la lengua que pasó nerviosa entre ellos y la mano en el pestillo tembló.

 

–             Lo siento… no sabía que estabas aquí… – Tragó saliva nervioso y su ceño se frunció mientras intentaba cerrar la puerta otra vez para irse.

 

Pero no le dejaría ir… si estaba ahí era por algo la vida lo había puesto estratégicamente allí como una pieza de ajedrez bien colocada en una buena partida… su corazón no podía dejarle escapar. Con agilidad corrió hasta la puerta y sostuvo su brazo antes de que la cerrara; por fin los ojos del menor se fijaron en los del mayor… ¿Himchan lloraba? ¿Por qué? El estómago de Zelo se revolvió de sólo pensar que lloraba recordando aquel desafortunado romance que tuvo. Los celos del pequeño parecieron correr por sus venas, y el dolor le oprimió el pecho haciendo que nuevas lágrimas brotaran de sus ojos.

Himchan negó con su cabeza viéndole llorar, no quería eso, él era el culpable de aquellas lágrimas estaba seguro… si Zelo lloraba eso significaba que aún le amaba, quizás… pero ¿quién era él para aprovechar esos sentimientos? Había sido vil, como antes lo había pensado, él no merecía a Zelo, no lo merecía, tampoco merecía ese corazón puro que se había entregado abiertamente a él y a su forma extraña de amar.

 

–             No llores… por favor no llores mi pequeño. – Lo haló del brazo adentrándole a la habitación y cerró la puerta luego, fundiéndose en un abrazo apretado con el menor.

Le rodeó con sus brazos protectoramente, tomó con una mano su cabeza y le obligó a apoyarla en su hombro, a que la escondiera en su cuello; le apretó con fuerza brindándole apoyo, intentando protegerlo… cuando rompieron su corazón lo único que deseaba era que aquella persona especial le protegiera de la manera en la que él estaba protegiendo los sentimientos de Zelo ahora. El menor no merecía sufrir.

–             Por favor, ya no llores mi niño… – Susurró en el oído de Zelo y el menor se quebró.

 

Las lágrimas escaparon de él fuertemente y sus brazos que se habían mantenido colgados a los costados de su cuerpo subieron con lentitud hasta la espalda de Himchan, se aferró, primero con temor y luego con fuerza de él… se sentía un tonto, ¿por qué le había dicho aquello a Himchan si ahora su corazón dolía tanto? ¿Por qué Himchan se comportaba así con él? ¿Acaso esto haría que olvidara que le había llamado por otro nombre? Eso era algo muy difícil de superar, era una confianza rota que se había quebrantado; pero la cabeza le daba vueltas ahora, ¿por qué Himchan le llamaba así tan dulcemente? ¿Por qué le abrazaba con tanto calor?

 

–             Perdóname… – El corazón puro del menor se encogió al oír aquella palabra.

 

¿Podía perdonar a Himchan?

 

Separó un poco su rostro y le miró de frente, sus labios temblaban por el llanto, sus ojos brillaban con las lágrimas aun empapándolos; la mirada oscura de Himchan estaba igual, ansiando un perdón que no creía merecer, pero que jamás se dejaría vencer… quería luchar por ese pequeño frente a él, quería luchar por lo que ahora su corazón sentía.

 

–             Te amo… Choi Junhong. – Dijo con una sonrisa gastada tomando de la nuca al menor y obligando a que inclina un poco su cabeza para apoyar su frente a la ajena. – ¿Aún quieres enseñarme cómo es tu forma de amar? – Culminó mirándole a los ojos con temor, a esos ojos llorosos que le miraban atónito con sus labios entreabiertos por la sorpresa. 

 

¿Aceptaría Zelo su pedido, o éste se negaría como él lo hizo en un pasado? 

Notas finales:

Espero les haya gustado ^^ gracias nuevamente por el apoyo de siempre <3 


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