De nuevo estaba viéndolo, no me podía cansar de él, su hermoso pelo claro, esa nuca desnuda y esos hombros tan espectaculares, en verdad, nunca me cansaría de él.
Entonces reaccione y me ruborice un poco, era peligroso que me le quedará viendo tan profundamente en el salón de clases, alguien me podía ver, voltee ver a mi alrededor y al parecer nadie se dio cuenta, pero una niña se me quedo viendo y rio, después se fue con sus amigas. “Oh rayos, que tal si ella me vio. Espera. Tranquilo, no la conoces y no te vio viéndolo, así que no pasa nada”. Relaje mis pensamientos e inconscientemente voltee a verlo de nuevo pero esta no me di cuenta sino hasta que él, al parecer, sintió mi mirada y volteo a verme con esos encantadores ojos negros y esos labios carnosos dibujando una sonrisa y… “Espera, qué es lo que pienso, ¡me vio!”. Me sobresalte bastante y no sabía qué hacer, me quede como un tonto viéndolo, él se dio cuenta de mis acciones y se burlo de mi en silencio, me miro con cara picarona y con una esa pequeña sonrisa en los labios, me ruborice aún más de lo que estaba, noto mi cambio y elevo más su sonrisa. “Rayos, me descubrió, ya no podré volver a verlo otra vez si es que no quiero rumores raros rodando por ahí”, el simple hecho de pensar en no volverlo a ver me entristeció. De pronto vi que él continuaba con su cara de burla, me dirigió una última mirada y volteo con sus amigos. Aunque solo haya sido por unos segundo sentí que fue una eternidad, “Bien, ¿y ahora qué hare?”.
Tenía que salir lo más rápido posible de ahí, solo por un rato, despejar mi mente, eso era todo. Me levante de mi asiento y camine hacia la puerta pero esta vez evite el lugar de él, el cual siempre pasaba al salir. Me dirigí casi corriendo a los baños, tendría que mojarme la cara.
Entre a los baños y camine hacia uno de los lavamanos, abrí la llave y me moje la cara, pasando mis manos unas cuantas veces por mi rostro, después subo la mirada solo para encontrarme a Alex viéndome por el reflejo del espejo. Tenía la misma sonrisa burlona. Mi pecho me golpea, cierro la llave y trato de no voltearlo a ver, pero siento su mirada en mí, siguiéndome. Camina hacia los lavamanos, se lava rápidamente las manos mientras yo saco servilletas para secarme la cara. Saco una, saco otra y la siguiente se ve interrumpida por otra mano, volteó y es Alex aún con su mirada puesta en mí.
-¿Me permites?- Dice con su semi-sonrisa, señalando las servilletas.
-Ah… claro- Digo sin mirarle a los ojos, me alejo. Tiro los papeles en el bote y salgo a toda velocidad.
Esto no puede estar pasando, se dio cuenta, y ahora se burla de mí. En lugar de aclarar mis pensamientos, ahora están hechos nudos. Corro dirigiéndome al salón y entro. Voy con unos amigos para platicar con ellos, me siento en una de las bancas para darle la espalda a la puerta y no ver cuando entre.
Afortunadamente después llego el profesor y nos sentamos. No hubo ni una sola vez en la que lo volteara a ver. Así acabaron las clases y todos empezaron a salir, yo me tengo que esperar para sacar mis cuadernos del locker. Cuando ya todos se fueron camine hacia mi locker y lo abrí sacando y metiendo libros y cuadernos, de repente mi mirada se desvío al locker de Alex, estaba en la misma fila que la mía pero con dos lockers de separación. Entonces fui interrumpido por el sonido de la voz del susodicho.
-¡Adelántense! Voy a sacar algo que se me olvido- lo escuche gritar en el pasillo.
-Ok, te esperamos en la puerta- respondió uno de sus amigos a lo lejos.
Mis nervios empezaron a aumentar lo que provoco que los cuadernos que sostenía cayeran al suelo regándose. Entonces sentí la presencia de Alex en el salón. Me inmovilice, pero al momento seguí recogiendo mis cuadernos, él poco a poco se iba acercando y casi suplico que pasara evitándome, pero no fue así, se detuvo frente mío y me ayudo a recoger los cuadernos faltantes.
-Ten- me dijo cuando ya había recogido los cuadernos faltantes.
-Gracias- conteste sin mirarle a la cara, extendí mis manos para agarrarlos y justo donde iba a poner mi mano, estaba la mano de Alex, me sobresalte, agarre rápido los cuadernos y me dispuse aguardarlos, escuche como se ponía de pie y caminaba a su locker, se escucho el clic de su candado y de un momento a otro me volvió a hablar.
-Oye, ¿del librito teníamos que contestar algo?- me dijo y de nuevo sentí su mirada.
Inconscientemente voltee a verlo y le conteste –Sí, las páginas 9 y 10- sonreí lo mejor que pude.
Quedo en silencio, no decía nada, cerró la puerta de su locker con el candado en su bolsillo. Me miro con un destello en los ojos, se me acerco un paso diciendo – Oye ¿sabes? Te he querido preguntar algo- decía mientras se me acercaba aún más, lo que provoco que diera pasos hacia atrás. -¿Qué paso?- le dije con mi corazón latiendo más rápido que nunca.
-Tú…- siguió dando pasos hacia mí, con sus ojos negros atacándome. - ¿Por qué me miras tanto?- se acerco aún más.
Sentí que mi corazón iba a explotar, “¿qué quiere que le diga?, ¿qué estoy perdidamente enamorado de él?” Me seguí apartando de él mientras más se acercaba. –Yo… no…- No salían palabras de mi boca.
-Hoy lo confirme, ya había sentido tus miradas pero como nunca te encontraba viéndome pensé que tal vez era otra persona- Apareció esa sonrisa burlona de nuevo.
“¡Voy a morir!, ¿qué le digo?” –Ah… yo…- “¡Vamos! Dile que solo lo examinabas, o que su pelo te gustó, ¡No! Eso suena muy raro. Dile algo”. Sentí algo chocar contra mis piernas, tarde un momento en descubrir que con lo que choque era una banca. Me espante aún más, vi de repente una sonrisa en su rostro, se acerco lo bastante como para ponerse enfrente de mí, con sus manos en la banca rodeándome y con una pierna entre las mías.
-Es que acaso yo… ¿te gusto?-. Sentí mi cara totalmente roja, ahora sí que no podía decir nada, tal vez si le decía que lo amaba se espantaría y se iría. Con mi mirada en sus ojos escuche un pequeña risa, se me acerco más, susurrándome al oído. –Que interesante- dijo con una voz provocativa.
Sentí que lamió mi oreja, sobresalte, era demasiado, si seguía así, simplemente moriría. Puse mis manos en su pecho para apartarlo pero no se movió ni un poco. Sentí su pecho duro contra mis manos y me dieron ganas de recorrerlo todo. Pero antes de que me diera cuenta él ya había agarrado mis manos y las había llevado a la banca detrás mío, poniendo sus manos sobre las mías. Mire su rostro a escasos centímetros del mío. Sentí mis piernas temblar, toda la sangre en mi cabeza. De repente vi de nuevo esa sonrisa y empezó a acercarse a mí. “¡Me va a besar!”. Cerre los ojos lo más duro que pude.
-Oye, no cierres tus ojos, ábrelos, ve lo que voy a hacer-. Obligado abrí los ojos ya un poco llorosos y me perdí en sus ojos negros, este me vio, volvió a sonreír y me besó. Al principio manteníamos los ojos abiertos.
-Hey, abre la boca, ¿cómo quieres que te bese así?- me dijo alejándose tantito de mí.
Empecé a abrir mis labio que parecían pegados, y en el momento en que separe poquito mis labios su lengua entro en mi boca. Abrí los ojos de golpe.
-Ya puedes cerrar tus ojos, pero tu boca no- dijo antes de que me volviera a besar.
Mis ojos cerrados, mi boca abierta con un pequeño y húmedo intruso en ella jugando con mi lengua. Sentí perder la razón. Sentí como entraba su lengua, jugaba con la mía y separaba sus labios de los míos para poder lamerlos. Estaba perdiendo fuerzas, me sentía perdido en las sensaciones que me provocaba un simple beso.
Al poco rato volvió a meter su lengua y comenzó a empujar la mía, mordió mis labios lo que provoco que gimiera un poco. No logre escuchar del todo pero seguramente rio. Sentí algo presionar mi entrepierna y volví a gemir, abrí los ojos de golpe. Vi los ojos negros de Alex penetrándome con esa cara burlona. -¿Qué pasa? ¿Te gustó?- volvió a presionar.
-Ah…- volví a gemir. No quería ser tocado ahí. –No, no to…- No logre terminar de hablar pues volvió a besarme, ahora sin introducir su lengua, solo lamiendo y mordiendo mis labios, mientras hacía constante su movimiento en mi entrepierna. –No…- pero volvió a presionar más fuerte.
-¿Por qué mientes? Para ambos es notorio que deseas esto- dijo con su voz burlona.
Tenía razón, pero mi cabeza daba vueltas, quería que parara. Entonces en el pasillo se escucharon pasos. Los dos abrimos los ojos de golpe y rápidamente me tire al suelo ocultando mi cara y mi entrepierna, mientras Alex corrió a su locker.
-Alex ¿ya estás listo?- se escucho la voz de su amigo en la puerta. Este volteo a verme y de nuevo vio a Alex, el cuál levanto los hombros. Saco su librito y cerro su locker dirigiéndose a la salida.
-¿Qué tanto hacías? Te tardaste mucho ¿No le hiciste nada al muchacho tirado en el suelo verdad?-
-No. Cuando llegue lo vi así y me tarde porque no abría mi locker…- escuche que hablaban cada vez más lejos hasta que ya no escuche voces ni pasos.
Seguí sentado con mis manos en mi entre pierna, mi corazón estaba a mil por hora y mi cara hirviendo. Hace solo un momento la lengua de Alex exploraba mi boca y su pierna chocaba contra mi miembro. El solo recordar la sensación de su pierna, hizo que me estremeciera. Al parecer mi cuerpo reacciono muy rápido con su tacto.
Tendría que esperar a que mi cuerpo se calmara para que me pudiera levantar e irme lo más rápido a mí casa.
Al fin cuando se calmo mi miembro, me levante, agarre mis cosas y salí de la escuela no sin primero revisar que Alex ya no estuviera ahí. No lo encontré, ya se había ido.
Todo el recorrido a mi casa y el resto del día no deje de pensar en lo que había sucedido, mi mente estaba confundida, quería dejar ese tema a lado y no pensarlo más.