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Lo que provocas. por Mare013

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Notas del capitulo:

Muy bien, un nuevo capítulo ._./

Espero que les guste.

Muchas gracias a las personas que han llegado hasta aquí y las que me han dejado su review <3

 

 

-¿A dónde van?- la voz de una mujer se escuchó al otro lado de la puerta de mi habitación. Posiblemente era mi madre.

-A despedirnos de Alex- tres vocecitas le contestaron.

-Mejor déjenlo descansar, aún sigue dormido- y se escucharon pasos alejándose.

"¿Ya era de mañana?" Abrí levemente los ojos pero todo estaba oscuro, tal vez todavía era muy temprano.

Decidí dormir un poco más.

 

Una sequedad en mi garganta me obligó a despertarme, abrí los ojos con pesadez. Me senté en la orilla de mi cama y rascándome la cabeza me levanté, salí de mi cuarto y bajé lentamente las escaleras. Ya en la cocina estaba mi mamá preparando la comida para hoy.

 

-¡Alex, ya despertaste!- caminó rápido desde donde estaba y me abrazó- ¿ya te sientes mejor? No debiste de bajar ¿qué pasó? ¿Necesitas algo?- hablaba de una forma muy rápida.

-Tranquila mamá, ya estoy bien, sólo tengo mucha sed- trate de separarla de mí.

Ya estaba mucho mejor o por lo menos me sentía bien.

-Deberías de tomar más agua- se alejó de mí y me sirvió un vaso de agua, mientas yo me sentaba en una de las sillas de la barra de la cocina -tu papá me contó lo que dijo ayer la enfermera-

"Oh eso"

 

***

-Estoy entrando- la voz de mi padre se escuchó afuera de la enfermería y momentos después hizo presencia en la habitación -¿Cómo estas Alex?- se acercó y se sentó en la orilla de la camilla vecina.

-Bien, solo estoy un poco cansado- sonreí.

-¿Listo para irnos?-

-Sí-

-Antes de que se vaya, necesito decirle algo- habló la enfermera, dirigiéndose a mi papá.

-Por supuesto- volteó a verla.

-Primero que nada, su hijo tenía fiebre- justo al decir eso, mi padre volteó a verme con cara de preocupación -y después se desmayó... Afortunadamente no fue tan grave; el desmayo posiblemente se ocasionó por deshidratación pero con la fiebre es muy peligroso que esto suceda. Hace poco despertó pero no fue nada menos que por el cansancio de la fiebre, o sea, simplemente estaba dormido. Ahorita debe de encontrarse mejor y su temperatura ya debe ser la adecuada pero aun así debe de descansar y tomar mucha agua- terminó de decir, masajeando levemente sus manos.

-Por lo menos no fue algo grave- suspiro aliviado -pero aun así...- volvió su mirada a mí.

"Deshidratación... No he tomado tanta agua pero no creo que en serio fuera por eso... o quien sabe"

Mire a mi papá y le sonreí tímidamente.

-Tomaré más agua- sonreí un poco más.

-Alex...- empezó a hablar.

-Alex- le Interrumpió la enfermera -sabes muy bien que te tienes que cuidar-

-Lo sé, lo sé-

***

 

-Ya estoy mucho mejor, ya me ves bien ¿no?- Levanté los brazos coma para que me observara mejor.

Su cara se puso seria.

-Entiendo, ya te sientes mejor pero aun así debes descansar y anda toma agua- me acercó el vaso.

-Gracias- lo tomé y después de un rato subí a mi cuarto.

 

-Alex ¿todo bien?- preguntó mi mamá tocando la puerta del cuarto.

-Sí, todo bien-

-Bien- y se alejó.

Al poco rato nuevamente tocaron la puerta.

-Estoy bien mamá- seguramente era ella otra vez.

-No soy tu mamá, soy Marco…- con la simple voz ya sabía quién era. Me levanté de la cama donde estaba acostado y caminé hasta la puerta para abrirla. "¿Qué está haciendo aquí?"

-¿Qué haces aquí?- al verme instantáneamente se sonrojó.

–Vengo a… visitarte- tartamudeó.

Lo miré antes de ir a sentarme a la cama y al escuchar que no se movía le pregunte si se quedaría ahí. Se adentró y se paró a lado de mí. Le dije que cerrará la puerta para que no saliera el sonido de nuestra conversación. Le volví a preguntar por qué estaba aquí, no recuerdo haberle dicho donde vivía, entonces alguien le había dicho, alguien que yo conozco.

Su respuesta fue un poco predecible pero ahora lo que necesitaba saber era a quien conocía.

-A Sergio- respondió.

"Sergio... ¡Oh ya! No hay de qué preocuparse"

Recordé que la enfermera me dijo que él la había ayudado, tenía que darle las gracias.

Seguía parado y le ofrecí que se sentará a mi lado, así lo hizo y justo después toco mi frente, sorprendiéndome, sintiendo como mi corazón latía más rápido.

Le agarré la mano diciéndole que me sentía mucho mejor "y en cierta manera es por ti". Se acercó lentamente con intensión de besarme y se lo permití.

"Estoy cayendo" ¿pero qué era lo que me pasaba? ¿Esto pasa cuando te gusta alguien? Pero cuándo es de tu mismo sexo pasa lo mismo ¿no?

 

-¡Ahorita vengo Alex, hay comida por si quieren, voy a regresar un poco tarde!- gritó mi mamá, distrayéndonos.

"Por eso tan arreglada"

Sonreí al darme cuenta de que ya no había posibilidad de estar preocupados de que ella entrará.

Me acerqué a Marco y lo besé delicadamente pero no sentía que lo correspondiera, abrí los ojos y vi que este los tenía abiertos. "¿No sabe que tiene que cerrar los ojos? Instantáneamente los cerró.

Poco a poco la delicadeza del beso se fue perdiendo y nuestras bocas se fundían profundamente. Jugaba con su lengua, rodeándola con la mía y separándolos de vez en cuando para tomar el aire que nos faltaba. Abrimos los ojos nuevamente y pude notar que respiraba más rápido de lo normal, su expresión nubló mis sentidos. Jalé su cabello para que su cabeza se hiciera para atrás dejando a la vista su cuello. Me acerque y lo empecé a lamer, morder y besar. Repitiendo por todo su cuello.

Empezaba a jadear y sólo ayudaba para que mis deseos crecieran.

"Yo lo quiero"

Le solté el cabello, reincorporándose para poder besarlo de nuevo. Mientras tanto, mi mano se paseaba por su pecho desnudo y el beso se volvía de nuevo un tanto salvaje. Marco tomó la iniciativa dejándome sorprendido y un poco inestable.

"No, no es cierto, yo no lo quiero" y sin darme cuenta empecé a decirlo en voz alta, tratando de convencerme a mí mismo, pero ¿a quién engañaba?, ya nada podía hacer.

Agarré de nuevo el control del beso y lo recosté en la cama colocándome arriba. Se quedó inmóvil y para que volviera en sí le pellizqué uno de sus pezones los cuales había descubierto que era sensible en esa zona. Se estremeció y me miró, cumplí el objetivo de que volviera y mientras aún estuviera así, volví a pellizcarlos para después  empezar con movimientos circulares con mis pulgares.

Trató de sentarse pero no se lo permití, ahora que no había nadie que nos interrumpiera podía hacerle sentir un poco de lo que ya había sentido en los cubículos del baño.

Comencé masajeando su parte baja y al poco rato él se encontraba pidiendo un roce más profundo.

No pude evitar burlarme quitándole la playera lentamente para después besarle desde su cuello hasta sus pezones los cuales lamí y delicadamente mordí. En respuesta a todo ello unos sensuales jadeos pedían más.

Bajé hasta su abdomen y me detuve observándolo, lleve mis manos a desabrochar su pantalón dejándolo en bóxers. Entones él se levantó y me besó, seguíamos con los besos salvajes. Lentamente quitó mi playera observando y tocando todo mi pecho y abdomen llegando a mi entrepierna la cual empezó a frotar, no hice nada para que lo detuviera pero mi aire cada vez duraba poco en mi cuerpo, jadee ante su contacto. Unos pocos movimientos más y su mano se colaba por debajo de mi pants y bóxer. Agarro mi miembro y lo empezó a masturbar, después me besó y mientras estábamos así, aproveche para llegar a su entrepierna y poder hacerle lo mismo.

Sonreímos siendo cómplices del placer. Ambos apoyamos la cabeza en el hombro del otro y entre jadeos y movimientos de arriba a bajó en nuestra mano, el placer se hacía cada vez más fuerte. Marco se adelantó a morderme el cuello, quise estar a la par pero presionó mi miembro, aceleró su movimiento en la mano y besó mi cuello, llegando hasta mi límite, deje salir mi semilla. Momento después, él también lo hizo.

Caí recostado encima de él. Respirando entrecortadamente, me moví de encima cayendo en la cama. Quise besarle de nuevo y así lo hice. Pero un sonido me interrumpió. Voltee a ver de dónde posiblemente el sonido venía y el bolsillo del pantalón de Marco vibraba. Le mire para que lo fuera a callar pero como si no escuchara lo ignoró, más el molesto sonido seguía ahí.

-Contesta- dije al fin separándome y recostándome.

Se levantó lentamente y agarró su celular.

-Carlos...- pronunció levemente.

"Genial" le di la espalda.

Al poco rato contestó y trate de no hacer ningún ruido para poderlo escuchar.

-¿Bueno? ... ¿Eh? No, claro que no… ¿Si no tengo nada más que hacer? mmm... -

“¿Se piensa ir? Y lo mejor, con su amigo"

-No, creo que no, estoy libre- esperó un poco más y colgó.

Escuche como se empezaba a poner la ropa y mientras hacía eso volvió a preguntar -¿Está bien que me vaya?- "Claro que no, pero no te voy a detener" Me levanté justo cuando abría la puerta y le detuve.

-¿En verdad quieres irte?- traté de sonar provocativamente para que se diera cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Le bese el cuello para que sintiera lo que estaba haciendo.

Quiso hablar.

-Está bien si te vas, no te detengas, ve y sal de aquí- bese su oreja y lo aleje de la puerta para que se fuera y se arrepintiera.

-¿Qué?- la duda se notaba en su cara.

-Lo que escuchaste, por favor cierra bien la puerta cuando te vayas- le bese nuevamente los labios -que te vaya bien- sonreí victorioso dirigiéndome a mi cama. “Sólo necesito esperar un poco para que de nuevo regrese”

Supongo que lo estaba pensando y estaba a punto de irse pero se detuvo, entonces unos ruidos aparte de él se escucharon en las escaleras.

-¡Ah! ¡Papá, papá! Un muchacho esta allá arriba, en frente del cuarto de mi hermano- Reconocí la voz de Oscar y de sus hermanos, al igual que la de mi padre preguntándole sobre ello.

Me coloqué de nuevo la pijama y salí a callar todo ese alboroto -Que escándalo- dije pasando a lado de Marco y antes de bajar las escalera le indiqué con la mirada a Marco que me siguiera.

 -Bienvenidos- salude a mi familia. "Pensé que tardarían más, rayos" -Regresaron rápido-

-Sí, nos tardamos menos de lo esperado-

Los recién llegados dirigían miradas extrañas a Marco, sonreí ante la cara de este.

Los presenté y tanto mi padre, Susy y Diego le devolvieron una sonrisa. Pero Oscar no se veía feliz por su visita.

Lo demás fue un "ya me voy perdón por la intromisión" por parte de Marco y un "no te preocupes, regresa cuando quieras" por parte de mi padre. Al final Marco se fue lanzándome una última mirada "Ya que" pensé al verlo irse.

 

-Se ve un buen muchacho- mencionó mi padre una vez que Marco se había marchado.

-Lo es- lo dije como sí no fuera nada.

-Debería invitar más a tus amigos, ya sabes que puedes- volvió a hablar.

-No, así está bien, con mis hermanitos es suficiente- voltee a la sala donde se habían ido a desplomar.

-Así es, no necesita a nadie más que nosotros- grito Oscar en respuesta.

-¡Sí!- sus hermanos le siguieron.

-Jajaja- reí sentándome en la misma silla de la barra de la cocina -¿por qué tan mala cara hacia Marco, eh?-

-No me agrado- contestó pensándolo antes.

Reí de nuevo -¿no? Pero si ni siquiera lo conoces-

-No importa-

-Es buena persona-

-No me importa-

Sabía que no podía hacer nada para cambiarle de parecer así que simplemente lo deje.

Oscar normalmente es un poco más serio que sus hermanos y por alguna razón es muy sobre protector, tanto conmigo como con sus hermanos.

 

-¿Y cómo estás?- preguntó mi padre desde la cocina calentando la comida ya hecha.

-Estoy mucho mejor-

-Eso está bien... ¿Y tu madre?- ocultó su cara dentro del refrigerador.

-Cierto ¿y mama?- ahora fue Susy la que gritó desde la sala.

-Salió y dijo que regresaría tarde pero no sé a dónde fue- "gracias a que estaba con Marco"

-Oh, ya veo...-  fue el final de la conversación antes de comer y pasar la tarde viendo películas en la televisión.

El día siguiente, papá les prometió a mis hermanos que los llevaría a un parque y mamá que llegó en la noche también prometió en acompañarlos. Yo sin tener elección alguna, al igual, les acompañe.

 

El fin de semana pasó más rápido de lo que me imaginaba y ya en la mañana del lunes me encontré apenas llegando al instituto a Alberto quien al verme llegó hasta mí con cara preocupada pero a la vez aliviada.

-¡Vaya! Pensé que no te vería por aquí hasta media semana- golpeó mi hombro riéndose.

-¿Quién crees que soy?- reí al igual dándole golpees en el hombro.

-Quien sabe-

Lo mire con cara sería pero su expresión me dio risa.

-Como sea, ya estoy aquí-

-No ¿en serio?- dijo sarcásticamente.

Volví a mirarlo serio. Aunque él supiera que me siento mal varias veces a la semana y que me la paso muchas veces en la enfermería, nunca me ha preguntado que tengo, creo que mi cara de "no voy a decir nada y no me preguntes acerca de esto" la toma en cuenta. Aunque a Rodrigo, que si es muy despistado y no lo ve o le gusta hacerme sentir incómodo, siempre que me voy me pregunta en donde estaba y qué es lo que tenía.

Como desaparecía, él se molestaba y en forma de broma pero claramente en forma seria me decía que de seguro me iba saltándome las clases con alguna compañera. Pero no sé si en verdad lo decía en serio, siempre me molestaba con eso, tanto que con el paso del tiempo le dije que sí era verdad para que me dejara en paz.

-Oye por cierto, fui a la enfermería pero estabas descansando, según me dijo la enfermera- dijo agarrando una botella de agua extendiéndomela.

-Ah sí, estaba cansado- agarré la botella, la abrí y  tomé un sorbo.

Tal vez no me preguntaba nada porque ya le había preguntado a la enfermera.

 

-Hola- llegó Rodrigo agarrando nuestros hombros apretándolos fuertemente.

-Hola- le respondió Alberto pero no con mucha alegría.

-¿Por qué tan apagados?- nos soltó poniéndose a una distancia razonable.

-¿Por qué tan alegre?- le devolvió la pregunta burlándose de él.

-Hoy va a ser un gran día- sonrió viendo pasar a unas compañeras de la clase de al lado.

-Claro- dijimos al mismo tiempo.

 

-Alex- una de las muchachas me llamaron.

Y un sonido de disgusto se escuchó de parte de Rodrigo.

-Uy- río Alberto golpeando el hombro de Ricardo -Buenos días- se alejó entrando al salón.

Reí a lo bajó y me acerque a la muchacha que me habló.

-¿Qué paso?- llegué saludándolas.

-Oye ¿nos puedes ayudar en la tarde?, vamos a recoger las cosas del gimnasio- sonrió de una forma muy linda.

-Am claro- hoy va a estar mi padre en la casa, así que no importa si llego un poco tarde.

-Muchas gracias- sonrieron ambas para después seguir hablando.

-No hay problema- me despedí y camine hacia el salón.

 

-Ey espera, ¿qué querían?- Rodrigo me detuvo antes de entrar.

-Querían saber si les podía ayudar a recoger algunas cosas del gimnasio- "que raro que me pregunte" pensé sarcásticamente.

-¡Oh!- se le iluminaron los ojos -entonces no importa si yo voy a ayudar ¿verdad?-

-Supongo- y mientras Rodrigo seguía diciendo cosas que no escuche, coloqué mi vista al par de amigos quienes pasaban a lado de nosotros, uno de ellos en especial, parecía realmente divertido con su plática matutina.

No pude evitar quedármele viendo.

-¿Me estas escuchando?- Rodrigo me regresó a nuestra platica.

-Claro- mentí.

-Bueno, entonces ya me voy- se despidió y "extrañamente" se fue con compañeras del salón de al lado.

-Es necio- apareció Alberto de repente.

-¿Lo crees?- reímos al mismo tiempo.

 

 

Las clases no tardaron en llegar y por alguna razón Marco parecía muy sociable el día de hoy. Cuando volteaba para hablarle a alguno de mis compañero o porque ellos me hablaban, encontraba a Marco hablándole a alguien, y está bien no me molesta, lo que molesta es que su cara este tan sonriente. Su hermosa sonrisa la está gastando con otras personas. Eso era lo que me molestaba.

La mañana fue así. Marco hablando con personas que estaban más cerca de él de lo común y él como si nada.

 

 

-Está bien, nos vemos- sonrió una última vez y se fue.

El lápiz el cual fue difícil ponerlo puntiagudo se "resbaló" de mi mano y cayó a lado de aquel chico que dejó de hablar con la hermosa sonrisa de Marco. Peligrosamente cayó muy cerca de sus ojos, apenas si pide escuchar un pequeño quejido de sorpresa.

-¡Cuidado!- grite cuando paso a lado de este -lo siento, se me resbaló- fui y lo recogí mientras el chico se me quedaba viendo - ¡uf! me alegra que no te haya golpeado, su punta está muy afilada, es hermoso ¿no crees?- y para que lo notara con detalle le acerque el lápiz a su ojo.

-Sí, ya lo vi - su cara mostraba sorpresa y miedo mezclado -no me lo pongas tan cerca- lentamente se alejó

"No creo que esto sea necesario hacerlo con todos los que se les acercan demasiado" pensé ya cansado de las tantas veces que pasó algo parecido.

 

 

En cierto momento del día encontré solo a Marco y fui a hablarle, le hable de cosas sin importancia, sólo quería acercarme a él e inquietarle un poco. Pero no logre mucho, hablamos normal y no vi un cambio brusco en él, solo una leve sorpresa por mi repentina llegada.

 

El día escolar llegó a su fin y por lo que me dijeron entre clases las mismas compañeras de la mañana, tenía que estar en el gimnasio al toque. Estaba a punto de irme hacia allá pero vi Marco salir del salón y para mi sorpresa estaba solo, no estaba su "buen" amigo. No desperdicie la oportunidad de reclamar los labios que ya eran míos. Me acerque a él por la espalda, volteo antes de que lo empujara a una de las paredes y ahí obligándole a verme le tome la barbilla besándolo. Recorrí nuevamente su cavidad, como si quisiera dejar un rastro de que estuve ahí y victorioso logre provocar a Marco. Antes de cualquier movimiento que quisiera hacer le agarre las manos sin dejar de besarlo. Después de un rato me separé, "tu castigo" le mire, sonreí y me fui lo más rápido que pude.

 

A cierta distancia encontré a Rodrigo un poco extraño, tenía una cara de diversión y sorpresa.

-¿Eres… gay?- su voz sonó más sorprendida de lo que alguna vez lo pude haber escuchado.

Me detuve de golpe y trague en seco.

 

 

 

Notas finales:

Creo que esto es el final del punto de vista de Alex. Lo siento si les pareció un poco tedioso.

Pero bueno, ya es tiempo de seguir con la historia desde Marco... 

Perdonen mis faltas de ortografía y mis posibles fallas de coherencia.

Cualquier duda/comentario/critica son bienvenidos.

(Quería decir algo más pero no me acuerdo que era T.T)

Hasta luego.


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