Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo que provocas. por Mare013

[Reviews - 101]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Como dije, otro capítulo en esta semana. Lo quería subir ayer pero me dolía muchísimo la cabeza. Ahora ya estoy bien, entonces...

Espero que disfruten del capítulo.

Gracias por leer.

 

Lunes por la mañana y me siento liberado, puede que haya sido porque me levanté con el pie derecho, el agua de la ducha de esta mañana salió tan caliente que se ha llevado todo el frío lejos, mi ropa se siente demasiado ligera y acogedora y Max no llegó al instituto; o tal vez simplemente se resuma a que Carlos se ha enterado de mi relación con Alex y no ha estado en contra ni nada por el estilo, lo aceptó y eso me hace feliz, sin importar que tanto pase por delante.

No puedo soportar las ganas de correr para encontrar a “mi novio” y contarle lo que sucedió, ha sido un paso adelante, estoy seguro de que se alegrará, también Elena se pondrá feliz y esa sonrisa rara abarcará  su cara. ¡Ya quiero sacar las palabras!

Llegando al salón de clases, mi mirada recayó en la banca de Alex donde su sonriente rostro me saludo; el día ha empezado de la mejor manera. Quise acercarme a él para por lo menos saludarlo pero Alberto de algún extraño lugar llegó y se interpuso en medio de los dos, apreté mis puños diciendo para mi mismo “será más tarde entonces”. Redirigí mi camino, al lugar donde Carlos se encontraba y platiqué con él como siempre lo hacíamos, platiqué con mi mejor amigo.

El día iba de maravilla, con excepción de que todo el día no he podido cruzar palabra con Alex “¡joder! Tengo cosas que decirle”, sin embargo, Elena se veía dispuesta a escuchar todo, lo cual, agradecí la atención que me presta y su cara de emoción al platicarle. Sin haberme equivocado, su rostro lucía una aterradora sonrisa y había repetido como diez veces un -te lo dije- sin ser necesario realmente. Después de todo le había gustado la noticia y  se había alegrado por mí.

 

-¿Entonces le dijiste todo lo que ya han hecho?- preguntó aún con esa sonrisa, aunque muy parecida a la pasada, ésta tenía un toque diferente, la miré sorprendido –ya sabes de lo que hablo-

Claro que sé de lo que habla y la respuesta es un definitivo no. Cómo le puedo decir tales cosas a Carlos, simplemente de pensarlo los colores invadieron mis mejillas, no me puedo imaginar diciéndole a alguien las cosas que he hecho con Alex, no creo que siquiera me salgan las palabras; ni el mismo Alex contaría esas cosas ¿o sí? Negué con la cabeza rápidamente.

Soltó un quejido cansado – ¿Eso quiere decir que me lo dirías a mí?-  

-Claro que no, ya te he dicho todo- sabía que mentía y también sabía que no le diría nada.

- Por lo menos dime si ya lo han hecho…- con su palma sosteniendo su cabeza levemente inclinada miró detrás de mí por unos segundos y después puso toda la atención en mi persona.

Sonrojé tan repentinamente (y probablemente muy notorio) que Elena se enderezó y con los labios levemente abiertos dejo salir un “oh”. –Eso es un… no, porque si no sería más bien… pero…- parecía tener una discusión interna tratando de averiguar cuál era la respuesta correcta –No lo han hecho…- finalizó en una afirmación.

Aún con las mejillas rojas no pude aguantar su mirada y ésta se dirigió a mis manos que mostraban nerviosismo. Subí la vista para encontrar algo que me salvará y dispersara esta conversación incómoda. No encontré nada. “Qué raro.” Reí entrecortadamente rascándome la cabeza.

-¿Y no lo piensan hacer?- ambas manos se entrelazaban debajo de su barbilla sosteniéndola.

“¿Qué? ¿En serio te está preguntando esas cosas? ¿Qué quiere que le diga? Oh sí, pero no encontramos la oportunidad para poder hacerlo. Pero ¡Oh no! no sabes cómo, en primera… Espera, que tal si él sí sabe y quiere hacerlo pero no ha tenido el valor de decirme… que tal si está esperando el momento de hacerlo, ¡qué tal que nunca quiere hacerlo!”

-No creo que…- susurré nervioso.

-Sí quiero saberlo, es buen momento, no pensaré mal- interrumpió contestándome cualquier posible excusa que tuviera.

Suspiré dándome por vencido. En ese momento una observación llenó mi mente, era perfecta para poder quitarme de encima aquella pregunta, además era de sumo interés.

-¡Oye! No me deberías de estar diciendo estas cosas- reclamé al darme cuenta el que nunca ha hablado de sí misma sobre estos temas -¿Y tú qué? ¿Qué hay de ti?- contraataque.

Su cara se transformó y los labios antes curveados en una sonrisa se tensaron mostrando una línea recta. Parecía haberse acordado de algo.

-Yo nada, nada que decir- volvió a sonreír. Como si su seriedad y el posible pensamiento desagradable nunca hubiera aparecido.

Hasta este momento no me había dado cuenta de que nunca ha sacado el tema, y la mayoría de veces hablamos de Alex y de mí, muy egoísta de mi parte, pero es verdad, no saca conversación de alguna relación que tenga o alguien que ocupe su corazón. Tendría que sacarle más información o preguntarle a Alex, aunque ninguno de los dos hemos hablado de conocerla, ni siquiera alguna vez nos hemos juntado los tres.

Tendría que insistirle un poco más… a lo que me refiero, puede que ella tenga un problema y por esa razón no quiera hablar o no cree en el amor o esta dolida por un suceso pasado. Debe de haber algo.

-¿Ahora eres tú la que no me va a decir nada?-

-Decirte qué, no hay nada que decir ¿verdad?- rio y se levantó para estirar sus brazos, bostezó lentamente y levantó ambas piernas flexionándolas, una después de otra mientras que en el aire antes de caer al suelo movía su pie en círculos. –Creo que iré a comprarme agua antes de que la siguiente clase comience, nos vemos- se alejó con prisa.

En serio, que poco preocupado soy con mis amigos, si no hubiera sido por preguntarle nunca me hubiera enterado de que su rostro sonriente desaparece y en su lugar, una cara seria nunca antes vista aparece. Me pregunto si Alex sabrá algo.

 

 

 Saliendo del instituto, caminando solo (puesto que Carlos fue con su novia) maldije a todas las personas que interrumpieron mi platica con Alex; no entiendo que tiene de divertido no permitirme hablar con él justo cuando algo tan importante quiere ser compartido. Miré una piedrita en el suelo y la patee lo más fuerte que pude, descargando así mi frustración. Seguí caminando hasta vislumbrar el automóvil de mis padres. Suspiré y entré a la casa.

No había rastro de la presencia de mis progenitores y por un momento sentí una leve tristeza; recorrí la entrada a paso lento y vi unas ollas con alguna especie de guisado, seguí caminando a la sala donde unos papeles mal acomodados se extendían por toda la mesa de centro, a lado había una maleta medio abierta y en el sillón un celular parpadeando. Observé un rato más pensando en lo que significaría todo esto pero justo antes de subirme mis padres entraron riendo.

 -Extrañaba tanto a esas personas- dijo mi madre entrando, detrás de ella mi padre cerraba la puerta. Se adentraron en la casa y dejaron una cajita en la mesa del comedor. Siguieron diciendo unas cosas más antes de darse cuenta de que ya estaba en casa.

-Marco, llegaste temprano- dijo mi madre levantándose.

-No, realmente es una hora considerable- Miré el reloj en una de las paredes, ambos voltearon a verlo y soltaron un “oh”

-Entonces ¿Qué te parece si comemos?-

-Me parece bien-

 

De alguna manera me sentí extraño, como si no estuviera comiendo en mi casa, con mis padres. Muy poco frecuente sucedía algo así y la mayoría de veces me sentía extraño, supongo que es algo normal cuando casi nunca interactúas con ellos, se la pasan a fuera, conservan esta casa por mí, supongo. Desde pequeño siempre me repetía que no están porque se la pasan trabajando para pagar todo lo que consumo, porque ellos son buenos padres y me quieren, quieren lo mejor para mí; lástima que ya no pienso eso.

Para ser sincero ni siquiera sé que hacen afuera ¿trabajar? Eso quiero creer, pero ¿en qué trabajan? Eran directores de algo… ¡Ja! Ni si quiera sé que hacen. Supongo que tiene buen puesto o uno muy malo como para estar afuera tanto tiempo. Además presentan buena imagen, mi madre tiene el cabello café cacao y piel clara (me parezco más a ella que a mi padre), y siempre que la veo lleva maquillaje encima; mi padre es moreno y tiene el cabello negro y nunca deja su celular. Sin embargo, ahora que los veo detenidamente, mi madre solo tiene puesto rímel y el celular de mi padre estaba botado en el sillón, algo andaba raro.

 

-… salir los tres juntos ¿te parece bien?- silencio -¿Marco?- mi padre me lanzó una mirada afilada y mi madre ladeaba la cabeza.

-Perdón ¿qué?- No escuche nada de lo que decían, hasta llegue a pensar que la televisión estaba encendida.

-Vamos a estar unos días en la casa ¿es genial no? Y estábamos pensando en salir ¿qué te parece la idea? Iríamos a un lugar más tranquilo donde pudiéramos pasar tiempo juntos o estaría bien salir a…- Por alguna razón parecía emocionada imaginando lo que haríamos, mi padre le sonreía.

Sonreí todo el tiempo en el que hablaba de salir, como si disfrutara la idea de hacerlo.

 

 

-Mis padres están en casa y me han dicho que quieren salir para pasar tiempo juntos- le comenté a Carlos camino a la escuela. Mis padres me habían ofrecido llevarme pero aborrecí la idea y les dije que prefería caminar con mi amigo, pensaron que me refería a Max.

-Y eso es bueno ¿no?- preguntó sin mirarme.

-No lo sé- lo seguí con pasos lentos, y ambos permanecimos en silencio.

 

 

Al llegar, quise encontrarme con Elena pero no estaba presente, pensé que llegaría tarde pero no fue así. No fue en todo el día. Me preocupe de alguna manera pero me repetía constantemente que no era nada grave y que todo estaría bien.

También tuve la oportunidad de hablar con Alex ¡Al fin! Me preguntó si quería ir a su casa y obviamente le dije que sí. No importa si llegó tarde, le diría a mis padres que estaba en la escuela haciendo cualquier cosa. Esperaba con ansias la salida.

 

-Te quería contar esto desde ayer- le sonreí emocionado al estar ya en casa de Alex. Él me miro sonriente de igual manera –hace unos días hable con Carlos y ¿sabes de qué fue?- negó con la cabeza –de nosotros- su cara ensombreció y después mostró una sonrisa ¿malvada? La cual no pude ver totalmente porque agacho la mirada, lo miré extrañado -¿qué pasa?-

-Nada, me parece bien, le dijiste a alguien pero pensé que teníamos una promesa de no decirle a nadie- sonrió y tomó mi mano frotándola.

-Así es, pero como mi mejor amigo, él se… ¿enteró? Y le tuve que decir. No se molestó ni nada por el estilo, ¡me dijo que no había problema!- mis palabras cada vez salían con tono de emoción y alegría. Alex sonrió tomándome ambas manos para después abrazarme.

-Si es tu amigo, por qué no lo haría- me susurró al oído.

Un escalofrió recorrió mi cuerpo y reí. Alex también lo hizo, sin embargo me besó. Cerré los ojos para disfrutar el momento, no había nadie en casa, las cosas podían suceder tranquilas. Pensé fugazmente en si alguna vez lo haríamos, mi respuesta fue que sí pero ¿el qué diría?

Besó nuevamente mis labios y descendió lentamente a mi mandíbula donde mordió ligeramente depositando después un beso, siguió bajando con caminos de besos hacía mi cuello, apenas si rozaba los labios con mi piel y ya sentía como aumentaba la temperatura de mi cuerpo; volvió a morder más fuerte de lo que había hecho y gemí por el dolor, después otro beso. Continuaba haciendo lo mismo pero en distintas partes de mi cuello, miré el techo blanco y casi sentía que caería al suelo pero recordé algo más que deseaba comentarle. Lo separé agarrándolo por los hombros, su mirada parecía un tanto confundida, devolvió el agarre intentando bajar mis brazos.

-No, espera- sostuve sus manos –todavía quiero decirte algo- dejó de resistirse.

-Te quería decir lo que pasó entre Max y yo- sus ojos se abrieron sorprendidos y una mueca apareció en su rostro –te dije que no pasó nada entre nosotros, es cierto, pero…-

-No tienes que decírmelo, te creo- parecían tensas sus palabras.

-No, está bien, quiero decírtelo- quería contarle lo que sucedió en aquel entonces. Sabía que no le debía porque contarle pero aun así quería hacerlo. Alex asintió.

-Él es mi vecino- nuevamente su rostro mostró sorpresa y estaba a punto de decir algo pero antes seguí hablando –y desde hace mucho que lo es. De pequeños éramos amigos y pasábamos mucho tiempo juntos, por ser vecinos, claro- reí nervioso –me gustaba mucho pasar tiempo con él, en verdad nos divertíamos juntos…y con el tiempo no recuerdo sinceramente el por qué o cómo pero… sí, nos besamos –mis palabras lo tensaban aún más –Sólo eso, no sucedió algo más, además los besos eran simples y sin sentido- agitaba las manos expresando que no era importante.

Alex no parecía muy convencido, apretaba sus puños y sus labios formaban una línea recta, movió la cabeza negando y después sus ojos buscaban desesperadamente algo con que entretenerse, al final, miró mis ojos. Abría varias veces la boca, querían salir palabras pero no sé si no quería decirlas en voz alta o todavía no estaban formuladas.

-¿Él… te gustaba?- preguntó en un susurro. Quería decirle que no pero no era la verdad, o tal vez sí, han pasado varios años, pude haber confundido mis sentimientos. Miré al suelo.

-Tal vez… un poco…-

-¿Te sigue gustando ahora?- palabras tensas.

-¡No!- contesté de inmediato. Puede que no esté seguro de lo que sentía en aquel entonces pero sí estoy seguro de que el único que me gusta ahora era él –Tú eres el único que me gusta- justo después de decirlo sentí mis mejillas arder; en mi mente no se escuchaba tan mal pero decirlo en voz alta sonaba como una declaración. Una nueva declaración.

Mis palabras parecieron calmarlo porque sus labios volvieron a su sonrisa burlona habitual.

-Tú también eres el único que me gusta- rio agachando la mirada. Algo dentro de mí se sacudió. Coloqué ambas manos en sus mejillas y acerqué su rostro al mío, lo besé. Quería besarlo y eso es lo que hice. Podía hacerlo.

Pensando en todo lo que ha pasado, aun no me lo puedo creer, justo ahora, todo lo que pasó me hace temblar, qué es lo que dije. Me da pena pensar en las palabras que ambos dijimos. Todo ha pasado tan rápido y tal vez seguirán pasando de ese modo pero mientras este con él, todo estará bien. Me gustaría que fuera así.

Sentí una mano fría en mi torso y estremecí, como reflejo agarré la mano impidiendo que siguiera su contacto pero al poco tiempo dejé que tocara. Sus labios hicieron más presión en los míos. Sus brazos me atrajeron a él con más fuerza y de nuevo, todo pareció detenerse.

Los besos se hicieron más profundos, las manos ahora tocaban el pecho del contrario, poco después su lengua bajaba a mi cuello y volvía a morder y besar, morder y besar, todos iban aumentando de fuerza hasta que un gemido de dolor escapó de mi boca, rápidamente fue atendida por la de él. Sus manos agarraron mi playera y la quitaron de un jalón, hizo lo mismo con la suya. Observamos detenidamente la piel del otro y nos aventuramos a tocarla. Subiendo y bajando, llegando a piel ligeramente más rosa, donde rozábamos con los pulgares. Tomé su mano jalándola para que se situará frente a su cama, después empujarlo y que cayera sentado, me hinqué colocando las manos en su pecho, bajándolas lentamente a su ombligo donde lleve mi lengua a recorrer el lugar, Alex mantenía sus manos en mi cabello, dando masajes circulares, su respiración entrecortaba cada vez que mi lengua bajaba de alrededor de su ombligo. Ambas manos trataban de abrir aquel pantalón donde un bulto empezaba a crecer, lo froté por sobre su ropa, después lo deje al descubierto viendo como ya empezaba a ponerse húmedo, lo masturbe varias veces, Alex jadeaba y mantenía su cabeza colgando para atrás, nuevamente me fijé en su hombría y pensé en lo que estaba a punto de hacer. Ya había visto antes de que se trataba todo esto pero nunca lo he hecho, es distinto, supongo. Abrí mi boca para recibir aquel miembro despierto, escuché un gemido y una mano apenas jalando mis cabellos.

-Marco… no…- decía entre un jadeo.

 Había visto que lamen la punta y después bajaban a los testículos, los cuales podías lamerlos o llegar antes de ellos y volver a subir para seguir jugando con la glande. Podías lamerla y chuparla, sin meterla completa a la boca, también veía como jalaban la piel cuando chupaban o cuando con tus manos masturbabas lo que no lamías. También cuando era oportuno, abrías la boca para introducir el miembro y depende que tan lejos llegabas ibas subiendo y bajando la cabeza. Eso es lo que hacía. Como música de fondo escuchaba jadear y gemir a Alex; al mismo tiempo sentía como mis cabellos eran jalados y de vez en cuando los removían de mi frente. Vaya pervertido me he de ver.

Estaba a punto de venirse, su mano en mi cabello me empujó para profundizar la estocada, masturbé un poco más con mi boca, un poco más profundo y antes de darme cuenta jalaron de mi cabello para después sentir semen escurrir por mi cara. Lo limpié con mis manos, observando aquel líquido pegajoso en ellas. Miré a mi pareja quien jadeaba rápidamente y sostenía mis manos sin importar que estuvieran sucias. Hizo levantarme, empujándome a la cama donde él se posicionó arriba colocando sus piernas a los lados. Me besó nuevamente, bajó a mi cuello y después a mi pecho, recorrió con su lengua el contorno de mis pezones para después succionar uno y el otro fuera manipulado con su mano, cambiando constantemente. Su otra mano se escabullo a mi pantalón donde hizo lo mismo que hice con él. Abrió el pantalón, frotó sobre mis boxers y después dejándolo al descubierto masturbó mi entrepierna, sin embargo al poco rato se levantó y removió ambas prendas, dejándome por completo desnudo. Inconscientemente cubrí mi miembro, parecía tan expuesto bajo su mirada que analizaba cada parte de mí, sentí lamidas en donde me miraba.

Se acercó y pude ver como sonreía burlón apartando mis manos de mi entrepierna. Me dejó expuesto totalmente. Sostuvo entre su mano mi miembro y lo masturbó con lentitud, entre más jadeaba más rápido se movía. Estaba a punto de venirme pero obstruyó el paso. Lo miré confuso y un tanto molesto, traté de apartarle la mano pero no lo hizo. Subió nuevamente a la cama donde me encontraba y abrió mis piernas para que así lo abrazara con ellas, el movimiento me estremeció aún más. Su pantalón me raspaba, él no se había quitado nada. Con la mano libre que tenía acarició mi entrepierna y dejó venirme. Gemí y jadee sin darme cuenta que sus manos recorrían la parte interna de mis muslos y se acercaban peligrosamente a mis glúteos. Lo miré lloroso y en un susurro le decía que no. Sus manos cada vez se acercaban más, se atrevieron a pasar a mi trasero donde lo apretaba y masajeaba de forma fuerte pero sin lastimar. Cubrí mi rostro con ambos antebrazos, moría de pena, estaba observándome, no estaba muy limpió que digamos (sin decir que lavé muy bien esa zona por si algo ocurría) y mi cuerpo no está “bonito” como para que le dejara verme de esa manera. Temblaba, mis mejillas ardían, empecé a sudar, sentí calor aun cuando no tenía nada encima. Descubrí mi rostro cuando sentí como rozaban mi entraba, me incorpore como pude y trate de apartarle las manos. No lo haríamos ¿verdad?

-No- susurré.

-Todo está bien, relájate- empujó mi cuerpo nuevamente a la cama, él también lo hizo, provocando que mis piernas se levantaran más de lo que ya estaban. Lamió mis labios y después adentro su lengua a mi boca, no resistí. Mis manos sostenían con fuerza la espalda de Alex, estaba seguro de dejarle rojo. Sentí nuevamente como rozaban mi entrada, nuevamente dije que no. No me hizo caso, siguió con un movimiento circular en esa zona y con el mismo semen que había soltado antes mojaba mi entrada. Ambos miembros parecían palpitar de nuevo. Un intruso entró a mi cuerpo, gemí. Dolió, dolía. Tenía algo dentro de mí, era molesto.

Su dedo al instante no se movió pero no fue mucho después que empezó a entrar y salir, lentamente pero dolía. Quise no decir nada, pensé en la veces que había escuchado “al principio duele pero después quiere más” sin embargo no veía la hora de llegada.

La mano libre restante empezó un vaivén nuevamente, sentía presión en mi entrepierna, supuse que era para contrarrestar el dolor, nada cambiaba. Sentí un dedo más, me estremecí y tuve que morder mis labios para no gritar. Dolía como el demonio. Sus dedos salían y entraban, después empezaron con un movimiento circular y después cambiaba en abrirlos y cerrarlos. Lo hacía como pasos a seguir, entrar-salir, movimiento circular, abrir-cerrar… Gemía para no gritar. Alex unió nuestros labios una vez más. Pensé que el dolor había desaparecido y empezaba a sentir ese “placer” de sus movimientos, no hasta que sacó el par de dedos y algo más grueso rozó mi entrada, cerré los ojos fuertemente, no estaba preparado, quería parar, quería parar, quería parar. Su miembro quiso abrir paso en mí, pero parecía no lograrlo, me alegre; quiso intentar una vez más y logro meter la punta. No pude contenerme, grité.

Empujé a Alex fuera de mí, y me alejé pegándome al otro lado de la cama. Mis ojos habían dejado sacar unas lágrimas y sentía raro en mi parte baja.

-Yo… todavía…. No estoy listo… perdóname- entrecortaba entre lágrimas cada vez más necias en querer quedarse dentro.

Alex quien tenía una cara de asustado, cambió a una sonrisa tranquilizadora –No te preocupes, no lo haremos entonces- se acercó y me abrazó.

Dejé recargar mi cabeza en su pecho mientras él acariciaba mis cabellos suavemente, también dejó su peso en mí pero no por completo. Prácticamente me hice bolita y el jaló su cobija para taparme. Me sentía mal por interrumpir algo como esto, pero en verdad me dolió. Me dolió un carajo.

…Tendré que ser yo el activo.

 

Notas finales:

Entiendo que es corto pero se me facilita, además, así hay más oportunidades de actualizar más rápido.

Agradezco a todos aquellas personas que han leído hasta aquí. Muchas Gracias <3

Se acerca una fecha para mí *u*

*El extra será en el próximo capítulo...

Culquier comentario/ segerencia / critica son bienvenidas.

Hasta luego.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).