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Lo que provocas. por Mare013

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Notas del capitulo:

¡Hola de nuevo!

He venido a traerles la historia con un punto de vista diferente... del punto de vista de Alex.

Espero que les guste y que así logren entender un poco más a los queridos protagonistas :3

Sin más, les dejo el capítulo.

 

 

Sentí que alguien me miraba, ya hace bastante tiempo que tengo esta sensación y tengo mis sospechas hacia un compañero de clases llamado Marco. Al principio pensé que eran locuras mías porque no encontraba a nadie mirándome pero con el paso de los días me fui dando cuenta que era un muchacho, ¡un muchacho! Me dije que tal vez era porque me odiaba o algo así pero no, más bien en su miraba se veía amor. No es como si me diera asco, yo no tengo nada en contra de la orientación sexual de las personas y tampoco es como si esto no lo hubiera pensado antes. No me siento atraído por hombres pero esto es un poco diferente, por alguna razón no me molesta ni me incomoda su mirada, es más, pienso que me gusta sentirla. En varias ocasiones he tratado de encontrarme con su mirada pero siempre que volteo no lo encuentro viéndome y eso me hace dudar de que si en verdad es él.

 

Es divertido verlo ponerse nervioso cuando sabe que lo veo o cuando me di cuenta de que pasa  intencionalmente a lado de mi banca al salir del salón. Posiblemente él no sepa que yo ya sé de sus miradas y del sentimiento que ellas guardan.

 

Ahora que lo pienso ¿desde cuándo empezó a mirarme? ¿Desde cuándo fui yo quien lo veía y el por qué empecé a verlo? Fue solo curiosidad al principio pero entonces ¿por qué no deje de mirarlo? ¿Cuándo fue que trate de llamarle más la atención y pensar en una forma de encontrarme con él? No sé del todo las respuestas pero hay algo en lo que estoy seguro, y es el que voy hacerle confesar sus sentimientos hacia mí y tratar de ponerlo más nervioso cada vez que me vea.

 

Voltee a ver a donde estaba el responsable y lo encontré mirándome, definitivamente ahora tendré una excusa para hablarle y poder sacarle todo. Esta es mi oportunidad para acercarme a él.

Al darse cuenta que lo descubrí mirándome se sobresaltó y se me quedo viendo como tonto sin saber qué hacer, le sonreí y no hizo más que ruborizarse provocando que mis dudas sobre sus miradas desaparecieran, sonreí un poco más y con la vista le trate de decir que ya no tenía escapatoria.

Regrese mi mirada a mis amigos para seguir hablando de cosas sin mucha importancia pero divertidas, entonces vi como Marco pasaba por otro lado que no era cerca de mi banca para salir del salón. “¿A dónde vas?” pensé divertido mientras me levantaba y desde lejos lo seguía hasta dar con que iba a ir al baño.  Caminé lentamente para alcanzarlo y al entrar lo vi por el reflejo del espejo situado frente a él, mojándose la cara. Al percatarse de mí, se quedó inmóvil por un instante antes de dirigirse a donde se encuentras las toallas de papel para secarse, lo seguí con la mirada riéndome por dentro, no sabía que era tan obvio ¿por qué no me acerque antes a él? Caminé rápido al lavamanos solo para enjuagarme rápido las manos y agarrar una toalla de papel justo cuando él estuviera agarrando una. 

-¿Me permites?- Le dije con una pequeña sonrisa, señalando las toallas.

-Ah… claro- se aleja sin siquiera mirarme a los ojos.

Me parece más adorable de lo que pensé que iba a ser, se ruboriza de una forma tan simple al verme y sus acciones son un poco torpes al estar cerca de mí.

 

Regresé al salón dándome cuenta de que estaba dándole la espalda a la entrada, supongo que ya no me quiere ver. Rio internamente, me parece más lindo, “Definitivamente haré que lo confieses todo”.

 

 

Al salir de la última clase revise de reojo si Marco se quedó en el salón, así es, al parecer hoy no se va a ir con su amigo que siempre está con él.

 

Me quede un rato más para que en el salón solo se quedará Marco, así podré hablar con él a solas. Les dije a mis amigos que iría al salón porque se me había olvidado algo, me querían acompañar pero se los negué y les dije que mejor se adelantaran. Sin mucha resistencia aceptaron y me dirigí al salón. Al entrar lo encontré recogiendo unos cuadernos del suelo. Sonreí al pensar que tal vez habrá escuchado mi voz y se le habrán caído de lo nervioso que se puso.

Camine lentamente a él y me arrodille para ayudarlo a recoger sus cuadernos regados, los recogí y se los di, dándome las gracias por mi ayuda quiso agarrar los cuadernos pero puso su mano en donde yo tenía la mía, se sobresaltó y la quito en seguida; en serio que más obvió ya no se puede ser.

 

Me levanté y camine hacia mi locker en busca de "eso que se me olvido". Lo abrí y sólo vi unos cuantos cuadernos y libros, de repente el libro pequeño de alguna materia se atravesó en mi vista  y recordé que teníamos que hacer unas páginas de ahí, decidí preguntarle que páginas eran aunque solo es una excusa para hablarle.

-Oye, ¿del librito teníamos que contestar algo?- voltee a verlo.

-Sí, las páginas 9 y 10- me miró y sonrió con una sonrisa de las más hermosas que he visto.

“Joder qué es lo que quiere hacer.” Trate de acercarme a él sin realmente saber lo que hacía.

-Oye ¿sabes? Te he querido preguntar algo- di más pasos en su dirección para poder eliminar nuestra distancia y tratar de ponerlo más nervioso.

Y justo como planee se sonrojó y retrocedió.

-¿Qué paso?- dijo, notando su nerviosismo.

-Tú… ¿Por qué me miras tanto?- seguí avanzando, dándole una nula oportunidad de alejarse y escapar.

-Yo… no…- Trató de negar.

Le confesé que ya había sentido sus miradas pero no sabía si era realmente él o alguien más; sonreí al notar su cara de no saber que decir.  Seguí avanzando, su cara me parecía tan linda que en ese momento sentí como si quisiera besarlo.

-Ah… yo…- tartamudeo.

Me acerque más a él y gracias a que se topó con una banca pude detener su pasos hacia atrás. Lo acorrale entre la banca poniendo mis manos en ella y metiendo una pierna entre las suyas.

-Es que acaso yo… ¿te gusto?-

Su rostro quedó en un color completamente rojo. "Te tengo" pensé. Reí a lo bajo y le susurre al oído provocativamente –Que interesante-

No me controlé del todo y le lamí su oreja la cual estaba roja, al igual que su cara. Se sobresaltó y coloco sus manos en mi pecho tratando de alejarme, no se lo permití, tome sus manos para colocarlas en la banca debajo de las mías, evitando que se moviera. Me acerqué para besarlo, no podía resistirlo, aunque debo de admitir que también lo hago porque quiero ver su reacción. Antes de hacerlo me di cuenta que sus ojos se habían cerrado fuertemente.

-Oye, no cierres tus ojos, ábrelos, ve lo que voy a hacer- abrió sus ojos color casi miel, lo cuales pareciesen como si quisiera llorar. Sonreí antes de besarlo.

Pegué mis labios con los suyos pero… ¿qué?

-Hey, abre la boca, ¿cómo quieres que te bese así?- Le dijo alejándome.

Abrió lentamente sus labios y no perdí la oportunidad de meter mi lengua.

-Ya puedes cerrar tus ojos, pero tu boca no- le mencione antes de que lo volviera a besar. Era tan provocativo, quería ver más.

Empecé a besarlo jugando con su lengua para después lamer sus labios y morderlos. Unas cuantas veces más recorrí con mi lengua sus labios y su boca, sacándole un pequeño gemido, abrí los ojos para observar sus mejillas sonrojadas, pensé en una forma para poder intensificar su aspecto y se me ocurrió presionar su entrepierna, gimió una vez más y abrió los ojos de golpe haciéndome sonreír por la satisfacción de verlo así.

-¿Qué pasa? ¿Te gustó?- presione de nuevo.

-Ah…- gimió de nuevo –No, no to…- lo volví a besar callando sus palabras, lamí sus labios, los mordí y de nuevo introduje mi lengua para seguir explorando su cavidad mientras el movimiento de mi pierna seguía.

Siguió diciendo que no quería.

-¿Por qué mientes? Para ambos es notorio que deseas esto- le dije con tono de burla pues sentía su miembro despertar con cada roce que le daba.

Escuche pasos proveniente del pasillo, posiblemente era Rodrigo el cual se desespera con facilidad y no dudó en venirme a buscar. Rápidamente me separe de Marco y fui casi corriendo al locker mientras que mi cómplice en el acto se tiraba al suelo para, supongo yo, tapar su cara y su entrepierna.

 

Mi amigo apareció y me culpo de Marco en el suelo, tuve que salir del salón para alejarlo de la escena, no quería que lo levantara o algo por el estilo.

Al parecer ya todos se habían ido y solo se había quedado él, por eso me fue a buscar.

Después de un silencio un tanto incomodo volvió a hablar.

-Oye ¿qué vas a hacer hoy en la tarde?- preguntó cambiando de tema.

-Nada realmente pero tengo que cuidar a mis hermanitos- mis padres no iban a estar hasta en la noche y tengo que ir a darles de comer y después ayudarles a hacer su tarea.

-Oh ya veo- contestó, siendo el final de la conversación. Nos despedimos en la entrada del instituto, nos separábamos y nos dirigimos a nuestras respectivas casas. Vivo cerca de la escuela así que no es mucho caminar.

 

Al llegar a casa me encontré con los pequeños de mis hermanos esperándome y con sus hermosas sonrisas en sus rostros.

-Bienvenido- dijeron al unísono mientras me adentraba a la casa y dejaba mi mochila cerca de la puerta.

-Hola pequeños- los salude con una sonrisa en la cara por la felicidad que me daba verlos.

 

La tarde no fue muy distinta a las demás otras en las que tengo que cuidar a mis hermanos: Llegar, decirles que pongan la mesa mientras que preparo o caliento la comida, comer, recoger la mesa entre todos, lavar los platos e irnos al comedor ya limpio donde hacemos la tarea entre todos, y para cuando necesiten ayuda les ayudo, terminar los deberes y entonces somos libre hasta la noche donde les pido que se bañen mientras preparo un poco de leche y después de cenar llevarlos a dormir.

Son tan lindos que nunca me cansaría de ellos, lástima que crecen tan rápido.

 

No tuve mucho tiempo para pensar en lo sucedido el día de hoy pero estoy seguro de que quiero continuar viendo aquellas expresiones, hacerle avergonzar por sus deseos de querer más… “espera, ¿qué es lo que estoy diciendo?” sacudí mi cabeza para olvidar lo que pensé, acostándome para prepararme para el día de mañana.

 

 

Ya al día siguiente, olvidándome de lo que supuestamente me dio miedo pensar, trate de encontrarme nuevamente con la mirada de Marco pero o me evitaba o simplemente nunca coincidimos nuestras miradas.

Sin mucho que hacer seguí como si nada, hablando con mis amigos y recibiendo pequeñas insinuaciones de unas cuantas muchachas de otras clases.

Rodrigo siempre se mostraba celoso ante mi manera de llamar la atención de las chicas a las que él consideraba atractivas, nunca he dicho nada pero estoy seguro de que en cierta parte me tiene un poco de rencor.

 

Antes de entrar a una clase me empecé a sentirme un poco mareado pero trate de eliminar aquellos mareos tomando agua y respirando un poco más lento y profundo. Espero que no sea de esas veces que mi cuerpo me advierte que me va a pasar algo un poco más grave si no me cuido.

 

Me dirigí al salón y lo primero que observe fue como Marco abrazaba a su amigo tiernamente, no pude descifrarlo al momento pero creo que me dieron celos; aparte mi vista rápidamente y camine a mi lugar de siempre. Tiempo después vi como Marco salía de nuestro salón y se dirigía al baño, lo seguí.

Lo encontré lavándose las manos, camine silenciosamente hasta él, antes de que pudiera verme por el espejo, y lo abrace colocando una mano en su entrepierna y en su pecho. Sentí como se sobresaltó y miraba mi rostro por el espejo, sonreí burlonamente.

Me dijo que me apartará pero solo coloque mi entrepierna en sus glúteos y puse más fuerza en mi agarre. Volvió a decirme que no lo hiciera. “¿Por qué lo niega tanto? ¿Es que acaso no imaginaba esta clase de cosas conmigo? Me enfurece que niegue”

Agarre sus brazos para que quedara frente a mí – ¿Pero qué dices? si al parecer te gusta ser tocado- le dije recordando las tantas veces que vi a su amigo y a él abrazados, lo bese con fuerza, tratando que cayera de nueva cuenta pero se separo y me miró con cara de enfado.

– Oh ¿Qué pasa? ¿Acaso no te gusto? ¿O es que ya encontraste a otro miserable que haga esto?- mis palabras salían sin que yo lo permitiera, decía cosas por decir -Si es eso ¿verdad?, de seguro no te importa con quien estés, siempre y cuando te toquen ¿o me equivoco? ¿Es que no son ustedes así?-  “¿qué estoy diciendo?, ¿a qué es lo que me estoy refiero? Soy un estúpido” Reí al darme cuenta de que así era, pero no era el momento.

Me soltó una bofetada.

-Maldito, ¿qué me tratas de decir? ¿Qué me exhibo? ¿Qué no me importa un bledo mi cuerpo y que por eso puedes llegar y aprovecharte de mí? Además si te referías a cualquier amigo eres un completo desgraciado, nunca pensé que fueras así. No permitiré que hables de esa manera.- Soltó enfadado y con desprecio hacia mi persona, sentía un odio hacia a mí empezando a nacer. “No, no es lo que trataba de decir” Mi sorpresa era bastante grande, la sorpresa de que yo estuviera diciendo tales cosas y la forma en que reacciono, aunque se me hizo bastante lindo. “No es mi intención ofender a alguien”

 

-¿Te estás  burlando de mí?- escuche de nuevo antes de que volviera a levantar su mano para golpearme. Le detuve rodeando su muñeca y acercarlo para poder besarle. Pero esta no es una manera para que entienda que no fue mi intención, me separe de él y lo mire a los ojos.

-Yo, no quise decir eso, no fue mi intención insultarte y a ninguna otra persona, yo respeto esos tipos de inclinaciones- sonreí, era verdad y lo gracioso es que estoy cayendo contigo. Me disculpe de nueva cuenta y lo volví a besar, teniendo esperanza en que me perdonará, no vi oposición por su parte, me alivie.

Se escucharon risas fuera del baño, se me había olvidado que en cualquier momento alguien podría llegar, lo jale a uno de los cubículos e hice que se sentara en la tapa del inodoro, yo me quede parado viendo desde arriba su cara con cierta preocupación, además de que intentaba de no hacer ruido. “Podría cambiar eso” pensé, presionando sus piernas con las mías.

-Mmm- apenas y dijo, le tape la boca con mi mano y le susurre al oído -Shh o nos van a descubrir- lamí su oreja incitándolo a seguir mi juego.

-Ahh- lanzo un gemido, le volví a callar.

Lamí su oreja bajando lentamente hasta su cuello, probando el sabor de su loción, estremeció, reí, empezaba a caer. Bese esos labios que emitían pequeños gemidos, y los presione para que no se escucharan fuera del cubículo. Metí mi lengua de nueva cuenta para poder jugar con su lengua y sentir su sabor. Me separe un poco de él, observando su cara sonrojada y empezando a jadear, sentí su mirada penetrando mi cuerpo, solo hizo que me excitara más. Besé de nuevo esos labios. Entonces decido que lo quería tocar un poco más.

-Siéntate bien- susurré – y separa muy poco tus piernas-

Abrió sus piernas indicándole hasta donde de tal manera en que me pudiera sentar en ellas rodeándolo con las mías. Hice presión en su entrepierna con mi miembro y lo bese.

Se escuchó a los que habían entrado salir, dejándonos solos. Entonces comencé a hacer movimientos de atrás hacia adelante presionando ambos miembros que empezaban a despertar. Los gemidos que Marco hacia los tuve que apagar besándolo pero no me podía controlar así que los besos eran profundos. Cambié el movimiento de mis caderas por uno circular mientras mis manos recorrían su cuello y su pecho, llegando a sus pezones los cuales toque y se irguieron. Marco gimió un poco más fuerte, me separé de él con una sonrisa en la cara.

–No sabía que los hombres sintieran también aquí- volví a presionar ambos pezones empezando con un movimiento circular que fue recibido con un gemido. -Oye dime ¿se siente bien?- pregunte con intenciones de escuchar su voz entre gemidos. Marco asintió -Bien- dije y volví a besarlo.

 

Con nuestras bocas jugando, mis movimientos en sus pezones los cuales seguía moviendo y jalando y nuestra fricción entre nuestra entre pierna, mi excitación iba aumentado a tal punto en que lo quería escuchar gimiendo mi nombre.

De nuevo mis manos empezaban a recorrer su cuerpo bajando por su ombligo, llegando su cremallera, subí mi vista para encontrarme con esos ojos pidiendo más, sin dudar un poco acaricie su miembro esperando a que escuchara su gemido para poder continuar, y así lo escuche, solté una pequeña risita y volví a acariciar su miembro con lentitud, después baje y agarre sus testículos, mientras veía sus expresiones que no eran más que de placer. Sonreí de nueva cuenta sabiendo lo que estaba logrando provocar.

Quise continuar, baje su cremallera y después aparté su bóxer entre su miembro y mi mano.  Noté como su entrepierna estaba más que despierta y de ella salía pre-semen. Sentí como una ráfaga de electricidad recorría mi espalda y como mi miembro latía por querer ser tocado.

–Oye, creo que tal vez deberíamos para- escuche la voz jadeante de Marco. “Claro que no” le respondí en mi mente y para que no dijera más lo agarre entre mi mano, al mismo tiempo que lo besaba para acallar cualquier sonido. Empecé a masturbarlo.

Quiso hablar pero no se lo permití introduciendo mi lengua en su cavidad, para después morder sus labios, mientras mi otra mano recorría su espalda bajando hasta uno de sus glúteos, agarrándolo con fuerza.

 

Mientras él, agarró mi playera de la espalda y gimió, empezó a bajar sus manos por esta, llegando a mis glúteos, agarrándolos fuertemente. Me estremecí al contacto y un pequeño gemido salió de mi boca, miraba con lujuria al muchacho enfrente de mí, entonces volvió a presionar haciendo que mis fuerzas se perdieran dejando de masturbarlo. Su movimiento en mis glúteos se hizo constante provocándome cada vez más gemidos. Mi excitación era tanta, que en mi mente solo pensaba en poder estar dentro de él, importándome un carajo donde estábamos.

Un estremecimiento y un gemido más agudo de parte de Marco hicieron que volviera a la realidad, lleve mi mano a la punta de su miembro tapándolo para que no manchará nuestra ropa. Saque un pequeño pañuelo que llevaba desde la mañana en mi bolsillo y limpie mi mano y su miembro, al terminar me puse de pie y le indique que debíamos irnos. Abrí un poco la puerta del cubículo revisando que no hubiera nadie y notando que estábamos completamente solos, salí. Me dirigí al lavamanos para quitar los restos de semen de Marco, él de igual manera, se acercó a lavarse las manos.

-Ya vete a clase, hace rato que tocaron el timbre- si no lo alejaba de mí en ese instante no sabría lo que podría llegar a hacer.

-Pero ¿y tú?- preguntó en voz baja.

-Estoy bien, solo voy a enfermería, me siento un poco mareado- no era una mentira del todo, el calor que me provoca esta situación hizo que volvieran mis mareos.

-Pero… - ¡solo aléjate!

-¡Vete!- grite un poco desesperado ante un dolor en mi entrepierna.

 

No insistió más y salió del baño dirigiéndose al salón. Mientras yo, con el dolor en mi miembro, entré de nuevo a un cubículo bajándome lentamente mis pantalones y mis boxers para torturarme con la lentitud en como acariciaba mi miembro. Me masturbe pensando en lo que acabábamos de hacer y no tarde mucho para que me viniera. Esperé un poco para que mi respiración se tranquilizará y viéndome subir mis pantalones me sentí un poco mal al hacerlo.

 

Salí una vez más para lavarme las manos y salir en dirección a la enfermería donde una amable señorita ya familiar me recibiera invitándome un té.

 

 

Notas finales:

Espero que le haya gustado y perdón si es que todavía no hablo mucho de Alex pero en los próximos capítulos si lo haré :3

Muchas gracias a todas las personas por haber leido hasta aquí, al igual que a todas las personas que me han dejado su review <3

Ya saben, cualquier duda/comentario/sugerencia son bienvenidos.

Hasta la próxima.


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