Al día siguiente no pude verlo a la cara, ni una sola vez me cruce con su mirada, pero ni importo mucho pues al parecer él siguió como si nada hubiese pasado.
El resto del día fue así, ni él ni yo nos volteamos a ver y por mi parte lo evite a toda costa.
-Marco, pon atención ¿por lo menos me estas escuchando?- me hablo mi amigo, distrayéndome de pensamientos no debidos.
-Oh por supuesto- le mentí.
-¿Ah sí? ¿Y qué estaba diciendo?- me miro con su cara de “sé que me mientes pero hare que lo digas”.
-Ahmm, algo de la chica que te gusta- le devolví una mirada de “en tu cara”.
-Nec- grazno –respuesta incorrecta, hace un montón que deje de hablar de eso, tonto, estoy hablando de… sabes qué, olvídalo- volteo la cara.
-Carlos, no empieces- le golpee el hombro y me volteo a ver con cara seria pero fue reemplazado rápidamente por una sonrisa –Esta bien, pero dime ¿qué estabas pensando? ¿Es qué ya tienes a una personita especial y es la que roba tus pensamientos?- se acerco más a mí. Sentí un poco de rumor en mi cara “desde hace mucho”. Baje la mirada –Ya sabes que no, solo pensaba en… los proyectos que no he hecho- era lo mejor que le podía decir en mi situación pero puso una cara de no creerme en lo absoluto. –Está bien, pero solo espero que algún día hablemos de eso- fue todo lo que dijo.
En verdad me encantaba este tipo (en el buen sentido de amigo), nunca me preguntaba cosas de las cuales no quería hablar y siempre me escuchaba. Sentí una gran felicidad de de que fuera mi amigo y me abalance. –Waaaa- gritó poniéndome las manos en la cabeza para separarme de él pero en vez yo lo abrace con más fuerza.
-Gracias, eres el mejor- le dije con una gran sonrisa.
Entre tanto Alex entró al salón con sus amigos y me pareció ver que volteo a verme y se sorprendió un poco al notarme abrazando a Carlos, de inmediato a parto la mirada. Entonces solté con rapidez a mi amigo, alejándolo de mí. “Rayos” fue lo primero que se me vino a la mente pero eso ya que importaba, en todo el día no hemos tenido ningún contacto, además de este, desde lo ocurrido ayer, hasta en momentos llego a conclusiones de que solo quería probar lo que era besar a un hombre o tal vez me quiso hacer una broma y después contárselos a sus amigos y que se rieran de mi, aunque no le convendría a él tampoco.
De cualquier modo no había sucedido nada entre nosotros y en cierta parte realmente lo agradecía.
El salón empezaba a llenarse, la mayoría regreso antes del toque de nuestra siguientes clase para terminar el trabajo que el profesor de química dejo y la mayoría no hiso.
-Ahorita regreso, voy al baño- dije levantándome de mi asiento yendo hacia la puerta, en respuesta solo escuche lo que debió haber sido un “ok”
Llegue al baño me detuve en uno de los mingitorios para desechar todo ese jugo de fruta del descanso, después de un rato fui a lavarme las manos, las enjabone y las talle como cincuenta veces, entre los dedos, las palmas, rodeando mis manos hasta la muñeca, hasta que no quedara algún rastro de suciedad, me gustaba sentir mis manos limpias. Subí la mirada y vi ese pequeño cuerpo, con ese pelo alborotado que ni con kilos de gel se sientan, y ese rostro blanco con un poco de rubor en las mejillas, no sé si ese debe ser el aspecto de un hombre pero me gusta mi aspecto. Presione el botoncito para que saliera agua y las pudiera enjaguar, jugando un poco con el agua antes de que me fuera, de repente sentí presión en mi entrepierna y en mi pecho, mire hacia el espejo de nuevo y vi a Alex rodeándome con sus manos. -….- No supe que decir. Vi su cara de diversión detrás de mí y sonroje rápidamente.
-Ah… ¿podrías quitar tus manos de mí?- le dije casi en un susurro. Entonces sentí un bulto en mis glúteos y su respiración en mi oreja, las manos de él ahora presionando con más fuerza.
-No- me queje, no me gustaba que presionara podría tener alguna reacción notoria.
-¿No?- agarro rápido mis brazos y me volteo para quedar frente a él – ¿Pero qué dices? si al parecer te gusta ser tocado- de un momento a otro me beso con fuerza haciendo que mis rodillas temblaran, voltee de reojo hacia la puerta “¿Qué quiere que nos vean?, en cualquier momento puede llegar alguien”, rápidamente me separe y lo mire con cara de enfado.
– Oh ¿Qué pasa? ¿Acaso no te gusto? ¿O es que ya encontraste a otro miserable que haga esto?-
“¿Qué? ¿Otro miserable? ¿Se está refiriendo a Carlos? Él no…”
-Si es eso ¿verdad?, de seguro no te importa con quien estés, siempre y cuando te toquen ¿o me equivoco? ¿Es que no son ustedes así?- rió.
Le solté una bofetada completamente indignado, él piensa que soy un puto, ¿en verdad él piensa que así soy? Es por eso que se aprovecho de mí y quiso experimentar conmigo, ¿acaso esa era su intención?
-Maldito, ¿qué me tratas de decir? ¿Qué me exhibo? ¿Qué no me importa un bledo mi cuerpo y que por eso puedes llegar y aprovecharte de mí? Además si te referías a cualquier amigo eres un completo desgraciado, nunca pensé que fueras así. No permitiré que hables de esa manera.- “¿Qué se cree? ¿Qué puede venir y decirme lo que quiera? Pues se equivoco de persona” Sentí tristeza al saber que me llego a gustar una persona así pero mi enfado era mucho mayor tanto que no vi la cara de sorpresa que tenía Alex. Se quedo callado viéndome un largo rato y sonrió. -¿Te estás burlando de mí?- Levante de nuevo la mano dispuesto a pegarle pero detuvo mi golpe, rodeando mi muñeca con su mano y jalándome para acercarme a él para así poder besarme de nuevo. Separo rápido sus labios, creo que vio mis intenciones de morderlo.
-Yo- empezó a decir con esos ojos negros puestos en mi- no quise decir eso, no fue mi intención insultarte y a ninguna otra persona, yo respeto esos tipos de inclinaciones- mostro una sonrisa- perdóname, en verdad perdón- me volvió a besar, no me opuse, mi mente quedo atrapada en esos ojos y esas bellas palabras. “Realmente eres un maldito”. Con una simple disculpa hiso que se me olvidara mi enojo hacia él y que cayera a sus pies. “Tonto, te dejas engañar por bonitas palabras”.
Se escucharon risas fuera del baño y rápidamente Alex me jalo a uno de los cubículos.
-Ya te dije que está bien buena- se escucho alguien decir.
-Sí, lo sé pero es una zorra- dijo otro en respuesta.
Escuchaba su conversación y trataba de concéntrame en no emitir ningún sonido por temor a que se dieran cuenta de mi existencia en los baños y del hombre conmigo dentro.
Estaba tan callado y quieto que me tomo por sorpresa encontrarme sentado en la tapa del inodoro y que Alex estaba parado frente mío aprisionando mis piernas entre las suyas.
-Mmm- dije con cierto tono de protesta pero me tapo la boca con su mano y me susurro al oído –Shh o nos van a descubrir- e inmediatamente lamio mi oreja.
-Ahh- lance un pequeño gemido.
-Shh- y siguió lamiendo mi oreja, bajando poco a poco hasta mi cuello dejando un camino de saliva en el recorrido, estremecí. Escuche una risita y de nuevo su boca invadía la mía. Lance de nuevo un pequeño gemido lo que provoco que presionara más sus labios contra los míos, metiendo así su lengua volviendo a explorar mi cavidad. Sentí esa lengua caliente y húmeda jugando con la mía, empujándola y rodeándola, mientras separaba sus labios y cambiaba de posición. Se separo de mí poco a poco mostrándome su perfecto cuerpo frente mío. Mis ojos mostraban el deseo de volver a besar eso labios carnosos y él como leyendo mis pensamientos sonrió.
-Siéntate bien- susurro – y separa muy poco tus piernas- volvió a decir mirándome las piernas.
Yo obedeciendo me senté lo mejor que pude en ese incomodo retrete y empecé a separar despacio mis piernas. –Así está bien- me dijo cuando estas estaban a pocos centímetros de separación. Abrió sus piernas para sentarse en mí, dejándolas más abiertas que las mías, pareciendo que me quisiera abrazar con ellas.
Hizo presión con su miembro en mi entrepierna y antes de que pudiera gemir me beso.
-Sí, pero ella no está de acuerdo y discutimos sobre ello- escuche decir a los sujetos de afuera, los cuales había olvidado su presencia, pero poco después nos dejaron solos.
Alex empezó a moverse de atrás hacia adelante presionado ambos miembros entre sí, besándome fuertemente. Mis gemidos empezaron a ser más frecuentes y Alex cambio su movimiento de cadera por uno circular e introdujo su lengua de nuevo pero esta vez metiéndola y sacándola para poder lamer mis labios y morderlos.
Sentía mis latidos más fuertes y constantes, mi sangre hirviendo en mi miembro, Me sentía perdido en sus movimientos, me podría volver adicto a estas sensaciones.
Sus manos que estaba en mis hombros empezaron a bajar acariciando mi cuello, después mi pocho donde se detuvo, pasando sus pulgares en mis pezones, los cuales se irguieron enseguida al sentir el contacto, haciendo que soltara un gemido agudo.
Alex separo su boca de la mía y alcance a distinguir esa sonrisa burlona –No sabía que los hombres sintieran también aquí- dicho esto presiono mis pezones y empezó a hacer movimientos circulares alrededor de ellos, lo que provoco que soltara otro gemido.
-Oye dime ¿se siente bien?-
-Sí- apenas si pude decirlo entre los gemidos que se intensificaron debido a sus movimientos continuos en mis pezones.
-Bien- dijo y enseguida me volvió a besar.
Sus pulgares presionaban con más fuerza mis pezones, y en el momento siguiente los jalo haciendo que me estremeciera aún más.
Su boca chocando con la mía, su miembro contra el mío y sus manos acariciando mi pecho, eran mi perdición.
De nuevo sus manos empezaron a bajar por mi ombligo y después a mi cremallera, sintiendo una ráfaga de electricidad en mi columna, abrió los ojos y me encontré con esos ojos negros, volviendo a separar su boca, así bajando la mirada a mi erecto miembro, paso su mano por encima del pantalón y espero a ver mi reacción. Yo con el deseo comprimido cerré los ojos fuertemente haciendo que se escuchara una risita. Siguió con su roce en mi miembro –Mmm- pronuncie.
Este viéndome empezó a acariciar con más lentitud, deteniéndose en mis testículos, agarrándolos entre sus manos. Parecía divertido mirando mis expresiones. Con su mirada fija en mí y su sonrisa burlona.
Soltó lentamente mis testículos y subió sus manos para bajarme la cremallera, después lentamente el pedazo de bóxer hasta que mi miembro erecto y con un poco de pre-semen quedara a la vista. Sin saber qué hacer, lo mire avergonzado, este tenía la mirada en mi miembro, tal vez ya fue demasiado lejos y se estaba arrepintiendo, se quedo observándolo por un buen tiempo y un poco incómodo dije –Oye, creo que tal vez deberíamos para- pero haciendo completamente lo contrario lo agarro entre su mano y lo apretó, al mismo tiempo que me besaba para callar el gemido que provoco. Empezó a masturbarme subiendo y bajando su mano. Las sensaciones que ahora sentía iban al extremo, si continuaba así me haría venir.
Trate de hablar pero no me lo permitió, su lengua estaba de nuevo dentro de mi boca mientras que la mano desocupada recorría lentamente mi espalda, haciendo que me estremeciera, bajo su mano hasta mis glúteos, agarró uno de ellos y lo presiono con fuerza.
Agarrando fuertemente su playera de la espalda gemí un poco más, su mano empezaba a presionar más fuerte y la otra a subir de velocidad.
Me sentí muy egoísta al darme cuenta de que solo yo sentía placer, así que baje mis manos por su espalada llegando a sus glúteos, presionándolos con fuerza.
-Ah- escuche gemir a Alex.
Abrí los ojos algo sorprendido y vi a un Alex ruborizado y con los mismos ojos de deseo, volví a presionar y este volvió a gemir dejando su movimiento de las manos.
Era realmente fabuloso verlo así, nunca me imagine que tendría ese tipo de expresión y que haría un sonido tan hermoso. Volví a presionar y acariciar los glúteos de Alex, haciendo de nuevo que gimiera aún más. Era realmente fabuloso, cerré mis ojos y un estremecimiento recorrió mi espalda, en el momento siguiente me corrí.
Alex rápidamente puso su mano encima de mi miembro para que no salpicara nuestras ropas. Saco un pañuelo de su bolsillo y limpio su mano y mi miembro, se movió en mis piernas y se puso de pie.
-Vamos, súbete la cremallera para poder irnos- Me sentí mal al escuchar esas palabras, pero hice lo que me dijo mientras que Alex abriendo un poco la puerta reviso si no había nadie, al notar que estábamos solos salió, dirigiéndose al lavamanos. Me acerque y también me lave las manos, aunque yo no hubiera hecho nada.
-Ya vete a clase, hace rato que tocaron el timbre- sentí un pequeño golpe en el pecho, “¿lo habre hecho enojar al correrme sin avisarle?”
-Pero ¿y tú?- le pregunte refiriéndome a su miembro.
-Estoy bien, solo voy a enfermería, me siento un poco mareado- dijo sin siquiera verme a la cara.
-Pero… - insistí.
-¡Vete!- grito.
Me sobresalte, pero entendí y abandone el baño caminando hacia mi salón.
-¿Puedo pasar?- toque la puerta, viendo al profesor escribir algo en el pizarrón.
Volteo a verme. -¿Dónde estaba señor Marco? Llego tarde- dijo con su voz gruesa.
-Ah, lleve a un compañero a la enfermería- se me ocurrió de repente.
-¿Al señor Alex?-
-Sí-
-¿Qué le paso?-
-Se sentía mareado y lo acompañe hasta la enfermería-
-Mmm, está bien, adelante- volvió a dirigir su mirada al pizarrón. –Pero procure no volver a llegar tarde ¿entendido?-
-Sí- dije mientras entraba al salón y me dirigía a mi lugar, sintiendo todas las miradas puestas en mí. Me senté y voltee a ver a Carlos quién se reía. Yo solo le devolví una sonrisa.