Cap.10.- Rompiendo.
El futuro es imprevisible, no sabes lo que sucederá y lo peor de todo es que es cambiante lo que lo hace impresionante pero no tanto como el presente. Eso me recuerda a mí tía Alice y posteriormente a toda mi familia, a mis tíos y tías, mis abuelos, a mis padres y a Jacob con toda su manada.
Lentamente abro los ojos esperando encontrar la cara sonriente de alguno de ellos, pero mi realidad es otra, la obscuridad absorbe todo pero puedo percibir algo de luz que se cuela por la cortina de una ventana. Me acurruco a una esquina de la cama en la que me encuentro esperando a mi captor y sin querer pienso en ese vampiro que me alejó del suplicio lleno de dolor de su hermana.
-Alec- suspiro mencionando su nombre
-¿Si?
La voz melodiosa de alguien junto a la puerta escondido de mi vista me hizo estremecer, hasta que realmente reaccioné así que esperanzada me levanté de un salto para acercarme a él.
-¿Dónde estamos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Y Jane?
Un tumulto de preguntas se agolpan en mi garganta esperando salir pero estas nunca llegan a ser formuladas cuando siento uno de sus dedos posarse en mis labios dejándome muda al instante, mientras que él pensativo me mira fijamente haciéndome enrojecer.
-mi señor Aro estará agradecido de que te llevemos ante él- las esperanzas que sentía súbitamente cayeron hasta el suelo.
El silencio se levantó profundo y el temor me caló hasta los huesos haciéndome estremecer por el llanto ahogado que surcaba mi cara.
-no era nada que ya me esperara, era tan obvio- susurré comenzando a mecerme ¿Cómo puedo ser tan ingenua? Por supuesto que me quieren como adorno en su colección de vampiros.
-pero... No es algo que yo valla a hacer-sentí que el colchón se sumía y una caricia dulce en mi cabello, aquello me sorprendió pero no tanto como su abrazo, sus brazos gélidos alrededor de mi espalda dándome confort y aunque no son tan cálidos como los de Jake llenos de amor, es tan reconfortante que me hace sentir como en casa, es como si perteneciera a este lugar. Me sujeto fuertemente de su ropa gris, siento que mi corazón late más de lo debido y calor en mis mejillas, mis manos sudan ¿Estaré enferma? Pero solamente es por el rose con el cuerpo de alabastro de Alec, jamás había sentido esto, tengo miedo de que sea algo malo pero no me atrevo a separarme de él, quiero que sus brazos sigan sujetando mi cintura y su barbilla apoyada en mi cabello... Para siempre, aunque nada de esto tenga sentido.
-prométeme que no llorarás -mencionó repentinamente después de varios minutos que supieron a gloriosa eternidad, lo mire fijamente tratando de desentrañar en sus ojos rojos el secreto que me aguardaba, no sabía cómo me miraba si con molestia, burla o preocupación lo único que sabía era que tenía una pizca de molestia, no sé si era por mí o por lo que tenía que decirme.
-¿Que tanto recuerdas de lo que pasó antes de que despertaras aquí?
Temblorosa acerque mi mano a su rostro cuidando antes de secar mi sudor en las sábanas, la palma de mi mano recibió pequeños shocks eléctricos en cuanto la posicioné en su mejilla. No pude evitar sonreír.
Las imágenes que se formaban en mi cabeza de la última vez que vi a mi familia... Mi fracaso de familia, el último abrazo que he recibido de Jacob y mi tía Rosalie, el atuendo que esa mañana mi tía Alice me había regalado, las jugarretas con Seth, mis tíos y los chicos de la manada, la semana pasada de pijamas con mi abuelito Charley, las horas rodeada de libros con mi abuelo Carlisle y el tiempo con mi abuelita Esme. La mayor parte fue felicidad y después las peleas de mis padres, sus engaños mutuos, su desamor, mi perdida, el dolor que sentía al verlos... Todo se lo transmití a Alec, hasta que lo encontré a él y a su hermana en medio del bosque, el dolor psicológico intenso del que se apoderó mi cuerpo gracias a Jane y de pronto ya no había imágenes solamente sensaciones, sus brazos fríos sosteniendo mi cuerpo, la voz de mi tía Rosalie, el gruñido de un lobo y el choque de cuerpos, calor... Abrasador calor y finalmente nada.
Alec se acercó a besarme la frente, aquellas sensaciones inevitables me hacían estremecer. Podía aparentar que tengo doce años pero solamente tengo dos y medio, casi tres, no sé qué es lo que me sucede en cuanto tengo a este joven que aparenta diecisiete años pero que tiene décadas de experiencia. Nos quedamos en esa posición por más tiempo.
-tu tía Rosalie... Renesmee, ella peleo con mi hermana.
El continuó con la charla que momentos antes habíamos dejando pendiente, cosa que me asustó, esa sensación desagradable cuando sabes que algo no va bien. Contuve el aliento y me aferré más fuerte a su camisa.
-¿Ella está bien? - cuestioné con la esperanza de que mi tía Rosalie estuviera bien, de que pronto podría abrazarla nuevamente, ella era como una segunda mamá para mí y si algo que Jane hizo le hacia algún mal no creo que pueda soportarlo.
-ella, mi hermana... Ella, Nessie, Jane mató a Rosalie.
Mis puños aflojaron su agarre y se posaron sin ganas a mis costados, sus palabras me rompieron el corazón y solo logré apoyar mi cabeza sobre el pecho duro del hermano de la asesina de mi tía. No puedo creerlo, no quiero creerlo... Rosalie Hale, una de las pocas personas que me quiere más que su propia vida ya no está, ya no podré abrazarla nunca más o sentir sus besos y caricias, las horas en las que al dormir me contaba una historia y con una sonrisa se despedía y ahora esa sonrisa me la han arrebatado de la forma más despiadada.
El pecho me oprimía y mis lágrimas una vez más surcaban mi rostro, Alec me pidió que no llorará, pero era inevitable, solamente puedes dejar ir aunque no lo aceptes. Ella era una charlatana, me dijo que me cuidaría toda la eternidad y que aunque yo envejeciera viviríamos en una casa llena de gatos gordos donde me confundirían con su abuela, trenzaría mi cabello cuando yo ya no pudiera y recordaríamos esos momentos importantes de la vida en fotografías regadas por el suelo. Pero ahora el problema es que ya no la tengo junto a mí y no le pude decir adiós. Pero algún día nos veremos, ella siempre fue un ángel sin alas, mi tío Emmett siempre lo ha dicho, su ángel y mío... La perdí, pero volveré a encontrarla. Lo prometo... Pero antes hay algo importante que tengo que hacer.
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-Mi querida Jane-Aro se levantó de su trono con los brazos abiertos recibiendo a la única sobreviviente de aquella visita.
-mis señores- respondió haciendo una reverencia en lo que la cabecilla de los Vulturi bajaba los escalones mostrándole la mano dándole a entender lo que quería y sin pensarlo la tomó y depósito un beso en ella. Aro solamente comenzó a reír con gran entusiasmo.
-maravilloso... Maravilloso mi querido niño, será mío.
Lo último lo dijo en un susurro que solo pocos escucharon, soltando sin ninguna delicadeza a la chica se dio la media vuela y se acomodó pulcramente en su silla acojinada junto a sus hermanos.
-nuestra querida Jane ha acudido desesperada después de la aparente traición de su hermano Alec, quien es muy preciado por todos nosotros.
Se hizo el silencio, el cual pareció humillante a Jane cuando este se rompió por los murmuros que podía escuchar claramente.
-pero Alec –continuo Aro- es un chico muy listo, más de lo que cualquiera hubiera previsto, él sabe que una de las cosas que más ansió desde hace tres años son aquellos metamórfos que viven en Forks en común acuerdo con mi buen amigo Carlisle, y él sabiendo esto se apaño en capturar a su querida nieta y mi querida Jane hizo gracia de acabar con uno de sus miembros, ahora sabemos que ellos no son intocables como la última vez de su visita y que después de todo este tiempo podemos terminar con lo que empezamos, nadie puede sobrepasar las leyes de nuestro mundo, las que rigen nuestra vida y si para ello tenemos que dar muerte a un compañero muy querido pues lo haremos, para dar un mensaje a cada vampiro que no sepa acatar estas en un futuro.
Su discurso termino con los ánimos de sus seguidores elevados ya que comenzaron a aplaudir ante emotivas palabras, cosa que hizo sonreír a Aro, no solamente tenía el poder de hurgar en las mentes de otros, sino que también tenía el don de la persuasión, nadie podía decirle que no hasta que conoció a Carlisle Cullen y a su aquelarre y muy pronto se las iban a pagar con creses, lo único que tenía que hacer era esperar un poco más después de tantos siglos y la punta del pastel era ese hermoso joven que había visto en los recuerdos de la niña.
Él se aseguraría que nadie rompiera sus reglas nunca más mientras durara su infinita existencia.
-mio, Little Lupo*