Alegría
(XiuHan)
Minseok golpea con el codo a su compañero. Que este sea tan explícito en público le sigue produciendo cierta incomodidad a la que no puede acabar de acostumbrarse. Aunque claro, a Luhan eso no le importa, o no lo suficiente.
El menor simplemente le mira con duda y tras levantar una ceja en confusión fingida vuelve a intentar tomar la mano del otro chico.
—Luhan —Minseok alarga su nombre en un timbre de voz que suena a reprimenda reprimenda, ¿de qué?, ninguno lo sabe con certeza, es solo demasiado obvio que esos roces ya no se limitan al toque de un compañero de banda. Hoy por hoy se asimilaban más a las confesiones mudas, a veces incluso un te necesito, ahora simplemente un recordatorio de que el joven chino quiere estar ahí, siempre, para molestar a su Baozi, nada más que eso.
El manager tose fuerte de pronto, porque le es imposible dejar de ignorar como dos de sus chicos comienzan a dejar de poner atención para aislarse en un mundo de colores pastel y arco-iris que no es conveniente en medio del aeropuerto, no para él al menos, porque para Minseok: para él es un mundo por descubrir a sus pasados veinte años y que apenas (de la mano de ese rubio con ojos de animal herido) comienza a entender. Y es poco lógico, se sale de todo lo que ya ha vivido, porque no es simplemente amor, no es solo un coqueteo cualquiera, es algo más, es… ¿alegría? Minseok no está seguro, pero es que se siente alegre, se siente bien cuando Luhan le sigue picoteando el brazo y lo único que puede sacar de su ensueño al mayor es el flash súbito. Luhan por su parte comienza a avanzar, rodeado de policías, con una sonrisilla traviesa y sin dejar de extender el brazo para tomas entre sus dedos los de Minseok.
El mayor de los dos rueda los ojos, sonríe sin embargo, pero quita su mano de la de Luhan cuando este ya la hubo atrapado. El otro arruga la frente y casi hace un puchero, a Minseok se le llenan de mariposas el estómago y vuelve a sentirse enormemente bien.
Se vuelve a sentir malditamente alegre de tener a Luhan a su lado.
Antes*
(BaekTao)
Antes solían salir juntos, antes se quejaba de lo insistente que podía ser el chino, antes era él quien apuntaba los edificios cuando viajaban en tren y murmuraba; «Ese es el que vimos en la TV» o «Aquello se llama...», todo eso era preciado ahora, porque todo eso era antes. Antes que debutaran y a la compañía se le ocurriera que era genial separar a los doce chicos que habían entrenado juntos por tanto tiempo. Y él no era el más indicado para decirlo, pero ¿es que nadie además de él veía como estaba sufriendo Tao? Claro, no es que el chino estuviese sufriendo en su totalidad, pero Tao era bastante sensible, seguramente su corazón estaba hecho trizas en el momento de la entrevista, quizá incluso justo ahora.
Jongin bufó en una de las esquinas del sillón y Baekhyun sólo pudo atinar a golpearle.
—Si quiere llorar que llore.
El moreno volvió a bufar mientras rodaba los ojos. No sabía por qué, pero esas acciones al joven Byun le molestaban bastante, ¿cómo no iban a entender que el panda era demasiado sensible?, está bien, entre ambos siempre se molestaban, pero era él y después podía hacerlo sonreír, después estaba a su lado. Pero ahora no porque en el momento en que estaban juntos era… antes, cuando estaban juntos, a los miles de kilómetros que se hallaban ahora, no estaba tan seguro.
Movió la cabeza intentando sacarse la idea de Tao llorando, no era bueno para su salud mental. No. No era bueno preocuparse tanto por alguien, menos si ese alguien es un chico, pero no lo podía evitar, no podía dejar de extrañar los tiempos antes del debut, las caminatas por calles levemente concurridas, el poco, pero gracioso, manejo del lenguaje local o todo lo que contuviera a Tao y a él dentro. Ahora simplemente le quedaba extrañar todo eso. Se mordisqueó los labios algo irritado, el programa había finalizado y podía aún visualizar en alguna parte de su cabeza los ojos acuosos del chino, podía aun escuchar sus palabras.
—Hyung, ¿me prestaría tu celular? —Preguntó repentinamente a Suho fingiendo una pequeña sonrisa —Prometo no gastar todo el saldo.
El líder cedió y le aproximó el aparato, Baekhyun salió entonces corriendo hasta su habitación, que su compañero se jodiera, él debía cerrar con seguro y hacer una llamada internacional.
Marcó el número, que ya se sabía de memoria (después de todo seguían hablando por mensajes, pero no era lo mismo, nada era lo mismo, que escuchar su voz).
—¿Tao?
—¡BaiXian! Me estaba acordando de ti —Baekhyun sonrió, su nivel de coreano seguía tan malo como la última vez que le oyó hablar.
—¿Me extrañas? —Del otro lado se escuchó un sonido, cómo de pregunta —Vi la entrevista.
—Los extraño a todos.
—No, no, me tienes que extrañar a mí.
—Sí eso quieres oír, sí, te extraño, carne*, pero, ¡oh!, adivina, he aprendido más coreano.
—¿Sí?
—Sí.
Siguieron en el teléfono por un rato más, riendo de vez en cuando, Baekhyun se sentía tan bien como hace mucho no lo hacía y se decidió; cuando lo viera, le daría un abrazo, uno de esos que quedan en la memoria, entonces no podría extrañarlo ni sentirse solo. El coreano suspiró derrotado tras pensarlo, porque probablemente no lo haría y porque Tao lo estaba volviendo loco, y seguro que ni se enteraba.
—¿Cuándo vienen?
—Nos vamos hoy en la noche.
—Cuando te vea hablaré en coreano.
—Me estás hablando en coreano o algo así.
—Por teléfono se debe oír horrible, en persona será diferente, es verdad que he mejorado BaiXian.
—Claro, claro entonces podremos salir y hablar, ya sabes... como antes.
Cuando cortó, el coreano no pudo evitar curvar sus labios en una sonrisa, tenía todo empacado para partir a China y reencontrarse con el pequeño panda, entonces quizá «antes», no sería tan doloroso, porque habría un «ahora».