Vamos a abrir un poco nuestras mentes. Imaginemos.
Una Sur Corea no tan discriminatoria. De mente algo más abierta, como nosotras, donde las uniones homosexuales son completamente legales.
Esto es reciente y, por supuesto, aún hay alguien que no está nunca conforme con todo pero, en su mayoría, no es algo mal visto. Sólo nuevo.
Lo malo es que lo "nuevo" suele asustar mucho a la gente.
Imaginemos.
En ese lugar transcurre nuestra historia.
En la agencia de la YG Entertainment teníamos a mucha gente bastante alborotada y estresada. Su banda estrella, BIGBANG, había hecho hacía muy poco tiempo un comeback que casi no había tenido repercusión. ¿Qué había ocurrido? ¿No habían gustado sus nuevas canciones? No lo sabían. ¿Faltó promoción? Tampoco lo sabían, pero por ahí venían sus especulaciones.
—¡¿Qué haré?!— Gritó Yang mientras daba un golpe con el puño sobre su escritorio. En vano, no había nadie en su oficina como para escucharlo.
Él era el más atareado en todo aquello. Jamás, ni siquiera en otra vida, se le pasó por la cabeza que BIGBANG y el éxito no fueran juntos de la mano tan automáticamente como de costumbre. Ventas había, por supuesto, pero no eran suficiente. Apenas cubría los gastos que habían tenido entre producción del disco, del MV...
No eran suficientes...
Yang suspiró y se recostó sobre su sillón. Nada de eso tenía sentido. No estaba bien. ¿Qué debía hacer? Algo viral, que ayude a promocionar el disco. ¿Quizá debía juntar a alguno de los chicos con alguna idol...? ¿Una modelo? ¿Una actriz? Probablemente, eso llamaría la atención.
Abrió su computadora portátil y reprodujo un vídeo de un concierto de la promoción anterior de BIGBANG, intentado descubrir qué había fallado esa vez y quedando totalmente en el intento.
De repente, Yang divisó algo que, en un primer momento, no supo qué era. Rebobinó el vídeo y lo frenó en el segundo en el que se enfocaba a una fan que sostenía en alto una pancarta amarilla que rezaba "GDTORY♥".
Frunció el ceño. ¿GDTORY? ¿Era eso un juego de palabras entre los seudónimos de JiYong y el maknae? Y, ¿qué hacía escrito en un cartel?
Minimizó el vídeo en la computadora y abrió una pestaña con Google, donde tecleó el lema de la pancarta en la barra de búsqueda seguido del enter.
Bajó por los resultados sin relajar su ceño, intentando entender... Oh. Una sonrisa se escapó de sus labios al comprender lo que esa fan y todas las que armaban esas páginas que él estaba analizando en internet pretendían.
¡Estaba claro! Ninguna agencia de nada había hecho eso antes. Sería tan viral... los ojos de toda Corea estarían plantados sobre esos dos y, más importante aún, sobre todo BIGBANG...
Estaba decidido.
—Lo siento, chicos, pero realmente estamos necesitando esto...— Dijo en voz alta sin nota alguna de sentirlo de verdad.
Mientras tanto, en otra parte de esa misma empresa, Lee SeungHyun se agarró el estómago repentinamente.
—¡Maknae! ¿Te encuentras bien?— Le preguntó DaeSung, preocupado.
—S-sí— Contestó SeungHyun, intentando apaciguarlo.—. Fue sólo como... un retortijón. Ya pasó, en serio. ¿Será un mal presentimiento...?
—Exageras— Dijo el líder de ambos sin cambiar esa acostumbrada expresión seria que solía llevar para cubrir su faceta divertida y encantadora.—. Simplemente, deberían dejar de juntarse a comer porquerías ustedes dos— Señaló a los dos SeungHyun con sus dedos.
—Jamás— Sentenció el mayor de todos, provocando las risas de los otros cuatro.
Si supieran...