Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Se acabaron las noches de soledad. por MegaSapphire

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

He tenido la idea rodandome en la cabeza muchos años pero no sabia como plasmarla, espero que les guste!

Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen -por desgracia- 

Notas del capitulo:

 

 

-Shura … Shura- susurraba calmadamente una voz grave  –Shura, es hora de despertar- terminó la voz, rozando sus níveos dedos por el dorso de la mano ajena.

-Si despierto, no estarás conmigo- Afirmó temeroso el aludido.

-No es así, siempre estoy contigo- Continuó el ente desconocido, depositando un suave beso en su frente –Tú sabrás cuando me encuentres- Esto último en un tono casi inaudible para luego marcharse con el exhalación del viento.

-¡No me dejes!-  Extendió su mano en un intento de alcanzarlo -No me dejes solo… Y..yo … Te amo- Terminó de articular, arrodillándose y golpeando sus puños en el piso, dando fin a su encuentro.

5 segundos después…

-¡TE DIJE QUE NO ME DEJES COÑO!-  Exclamó, sentándose en la cama y abriendo sus ojos de golpe.

Tratando de calmarse, con la respiración poco a poco disminuyendo la velocidad, apoyó sus codos en sus rodillas –Está ya es la quinta vez- pensó pasando su mano derecha por sus gruesos cabellos negro-azules  –Mierda y apenas son las 2 am-  Dijo aventándose entre las sábanas para pasar las próximas 3 horas en vela.

Resulta que esta última semana los sueños vividos estuvieron acosando el sagrado descanso del guardián del decimo templo, siempre iguales y el nunca capaz de saber quién era su … ¿amado?

Pues sí, Shura, conocido por ser uno de los caballeros más sensatos de los 12 dorados, se enamoró de la existencia que se presentaba noche tras noche en sus sueños, y si, Shura de Capricornio, también conocido por ser uno de los caballeros más poderosos y masculinos, se enamoró de un … hombre, uno que quizás no existía, o tal vez sí.

Después de despertar de manera tan abrupta y dar vueltas en su cama, el español se preparó de la forma en que todas las mañanas lo hacía para luego ir a entrenar con los demás y aunque estaban en una época de paz entre Dioses no querían correr el riesgo de perder sus condiciones, así que como si estuviesen en plena guerra santa se la pasaban cada mañana entrenando.

Cuando Athena los revivió, les borró la mayoría de las memorias dolorosas, es por eso que no tenían rencores ni ningún resentimiento latente, asi que literalmente se les otorgó el privilegio de una nueva oportunidad y no querían tirarlo todo por la borda, así que también ocupaban ese tiempo en limar asperezas y trabajar por una mejor relación con todos por igual.

*****

 

Cuando Shura llego al coliseo pudo encontrar que ya varios de sus compañeros se le adelantaron y se hallaban entrenando entre ellos, él todavía no estaba bien despierto, quizás y se dejaba llevar por accidente a Yomotsu por una mala noche de sueño, así que optó por sentarse y ver como se desenvolvía el encuentro que también le llamó la atención a los demás hombres, un rubio de melena tupida y un pelirrojo, este último al tener la tez muy blanca, sus mejillas estaba encendidas del mismo color que su cabello en pleno vaivén de movimientos a la velocidad de la luz digno de admirar, no por nada eran caballeros dorados.

-Dale con furia Mon chérie, no estamos aquí para jugar –dijo el escorpiano, en tono burlón.

El galo, no se había dado cuenta que al molestarse se le marcaba una perfecta vena en su frente, y eso era el combustible de las burlas del otro.

-¿Quieres furia? Pues acá la tienes, Mon chérie- escupió con cansancio el pelirrojo

-No hay nada que yo pueda hacer contra ti, Camuchis- Continuó el contrincante, lanzándole un beso desde la distancia, esperando la reacción del francés.

Y precisamente en ese descuido, Camus en dos zancadas acabo con dicha distancia y sin previo aviso, lo sujeto del brazo y lo lanzó hacia abajo, estampándolo de espalda, contra el suelo, haciendo que todos los que seguían el enfrentamiento y los que no, reventaran en carcajadas y burlas hacia el rubio y ánimos y cumplidos al pelirrojo.

 ¡Cómo te dominan Milo! ¡Camus se trae lo suyo!

 El griego estaba simplemente soprendido, expresándolo con una risa nerviosa a la que lo acompaño una sonrisa por parte del galo mientras le brindaba su mano para ayudarlo a levantarse.

-Lo siento amor, me sacastes de mi casillas, como siempre- Solo con recordarlo, afloraba la vena en su frente.

-No te preocupes, encontrare alguna forma en la que me puedas pagar -Terminó de decir con una sonrisa lasciva.

El capricorniano se limitó a esbozar una sonrisa mientras que DM, Afrodita y Aioria se destortillaban de la risa, uno con las manos el abdomen, otro aplaudiendo como foca enferma y el otro derrumbándose en el suelo.

-¡Se que estuvo bueno, pero no es para tanto, tranquilícense, parecen idiotas!- Se escucho la voz reprobatoria de Saga junto a Mu y Shaka, mientras se acercaban a ellos.

-Es más, si son los llamados amigos de Milo, ¿Por qué no van a auxiliarlo?- Esta vez fue Mu quien habló.

-Tranquilo Mu, ya vamos a eso, solo estábamos disfrutando el momento- Dijo DM mientras se acercaba al mencionado y le daba un pequeño beso en la punta de la nariz.

-Más les vale, ya se va a acabar el entrenamiento de hoy y me he dado cuenta que Shura llegó tarde al coliseo, así que uno de ustedes debe ser quien lo ayude hoy- Comento Shaka tranquilamente.

-Está bien, yo me encargo de eso, tampoco he practicado hoy así que vayan ustedes y ayuden al herido- Exclamó el león, haciendo un ademan para que continuaran en dirección al ‘herido’.

-Tengo unos días que no hablo con Shura, nos pondremos al día y entrenaremos, dos pájaros de un solo tiro- Pensó mientras que levantaba sus manos y las situaba detrás de su cabeza.

Desde hace unos años que le gustaba ese español, hasta podría pensar que se había enamorado, y aunque las parejas entre caballeros ya no eran un tabú, no estaba listo como para decirle sus sentimientos al de ojos azabache y no era por timidez, Aioria de Leo  era uno de los caballeros mas extrovertidos y agradables del Santuario, cualidad heredada de su hermano, pero la seriedad que contrarrestaba –y opacaba- esa animosidad y era lo que le llamaba la atención de ese hombre, además de ser su gran temor, algún día se le declararía, aun si no le correspondiera.

Aioria llegó a donde se encontraba el mayor, se saludaron como siempre y empezaron el entrenamiento.

Puños, patadas, venían en todas direcciones y tanto como el león como el capricorniano le hacían justicia a sus reflejos esquivando cada uno de los ataques.

En pleno apogeo de la batalla fue inevitable darse cuenta que algo no estaba bien.

-Estoy lento, seguramente es por la pérdida de sueño- Se reprochaba mentalmente el ojos azabache, y como el mismo lo notó, también su contrincante.

-¿Qué pasa Shura? Estas algo lento hoy, no parece digno de uno de los caballeros más poderosos- dijo metiendo algo de cizaña en sus palabras

-A tu mayores a veces nos cuesta conciliar un poco el sueño- Respondió de manera inmutable y esquivando los ataques en su contra.

-Excusas, excusas, pues prepárate que ahí te va un regalito- Continuó tomando la posición para ejecutar un ataque –LIGHTING BOLT- y a continuación solo se podía apreciar una gran cantidad de luz, a lo que el castaño esperaba que el español hubiese esquivado con los ojos cerrados pero la realidad fue otra, cuando vió a Shura en medio de un cráter en la pared del coliseo, su única reacción fue salir corriendo en esa dirección y tratar de auxiliarlo, gracias a Zeus que no lo hizo con su cosmos al máximo, fue uno de sus pensamientos que pasó por su cabeza.

Cuando por fin llegó a donde estaba el otro inconsciente, empezó a llamarlo por su nombre, trato de mantener su voz lo más calma posible.

-Shura… Shura- Decía suavemente dándole golpecitos en la mejilla para luego tomar su mano y tomarle el pulso.

 Ahí lo sintió

-¡NO ME DEJES! ¡NO OTRA VEZ!- Gritó alterado y por instinto, tomó al culpable de sus noches en vela por el cuello de la ropa de entrenamiento.

El castaño se quedó aún más sorprendido, ya que Shura de inmediato lo soltó, se levanto, se sacudió el polvo de sí y se fue directamente  su templo con un rostro en el cual se le reflejaba toda la confusión, sin decir ninguna palabra.

El confundido hombre llego al decimo templo totalmente en silencio.

-No puede ser posible que realmente exista- pensó entre una mezcla de emoción y desconcierto para sí mismo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).