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Notas del capitulo:

One Piece no es de mi propiedad, es de Eiichiro Oda-Sensei que me debe una explicacion por el capitulo 729 TnT

Aqui con un nuevo capitulo, OK, recibi buenas y graciosas criticas, asi que traigo el capitulo, un poco más largo, pero no tanto como los proximos XD. Ok no.

Capítulo 2.- Un ladrón, un sartén y un trato.

Era una hermosa mañana, el Sol resplandecía, las abejas zumbaban y un pequeño zorrito blanco salía desesperadamente de una ventana en una alta torre.

Subió velozmente hacia la parte de arriba de la ventana, cuando empezó a escuchar unas pisadas acercándose hacia donde estaba. Al ser muy pequeño se enrosco, escondiéndose entre una maceta llena de flores blancas, camuflajeandose entre ellas.

La ventana se abrió bruscamente, dejando ver a un joven de 19 años, vestía unos pantalones y camisa azul, y lo que más sobresalía era que tenía una larga y rubia caballera que parecía no tener fin.

-¡Te encontré!- gritaba feliz, pero al ver que no había nadie, se puso en un tono pensativo –Mph, tal parece que Su no está aquí, bueno lo buscare en otro lado- decía el joven mientras entraba de nuevo.

El pequeño zorro sonrió al haber ganado el juego, pero no se dio cuenta de que un mechón rubio lo había atrapado de una de sus pequeñas patas.

-¡Gane!- exclamo el rubio. –Jajajaja, y bien, vamos 26 de 47 ¿no?- preguntaba el joven.

El pequeño zorro se removió incomodo de los brazos de su dueño dándole a entender también de que estaba cansado de jugar ese juego.

-Ok, ¿y qué quieres hacer?- preguntaba curioso el rubio.

Su salto de los brazos de Killer y se posiciono en el barandal de la ventana y con su pequeña y esponjada cola señalo hacia afuera, en el verde pasto.

-Ah, allá afuera, no lo creo. Es maravilloso estar aquí y a ti te agrada.- Su le saco la lengua en señal de incompatibilidad de ideas. –Vamos, hay tantas cosas por hacer.

Killer desde que tenía uso de razón, vivía en esa torre, su madre le había dicho que en el mundo de afuera las personas son malvadas y crueles. Por eso él vivía apartado de ese mundo oscuro.

Desde muy pequeño aprendió a hacer varias cosas que su madre le había enseñado, cuando ella tenía que bajar y salir a buscar alimentos. Tenía conocimientos sobre todo y podía hacer cualquier cosa.

Cocinar, barrer, se podía pasar toda la tarde leyendo si quería, pero todos los libros ya estaban leídos. Tocar la guitarra,  alfarería, ventriloquia, trepar, coser. Y pasaba largas horas cepillando su largo, sedoso y rubio cabello.

Pero lo que más le encantaba a Killer era la astronomía, en el techo de la torre estaba pintado todo el cielo astral. Y algo que más le gustaba hacer era pintar en las paredes de la torre, no había un solo lugar que no tuviera una pizca de pintura. Killer siempre encontraba aunque el más mínimo rincón un lugar para pintar sus ideas.

Ahora estaba pintando un cuadro en donde miles de luces flotantes se observaban en el cielo nocturno, con él arriba de los arboles junto a Su.

Era su mayor deseo, ver aquellas luces que solo aparecían una vez al año, en su cumpleaños.

-Tal vez mi madre, me permita ya salir.

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No muy lejos de ahí, se preparaba un maravilloso plan que no tenía falla alguna.

Tres personas saltaban de techo en techo hasta lograr llegar a la parte más alta del castillo.

-Wow- exclamaba un pelirrojo –Que increíble vista- decía mientras contemplaba el reino.

-Oye, Eusstas- le llamaba un pelinegro con una cicatriz surcándole la cara.

-Espera un momento Crocodile- decía Eusstas –Lo he decidido, chicos quiero un castillo.

-Luego de este robo, te compraras tu castigo fufufufu- decía un rubio.

Ambos adultos enrollaron una cuerda a la cintura del joven pelirrojo y empezaron a bajarlo desde una ventana abierta.

El plan era simple, robarse la corona de aquel príncipe desaparecido desde hace 20 años. Sonaba fácil, solo había que pasar a los guardias. Y para eso estaba Eusstas.

La corona estaba celosamente custodiada por toda una guardia, desde todos lados, menos arriba.

-Achu- estornudo uno de los guardias.

-¿Fiebre de heno?- preguntaba sarcásticamente Eusstas.

-Si- contesto inocentemente el guardia, hasta que se dio cuenta de lo que había ocurrido, volteo rápidamente, pero la corona no estaba, miro hacia arriba y vio como aquel pelirrojo desaparecía con la corona en un bolso -¡Vuelve!

Pero era demasiado tarde, los tres bandidos habían logrado huir.

-¡Caballeros ha sido un buen negocio!- gritaba entusiasmado Eusstas –Todo lo que hemos visto y apenas son las diez de la mañana.

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Mientras que en la torre Killer preparaba todo para darle la noticia a su madre.

-¿Estás listo Su?- preguntaba emocionado.

El pequeño zorrito mostro su pecho orgullosamente, dándole a entender a su dueño que estaría con él en todo momento.

-Estoy algo nervioso, pero creo que todo saldrá bien. Hoy se lo diré, es por mi cumpleaños no creo que me lo niegue.

-¡Killer! ¡Deja caer tu cabello!- decía una melodiosa voz.

-Es ella.

Su le lamio la mano tranquilizándolo.

-Lo hare.

-¡Killer! ¡No me hare más joven aguardando aquí!

-¡Ya voy madre!

Killer llevaba varios años haciendo lo mismo, su largo cabello servía como una escalera que empezaba desde la ventana hasta el piso, solo debía de colgarlo en un gancho.

Alvida, quien llevaba años fingiendo ser su madre, logro su objetivo, mantener oculto a su pequeña flor.

-Bienvenida Madre- saludo con respeto Killer.

-Ah, Killer, yo no sé cómo puedes hacer esto cada día de cada semana, mi pequeño debes de estar muy cansado.

-Oh, no es nada madre.

-Entonces no sé porque tardas tanto cariño, jajajaja, es broma hijo, no tomes esto tan en serio. Jajajaja.- decía Alvida mientras se alejaba para mirarse al espejo.

-Jajajaja, madre… esto, tengo algo que decirte- se le acercaba Killer con algo de nervios a Alvida.

-Killer acércate por favor- Killer obedeció y se puso al lado de su madre –Veo a una personita fuerte, decidida muy segura de sí –Killer sonrió ante tales comentarios de su madre –Ah y ahí estas tu jajajaja, no es cierto mi flor, no debes de tomar tan en serio las cosas que digo.

Alvida se alejó de su hijo y Killer la siguió.

-Madre… debo de comentarte algo.

-Mi vida, estoy muy cansada ¿cantarías para mí?

-Ah ¡Claro madre!

Killer corrió por la silla favorita de su madre y trajo con ella un pequeño banco y un peine. Sentó a su madre y empezó a cantar.

-Flor que da fulgor con tu brillo…-cantaba tan rápido que a Alvida le costaba entenderlo, pero se dio prisa para peinarlo al momento en que su cabello empezó a brillar, terminando de peinarlo se sentía joven de nuevo.

-¡Killer!- Alvida iba a empezar un regaño.

-Bien madre, ahora que estas lista tengo una sorpresa que decirte y creo que te has dado cuenta jejeje, es mi cumpleaños tada.

-No, lo recuerdo perfectamente, tu cumpleaños fue hace un año.

-Es lo bueno de los cumpleaños, son anuales- Killer se sentó cerca de su madre –Madre cumplo 19 años y he anhelado algo para ese día, en verdad lo he anhelado desde varios cumpleaños atrás.

-Killer basta, detesto cuando balbuceas, bla, bla, bla, no es cierto mi niño, te ves tierno.

Killer miro hacia otro lado, su madre no le haría caso, entonces Su se le acerco y rozo su mano inspirándole confianza.

-¡Quiero ver las luces flotantes!

Alvida se detuvo.

-¿Qué dijiste?

-Esto- Killer se subió hacia un balcón cerrado. –Veras, cada año durante mi cumpleaños en el cielo aparecen estas luces sin falta, y no sé porque presiento que son solo para mí.

Alvida empezó a tejer un plan, nadie le arrebataría su preciado secreto.

-He, ¿quieres salir de la torre?, ay Killer. Mírate- decía mientras se le acercaba maternalmente –Tan frágil como un brote. ¿Sabes porque estamos en la torre?

-Lo sé, pero…

-Así es, es por tu bien mi niño. Este día tan triste ya esperaba. Dejaras el nido… pero aún no. ¿Por qué? Sabia es mamá- Alvida apago con su capa todas las veladoras que daban luz al lugar dejando a Killer en completa oscuridad, lo bueno para él es que tenía siempre una vela cerca.

-El mundo exterior es cruel- se le acerco Alvida –Siempre sale mal, lo sé. Sucios rufianes, con colmillos.

Alvida empezó a contarle un montón de cosas terroríficas para infundir miedo a Killer y que se olvidara de esa tonta idea de querer salir, pero conocía muy bien a Killer.

-Pero…

-Hombres que no tienen compasión de chicos como tú, ¡Por favor no me atormentes! Pero madre está aquí, te protegeré. ¡Mis consejos escucharas! Yo te amo, seré siempre tu soporte. Eres inmaduro, simple, torpe, infantil, lento, parlanchín e ingenua ¡Vivo no volverás! Madre te quiere y te apoyara y te advierte nada más.

Killer asustado por todo lo que su madre le contaba se refugió en los brazos que le ofrecía. Alvida lo abrazo maternalmente mientras acariciaba su cabello.

-¿Killer?

-¿Si madre?

-No vuelvas a desear salir de aquí, jamás ¿oíste?

Killer bajo la cabeza con resignación –Si, madre.

Alvida sonrió con satisfacción, su plan salió a la perfección –Te quiero mucho, mi niño.

-Yo te quiero más.

-Yo te quiero aún más.- Alvida beso su frente, Killer nunca saldría de esa torre y por si acaso… -Si lo olvidas y te castigas, recuerda, sabia es mamá.

Killer se quedó pensativo, su madre tenía razón, el nunca sobreviviría en ese mundo donde los más débiles desaparecían, estaba mejor en la torre.

En la mañana del día siguiente.

-Te veo después cariño, madre debe de marcharse.

Killer con su cabellera bajo a su madre, ella tenía asuntos que atender en esos lugares, pero sabía que estaba bien, su madre era fuerte.

-Te quiero- le grito Alvida.

-Y yo te quiero aún más- Killer se quedó contemplando todavía el paisaje hasta que su madre se había ido.

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Mientras que en otro lado del bosque…

Eusstas, Crocodile y Doflamingo seguían huyendo de la guardia real, eran demasiado veloces, ni siquiera cuando cayó la noche los pudieron dejar descansar.

Llevaban corriendo desde el amanecer, así que solo decidieron descansar solo cinco minutos.

Eusstas se recargo en uno de los árboles, pero al momento de recostarse algo le lastimo la espalda, volteo a ver qué fue lo que le lastimo y puso ojos de terror. Era un cartel de búsqueda.

-Ay no, esto es malo, esto es más que malo- decía con horror al ver el cartel. – ¿Así no es mi nariz?- decía mientras les enseñaba ese cartel a los dos mayores. La verdad es que si, exageraron con la nariz.

-No le veo el problema- agrego Doflamingo.

-Si claro, ustedes salieron geniales- decía mientras les mostraba el cartel en el que ambos aparecían.

Pero algo los saco de su trance, descansaron de más, la guardia real se acercaba. Así que salieron huyendo. Eusstas solo tuvo tiempo de guardar su cartel.

Atrás de ellos, la guardia real les estaba casi tocando los talones. Aunque no lo crean venían regidos por un reno que venía corriendo velozmente lo más interesante es que podía hablar.

-Ustedes vayan a la izquierda, los demás a la derecha, yo iré al frente.- tanto caballos como guardias le hicieron caso y se dispersaron –No permitiré que se burlen de la familia real.

Para mala suerte de los tres bandidos cayeron en un camino muerto del que solo se podía salir trepando.

-Súbanme- les ordeno Eusstas

Ambos mayores se miraron entre sí.

-Danos la bolsa- dijo Doflamingo.

-¿Qué? Quiere decir que después de todo esto ¿aún no confían en mí?- preguntaba con tono herido Eusstas.

Los adultos lo miraron con una sola respuesta “No”.

-Auch- se hizo el dolido Eusstas, les entrego la bolsa y solo así los mayores lo subieron a sus hombros.

Cuando Eusstas subió hasta la cima fue Crocodile quien hablo.

-Ahora súbenos a nosotros bastardo.

-Lo lamento, manos llenas-sonrió Eusstas al mostrar cómo había logrado robarles la bolsa con la corona.

-¡Eusstas!- gritaron ambos adultos.

-¡Las cicatrices ya pasaron de moda! Jajajaja.

Pero al momento de huir, el reno que dirigía la guardia real estaba atrás de él. Pero Eusstas era más rápido y ágil y de un solo salto se subió sobre él.

-¡Vamos arre!

-No soy cualquier reno- hablo el reno.

-¿Puedes hablar? ¿Eres un monstruo?- pregunto asustado Eusstas, no todos los días te encuentras con un animal parlante.

-¡No soy un monstruo!- al decir esto el reno brinco haciendo que también Eusstas se fuera hacia atrás, pero eso hizo que la bolsa se fuera lejos.

-¡Diablos!- grito Eusstas y corrió hacia donde se fue.

 El reno también lo siguió.

La bolsa se encontraba en una barranca, cerca de un pequeño árbol. Ambos empezaron a pelear para ver quien llegaba hasta la bolsa. Cuando ambos llegaron hasta la rama del árbol no contaron con que el peso de ambos haría quebrar a aquella rama, haciendo que cayeran por la barranca y al final aventándolos lejos dejándolos separados. Eusstas consiguió la bolsa. Pero al escuchar al reno acercándose decidió ocultarse, encontrándose con una pequeña cortina de hierba. Se metió ahí, pero su sorpresa fue al ver una torre en medio de aquel pequeño pasaje oculto.

No tenía nada que perder, se quedaría ahí por lo menos unos días, hasta que los bandidos Crocodile y Doflamingo fueran capturados o la guardia se retirara. Total tenía la corona, se podría comprar todo lo que quisiera.

Empezó a escalar piedra por piedra, hasta llegar a una pequeña ventana donde entro rápidamente y lo cerró asegurándose muy bien.

-Solos al fin- pero no pudo contemplar bien la corona, pues de un momento a otro un golpe lo había dejado inconsciente.

Killer quien estaba limpiando la habitación de su madre había observado como un sujeto había entrado a la torre, con todo el valor del mundo tomo lo primero que estaba cerca, un sartén.

Sigilosamente se le acerco y de un solo golpe lo dejo K.O. y así como lo golpeo, así se alejó de él. Su, curioso, se acercó al pelirrojo quien lo toco un par de veces con su patita.

-No tiene colmillos- se respondió Killer, con el mango del sartén se le acerco y movió unos cuantos mechones que tapaban parte de su cara.

Entonces observo bien al chico, no lucia tan malvado, simplemente parecía dormir profundamente.

Hasta que abrió los ojos y Killer no tuvo otro remedio que darle otro golpe.

Entre él y con algo de ayuda de Su, metieron a Eusstas en un pequeño ropero, claro teniendo una que otra dificultad, el tipo era demasiado alto.

Cuando al fin lograron meterlo, Killer estaba que no se la creía.

-Hay una persona atrapada en el armario… Hay una persona atrapada… en el armario… ¡Atrape a una persona! ¡Yo solo!, Ja, no que soy demasiado débil ¿madre? Jejeje, seguramente ahora puedo ser yo el que te pueda proteger- de tanto presumir Killer termino golpeándose con su propia arma, pero eso hizo que se fijara en la bolsa tirada en el suelo.

Se acercó curioso y lo sostuvo en sus manos, sacando el contenido y vio un gran aro con varias joyas incrustadas en él.

-¿Qué es esto?- se preguntaba, se acercó al gran espejo que su madre tenía y lo puso en varias partes de su cuerpo, pero ni a él ni a Su les parecía que quedaba en esos lugares. Solo había un lugar que Killer no pensó, con cuidado puso aquel objeto brillante sobre su cabeza. Y quedaba a la perfección.

-¡Killer!- gritaba la voz de su madre desde afuera.

Killer despertó de su trance y se dispuso a esconder toda evidencia de que había alguien más. Él mismo le daría la noticia a su madre.

-¡¿Qué tanto haces allá arriba, cielo?!

-Espera un segundo madre.

-Tengo una sorpresa para ti.

-Igual que yo.

-Jajajaja, pero la mía es mejor.

-Lo dudo mucho- dijo esto susurrando. Con su largo cabello volvió a subir a su madre hasta arriba de la torre.

-¡Preparare espagueti! Tu favorito mi cielo.

-Ah gracias madre, oh, cierto ¿recuerdas lo que te dije ayer en la tarde?

-Cielo, espero que no sea sobre la estrellas.

-Luces flotantes madre y si es sobre eso.

-Te dije que no quiero volver a escuchar sobre eso.

-Pero madre en serio debo decirte que… -Killer se acercó hacia el armario.

-No Killer.

-Pero madre…

-Olvídate de esas luces Killer ¡Nunca saldrás de esta torre! ¡Jamás!

Killer abrió los ojos por el repentino grito, Alvida nunca le había gritado.

-Que bien- cayo de sentón Alvida –Ahora yo soy la mala.

Killer se sintió culpable, no debía de ser muy egoísta, su madre se ha estado sacrificando por él, para protegerlo de todo mal.

-Quería decirte que es lo que quiero para mi cumpleaños.

-¿Y qué es lo que quieres?

-Pintura, una vez me habías traído pinturas hechas por caracoles blancos.

-Pero ese es un viaje muy largo y lo sabes. Es un viaje de cinco días.

-Creí que era una mejor idea… que las… estrellas.

Alvida se levantó y  se acercó hacia él.

-¿Estarás bien?

-Sé que si estoy aquí, estaré a salvo.

Alvida y Killer prepararon las cosas para su viaje, Alvida se fue despidiéndose de Killer.

Killer vio cómo su madre se alejaba y hasta que pudo cerciorarse de que ella ya estaba lo suficientemente lejos entro velozmente, con el sartén a la mano se posiciono frente al armario y con un mechón largo de su cabello abrió la puerta, esperando a que saliera algún monstruo, cayo un pelirrojo inconsciente.

Con su propia fuerza sentó al inconsciente joven en una silla, escondiendo el bolso en una vasija cerca de las escaleras. Y enredando con todo su cabello al joven para asegurarse que cuando lo despierte no salga huyendo.

Trepo hasta la parte más alta del techo, en una de las vigas se mantuvo oculto. Su se le acercó al joven y lo golpeo para hacerlo despertar y rápidamente se escondió, pero al ver que el pelirrojo no despertaba se le acerco aún más y lo golpeo varias veces. Era en vano, tenía el sueño muy pesado. Así que tomo la decisión más difícil de su vida y con todo el valor del mundo metió su lengua en la oreja del sujeto.

¡Éxito!

El tipo se despertó sobresaltado y él consiguió un raro sabor en su boca.

-¡¿Qué paso?! ¡¿Dónde estoy?!- preguntaba confundido Eusstas –Esto es ¿cabello?- se preguntaba al ver aquellas cuerdas rubias que lo rodeaban por todo su cuerpo.

-Luchar… Luchar no te servirá- grito Killer desde su escondite.

-¿Eh?

Eusstas escucho a alguien saltar de viga en viga hasta caer al piso, pero no pudo verlo bien, ya que estaba oculto entre las sombras.

-¿Quién eres? ¿Cómo llegaste hasta aquí?

-¿Perdón?

Killer se armó de valor y salió de la oscuridad, pero manteniéndose firme y no demostrar duda o miedo. Eusstas se quedó sorprendido al ver a aquel chico salir, si le preguntaban, no estaba tan mal, tal vez el exceso de azul o el cabello rubio y largo le daba un tono misterioso.

-¿Quién eres? ¿Cómo me encontraste?

Eusstas despertó del pequeño trance –Ehem- se le ocurrió una idea –No sé quién seas, ni que treta del destino me trajo hasta aquí… pero solo puedo decir… Hola, mi nombre es Eusstas- le dijo mientras sonreía galanamente.

Killer y Su se miraron confundidos, ¿Qué diablos era este sujeto? -¿Cómo me encontraste, Eusstas?- lo amenazo con el sartén.

-Tranquilo rubiecito.

-Killer.

-Salud, mira estaba huyendo ¿sí? Y traía una bolsa- Eusstas reacciono -¿Donde esta?

-La escondí y jamás la encontraras- decía satisfecho Killer.

Eusstas recorrió con la mirada todas las partes posibles y dio con una perfecta.

-Está en la vasija.

¡Zas!

Otro golpe y Eusstas termino inconsciente, Killer se aseguró de volver a esconder muy bien la bolsa, esta vez en un hueco que había en las escaleras.

-Despiértalo Su.

El zorrito puso cara de mareo.

-Solo esta vez- le pidió Killer.

Su se le acerco a Eusstas y volvió a hacer lo mismo, pobre Su.

Cuando Eusstas despertó volvía a sentir algo húmedo en su oreja y volteo encontrándose con aquel zorro con su lengua metida en la oreja.

-¡Deja de hacer eso!- grito furioso mientras trataba de limpiarse su oreja con su hombro.

-Ahora si la escondí y no la vas a encontrar. Ahora, dime. ¿Qué es lo que quieres hacer con mi cabello?

-¿Qué?

-¿Venderlo? ¿Cortarlo?

-¡No! Sabes quisiera quitármelo de encima.

-Así que tú… espera ¿no quieres mi cabello?

-¿Para qué lo quería? Escucha, huía de un reno parlanchín, descubrí tu torre, la escale y yo ni idea de que alguien loco estaba aquí.

Killer aun lo miraba incrédulo de su historia, Su se le acerco y vio fijamente a Eusstas, volvió su mirada a Killer y ambos se fueron a un rincón.

-No parece estar mintiendo- Su movía la cabeza –Tampoco tiene colmillos o garras- Su volvía a mover la cabeza –No creo que escupa veneno o me lancé algún metal.

Eusstas intentaba zafarse de esa silla, pero ese cabello era extremadamente fuerte ¿pues qué shampoo usaba?

Killer se puso a Su en los hombros y se volteó hacia Eusstas.

-Muy bien Eusstas, te propongo un trato- decía Killer mientras subía hacia el balcón cerrado, donde abrió la cortina y mostro el dibujo. -¿Sabes qué es esto?-

Eusstas quedo boca abajo, la silla lo estaba aplastando pero pudo ver claramente a lo que el rubio se refería.

-¿Hablas de las luces que envían al príncipe?

-¿Luces? Sabía que no eran estrellas- se decía a si mismo Killer –En tres días estas luces aparecerán en el siguiente reino, el trato es que tú me lleves al reino y yo te devuelvo el bolso.

-Ja, si como no, mira mocoso, mi relación con el reino no está en muy buenas relaciones de paz, así que mejor búscate a otro guía turístico, porque yo no lo hare- refunfuñaba Eusstas, pero ni de loco volvía a ese lugar, ahora con carteles por todos lados con su rostro, mal dibujado, pero al fin y al cabo era su rostro.

Killer salto y camino hacia él, jalo la silla y ambos se quedaron viendo fijamente a los ojos.

-Una fuerza te trajo aquí y llámala como quieras, destino…

-Un reno hablador- interrumpió Eusstas.

-Pero solo te diré esto, Eusstas- Killer se acercó más a él –Puedes quitar piedra por piedra esta torre, pero sin mi ayuda no encontraras ese bolso.

-A ver si entendí, te llevo a ver esas tontas linternas y tú me devuelves la bolsa.

-Lo prometo y yo nunca rompo mis promesas- decía seriamente Killer.

Eusstas se quedó pensando ¿Cómo se desharía del rubio? Bueno tenía un truco bajo la manga.

-Oye, no quería llegar a estos extremos, pero, es mi arma mortal- Eusstas levanto la mirada mientras trataba de poner la cara más conmovedora, le funciona cuando era un niño. –Ha sido un día muy raro para mí, no es de mis mejores días- pero el rubio solo frunció el ceño. -¡Bien tu ganas! Te llevare.

-¡Qué bien!- de la emoción Killer soltó a Eusstas que fue a dar al suelo con todo y la silla sobre él –Lo siento.

-Rompiste mi arma mortal.

Notas finales:

Ufff, si que era largo, espero les guste.

Para los que no se acuerden, Su es el zorrito que Conis (de Skypiea) tenia.

Sin mas que decir, solo que esperen los proximos capitulos, porque le ire agregando uno que otro toque mio

Inner: Ya saben, sin nada de cordura U.U

n.n Inner-chan acercate un momentito.

Inner: O.O ¡Tatsukete!

Todos los revies seran bien recibidos


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