~My Little Pancake~
El pequeño hámster corría por el piso de la enorme habitación, haciendo girar su bola con sus patitas esponjosas y chocando con todo lo que encontraba en su camino. Yifan estaba embelesado mirándolo desde la orilla de la cama. Minseok, él simplemente estaba molesto porque Yifan lo ignoraba, prestándole más atención al adorablemente estúpido bicho ese que a él.
Dejó un momento el libro que se supone que leía para llamar la atención de Fan. Le preguntó por su día, intentó contarle el suyo, pero el alto contestaba con monosílabos y sonidos incoherentes a cada cuestión que acaso llegaba a escuchar o simplemente lo ignoraba si no. Resignado, Minseok tomó su libro de nuevo intentando no frustrarse por sentirse excluido en uno de los pocos momentos que tenía libres en meses y destinado a pasarlo con Yifan. Desde hacía semanas, Fan le pedía que pasara más tiempo en casa. Minseok no era consciente del tiempo que dedicaba a su trabajo hasta que dejó plantado a Yifan el día de su aniversario. Su jefe le concedió un merecido descanso después de mucho rogarle, dándole un fin de semana libre el cual empezaba hoy y que ahora el muy idiota de Yifan prefería pasar con un animal supuestamente comprado para él en su aniversario. Minseok no es de pedir regalos costosos y esas cosas, pero, ¿Quién demonios compra un hámster para su novio en su aniversario? Solo Wu Yifan, por lo visto.
Rodó los ojos al escuchar un jadeo de emoción proveniente de Yifan, el cual fue provocado por Panquecito (si, ¡el hámster!) al detenerse en medio de la habitación a lamer sus patitas y rasgar las paredes transparentes de su bola. Yifan inmediatamente saltó de la cama y se sentó en el piso alfombrado, tomando la bola entre sus manos.
— No te atrevas, Fan…
— ¡Pero…!— lo miró con un puchero nada apropiado para un hombre como él, es realmente ridículo verlo querer ser lindo— Panquecito quiere salir, gege~
— No me importa, es mío y yo digo que no— regresó la mirada a su libro, antes de que notara que estaba molesto.
—Minseok, ¿estás molesto?—… demasiado tarde.
— No, no estoy molesto— cambió de página sin siquiera terminarla y hojeando la siguiente sin prestar atención, ¡Jodido libro! Si seguía así tendría que empezarlo de nuevo.
— Pues yo creo que sí estás molesto— Minseok lo miró con un mohín— ¿Verdad, Panquecito?—preguntó al hámster, haciendo una estúpida voz de bebé y pegando su mejilla a la bola transparente donde aún estaba encerrado el pequeño roedor.
— No hables así, te ves ridículo, sobre todo cuando le hablas a un animal— habría deseado que su reclamo no se escuchara tan amargo, pero estaba enojado, así que no le importó mucho al final.
— ¿Qué te pasa? Tienes días con un horrible humor.
— ¿Qué tengo? ¡¿Qué tengo?! Tengo que no te importa que yo esté aquí. En primer lugar, ¿por qué me pides que pase tiempo en casa si te la vas a pasar pegado como una lapa al hámster?
— ¡Ahora el hámster tiene la culpa! Si te hacen enojar en la calle, no te desquites con nosotros… — una almohada, el florero y por último el libro de Minseok. Yifan es bueno esquivando cosas.
—Eres un idiota, Wu Yifan— se levantó de la cama y entró al baño, azotando la puerta tras él.
Yifan no entendía realmente lo que había hecho, así que tardó un poco en comprender como es que había terminado con Minseok llorando en el baño mientras él seguía como idiota en la habitación. Los reclamos por no pasar tiempo juntos los había comenzado él a fin de cuentas. Hacía meses que no comían juntos, pues Min almorzaba en su trabajo. Las salidas eran pospuestas cada que a su jefe inepto se le complicaba algo, haciéndolo trabajar horas extras, sin contar que era una eternidad para él desde la última vez que hicieron el amor, pues en lo último que pensaba el mayor al volver de su ajetreado día era en MÁS actividad física. Habría deseado pegarse un tiro por ser tan jodidamente grosero cuando lo único que Minseok pedía era un poco de atención.
Se levantó de la alfombra, dejando a Panquecito disfrutar un poco más de su ejercicio. Caminó a la puerta del baño, tocó y entró despacio sin esperar a que Minseok le dejara pasar. Estaba metido en la tina, sus brazos rodeando sus rodillas y su rostro oculto entre estas.
— Minseok-ah, perdóname— metió sus piernas de a poco, haciéndose espacio detrás de él en la pequeñísima tina— No llores…
— ¡Déjame, quiero llorar!— se quedó paralizado al escucharlo gritarle, no sabiendo si salir de ahí o no, pero al ver que no lo corrió, decidió quedarse.
— ¿Es por mi culpa que quieres llorar?— sabía que era así, pero no está de más preguntar, ¿no?
— ¡Si, es tu culpa!— vio el pequeño cuerpo estremecerse en un sollozo ahogado, terminó de meterse en la tina, rodeándolo sus piernas y abrazándolo por la espalda.
— ¿Quiéres golpearme?— Minseok negó, cubriendo más su rostro para que Yifan no lo viera— Ya deja de llorar, ¿sí? Vas a hacerme llorar también y sabes que soy horrible cuando lloro, soy incluso peor que cuando hago aegyo. ¿Quiéres verme llorar, eh? ¿Eso quiéres?
Minseok suspiró, limpiándose las lágrimas y reprimiendo una sonrisa por las estupideces que su tonto novio decía. Odiaba no poder enojarse con él por más de cinco minutos.
— ¿Vas a decirme ahora porque llorabas?— preguntó una vez que Minseok estuvo más tranquilo, lo vio revolverse nervioso en el pequeño espacio existente en la tina.
— ¿Prometes no reírte?— El menor levantó su mano derecha en solemne juramento, pero sin reprimir una sonrisa por lo serio que se estaba poniendo Minseok por el asunto— Antes, contéstame algo…
— Dime.
— ¿Me quieres?— la pregunta sorprendió un poco a Yifan, pero no dudó en responder.
— Por supuesto que sí.
— ¿Qué tanto?
— Tanto como para expresártelo aún cuando nunca me he atrevido a decírselo ni a mi madre. Te amo, Minseok.
— ¿Más que a… Panquecito?
—…
Yifan no pudo esconder su risa ante semejante pregunta. Minseok al verlo carcajearse en su cara se sintió herido y no pudo evitar echarse a llorar de nuevo. Yifan lo abrazó sin dejar de reír.
— ¿Cómo puede ser que estés celoso de un pequeño animal?
— ¡No estoy celoso!— Minseok, con su cara cubierta de lágrimas lo miró escandalizado ante semejante acusación.
— Si lo estás— habría deseado apretarle las mejillas al verlo hacer un puchero adorable. Las cosas adorables son su debilidad.
Quien lo conoce sabe de la extraña y nada discreta obsesión de Yifan el rudo, por los peluches tiernos, los animales lindos y pequeños y su adorable novio. Minseok lo sabe, y justamente por eso es que se siente herido. Desde su punto de vista, él ya no es tan adorable para Yifan como lo es Panquecito.
— Estás todo el día con el. Yo ya no te importo, ni siquiera en mi día libre, el que pedí porque me preocupo por nosotros, no me prestas atención por estar al pendiente de… Panquecito— sorbió la nariz, haciendo una mueca chistosa al limpiarse con la manga de la camisa de Yifan.
— Min, ¿sabes por qué compré a Panquecito?
— ¿Por nuestro aniversario…? Me lo regalaste por nuestro sexto aniversario.
— Mentí— Minseok lo miró confundido, pidiendo sin palabras que le diera una explicación— Joonmyun me aconsejó que lo comprara, un día que le conté lo solo que me sentía cuando tú no estabas en casa, que en ese tiempo era todo el día, todos los días. Él hizo lo mismo y compró un gato para no extrañar tanto a Jongdae cuando se iba. Pero un gato no me iba a ayudar, así que compré algo lindo pequeñito y esponjoso como tú— lo besó en la mejilla, robándole una dulce sonrisa, de esas que le pertenecen sólo a él.
— ¿En serio le dijiste eso a Joonmyun?— preguntó Minseok, sonriendo entre besos.
— ¿Qué cosa?
— Que me extrañas cuando no estoy…
— Por supuesto que te extraño y no me da pena admitirlo, mucho menos con el cursi idiota de Joonmyun, después de todo tengo que soportar sus lloriqueos cuando Jongdae se enoja con él—Minseok sonrió, dejando que Fan lo abrazara, escondiendo su rostro en su castaña cabellera y dejando un tierno beso en su nuca— Aun cuando Panquecito está aquí, no puedo dejar de extrañarte, pero ya se hizo costumbre para mi estar con el. Perdóname si sientes que te ignoro, ya no lo volveré a hacer, lo prometo.
— ¿Qué es lo que más extrañas de mi, Fan?— preguntó, con el pecho hinchado de dicha ante la expectativa de lo que Yifan iba a responder.
— Déjame pensar… — hizo una mueca rompiendo el abrazo y cruzándose de brazos en un intento por parecer serio. Miró a un lado y a otro, mostrando indecisión— No, no. No puedo decidirme.
— Anda, dime… — rogó, inflando sus mejillas en un tierno puchero, rompiendo todo intento de Yifan por mantenerse en su papel.
Lo tomó de la cintura haciéndolo girarse hasta estar frente a frente, sorprendiendo un poco a Minseok por lo repentino de la acción. Enredó sus dedos en los cabellos castaños del mayor y sin esperar que el otro comprendiera, le besó, introduciendo su lengua bruscamente, succionando sus labios, mordiéndole, robándole suspiros, jadeos, disfrutando del sabor que solo él conocía y del que era más que adicto. Sonrió al notar como Min, aún algo aprehensivo, intentaba seguir el ritmo que él imponía. Minseok se perdía de pronto en el ritmo acelerado de Yifan y por el hecho de que él nunca podía mantener la cordura una vez que Fan entraba en plan “cariñoso”. Cortaron el contacto, pero sin dejar de mirarse. Yifan jadeando por la falta de aire, Minseok con las mejillas arreboladas y los labios hinchados, una imagen de lo más sensual e inocente a ojos de Yifan.
— Amo tus labios…— le dio un corto y tierno beso— tus ojos al mirarme como ahora, tus mejillas cuando haces berrinche, tu cuello erizado cada que me dejas besarlo, tu espalda contra la pared cuando hacemos el amor, tus hermosas piernas alrededor de mis caderas, tu sexy trasero cuando…— pellizcó una de sus nalgas y sonrió al recibir un golpe en el brazo por parte de un muy avergonzado Minseok— Amo cada parte de ti, pero más que nada amo que me quieras a pesar de lo idiota que soy.
Minseok sonrió, recibiendo de nuevo los labios de Yifan contra los suyos, abrazándose a su cuello y suspirando al sentir las grandes manos del rubio recorriendo cada rincón sensible de su piel.
— ¿Beso mejor que Panquecito?— pregunto una vez que se separaron, acomodado de nuevo entre las piernas del más alto.
— No lo sé, Panquecito siempre se hace del rogar a pesar de que le he dicho lo bien que beso— hizo un mohín de decepción, robándose una carcajada de labios de Minseok.
— ¿Haz intentado besar al hámster?
— ¡No te rías! Estaba metiéndose una nuez entera en el hocico y se veía jodidamente adorable, como tú cuando te llenas la boca de comida como si temieras que alguien te la robe…— Minseok dejó salir otra carcajada al escucharlo— El punto es, creo que no soy su tipo
— Eso es bueno para mí— sonrió antes de darle un tierno beso en los labios.
Un golecito en la puerta, seguido de otros más los hizo salir de su burbuja, para recordarles que alguien en la otra habitación probablemente estaba cansado de correr en la suya. Yifan miró aprehensivo hacia la puerta. Minseok suspiró.
— Anda, ve— Yifan sonrió y dándole un corto beso salió de la tina de baño. MInseok se acomodó de nuevo en el pequeño espacio al verlo salir de la diminuta habitación, pero apenas la puerta se cerró, volvió a abrirse. Yifan le clavó la mirada y con una sonrisa de lado comenzó a desabotonarse la camisa— ¿Qué haces, Fan?
— Pienso que Panquecito puede esperar un rato más, ¿no crees?
Regresó a la tina y abrió el grifo. Minseok lo recibió gustoso, ayudándole a deshacerse de la camisa con una sonrisa en los labios y mil y un maneras en su mente de cómo retribuir a ese sensual beso de antes. Talvez y con un poco de su parte, lograba arrebatar a Panquecito del pedestal en que Fan lo tenía y le pertenecía sólo a él.