Kibum siempre fue una persona decidida, que sabía lo que quería y se esforzaba por alcanzar sus objetivos.
Como a los seis cuando pidió tener un cachorrito, el cual su madre le negó hasta que aprendiera a ser ordenado y responsable, y Kibum aprendió a tender su cama sin ayuda todas las mañanas además de ordenar y limpiar su habitación cada fin de semana o interdiario en las vacaciones.
A los once pidió una bicicleta pero también se la negaron por sus bajas calificaciones, ese mismo año Kibum se graduó de la primaria con honores al ser el mejor de toda su promoción.
Kibum sabía lo que quería y nada ni nadie le haría cambiar de parecer, cuando él decidía algo si o si lo lograba.
A los 14 ni su madre ni los más de cinco psicólogos que le pagó lograron convencerlo de que no era homosexual, que aquello era una simple etapa de confusión de la adolescencia. Kibum sabía que no era una simple etapa, nunca había sentido interés en alguna chica, eran bonitas sí, pero nunca besaría a una prefería fantasear con su profesor de literatura.
Cuando tenía 16 ya había logrado que su mamá y toda su familia entiendan y acepten que era gay y eso no tenía nada de malo pero ahora su objetivo era que su mamá acepte a su novio, aunque lo logro sintió que fue una pérdida de tiempo porque el muy cobarde tuvo miedo del qué dirán y su primer novio no le duró mas que un par de meses.
Los dolores de cabeza para su pobre madre no acabarían allí, cuando Kibum le informó su decisión de dejar Daegu para ir a Seúl a estudiar diseño de modas le prometió ir a visitarlo cada mes y cubrir todos sus gastos porque sabía que era un caso perdido convencerlo de estudiar otra carrera allí en su pueblo.
Al año de vivir en Seúl decidió que su mamá lo ayudase solo a pagar su carrera todo lo demás se lo pagaría el mismo con su trabajo como modelo que no tardó en conseguir.
Kibum siempre supo lo que quería, desde que se dio cuenta que le gustaban los hombres, supo que no le gustaba cualquiera. A él le gustaban bastante altos, de cabello azabache, mirada penetrante y misteriosa, que no sea muy musculoso con que tuviera su abdomen algo trabajado sea conformaba y que sea alguien serio y maduro. Kibum quería un hombre así y no se conformaría con menos.
Por eso cuando conoció a Minho en la agencia de modelos en la que trabajaba se alegró, había encontrado todo lo que buscaba en un solo hombre, pensó que sería difícil encontrar a su novio ideal pero no fue así. Minho era todo lo que Kibum siempre había querido y serian novios o dejaba de llamarse Kibum.
Minho era lo que siempre había buscado, lo que más quería por eso Kibum no entendía porque ese sonrojaba cuando el nuevo modelo le sonreía, porque su corazón latía tan rápido al ver esa deslumbrante sonrisa, porque ya no le interesaba conquistar a Minho como antes.
Jonghyun era la persona que traía loco a Kibum, era quien lo hacía sonreír, por quien se levantaba cada mañana animado ansiando ir a trabajar solo para que le regale esa hermosa sonrisa que lo caracterizaba, para que lo invite a cenar los fines de semana o simplemente para conversar unos minutos cuando estaban menos ocupados en el trabajo. Pero Jonghyun no era Minho, no era lo que Kibum quería.
Minho era lo que Kibum tanto quería pero no lo hizo tan feliz como esperaba cuando le pidió para ser novios.
Kibum sabía bien lo que quería y ahora también sabía que era lo que no quería por ningún motivo, no quería esa falsa sonrisa en el tierno rostro de Jonghyun, no quería esa mirada llena se decepción hacia él que luego se convertiría en indiferencia.
Aun cuando Minho había sido su prospecto de hombre ideal desde que tenía memoria y le alegraba haber conseguido estar con él, no le dolió cuando descubrió que este le engañaba con la mayor promesa de la empresa, Taemin era lindo, merecía más a Minho que él.
Kibum nunca se había arrepentido de alguna decisión que hubiese tomado, nunca cambiaba de parecer, siempre seguía para adelante feliz de sus logros pero no pudo evitar derrumbarse y llorar noches enteras arrepentido de no haber hecho caso a lo que su rebelde corazón le indicaba, cuando se enteró que Jonghyun salia con la actriz principal del drama más popular se arrepintió de enfocarse solo en lo que creía querer, por no ser flexible consigo mismo, por haber sido tan idiota.
Minho era todo lo que Kibum quería como un amigo, aunque lo había engañado no se molesto con él, se dieron cuenta que lo que sentían no podía ser considerado amor, al menos no uno de pareja pero si de amigos. Minho fue quien, junto con Taemin, lo trataban de ayudar a salir de su depresión.
El era Kim Kibum, no podía darse al abandono así de fácil, dejo de pasar sus fines de semana llorando para salir a comprar, divertirse, a recuperar lo que más quería y dejo ir por estar cegado por sus idea de adolescente.
Cambio su look, regreso al tono azabache que tenía antes de llegar a Seúl, aprendió que el maquillaje que más le favorecía era cuando delineaba sus ojos con negro y le daba una mirada felina.
Ser uno de los modelos más cotizados no era uno de sus objetivo pero no le molestaba, todo lo contrario, aquello lo hacía sentirse orgulloso, aunque su objetivo era ser el diseñador más famoso, ser tan reconocido lo ayudaba a lograrlo.
Kibum siempre supo lo que quería, nada ni nadie lo podía hacer cambiar sus objetivos, se juro que estaría con Minho y sería feliz o dejaba de llamarse Kibum.
Dejo de ser Kibum para empezar a ser llamado Key por todos los demás pero Kibumnie, gatito y demás apodos cariñoso, que aunque odiaba lo cursi y empalagoso, escuchar todos esos apodos por parte Jonghyun le derretían el corazón, le sacaban una sonrisa y lo hacían sentirse más que feliz.
Kibum nunca había llorado como lo hizo por Jonghyun, primero de frustración al haberlo dejado ir y luego de para felicidad aquella noche que después de meses lo invitó a cenar y lo beso bajó la luna luego del champán y antes de pedirle perdón por ser tan idiota y pedirle que sea su novio.
Kibum quería un novio alto, pero amaba inclinarse un poquito para besar a Jonghyun, quería que tenga cabello azabache porque nunca habría imaginado que el rubio o blanco le podrían quedar tan bien a un hombre y amaba como le quedaba a Jonghyun, no le gustaban los musculosos pero agradecía que existiera el gimnasio cuando Jonghyun lo sujetaba de las piernas y lo recargaba en la pared, amaba delinear los músculos de su abdomen cuando estaban echados en su cama o cuando esos fuertes brazos los hacían sentirse protegido, quería un hombre serio y maduro pero amaba las tonterías y niñerías de Jonghyun, amaba verlo sonreír tiernamente, amaba que sea tan dulce con él, que le arrancara sonrisas de pura felicidad con todo lo que hacía, amaba que aunque podía ser todo un niño era bastante maduro, sabia cuando estar serio y cuando no.
Kibum siempre supo lo que quería, solo una vez se había equivocado pero no se arrepentía porque aprendió mucho mas así, Kibum sabía bien que era lo que quería ahora; aunque ya lo tenía y por eso era tan feliz, y podía resumirlo en una palabra: Jonghyun.