Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por que los principiantes por Dandere

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola, principalmente gracias por leer. Esta historia se me ocurrio en estos dias, pero como soy mala para escribir fanfics de siete o mas capitulos pense hacerlo oneshot. Espero que les guste y califiquelo como ustedes quiera, aunque no les voy a pedir reviews ya que eso esta de su parte. Sin mas que decir besitos y cuidense. 

Se puede decir que en algún pequeño lugar de Japón, precisamente un bar, charlaban dos hombres con los mismos deseos y ambiciones, sentados al lado de la barra observando los bonitos y sensuales bailes de mujeres. ¿Quién sabe? ¿Tal vez buscaban lo mismo? Algo que no se podía complacer entre ellos.

-         ¿Nunca has conocido un mostro?.-Hablo el pelinegro de grandes ojeras, más que marcadas, de ojos negros y brillantes. Bebiendo pequeñas y potentes cocteles con alcohol, a su acompañante mientras sacaba un tema de distracción. A su lado, como acompañante se mostraba uno de los empresarios más fuerte del plantel laboral Óbito Uchiha, alias Tobi gracias a las grandes industrias de drogar escondida.

-         Para conocer un mostro debes perder la lógica. ¿no crees?.-Respondió mientras observaba el líquido trasparente de su baso, que no tardando en ingerir. Su mirada era ciega, como si estuviera en otro lugar. La música tan alta lograba aquellos efectos cuando se mezclaba con el alcohol.

Óbito Uchiha era como todo el mundo pensaba, con marcar grabes en el rostro y de pelo oscuro, de sus ojos salía la malicia y algún toque de soledad, aunque no tuviera que envidiar le faltaba lo más importante, el amor. Conversaba con uno de los mejores cuerpos del modelaje, Madara Uchiha. Un hombre joven, de cabellera larga y ojos oscuros, como el diablo. Que se interesaba por su bebida de color verde, un tanto desconocida.

-         Pero si sacáramos la lógica. ¿crees que existen?.-  Madara observaba quedamente el lugar buscando una víctima del placer, en aquel bar se observaba de todo. Tantas mujeres besándose con mujeres y hombres tocándose.  Voltio para su acompañante que miraba inquisitivo.

-         No, si existieran ya se hubieran mostrado.

-         ¿Qué pasaría si el no quisiera darse a ver?

-         ¿Por qué llegamos a esto Madara? La invitación no era para esto. Atrévete de una vez a acercártele.- El hombre era astuto y se había percatado de los pecaminosos ojos del muchacho hacia un pequeño azabache.

-         El miedo de perder esta en mi cabeza.-Respondió antes de que el otro preguntara clavando su mirada al otro lado de la barra, observaba como llegaban cuatro jóvenes, uno de cabellera amarilla y traje blanco. Resaltaba entre los demás, el otro con una cabellera alborotada blanca y dos azabaches uno más resaltante que el otro. – Esperemos que el alcohol me consuma logrando sus efectos.

Después de unos cuantos tragos Madara logro consumirse en el placentero vicio. Su mirada solo daba al muchacho de pelo largo y ojos penetrantes del azabache más alto.

-         Cuida tus palabras, no vayas a dañarlo.-Dijo Óbito mientras se paraba del asiento en dirección de su víctima, alejándose de Madara.- El problema de los principiantes, es que siempre están apresurados a las nuevas diversiones.-Las palabras del mayor no le valieron en el momento. Los dos se separaron dando a sus caminos y hay lo veíamos, como todo lobo acorralando su presa.

[Narra Itachi]

Habían pasado pocas horas desde que llegamos unos grupos a algunos de esos bares que nunca me parecieron interesantes. Cual era lo divertido de beber para después estar vomitando. Pero la obligación de cumplir los caprichos de Sasuke estaba primera, era fácilmente sobornado con uno de esos gestos infantiles que el menor mostraba.

Eran atosigadoras las miradas lujuriosas de alguno ante mi presencia. Pero eso cambia cuando una te parece interesante. Veía como Naruto y Sasuke bailaban en la pista mientras Kakashi era llevado por algún extraño también. Era obsceno como las personas se besaban entre todas mientras provocaban placeres en el tacto.

-         No te atrae.-Hablo uno hombre que aparentaba como los veinte con ojeras que no le quedaban nada mal. Sonrió y se sentó a mi lado llamando a una de las bonitas muchachas que atendían el bar.- Lo siento, el alcohol vuelve a la gente grosera y grotesca.-de un bolsillo saco un cigarrillo que llevo a su boca al instante, para prenderlo e ingerir la droga.

-         ¿Por qué fumas tan condenadamente rápido?.-pregunte intrigado, este me miro sorprendido y una risita picara salió de sus labios. Me miro a los ojos y su humo lo esparció en mi rostro. Realmente no habían pasado ni dos minutos y su cigarrillo ya estaba más consumido que la mitad.

-         Ustedes o la mayoría de los jóvenes fuman para gozarlo.-Decía con la mirada pérdida en el techo, mientras la música del lugar aplacaba su voz haciéndola poco entendible. Su mirada oscura me pareció interesante mientras sacaba otro de sus cigarrillos rápidamente para suplantar el otro.-Yo solo fumo para morir.-Sus palabras me parecieron sarcásticas pero al darme cuenta de que nunca fue una broma agrande los ojos de la sorpresa. ¿Quizás era más interesante a lo que aparentaba?.-¿Que hace un joven como tú, solo y en un lugar para ligas?

-         Siento decepcionarlo señor, pero si se da cuenta no estoy totalmente solo. Tengo uno de los modelos más famosos a mi lado y tratando de ligar con un hombre. ¿No le parece eso algo interesante?.-Sonreí mientras miraba su reacción.

[Narrador]

Madara apago su cigarro contra la mesa y se fue acercando al azabache lentamente. Colocando una de sus rodillas entre sus pies y gracias a la manera de sentarse del menor logro colocar sus brazos alrededor del cuello, quedando en una posición parecida a la x sin importarle la reacción de alguien al verlos.

-         ¿Acaso será un admirador?.-pregunto Madara cerca del cuello del muchacho por la inclinación. Itachi se le había acelerado el corazón sin ninguna acción explicativa, y nervioso de tocar la rodilla de hombre con su pelvis se apegó más al mueble.

-         No, nunca me atrae la farándula. Solo lo conozco por la gente que me rodea, mera casualidad.-Itachi se le coloraron los cachetes al ver al hombre tan cerca de su rostro, con aquella mirada lujuriosa. El cabello largo de Madara se deslizo hacia adelante mientras compartía el aliento con el azabache.

-         Bailemos.-Madara cambio el tema tan de repente que sorprendió a Itachi. Se alejó de muchacho y extendió la mano para que le siguiera.

-         No se bailar.-Trato de ignorarlo, pero el mayor le agarro la mano y de un jalón lo llevo a la pista de baile.- ¡He dicho que no se bailar!.-grito creyendo que no le había escuchado.

-         Pues se aprende.-Respondió este ya moviéndose al son de la música alocada. Agarrando con las manos la cintura de Itachi y notando que este era más alto de lo esperado. Sonrió por un pensamiento tan perverso que no hubo cabida a la negación del menor.

Dos Uchiha bailando, atrayéndose, sin la menor idea de ser familia cometiendo pecado sin saber. Esa es la historia.

La fiesta apenas empezaba pero Madara decidió separarse para buscar su acompañante. Antes acordando un encuentro de nuevo con el menor. Camino por el bar en busca de Óbito, para sacarle en cara que mientras más rápido mejor van las cosas.

“El problema de los principiantes, es que siempre están apresurados a las nuevas diversiones”

Madara quería restregarle en cara a Óbito que sus palabras no servían en la realidad. Que había conseguido su objetivo, caerle bien a su víctima.

¿Quién era realmente la victima?

Madara había buscado por todo el bar y no encontró a Óbito, así que decidió buscar por las afueras si acaso se había marchado sin él. Aunque el solo salir por aquella puerta tenía el riesgo de volverse la presa en vez del cazador. Pero eso no lo sabía él.

[Narra Madara]

Camine por todos lados en su busca aunque fue difícil gracias a la cantidad de alcohol que mi cuerpo había ingerido. No podía caminar recto o estar estable, pero seguía teniendo mi conciencia activa.

Unas manos encerraron mis caderas apenas de unos minutos por estar fuera del bar, sonreí pensando en que me volvía a encontrar en la cálida piel del muchacho que hace poco conocía. Pero al sobar aquella mano me espante por lo tosca y fría que era.

Di un salto del susto y le aparte rápidamente insultándole, cuando me voltee a mirar era un grupo de hombres que me miraban lujuriosos sin ningún sentido de la palabra pudor. Apreté los dientes y me voltee para marcharme de ese lugar.

-         Muy tarde.-Dijo uno y fui jalado a su pecho  dejándome un tanto inconsciente del suceso.

-         Maldito aléjate de mí.- Sus manos empezaron a tocarme y sentí asco, pero antes de poder quejarme otras manos jalaron mi cabello haciendo que mi cabeza mirara el cielo brevemente oscuro y solo.-No me toques asqueroso. –Grite, nunca pedí la esperanza de que alguien me escuchara y ayudara.

-         Pero mira que tenemos aquí, ni más ni menos al famoso Madara Uchiha.-Una voz asquerosa pronuncio mi nombre y gruñí.-No te preocupes, seremos lo más delicado posible.-fue lo último que escuche.

Trague en seco cuando fui lanzado al frio piso de un callejo, esta parte de la historia es la más traumática. Nunca hubiera pensado sentir las dolorosas patadas que me propinaron esos hombres. Abrí mi vista para adivinar cuantos eran. Difumine unos cinco hombres, altos y con músculos. Volví a tragar en seco al sentir esas manos que tanto asqueaban en mi cuerpo, rompiendo y rasgando mis ropas. Cuando las risas se combinaron con la música cerré mis ojos y empecé a imaginarme un mejor drama, me imagine un lugar silencioso con flores, muchas flores mientras corría a los brazos de una mujer que de sus poros soltaba tranquilidad.

Entre en un mundo que me saco de la realidad

[Narrador]

Madara seguía en el piso frio, mientras le destrozaban la ropa. Uno de los hombres, el que se veía más corpulento se sentó en sus pequeñas caderas y con su lengua lamia lentamente un pezón rosado y delicadamente esquicito. Sus manos codiciaban el cuerpo delicado del modelo mientras otro de los hombres con la mano entre los largos cabellos de Madara mordía sus labios. Eran cinco hombres violando a un joven de muy mala suerte.

Un golpe en su estómago lo despertó de aquel sueño que tanto le costó entrar para tranquilizarse. Madara no quería llorar, no dejaría verse más débil de lo que estaba.

-         ¿Te gusta? ¿Quieres más?.-Una voz ronca y excitada hablo en su oído entre susurros. Algo que hizo estremecer a Madara.

-         Malditos, púdranse.-Fue lo único que Madara logro soltar porque de una un golpe lo atonto, la sangre se escurrió por su labio gracias al golpe que fue en dirección a su cara.

El hombre sentado en las caderas del pelinegro llevo una mano a su cremallera la cual desabrocho rápidamente sacando el atributo de su sexo. Llevo una de las manos de Madara para que le masturbara pero este apretó tan fuerte que del dolor el hombre dio un quejido grueso y alto. Pero no le molesto, todo lo contrario sonrió de satisfacción y se inclinó para volver a entretenerse con los pezones de este mientras obligaba a la mano del pequeño masturbarse.

Madara intento zafarse muchas veces pero no pudo, desistiendo por que en cada intento ganaba un golpe de dolor.

¿Qué hubiera pasado si nunca hubiera salido?

Los hombres empezaron con más golpes y satisfacciones para ellos, mientras escuchaban las quejas del pequeño modelo. Hasta que llego la parte más dolorosa, donde Madara sintió como algo le partía en dos. Soltó un grito al cielo de auxilio pero nadie quería participar en aquella violación. Como le penetraban sin compasión, mientras mordían su piel. Otros intentaron llevar su sexo a la boca del pequeño, pero este se negaba a facilitarles las cosas.

La primera lagrima.

Su sangre era más que evidente entre las penetraciones, pero todo cambio al ver como uno de los hombres le colocaba algo en su sexo, una especie de añillo que apretaba cada vez en un cierto tiempo.

La segunda lagrima.

Cuando su boca fue invadida por una de las pollas mientras jalaban sus cabellos para alzarle la cabeza y simulaba penetraciones dentro de su boca al punto de ahogarlo sin ninguna compasión.

Y la tercera lagrima.

Cuando diviso a su propio acompañante saliendo del local y viéndole a los ojos, esquivando la situación he ignorándole. Dejándolo tirado con aquellos asquerosos que abusaban en cada segundo de su cuerpo. Sonriendo triunfante al mirarlo en aquella posición tan humillante. Esa fue la gota que derramo el vaso.

Una pequeña historia triste…

[Narra Itachi]

Ya había acabado el plazo de separación y volví a busca a Madara, el cual no conseguí. ¿Tal vez se decepciono y aburrió de mí?

Me despedí de Sasuke y los demás, ya no me importaba seguir en aquel lugar. Cuando iba saliendo unos cuatro hombres de gran musculatura pasaron a mi lado corriendo y me extraño, decidí ir por esa dirección de donde salieron. Mi mente colapso al ver como un hombre de cabellera larga y alborotada lloraba desnudo en el suelo. Mis ojos se abrieron de la impresión y mi cuerpo se congelo, era Madara acurrucado entre sus manos con un charco de sangre. Pero la sangre procedía de…

Un hombre en el suelo igual de desnudo boca abajo cerca de Madara, estaba muerto. La sangre era de aquel hombre. Mi boca se abrió rápidamente y corrí hacia Madara. Pero al intentar simplemente rosarlo se asustó y por reflejo se apartó.

-         Soy yo… cálmate, Madara shhh soy yo.-cuando se dio cuenta de mi presencia sus manos rodearon mi cuello, Madara se estaba aferrando a mi tratando de protegerse. Le abrase e intente taparlo con el chaleco que tenía. Miraba el espectáculo asombrado y al sentir como temblaba. Fue todo lo que necesite para adivinar lo que paso.

Ya teníamos más de treinta minutos en el suelo abrazados. Busque entre mis bolsillos mi teléfono para llamar a la policía pero me detuvo negando con la cabeza.

-         Si haces eso, mi carrera se ira a la mierda.- Ya estaba más tranquilo y no lloraba.

-         ¿Por qué no te protegiste?, ¿Por qué no gritaste?. –Grite alterado, estaba asustado por su mirada en desinterés ante todo.-¿Por qué lo mataste?

-         Eran más en cantidad y fuerza que yo. De paso, tú no hubieras escuchado mis gritos. Quien me hubiera ayudado. Fue un desvió de ese hombre mientras abusaba de mí, y cerca de mi mano estaba algo afilado. - Su mirada perdida en el cielo me atravesó el corazón con un puñal. El hombre que antes reía pícaramente ante mí, ahora estaba perdido en algún lugar escapando de la realidad.-Itachi, era el o yo… el miedo me gano, ¿Qué hubieras hecho tú?

-         Un lobo solitario como tu hubiera hasta lanzado mordidas y pataletas para huir, tu solo entraste en un mundo cerrando tu mente a la realidad de las cosas

-         Yo te hubiera dicho lo mismo, si los papeles fueran invertidos. Pero así somos los jóvenes.  Siempre están apresurados a las nuevas diversiones.-Sus ojos amenazaban con llorar de nuevo pero este trago en seco y aparto su cabellos tapándose más con el chaleco que le había ofrecido.

Pensé en cómo actuar delante del ahora.

-         ¿Qué paso?.-intente preguntarle pero este me vio y sonrió. Mejor dicho trato de sonreír.

-         Es una larga historia.-Sus delicadas palabras dijeron todo sin el querer contar. Pero no le podía obligar, el me dio a entender cordialmente que no quería comentar nada. Sonreí al darme cuenta muy tarde que Madara era como el imán, y yo un simple hierro atraído. Me carcajee por la ocurrencia y este me pregunto con la mirada.

-         Te odio, porque eres como el imán.- este hiso un gesto de confusión.

-         ¿Cómo así?.-Su mirada me atrapo de nuevo y sonreí.

-         Por qué me atraes sin poseer fuerzas suficientes como para unirme a ti.-Este igual siguió sin entender y decidió olvidar el tema ignorándome.

De mis bolsillos saque una caja de cigarros nueva y de ella un cigarro, lo prendí y se lo ofrecí. Este me vio ido tratando de entender, en minutos capto y tomo el cigallo para ingerirlo rápido mientras le ayudaba a estar de pie para salir apresurados de aquel lugar. Olvidando lo sucedido.

FIN

 

Días después el cadáver se encontró podrido en un basurero cerca del lugar. Como nunca se encontraron pistas ni antecedentes cerraron el caso dejando de buscar el culpable. Madara supero lo sucedido y siguió con el modelaje, denuncio a Óbito por traidor diciéndole a la justicia de todos los actos que había cometido mostrando las pruebas de almacenes de drogas. Con el tiempo la relación de Madara y Itachi mejoro volviéndolos una pareja, dándose cuenta que eran primos lejanos. No les importo, resulto que el gusto era mayor que el pecado.

Puede que la vida te de patadas duras y crueles, pero sin embargo te aseguro que tu futuro es mucho más hermoso. Solo tienes que vencer los obstáculos junto a alguien. Porque nadie progresa solo.

Notas finales:

Gracias por leer ^-^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).