Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rainy Love, Wild Paradise ~ Winter (We Were In Love) por JHS_LCFR

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Winter 4

 

-Hey—el cielo estaba nublado desde hacía tres días, pero a mis ojos los nubarrones parecían haber aparecido de la nada, en una cuestión de segundos; no llovería, estaba seguro, pero el frío gélido que picaba en mis piernas anunciaba una helada espantosa, quizás hasta nieve.

-Hey.

Parado frente a mí, me miró a los ojos con aquel gesto indiferente, inmutable que conocía tan bien, parpadeaba pero sus pupilar me reflejaban sentado en el banco a todo momento; con las manos metidas en los bolsillos del piloto y las piernas bien juntas, el vaho que salía de la bufanda era lo único que parecía moverse por el aire en el silencio muerto del parque: no veía su pecho inflarse, no veía sus hombros temblar, nada. Sólo…estoico, estoico con sus orejas y nariz rojizas, nada más.

-¿No vas a sentarte?—pregunté, negó despacio—¿Y cómo vamos a hablar entonces?

Lento, torturadoramente despacio, una de sus manos subió hasta la bufanda para dejarme ver su boca, sus labios apenas separados y pocas palabras que martillaron en mi pecho.

-No hay nada que hablar, Jongin, lo sabes.

Estiré el brazo para tomarlo de la muñeca antes de que volviera a guardar la mano en el bolsillo, tiré con toda la fuerza que reuní en el momento pero no logré siquiera inclinarlo hacia delante; carraspeé.

-Amigos, por lo menos—propuse—Por favor, la pasamos bien juntos.

Parpadeó dos veces, tardé en notar los copos de nieve que caían con pereza detrás de su espalda y me nublaban la vista. Tragó y apretó los labios para después asentir, quizás dando así por terminada la conversación.

-Sehun—silencio—Sehun, ¡Di algo! No me pongas esa cara de piedra, estoy haciendo el ridículo hablando solo—el brillo de sus pupilas se apagó, sus hombros parecieron caer, me levanté al instante y le tomé de los hombros para sacudirlo, despertarlo, cualquier cosa—Mírame, ¡Sehun, abre la boca! Insúltame o algo pero por favor…

Por favor…no te quedes callado.

Lloró en silencio, sin cerrar los ojos; luego de lo que me pareció una eternidad, comenzó a hipar, intentando hablarme.

-Yo supe desde el principio que no me querías…Pero pensé que podría hacerte cambiar de opinión—cerró los ojos con fuerza, negando con la mandíbula tensa y sin dejar de toser—Te besé con todo el amor que pude, terminamos en la cama todas las veces que quisiste… ¿Por qué aún así siento que me tocabas obligado, para quedar bien?—le solté despacio, gimoteó—La única vez que me gané tu atención fue cuando posaste tu mano en mi pecho, ¡Y te asusté! ¡Te asustaste al ver que no podía seguir tus reglas!

-¿M…mis reglas?

-¡No enamorarse, porque tú no sientes nada por mí—frotándose los ojos con una mano, fue quitándose la bufanda con la otra—Nada por mí, nada.

-Sehun…yo…

-Bésame—pidió con voz rasposa, la temperatura empezó a tirar en mi espalda, helándome—Bésame y dime si no sientes un gusto amargo.

Perdí el aliento, mis brazos cayeron muertos a mis costados, ninguna de mis reacciones le pasaron por desapercibidas. Sonriendo de lado, asintió repetidas veces, apenas perceptibles y terminó lamiéndose los labios. Bajé la cabeza y me tomé la frente, no podía ser tan estúpido.

Había sido yo, todo el tiempo había sido yo el causante de aquel malestar, de aquella incomodidad.

-No quiero serte una carga ni muchos menos una especie de castigo…tampoco quiero fingir que estoy bien contigo si en el camino te obligo a sentir algo que alguien más pueda llegar a sentir, no quiero que sacrifiques tu alegría por mí porque aparte sé que no lo vas a hacer.

No, no es así. ¡No es así! Sehun no entiende…

-Kai—¿Había dicho mi nombre antes, me había llamado solo esta vez, me había dicho “Kai” cuando había llegado?—Suerte. Cuando quieras juntarte…no sé, llámanos y vendremos. Baekhyun, Tao, Chanyeol…todos.

“Todos…no sólo yo”.

 

 

-¿Y ahora…ahora qué?—jadeé, avergonzado de mí mismo.

-¿Ahora? Nada, seguir, hacer de cuenta que…que no pasó nada. ¿Qué más quieres?

-…Pero no quiero olvidarme—respondí aún sentado y con la mano tapándome los ojos, no me había movido en quince minutos. Sehun aún no se había sentado.

-No puedo ayudarte con eso.

Sus pasos fueron tranquilos, silenciosos.

Sentí que cada copo de nieve cayendo era una lágrima que no podía soltar.

Por vergüenza, por temor.

Quizás por no admitir que de verdad me gustaba, pero no como algo más.

¿“Algo más” de qué?

Nunca habíamos sido nada.

 

 

-¿Tú otra vez aquí?—escuché con ese timbre tan molesto, tan aparentemente inocente—El viernes te cambio de jardín, MinYoung…por ahora ve a jugar con las hamacas.

No alcancé a oír lo que la nena le contestó, me pitaban demasiado los oídos y en el manto negro de mis párpados cerrados sentía la dolorosa presión de mi palma, casi haciéndome ver rayas de colores fosforescentes, como cuando se mira al Sol sin parpadear por demasiado tiempo.

-¿Qué hace el nene de mami llorando solo en el parque?—espetó contento de mi miseria—Creí escuchar de alguien que si haces eso en un parque, eres un marica llorón…cierto pederasta lo dijo.

-¿Podrías callarte?—le grité, mirándolo con rabia—No estoy de humor para que vengas a hacerte el guapo…y yo no lloro porque mi novia me dejó, mucho menos estoy a cargo de una niña menor.

-Exacto…lloras porque un chico te dejó—sonrió—Lo cual es peor, ¿Cierto? Porque no se lo puedes decir a mucha gente—casi se me salen los ojos—No creas que no te vimos. Es más, MinYoung me pidió que viniéramos para que ahora yo te tranquilice…pero no esperes nada lindo o amble, no me caes para nada bien.

-No pienso ir por ahí dando lástima de mi situación, para que sepas. Las cosas salieron mal y reconozco que fue mi culpa. Me quedé libre en la escuela, también es mi culpa. No estoy yendo a baile, también es mi culpa. Me olvido de mi madre cuando estoy con mis amigos o…alguien—sacudí la cabeza—También es mi culpa, ¿Okey? Pero trabajaré en ello, ni loco voy a andar lloriqueando por ayuda.

Pellizcándome la nariz, contuve la respiración por unos segundos en un intento por calmarme. Inspirando con fuerza, me pasé el dorso de la mano por los ojos y me sacudí, pretendiendo que el malestar podría irse. Sentí sus enormes ojos entornados sobre mí, se había acomodado para sentarse de costado y apoyar el codo en el respaldo, así como un puño en su sien para descansar así su cabeza.

-¿Por qué cortaron? Estábamos muy lejos y no podíamos oírlos.

-No me mientas, que no soy tonto—volví a inspirar sonoramente—Él quiere algo que yo no siento, y ninguno piensa forzar el otro a…amoldarse. Sentimos cosas completamente diferentes, no podríamos llegar a un acuerdo mutuo.

-Mh.

-No me importa—gemí—Puedo arreglármelas solo. Ya encontraré a otra persona, tarde o temprano…sí, hallaré a alguien más.

-Y la tendrás fácil—coincidió—Tienes cierto atractivo. Algo me dice que eres de los rompecorazones en el colegio, ¿Me equivoco?

-…En esta… - si decía que “sí”, le daría pie a que se burlase, apreté los labios—En mi antigua escuela no era aceptado muy bien que digamos, así que decidí quedarme ahí al margen.

-¿Te cambiaste? ¿De dónde vienes?

-Del barrio privado a las salidas de Seúl, para el Este.

-¿Vivías en ese country con reja eléctrica y enredaderas, ése con el spa?—la sorpresa se notaba en su voz, asentí en respuesta—¿Y cómo viniste a parar a acá?

-No te importa… ¿Qué, mi madre no te dijo nada?—raro, solía hablar bastante con los padres de sus niños.

-Mencionó un divorcio, si no me equivoco—ladeó la cabeza, sus labios con forma de corazón se agrandaron en una especie de trompa—Si no fue la Señorita Shin, seguro que fue ella.

-¿Vas a prestarle atención a tu sobrina o vas a seguir molestándome?—mi voz salió más fuerte de lo que esperaba, se alejó unos centímetros; con una mueca de duda y susto, murmuró “lo siento” y se levantó, dejando caer un “sólo quería ayudarte” en el camino—Espera, hey, Kyungsoo.

Se giró al instante, aún sorprendido.

-¿Sabes mi nombre?—y no pude hacer más que sonrojarme por completo—¿Cómo lo sabes?

-Ah, emh…mi madre…el jardín.

-A veces siento que nos espías—susurró con precaución, atento a mi reacción.

-No seas idiota, ¡Estoy tratando de disculparme!

-¡Dororo!—exclamó MinYoung a o lejos—¡A este tobogán le falta un escalón!

Kyungsoo entonces se giró con cara de disculpa.

-Supongo que querrás que ya no te moleste…Jongin—marchándose despacio, me levanté y arrastré los pies hasta casa, no había ya caso en quedarme solo dando lástima en el parque.

Para cuando llegué a casa y cenaba con mi madre, caí en la cuenta a tal punto que derramé la sopa sobre mis piernas.

Kyungsoo sabía mi nombre también.

Y me había dicho que era atractivo.

 

 

-¿Ninnie?—su dulce voz brotó desde la puerta, me destapé y senté rápidamente en la cama para indicarle que entrara tranquila, la puerta ya estaba entreabierta—Ninnie, estuviste toda la tarde afuera, ¿Pasó algo?—me encogí de hombros, frotándome los ojos por el sueño—¿Cómo va todo con Sehun?

-Cortamos…creo. Nunca supe qué éramos—me abrazó despacio y me frotó la espalda, siseando una canción de cuna—Ma, no pasa nada, estoy bien.

­-Mi Ninnie—canturreó meciéndome a un lado y al otro—Mi Ninnie ya tuvo su primer separación—no es tan así—Ninnie, cuánto has crecido.

-Ya, ma—le devolví el abrazo, sonriendo, el perfume a leche y coco seguía en su pelo—Está todo bien, no me ves llorando a cántaros, ¿O sí?

-Pensé que quizás querrías hablarlo con alguien, no sé.

-Ya lo hablé, tranquila—bajé la cabeza, apoyando el mentón en su hombro—Además, quedamos como amigos, todo volverá a ser como antes.

Silencio absoluto, mi madre se alejó y se despidió, tranquila. En la puerta, a punto de cerrar, torció la boca y susurró una última…sugerencia.

-Tu padre y yo también habíamos decidido quedar como amigos…Buenas noches.

Tenía razón: ahora sólo me quedaba rezar para no terminar como ellos, no quería terminar completamente incomunicado con Sehun. En el preciso momento en que me reacomodé y tapé con las frazadas, la pantalla del teléfono se prendió y empezó a vibrar: Sólo había una persona capaz de llamarme a esa hora. Ni me molesté en sentarme, alcanzó con estirar el brazo y atender.

-Sí.

-Jong—exclamó Taemin con un sorpresivo silencio detrás de su voz; generalmente solía llamarme desde un cub o en el medio de un turno alterno de las clases de baile—Quería saber si estabas bien, hace rato que vienes faltando.

-Ah, sí, eso. Pues…no sé, no ando con ganas de ir.

-Oh, no, ¡Hemos perdido a Ninnie!—exclamó, haciéndome reír.

-No me llames así, sólo mi madre puede…

-El hecho de que no entiendas que yo me autoproclamé como tu segunda madre desde el momento en que te conocí no me imposibilita a tratarte como mi hijo, ¿Oíste? Vamos, dime qué te tiene deprimido.

-Nada, Hyung, nada. Estoy bien—me enrosqué un mechón de pelo del flequillo mientras me mordía el labio—Quizás algo…confundido, pero bien.

-¿Confundido? Qué, ¿Te está saliendo pelo en partes íntimas?—bromeó, tuve que morderme el dorso de la mano para mantenerme callado—¿Te pica, eh? ¿De repente las clases de biología te parecen interesantes? ¿Buscas videos sucios en la red?

-¡¡Hyung!!

-Yah, es normal. Mamá—pude imaginarlo tocándose el pecho con sinceridad—también lo vivió, puedo darte consejos sobre eso.

-Hyung.

-Por ejemplo, siempre traba la puerta de tu cuarto, nunca sabes cuándo pueden agarrarte con las manos en la masa…o más bien en el---

-¡Taemin hyung!

-Otro cuidado, si no tienes computadora personal y tienes que compartir la máquina con el resto de tu familia, guarda los videos en una carpeta que diga “fotos del experimento de la germinación del poroto” y, entre paréntesis, la palabra “Biología”. Nadie buscará ahí, ¡Nadie!

Castañeé mis dientes con tal de no reírme, con la mano libre me tomé del estómago y procuré quedar boca abajo en caso de que alguna carcajada saliera: ¿Lo tendría en cuenta?...tal vez, si algún día me sentía solo quizás una carpeta que hablase del crecimiento de un poroto sería de gran ayuda.

-Bien, puedo oírte aguantando la risa—siguió, hablando con calma—Si no quieres decirme qué te pasa, al menos déjame hacerte sonreír, ¿Sí?—en su voz se delineaba una sonrisa, cerré los ojos y traté de imaginarlo sentado en el piso con el mentón apoyado en el colchón, mirándome fijamente—Jongin, pase lo que pase, seguirás contándomelo todo, ¿Verdad? Que esté con Minho, que nos hayamos mudado juntos…no cambia nada.

Me puse de lado, relamiéndome los labios con desgano.

Sí cambia.

Todo, eso cambiaba.

-Es más, te diré qué—los ladridos de un pequeño perro aturdieron el parlante—Mañana. Tú, yo, juntos, tomando algo, ¿Qué dices? Hace rato que no lo hacemos, ¡Prácticamente lo único que compartimos son las clases de baile! Y ahí mucho no se puede charlar, quedas exhausto después de esas dos o tres horas.

Sopesé la idea de poder disfrutar a Taemin una noche lejos de Minho y su mirada tranquila pero ciertamente atemorizante. Sonreí al pensar que podría fingir estar algo alegre y así abrazar un poco más de la cuenta a mi Hyung…inclusive cabía la esperanza de poder deslizar alguna que otra mano por sus piernas o su pecho.

Sí, la idea me gustaba; y algo me decía que Taemin no me alejaría bruscamente de ocurrir el “Manoseo Indecoroso y Accidental”. Me acomodé boca arriba y doblé las piernas, ya no dormiría.

-¿A qué hora adónde?

 

 

Debo ser el tipo con más mala suerte en el planeta, me aseguré de ello mientras tomaba mi estúpido y vergonzoso submarino frente a Minho y Taemin, tomados de la mano sobre la mesa y mirando alrededor del bar, inspeccionando el pequeño escenario y la ubicación de los baños: Minho alegó que sería mejor tener un conductor designado, que conocía la poca resistencia de Taemin frente al alcohol y que yo no era una persona a quien confiarle el auto nuevo…no pude responderle de otra manera más que arrugando la nariz y coincidiendo con él.

-Voy a buscar algo para tomar, ¿Qué quieres?—preguntó Taemin corriéndose los mechones sueltos a los costados de su rostro; tenía el pelo bien largo y se había atado el pelo como a mí más me gustaba, llevaba pantalones negros ajustados y rotos a lo largo de todo el muslo…y ni hablar de la camiseta con cuello bote y su chaleco, ese día parecía haberse decidido a torturarme más que nunca—Yo pediré por ahora un vaso de cerveza.

-¿No tienen vino blanco de casualidad?—sopesó su pareja mirando hacia la barra.

-Min, es un bar…no te hagas la gran cosa.

-Dos cervezas—concluyó con las manos en alto, resignándose—Después compraré chicles para sacarme ese aliento espantoso—con un rápido beso se despidieron, mientras mi Hyung bajaba el escalón y trotaba hacia su destino, sentí que el aire se cargaba de un incómodo calor—Así que, Tae me dijo que andas medio desganado, ¿Puede ser?

Le miré de costado, se frotaba las manos con impaciencia, él tampoco se encontraba cómodo.

-Tranquilo, no tienes que fingir. Sé que no te debo caer bien.

-¿Por? No encuentro razones para que me caigas mal.

-Ah, vamos…te lo robo tres horas por día, casi cuatro veces por semana.

-¿Y? Es su trabajo, es lo que le gusta hacer…le hace bien salir y disfrutar, estar con gente que le agrade…un amigo de toda la vida—me señaló con la mano, ¿Desde cuándo el tipo me adulaba tanto?—¿Sabes?, Taemin anoche casi no pudo dormir por ti. Decía que te pasaba algo, que se sentía mal por no haberte insistido a la hora de que le contases…piensa que ya no confías en él por estar conmigo.

-Su relación no tiene nada que ver con lo que estoy atravesando—le tranquilicé, usando la barra de chocolate como cuchara al revolver—Simplemente no quiero agobiarlo, eso es todo. Ya bastante que me arrastró con la separación de mis padres, no quiero que se preocupe tanto por mí. No soy un niño.

-Recuerda que él te quiere más que a nada en el mundo, Jongin. Siempre te vio como un hermano, ahora como un hijo.

-¿Tú estarías dispuesto a ser mi padre?—murmuré con un ceja en alto; se ve que no entendió, porque rió, tranquilo—En fin, trataré de sonreír lo más que pueda esta noche, a ver si así puede dormir.

-Algo me dice que te molesta tremendamente que esté aquí—susurró entonces, aún sonriente e inclinándose hacia delante—¿Puede ser, estoy en lo correcto?—no me animé a mirarlo de frente, seguí ojeándolo por el rabillo y con el rostro en dirección a la barra—Kai-ssi—Ok, ¿¡Desde cuándo tenemos esa confianza!?—Es cierto que vine a marcar territorio, porque no soy estúpido—sorprendentemente, no había maldad en su voz—Pero eso no nos debe obligar a ser rivales, ¿Cierto? Me caes bien, tengo entendido que eres un gran chico.

-Pero tú eres endemoniadamente perfecto. Y yo no puedo competir contra eso.

-A ver, aceptémoslo—juntó las manos, sincero—En el fondo, ambos queremos que Taemin sea feliz. Por ahora lo es conmigo, quizás más adelante lo sea contigo, ¿No?—ambos sabíamos la respuesta a esa pregunta, pero al diablo—Mi punto es: por favor, no te alejes de Taemin por mí. Estoy dispuesto a guardar silencio cuando hablen, pero en ningún momento estaré ausente. Pelearé por la persona que amo de una manera pacífica, si se puede decir de algún modo, ¿Está bien?

Levanté el mentón: solté la copa de vidrio y procuré contar hasta diez, luego me iría. No tenía ganas de saber que no tenía ninguna esperanza con mi Hyung y mucho menos estaba dispuesto a oír lecciones de vida por parte de mi obstáculo mayor. Lo peor de todo era que estaba siendo honesto, bueno conmigo. No había amenazas en su voz, sólo estaba dejando en claro cuánto quería a Taemin y qué tanto estaba dispuesto a luchar por él.

Agarrotando los dedos a la mesa, pareció captar mis intenciones cuando Taemin subió de un salto hasta nosotros, sentándose contento y repartiendo los vasos; me había traído una botella de agua y un vaso vacío, me prometió darme un poco de cerveza si me portaba bien.

Con las luces apagándose poco a poco, notamos los focos encendidos y en dirección al escenario, tres chicas con violines y chelos se acomodaron con sus instrumentos y abombaron lo más posible sus vestidos, parecían recién salidas de la era victoriana o algo por el estilo.

-Cierto que me llevo historia—dije casi para mí mismo. Y todas las demás materias.

Con la banda presentándose a través de un nombre que no me molesté en recordar, mis ojos se posaron en lo cerca que estaban mis dos acompañantes, ambos dándome casi la espalda con tal de ver bien: ¿Qué pasaba si me iba en el medio de la primera canción? ¿Lo notarían, quedaría bien al día siguiente al haber, prácticamente, huido?

Ya no importa. Me levanté.

Ya no me importa nada.

Bajando el escalón, aproveché el juego de luces para agacharme y trotar hasta el baño al menos: si mi Hyung me buscaba y pedía que me quedara en un rango de quine minutos, volvería; le diría que me dolía el estómago y regresaría a nuestro lugar.

Abrí la puerta y me dirigí al lavamanos, apretando la tapa y dejando el agua salir; ahuecando mis manos, llevé el agua a mi rostro con brusquedad: me sentía insoportablemente molesto, hasta me irritaba a mí mismo encontrarme tan incómodo y malhumorado.

-¿Para qué mierda vengo si la paso mal?

-Si no lo sabes tú… - me giré, esperando que se tratara de Taemin…

Esto tiene que ser un chiste.

-Definitivamente—sonrió Kyungsoo—Me estás persiguiendo, ¿Todo bien?

Arqueé una ceja, pegando la cadera al mármol del lavamanos e inclinándome hacia atrás: ¿Por qué me lo tenía que cruzar, qué necesidad había de compartir tiempo o algún lugar con él?

-Okey, esto ya me está asustando—admití.

-¿Por qué? Es un lugar muy conocido, me sorprende que estés aquí a pesar de tu edad—sacó la lengua—¿Andas con un carnet de identificación falso, chico malo?

-Vine con amigos mayores, sólo eso. Y córrete, que siento que me robas hasta el… - me sonrojé—Espacio, déjame solo—lo rodeé para salir cuando me tomó de la muñeca, una sonrisa de burla surcaba su rostro.

-¿Ibas a decir otra cosa, verdad?—me zafé con fuerza y choqué con dos chicos que justo entraban; sentado en el suelo, sacudí la cabeza y miré hacia arriba, con el brazo de uno alrededor del brazo del otro, ambos se agacharon para tenderme sus manos libres.

-Lo siento—dijo el de la izquierda, de rasgos delicados, casi rayando en lo femenino—¿Te golpeaste?

-Estoy bien, puedo solo.

-Déjame ver si te ensuciaste con polvo o algo—pidió el otro, de baja estatura y mejillas redondas, que me giró despacio y sacudió la suciedad de mi campera, apenas tocando los bolsillos traseros de mi pantalón—El resto te lo sacas tú, no tenemos tanta confianza—sonrió.

-G-gracias.

-Kyungsoo—le llamó el primero—¿Ya terminaste? Prácticamente corriste hasta el baño.

-¡Apúrate así escuchamos a la banda!—protestó el más bajito.

-Cierto—sonrió Kyungsoo, acercándose y marchándose con ellos—Sólo quería…ver algo—sus ojos se posaron en mí, levantando una comisura—¿Nos vemos mañana en el parque?

Se me revolvió el estómago, tragué saliva con fuerza.

-¿Para?

-Tienes que contarme qué te pasa—contestó con un risita para después darme la espalda e irse, desapareciendo en la oscuridad del bar.

De repente el baño me pareció demasiado grande.

Volví solo a mi lugar con Minho y Taemin, aprovechando la altura para ver dónde rayos se sentaba Kyungsoo.

 

 

 

Notas finales:

¿Será por el SeKai pasajero que no hay reviews?

Porque dan ganas de poner esto en hiatus e_e


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).