Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rainy Love, Wild Paradise ~ Winter (We Were In Love) por JHS_LCFR

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Winter 7

 

Los labios de Kyungsoo son redondos, suaves y su boca tiene una forma parecida a la de un corazón cuando sonríe. Los labios de Kyungsoo son dulces, sirven como una almohada para mi boca y a la vez me acarician, rozan con delicadeza o aprietan con la fuerza justa, tiran los necesario y empujan cuando quieren, no aceptan un “no” como respuesta y ellos determinan cuándo se empieza y cuándo se termina, cuándo se vuelve a arrancar y cuándo fue definitivamente suficente.

Sus manos, en cambio…

-Kyungsoo—suspiré frustrado y alejándome de su rostro, subió las manos hasta su pecho hechas pequeños puños, parecía haberse asustado; cerré los ojos intentando tranquilizarme, al abrirlos me concentré en su boca rojiza e hinchada—Por favor, en serio—miró mis manos infiltrándose por su cadera, debajo de la camisa—Me pone nervioso que no me toques, ¿No puedes manosearme aunque sea un poquito?

-Jongin, ya tuvimos esta conversación—murmuró sonrojado y quitando mis manos de su cuerpo—No puedo—sentados sobre nuestros talones y en el sillón de su casa, torcí la boca para verlo reaccionar como un niño pequeño—Me pone nervioso, no quiero decepcionarte.

-Sin siquiera tocarme ya me duele—farfullé mirando durante una milésima de segundo mi entrepierna—Podrías colaborar un poco y ayudarme a terminar con esto.

-¿Cómo quieres que lo haga si estuve siete años con una mujer?—exclamó avergonzado, se levantó del sillón para caminar a pasos cortos y rápidos hasta la cocina—No puedo, Jongin, no conozco el cuerpo de un hombre, no sé qué te gusta. No sé qué gusta ni sé cómo lograr que guste, porque soy malo y torpe.

Lo seguí a los brincos, tratando de no hacer ruido; cuando le abracé desde atrás aprovechando que miraba por la ventana, también le tapé la boca, no fuera cosa que gritara o soltara una palabrota….despertaría a MinYoung que dormía la siesta en su cuarto.

-Uno, no eres torpe—le besé detrás de la oreja, sintiéndolo temblar contra mi cuerpo—Dos, puedes aprender y sé que lo harás bien. Tres, entiendo tu razonamiento sobre el cuerpo del hombre y la mujer. Y también soy capaz de esperarte una eternidad…pero tienes que prometerme que, cuando pase, estarás preparado. Tienes que ir armándote de técnicas en el camino—le sonreí coquetamente, viendo cómo su cabeza giraba lentamente para mirarme con los ojos como platos—Es más, lección número uno: A un ex niño rico que recién se está adaptando a la vida de clase media, le gusta que cierta gente muestre…su disposición hacia él, cierta, ¿Cómo decirlo?—pegué mis labios a su oreja, hablando en un hilo de voz—Sumisión—el sacudón que pegó logró hacerme perder el equilibrio, me aferré con una mano a su cinturón y con la otra, separé los dedos sobre su boca—Entiendes, ¿Verdad? ¿Entiendes lo que te quiero decir?

-S…sí.

-Bien—asentí, bordeando sus labios, jugando a internar mis dedos entre ellos—Y si hago esto—Alcancé a tocar su lengua, Kyungsoo echó la cabeza cuanto pudo hacia atrás, pegando su mejilla a la mía—Ey, esto es sólo una práctica, estamos viendo, aprendiendo...

El picaporte de la puerta que daba al cuarto de Kyungsoo se bajó de golpe, lo solté rápidamente y salté para sentarme sobre la mesada, jugando con mis pies: MinYoung llevaba su pijama arrugado, tanto el buzo como el pantalón verde lima, y arrastraba la manta que le había traído ese día: supuestamente le espantaría las pesadillas y le resultaría calientita además de suave, por lo que dormiría como un tronco mientras yo intentaba desvestir al menos parcialmente a su tío haciendo el menor escándalo posible.

Se ve que la manta no ha ayudado.

-Dororo—bostezó con los ojos llorosos—Tengo frío—sus hombritos temblaban con violencia, alcanzó a taparse con la manta de forma que le sirviese de capa—¿No me puedes poner otra frazada?

-Por supuesto, mi amor—exclamó preocupado y llevándola de la mano de vuelta a la habitación; cuando cerró la puerta y oyendo el ruido de los cajones de su armario, saqué el teléfono para volver a llamar a mi madre: tener que haberme despedido de Kyungsoo luego de besarnos por culpa de su genuino temor (que estaba bien, por cierto) había sido patético, y de pura suerte había logrado que me dejara volver a desaparecer medio día sin decirle dónde estaba, siempre y cuando la llamara cada dos horas.

-¿Ma? Estoy en lo de un amigo, voy a volver tarde, estoy bien. Te amo—con el mensaje de voz bastaría, guardé el teléfono y me giré para encontrar a Kyungsoo deslizándose con lentitud de vuelta hasta el pasillo cerrando la puerta—Dororo—tarareé por lo bajo mientras me acercaba a él—¿Puedes arroparme a mí también? Tengo frío—Lo abracé por la cintura y respondió de inmediato, rodeando mi cuello con sus brazos y casi poniéndose en puntas de pie—Te ves tan tierno cuando te preocupas por MinYoung…te sale una madre de adentro—sonreí.

-Estúpido—tartamudeó, incómodo—Sólo hago lo que me corresponde como su tío, no soy su madre.

-Apuesto a que cocinas y limpias mucho mejor que tu cuñada—ganándome otro golpe, volví a arrastrarlo hasta el sillón, acostándolo para poder gatear sobre él—Bien, ahora, siguiendo con las lecciones…suponiendo que en la casa no hay nadie y por cosas del destino terminamos en esta posición… - el rostro de Kyungsoo prácticamente chocó con el mío, mordiéndome el labio cuidadosamente para después tomarme de la nuca con ambas manos y forzarme a descansar completamente sobre él.

Como no lo había visto venir, el aire comenzó a faltarme al instante; aguantando y sintiendo mi boca humedecerse demasiado, un toque extraño en mi ingle disparó fuego más debajo de mi estómago: era la primera vez que el seco de Kyungsoo rozaba mi cuerpo. Estirándome más sobre él y volviendo a agarrotar las manos a su cinturón, maniobré alrededor de quince minutos, sin resultado.

-¡La puta madre!—me alejé para tirar un almohadón al piso con furia—Me cago en tu cinturón, ¿Tan cara es tu ropa interior que no quieres que nadie llegue ahí? ¡Ni que estuvieran hechos con fibras de oro, mierda!

-¡¡MinYoung duerme!!—me retó sin llegar a levantar la voz—No digas esas palabras en mi casa, Jongin, no si ella está presente—sentándose con las piernas estiradas entre las mías, deshizo el agarre de la hebilla—Y no es con gancho y agujeros, es como un encastre…tonto.

Levanté las cejas al ver que se bajaba el cierre y se quitaba los jeans solo: Kyungsoo, sin darse cuenta, podía llegar a ser muy servicial. Como un niño que le presta atención a la maestra y siempre le muestra los deberes hechos. Sacudí la cabeza cuando sentí tanteos torpes en mi pantalón también, los dedos de Kyungsoo desabotonado a paso marcado y luego tomándome de la cintura para poder desvestirme mejor.

-¿Qué estás haciendo?

-Desnudándonos, claro. ¿Qué crees que voy a hacer, lavarte la ropa?

Con los pantalones a la altura de mi rodilla, me alejé para poder subírmelos, saliendo del sillón y arqueando una ceja, Kyungsoo se limitó a mirarme con duda, inclinando levemente la cabeza.

-¿No era eso lo que querías?—susurró.

-Sí, pero…no sé—debía cuidar mis palabras, aquel terreno aún estaba bastante inestable y podría hacerlo pedazos si sonaba como un insensible—No hubo…feeling.

-¿Feeling?

-Claro—froté mis manos, indeciso: ¿Se lo digo o no?—Kyungsoo, me bajaste los pantalones… ¿Pero de verdad querías hacerlo, tuviste ganas hace unos segundos de hacerlo? Sé sincero—mientras volvía a sentarme frente a él, sus ojos pasaron a mirar con temor al suelo.

-N…n…no.

-¿Y entonces por qué lo hiciste?—le tomé de las manos, temiendo cometer un error.

-No lo sé. No, no lo sé—sacudió la cabeza repetidas veces, confundido—Para… ¿Para hacerte feliz? Es lo que querías…entonces, lo hice. Quiero…quiero que estés feliz, feliz siempre.

Su tartamudeo quebró algo dentro de mí, aún así mantuve mi sonrisa triste pero firme.

-¿Este tipo de situaciones ocurrían con tu novia?—asintió rápidamente, colorado y con ojos vidriosos; lo abracé—A eso se refería con que eras “Malo”, Kyungsoo. No es que lo seas, sólo pasa que tú no tenías ganas pero te obligabas, ¿Verdad?—asintió, su mejilla acariciando mi cuello—¿Alguna vez te quisiste acostar con ella?

-N…nunca. Nunca quise, era ella la que se me tiraba encima y…me tocaba…y…

Lo apreté con más fuerza contra mi cuerpo, cerrando los ojos y rasguñando suavemente su nuca: supuse que iría a llorar, pero solo temblaba; un largo suspiro entrecortado golpeó contra mi cuello y poco a poco deshizo el abrazo, mirándome fijamente a los ojos.

-Debes pensar que soy patético: me comporté durante años como un robot.

-Para nada—le tomé de las mejillas y junté nuestras frentes, me encontraba necesitado de sentir alguna parte del cuerpo de Kyungsoo en contacto con el mío, cualquiera—Me ha pasado: a veces uno se enamora de alguien pero sólo lo quiere como eso, como algo platónico…no busca tenerlo de pareja, muchos piensa tener algo carnal—la imagen del gimnasio y Taemin bailando a mi lado se volvió borrosa; mejor no convenía reconocer ese tipo de cosas si ni yo mismo las tenía claras—Escucha, sé que sonará algo prematuro, incluso apresurado, pero me parece que yo…que yo te…

El agitado vibrar de mi teléfono pareció adquirir fuerza al estar atrapado en el bolsillo trasero del pantalón pero presionado contra mi pantorrilla por la posición, bufé molesto cuando los dedos de Kyungsoo se entrelazaron con los míos, sonriéndome tontamente.

-Atiende, debe ser tu madre— Con un pronunciado puchero, atendí y gruñí su nombre escuchando barullo y música de fondo casi aplacando la voz de mi mamá.

-¿Qué quieres?

-Jongin, recién escuché tu mensaje—el chirriar de ruedas rebotó molestamente en mis dientes, debía estar en el supermercado—¿Significa que vas a pasar a Nochebuena en casa de un amigo? Porque si es así deberías llevar algo como obsequio, no sé, un pastel o un budín o algo.

-¿Nochebuena?—miré a Kyungsoo en busca de una respuesta, que me murmuró “¿No sabías?”—Eh, eh…No, ma, no voy a ir a ningún lado. Ya salgo para casa, ¿O quieres que te ayude a hacer las compras?—me sentía terrible: primer Navidad fuera de casa, con padres separados y encima yo dejándole plantada para las preparaciones—¿Vienen las chicas, vienen mis cuñados? ¿Viene la abuela?

-Jongin, las cosas todavía están medio tensas por lo ocurrido, creo que esta noche seremos tú y yo solos—un suspiro cansado de mi madre me desgarró el pecho, mordiéndome el labio, le pedí perdón a Kyungsoo y corrí a ponerme los zapatos con una mano mientras la otra sostenía el celular—Puedes invitar a Sehun o a los chicos si quieres…

-¿S…Sehun?—volví a girarme, sonrojado—No creo que acepten, cada uno estará en lo suyo, Tao seguro recibirá visitas de China y Baekhyun probablemente termine saliendo con el novio y… - una idea torpe afloró en mi mente, carraspeé—¿Puede Kyungsoo pasarla?—y me quedé viéndolo, deteniendo cualquier otro movimiento de mi cuerpo—Su hermano y la mujer probablemente vayan a la casa de los suegros, ¿Qué tal si se nos une?

-Ninnie, ¿No tuviste un tema con él anoche? Aparte, ¿Desde cuándo te hablas tanto con él? Apenas lo conoces del jardín.

-Pasa que….este… - Kyungsoo ardió al rojo vivo, no escuchaba nuestra conversación pero seguro por su cabeza ocurría una cantidad caótica de cosas—Digamos que…ahora estoy jugando con él—Mamá va a entender, mamá va a ser buena y va a entender…mamá…

-¿Y Sehun qué? Me caía bien él, ¿Dejaron de ser amigos?

-Algún día juro que te lo cuento bien todo, ¿Sí?—miré el techo, impaciente—Sólo deja que cene con nosotros y a cambio te compraré algo lindo—un resoplido hizo que cruzara mis dedos, todos los que pudiese cruzar—Por favor, di que sí, soy tu Ninnie…

-De acuerdo—rezongó—Pero más te vale que lo que tengas con él si perdure, ¿Me oíste? No voy a andar aceptando gente todos los meses en casa, tampoco quiero un hijo que vaya pasando de chico en chico como si nada…para eso está tu padre y sus mucamas.

-Te amo mamá, eres la mejor—tirándole besos al parlante, fui tapándolo poco a poco para susurrar casi con risa—Kyungsoo, llama a tu hermano y que vengan a buscar a la nena.

 

 

-¿Y bien?—murmuré mirando mis pies, fingiendo que temblaba por el frío y no por el hecho de temer su desaprobación al simple pero complicado hecho de haberlo llevado a casa para…presentarlo, de algún modo—Mamá no cocina mal, ¿O sí?

-No, no, claro que no—sonrió con incomodidad, lo supe al instante—Aparte, había comprado varias cosas ya hechas, típicas de Navidad—pateando la nieve, miró alrededor—Hace frío y está nevando, mejor me voy a casa y dejo de atarte los pies aquí a la vereda—sonriendo con un poco más de esfuerzo, sacudió la mano sonrojado y me dio la espalda, listo para marcharse.

Pero no lo dejaría ir, no antes sin darle un beso: tomándolo de los hombros y girando con fuerza, lo abracé y subí mi mano derecha su nuca para aferrar su rostro contra el mío, dejando la izquierda caer hasta su mano para encerrar sus dedos en los míos, tal cual lo hacía con sus labios.

El primer beso fue chocante, el segundo fue más acorde a nosotros y el tercero fue dulce, hasta que me pareció volver a sentir por una milésima de segundo, antes de separarnos…aquel sabor, ese asqueroso sabor. Abriendo los ojos con algo que ya rayaba en el espanto, miré a Kyungsoo que se encogía de hombros, colorado y escondiendo una sonrisa sincera debajo de su bufanda. Sacudí la cabeza: no, debe haber sido mi aliento o algo, no puede pasarme con Kyungsoo. Viéndolo dar pequeños saltos en su lugar, titubeó con alegría, mirando el suelo.

-E…estoy solo en casa, todos están en lo de mis suegros…o sea que MinYoung no vendrá mañana ni pasado, por quedarse allá en Año Nuevo—parpadeando intensamente, buscó mis ojos y se mordió el labio—Quieres…¿Quieres acompañarme y quedarte? T…tu madre no parece tener problemas si ya se fue a dormir.

Tragué saliva y asentí después de pensármelo una eternidad: mi madre me mataría, si me quedaba allí no tendría tiempo para estudiar y aprobar nada y…y…

-Vamos, mañana la llamo—apresuré a decir para enganchar mi brazo con el suyo y salir prácticamente disparados hacia su departamento—¿Mañana trabajas?

-No, feriado de Navidad—respondió, todavía más rojo, quizás pensando en el fondo lo mismo que yo—Además, si deciden abrir, puedo pedirle a Minseok que me cubra…yo lo hice más de una vez.

-Minseok, el que vi en el bar con el otro chico—repetí, cerciorándome de saber de quién me estaba hablando.

-Exacto. Se enferma mucho porque no se cuida…y Luhan, Luhan no trabaja, así que me debe como mil favores—rió—Es más, le mandaré un mensaje…no quiero llamarlo e interrumpirle la cena.

Una vez llegamos, dejé que se tomara el tiempo del mundo para abrir la puerta, errándole con la llave a la cerradura tres veces seguidas: ahora él temblequeaba y se mordía el labio; incluso cuando logramos entrar tropezó con sus propios pies mientras se sacaba los zapatos. Mirando alrededor, noté que todo seguía igual: no había esperado por él a que arreglara el departamento antes de marcharnos a cenar a casa, hasta su cama seguía deshecha. Atento a la imagen de MinYoung siendo despertada rápido sin siquiera dejarla cambiarse, sonreí de lado apoyándome en el marco de la puerta.

Pobre, no debe entender todavía qué estaba pasando.

-J…Jongin… - amagué a darme vuelta hasta que sentí dos manos cálidas bordear mi cintura y acariciar mi pecho, presentí que a partir de ese momento se guardaría las palabras, se limitaría a intentar mejorar su lenguaje corporal.

Inculcándole confianza, entrelacé nuestros dedos y besé sus nudillos, uno por uno, con paciencia y terminé posándolas sobre mi estómago: él decidiría hacia dónde iría, qué partes tocaría de mí y cuáles tendrían que esperar.

Pasaron los minutos y nada, todo siguió igual.

-… ¿Kyungsoo?—giré la cabeza y lo vi con los ojos cerrados y los labios apenas posados en mi campera, respiraba despacio—¿Todo bien?

-Mh—asintió, alejándose para hablar—Sólo quiero estar así un ratito. Es lo que de verdad quiero—comprendí el mensaje y reí entre dientes, moviéndome para que me abrazara cómodamente.

-Kyungsoo—apoyé la cabeza en la madera, mirando por la ventana de la pared del cuarto—Si tú no vas a hablar—la conversación por teléfono acudió a mi mente en un instante, hice fuerzas para no reír—¿Puedo hacerlo yo?—no esperé ninguna respuesta, simplemente tomé aire y nublé mi vista—No sé si es demasiado rápido ni me importa, sólo quiero que sepas que, así como tú quieres quedarte así, yo…quiero.

En el medio del silencio más absoluto, y reconociendo ciertas luces de la calle como probablemente la decoración de algún árbol del centro, escuché una especie de suspiro, de murmullo confundido y forzado.

-¿Qué quieres?

-Quiero ser—aclaré con decisión—, ahora mismo.

-¿Cómo? No te entiendo.

Me giré completamente para mirarlo, había algo en su rostro que me llamaba a observarlo, examinarlo con precisión a todo momento.

-Quiero ser alguien del cual te enamores…quiero—tomé su rostro por enésima vez entre mis manos y me acerqué para susurrarle entre los labios—Quiero que dependas de mí tanto como yo dependo de ti en este momento.

Explosiones detonaron detrás de mi espalda, el ruido pronto se amortiguó solo y pareció ir perdiéndose en el cielo. No vi la necesidad de mirar por la ventana pues en los cristalinos ojos de Kyungsoo se reflejaron centenares, miles de luces de colores y brazos de brillo que se abrieron por entre las estrellas y hacia la Luna, apenas escondida detrás de las nubes. Una muchedumbre no muy lejana comenzó a vitorear, nos sonreímos cómplices y juntamos más nuestros cuerpos, suponiendo que eso era posible, claro.

-Parece un cuento—dijo.

-Es nuestra historia de amor.

Y nos abrazamos como si fuera a acabarse el mundo, sintiendo los aplausos y los gritos como si se tratase de nuestros admiradores, amigos que festejaban el habernos confesado aquella noche en vez de ser simples ciudadanos que vivían vidas completamente ajenas a nosotros, viviendo en ese entonces nada más ni nada menos la medianoche del veinticuatro, ya veinticinco de diciembre.

 

 

Notas finales:

Mil disculpas si me comí alguna letra o no hay espacio entre palabras....me arreglaron el teclado viejo de mi net dándome uno que parece que anda peor e_e 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).