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Esperando por ti por Tae_Yuu

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Notas del fanfic:

Yeah!! Inspirción momentanea 

Un One Shot en donde nadie muere!! 

Notas del capitulo:

LUHAN

 

El  invierno es mi estación favorita, blanca y pura como el alma de una persona enamorada, que aunque a veces duela, eso era lo que lo hacía hermoso, porque si no se sufre con el amor significa que no eres feliz, todo amor tiene sus momentos felices así como los dolorosos. Diciembre, un mes que la gente había puesto como excusa para demostrarse un poco más de cariño así como en febrero regalándose cosas y estando más cerca de las personas que se quiere, sabía que no era bueno contribuir a ese tipo de tradiciones que enseñaban y marcaban a no dar amor el resto del año, así como en cada momento de la vida, pero mentiría si dijera que la época decembrina no me gustaba.

 

 

 

Este día había amanecido especialmente frío y en las noticias anunciaban una nevada grande, la más fría y larga de este invierno, por lo que se recomendaba no salir de casa, pero como siempre no puse mucha atención, encendí la calefacción de mi apartamento y me dispuse a desayunar, una taza de café no me vendría nada mal, aún tenía tiempo para la hora acordada por lo que me podía dar la libertad de no hacer absolutamente nada. Cambie de canal, me distraje con las caricaturas, hasta que el cálido ambiente de la sala me hizo caer.

 

 

Desperté más tarde y ya casi era la hora, me desperece para correr al baño, aunque no era la primera vez que llegaba tarde hoy trataría de llegar a tiempo, de ser lo más puntual que pudiera, era un pequeño cambio en mi. Salí corriendo y  después de secarme a fondo me coloque un pantalón de mezclilla obscura, una camisa blanca de manga larga junto a un abrigo azul eléctrico que caía hasta mis rodillas, era bastante calientito, trate de controlar mi cabello hasta el punto que casi me lo arrancaba con el cepillo y al final termine por ponerme un gorro de lana blanco, tome mi obsequio para él y escape a la calle.

 

 

 

Hacía bastante frío, pero la nevada no comenzaba hasta las altas horas de la noche, camine seguro hasta la estación del tren cercana a mi departamento en donde siempre nos veíamos, me pare junto al andén para poder verlo ahí parado, eran las 7:45 y la cita era a las 7:30 por lo que él debería ya estar ahí, era bastante puntual a comparación de mi, pero no era así, me tomo unos minutos procesar que se le había hecho tarde.

 

 

Parado en el mismo lugar de siempre giré mi vista a través del andén, a lo largo viendo a todas esas personas ahí paradas y sentadas esperando el siguiente tren o al igual que yo a alguien que se había retrasado. Un chico sentado en una de las largas bancas con una sonrisa y junto a un bulto negro me llamó la atención, traía al igual que yo un pantalón de mezclilla pero su abrigo era rojo, lo que enmarcaba su cabello negro y su piel un tanto bronceada, pero lo que más llamo mi atención fue su mano derecha, estaba metida dentro de la abertura que dejaban sus primero botones sueltos del abrigo, sujetaba algo, sin embargo, desde mi perspectiva no podía ver que era, deje de mirar al atractivo chico y mi vista se paseo de nuevo a las vías del tren, sucias y heladas.

 

 

 

Paso el tiempo y el tono plata del cielo cambio a uno gris violento, mire el reloj y ponía 8:45 pm, era muy tarde para ser solo un retraso, lo deje pasar yo lo había hecho antes y con más tiempo de por medio, parado ahí como estatua aferrado a la caja de regalo en  mi regazo, pensé  >>Esto era lo que sentías...>>

 

 

 

No supe cuento tiempo había estado parado hasta que volví a mirar mi reloj las 10 pm, agache la mirada y el viento ahora me azotaba sin piedad, el abrigo grande que traía ahora solo parecía una camisa de playa, el viento la traspasaba, tenía mucho frío y estaba triste, pero no me podía mover, no sabía porque no me había ido, ni porque él no llegaba, era extraño apostaba a que si en algún momento pensé en esta situación me mandaría un mensaje o me haría una llamada. Me sentí obligado a quedarme ahí…

 

 

 

 

Los copos de nieve comenzaron a caer cubriendo el piso del andén y más tarde que temprano dieron el anuncio del último tren, no quería hacerlo pero termine por dirigir mi vista discretamente hasta el gran reloj de la estación que marcaba un gran y rojo "11:45" y en ese momento fue cuando mi celular comenzó a vibrar dentro de la bolsa de mi abrigo, con las manos congeladas solté un poco el agarre del obsequio y metí una con cuidado hasta encontrar el aparato, era un mensaje  y mi  mirada se ilumino con un poco de esperanza, pero por alguna razón no estaba feliz al leer su nombre en la barra de estado...

 

 

 

De: Sehunnie~~

¿Hace cuanto llegaste? Déjame adivinar ¿1 hora?

Ya me canse, una persona que te hace esperar así no vale la pena,

Lo siento, pero no iré contigo, ni hoy, ni mañana, ni nunca. Adiós.

 

 

 

Me había esforzado por llegar a la hora indicada, era cierto que el peor de los impuntuales, pero eso a él nunca pareció importarle, por lo cual nunca lo discutimos y resulta que por eso me dejaba un "No me gusta que llegues tarde" me abría hecho ver qué era lo que pasaba. Solté un bufido sofocado que por un momento pudo confundirse con una risa, pero no lo era me dolía y lo comprobé cuando las lágrimas corrieron por mis mejillas frías, había esperado por más de tres horas escuchar una pisadas que jamás llegarían, comencé a sollozar, pero al parecer ni eso se me permitiría hacer, aunque era justo yo había tenido la culpa, había terminado con nuestra "relación"

 

 

 

El llanto agudo de un perro pequeño me hizo girar sobre mis pies y el chico que había visto seguía ahí, con la mano metida en su abrigo, mientras con la otra tecleaba en su celular y después lo metía a su bolsa, un movimiento más tarde tomo el bulto negro de su lado, era una capa y se la acomodaba en sus hombros, una tela cálida y con lana dentro que me hizo querer tenerla, para cubrirme un poco.

 

 

 

—Joven será mejor que se vaya a casa — escuche al policía que le decía al chico

—Disculpe ¿Conoce algún lugar pueda tomar algo caliente cerca de aquí? No soy de por aquí y me estoy congelando —sonrió triste al preguntarle al policía, su voz era gruesa, pero suave, se escuchaba educado aunque al mismo tiempo era informal, se notaba que algo lo incomodaba y no era el no conocer los rumbos

—Caminando avenida abajo hay una cafetería de 24 horas

—Gracias — añadió cuando el policía se marcho

 

 

 

Volví a suspirar y su mirada se cruzo con la mía, un torbellino café obscuro, el frío me calaba hasta los huesos y me sentía estúpido, pero me di cuenta que había dejado de llorar, el chico me sonrió y camino tranquilamente se acerco a mí, aun sin quitar su sonrisa que comenzaba a parecerme bonita, aunque opaca por la tristeza, me pregunto:

 

 

— ¿Tienes mucho frío? — Asentí en silencio — Hagamos un trato ¿Ok? ¿Vives por aquí? — Volví a asentir — Si tú me acompañas hasta la cafetería para que no me pierda, te prestare mi capa ¿Que dices?

—Eh... — no podía pensar, me habían botado y estábamos a la mitad de la nevada más grande del mes, pero el sentimiento de ese momento, en el cual el solo estar  a su lado hacia que la opresión en mi pecho se fuera,  volví a asentir. La larga capa cayó en mis hombros y con cuidado sin sacar la mano que tofo el rato trajo dentro del abrigo el acomodo

— Por cierto, algo más... — dijo comenzando a desabrochar mi abrigo — Tendrás que calentarlo porque también tiene frió

 

 

 

Saco de su abrigo un cachorrito café con un moño, que fácil cabía en sus manos y lo metió en el mío, en donde se acurruco y tuve que tomarlo con cuidado, su mirada se volvió apagada cuando acaricio su cabecita, abrocho su abrigo adecuadamente y me ayudo con mi caja. Acomodo mejor la prenda que me había prestado de forma que me resulto sumamente abrigadora y me arme de valor para mirarlo, era más alto que yo, pero sería tan solo por una frente, un poco mas; me devolvió una mirada acuosa, pero aun con esa sonrisa.

 

 

— ¿Y hacia dónde?

 

 

 

Camine en silencio a su lado, podía sentir el subir y bajar de la respiración del cachorro junto a la mía, sin dejar de mencionar que ya no tenía frió ni estaba triste. La nieve caía sin tapujo y comenzaba creer que ir a la cafetería en ese momento no era una buena idea. Tal vez porque él no era de por aquí, y fue amable al prestarme su casi única forma de abrigo no sería muy inapropiado que le dijera que fuéramos a mi departamento, pero aun con esos pensamientos rondando mi mente y mi boca no los deje salir, ni me detuve hasta que llegamos al lugar.

 

 

 

— ¿Quieres pasar?

—No — negué también con mi cabeza, no me quería ir, pero sabía que era lo mejor — Creo que es hora de...

— ¡Cristo! Pequeños niños pasen antes de que les dé una pulmonía — soltó de repente con tono maternal una señora regordeta ya mayor y nos atrajo  dentro del local — ¿En qué les puedo servir? ¿Qué les gustaría tomar a estos apuestos chicos con este frío infernal?

—Para mí un café por favor — dijo el chico mientras se quitaba el abrigo y se sentaba por lo que no me quedó más remedio que hacerlo igual ante la mirada insistente de la señora

— ¿Y tu pequeño?

— Un chocolate caliente está bien. Gracias — Me quite con cuidado la capa y la deje a un lado de mi en el sillón largo al mismo tiempo que dejaba al cachorro acomodado en ella y me quitaba mi abrigo, el aroma del chico en tan pocos minutos se había impregnado en mi ropa

 

 

 

Dentro del local el ambiente era muy agradable, música ligera llenaba un poco el espacio, no esos villancicos que se acostumbraban por todos lados, solo una melodía relajante que quedaba perfecto con el color crema y marrón de las paredes, las mesas en el centro con cuatro sillas a su alrededor y unas con sillones negros acolchonados justo junto a las ventanas, como en el que nos encontrábamos, era cálido no había ni una pizca que denotara que afuera nevaba si de un diluvio blanco se tratara, había silencio entre nosotros pero no era del todo incomodo. Él veía a través de la ventana a nuestro lado y eso me dejaba verlo mejor, aun con un semblante decaído será muy guapo, llevaba un suéter tejido de ochos que lo hacía verse serio, pero por alguna razón no quería verlo así...

 

 

 

—Aquí tienen chicos, disfrútenlo — le sonreí a la mujer y esta enseguida se marcho solo dejando nuestro pedido junto a un plato con malvaviscos, bebí un poco del chocolate con cuidado mientras acariciaba al cachorro que ahora dormía plácidamente entre mi abrigo y la capa de él

—Este... Va a ser una nevada larga ¿verdad?  — dije intentando sacar una conversación

—Así parece — contesto bebiendo un poco de su humeante taza de café — También te plantaron ¿cierto?

 

 

Eso había sido demasiado directo, escondiéndome detrás de la taza de chocolate y mi cabello que caí por mi frente, asentí despacio...

 

 

 

—Una persona que te hace esperar tanto tiempo no vale la pena

— ¿Tú crees? — dije triste, ese era mi caso

—Sí, solo es una pérdida de tiempo — dijo seco, lo mire por un momento y volví a bajar mi mirada —,es por eso que me canse…

—Eso mismo me dijeron hoy, por lo regular yo siempre llegaba tarde y hoy se cansaron de eso...

—Cuando una persona realmente quiere estar con alguien no llega tarde, espera por ese momento, tanto que llega antes o solo con unos minutos de retraso. Mi caso es el caso de quien te dejo

— Intente, hoy llegue a tiempo, pero no sirvió

— Es cuando te das cuenta que aun el amor se cansa de esperar, pero la diferencia es que a quien yo esperaba nunca quiso o intento llegar antes, esperar por mi cuando yo espere mucho

— Se lo merece, me lo merezco…

— Lo que importa es que tú te diste cuenta, ahora solo te toca esperar

— ¿Y qué hay de ti? Ya esperaste mucho

— Si, pero creo que ya no tengo por qué esperar más, a pesar de que tengo todo el tiempo ya no quiero esperar

 

 

 

No sé que fue, si el ambiente cargado por el vapor de nuestra bebidas o el simple hecho de que me sonriera de esa manera lo que me hizo marearme, estaba seguro de que la chica que lo hizo esperar tanto era una tonta, pero sus palabras me hicieron fijarme en algo, "Cuando una persona realmente quiere estar con alguien no llega tarde",  tal vez por eso no me sentía del todo mal, sabía que ese sentimiento era más por obligación que porque me naciera, sin embargo las lagrimas fueron reales, si lo quise mucho pero no me di cuenta cuando deje de hacerlo, yo lo deje esperar y este chico se había cansado de hacerlo...

 

 

 

—Siempre hay una segunda oportunidad, para dejar de esperar

— Tienes razón... Soy Luhan

— Jong In — susurro antes de preguntar —  ¿Luhan estudias?

—Sí, aunque estoy de vacaciones ahora — dije agradeciendo el cambio de tema

—¿Preparatoria?

—No, Universidad — volví a acariciar al cachorro que se había movido para quedar en mis piernas algo que Jong In notó

— Quédatelo

— ¿Qué?, No, yo no tengo...

—Si tienes tiempo, yo no podré cuidarlo y me gustaría que lo conservaras — tomo un malvavisco y me volvió a sonreír  >>Eso era trampa>>, aun con dudas asentí, era solo un cachorro

 

 

 

En mi reloj dio la 1 am y en las noticas dieron el anuncio de que la tormenta no acabaría hasta dentro de una horas, tenía todo el tiempo para esperar y Jong In no esperaría para hablarme de él, supe su nombre y que era menor que yo, aunque el ya trabajaba por cuenta de su padre. Su comida favorita, su color favorito, la música que le gustaba escuchar, lo que le gustaba hacer, así como un poco de su trabajo.

 

 

 Tres horas después caminamos hasta mi departamento, aun con una plática amena, entre risas y miradas tímidas, en donde le conté parte de mi vida y como la llevaba hasta ahora, tenía de nuevo a mí ahora cachorro dentro del abrigo y bajo el cobijo de esa prenda tan cálida y con su aroma. Llegamos a la puerta de mi edificio y antes de entrar paso lo que había esperado, un momento en el que él no esperaría y yo me estaba cansado de esperar, tomo mi mano soltando  una gran confesión...

 

 

 

— Te vi llorar y no lo pude aguantar, te atraje hacia mi e hice que vinieras conmigo, aun cuando mi auto está estacionado frente a la estación quería caminar contigo, quería saber porque llorabas y quien había sido tan idiota como para dejar que casi te congelaras esperando — mis ojos no podían abrirse más ante su mirada sincera, pero estaba feliz, era como había dicho él ya no iba a esperar y fue hacia mi — Espere solo un momento y luego quise hacerte reír, así como olvidar lo que te hacia estar triste, espero que no te incomode...

— No, yo... estoy feliz. Te lo regalo — dije refiriéndome a la caja que me había ayudado a cargar, al regalo. — No sé si acostumbres usarlos, pero acéptalos por favor

—Está bien...

— ¡No! — Hizo el amago de abrirlo pero no quería que lo viera aun — No lo abras aquí

 

 

Sonrío y yo hice lo mismo, el tacto de sus dedos en mi cabello, acariciando mi nuca me sorprendió, pero el sentir sus cálidos labios aun a esas temperaturas sobre los míos, me hicieron sentir satisfecho, un beso, un roce que me lleno de calidez, un toque que respondí y que me hizo dejar de esperar....

 

 

Hoy no había llegado tarde, pero no había sido para ir a ver a Sehun, había llegado antes, mucho antes por esperar a Jong In...

 

 

 

 

****

 

Esperaba en ese anden una vez más, una de tantas, la cita era a las 7 pm y mi reloj ya marcaba las 7:10, era raro. Un abrazo por detrás rodeándome por la cintura me hizo saltar un poco por la impresión, la risa en mi oído y el mentón en mi hombro me hizo sonreír como idiota... Le había conocido un 25 de diciembre, esperando mientras él se cansaba de esperar....  

 

 

—Tal parece que su cita se ha retrasado ¿Te apetece tomar algo caliente conmigo?

— No lo sé, estaba en espera de que llegara

—No debes esperar a nadie…

— Solo a él, solo lo esperare a él. Esperare para poder verlo y escucharlo

—Que tierno, debe ser muy afortunado — me gire sonriendo aun sin romper el abrazo y rodee su cuello dándole un suave beso

— Jong In te quiero

— Feliz aniversario cariño

 

Un año sin esperas, ni de él ni mías, conociendo lo que es el tiempo aprovechado junto a Jjanggu, que hoy al igual que nuestra relación cumplia un año...

 

 

 

  

Notas finales:

Que tal? c:c


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