Mi vida siempre fue aburrida, común, rutinaria, como una vida normal. Siempre había deseado un cambio, un suceso extraordinario, algo que me diera ganas de continuar con la vida, algo interesante, algo único, solo deseaba que pasara algo.
La fotografía y el arte eran las únicas cosas que hacían que mi corazón inmovilizado volviera a bombear, solía ir a diferentes lugares y fotografiar a cualquier persona que atrajera a mi cámara, desde Bebés hasta ancianos. Era bastante interesante ver las diferentes de mis involuntarios modelos, cada uno con un mundo totalmente distinto, diferentes problemas, diferentes alegrías, diversas situaciones, parecía genial sentir tantas emociones, no como yo que solo sentía aburrimiento. Pasaba mis días en la calle fotografiando, luego iba al estudio y retrataba los rostros que más me gustaran.
Generalmente llevaba un registro de las personas que iba a retratar, anotaba las horas en las que pasaban, los sentimientos y sensaciones que transmitían, sus vestimentas. Anotaba también las características del espacio, el clima, el cielo, y demás cosas, cada detalle debía ser preciso para hacer el retrato perfecto.
Tenía 21 años y ya había terminado la universidad, estudié diseño gráfico, fui uno de los mejores estudiantes, por eso terminé rápido. Sehun fue mi único amigo desde que entré a la universidad, trabajábamos juntos en las fotografías, él estaba especializado en la edición, era extremadamente bueno. Nuestro superior, el cual no parecía serlo, se llamaba Luhan, realmente lo admiraba, él era realmente talentoso en la escultura. Estos eran mis dos únicos amigos.
Era 8 de Julio, el inicio del verano ya era bastante notable, hacía calor pero las ráfagas de viento amenizaban la temperatura. Salí temprano de casa y fui hacia el lugar habitual para empezar con mi labor. De camino allá me topé con una cafetería, era nueva, nunca la había visto por ese lugar, estaba sediento así que decidí entrar por un Frappé.
Me senté y puse el vaso sobre la mesa, observé el aspecto del local, era agradable y acogedor. Todos los baristas y los empleados eran hombres extrañamente guapos. Saqué mi cámara y enfoqué a uno de ellos, estaba atendiendo a una chica en la caja registradora, sus ojos eran muy peculiares al igual que su sonrisa, hice un acercamiento a su marquilla de presentación y pude conocer su nombre, luego el enfoque volvió a su rostro y saqué la foto cautelosamente. Debía ser muy precavido ya que mucha gente podría molestarse al tomar fotos sin permiso. Saqué mi libreta y empecé a escribir unos pocos datos.
8 de Julio.
Nombre: Kim Min Seok.
Ocupación: Barista.
Observé la foto, había quedado muy bien. Dejé de mirar a Min Seok y miré hacia el frente, me encontré con otro chico, él no trabajaba ahí, era un cliente. En ese momento sentí una atracción total hacia él, tenía un aspecto angelical, no parecía una persona real. Miraba hacia la venta con una suave sonrisa dibujada en sus labios, usaba un suéter de lana color crema, tenía un audífono en la oreja derecha y la otra estaba disponible para escuchar si lo llamaban. Iba a sacar una foto del chico hasta que llegó uno de los meseros y bloqueó mi vista.
–Kyungsoo ¿Esta bien tu café? –Preguntó el alto mesero.
–Está perfecto hyung –Respondió el chico, tenía una voz calmada y suave.
– ¿Cómo te sientes hoy? –Preguntó en tono paternal.
–Bien –Le sonrió con los ojos cerrados. –Al menos sigo respirando…
–Kyungsoo, no debes estar así, nos tienes a todos, debes ser feliz pequeño –Sonrió. –trata por favor.
–Estoy agradecido por tenerlos pero aun así, tú sabes… -Volvió a mirar por la ventana. –Me falta algo vital, lo más importante.
–Tal vez puedas operarte –Lo alentó. –No debes perder la esperanza y esa hermosa sonrisa que tienes.
– ¡Park Chanyeol! a trabajar por favor –el gerente regañó al mesero y este antes de regresar a su labor le acarició el sedoso cabello al chico.
Antes de tomar la foto decidí poner todos los datos en la libreta.
Nombre: Park Chanyeol.
Ocupación: mesero.
Aspecto: alto, delgado, orejas grandes, sonrisa amplia, ojos carismáticos, voz gruesa.
Decidí no anotar muchas cosas sobre el ya que no quería retratarlo, solo me interesaba ese tal ‘’Kyungsoo’’.
Nombre: Kyungsoo.
Desconozco el apellido.
Ocupación: Desconocida.
Aspecto: estatura normal, piel lechosa, nariz fina, ojos dulces y gentiles, mejillas algo llenas, labios carnosos, rojizos y en forma de corazón, cabello castaño oscuro, sedoso, muy guapo y tierno.
Personalidad: Amable, serio, algo solitario y triste.
Esta preocupado por una operación.
Enfoqué mi cámara justo en su rostro el cual estaba apuntado hacia la ventana, una hermosa foto de perfil, mi dedo estaba a milímetros por oprimir el botón de acción hasta que alguien me rapó la cámara.
– ¿Por qué demonios le estas tomando fotos a ese chico? –Gruñó Chanyeol. – ¡Enfermo, no puedes tomarle fotos a una persona como él!
– ¿Qué te ocurre? ¡No puedes tomar mis cosas así! ¡Idiota! – grité. Todo el café estaba viendo la discusión.
– ¡Tú eres el idiota! ¡Largo de aquí! –
Decidí irme y no dejar que mi reputación se fuera a los suelos, tomé mis cosas y antes de irme Chanyeol me golpeó con su hombro intencionalmente.
No era el mejor de los días, pero algo interesante había pasado en mi vida, no pude evitar reír todo el camino a casa después de haber terminado con mi labor.
Al día siguiente volví a la cafetería y le pregunté a Min Seok, quien era extremadamente amable, a que horas trabajaba Chanyeol. Supe que descansaba martes y miércoles, volvía a trabajar los jueves por la mañana, y los viernes, sábados, domingos y lunes trabajaba por la tarde. Era jueves así que salí y me senté al frente de la cafetería en un lugar algo lejano para que ese mesero conflictivo no me viera.
Eran las 10:00 AM y Kyungsoo llegó con un perro, un labrador chocolate, y se sentó en las sillas externas del Café, me pareció bastante curioso verlo con ese animal, parecía amarlo mucho, lo acariciaba y lo besaba, extrañamente sentí un poco de celos. Chanyeol llegó diez minutos después, abrazó a Kyungsoo y acarició al perro. Estuve todo el día sacando fotografías de Kyungsoo, parecía un extraño maniático, ni siquiera había almorzado pero ver a ese chico almorzar me quitaba el hambre, se veía tan lindo. Noté que el color de sus ojos era algo como marrón extremadamente claro así que lo anoté, también anoté lo de su mascota y el amor que sentía por esta.
Todos los días fueron transcurriendo de esta manera, observaba desde lejos y cada vez sentía más ganas de hablar con él, pero Chanyeol me lo impedía y curiosamente Kyungsoo solo venía cuando estaba ese estúpido mesero.
Era 26 de Julio, jueves al medio día, me senté en el lugar habitual y esperé. Kyungsoo llegó al café y entró de inmediato, usaba unas gafas de sol, se veía impaciente y lleno de ansiedad. Ya había pasado una hora y Chanyeol no había llegado. Recordé que era jueves, mi plan era esperar hasta que saliera del Café y hablarle. Pasaron un par de horas y finalmente salió, caminaba bastante lento así que lo alcancé fácilmente.
–Kyungsoo, espera –
– ¿Eh? ¿Quién eres? – preguntó sin mirarme.
–Mi nombre es Jongin y…
–Discúlpame por favor –me interrumpió. –No tengo tiempo ahora, mañana si, lo siento mucho.
–Pero no soy una mala persona.
–Sé que no lo eres pero en serio, debo irme.
–Nos vemos mañana –me despedí algo desanimado, quería charlar con él pero ni siquiera me dio la cara.
Llegué al café al día siguiente y lo vi sentado en una de las mesas, Saludé a Min Seok y a Yixing, uno de mis nuevos amigos, pedí un café y me senté en frente de Kyungsoo.
– ¡Hola! –lo saludé amablemente, él se asustó, como si no me hubiera visto.
–Hola Jongin. Me asustaste –Rió.
–Discúlpame.
–No, no, discúlpame tú a mí por lo de ayer.
–No es nada por que preocuparse, me pareces una persona muy interesante así que quería hablarte.
–No soy nada del otro mundo, hay muchas personas como yo –rió mirando hacia la taza de café que tenía en frente.
–De hecho pareces ser muy único –comenté sonriendo.
La conversación se detuvo, no quería presionar así que esperé a que el hablara. En el tiempo de silencio Kyungsoo parecía que iba a tomar la taza de café, puso sus manos sobre la mesa y su mirada dirigida al objeto, luego empezó a buscar la taza con sus manos, como sino la viera, como si o estuviera ahí. Lo analicé curiosamente, se veía adorable pero la situación era completamente extraña, cuando la encontró se sorprendió bastante; Bebió un poco antes de volverla a dejar en su lugar. Su mirada se clavó en mis ojos y me regaló una sonrisa.
–Sigues aquí, pensé que te habías ido –
–No –sonreí. –eres muy interesante.
–En un par de minutos ya te aburrirás de mí –suspiró. –Todos lo hacen.
–Apuesto que no –reí.
–El único que no se ha aburrido tanto de mí es Chanyeol –apreté mis puños al oír el nombre del estúpido mesero, sentí una extraña sensación de celos.
– ¿Chanyeol? ¿El mesero?
–Si, el mesero –fijó su mirada hacia la ventana y continuó. –aunque creo que lo hace por lástima, todos me tienen lástima.
– ¿Lástima? ¿Por qué te tendrían lástima? –Pregunté y Kyungsoo sacó un risilla algo desdichada.
–Chanyeol está por venir, deberías irte.
–Te molesté con mi comentario ¿Verdad?
–Simplemente me afectó, nada más. Ahora vete.
–En serio discúlpame, soy muy estúpido y descuidado con las palabras.
–No hay problema, no debes disculparte con un desconocido –Sonrió aun mirando por la ventana.
–Quiero seguir hablando contigo ¿Cuál es tu número?
–Sólo tengo teléfono, no celular.
Le insistí varias veces hasta que aceptó y me fui de ahí antes de que llegara ese pesado chico.
Días después continué acercándome más y más a Kyungsoo, ya sabía donde vivía, que era mayor que yo, que le encantaba cantar y su pasión más grande era la aviación, su color favorito, la música que le gustaba escuchar, y demás cosas, notaba comportamientos extraños, algo inusuales, me preocupaba pero lo dejaba pasar, no quería sonar tan entrometido. Cada vez le cogía más cariño a ese pequeño chico. Eran mediados de agosto cuando invité a Kyungsoo a mi casa, llegó rápidamente en un taxi, estaba vestido con un suéter rojo el cual hacía que su piel se viera más pálida. Al entrar lo abracé, creía que no iría a mi casa, él simplemente rió y siguió a la sala, se tropezó contra una mesa y logró sentarse en el sofá rápidamente.
–Tu casa es muy cálida –Dijo entre pucheros.
–trato de que sea muy acogedora para los invitados.
–Pues lo lograste –Ambos reímos. Conversamos bastante tiempo ahí en la sala hasta que se me ocurrió contarle sobre mi pasión artística.
– ¿Quieres ver mis bocetos? He estado tomando fotografías tuyas sin que lo notes, te dibujé.
– ¿Ah si? La verdad nunca lo noté –rió desconcertado.
–Entonces ¿Quieres verlos?
Pasó saliva fuertemente antes de responder –Si… –Lo tomé inmediatamente de las manos, quería que viera mi arduo trabajo. Fuimos a mi estudio personal, donde tenía una galería entera de Kyungsoo, llena de fotografías y retratos. Al llegar tomé una de las mejores fotografías y se la di, el la miro y sonrió.
–Sales muy guapo Hyung– lo alagué. – ¿Recuerdas donde estábamos?
–En… el café –Respondió inseguro. En realidad la fotografía era en un parque, en nuestra primera cita, una cita que inició nuestra amistad. Era preocupante que su respuesta fuera negativa. Decidí tomar otra de las fotos en la cual Kyungsoo tomaba una taza de Té.
– ¿Qué estás haciendo en esta?
–Mmmm… estoy caminando –respondió aun más inseguro. Suspiré y lo abracé suavemente. – ¿Qué pasa Jongin?
–Hyung… ¿Hay algo que no me hallas contado?
–No ¿Qué podría ser?
–No lo sé ¿Sufres de alguna enfermedad o algún defecto?
–Pensé que era lo más obvio –suspiró y puso sus manos sobre mi pecho. –si sufro de algo.
– ¿Qué es? –pregunté con lágrimas en los ojos.
–Cuando tenía 17 años me gradué ya que era uno de los mejores estudiantes, a causa de eso tampoco tenía muchos amigos, me la pasaba leyendo sobre la aviación, tu sabes, mi sueño, al igual que el de mi padre, era ser piloto pero nací con un defecto visual y debía usar unas gafas con bastante aumento. Quería entrar a la escuela de aviación pero no me aceptarían si tenía una visión tan mala así que mi padre decidió que me operarían para tener mejor visión. El día de mi operación no sé que ocurrió, tal vez el cirujano no había dormido bien o no estaba concentrado pero falló, la operación salió totalmente mal, y… –Su voz se cortó y sus ojos marrón claro se aguaron. –Perdí la visión por completo, soy… ciego –sollozó suavemente abrazándome con fuerza. Besé su frente y sequé sus lágrimas con mis dedos y lo abracé más fuerte, su llanto se intensificaba cada segundo y yo luchaba más y más por controlar mi tristeza ¿Cómo alguien como él debería sufrir ese infierno? Totalmente Injusto.