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Shades por mumu16

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Notas del capitulo:

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Nombre: Do Kyungsoo.

Ocupación: Desconocida.

Aspecto: estatura normal, piel lechosa, nariz fina, ojos dulces y gentiles, mejillas algo llenas, labios carnosos, rojizos y en forma de corazón, cabello castaño oscuro, sedoso, muy guapo y tierno.

Personalidad: Amable, serio, algo solitario y triste.

Esta preocupado por una operación.

Es ciego.

 

– ¿Kyungsoo? ¿Ha venido hoy? –pregunté sentándome en la barra. Como no  obtuve ninguna respuesta  insistí – ¡Hyung! ¿Podrías contestarme?

–Oh, lo siento Jongin, estaba ocupado. Kyungsoo no ha venido –Contestó secando una taza de café. Miré a mí alrededor y extrañamente sentí mucha calma.

–Que raro, Chanyeol tampoco vino hoy…  –Musité con labios casi inmóviles. Sentía un poco de celos, tal vez estaban juntos y todas esas cosas, o simplemente habían coincidido en no venir, no lo sé…

– ¿Qué es lo que tanto te atrae de Kyungsoo? –preguntó Minseok de repente. –Siempre estás tras él.

–Fácil, Su sinceridad, su suavidad, su mirada vacía, su tristeza, su soledad. Eso es lo que realmente me atrae. Es realmente fascinante, ¡Como una caja de sorpresas! Exactamente así… –

–Realmente te gusta, jovencito –Minseok lanzó una sonrisa pícara. Me sonrojé y le ayudé secando otra taza de café. Realmente me gustaba y Minseok lo había notado desde la primera mirada. –Él es mayor que tú pero, sinceramente, luces más anciano.

– ¡Yah, hyung! –me quejé aunque sabía que bromeaba. Ambos reímos.

–Jongin –comentó cambiando la expresión de su rostro. Se veía algo más serio. –Realmente conoces a Kyungsoo, tu sabes… él es ciego.

Realmente no comprendía que quería hacerme entender aclarándome que Kyungsoo era invidente, nada me iba hacer querer alejarme de él, era algo imposible. Lo miré confundido y parece que entendió mi confusión.

–Cuídalo bien –sonrió y saludo a un cliente quien parecía ser cercano a él.

–Este hyung… está loco… – mascullé algo irritado.

–Minseok hyung, realmente tengo ganas de un chocolate caliente –su acento era algo extraño y tenía cierto toque mimado, algo en su personalidad me irritaba. Se sentó justo en la butaca de al lado, noté como me había visto de reojo y había parado de hablar. – ¿Estabas hablando con él? –

–Ya habíamos terminado de hablar –respondí lanzándole una mirada seria. Me miró desde la puta de los pies hasta el último cabello, luego acarició sus manos y miró a Minseok.

–Hyung, hazlo bien espumoso por favor –Le pidió ruidosamente, era extremadamente escandaloso.

–Hoy estás bastante escandaloso. ¿Te quieres hacer notar?

– ¡Claro que no! No tengo que gritar para llamar la atención.

Minseok Le desordenó el cabello –Baekhyun –le sonrió. –Lo estas haciendo.

El chico, Baekhyun, recostó su rostro sobre la mesa, estaba algo triste, como si se hubiera desilusionado o algo parecido. Por mi parte no entendía nada de lo que estaba sucediendo aquel día, solo quería saber donde estaba  Kyungsoo.

–Hyung ¿Chanyeol está aquí?

–No, no vino a trabajar hoy –. Baekhyun hizo un mohín con los labios e infló sus mejillas. Un suspiro pesado se despegó de sus pulmones antes de preguntar:

–Kyungsoo ¿Vino?

–No, y no ha llamado ni tampoco ha dado señales de vida.

¿Baekhyun conocía a Kyungsoo? ¿Por qué demonios lo conocía? ¿Acaso yo era el único en la ciudad que no tenía pleno conocimiento de su existencia hasta poco tiempo después? Tenía demasiada rabia y estaba bastante tensionado.

–Están juntos, ¿Verdad? –la rabia se apoderó de mi pero traté de calmarme. Minseok puso la taza de chocolate caliente al frente de Baekhyun, lo calmó con su mirada serena, le desordenó el cabello una vez más y dijo:

–No te preocupes, no están juntos. Chanyeol está en casa de su abuela ayudándole con los deberes para ganar dinero extra y Kyungsoo seguramente está en su casa.

–No me contesta, lo he llamado desde temprano y ya… –Lancé un puño contra la mesa cortando sus palabras.

– ¿Por qué no haces un poco de silencio? Yo también quisiera saber donde está Kyungsoo y no estoy gritando como un demente.

– ¿Quién demonios te crees tú para darme ordenes? –lanzó un estresante alarido.

–Kim Jongin, mucho gusto. Ahora, si te puedo dar órdenes, gracias y buena tarde –

Salí de la cafetería  sin rumbo fijo. Realmente no sabía a donde iba o que haría, solo quería saber donde estaba Kyungsoo. Lo llamé varias veces pero parecía haber olvidado su celular, o simplemente no lograba localizarlo. Fui hasta la famosa pastelería de la que Kyungsoo me hablaba y compré donas de vainilla, me había dicho que amaba comer donas de Vainilla junto con un vaso de leche fría; en realidad me había parecido un poco infantil pero quería darle una sorpresa.

 Llamé a Minseok para preguntarle acerca de la ubicación de la casa de Kyungsoo, fue algo confuso pero logré llegar, gasté más de cuarenta minutos ya que su casa se encontraba a las afueras de Seúl. Toqué el timbre, una pequeña niña abrió la puerta. Le sonreí y dije:

– ¡Hola linda! ¿Se encuentra Kyungsoo?  –la niña me miró con confusión, la entendía bastante, que llegue un chico y te pregunte por alguien con una sonrisa de maniático no es normal. Su expresión de confusión se tornó a una de tristeza y represión; la pequeña niña me miró con sus grandes e inocentes ojos encharcados y corrió dentro de la gran casa. Esa niña era como la versión joven y femenina de Kyungsoo, era tan igual a él que me daban ganas de protegerla.

Una mujer que parecía ser la madre de la pequeña se recostó sobre el marco de la puerta con desesperación por los llantos de su hija.

– ¿Qué hace un chico tan guapo por aquí? Hasta hiciste llorar a mi pequeña ¿Tan rápido? –comentó cruzada de brazos.

–Señora, disculpe pero simplemente quiero saber si está aquí –le supliqué. Me miró con confusión e hizo un ademán que indicaba que quería escuchar más. – ¿ha vuelto aquí? Me dijeron que aquí vivía.

– ¿De quien hablas? –preguntó arreglándose el vestido.

–De Kyungsoo. Usted es su madre ¿Verdad? –la reacción de la mujer al oír el nombre de Kyungsoo fue exactamente igual a la de su pequeña hija, con la diferencia de que esta me empujó y amenazó con llamar a la policía sino me iba. Realmente no entendí la razón por la cual me amenazó de esa manera. Decidí disculparme y retirarme.

Fui camino a casa y llamé a Yixing para preguntarle si Kyungsoo había ido al café, la respuesta fue negativa. La lluvia empezó a caer antes de llegar a casa, ese parecía no ser mi día, ya era de noche y llovía fuertemente, estaba de mal humor y saber que era lo que sucedía.

Ya estaba casi en la puerta de mi hogar, todo estaba oscuro y no podía ver nada, me acerqué sacudiéndome el cabello, causé que las luces de la entrada se prendieran automáticamente. Vi una pequeña sombra acurrucada al lado de la puerta, con el rostro escondido entre las rodillas y sus brazos. Me asusté un poco, agudicé mi vista y decidí acercarme. El frío me atacaba fuertemente así que guarde mis manos en los bolsillos de mi abrigo.

Me paré justo en frente de esa extraña persona y Pateé suavemente su pie derecho. Sacudió su cabeza lentamente dejándome oír unos pequeños llantos, poco a poco dejó ver su rostro lleno de lágrimas, posó sus pequeños y gordos dedos sobre mis piernas y ascendió hasta encontrar la posición correcta para aferrarse a mí.

–Kyungsoo… estaba muy preocupado ¡No vuelvas a asustarme! –lo regañé dándole un beso en la cabeza. Lo cubrí con mi abrigo e ingresamos lo más rápido posible a casa. Estaba totalmente aferrado a mí sollozando como un bebé.

Me detuve, dejé la caja de donas en el suelo, lo abracé y lo alcé llevándolo a mi habitación, lo recosté sobre mi cama y besé su frente una vez más.

–Compré algo que te hará sonreír, espera aquí –Corrí por las donas, la serví delicadamente en un plato y serví leche en el vaso más profundo que tenía.

Sus ojos llorosos esperaban por mí, quería estar siempre con él y demostrarle mi cariño.

Tomé una de las donas y le dio un mordisco; una sonrisa se desplegó instantáneamente de él, le di el vaso de leche y lo bebió en un minuto. Realmente lo hizo feliz mi regalo, me senté a su lado.

–Sabía que eso te haría sonreír –comenté acariciando su suave y húmedo cabello. Fui rápidamente por mi cámara, quería recordar este momento por siempre, verla cuando me sintiese sólo o triste, no sabía si estaría con Kyungsoo mucho tiempo, tal vez se aburriría de mi; al fin y al cabo, todos lo hacen, se cansan de mi aburrida vida y se van, continúan con sus interesantes aventuras diarias mientras yo, me quedo sentado pensando en lo miserable que me veo para cualquier espectador.

Tomé tantas fotos como pude, claro, con el permiso de Kyungsoo. Era tan hermoso, sonreía con esos dientes perlados, las esquinas de sus ojos se entrecerraban y sus mejillas estaban color rosa, su labio superior estaba cubierto por una franja de leche y algo de la crema de la dona se había hospedado en la punta de su fina nariz.

–Tienes una sonrisa muy linda hyung –comenté haciendo que se sonrojara. –Es más bonita que tus lágrimas. Quiero verla más que a tus lágrimas.

Kyungsoo declinó la cabeza escondiendo sus ojos entre los mechones de su flequillo, aunque sonriera no significaba que estaba feliz, de eso estaba seguro. A pesar del poco tiempo en el que había conocido a Kyungsoo, sabía como era él, para mi él era perfecto, era admirable, muy valiente, algo así como un héroe; nunca quise decirle cuanto lo admiraba porque seguramente se reiría y me vería muy inmaduro.

Tomó un cojín antes de llevarlo hasta su nariz y olfatearlo suavemente. –Definitivamente no tienes olor ¿Usas alguna loción? –me sentí extraño por un momento, Kyungsoo, el que siempre olía a vainilla fresca, me estaba diciendo que realmente yo no tenía ningún tipo de hedor, Kyungsoo era el tipo de persona que amaba las buenas fragancias y odiaba los olores insípidos y baratos. –Te regalaré una loción ¿Cuándo es tu cumpleaños?

–Es el 14 de enero, pero no debes regalarme colonias o perfumes o lociones ¡Yo tengo Y si tengo olor! –refunfuñé. Kyungsoo rió inesperadamente.

–Realmente eres menor que yo, te preocupas por que te dicen que uno de tus cojines no huele a perfume. ¿Cómo me crees todo lo que te digo?

– ¿Eh? Pues, eso del olor, es cierto ¿No?

–No ¿Cómo crees que sé que estas cerca? ¿Cómo crees que te encuentro? Por tu suave olor, hueles a Canela mezclada con oleo, cigarrillo y grafito desgastado del lápiz HB, es fascinante como mantienes un olor neutro sobre tu cama. No me habías dicho que fumabas Jongin.

–Tienes razón ¿Cómo creo todo lo que dices? –decidí evadir el tema.

–Te podría estar diciendo mentiras acerca de mi condición sólo para aprovecharme. Pero para mi desgracia ser ciego no es una mentira.

Abracé mis piernas llevándolas hacia mi pecho, quería decir algo pero sabía que en este momento ninguna palabra sería adecuada. Así que solo guardamos silencio.

El día pasó lento, se quedó a dormir en mi casa, me suplicó por quedarse aunque en primer lugar nunca me opuse. Hice una ensalada de patatas para la cena, comimos compartiendo un par de palabras sobre culinaria, la conversación no duró mucho porque ambos éramos inexpertos en el tema; al terminar la cena, abrí las ventanas corredizas de la sala que daban vista al jardín. Kyungsoo y yo nos sentamos sobre los peldaños que sostenían aquellas grandes ventanas.

Kyungsoo usaba un suéter y un pantalón de pijama que le había prestado. Era una hermosa y fresca noche, las estrellas habían salido todas decorando el extenso color azul oscuro profundo.

 – ¿Qué hora es?

 –Las 8:00 p.m. –respondió mirando el reloj de su celular.

–Así que… ¿Ya anocheció? –dijo con la mirada en el cielo.

 –si, ya anocheció. Está bastante fresco.

–Recuerdo la última vez que vi el cielo nocturno, estaba en un bote con papá, decidimos viajar solo los dos el día antes de la cirugía, viajar en bote fue genial, sentir todo el viento chocando en contra tuya y la libertad es lo más genial. En fin, dejaré las historias tristes para otro tiempo.

–Papá nunca salió conmigo, ni tampoco mamá, nunca tenían tiempo… En fin, Mi vida es la ruleta rusa menos emocionante, me gustaría vivir como tú.

 

HABLA EL NARRADOR

 –Yo quisiera vivir como tú, me gustaría poder no sentir nada –Pero eso es imposible para Do Kyungsoo. Kim Jongin puede ver a las personas con las que le gusta estar, puede ver las cosas que más le gustan, puede ver hermosos paisajes, puede navegar por si mismo, podría ser piloto si quisiese, Kyungsoo soltó un suspiro pesado antes de susurrar:

–Puede vivir.

Do Kyungsoo se salva de ver tanta mierda que hay, se salva de ver personas que desprecia, se salva de ver como se alejan todos, se salva de ver como las miradas lo atacan y lo juzgan por la espalda, es como si estuviese protegido, Kim Jongin simplemente está muerto.

Kim Jongin ha sido una de las pocas personas por los cuales Kyungsoo ha sonreído después de aquel incidente

–Jongin –musitó Kyungsoo sonrojado.

Do Kyungsoo es afortunado al no poder ver a Kim Jongin, no ve su tristeza ni desesperanza, no ve al perdedor ni al vagabundo que es

Jongin se acercó lentamente.

Do Kyungsoo no puede ver a Kim Jongin pero sin embargo, no solo escucha, sino que siente la tristeza en su voz y en su corazón

Está vez se acercó Kyungsoo buscando a Jongin torpemente.

Kim Jongin puede sentir algo de humanidad dentro de su cuerpo por primera vez.

–Hyung… –susurré guiando las manos de Kyungsoo hacia mi cuello, nos acercamos tanto que ambos podíamos sentir nuestros alientos.

Kyungsoo no sólo percibió el aroma de Jongin, también percibió los latidos pomposos de su corazón, el aire expulsado agitadamente a través de sus fosas, y su suave piel, sintió por primera vez el rostro del moreno, era más delicado y suave de lo que imaginaba, recorrió todo su rostro copiando, como si fuera algún tipo de impresora, cada detalle en su memoria.

Cada vez estaban más cerca, las mejillas de Kyungsoo estaban tan rojas que parecía que fuesen a explotar, esa era la misma sensación que tenía Jongin en el corazón. Jongin lo miró sintiéndose afortunado de tenerlo justo en frente de él, tan cerca, ambos eran inocentes aún, era un momento tan… intimo.

 Sus narices se rozaron y luego los pliegues centrales de sus labios hasta que se hundieron tanto que no había espacio para respirar. Kyungsoo se aferró a Jongin abrazándolo, Jongin lo acunó aún con sus labios sobre los del pálido chico.

Esa noche estrellada, esa noche única, esa noche… Kim Jongin y Do Kyungsoo dieron su primer beso.

 

 

 


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