Tengo hambre Sebastian por Diana123

Perspectiva Sebastian:
-Estoy aterrado, no se que mierdas es esa criatura que ahora me atormenta, lo único que se, es que párese obsesionada conmigo, como si deseara devorarme de una sola mordida, aquellos felinos y penetrantes ojos azules y esa alargada mueca que se dibuja en forma de sonrisa...... En verdad aterradora, me causa escalofríos en tan sólo recordarle, pero es inevitable...... .Claude me carga entre sus cálidos y fuertes brazos, en los que me siento extrañamente protegido, por alguna razón, aquel varonil y demoniaco cuerpo me causa seguridad, no entiendo el porque, sólo se que aunque suene estúpido, pues el fue quien ocasionó todos mis problemas, me es fácil confiar en su palabra...... Quizás porque es un demonio...... Y los demonios NUNCA mienten. La única razón de que aún no me haya largado es..... Porque.... le he tomado un ligero afecto, o más bien..... Creo que me he encariñado a su posesiva forma de ser..... Supongo que los malos tratos eran debido a que temía ser rechazado por mi, lo cual hubiese sucedido de no ser porque el estúpido de ciel phantomhive se atrevió a abandonarme....... No entiendo porque, siempre procure ser un excelente mayordomo, incluso cuando el mismo se convirtió en un demonio, aceptes es fiel, y seguir sirviéndole asta el final...... Pero sin importar lo leal que haya sido, eso no cambia que el simplemente me haya olvidado, me dejo solo, a la suerte de lo que pudiera suceder .quizá ya me remplazó con otra de sus putas..... O simplemente se dio cuenta de que no requería más de mis servicios, pero pudo por lo menos haberse preocupado un poco por aquel demonio que siempre lo protegió, incluso siendo uno también. Bueno..... eso ya no es de mi importancia, lo que paso, tuvo que suceder..... por lo menos ahora se quien me ama verdaderamente, y tal vez........- el pensamiento del menor fue interrumpido por unas dulces palabras que fueron acompañadas por un cálido beso en la rente -Sebastian, ya llegamos...... te quedarás conmigo de ahora en adelante..... ¿Esta bien?- la habitación era enorme, decorada con enormes telarañas blancas tejidas a mano, que lucían realmente hermosas en las paredes vinotitnto, un enorme candelabro, adornado con rojizas perlas y cristales realmente finos, en estos se reflejaba la tenue luz de las velas que daba un relaja te ambiente al lugar, una enorme cama blanca con un bello edredón color vino, con diversos tejidos, parecía no ocupar espació alguno en la amplia habitación, que poseía múltiples pinturas de diferentes especies arácnidas. El menor observaba todo detenidamente, maravillado por la hermosa y exótica decoración, propia de un demonio araña parda -Sebastian, ¿me estas escuchando?- preguntó el araña, divertido ante la adorable cara de asombro que esbozaba el menor -¿hummm? ..... Qué.... lo lamento, es que no prestaba atención- hablo susurrando, aún algo disperso -te decía que esta también es mi habitación y que...... Si tienes algún problemas con que duerma contigo.... Yo..... me puedo marchar.... Si quieres- una mueca de tristeza se dibujó en la expresión del mayor, quien agachó la cabeza, casi resignado, pues estaba seguro de la respuesta del menor, quien para su sorpresa respondió -por favor quédate conmigo, tu prometiste cuidar de mi, no es así ........¿y qué si esa cosa vuelve y u no estas aquí para protegerme?- susurro aún más suave, bajado la cabeza para ocultar su mirada, pues sus mejillas se habían encendido con un hermoso y dulce tono sonrojado, este gestó en verdad enamoró al mayor, quien tomo el enrojecido rostro entre sus manos y depósito un dulce y casto bezo en los labios del menor, haciéndole enrojecer aún más. -eres tan dulce.....- esbozó el araña revolviendole los cabellos y apretando sus mejillas, acariciando su rostro por completo -como tu digas.....- respondió aún susurrante, casi inaudible aún para el más sensible oído humano -¿qué sucede Sebastian , por que susurras?- pregunto interrogante y algo confundido por el tono que empleaba el menor para hablar.... -no quiero que me encuentre aquí, por eso hablo tan suave...... Porque no quiero que me escuche- se estremeció al recordar la aterradora sonrisa que se abrió paso entre sus recuerdos, causándole un escalofrío, haciéndole temblar y casi llorar ante el temor de volverle a ver -no tengas miedo Sebastian......... Yo cuidare de ti, y si esa cosa se osa a aparecer lo matare a matar a sangre fría- le dedicó una tierna mirada, pero el menor permanecía ausente, con la mirada gacha, algo tímido y nervioso ante el araña, quien parecía perdido en la mirada que le dedicaba al menor. hipnotizando, se aproximó al menor, observando fijamente los hermosos ojos carmín, que por un instante se chocaron con la mirada oro, generando una tensión entre ambos, que se deshizo rápidamente, con un profundo y aviolentado beso, que no se hubiese detenido de no ser por la falta de aire del menor, quien se separó, casi ahogado y aspiró una bocanada de aire con desesperación, pues al parecer el beso lo había tomado por sorpresa. Claude se fue aproximando lenta y sensualmente, asta quedar posicionado justo encima del menor, quien le miraba algo confundido. una mano del araña se deslizó hábilmente por debajo del camisón, asta alcanzar uno de los cálidos pezones, y tomarlo delicadamente entre sus dientes. el menor se mordió un labio, para evitar esbozar algún imprudente gemido. La verdad estaba un poco asustado, pues temía que si detenía el acto, su acompañante se tornará agresivo, pero algo en la mirada de Claude había cambiado realmente en esa semana que había transcurrido, algo que parecía tranquilizar al menor, -mi pequeño Sebastian...... Te amo y siempre te amaré- le susurró al oído, mordiendo y lamiendo su oreja, jugueteando con su lengua entre la pequeña cavidad, asta humedecerla por completo, lo que causó una pequeña conmoción en el Cuervo, quien estaba algo tímido ante las intenciones del mayor, encogiendose ligeramente para evitar sollozar, mordiendo aún más fuerte su labio, con tal fuerza que le hizo sangrar. claramente, evitaría a toda costa el mostrarse completamente débil ante el mayor, pero evidentemente no podía contener sus nerviosas reacciones, no podía relajarse ante el cálido tacto del araña, quien divertido observaba la odisea mental del menor, presenciando aquel conflicto personal, que sufría Sebastian, quien se recriminaba a sí mismo por no controlar sus intranquilos impulsos.el menor le dedicó un furiosa mirada a Claude, quien soltó una burlona carcajada, causando un sonoro bufido protestante de parte del menor, quien ya molesto tan sólo le dijo, con un tono bastante cansado -no te burles......- se incorporó en la mullida y amplia cama esperando al mayor, quien le siguió en el acto, con una hermosa sonrisa pintada en el rostro y le respondió casi riendo -ja!....... Es imposible no burlarme de tus desgracias- Sebastian frunció el ceño, en señal de protesta, y se cruzó de brazos mientras hacia un puchero con sus rosados labios desbocando la mirada hacia una esquina indefinida, Claude le miró curioso ante tan infantil acto y al comprender el significado se percató de lo adorable que era su demonio -infantil......- susurró en un casto y dulce beso, que pronto se intensificó asta que sus lenguas se encontraron, desembocando un ardua pelea que por simple lógica habría de ganar el araña. una vez se hubo terminado el candente contacto labial, que para el menor había sido casi eterno y algo desesperante, pues al parecer le costaba mantenerse tranquilo, porque aunque no lo demostrara, nunca podría superar el trauma causado por los forzosos encuentros pasados. el mayor empujón Sebastian, con un movimiento algo brusco, tumbandolo por completo en la cama, moviéndose ágil y velozmente asta estar justo encima de el, su presa se removió lo suficientemente rápido, pero el reclusa no tardo en atrapar sus labios entre sus dientes, mientras levantaba su camisa, ascendiendo por el cuerpo del menor, con movimientos realmente sensuales y excitantes, asta alcanzar los apenas marcados pero igualmente hermosos pectorales, manejándolos con precisión, causado un notorio estremecimiento en el cuerpo de Sebastian, quien no consiguió ocultar su creciente incomodidad a ojos del araña, este de inmediato se detuvo, excusadose por su atrevimiento -lo lamento...... Creí que......- se separó para poder mirarle a los ojos, aquella mirada escarlata se habían llenado de lágrimas, lágrimas de un creciente dolor, de desesperación profunda, amenazaban con escapar de sus bellos ojos, abriéndose paso entre sus dulces y sonrosadas mejillas, asta ocultarse en sus finos labios, Sebastian levantó la mirada Y al darse cuenta de la profunda atención que le dedicaba el mayor, y que aquellas estúpidas lágrimas ya se aventaban desde sus nerviosos ojos, se sintió realmente sentenciado, llevó una de sus manos para cubrir su vergonzosa expresión y evitar cualquier tipo de burla, pero una burla era lo que menos deseaba escapar de los labios del mayor, aquellas palabras que tanto anhelaba dedicar con tan pura sinceridad, impropia de un demonio, eran aquellas simples, pero bellas palabras, un verdadero "lo ciento" escapó dulcemente de sus labios, mientras atrapó al menor en un abraso sorpresivo -estas llorando....... Soy un verdadero idiota......yo........ te he hecho llorar....- agachó la cabeza mientras acariciaba el azabache cabello, enrollándolo entre sus dedos, una caricia muy suave, apenas perceptible. En ese instantes Sebastian salió de sus sorpresa o shock, llevado una de sus manos a sus mejillas, sorprendido al sentir sus lágrimas caer, aún más avergonzado por su estúpida eh infantil conducta, con algo de vergüenza en su voz, dejo escapar todo aquello que lo atormentaba -estoy......... ¿Llorando?¿por....... Por qué?-miró al mayor con reproche y aquellos ojos aún llorosos- Claude.... Me siento...... Me siento débil, como.... un simple y estúpido humano..... Pero...... Esto es aún peor, porque..... yo ya no deseó vivir, lo he perdido todo, mi familia, mi amo, mis amigos...... ¡Todos ellos se han ido! ¡Se marcharon sin siquiera mirar atrás!....... ¡Ese maldito conde, me abandonó! ¿¡Por qué!?......¿por qué?- aquellas pequeñas lágrimas se fueron incrementando, una tras otra, cubrían cada parte de su fino y sonrojado rostro. por un instante miró a los ojos al mayor, quien conmovido presenciaba la escena, y al notar la escarlata mirada chocar metálicamente con la propia, tan sólo pudo dedicarle una mueca lastimera y arrepentida, que al parecer dolió aún más al menor, quien agachó la cabeza, resignado al no residir una respuesta -¿yo..... He sido un mal mayordomo?- pregunto en un pequeño susurro que se extinguió junto con un suspiro, el mayor le miró sonriendo y negado con la cabeza pero sin poder detener la lluvia de lágrimas que caían de sus bellos ojos-no Sebastian, tu nunca serviste mal, pero tienes que olvidarle....... Yo te ayudare a borrar esos dolorosos recuerdos.....- le tomo dulcemente por las sonrojadas mejillas, depositando un tierno beso en aquellos rosados y hermosos labios que tanto deseaba. al principio el menor se negó a corresponderle, pero después de unos instantes, se dejó caer en la tenue melancolía que invadía su alma, se permitió serrar los ojos para lograr encontrar el doloroso recuerdo de su amado señor, y ya allí lo contempló por unos largos segundos, resignado a olvidar el alma por la que tanto sufrió, esa maldita y podrida alma que lo hizo llorar y reír en tantas ocasiones, -déjame........ Ser el único en tu dulce corazón, déjame invadir todo tu ser........ Permíteme tomar tu bella alma y ser tu dueño....... Y así nadie nunca te podrá lastimar-