Perspectiva Sebastian)
Duele, me siento tan sucio, esto es tan vulgar, es asqueroso, ese idiota, como se atreve a tocarme, lo voy a matar. no, yo quiero morir, esas manos recorren mi cuerpo indiscretamente como si tan sólo fuese un muñeco, es tan humillante, quiero llorar, pero si lo hago solo le estar dando gusto a ese idiota, el es como una araña, que quiere comerme como a una indefensa presa, la cual ha caído en una trampa mortal, sin retorno.
Bocchan, ayúdeme a salir de aquí, por favor, amo yo ya no podré cumplir su orden, ya no resisto, esto es tan.... Doloroso.
El silencio en la habitación fue perturbado por unas frías palabras -Mi Sebastian, que débil te ves así, que delicia, exquisito manjar ¡ya no puedo esperar a probarte!- el azabache temblaba levemente, la araña lo miraba penetrantemente y aunque sus ojos estuviesen vendados el sentía aquella presencia demoniaca y como su mirada se clavaba en el, como un veneno paralizante, ¿que podía hacer él en tal situación?, su bocchan le había dado una orden, pero el ya no soportaba, se sentía roto y asustado, como un gatito, con la cola entre las patas, un gato al que le han mojado su pelaje y que a perdido toda su bella gracia felina, incompleto , así se sentía.
La araña comenzó a acariciar sus cabellos, negros como la noche y tan lisos, simplemente hermosos -que perfecto eres maldita sea, si pudiera te follaría entero ahora mismo, pero es mejor disfrutar antes las pequeñas cosas que te puedo hacer, quiero verte llorar Sebastian, observare cada faceta de tu ruptura, como vas perdiendo tu fuerza y tu orgullo se irá rompiendo en pedazos, yo te voy a quebrar y luego te quitare todas tus esperanzas, porque tienes que saber desde ya que ni tu asqueroso amo ni nadie vendrá por ti, porque nadie te quiere muñequito, sólo eres un demonio solitario, un mayordomo al que yo torturare y disfrutare, ahora eres todo mío Sebastian- ¿por qué le decía todo eso? Sebastian no entendía nada, no entendía porque la misma persona que le había intentado robar a su amo ahora le decía que este era desagradable, pero lentamente comenzaba a entender, su bocchan sólo le había servido a claude para acercarse a el y eso le dolía aún más, el hecho de haber podido evitar esa horrible tortura que parecía eterna y haber sabido que todo era un engaño, por eso claude había abandonado así a alois, por eso no le importó haber perdido una batalla, Sebastian creía que todo había terminado, pero acababa de empezar, ese era un plan perfecto, claude sólo deseaba tener a Sebastian para el y ya lo había conseguido.
Mansión phantomhive
-Sebastian no ha venido desde ayer, hoy no me preparó el desayuno ni la merienda, Sebastian ¿qué te pasó? ¿Me abandonaste?- el conde estaba preocupado, su querido mayordomo se había ausentado 2 días y no había noticias de el, grell ya había ido 3 veces a preguntarlo y al no encontrarle se había unido a la búsqueda, sus ojos shinigami le decían que Sebastian seguía vivo y la marca de ciel aún permanecía, pero algo había cambiado, Sebastian luchaba por obedecer a su bocchan y estaba perdiendo fuerzas -¿aammo?- entro a la oficina una linda sirvienta que se notaba, era algo torpe-¿qué sucede?-pregunto aún algo distante y hundido en sus propios pensamientos - bocchan, nosotros tres nos hemos estado preguntando acerca del paradero de Sebastian, el nunca se ausenta tanto tiempo, Pluto esta muy triste, extraña a Sebastian y no recibe comida de nadie- le dijo la joven algo temerosa -¡¿no creas que no me he dado cuenta?!- le grito a la muchacha que callo al piso, -mi señor, lo lamento, pero queríamos pedirle permiso para unirnos a la búsqueda- dijo la muchacha acomodandose las gafas -pues claro que si, a Sebastian le ha pasado algo y tenemos que encontrarlo antes de que pueda...- dijo demasiado triste y en sus pensamientos se cursaban miles de imágenes de lo que le podría estar pasando, pero nunca algo similar a lo que el pobre estaba sufriendo.
-Sebastian, no me abandones, es una orden-
-yes, my lord-
Claude le miraba deseosamente y con una sonrisa retorcida le retiro la venda de los ojos, y comenzó a acariciarle la frente, Sebastian le miraba con terror absoluto, y apenas pudo desvió la mirada de la del otro- Sebastian, quiero verte llorar, es una orden-Sebastian le dirigió una mirada de negación y serró sus ojos con fuerza, el sólo recibía órdenes de su bocchan -¡Sebastian, que te quiero ver llorar que me hagas caso maldita zorra!- le dio una fuerte bofetada, al habría los ojos el y azabache en verdad se asusto, la araña emanaba un aura oscura y este le miraba con furia, de inmediato de los ojos de Sebastian comenzaron a salir dos pequeñas lágrimas y Lugo estas se convirtieron en ríos interminables que empapaban su hermoso rostro, el joven comenzó a gimotear y a sollozar estaba inconsolable y la araña le miraba complacido, dándole múltiples golpes con un látigo -para que aprendas a no desobedecer putita- esas palabras solo le hirieron más el corazón, lloraba sin parar, estaba empapado en lágrimas y se sentía tan avergonzado y humillado, intentaba serrar los ojos, pero era la primera vez que sentía dolor, que le ardía todo su cuerpo, sabía lo que le esperaba, lo que le haría ese maldito, era la primera vez que lloraba tanto y ese dolor se extendía en todo su cuerpito daba pequeñas convulsiones y se sentía a morir
De repente escucho entre sus pensamientos
-Sebastian, no me abandones- eso sí que le dolió, le pego en el alma, que su bocchan, quien le había obligado a luchar contra la araña le dijera esas palabras, el nunca sería capas de abandonarle y estaba muy enojado pero se vio obligado a responder-yes, my lord - pensó entre su llanto -por favor amo, no me deje sólo, ya no soporto, esto es muy humillante-
-eso, llora maldita ramera, llora que nadie ta va a rescatar, ahora, duerme que mañana será un día muy difícil para ti- dijo poniéndole la venda en los ojos y apretando los amarres, que eran de plata bendita para que no pudiese escapar, serró la pesada puerta, dejándole sólo por una noche que le fue eterna.
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