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Tengo hambre Sebastian por Diana123

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Notas del capitulo:

Ok, bueno este cap es un poco corto, shas hora en adelante un cap día de por medio los amooooooo y disfruten querid@s

Temprano en la mañana, contempló como la cálida luz del sol se asomaba por las rejas de la pequeña ventana, los rallos luminosos se posaban dulcemente en su rostro y con ternura le acariciaban las mejillas, sus ojos se notaban cansados y su piel maltratada por los golpes, tenía múltiples laceraciones por todo su cuerpo debido la los dolorosos latigazos que había residido, su mandíbula estaba acalambrada y sus respiraciones, profundas pero rápidas, muy dolorosas, estaba agotado y deprimido, su mirada, perdida en una de las paredes de su confinamiento, al sentir como una lágrima caía por su blanca piel, serró los ojos y rogó poder desaparecer, se sentía frustrado, quería escapar de ahí, pero ni un músculo conseguía mover, estaba realmente nervioso, sabía que era cuestión de tiempo para que el maldito de claude apareciese tras esa puerta y tomará su cuerpo por completo, le era difícil aseptar lo que le haría, tenía miedo de no poder volver a ver a su bocchan, miedo de que le abandonará y no le ayudará, que pasaría si le dejara, como podría salir de ese obscuro y aterrador lugar, como podría escapar de la tela de aquella mortalmente venenosa araña, que lo asecha para dominarle, con ese veneno paralizante que recorre su cuerpo cuando el mayor le mira, esos ojos oro, que lo amenazan y someten a sumisión. sus pensamientos divagaban y sus emociones empezaban a mostrarse en las lágrimas que caían por sus mejillas, en el bozal desaparecían, perdiendose en el frío metal, bajo esa apretada mordaza se dibujó una pequeña sonrisa, que no era de alegría o felicidad, sino de una creciente repulsión hacia si mismo, que tomaba fuerza por cada gota que surgía en sus precisos ojos carmín -"que débil, soy.....  Tan miedoso, un cobarde  y sumiso zorro, ¿que pasó con migo?. Supongo que la dignidad  se fue junto con la esperanza, pero no me puedo dejar vencer, mi bocchan, el me ordeno que le esperará, que resistiera..... el.... el tiene la culpa de todo, yo sólo obedecí a sus órdenes y ahora,  usted....¿me ha abandonado bochan? "- lloraba cada vez más y el pensar en esas cosas le dolía, le pegaba en su lastimado corazón, que comenzaba a quebrantarse en pedazos, pero no se permitiría perder las últimas gotas de orgullo y personalidad que le quedaban, las protegería con todas sus fuerzas, así nadie se las podría arrebatar, o por lo menos eso creía, pero los planes de claude eran otros, el quería exprimir todo su ser, hacer que cualquier rastro de seguridad desapareciese de su alma y luego tomarle y poseerle asta donde le fuera posible, dominaría y sometería su corazón, extinguiendo la última llama de orgullo, lo humillaría asta dejarle una cicatriz psicológica permanente, y convertirse en el mayor de sus temores, Sebastian ahora sería su lindo y sumiso muñequito sexual y eso le excitaba, el proceso que tenía que llevar a cabo para conseguirle era lento y muy doloroso para el menor, quería disfrutarlo, gozar de cada lágrima del cachorro, tener todo el control de su pequeña mascota, un lindo gatito con la colita entre las patas, una nueva presa que podría devorar, una y otra vez, cuantas veces deseará .
La puerta se abrió, una linde muchacha se acercó a Sebastian y lo abrigo con una sábana blanca, el sólo la miraba suplicante, rogándole que le liberará, pero cuando la mujer había terminado su tarea salió de la habitación, dejándole abandonado, las lágrimas se incrementaron, su llanto era desesperado y serró sus ojos para intentar descansar un poco, por lo menos ya no tenía frío, eso era lo que pensaba, trataba de ser positivo, pero le costaba hacerlo en su estado, estaba tan profundo en sus propios pensamientos que no noto que le estaban mirando, con esos ojos venenoso y siniestros que se clavaban en su conciencia y perturbaban su tranquilidad, levemente inclino un poco la cabeza y al abrir los ojos se lo encontró, el mayor sonrió ampliamente ante la sorpresa del otro que al ver esos penetrantes y fríos ojos se apresuró a serrar los propios con mucha fuerza, como si de aquello dependiese lo que le haría, una gota de sangre empezó a caer pesadamente por su mejilla, por la fuerza que sus párpados ejercían, sintió como algo húmedo y cálido recorría su rostro con determinación, saboreando la sangre y sus lágrimas, su reacción tan sólo pudo ser apretar aún más fuerte los ojos y dejar que otras lágrimas remplazarán las que el otro le había limpiado, un rastro de saliva quedo marcado en su rostro, no se atreví a habría los ojos, se alivió al encontrar sus labios liberados, pero pronto esta calma se vio interrumpida por un agudo dolor que no sabía identificar, una de sus mejillas era atraída con fuerza al rostro del mayor que saboreaba, mordisqueando y lamiendo esos dulces y delicados labios, de su boca comenzaron a emerger dos pequeños hilillos de sangre que con un brusco movimiento el otro limpio, disfrutaba cada gota de su sangre, de esa deliciosa y espesa sangre, le encantaba ese sabor, no era ordinario, como el de los asquerosos humanos, era gloriosamente dulce y apetitoso, como el mejor de los néctares, su gusto era impresionante, nunca había probado un plasma tan exquisito, tan adictivo, los humanos tenían un horrible y agrio sabor, sus almas sucias y desabridas, ya se había cansado de tomarlas, ahora por fin podía saborear un alma pura y sincera, realmente sabrosa.
-mmmmmm, de verdad, eres exquisito zorrita, me has abierto el apetito niño malo, me estas provocando mucho, quizás ya no pueda resistirme más y te devore de una vez por todas, ¿eso es lo que quieres?- dijo acariciando su azabache cabello y proporcionándole un inexpresivo beso en la boca que no fue correspondido -no, no.... No me lastimes-dijo en un pequeño susurro -tengo mucha hambre, y tu no me dejas saborearte, supongo que tendré que hacerlo por las malas-dijo jalando su cabello, para lo que el azabache soltó un pequeño gemido de dolor y respondió -no, no por favor, no me hagas daño- gimoteaba entre lágrimas y sollozos -pero que ternura, mírate eres adorable gatita-le susurro en el oído, un sonrojo notorio se presentó en las mejillas del menor que sólo aparto la vista -no me digas así, es humillante- le dijo un poco más audible -¡quien te crees para hablarme así zorra!- le grito mientras golpeaba con fuerza sus mejillas -¡no, haa, por favor para duele, duele!- desesperado comenzó a gritar y gemir con fuerza -tu te ganas que te castigue perra- le dijo mientras le retiraba la sábana y luego comenzó a contemplarle -te voy a soltar y tu aras casó a todo lo que te ordene ¿entendiste?- le pregunto mientras comenzaba a retirar los amarres -si...- susurro entre su llanto -ya estas aprendiendo muñequito-  dijo mientras le tomaba entre sus brazos y recostaba boca abajo en la cama, con un fuerte agarre en sus muñecas -ahora te voy a castigar maldita ramera, dijo mientras mordía con fuerza su cuello, lloraba desesperadamente y gritaba mientras que el otro comenzaba a tocar cada centímetro de su cuerpo, arañando y mordiendo su delicada y pálida piel , 
El azabache estaba inconsolable, su rostro muy sonrojado y sus ojos llenos de lágrimas, de su boca escapaban pequeños gemidos de dolor -aaaa, agggg, niaaaaa- los mordiscos cesaron en cuanto su espalda estuvo repleta de marcas y moretones, la araña tomo las caderas del menor y con fuerza introdujo 2 dedos en su estrecha entrada, moviéndolos con rudeza mientras que Sebastian gritaba y se retorcía, el dolor era agudo y su desesperación era indescriptible, sentía como ese par de dedos se movían en su interior. Claude disfrutaba esa sensación, la calidez y estreches de ese orificio le hacían sentir en el cielo -aaaaaa, ya no más, no puedo..... Duele, duele mucho, para claude te lo ruego por favor para- grito cuando uno de los dedos entro muy profundo en su interior -pero mira, si este es el punto, ahora si lindura, ya te tengo- le dijo mientras le tomaba entre sus brazos y lo sentaba sus piernas, tomando su miembro para masturbarle, pero para Sebastian eso no era nada placentero,  era doloroso y se sería avergonzado por su debilidad, con la otra seguía en su interior y besaba sus labios con hambre mientras que Sebastian solamente lloraba y no correspondía -Sebastian, arrodillate ahora- le ordeño mientras bajaba su pantalón, el azabache se negó a la orden, claude le propino una fuerte patada en el estómago y luego de hacerle caer de la cama tomo el látigo que guardaba en un armario y dio múltiples azotes al menor que sólo se cubría la cara para evitar que le golpeará -eres un masoquista Sebastian, te tengo que reprender, ¡abre la boca!- le grito mientras que el otro sólo se arrastraba hacia una de las esquinas de la habitación para poder levantarse, la araña le acorralo contra la pared donde le proporcionó múltiples latigazos haciéndole nuevas elidas sangrantes que eran muy dolorosas -¡abre tu puta boca maldita sea!- le dijo mientras le atrapaba su nariz, apenas el menor abrió la boca una enorme polla entro asta su garganta y en donde comenzó a dar fuertes estocadas, entrando y saliendo con fuerza de su boca, el aire se le agotaba y comenzaba a desesperares, golpeaba lo más fuerte que podía las piernas de claude, pero el otro ni se inmutaba y cada vez las estocadas eran más fuertes, provocándole arcadas, en poco tiempo sus ojos empezaron a serrar se lentamente y pronto dejo de oponer resistencia se sentía débil y después de unos pocos minutos cayo inconsciente,  claude lo miraba desaprobatoriamente, estaba enojado, no avía podido terminar su castigo, lo tomo en brazos y lo recostó en la cama con suavidad, ató todos los agarres y lo dejo descansar, observaba cada centímetro de ese esbelto cuerpo, lo acariciaba y besaba sutilmente  luego simplemente permaneció inmóvil, mirando el inexpresivo rostro del menor que dormía plácidamente.
Mansión phantomhive
Era un día un poco pesado, ciel estaba desesperado, el tiempo pasaba y Sebastian no aparecía, aunque su sello aún permaneciera ya no estaba seguro de que su mayordomo estuviese vivo, observaba la marca de su ojo en un espejo enorme, la miraba pues temía que esta de repente desapareciera, al salir de su habitación, se puso un hermoso parche azul con lindos encajes y un poco decaído se dirigió a su oficina donde una alegre lizzy le esperaba con un bonito regalo -hola mi ciel, pero que kawai te vez con esa ropa que te escogí, va perfecto con tu regalo- dijo con su irritante tono de voz -hola lizzy, ¿cómo estas?- dijo pesadamente -kiaaaaaaa, ciel me quiere, el se preocupa por mi-grito felizmente, notando la tristeza en la cara del joven le tomo por los hombros y con dulzura le pregunto -ciel, que te pasa ciel- el conde sólo la miro un poco decaído y en un susurro le respondió -estoy preocupado, Sebastian aún no aparece,¿y si algo le paso?- era evidente para ambos que la ausencia de Sebastian no podía ser por nada, Sebastian era un joven muy eficiente, de hecho un mayordomo excelente, el simplemente no se iría sin decir nada y ciel más que nadie lo sabía -ciel, ¿por que no te olvidas un minuto de tu mayordomo y abres tu regalo?- dijo disimulando los evidentes celos que tenía hacia Sebastian -Sebastian es muy importante para mi lizzy no puedo simplemente olvidarlo- respondió aún más preocupado -entonces por lo menos abre tu regalo- le respondió molesta -esta bien ya lo abro- saco de una hermosa caja un bastón de oro con incrustaciones de lapislázuli y un enorme diamante en el agarre -¿te gusto ciel?- pregunto presumida -si- respondió fríamente, mientras tomaba entre sus mano una taza de té que se encontraba básica -seba...... - fue interrumpido por una enojada lizzy -¡el no esta aquí ciel, ya no va a volver, deja de preocuparte por tu estúpido mayordomo!- el conde se molesto ante las palabra de lizzy y antes de mandarle una sonora cachetada le grito -¡Sebastian no es estúpido y el que no este aquí me afecta en muchos aspectos, tu idiota deberías entenderlo, niña malcriada!- lizzy lloraba, pero no de tristeza, ese llanto era de enfado -esta bien, me largo ciel y espero tu disculpa- dijo saliendo de la oficina a la par que una chica pelirroja, muy hermosa entraba por la puerta -¿bocchan?- pregunto seriamente -que quieren- dijo ciel refunfuñando -joven amo, grell lo espera en compañía de un alto hombre en la sala de reuniones, ¿hablaría usted con ellos, dicen que es por Sebastian- el conde se levantó rápidamente y corrió por los pasillos, asta llegar a su encuentro -hola ciel- dijo grell que se encontraba sentado en un enorme sillón -William, ¿qué haces aquí?- pregunto con un ton de molestia que pronto desapareció -vine a ayudarte con tu inconveniente pero creo que mi compañía te agrava, mejor me retiro- el conde lo tomo por el brazo y antes de que el otro pudiese decir algo le respondió -noooo, por favor, quiero encontrar a mi mayordomo- dijo suplicante -si no fuese porque grell me lo pidió no estaría haciendo todo esto, la presencia de Sebastian se siente débil,  preocupantemente inestable, estoy seguro de que esta energía se consentirá en un punto clave en Inglaterra, pero no puedo asegurar donde, lo importante es que de vez en cuando esta energía aumenta significativamente por u. Corto periodo de tiempo y luego disminuye peligrosamente, lo que quiero decir es que algo malo le sucede a tu mayordomo, algo que altera su presencia demoniaca, en cualquiera momento tu sello podría desaparecer y esto no significaría que Sebastian este muerto, podría significar muchas otras cosas, el punto es que alguien manipula el aura de tu mayordomo y esa criatura tiene mucho poder para poder debilitar tanto a un demonio tan joven, eso es casi imposible, eso es todo lo que te tengo que decir, a y posiblemente no vuelvas a ver a tu mayordomo, aprovecha tu sello, posiblemente te pueda ser útil- dijo William saltando por la ventana, seguido de grell que alegremente se despidió.
Era de noche, el conde se disponía a acostarse a dormir, cuando sintió una fuerte punzada dolorosa, de inmediato corrió a su baño y retiro su parche, observando como el sello tomaba un brillo inusual y luego retomaba su color normal.
Sebastian, regresa, es una orden- dijo al borde del llanto, para luego regresar a la cama a dormir.
Se despertó asustado y aturdido, abrió sus ojos con  completa pesadez y dificultad, se sentía a morir, le dolía la garganta, y sentía partir se en dos, le ardía el cuerpo, su boca estaba seca y atrapada en ese apretado e incómodo bozal, el llanto era inevitable y entre la mordaza, como pudo comenzó a gritar desesperado -bocchan, bocchan, ayuda, alguien que me ayude, por favor, bocchan..... - sus pensamientos eran confusos, lo único que podía comprender era que ya no podía aguantar más, ya no aguantaba, no quería que lo lastimarán y tenía mucho miedo de tener que quedarse ahí por toda la eternidad, sintió una punzada muy fuerte en una de sus manos, que le hizo soltar unas cuantas lágrimas, estaba asustado, no quería perder a su bocchan y por un segundo sintió que su sello desaparecería, pero no fue así, la marca simplemente empezó a sangrar y en ese instante le escucho claramente -"Sebastian, regresa, es una orden"- serró sus ojos resignado para luego simplemente responder -bocchan..... Yo.... No puedo, lo lamento- se soltó a llorar, el quería obedecer, per sabía que no podía regresar, claude no se lo permitiría, lloró asta poder dormir y cuando lo hizo se dedicó a ignorar las horribles pesadillas que le atormentaban.
Claude estaba realmente feliz, por fin su querido Sebastian, estaba convirtiéndose en ese mayordomo que tanto deseaba, sumiso y calmado, una verdadera gatita que iba  a disfrutar  por toda la eternidad.
Notas finales:

Bueno muchac@s, les agradecería muchísimo así me pudierape dejar más reviews, es que verán, esto a mi me toma tiempo y esfuerzo y sería bueno para mi un poco de motivación, además me gustaría saber sus opiniones y pues den pedir lo que quieran, estoy a su servicio y pues buenas noches pingüinit@s de amorrrrrrrrr los quiero 


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