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¿Salvando o siendo salvado por un Chaton? por christalchii268

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Notas del capitulo:

Solo aviso que estoy por quedarme dormida de un momento a otro, asi que este fic como lo escribi esta publicado. Demaciado cansada para editar, lo siento DX

Tambien recuerdo que en este fic los tortolos ya pasaron cuatro años en relativa tranquilidad, asi que ciertos aspectos fueron descubiertos y aceptados en ese tiempo. El lemon entre ellos 1313

Espero les guste~

Capítulo 11:

Cuatro años después…

 

El inmenso e interminable espacio salpicado de millones de puntos blancos se mostraba claro a simple vista.

La realidad era un poco intimidante. Saberse consiente que solo era uno más de aquellos infinitos puntos que en realidad no importaban. Si una simple estrella más moría no afectaba al imponente universo. Una galaxia misma muchas veces no era la gran cosa, había muchísimas más.

Gabriel miro detenidamente lo que se alcanzaba a ver del *Sistema Principal de Veela, del cual la nave tripulada en la que estaba se alejaba. Una sensación algo inquieta apoderándose de él al mirar la preciosa vista.

Después de tanto tiempo Gaby tenía que volver a Celes una vez más.

Un suspiro triste abandono sus labios. Sentándose a un lado de la cama de su habitación la ya conocida sensación de soltura se apodero de él y termino acostándose en el suave colchón, apoyando su rubia cabeza en la especial almohada. El aroma afrodisiaco y exquisito de Haruhiko inundo sus sentidos.

¡Como extrañaba al bastardo!

Su chamarra de piel negra se quejó cuando Gaby tomo la almohada entre sus brazos y rodo por la cama.

-Aburrido, aburrido, aburrido… -murmuro Gaby aun haciendo tonterías en la recién hecha cama.

No lo podía evitar, viajar por los mundos era muy interesante y divertido, sin embargo la peor parte aburrida era quedarse en la nave que los llevaba a las bases que no permitía que ellos solo se tele-trasportaran con las cámaras de Celes u otra tecnología similar. Podían pasar semanas enteras viajando a la velocidad de la luz, pero Gaby aun así terminaba completamente sin nada que hacer en realidad. Y sin Haruhiko a su lado.

Era también irónico. Tantos años ya juntos, pasando en su mucha mayoría momentos magníficos fingiendo en el fondo de la mente de Gaby que ellos eran amantes.

Tiempo atrás esa costumbre y necesidad seria de temer, sin embargo Gaby termino solo ignorándolo, como era su habitual manera de manejar los problemas graves de su vida. Todo al fondo de su cabeza, encarcelando en la oscuridad de su inconsciente el monstruo de su personalidad, solo mostrando lo tranquilo y satisfecho a Haruhiko, haciéndose a sí mismo feliz con esa decisión.

Años ya y Gaby por fin podía decir que si moría sería feliz por el tiempo que pasó con Haruhiko.

-Oh, estaré en problemas… -rio Gaby terminando boca abajo enterrando su rostro en la perfumada tela. –La culpa es del tiempo libre, doctora… -informo al silencio de la habitación, pensando en la futura llamada de atención de su psicóloga, a quien veía desde más o menos el mismo tiempo que ellos llevaban viajando.

Una decisión más que él podía agradecer a su dueño, pues las pesadillas ya casi no aparecían y muchos de sus miedos estaban ya en menor medida presente.

Aquel tranquilo, ocupado y poderoso hombre que lo acepto en su vida había hecho todo lo correcto por Gaby.

-Haruhiko… -susurro enamorado Gaby apretando la almohada. –Un día…

-¿Estas aquí, Gaby?- llamo la voz lejana de Haruhiko, logrando sacarle un afeminado grito de colegiala sorprendida suspirando por su amor platónico. Gaby se sonrojo. -¿Gaby?

-¡En la habitación!- informo en voz alta en dirección de la electrónica puerta que momentos después se deslizo sola a un lado, dejando ver al apuesto y formal hombre.

-¿Pensé que ibas a estar en jardín de día?

-Demasiada gente… -se quejó acomodando su desorden en la cama, evitando que Haruhiko diera con su bochorno. -¿Terminaste?

-Por hoy. Mañana tengo que informar del progreso ante la junta.

-No olvides pedirle el Derecho de Autor a LaGrange… -recordo tímidamente, sonriendo sin poderlo evitar cuando Haruhiko mostro arrepentimiento en su osbcura mirada.

-Gracias por recordármelo. Lo hare… -asintio con una suave sonrisa. Gaby asintió satisfecho de haber ayudado a su dueño en su ocupado trabajo. Él aun no podía llegar al superior nivel de Hanata, pero con mínimas cosas estaba satisfecho.

Haruhiko distraído jugo con la inquieta colita de Gaby en la cama. Ambos viendo la pared de enfrente de ellos con pensamientos tranquilos.

Gaby iba a extrañar mucho ese tiempo cómodo, tranquilo y simple. Era seguro que su regreso a Celes traería de nuevo el acelerado e impredecible horario de Haruhiko, haciendo escaso los momentos como ese, en donde ambos no se preocupaban desesperadamente en aprovechar el tiempo preciado para estar juntos.

Sumergido en pensamientos Gaby no dio con que busco la mano de Haruhiko y este le correspondió, entrelazando sus dedos y acariciando con su pulgar el reverso de su pequeña mano.

-Te tengo un regalo… -informo de la nada Haruhiko, sorprendiendo a Gaby.

-¿Un regalo?- pregunto un poco preocupado. Después de todo no olvidaba el traumatizante tiempo en donde se vio abrumado con cajas de frutillas todos los días, todo por decir distraídamente que adoraba la escasa fruta. Gaby aun tenía náuseas al recordar la imagen de lo que antes fuera algo que disfrutaba.

Solo el decir desde un principio que el comer siempre del Chocolate Plata disminuiría el gusto salvo a Gaby de ser aplastado bajo una montaña diaria del postre.

Haruhiko rio por lo bajo, seguro recordando también eso. Gaby sonrió halagado viendo al hombre, encontrándolo en extremo adorable con su pequeña muestra apenas existente de arrepentimiento y torpeza.

-Espero te guste… -susurro extendiéndole una caja blanca elegante y visiblemente cara.

-¿Más ropa?- cuestiono divertido abriendo lentamente el regalo. Su aliento lo abandono mirando la costosa y bella chamarra de especial piel oscura, que se mostraba orgullosa entre suave, blanca y fina tela que lo rodeaba decorándola.

-Tenías razón al decir que son muy raras. Me tomo casi un mes conseguirla… -menciono Haruhiko sacando la prenda con cuidado y seguridad. –Tuve, sin embargo, la suerte de mencionar el tema con uno de mis colegas en el lobby, quien tiene parientes lejanos en *Hanakotoba…

-¡P-p-p-pero…!- exclamo agudamente Gaby mirándolo.

-No fue en ningún sentido costosa…

-¡Y un demonio!- grito Gaby volviendo a ver la chamarra. –Solo existen un puñado de ellas y la mayoría son propiedad de coleccionistas. ¡El maldito animal del que esta hecho se extinguió sin más, haciendo las prendas más caras!

-Tranquilízate… -pidió dulcemente Haruhiko tomándole por un hombro. –Me la regalo Laurent-san…

Gaby dejo de balbucear paranoias a la declaración de Haruhiko. Sin creer lo que dijo le miro con los ojos abiertos como platos, sorprendido más que cuando descubrió el contenido de la caja en su regazo.

-¿Te la regalo?

-Por mi apoyo en el proyecto Rud…

-¡Pero si ese proyecto era maravilloso por si solo!- protesto Gaby lastimeramente. -¡Fue todo un éxito por su propia dedicación y talento!

-Lo mismo le dije, pero no quiso aceptar mi dinero. Le recordé que yo solo di mi palabra para apoyarlo, sin embargo argumento que fue mi decisión la que trajo tantas propuestas después…

-Vaya… -susurro débilmente Gaby. –Ese chico necesita ayuda si se menosprecia así. El museo de Moonless quedo exquisitamente bello tras su intervención… Espero y se dé cuenta de su talento antes de cometer alguna tontería… -mascullo en sus pensamientos.

-Veré por eso… -prometió Haruhiko con seguridad, haciéndolo sonreír.

Por supuesto que Haruhiko lo haría. Cualquier comentario por muy pequeño que fuera, Haruhiko lo examinaba y cumplía si estaba en sus manos. Era una suerte que Gaby no fuera un pequeño e ingenuo chiquillo, o podría ser mimado de la mala manera irremediable.

-Pruébatela… -pidió Haruhiko momentos después, regresando de nuevo a Gaby a la realidad.

Irremediablemente Gaby se vio envuelto en la emoción de un artículo que desde el principio dio por perdido, pero ahora inesperadamente estaba a su alcance.

Su caro cascabel único sonó ruidosamente en su afán por quitarse su actual chaqueta con rapidez. Gaby tuvo aún más cuidado regañándose por su imprudencia, mas sin en cambio lo olvido a la divertida y también ansiosa mirada de Haruhiko por ver a Gaby con algo que el empresario le había dado.

Gaby negó y con la mayor delicadeza vistió la fina chamarra. El especial material se adaptó naturalmente a su estilizado torso y lo envolvió en una perfecta temperatura normal. Un gemido estúpido logro libertad de la boca de Gaby mientras abrazaba inesperadamente a Haruhiko.

-¡¡Muchas gracias, señor!! ¡Juro por mi vida que lo cuidare lo mejor que pueda y como pueda!

Haruhiko solo rio un poco, devolviéndole el abrazo, recorriendo con sus mágicas manos la peculiar piel.

-Se siente muy bien al tacto… -menciono distraído Haruhiko, elevando poco a poco sus caricias hasta llegar al cuello de Gaby, consiguiendo más gemidos de su parte junto con un pequeño escalofrió. Haruhiko paro algo sorprendido.

-L-lo siento… -susurro avergonzado como nunca. Su rostro ardía mientras trataba de separarse del guapo hombre, siendo retenido con fuerza por el mismo. –P-por favor…

-¿Te sientes mal?- cuestiono preocupado Haruhiko, evidentemente malentendiendo.

-¡Estoy bien!- chillo Gaby logrando alejarse. –N-no debemos maltratar mi regalo… -rio quitándose la chamarra con torpes movimiento, evitando aun a Haruhiko.

-¿No te agrado?- susurro notoriamente curioso el hombre. Gaby se quejó por lo bajo, odiando un poco a su señor por presionar una bochornosa respuesta de él.

-Me gustó mucho. Gracias, Haruhiko… -sonrió honestamente, viéndolo de reojo.

Sus miradas permanecieron largo rato en contacto. Las cuidadas manos grandes y un poco frías acariciaron superficialmente su caliente rostro, haciendo que Gaby suspirara satisfecho y entregado… como siempre.

-Debo agradecerlo apropiadamente… -susurro, más para sí. Haruhiko le miro un poco irritado, pero no le aparto de sus piernas cuando Gaby con tímidos movimientos se subió ahí, juntando sus desesperados cuerpos en busca del anhelado contacto que ya casi era una obsesión o necesidad vital.

-No debes, Gaby. Sabes que porque hago esto…

En realidad Gaby aun no lo entendía completamente, pero tampoco era estúpido para inundarse en complicadas y bizarras teorías. Simplemente olvidar y disfrutar, justo como siempre le recomendaba su doctora.

-Gracias… -dijo Gaby feliz, inclinándose para besar a ese especial hombre que tanto había logrado enamorarlo con forme los años simplemente pasaron y las experiencias se extendieron a las más perfectas situación, dándole la razón acerca de su decisión de permanecer con él.

Haruhiko lo rodeo con sus cálidos y fuertes brazos, devolviendo el suave y entregado beso lentamente. Sus labios solo chocando con los contiguos, contagiándolos del calor de su excitación creciente.

Gaby abrió lentamente sus labios, en busca de más profundidad. De ese mareo instantáneo al contacto húmedo y correspondió, maestro y apasionado. Al ser complacido, Gaby gimió satisfecho, acercando aún más a su dueño por el cuello, acariciando sin pensar las suaves hebras del oscuro cabello. Todo su cuerpo retorciéndose con éxtasis a la creciente pasión exquisitamente placentera.

Haruhiko rompió el beso devorándolo un momento con sus profundos ojos. Gaby jadeo aturdido cerrando sus ojos, mansamente enseñando su cuello para que Haruhiko lo besara mientras recorría con las puntas frías de sus dedos su espalda, por debajo de la delgada camisa negra que vistió esa tarde.

Sin ser consiente, Gaby restregó repetidas veces su creciente excitación en Haruhiko, que con cada mínimo contacto también aumentaba de tamaño. Saber que él era el causante de tal reacción prendió en un diferente nivel a Gaby, y entonces la locura comenzó.

El Chaton se separó de Haruhiko con la poca lógica y control que aun poseía. Haruhiko le miro sorprendido por un momento, atrapando entre sus dientes el labio de Gaby, succionándolo y provocándolo exactamente como Gaby aprendió a querer ser seducido. Sin luchar en contra de eso, Gaby permaneció un poco más cerca del hombre, dejando que hiciera con él lo que quisiera.

Después de tantos años Haruhiko se encargó de reafirmar su dominio sobre Gaby a través de adictivo sexo. Siempre explotando su cabeza y sentidos, sacando lo más honesto de Gaby… su fidelidad a sus sentimientos.

Recordándose repentinamente sus planes Gaby rio un poco, divertido de la situación y de encontrar razón para encontrar todo gracioso.

-¿Gaby?- se extrañó Haruhiko tomando con suavidad su cintura. Gaby solo negó agitando su larga colita atrás de él, quitándose la estorbosa camisa que empezaba a pegarse a su cuerpo por el sudor. Haruhiko le brindo su total atención, siguiendo cada acción que hacía con lentitud.

Una traviesa sonrisa se adueñó de Gaby mientras se colocaba de rodillas enfrente de Haruhiko y el hombre le miro interesado y deseoso. Torturándolo Gaby se inclinó para quitarle los lentes, dejando a su anhelante vista los más enigmáticos ojos que aún eran difíciles de descifrar en ciertas ocasiones.

-Eres tan hermoso… -susurro Haruhiko acariciando su mejilla. Gaby una vez más cerro los ojos y dejo que su dueño acariciara con esa lentitud todo su rostro.

¿Cómo lograba desarmarlo de esa manera con una tan simple acción?

-Haruhiko… -suspiro Gaby, tragando como veneno la verdad de sus sentimientos que llevaba años queriendo decir.

“Te amo, te amo, te amo… ¡¡Te amo, demonios!!”

Gaby no dejo que su frustración se notara, como siempre. Convirtiendo el pesado sentimiento en una demostración en acciones, Gaby deshizo rápidamente a su mental amante de su cinturón. Sin darle ningún pensamiento a su permanente vergüenza por hacer eso, Gaby se llevó a la boca el casi-erecto pene.

-Gaby… -susurro Haruhiko sin apartar su vista. Gaby a sabiendas continuo, utilizando cada cosa que era de su conocimiento por llevar tan a la cima como Haruhiko le permitiera.

Metió todo el húmedo órgano a su boca, le dio especial servicio a la llorosa punta, rodeándolo con sus mejillas ahuecadas, succionando con fuerza cuidando sus labios y respiración. Sus manos cubrían persistentemente la distancia que él no siempre abarcaba. De vez en cuando sus manos se aventuraban más allá de su principal objetivo y jugaban con otras partes erógenas que descubrió en anteriores experiencias.

A Gaby le costó unos minutos, pero su recompensa llego con los jadeos audibles del normalmente sereno Haruhiko. Ese fue su señal para aumentar de intensidad sus acciones, satisfaciéndose igual de energéticamente a él mismo, sin poder contenerse de la ansiedad que lo recorría con sus propios atrevidos actos.

Haruhiko consintió amablemente la cima de su cabeza mientras él subía y bajaba, utilizando su garganta varias veces. Sus gemidos lograron la misma reacción en Haruhiko que lo expreso presionándolo más hacia su entre pierna, alentándolo a ir más lejos y fuerte. Esa reacción brusca añadiendo lo esencial para que Gaby alcanzara su culminación en su mano, manchando el piso y gritando incluso aunque su boca estaba ocupada.

-Demonios… -gruño sin aliento Haruhiko, levantándolo y limpiando su sabor de la boca de Gaby, recorriéndolo con su ansiosa lengua, que saliéndose después de su boca recorrió cada centímetro de su cuerpo después de acostarlo en la cama. Gaby en una nube de dicha no reprocho y solo disfruto cada momento.

-Haruhiko, por favor. ¡Solo hazlo!- imploro Gaby desesperado, revolviéndose con energía en la cama. Su trasero levantado al aire mientras era explorado tortuosamente por Haruhiko era ya suficiente o enloquecería.

-¿Qué es lo que exactamente pides, Gaby?- pregunto suavemente Haruhiko con su especial tono de voz seductor, logrando su cometido cuando Gaby se estremeció provocado.

-Por favor… lléname con el tuyo. ¡Rápido!

Afectado tanto como él, Haruhiko no se entretuvo y de un brusco y delicioso movimiento cumplió su petición. Tomando solo una suave respiración en conjunta, Haruhiko permaneció un momento quieto antes de comenzar su rítmico asalto, moviendo todo el cuerpo de Gaby, sosteniéndolo por los brazos para que el Chaton no cayera de cara contra la cama.

Llegando tan profundo, dando todas las veces en su punto especial, Gaby no tardo en alcanzar una vez más su placer. Haruhiko aminoro y beso su espalda, llevo una mano a su pecho y le acaricio calmándolo, solo esperando que Gaby bajara un poco su agitada respiración para continuar, teniéndolo en poco tiempo tan entregado como antes.

-¡No!… Por favor… ahh… Haruhiko… no… m-moriré…

-Aun no, ángel… tienes mucho más que experimentar… -sentencio Haruhiko, en un violento empuje enterrándose tan al fondo que Gaby realmente pensó que moriría.

-¡Dios, si!- gimió extasiado, encontrándose con los empujes. Haruhiko rio por lo contradictorio de Gaby.

-Mi Chaton… -susurro en su oído, cubriéndolo con su sudoroso cuerpo caliente. Sus manos se sujetaron en el colchón, su mente se llenó del orgasmo que experimentaron y ambos al mismo tiempo jadearon el nombre del otro en una armónico momento conjunto que hizo todo aún más especial.

 

 

Haruhiko no pudo abstenerse de reír mientras veía a su dormido ángel revolverse caprichoso, atrapando a Haruhiko para que no se levantara de la cama.

-Un poco más… -murmuro el chico entre sueños, tomando uno de los brazos de Haruhiko para abrigarse.

-Un poco más… -el devolvió besando la dulce mejilla.

Su mirada se posó en el techo mientras el único ruido en la habitación era el de la acompasada respiración de su amado.

Aun tenía muchas cosas que hacer, pero no podía encontrar replica suficiente para levantarse, no cuando estaba tan tranquilo y satisfecho en la simple posición de abrazar a Gaby.

Su Chaton era su adicción favorita, quien siempre lograba lo impensable en los peores y más estresantes días de Haruhiko, tanto como compartía y muchas veces aumentaba su alegría en los buenos momentos.

El tiempo pasó y un sentimiento inquieto de nostalgia lo inundaba cuando pensaba en el final de esos simples días. Tanto se había descubierto y aceptado en ese viaje que era un poco difícil renunciar a él, pero Haruhiko estaba muy seguro de que por más que lo anhelaba, no podía vivir eternamente en un alejado sitio apartado de todos, solo honrado de la presencia de su amante.

Sus acciones algo precipitadas ya habían traído consecuencias que de ser otras las circunstancias habría lamentado. Era el momento de afrontar el evitar a su padre por años, su posición en la empresa familiar y su continua ausencia en su propia empresa que dio un salto enorme y se posicionaba ahora como de las mejores entre los Planetas Amigos.

Sin que muchos le dieran el correspondido merito, Gaby era una parte muy esencial en todo.

Haruhiko aun encontraba gracioso que Gaby tuviera una habilidad muy curiosa en preguntar acerca de su trabajo, opinar sobre eso y acertar la mayoría de veces. Muchos inestables proyectos tuvieron su merecida respuesta con la ayuda de Gaby, que aunque no entendía algunas veces, era un perfecto oyente que dejaba que Haruhiko solo se desahogara y algunas ocasiones solo encontraba la solución.

Con una sonrisa Haruhiko acaricio las caídas orejas rubias del chico, agradeciendo una vez más al destino por poner a esa increíble criatura a su plena jurisdicción.

-Si solo pudiéramos permanecer así para siempre, ángel… -murmuro su verdad más oculta, cambiando de posición en la cama para rodear más fuerte a su dormido Chaton.

Su perdida mirada se posó con diversión en la tirada chaqueta de cuero negro abandonada en medio de su anterior acto.

Otra cosa inesperada era que el chico con el tiempo y convivencia con otros mundos adopto el gusto por la ropa oscura y ceñida, accesorios de metal y llamativas y pesadas botas o botines… negros, por supuesto.

Haruhiko no se quejaba, la conflictiva imagen general que ahora proyectaba el Chaton lograba que Haruhiko solo lo encontrara más encantador y bello. La manera en cómo se expresaba casi sin barrera, luchando y diciendo lo que anhelaba, poniendo en su lugar a quienes querían aprovecharse de su ‘sumisa’ posición.

Como pareja sentimental del chico, Haruhiko estaba orgulloso de la persona que llego a ser Gaby.

El constante y molesto sonido de su brazalete una vez más sonó, logrando que Gaby se inquietara. Haruhiko con fastidio se estiro en la cama para alcanzar el abandonado aparato en la mesa de noche. Leyendo el mensaje apremiante de su asistente sabía que su momento de descanso había terminado.

-Haruhiko… -se quejó dormitado Gaby, sintiendo como siempre cuando Haruhiko se iba.

-Lo siento, ángel. Tengo que ver esto…

-Dijiste que ya habías acabado por hoy… -gruño suprimiendo un bostezo. Haruhiko solo negó levantándose.

-Ya sabes cómo es esto, Gaby…

El Chaton refunfuño y se escondió entre las suaves y especiales sabanas. La culpa e impotencia por no poder permanecer más rato con el chico se apodero de él al ver la reacción de su pareja.

-Gaby…

-Vete, vete. Tal vez así te dejen libre para algo esencial, como dormir o comer… ¡Incluso pueden ser exuberantes y dejarte respirar!- exclamo molesto el Chaton, con voz amortiguada por las sabanas y su sueño.

Haruhiko sin argumentos solo callo y continuo vistiéndose, evitando ver a su Chaton y arrepentirse. Después de todo tenía que ser profesional y no dejarse llevar por sus deseos, por más grandes que fueran y tan tentadores.

-En poco aterrizaremos por última vez en Nebular Nueve… -menciono lentamente Haruhiko viendo de reojo a su interesado y atento amante. –Puedes ir solo si prometes esta vez permanecer con tu guardaespaldas en todo momento…

-No necesito una niñera… -gruño infantilmente Gaby saliendo de su escondite.

-Soy perfectamente conocedor de tu destreza, ángel, pero es por tu seguridad… -recordo con cuidado y amabilidad. Gaby inflo una de sus mejillas en reproche, pero no dijo más.

Haruhiko se apoyó en la cama un momento y beso en capricho los abundantes labios provocadores.

-Avísame cuando te vayas a ir. Te dejare el dinero con Yutaka…

-Sí, sí… Solo vete… -replico el chico expresándose con las manos.

-Ten cuidado… -solo murmuro Haruhiko saliendo del cuarto con todo el pesar del mundo.

 

 

Sin importar cuantas veces Gaby visitara ese inmenso mercado, él siempre quedaría fascinado con la variedad de cosas que se mostraban abundantes a su vista. Fácil podía decir que ni Celes, con todo el poder y diversidad con el que contaba, podría siquiera imaginar en competir con Nebular Nueve.

-¡J-joven Summers!- llamo casi desesperado el guardaespaldas que Haruhiko le había contratado recientemente. Gaby giro los ojos por la inusual manera en que su dueño se empeñó que los empleados le llamaran y el capacitado chico se aferraba a cumplir.

-Baje la voz. Le escucho perfectamente claro… -sonrió Gaby, señalando sus dos orejas puntiagudas en una broma tonta.

-Se supone no se aleje de mí, joven… -se quejó el trajeado hombre suplicando con su mirada miel.

-Y se supone que para eso sigas mi paso. ¡Para ser un guardaespaldas eres muy lento!- molesto un poco irritado.

Yutaka suspiro cansado y con cuidado tomo del brazo a Gaby, apartándolo de un distraído comerciante que equilibraba con magia desconocida una pila gigante de mercancía. Gaby sonrió más ampliamente viendo al extraño.

-Por favor, joven Summers… No haga algo que me ponga en apuros con el señor…

-No lo prometo- negó travieso Gaby. –Si él no se entera no hay problema… -guiño continuando su camino, más lentamente esta vez. -¡Ya se! Si me ayudas a conseguir un obsequio a mi dueño, tratare de mantener un bajo perfil…

-¿Un obsequio?- repitió el chico atraído por la propuesta.

-Sip… -sonrió Gaby asintiendo. La idea de devolver un poco del enorme y escaso regalo que Haruhiko le había dado ilusionándolo.

-¿Algo en especial?

Gaby se lo pensó mientras miraba con atención su alrededor. Siendo Haruhiko, el hombre gustaba de cosas sencillas y útiles, no muy llamativas y que no le requiriera mucho de su escaso tiempo.

-No sé, me gustaría…

-A mí me gustaría que te callaras y siguieras caminando… -gruño una lasciva voz muy cerca de Gaby, estremeciéndolo con repugnancia. De reojo miro al colérico de su compañero siendo amenazado discretamente por dos sucios y fuertemente armados bandidos.

-Eres un estúpido por tu decisión… -gruño Gaby entre dientes, sin moverse analizando todos los escenarios.

-¿Así lo crees, dulzura? Yo solo sé que ese collar y anillo que tienes debe valer mucho dinero…

Inconscientemente Gaby apretó en puño su mano en donde permanecía su preciado anillo, su primer regalo especial que equivalía en su mente a la relación especial que mantenía con Haruhiko. Ver la azul y valiosa piedra le recordaba muchos de los motivos y razones por las que permanecía enamorado del hombre aparentemente inalcanzable.

-Atrévete y morirás… -advirtió con crueldad Gaby endureciendo su expresión.

-¿Escucharon a la sexy mascota, chicos?- se burló socarronamente su agresor, riendo con ganas. Sus cómplices sin embargo flaquearon levemente viendo a Gaby. –Tienes una deliciosa y sucia boca, Chaton… Me pregunto cuántos beneficios me darían en el mercado negro por ti…

Gaby sonrió cruelmente de lado, viendo en uno de los criminales un arma de largo alcance puesta en modo aturdidor. Poco más allá un par de guardias miraban con sospecha hacia ellos, y en uno de los puestos cercanos a ellos había a la venta una aplicación de medidor de salud, algo vitalmente necesario para Haruhiko.

Su analizadora mirada se encontró con la decidida de su guardaespaldas, quien asintio lentamente sin dudar.

Todo fue muy rápido. En el justo momento en el que el indigno tipo quiso apresurar a Gaby, este se movió como años atrás aprendió, deshaciéndose de la débil limitación y la amenaza de la pistola. Igual de rápido reacciono en conjunto su acompañante y juntos paralizaron a sus atacantes, Yutaka con su propia y escondida arma y Gaby con la pistola de largo alcance del más cercano bandido.

Una chica grito y la reacción en cadena que Gaby espero estallo. Ambos chicos se deshicieron de la amenaza y corrieron lado a lado, Gaby resegándose segundos en tomar su regalo y dejar el dinero en el mismo lugar.

Los dos se mezclaron la descontrolada multitud sin poder evitar su diversión.

-¡¿Cuándo será el día en que le escolte a un tranquilo paseo, joven?!- exclamo exageradamente su acompañante, haciendo reír a Gaby con ganas.

 

 

Haruhiko se desconectó de la importante plática al ver llegar al risueño Gaby. El normalmente serio y profesional guardia que contrato después de estrictos controles también sonreía algo cansado mientras miraba alrededor protegiendo a Gaby, pero aun así atendiendo la conversación.

Su Chaton lucia feliz y divertido mientras movía en ondas interminables su delgada colita rubia y sus mejillas se abultaban sonrojadas por su amplia sonrisa. Gaby sin dar con eso mostraba a todos los aturdidos empresarios reunidos de emergencia en la apartada sala de conferencias, que su mote cariñoso era cierto.

-Joven, inteligente y exitoso… ¡Y encima tiene tal Chaton! Como le envidio, Usami-sama… -suspiro bromeando uno de sus colegas, viendo la causa del barullo en general.

Haruhiko no dijo nada con respecto a eso y término su formal plática. Separándose del resentido empresario fue con su Chaton que lo recibió con una amplia y emocionada sonrisa, sus ojos brillando y aclarando un poco el profundo azul de sus grandes ojos.

-¡Tengo un regalo!

-¿Para mí?- pregunto en voz baja viendo al entusiasmado chico.

-Si… -respondió Gaby girando divertido sus ojos. Haruhiko lucho con su sonrisa y espero paciente a ver de qué hablaba el chico.

La batalla contra su satisfacción pudo con él, y en público peligroso Haruhiko se agacho y beso con entrega los sensuales labios que le correspondieron después de la sorpresa.

¿Cuántas sorpresas más le tendría preparadas su hermoso amante incluso a esas alturas de su relación?

-Gracias, ángel… -susurro en su oído íntimamente, escuchando con satisfacción el suave gemido de Gaby. Él sabía que el Chaton se derretía a ese tono de voz.

-N-no fue para tanto… -replico avergonzado mirando al suelo con alfombra de la estacionada nave especial.

En parte Gaby tenía razón, las aplicaciones de salud eran comunes y la mayoría de las veces estaban al alcance de una presión en la pantalla táctil del brazalete, pero que Gaby se tomara la molestia de pensar en él y su bienestar era lo que lograba del presente algo más valioso.

Yutaka se aclaró la garganta audiblemente, recordándoles discretamente que no estaban solos en su habitación. Haruhiko se reincorporo en sus pies y guio a su Chaton a la habitación que compartían juntos desde mes y medio atrás. Gaby se apresuró a seguirlo, sospechando el tipo de agradecimiento que recibiría.

Haruhiko de verdad extrañaría esas preciadas situaciones que probablemente escasearían con su regreso a Celes.

Sus pensamientos desaparecieron cuando Gaby lo rodeo con sus brazos y reclamo con lujuria y desesperación su boca. Las descargas de electricidad y placer poseyeron una vez más a Haruhiko, quien ya necesitado solo se dejó hacer.

Tomando de la cintura a su bello compañero lo guio en pasos torpes a la cama, cayendo conforme a la gravedad producida en la nave encima de las recién hechas sabanas. Gaby rio un poco al revotar y encontrarse inesperadamente debajo de Haruhiko.

Su deseo predomino y Haruhiko se agacho a reclamar los labios de Gaby una vez más, deseando desesperadamente marcar con fuego en el Chaton todos los abrumadores sentimientos que no podía decir por varias circunstancias que muchas veces estaban por asesinarlo. Sin embargo, y aunque terminara por acabarlo, Haruhiko le expresaría en otras formas el amor profundo que tenía por ese complejo y bello ser.

Y entonces inoportunamente sonó la notificación de video-llamada de la habitación con toda su potencia.

-¡Otra vez no!- gruño molesto Gaby, estrellando sus puños en la cama como protesta.

-Esta con el filtro, Gaby… -recordo Haruhiko, tan molesto como él por la intervención tan molestamente seguida.

-¡Ya lo sé! Solo contesta, ¿quieres?- bufo irritado Gaby con una dulce mueca de fastidio, empujando sin fuerza por el pecho para que se alejara de él. Haruhiko gruño por lo bajo.

Tras rodarse y acomodar sus lentes apropiadamente, Haruhiko abrió la insistente ventana virtual.

-¡Haruhiko!- exclamo en saludo Ryuuichirou, luciendo algo tenso visiblemente.

-Habla rápido. Estoy ocupado…

El importante hombre lo miro algo resentido pero miro con atención el desordenado cabello de Haruhiko. Una cómplice sonrisa adorno sus labios antes de morir y dar paso a una mueca irritada.

-Tengo noticias… no muy buenas en realidad…

 

 

 

Notas finales:

*Sistema Principal de Veela: Simple y sencillamente inventado por una servidora, yey~ (?)

*Hanakotoba: Mundo ya mencionado en el fic principal de esta serie :3

 

¿Y que tal? A mi me gusta mucho porque este tipo de relacion es el que van a llevar la mayor parte del tiempo estos dos, y asi .w.

Espero sigan leyendome chicos. Los proximos capitulos traeran muchas sorpresas~

 

Por cierto, mencione que tengo una sorpresa para mañana, pero el tiempo me presiono y no la tendre preparada sino hasta el Sabado en la noche DX

Ya saben, San Valentin .-.

El capitulo de Inoue tambien sera publicado hasta la noche de mañana :P

 

Mientras cuidense y feliz dia de los enamorados adelantado~

Los quiero mucho y siempre agradezco su apoyo >.< *Reparte chocolate de regalo*

Nos leemos .w./


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