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¿Salvando o siendo salvado por un Chaton? por christalchii268

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Notas del capitulo:

Sin palabras por el momento. Solo lean y al final desarrollo mi discurso...

Capítulo 15:

 

Gaby pasó gentilmente las manos por la suave cobija de fina y especial tela. La visión de la elegante y dulce cuna ya ensamblada y terminada le daba un sentimiento de ternura.

La madera era cara y resístete, de un fuerte color caoba brillante. Gaby con facilidad podía inclinarse y revisar lo que futuramente, y si todo salía bien, estaría adentro durmiendo como un pequeño y mimado príncipe.

La habitación en un solo día ya estaba arreglada a la perfección con las ideas que la noche anterior Haruhiko y él tuvieron. Suave color azul en dos tonalidades en las paredes, el demás amueblado en el mismo intenso color que la amplia y linda cuna que en lo alto dejaba caer un suave velo casi trasparente de color blanco. La alfombra también fue cambiada, e incluso el ventanal fue modificado para que protegiera el coqueto cuarto.

Estratégicamente acomodados también estaban la cómoda, un cesto de ropa sucia a su lado, un elegante baúl para juguetes, estanterías y un armario para guardar cosas. Al lado de la cuna estaba una mesa para cambiar pañales junto con su organizador en la pared con todos los accesorios que pudiera necesitar.

Haruhiko fue tan lejos incluso para comprar una tina de baño, asiento de seguridad para el carro y varios juguetes diversos y lindos, entre ellos un enorme oso de peluche que custodiaba la especial mecedora.

Y era otra cosa. Gaby se había enamorado a primera vista de esa mecedora. Haruhiko le había instado a que la probara y él prácticamente suplico por ella cuando lo hizo, aunque no fue necesario, pues el gastador hombre desde el principio tuvo en mente adquirirla.

Celes era tan avanzado tecnológicamente que incluso la maldita mecedora tenía su toque. Gaby debía tener cuidado, pues no podía descuidarse y dormirse en la mágica cosa que lo mecía estratégicamente. Aunque nunca negaría que era perfecta.

Otra cosa que simplemente le conmovió fue el lindo y bellamente pintado angelito que custodiaba la cabecera de la cuna. Haruhiko era un tonto… pero un tonto que logro sacarle una sonrisa por el dulce detalle que inevitablemente siempre le robaba la atención al entrar en la amplia habitación iluminada y cálida.

Gaby se sentó en el silloncito para subir los pies y abrazo un conejito, viendo en general el cuarto. Su interior se revolvía en la emoción que su bebé contrajo de Gaby. Él no sabía que sucedía, pero confiaba en que si su padre estaba feliz, él también debía estarlo, y eso solo logro que Gaby se sintiera aún más abrumado y emotivo. Malditas hormonas.

-¿Gaby?- entro Haruhiko viéndolo preocupado. Gaby intento sonreír pero no pudo, así que bajo su cabeza lagrimeando. -¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien?

Él no contesto, se sentía demasiado estúpido incluso para mirarlo. Sabía que eso no era su culpa y solo debía pasar por esas locas etapas, pero Gaby, acostumbrado a ser fuerte incluso si deseaba derrumbarse, no se sentía bien dejando que sus extremas emociones se manifestaran tan patéticamente.

-Ángel… -susurro Haruhiko hincándose delante de él y en un suave movimiento abrazándolo, entendiendo correctamente la situación. Una vez más, Gaby se sintió terriblemente agradecido con el hombre.

-Es… hermoso… Gracias, Haruhiko… -logro decir a través de sus lágrimas.

-Me alegro que te haya gustado. Cualquier cosa que desees solo dilo…

Gaby negó suavemente y se abrigo más en la curva del cuello de Haruhiko. Había aún muchas cosas que se le podían ocurrir a Gaby, pero él sabía que no debía involucrarse demasiado. La constante amenaza solo crispaba sus nervios de no poder entregarse por completo a la idea y disfrutarla, más cuando Gaby mismo llego a un acuerdo semanas atrás.

¡Tan molesto tener la oportunidad siempre amenazada!

Él deseaba ser un padre normal como cualquiera en Celes. Disfrutar de ese momento junto con Haruhiko y no ver su mirada cautelosa que analizaba todo protegiendo a Gaby y tratando de mantener toda situación bajo control, tanto si el bebé lo lograba como si no.

En ese momento Gaby de verdad, de verdad agradecía que tuviera a su lado a Haruhiko para apoyarlo en esa etapa.

-Lo siento… N-no sé qué… me pasa… -lloriqueo Gaby cuando encontró que estaba llorando desesperado, aferrándose al costoso saco de Haruhiko. Este rio un poco y lo abrazo más fuerte, depositando un suave beso en medio de sus caídas orejitas en su cabello.

-Es normal, Gaby. Recuerda que el doctor nos dijo que estas “crisis” sucederían muy pronto y esparcidamente durante todo el proceso. Tranquilo…

-¡P-pero…!- sollozo sin poder controlarse.

-Estoy aquí, ángel. No te preocupes por nada, lo entiendo a la perfección. Si esto empeora le pediremos al doctor un suplemento que ayude a reducir los cambios de humor.

Gaby asintió apretando sus puños en el pecho de Haruhiko, lamentando que desde el principio el doctor no le pudiera dar ese remedio a Gaby por el tratamiento que ya llevaba para ayudar a su bebé con otras cosas.

-Vamos, debes descansar un rato. Ha sido un día muy pesado para ti…

Haruhiko sin esfuerzo lo cargo y llevo a su habitación que compartían, dejándolo con extremo cuidado en las sabanas. Al último momento otorgo un suave beso en su vientre en crecimiento, sacando más risitas débiles a Gaby, aun tratando de ralentizar su llanto.

-¿Aun tienes trabajo?- le pregunto tímido, viendo que se quedaba sentado a su lado en la cama.

-No, en realidad. Faltan algunas cosas por atender, pero no son urgentes. ¿Deseabas algo?

Gaby bajo los ojos y se mordió distraído el labio inferior, tratando de que su voz no fuera demasiado suplicante.

-Pensaba… que si no estás muy ocupado… p-podrías quedarte aquí conmigo…

Haruhiko le miro un segundo asombrado antes de levantarse y quitarse la corbata y saco. Gaby le miro de reojo sonrojado, más cuando el hombre regreso a su lado y lo acomodo de costado, Haruhiko abrazándolo atrás de él, una mano debajo de su cuello y otra protegiendo dulcemente su estómago. Él suspiro.

-Gracias…

Gaby poco a poco se fue sumergiendo en un profundo sueño. Haruhiko había tenido razón al decir que fue un día muy pesado, entre planear todo, ver amplios catálogos y al final trasportarse a las tiendas diversas para comprar todo. Agraciadamente Haruhiko utilizo sus contactos como arquitecto y pidió ayuda de conocidos diseñadores de interiores, haciendo un magnifico y rápido trabajo en el cuarto de su futuro hijo.

Mientras dormía, Gaby soñaba con un pequeño niño de ojos azul intenso, inmensamente parecido a su mirada. El pequeño sonreía de esa manera entregada y un poco reservada de Haruhiko, mirándolo de reojo mientras movía suavemente su larga colita… Un sueño dulce, tranquilo y en paz mientras Gaby permanecía viendo al pequeño Chaton correr con una pelota grande. Y entonces la atmosfera cambio y un hombre de apagados ojos apareció…

>>¡No, por favor!<< Suplicaba Gaby quien no se podía mover de su lugar. >>No con Hide, por favor. ¡¡Profesor, por favor!!<<

El risueño sujeto no le ponía atención. Con los bruscos movimientos que Gaby conocía tan íntimamente rodeaba al pequeño que evitaba llorar y lo miraba fijamente. El Profesor reía en voz baja y el niño bajaba la cabeza, riendo igual de seco y sin emociones.

>>No puedes hacer nada, padre. Soy de él tanto como tú lo eres…<<

>>¡¡Hidehiko!!<<

-¡Gaby, amor, despierta!

>>¡No puede llevárselo! ¡Se lo ruego! No me quite a mi hijo…<<

-¡¡Ángel!!

Gaby despertó sobresaltado, gimiendo y tembloroso. Su cuerpo agitado y cubierto de sudor se estremeció cuando Haruhiko lo tomo entre brazos fuertemente, meciéndolo.

-Tranquilo, estas a salvo. Él no puede tenerte ni a nuestro hijo…

-Él… él…

-No, ángel. Estas a salvo aquí conmigo. Todo está bien.

Negando Gaby se aferró a Haruhiko, sollozando por los restos del sueño tan real y aterrador. Su mayor miedo tomando forma de manera tan realista que sentía la impetuosa necesidad de revisar a su bebé.

-Oh, dios… Haruhiko, nuestro hijo… -gimió agitado Gaby, sosteniendo su vientre mientras sentía a su niño moverse rápidamente, angustiado e intoxicado por los drásticos sentimientos que Gaby sin poder evitar compartía con él.

-Tranquilo, tranquilo. Respira. Necesitas relajarte, Gaby… -susurro apremiante Haruhiko, acariciando la cuna de su bebé. –Cierra los ojos y solo concéntrate en mi voz, ¿de acuerdo? Solo estamos nosotros tres aquí…

Gaby a pesar de la situación rio. Era maravilloso que Haruhiko desde el principio lo tomara en cuenta también a él, y ahora con el niño, ya no eran solo dos, si no tres. Una familia. Un conjunto de personas que vería por los otros antes que por sí mismo.

-¿Mejor?- pregunto Haruhiko después de un tiempo que Gaby cuido con mucha precaución su respiración y pensamientos. Sintiéndose mejor asintió lentamente. -¿Debo ir a por el doctor?- cuestiono suavemente Haruhiko, separándolo igual de lento para acomodar su cabello desarreglado.

-¡No!- gimió Gaby sin poder detenerse, abrazando con tanta fuerza a Haruhiko que era seguro le hacía algo de daño. – ¡Quédate conmigo, por favor!

-Cálmate, Gaby. No me iré. Tranquilo…

Haruhiko comenzó a preocuparse por el nerviosismo y desesperación de su Chaton. Su cuerpo aún no se tranquilizaba y su respiración era cortada. Recordando las duras advertencias del doctor Haruhiko necesitaba una manera de distraer a Gaby para que no le causara daño sin querer a su hijo y a él mismo.

Sin saber si era lo mejor entre todo, Haruhiko comenzó a besar con suavidad el rostro de Gaby, poco a poco, acariciando con la mano que no apoyaba su peso su suave cabello. Gaby inconscientemente se inclinó a su tacto, dándole más libertad a Haruhiko cuando sus labios bajaron poco a poco por su cuello, jugando con la fina cadena de plata.

-¿Sigues conmigo, Gaby?- le pregunto suavemente, apretando un poco su agarre en la cadera del Chaton. Gaby soltó un entrecortado suspiro como única respuesta.

Él dejo que se embriagara de sus atenciones, dando más de sí para distraerlo.

Su mano se desvió y solo la dejo descansar en el pequeño montículo donde se desarrollaba su hijo. Aun era muy pequeño y casi no se notaba, pero acostumbrado al plano abdomen de Gaby, Haruhiko podía notar la diferencia y emocionarse de como poco a poco tomaba forma su vientre.

Gaby gimió y dejo caer su cabeza, dándole más espacio a su cuello. Haruhiko cambio la tonalidad de sus gestos y empezó por morder suavemente el delgado y elegante cuello, pasando en lentos círculos. Gaby se aferró más fuerte a las sabanas y se estremeció, esta vez por diferente causa.

Haruhiko elevando su mano y jugando con los botones de la camisa de dormir de Gaby dudo. ¿Sería seguro continuar con sus planes en la condición de su amante? El doctor había dicho que mientras tuvieran mucho cuidado el sexo no estaría prohibido, pero aun así Haruhiko dudo separándose del sonrojado chico.

-¿Q-que pasa?- gimió Gaby entreabriendo sus ojos. Haruhiko beso su nariz y negó.

-Nada, ángel. Avísame si te sientes mal, ¿de acuerdo?

-Te preocupas demasiado… -musito Gaby con una tímida sonrisa. Haruhiko se perdió un poco en el gesto antes de invadir una vez más en la cálida y dulce boca, sintiendo de nuevo la entrega y correspondencia de su pareja.

Habían pasado ya años de que ambos compartían intimidad y cada vez renovaba y traía algo nuevo a sus encuentros. Todas y cada una de las veces eran mágicas y especiales, siempre robando la mente de Haruhiko e inundándolo de los muchos y variados sentimiento que tenia por ese hermoso ángel.

Ahora sabiendo que en el interior de su preciado Chaton creía su hijo los sentimientos de Haruhiko aumentaron aún más, alentándolo a tratar a Gaby más dulcemente. Esta vez no se trataba de una pasión quemante y desesperada, sino de trasmitirle el amor y cuidado que también le provocaba. Hacerle saber que lo amaba como nadie y siempre pensaría en su bienestar incluso en los peores momentos.

Con la idea en la cabeza, Haruhiko desabotono la camisa de Gaby y otorgo suaves y lentos besos por todo su torso, disfrutando de los escalofríos y jadeos que le provocaba. Sus manos apoyando su peso para no hacerle daño a su pequeño que esperaba estuviera más tranquilo.  

-Haruhiko… -jadeo Gaby cuando él tomo en su boca un endurecido pezón, mojándolo con su saliva y molestándolo con su lengua, moviéndose justo como sabía que su amante disfrutaba. Elevando su mirada lo noto completamente perdido, su frente sudada y sus labios desgastado el escaso oxigeno que capturaba. Haruhiko sonrió mentalmente.

Bajando aún más observo la cuna de su hijo, una vez más fascinado con la idea.

-Se ha dormido… creo- rio Gaby mirándolo agitado. Haruhiko le devolvió una leve sonrisa besando una vez más su vientre, sus manos desnudando con cuidado al chico que lo observaba atento.

-Acomódate de lado… -susurro con voz afectada. Gaby le miro un segundo curioso antes de cumplir, notándose avergonzado cuando Haruhiko volvió a su posición de abrazarlo por su espalda.

-¿Qué pretendes?- cuestiono Gaby divertido. Haruhiko no le respondió y solo beso su sien, alcanzando al mismo tiempo la dispuesta erección que salto a su tacto. Gaby jadeo rápidamente.

Besándolo, Haruhiko empezó a mover su mano, con delicadeza, llevando a Gaby tan cerca de la culminación solo para parar un poco y volver a provocarlo. El chico se empezó a mover eróticamente con sus acciones, restregándose de manera tan sensual como Haruhiko lo masturbaba. La postura solo causando que la cercanía de sus cuerpos aumentara.

-Haruhiko, por favor… -jadeo Gaby retorciéndose, tomando con su mano la muñeca de Haruhiko.

-Aun no… -le respondió él, tomando en un ágil movimiento su boca y robando su respiración, sintiendo como vibraba conforme a los leves quejidos que Haruhiko mismo le ocasionaba. Su ego aumentando al ver como lo afectaba con la mínima caricia.

Gaby desesperado se curvo, empezando a empujarse en el firme agarre de Haruhiko. Él lo dejo mientras entrelazaba su lengua con el muchacho, tan alterado como él mismo. Su propia excitación incitándole a poseer una vez más a Gaby.

Sin dejar que el Chaton encontrara su placer, Haruhiko tomo una de sus piernas y la elevo con cuidado, tomándola justo detrás de su rodilla. Con su mano libre tanteo a ciegas el ajustado orificio donde deseaba entrar con desesperación, notando como Gaby se estremecía aún más y pequeños sonidos de disfrute lo abandonaban cuando Haruhiko recorrió con la punta de sus dedos tan íntima parte.

-Vas a tener que alcanzar la botella, Gaby… -susurro Haruhiko cuando dio en ese pequeño detalle.

-¿Qué?… -pregunto mareado Gaby. Haruhiko rio un poco y beso su caliente mejilla.

-El lubricante, ángel…

-Ah, si…

Todavía atontado, Gaby se estiro para alcanzar la mesa de noche de su lado, donde estaba la pequeña y especial botella. Haruhiko aprovecho el espacio momentáneo en la cama para apoyarse en un codo y tener más facilidad de movimiento.

Gaby le evito completamente sonrojado, agitado y notoriamente ansioso al reincorporarse en el íntimo contacto. Haruhiko le otorgo otro beso gentil y esparció por sus dedos el ligero líquido especial al que ellos preferían recurrir.

Su Chaton reprimió un suspiro cuando Haruhiko comenzó a prepararlo, tomándose su tiempo. Su mano desocupada progresivamente recorrió con la punta de sus dedos todo el suave y sudado cuerpo, bebiendo de sus gemidos y ocupando su conocimiento para tener a su compañero perdido en el mayor deseo posible, tanto o aproximado al que él mismo sentía.

-Por favor, Haruhiko… -jadeo Gaby cuando Haruhiko una vez más rozo su punto especial pero lo ignoro poco después.

-Gaby… -suspiro Haruhiko y tomo con propiedad su barbilla, besándolo entregado haciéndose su camino a las calientes y apretadas entrañas tan exquisitas. Ambos soltando sonoros y apagados gemidos.

-Muévete, muévete…

-Esa paciencia… -rio Haruhiko por un segundo antes de comenzar su acompasado ritmo, cuidando siempre en no hacer ningún movimiento brusco que dañara en algún sentido a su ángel.

-Haruhiko…

-No puedes saber cuan feliz me haces, Gaby… -susurro Haruhiko, acabando por embestirlo, tomando su pierna con propiedad, sumergiéndose en las seductoras y cálidas sensaciones.

-¿Te hago feliz?- jadeo Gaby dejando caer la cabeza. -¿Cómo?

-Eres perfecto, Gaby… -jadeo él parando su asalto. –Eres todo eso que incluso nunca pensé que necesitaría y ahora no puedo vivir sin eso…

-Haruhiko…

-Es verdad, Gaby. Tu sola mirada, tus actos distraídos… todo me llama. Te amo…

-Para, por favor… -sollozo el chico evitándolo, pero Haruhiko lo abrazo suavemente, continuando su confesión aun unido a su cuerpo. Susurrando en lo privado de su oído atento.

-No puedo verme sin ti, ángel. Eres un maravilloso ser y aun no sé que logre hacer para tenerte conmigo, pero entonces entiendo que no es por mí, sino por ti. Debo amarte todo lo que alguna vez mereciste, y en el camino lograr también que me ames con cada mínima cosa de tu parte. El siempre hecho de tenerte me hace sentir pleno, en paz… amado.

-Haruhiko… -rio entrecortado el chico, tentativamente poniendo su mano encima de la de Haruhiko, que reposaba en su cadera.

-Además, tienes a nuestro hijo en tu interior. Eso solo logra que quiera cuidarte más que nunca de todos los males, mimarte y hacerte inmensamente feliz. Te veo y solo puedo dar gracias por la suerte que tengo de mantener a mi lado a las dos personas que lograre alguna vez amar más que a nadie.

Acompañando sus palabras, Haruhiko guio sus manos a la cuna de su pequeño, sintiendo claramente unos pequeños aleteos manifestándose a través de su protección. Haruhiko sonrió y supo que Gaby también lo sentía aunque no lo tocara. Su especial enlace solo hacía que el Chaton se relajara más, se entregara y disfrutara de esa etapa a comparación de antes de hacerlo.

-Tengo miedo… -susurro Gaby cerrando los ojos.

-Lo sé, amor. Yo también lo tengo, pero estamos juntos en esto. Cualquier cosa que pase, ambos lo enfrentaremos. Juntos, siempre… Nada lograra cambiar lo que siento por ti, mi ángel…

-Hazme el amor… Por favor, lo necesito… -Gaby lo miro con los ojos empañados en lágrimas no derramadas. Haruhiko beso ambos parpados temblorosos y continuo, nunca separándose de él, rodeándolo en un confortable abrazo, sabiendo que no solo estaban teniendo relaciones sexuales, también estaban conectando en una mayor y profunda manera.

-Nunca lo dudes… Gaby… Te amo.

El chico solo asintió desesperado, apretando la mano que aun entrelazaba con la suya. Haruhiko las guio al delgado y agitado pecho, dejándolas ahí y siguiendo sus movimientos, besando a su amante, alcanzando con su mano libre la excitación descuidada de su ángel y aumentando su placer.

Gaby solo se dedicó a gemir entregado, estremeciéndose deliciosamente, causando también a Haruhiko pequeños espasmos robando aún más su respiración. En un desconocido momento ambos se encontraban tan unidos en mente, corazón y cuerpo que era difícil saber dónde terminaba uno y empezaba el otro. Tan intenso y profundo que solo logro añadir algo a su encuentro, haciéndolo más especial y dulce. Llegando juntos a su alivio, incluso de aquellas inseguridades que hasta entonces aparecieron.

 

 

Sonriendo sin poderlo evitar, Gaby se metió más entre los fuertes brazos que lo envolvían.

Haruhiko lucia dulcemente hermoso cuando dormía. Su rostro relajado y descansado era tenuemente iluminado por el brillante sol, mostrándolo como el bello ser que en realidad era.

Gentil, preocupado y entregado en la intimidad. Un apasionado amante que siempre lo sorprendía con una simple y normal acción cualquiera. Siempre miraba a Gaby con aquella intensa mirada impregnada de tantos sentimientos que incluso en todos esos años aun no descubría por completo.

Su seguridad y afecto solo conseguían lo mejor de Gaby. Solo habían pasado tres semanas, pero Haruhiko se las arregló para despejar su eterna preocupación y él solo se encontró llevando el día a día, con cuidado y cierto entusiasmo.

Por supuesto, aun sentía miedo y cualquier simple síntoma lo alertaba, sin embargo Haruhiko tenía razón. No estaba solo.

-Buenos días… -susurro de pronto Haruhiko, sobresaltándolo. No había visto que despertó y lo miraba fijamente.

-Bue-buenos días… -sonrió Gaby abochornado, siendo descubierto vergonzosamente mirándolo dormir. Haruhiko no dijo nada y elimino la distancia que los separaba para besarlo suavemente en su boca.

Gaby moriría seguramente con la duda de como Haruhiko lograba tanto con tan simple gesto, casi distraído. Su corazón acelerando, su respiración en pausa y su rostro sonrojándose. Su mente repleta de todo lo que sentía por él, su cuerpo anhelando más. El suave calor que recorría todo su ser, desde el tierno contacto de sus labios al resto de su cuerpo.

Gaby suspiro inevitablemente, cerrando los ojos y sintiendo como Haruhiko lo atraía más, abrazándolo en la comodidad de la amplia cama que compartían desde mucho tiempo atrás.

-¿Dormiste bien?- pregunto suavemente Haruhiko, acomodando con suavidad un largo mechón de su cabello.

-Si… ¿Tu?

-Siempre lo hago cuando estoy contigo- desestimo como si nada, haciéndolo sonrojar más. ¡Maldito tipo!- ¿Y nuestro pequeño?

Olvidando rápidamente su enojo, Gaby logro sonreír por el término cariñoso. Una mano bajando lentamente para sostener el pequeño montículo en su vientre.

-Duerme… o al menos no esta tan energético- rio, a sus palabras reanudándose los pequeños movimientos en su interior que le producían un curioso sentimiento de ternura, preocupación y alegría… Nunca podría acostumbrarse a tan abrumadores emociones.

-¿Quieres desayunar aquí o salir?- pregunto con cariño Haruhiko, besando su cabello. Los recientes gestos amorosos lo estaban malcriando y consintiendo.

-Tienes mucho trabajo, ¿cierto?- susurro sin verlo, evitando por cualquier medio que diera con su inconformidad.

-Lo lamento, ángel. He estado relevando muchas cosas y me han alcanzado… -Haruhiko suspiro exasperado y elevo su rostro tomándolo con una mano. –No quiero que estés solo por mucho tiempo. Prometo reunirme pronto contigo…

-Ah, p-pero… -trato de protestar, sin embargo Haruhiko acaricio su mejilla y atrapo una vez más sus labios.

-No está en duda nada. También almorzare contigo y llegare para la cena. Prepara algo sencillo… -separándose de él le miro con suavidad. –Y mañana iremos con una socia. Maneja una tienda de maternidad y podre comparte más cosas…

-¡¿Mas?!- gimió asustado, notando después que fue a medias una broma de Haruhiko. ¡Tonto hombre!

-Anda, levanta. Desayunaremos fuera. Necesitas tomar aire fresco y ejercicio.

-Dices eso, pero iremos en el auto, ¿cierto?

-Solo levántate… -gruño en juego Haruhiko saliendo de la cama. Gaby hizo un sonido de protesta, revolviéndose en la cama. Disfrutando de la paz de la mañana.

-Gaby… -advirtió Haruhiko regresando y en un inesperado momento cargándolo.

-¡Bájame!- chillo asustado, aferrándose con fuerza a su cuello por miedo a caer. Haruhiko rio en voz alta, deteniendo sus quejas.

Su risa hipnótica, sus rasgos suavizándose, sus ojos brillando sin el obstáculo de los lentes. Parecía tan libre y feliz, en calma y disfrutando de llevarlo todo el camino hasta el baño.

Sin dar en reacción, Haruhiko lo dejo ir, apoyándolo con cuidado en sus pies, por fin dando con su asombro.

-¿Gaby?

-Luces muy atractivo… -susurro Gaby sin abstenerse, sonrojándose ante la pequeña sonrisa de Haruhiko y su ceja levantada.

-Vaya, ángel. Hoy amaneciste muy provocativo…

-¡No lo dije con ese propósito!

Y de nuevo, muy tarde dio conque Haruhiko tampoco había dicho claramente “eso”. Su rostro no podía ser más rojo.

-Eres sorprendente y hermoso, Gaby… -suspiro él atrapándolo y rodeando su cintura, agachándose para besarlo. –Contigo siempre llegare tarde al trabajo… -se quejó sin resentimiento guiándolo a la ducha. Entendiendo, Gaby no protesto y solo se dejó llevar, suspirando.

 

 

-Delicioso… Has mejorado bastante en la cocina, Gaby-san- sonrió Hanata lamiendo la cuchara. Gaby evito reír descaradamente ante la imagen.

Hanata a lo largo del tiempo logro ser una fuerte, digna y dulce amiga. Su lado profesional y frio, comparado con el juguetón y despreocupado siempre era reconfortante y contagioso. Gaby sospechaba que Doumeki también había visto esa especial parte de esa valiosa mujer, pero no sabía cómo avanzar. Divertido…

-¿Qué quiere decir eso, Hanata-san? ¿No era bueno mi sazón antes?- pregunto Gaby sobresaliendo su labio inferior en un mohín.

-¡No al nivel de esto!- exclamo divertida la chica, metiendo otra vez la cuchara en uno de los soufflés que preparaba Gaby.

-Oye, no. ¡Te lo acabaras sola!- se quejó él quitando el amplio recipiente, esta vez no jugando.

Hanata robo otra probada rápida y se retiró antes de que Gaby hiciera algo. Leves señales de una tranquila sonrisa en el hermoso rostro de la mujer en traje caro y a la medida de oficina.

-El señor llegara en breve. ¿Necesitas algo más?- ofreció ella apoyándose en la barra.

-Desde el principio no necesitaba nada. Haruhiko no debió distraerte de tu trabajo para venir. ¡Ustedes ya tienen mucho trabajo acumulado!

-Esta preocupado por ti… -susurro ella gentilmente, aun con la cuchara en su mano.

-Se preocupa demasiado… -devolvió Gaby viendo sin mirar la comida ya terminada encima de la estufa electrónica.

-A mi opinión, no. He visto a mayores y más importantes empresarios perder el color y casi arruinar sus empresas por el primer embarazo de sus parejas… -desestimo, encogiéndose de hombros. –Presiento que de haber sido otras las circunstancias, el señor igual te sobreprotegería. Te aprecia demasiado…

Gaby se sonrojo y apretó en puños su delantal. Su bebé moviéndose rápidamente, dándole nauseas.

-Diosa… ¿estás bien?- gimió asustada Hanata al verlo trastabillar. Gaby no contesto y solo fue al fregadero a vomitar. -¡Doumeki, trae el suplemento de Gaby-san!- grito Hanata dando largas zancadas para llegar con Gaby.

El experto en informática y otras variadas áreas llego corriendo, su mirada rápidamente viendo a Gaby que jadeaba. Sin dudar le extendió la botella especial con su suplemento, mojando después un trapo de cocina limpio, ayudándolo a limpiar los restos de su devuelto breve bocadillo de unas horas antes.

-Pensé que dijiste que las náuseas se habían ido… -dijo Doumeki apartando su cabello cuando Gaby dio una seca arcada.

-Obvio volvieron… -gruño molesto Gaby.

Ambos chicos ignoraron los evidentes rastros de su estado y solo le ayudaron a estabilizarse. Doumeki limpio su desastre y Hanata le ayudo a beber la medicina especial para eliminar los restos de síntomas y el mal sabor de boca. Su estómago inmediatamente asentándose y su garganta dejando de ser rasposa.

-Demonios, la comida… -se quejó Gaby viendo de reojo sus platillos. Solo la visión dándole más nauseas.

-Dale al medicamento tiempo para actuar- reprendió gentil Doumeki guiándolo a las sillas altas de la barra. –No debes saltarte comidas, Gaby-chan.

-Menos cuando te has esforzado tanto en hacerlo… -añadió Hanata dándole una triste sonrisa.

Gaby hizo un gesto con su mano y se dejó caer en la silla, apoyando sus brazos en la barra y a su vez dejando caer su cabeza en ellos. Su mareo y nauseas aun estaban.

-No le digan nada a Haruhiko. Estoy tratando de decirle que estoy bien sin ustedes, y con esto no lograre nada… -susurro Gaby entre sus brazos sin verlos. Dado el relativo silencio del departamento, Gaby alcanzo a escuchar la risita de ambos.

-Creo que eso no será posible… -dijo Doumeki antes de que un gruñido molesto, diferente a ambos empleados, se escuchara.

-B-bienvenido, señor… -jadeo Gaby reincorporándose, encarando a Haruhiko.

-¿Ocultándome cosas, ángel?- murmuro amenazante Haruhiko cruzándose de brazos. Doumeki y Hanata retrocedieron y rápidamente huyeron a la sala, dejándolos solos. Traidores.

-N-no… -negó débilmente, moviendo agitado su colita rubia. –C-como sea… ¿Quieres comer? Acabo de terminar…

Haruhiko le miro un segundo aun enojado antes de asentir, dejando su saco en la silla de donde Gaby se levantó.

-¿Se quedaran a comer?- pregunto normal Haruhiko a sus empleados. Hanata inmediatamente viéndolo algo asustada mientras que Doumeki nervioso solo miraba su correo en su brazalete.

-Ohm… ¿S-señor?- pregunto Hanata, sin saber que decir. Gaby sabía que Haruhiko no solía ofrecer tal cosa, pero últimamente había dicho que quería agradecer las atenciones de los chicos. Gaby sin que lo vieran sonrió plenamente.

-No están obligados a nada- dijo Haruhiko cerrando brevemente los ojos.

-Si se quedan pueden probar más de mi soufflé de chocolate… -menciono melodiosamente Gaby, jugando. Hanata pareció tentada por eso, pero su respuesta quedo ahogada por el exclamo agitado y paranoico de Doumeki, que miraba pálido y sin respiración su correo.

-Esto… no puede ser… No…

-¿D-Doumeki-san?- llamo Gaby alarmado.

-¡Esto no puede ser!- grito el chico, levantándose y prendiendo la gran pantalla de la sala. Las noticias de la tarde-noche con una bella mujer de cabello castaño y grandes ojos azul.

-Esta noticia ha impactado a todo Celes... -iba diciendo la mujer en el noticiero. -El caso sobre la liberación, derechos y obligaciones de los Chaton, a pesar de haber sido aprobado hace solo unas horas, se ha convertido rápidamente en una noticia que ha sorprendido no solo a nuestro mundo, sino también a otros Planetas Amigos. Por supuesto, la novedad ha traído consigo una diversa serie de reacciones…

>>El gobierno de Celes no ha querido dar palabra a este respecto, fallando notoriamente a la rápida y alarmante división que a nivel universal han tomado otros mundos conforme a una decisión, Apoyar o Negar. Una sorprendente minoría hasta el momento negando la ayuda a los principales involucrados: Usami Akihiko, Miyagi You, Toudou Shonoshuke y Kazuhiko Inoue. Contando con apoyo tan básico como la editora del escritor Usami, Aikawa Eiri, hasta el famoso pintor, Yukina Kou, el último contando desde tres años antes con un Chaton…

>>Especialistas en el campo prevén un cambio radical a expensas de las futuras reacciones en los próximos días en la sociedad en general. Otros tantos abogados y expertos ya están ultimando el desarrollo adecuado futuro, dando por hecho que la libertad esperada para los Chaton es evidente.

>>Personalmente, queridos televidentes, yo estoy a favor de la demanda del profesor Miyagi y de Usami-sama. Me honro en hacerles constancia de que su servidora tiene un Chaton, un pobre chico que había sido abandonado por su anterior dueño, y lo amo como un hijo. Teniendo plena conciencia de que yo no puedo tener hijos propios, él es mi hijo- término sonriendo plenamente la mujer. La mención personal sacando de su estado de shock a todos.

-¿Un juicio por los derechos de los Chaton?- susurro completamente escéptica incluso cuando la presentadora continúo con su trabajo, dando por menores y más información relacionada con el tema.

-Es oficial… El señor Takashima, el diplomático para el que trabajo me informo… Él… él maneja ese tipo de cosas a nivel mayor… -Doumeki comenzó a decaer, aun pálido. Sosteniendo una inestable respiración volteo a ver a Gaby.

Él seguía mirando la pantalla, miles de rostros desconocidos de compañeros en raza, diferentes expresiones y sentimientos en las diversas tomas de fotografía y grabación donde fueron capturados para después ser mostrados a nivel universal.

Un sueño… una pesadilla… Algo tan imposible a solo un paso de lograrse y volverse real…

-Siéntate, Gaby. Ahora… -ordeno firme Haruhiko, viendo a Gaby tan blanco e inmóvil. Sin darle opción, lo guio al sillón donde también terminaron desplomados y sin energía los demás.

-¿P-por qué tenemos esta reacción?- llamo de pronto Doumeki levantándose energético. -¡Gaby puede ser libre!

-Eso… -Hanata negó mirando a la nada. –Por supuesto que es magnífico que esto… pero…

-¿Pero? ¿No deseas que sea libre socialmente Gaby?- acuso enojado Doumeki a la chica que le respondió igual de aireada.

-¡Por supuesto que lo deseo!- exclamo ella ofendida. -¡El problema radica que toda esta mierda será demasiada para Gaby-san en su estado!

Haruhiko le dio la razón dejándose caer en sus rodillas enfrente de su Chaton, levantándole el rostro cenizo.

-Gaby, mírame. Necesitas relajarte, ángel… Estas respirando fuertemente…

-Haruhiko… -jadeo él, mirándolo con miedo, pánico… y esperanza.

-Lo sé, ángel… Tranquilízate y después podemos hablar de esto…

-¡¿Después?!- gimió, lentamente alterándose tanto como Doumeki. -¡Haruhiko, esto…!

-¡Gabriel!- grito él firme, calmando dramáticamente a Gaby. –Tranquilízate, ángel… Esto te puede hacer daño tanto a ti como al niño… -recordó mas gentil, abrazándolo fuertemente. –Sé que esto es importante, y por supuesto hablaremos de esto, amor, pero necesitas relajarte antes de que suceda algo… -suspiro impotente.

Gaby gimió y se enterró de lleno en su pecho. Toda la habitación en silencio mientras lo único que muy suavemente sonaba era el resto de la importante noticia.

-¿Lo sabias? ¿…Que tu hermano hacia esto?- susurro después de un largo rato Gaby.

-Por supuesto que no… -respondió evitando sonar resentido. –Cuando lo vi anteayer no dio signos de esto. Que yo tuviera constancia, él estaba bien con su Chaton…

-¿Su Chaton?

-Por quien probablemente hace todo esto…

Gaby bajo la cabeza, respirando ruidosamente. Una mano firme sosteniendo su vientre, otra buscando la mano de Haruhiko. Con una sonrisa amarga él le correspondió y asintió a lo que Gaby no podía pronunciar por las diversas reacciones compartidas.

-Ayudaremos en el juicio. Lucharemos por tu libertad y la de nuestro hijo.  

 

Notas finales:

Bueno, como habran notado, ultimamente el horario de actualizacion es un completo desastre. La explicacion es muy larga entre muchas cosas, mis finales en la universidad, problemas de salud y problemas con mi pequeña hermana de 16 años con su bebé...

Solo quiero prometerles que mis proyectos no los dejare sin terminar, simplemente se tardaran un poquito por el excaso tiempo que ahora tengo que manejar, aunque proximamente estara mejor :3

Un poco de paciencia como siempre les pido >____<

 

Mientras, por favor continuen leyendo. Esto solo ira de mejor ahora ;)

¡Cuidense mucho!

Christal .w./


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