Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Salvando o siendo salvado por un Chaton? por christalchii268

[Reviews - 85]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ay, dioses. Este fue de los mas duros capitulos. Me tomo cerca de un mes completo terminarlo, e incluso ahora lo siento muy fuerte. Espero y ustedes puedan leerlo tranquilamente.

Para quienes esperaban el reencuentro de Ayase y Gaby...

 

Capítulo 16:

Gaby parpadeo varias veces tratando de acostumbrarse a la plena iluminación que lo cegó. Su cabeza abrumada y su cuerpo liviano le dijo correctamente que él había vuelto a tomar una siesta en plena tarde. Para agregar más al paquete, lo había hecho en uno de los sillones en la oficina de Haruhiko.

-… ¿No cree, Usami? A mi parecer la empresa Akashi no durara mucho…

-No es nuestro deber ver por su futuro empresarial. Solo nos incumbe el proyecto que se nos pidió.  

Gaby aun acostado y con los ojos cerrados sonrió a la profesional y seca respuesta de Haruhiko. El hombre podía haberse comportado dulce y tranquilo a su alrededor, pero la verdad era que no dejaba esa fría actitud con personas ajenas. El privilegio era querido por Gaby.

-Si usted lo dice, Usami. Aunque creo que es un desperdicio de tiempo. Honestamente no veo porque invertir tanto en este proyecto si ellos fracasaran pronto… ¡P-pero lo haremos!- se apresuró a decir el extraño.

-Correcto. ¿Quién está disponible?

-¿Para este trabajo en específico? Estos tres chicos. Personalmente recomiendo a Yuta, tiene buenos antecedentes y fuentes que nos puede conseguir a Yukina Kou para las obras que decoren el lugar. Claro si el pintor no está demasiado ocupado con todo esto del Juicio- termino dando una risita amable.

La mención hizo que Gaby despertara de una vez por todas.

Era cierto, unos días atrás ellos se habían enterado de los planes que un pequeño grupo de personas querían llevar a cabo. Haruhiko había prometido involucrarlos a ambos, sin embargo el trabajo arduo de Haruhiko y la terapia, tanto psicológica, como física de Gaby, impidieron que ellos se pusieran en contacto con los protagonistas de la revolución. Tampoco ayudaba que Haruhiko evitara a su hermano por tontos problemas del pasado.

Gaby quería poner todo de si a eso. Le tomo bastante, pero al final se dio cuenta, que mas por su propia libertad, él deseaba ese privilegio y felicidad para su pequeño hijo.

Antes muerto que permitir que su bebé pasara todo lo que él vivió.

-¿Estas despierto?- le pregunto Haruhiko cuando lo vio reincorporarse en el sillón. Gaby asintio mareado, como siempre últimamente que se levantaba de dormir.

-Buenas tardes. Disculpen mi osadía… -susurro, sin saber cómo actuar con la situación. El colega y empleado de Haruhiko solo sonrió amablemente y le dio una cabezada de saludo.

-Buenas. No te preocupes por eso- desestimo gentil el hombre de mediana edad en caro traje.

-¿Deseas descansar mas en el departamento, Gaby?

-Estoy bien… -logro susurrar a través de sus nauseas. Cuando acabara ese síntoma en particular él sería la persona más feliz del mundo.

-No luces bien, ángel… -devolvió Haruhiko levantándose. Gaby también lo hizo, arrepintiéndose con creses cuando todo se movió rápidamente y el evidente vomito se anunció. Odiándose, Gaby corrió a la papelera al lado del escritorio y devolvió el desayuno.

-¡Diosa Ai!- gimió sorprendido el empleado levantándose. Haruhiko corrió hacia Gaby y sobo suavemente su espalda, con cuidado.

-Tranquilo. Respira lentamente… -le musito mientras Gaby poco a poco se controlaba. –Hanata, por favor trae el medicamento para las náuseas de Gaby. Urgente.

-Sí, señor- respondió Hanata en el brazalete. Gaby se reincorporo en sus rodillas, dejándose caer en los fuertes brazos de Haruhiko.

-¿Te encuentras mejor?- le pregunto inmediatamente, limpiando los asquerosos restos de su boca con un pañuelo blanco.

-Lo lamento tanto… -gimió Gaby avergonzado, evitando ver al extraño que inesperadamente desapareció.

-No te preocupes por eso. Olvide que después de tus siestas ocurre esto. Solo no quise moverte cuando terminaste dormido aquí… -Haruhiko mimo un poco más sus caídas orejitas de Chaton, tranquilizándolo. Estas reaccionaron a un sonido externo y provoco que levantara la vista hacia una toalla de manos humedecida con agua.

-Te limpiara mejor, jovencito… -le ofreció el empleado de Haruhiko con una expresión preocupada. Gaby solo permaneció viéndolo en blanco, Haruhiko aceptando por él la toalla y limpiándolo.

-Gracias, Handa- susurro Haruhiko indiferente, más concentrado en cuidar de Gaby. Hanata llego corriendo y les dio el medicamento.

-Disculpe, señorita. ¿Puede traer un poco de galletas o una paleta helada? A mi esposa le ayudaba mucho eso con sus nauseas en los primeros meses del embarazo. Puede y ayude con el joven…

-Oh… claro. En un momento. ¿Necesitas algo más, Gaby-san?

-¿Tienes medicina milagrosa para evitar avergonzarme?- se quejó Gaby aun refugiado en el abrazo de Haruhiko. Los chicos rieron y poco después se retiró Hanata.

-Debería también intentar comer un poco durante todo el día, así evitara que su estómago este vacío… -propuso el arquitecto volviendo a su lugar.

-No puedo comer demasiado… -respondió débil Gaby terminando de beber del medicamento.

-Un bocadillo nutritivo no es malo, solo que moderadamente…

-No es mala idea… -aporto Haruhiko levantándolo con facilidad, guiándolos a la cómoda e imponente silla detrás de su escritorio. –Deberíamos consultarlo con el medico.

Gaby aun avergonzado por su regalo en la papelera solo hizo un gesto con la mano. Haruhiko le beso suavemente su sien y afronto al gentil empleado.

-¿Cómo sabias que esta embarazado?- cuestiono un poco brusco. Gaby abrió los ojos asombrado por la pregunta, viendo a tiempo como el hombre se encogía de hombros.

-Tengo cinco hijos y nuestra Chaton tiene dos. Estoy acostumbrado a notar este tipo de cosas, señor.

Haruhiko le miro sin expresión largo tiempo, sin embargo el hombre no cambio cara y siguió manteniéndole la mirada. Hanata volvió a llegar, extrañada de la atmosfera que se adueñó de la oficina, tímida pasándole una paleta de limón en su envoltorio.

-Si desea puede pedirle a su ayudante que prepare un *Contrato de Secreto, señor. De cualquier manera no diré nada…

-¿Por qué?- no se abstuvo de preguntar Gaby. El tipo volvió a elevar sus hombros.

-¿Qué ganaría yo, joven? ¿Dinero? ¿Fama? Ya tengo todo eso trabajando para el señor. Lo único que provocaría es que probablemente te afecte en tu estado. Estoy consiente que los embarazos en Chaton son un poco más complicados, y si Usami te está protegiendo tanto, en parte seria por eso. En realidad no es de mi interés inmediato… -termino fácilmente, cerrando brevemente los ojos.   

-Trae un contrato… -le pidió Haruhiko a Hanata. Gaby exhalo cansado.

-De verdad, como si esto algún día no saliera a la luz, Haruhiko… -se quejó por lo bajo, de la nada enojado.

-Lo hará, ángel, pero prefiero que salga en nuestros términos. Sabes que pasaría de ser lo contrario…

Por supuesto que lo sabía. La poderosa y rica familia Usami ira a por ellos, procurando separarlos y deshacerse de Gaby y su hijo. En algún momento en todo eso Haruhiko seria obligado a casarse y olvidarse de todo. ¡Que mierda!

-Me quiero ir… -gruño irritado Gaby levantándose. Haruhiko suspiro cansado deteniéndolo suavemente por una muñeca.

-Gaby…

-Por favor, Haruhiko… -pidió, sabiendo muy bien que si permanecía más tiempo solo iniciaría una tonta discusión por sus cambios de humor. Haruhiko era muy comprensivo, pero incluso él tenía sus límites al tratarse de su familia.

-…De acuerdo. ¿Por qué no vas a un paseo con tu guardaespaldas? Tal vez te ayude…

-Genial. Lo esperare en el lobby… -susurro, llevándose con él las galletas y la paleta en la boca. –Gracias por vuestra ayuda, señor… -se recordo decir antes de marcharse definitivamente.

 

 

-¿Discutió con el señor?

-Sin que ponga ese tono sé que hice mal… -se quejó Gaby jugando distraído con su cascabel expuesto.

-Lo lamento, no quise sonar incriminatorio, solo que juntos, ambos se ven como la pareja perfecta. Me es difícil imaginarlo en malos términos con el señor Usami…

Gaby se mordió el labio inferior. Su cabeza inundada de remordimiento por como manejo la situación.

-Vamos, no ponga esa cara, joven Summers- pidió preocupado su guardaespaldas Yutaka. –El señor le tiene mucho aprecio como para tomarlo a mal. Es prácticamente seguro que él lo tomo como lo que es, solo un síntoma más de su embarazo…

Con las palabras Gaby acaricio el pequeño bulto en su vientre, sintiendo en su palma y en su interior como se revolvió el bebé con un poco de preocupación acerca de Gaby.

-Odio esto… -solo susurro él cerrando los ojos ante la imagen de perfecta calma del enorme parque en donde estaban.

-No diga eso, joven. Se supone que esta sea una de las mejores etapas para usted…

-¡Claro, que me la estoy pasando genial! Vomitando dos veces por día, con un calor horroroso, cansado todo el tiempo, haciendo pipi con la misma frecuencia y con cambios de humor dos por tres. También tengo que tomar miles de tratamientos, ir al maldito hospital todas las semanas y mi ropa cada vez me queda menos. ¡Mi ropa favorita!- recalco gritando toda su frustración. Contrario a sus pensamientos, Yutaka solo sonreía nostálgico.

-Y aun así está creciendo en su interior su hijo, producto del amor entre usted y la persona que más ama. Mayor aun, mantiene a esa persona a su lado tratando de apoyarlo…

-¿Yutaka-san?- se extrañó Gaby por el cariño ajeno que veía en los lindos ojos claros.

-Mi madre tuvo que soportar todo eso sola, joven. Ciertamente no igual, sin embargo todo esto lo paso en solitario, solo teniéndose a ella sola para mantenerse. Ella no sabía si comería al día siguiente, si tendría un trabajo o techo seguro, simplemente a ciegas avanzo por darme a luz. Sé que mi padre desde el séptimo mundo la protegió…

Gaby bajo la mirada culpable, sin dejar de dar confort a su pequeño.

Era cierto, Gaby se torturaba por nada. Tal vez si era algo, pero comparado con otras historias, sin ir tan lejos, de su propia raza, él era un bastardo afortunado. Teniendo a muchas personas preocupados y cuidando de él, los medios y metas para darle lo mejor a su hijo… con el padre de la criatura a su lado apoyándolo.

-Oh, Diosa. ¡Lo lamento tanto, joven! No quise causarle el llanto- gimió el hombre al ver a Gaby sollozar en silencio. -Yo solo quería señalar que una persona con un bebé adentro es más fuerte de lo normal…

-Cambios de humor… cambios de humor… -recordo Gaby, sabiendo que parte de eso era cierto.

-¿Estará bien? Por favor, no se extralimite. –El chico le extendió un pañuelo y se sentó a su lado en la banca pública. –Recuerde que su bebé lo necesita primero a usted salvo, joven Summers.

Gaby asintio y limpio su llanto. Tomándose su tiempo en tranquilizarse, el viento frio le despeino el cabello y alejo por montón sus preocupaciones. El cielo de un violeta claro solo mostraba una vana amenaza de nevada que todo Celes sabia no sucedería hasta un par de semanas más.

-Vuestra madre… ¿Ella se encuentra bien?- pregunto cuidadoso Gaby. El guardaespaldas asintio con una sonrisa plena.

-Ella está bien, joven. Muchas gracias por preguntar. Cuando me gradué y comencé mi carrera profesional como guardia, ella encontró una persona que la protege y ama como yo nunca podría. La vida le ha recompensado su sufrimiento y ahora se encuentra muy feliz y ocupada con mi hermana menor y su esposo…

-Me alegro de escucharlo… -musito Gaby sonriente, viendo la danza de los escasos pétalos verdes y morados caer al suelo de las desnudas ramas de los árboles. Tan pacifico todo…

Una pareja también embarazada paso cerca de ellos sin darles una mirada. El joven de fuertes ojos café con una enorme panza se aferraba al brazo de otro alto chico de sonrisa serena. Un brillo singular en ambos mientras continuaban su paseo con largas y ondeantes capas para protegerse del frio.

-¿No tiene frio, joven?- llamo Yutaka sacándolo de cavilaciones.

-Tengo mucho calor… -se quejó por lo bajo, suspirando después. –Estaré bien, gracias. El doctor me recomendó que no me arrope mucho hasta el segundo periodo…

-Aun así por favor comuníqueme si tiene algún malestar…

-Lo único que ahora me inquieta es mi pareja… -confeso terminando por suspirar una vez más. Otra gentil ráfaga de viento con olor agradable le acaricio el rostro.

-Si me permite decirlo, joven, desde que lo conozco he visto que suele darle muchas vueltas a las cosas. No lo juzgo, por mi trabajo y personalidad soy igual, pero puedo asegurarle que romperse la cabeza por algo tan evidente no es bueno…

-¿A que te refieres?- se extrañó Gaby sentándose mejor, poniendo total atención.

-Que es obvio. Todo se arreglara si habla con el señor. Con la verdad y un poco de paciencia, las cosas siempre fluyen mejor. Mi madre siempre suele decir eso.

-Que inteligente… -sonrió Gaby, inesperadamente energético y más calmado. –Quizás le tome la palabra.

-Adelante, joven. Siempre puede servir un poco de sexo, también… -bromeo, sonrojando a Gaby.

-Y si tomo eso en cuenta no lo diré- dijo él apartando la mirada. Yutaka rio en voz baja, hablando después de un largo tiempo.

-Me pone de los nervios esto, joven. Regresemos. No me sienta bien verlo sin capa aquí afuera… -pidió suavemente. Gaby giro los ojos ante el dramatismo del chico y se levantó.

-Bien, bien, pero no regresaremos aun. Tengo una idea y necesito ir a la Casa Madre para eso…

-¿Se encuentra bien para ir?- cuestiono el guardaespaldas con aprensión, Gaby supo porque. Él no solía salir muy a menudo, mas asustado por viejos miedos que siempre lo limitaban.

-Vamos… -solo dijo, caminando muy lento para que el hombre lo hiciera a su lado y lo protegiera. Aunque odiara no valerse del todo por sí mismo, sabía que no debía arriesgarse con su precario niño en su interior contando con su protección.

-No se preocupe… -calmo en un susurro casi inexistente Yutaka. –El señor desde que se enteró de su estado reforzó la seguridad. Si alguien molesta, nosotros ni siquiera nos enteraremos…

-Ese hombre… -mascullo Gaby entre divertido y exasperado con Haruhiko.

 

 

Haruhiko puso su mano detrás de su cuello, moviendo su cabeza de forma circular, esperando relajar sus tensos y cansados músculos.

Había estado redactando un largo y complejo contrato con una importante firma de abogados. Ellos querían ir por todo lo alto en referente a su nueva sucursal, pero lo único que estaban causando era un dolor a Haruhiko.

Aun cansado e irritado, Haruhiko logro sonreír agradecido al sentir un firme y suave masaje en sus hombros, producto de unas pequeñas manos familiares.

-Toma un receso, un pequeño respiro… -sugirió Gaby sin dejar sus acciones. Haruhiko suspiro en silencio cansado.

-Ya casi término… -respondió él cerrando brevemente los ojos. -¿Cómo transcurrió tu paseo?

-Lindo, tranquilo… refrescante- dijo Gaby con un suave tono de diversión.

-No te llevaste un abrigo… -mascullo irritado Haruhiko. Gaby no contesto y continúo con su milagroso masaje que lo calmaba inmediatamente.

-¿Seguro que no puedes tomarte un descanso? Estas muy tenso, Haruhiko… -Gaby apretó un particularmente duro punto, Haruhiko apretando sus dientes.

-Lo estoy, sin embargo estará bien. ¿Por qué no vas y tomas una siesta antes de la cena? Debes estar cansado. Prometo despertarte cuando acabe…

-No te presiones, ¿sí?- pidió hermosamente el chico abrazándolo cariñosamente.

-No lo hare. Tú tampoco lo hagas. Anda, date un baño antes para relajarte… -Haruhiko beso la mano que antes lo calmo y después los atractivos labios de tenue rojo, perdiéndose un poco en el sutil sabor dulce, símbolo de que Gaby había comido recién algo muy rico.

-No tardes… -suspiro Gaby con un leve sonrojo. En ligeros pasos se marchó, su enorme y fina oficina de nuevo en silencio.

La única necesaria luz era la proyectada por su pizarrón electrónico y la luz del escritorio, la demás estancia sumida en las penumbras de la noche joven. Detrás de él se extendía el bello paisaje de miles de foquitos decorando la más cruda obscuridad sin luna que lo debilitara. Cientos de personas siguiendo con sus vidas adversos.

Haruhiko suspiro quitándose sus lentes, recorriendo su silla unos centímetros lejos de su trabajo aún pendiente. La idea que desde el anuncio del Juicio por los Chaton se le ocurriera, regresando a su mente con la misma serie de abrumadores sentimientos, casi todos en su mayoría buenos. Casi todos…

Volteando su silla él encaro el ventanal viendo sin ver los miles de edificios presuntuosos, los automóviles de última generación aun en las autopistas… quizás algunos tantos pensando lo mismo que Haruhiko gracias a Akihiko.

-¿Señor?- llamo Hanata entrando, al corriente de su melancólica actitud.

-¿Qué sucede?- pregunto él sin verla, continuando a medias en sus pensamientos.

-Todo ya ha sido arreglado. Su agenda esta por completo ordenada. He logrado dejarle parte del día quince y dieciséis libres también. Y… su padre llamo de nuevo… -término, insegura.  

-¿Puedes abrirle una cita días antes del Juicio?- cuestiono muy lentamente Haruhiko.

-Lamentablemente no, señor. A menos que desee recorrer su rutina…

-No- cortó brusco Haruhiko, negando dejar aunque fuera unos minutos solo a Gaby. –Después del juicio y que nos involucremos hazle una cita. Ponte de acuerdo con él mismo si es necesario. Necesito yo mismo decirle antes de que se entere por nuestra responsabilidad en todo esto del juicio…

-A la orden, señor. ¿Algo más que desee antes de que me retire?

Haruhiko se lo pensó profundamente, cuestionándose si a esas alturas de su relación con su ángel sus pensamientos no eran ya estúpidos.

Simplemente era algo que ya muchos daban por seguro, sin embargo Gaby y él no tuvieron la esperanza hasta ese momento. Ellos y miles de personas más, con la fe de que todo saldría bien y sus deseos más profundos estuvieran a solo días de cumplirse por fin, después de tanta espera y sufrimiento.

-¿Señor?- llamo Hanata dado el constante silencio.

-Averigua lo que puedas sobre bodas mixtas, como la que tuvo Ryuuichirou, aunque más privada. No es urgente, tomate tú tiempo… solo quiero hacerme una idea de eso…

Su asistente permaneció en silencio. Haruhiko conociéndola por años, más estrechamente en esos últimos cuatro, sabía que expresión, sentimientos y pensamientos tendría a sus pocas palabras. Solo deseaba tener la misma claridad mental que ella ante esa circunstancia.

-P-por supuesto señor. En cuanto tenga toda la información actualizada se la entregare- prometió con voz alegre, calmándose hasta volver a ser tranquila y profesional. –Por el momento me retiro. Cualquier cosa que necesite no dude en pedírmelo. Hasta mañana…

-Hasta mañana. Descansa, Hanata.  

 

 

Gaby abrió sus ojos muy lentamente, inmediatamente viendo los grandes números rojos holográficos que indicaban que no había dormido más que quince minutos, sin embargo su mente en completa calma y claridad no fueron un obstáculo mientras se acomodaba en la gran cama boca arriba.

-Es muy difícil que alguien me sorprenda ya… mucho menos tú, Nii-san…

-No deseaba eso de cualquier manera, hermano… -le respondió aquella dulce y delicada voz que recordaba, cambiada, más madura. Había un toque de alivio, de libertad y… amor.

-Nii-sama… -sollozo Gaby reincorporándose como pudo, corriendo a abrazar la delgada y pequeña figura de su hermano Chaton Ayase.

-No, no. Gaby por favor no llores. Todo está bien, hermano. Todo ya está bien…

Gaby no contesto, él solo lloro en alaridos sin control, muy poco después sintiendo con desgarradora certeza que la persona que siempre lo protegió y salvo también lo acompañaba en su dolor.

Ambos terminaron de rodillas abrazados, llorando. Ayase con mayor calma y silencio, pero con el mismo dolor, quizás un poco más sanado. Su duración también fue menor, y al final él solo sostuvo como en el pasado a Gaby mientras tarareaba distraído, jugando con la colita de Gaby para distraerlo de su llanto. Eso no tuvo efecto por primera vez en él.

-Por favor, necesitas calmarte, Gaby. Puede hacerte daño y por sobre todas las cosas, no quiero eso…

-Discúlpame… -hipo Gaby, separándose un poco. Los enormes ojos azules, largas pestañas húmedas y facciones delicadas iluminadas por la escasa luz del pasillo.

-¿Cuántos años han pasado?- pregunto por Gaby Ayase, con una pequeña y tímida sonrisa.

-Ocho, quizás siete… -sollozo entrecortado, tratando de controlarse para no perder por culpa de sus lágrimas la más tranquilizante imagen posible.

-La fecha exacta no importa. Lo importante es que estamos aquí, juntos de nuevo, Gaby. D-disculpa por la tardanza… -susurro inseguro el Chaton, bajando esas lindas orejas puntiagudas de un muy claro color café. Gaby se apresuró a tomar el pequeño rostro entre sus manos y mirarlo directo y honesto.

-No, Nii-san. A cualquier pensamiento que pase por tu cabeza, no…

-P-pero…

-¡No! Ninguno de nosotros tuvimos la culpa. Ya todo está bien… -ahora él dijo, abrazándolo un poco más suave. –Ya todo está en el pasado, y decirlo y quererlo ya es algo muy grande, Nii-san.

-¿Para nuestra recuperación?- sonrió Ayase luciendo divertido, más en calma y feliz de lo que Gaby lo vio jamás.

-Si… es solo un punto más…

-Te estas esforzando. Me alegro mucho, Gaby. No sabes lo preocupado que estaba por ti… -susurro con su voz aún más baja, acariciando distraído con su mano todo el rostro de Gaby. –Puedo verlo… -dijo después de su recorrido, con melancolía.

-Yo también puedo verlo en ti… y es hermosa esa luz en tus ojos… -musito lagrimeando Gaby, agachándose para besar los temblorosos parpados de su persona especial favorita. –Me haces tan feliz de que sigas con vida, Nii-san. Sé que no fue una decisión fácil, y no dudo que aun lo sea. Créeme que yo aun lo experimento. Pero seré egoísta y te diré que soy feliz por tenerte conmigo ahora…

-Gaby… -sonrió Ayase bellamente, casi brillando. Sus ojos bañados en lágrimas parpadearon llevándose la tristeza por completo. –Yo también estoy feliz por esto. Pensé… que no te volvería a ver jamás. Ahora lo único que quiero es amarrarme a ti para siempre… -rio infantilmente, tapándose su sonrisa. Su bella, escasa y libre sonrisa.

-¡Vaya, cuan feliz seria yo por eso!- exclamo él contagiado de los sentimientos. –Solo que lamento que algunas personas no estarán de acuerdo… -bromeo con una pequeña sonrisa.

-Cierto… Kanou-san no puede ser presionado así… -rio de nuevo, esta vez con un brillo diferente en su mirada.

-Por supuesto. ¿Quién en su pleno juicio dejaría para siempre a su tan hermoso amante?- pregunto con ironía, acariciando el sedoso cabello castaño. Ayase le miro con ojos abiertos y sorprendidos.

-¿Tu…?

-¡Por supuesto que lo sé, Nii-san!- desestimo casi divertido. –Somos hermanos, ¿recuerdas? Incluso si no compartimos sangre, se en el fondo de mi corazón lo que sientes. Al igual que tu… -afirmo, llevando una de las pequeñas y cálidas manos a su pecho. Ayase cerro los ojos con lentitud.

-Te extrañe, Gaby. Mucho… Me sentí muy, muy perdido sin ti, pero sobreviví… tal vez, simplemente por volver a verte…

-En parte fue lo mismo para mí, Nii-san. Sin ti, yo no sería nada. Me salvaste, en tantas malditas maneras…

-No digas palabras fuertes… -regaño Ayase con un fantasma de sonrisa. Gaby se carcajeo dejando caer su cabeza hacia atrás, su voz sonando incluso a sus propios oídos aguda y desesperada.

Gaby rio tendido y a gusto cuanto quiso. Ayase no se lo impidió y solo mantuvo su tranquila sonrisa, libre de sus demonios apremiantes, solo moviendo suavemente su espesa colita de abundante pelaje. Su presencia después de su separación era más relajante, dulce… muy diferente a la vacía mirada perdida y al constante ausentismo provocado por el salvaje pasado en común.

Cuando Gaby logro calmarse un poco más, Ayase con amabilidad y suaves movimientos se levantó, ofreciéndole una mano para que él también se reincorporara del suelo. Gaby acepto, aferrándose al chico varios centímetros más bajo que él cuando las molestas nauseas le volviera a saltar.

-¡Gabriel!- grito paranoico y completamente diferente Ayase. Gaby gimió un poco antes de correr al baño.

En cuestión de segundos el Chaton estuvo a su lado, apretando con gentileza su brazo mientras lo apoyaba meramente moral. Sus ahora expresivos ojos estaban inundados de preocupación mientras lo veía devolver el refrigerio que compro en su reconfortante paseo.

¡Demonios, el pastel y el té habían costado una fortuna!

-¿Debo llamar a tu señor? Gaby, háblame… -suplico aterrorizado el chico. Gaby asaltado de nuevo por secas arcadas negó.

-S-solo… pásame… ¡La mierda de ahí!- jadeo como pudo, señalando el lavabo donde mantenía una botella de su medicamento para una rápida llegada. Ayase con agilidad se hizo de ella y se la extendió.

-¿Mejor? ¿Todo esta mejor?- presiono nervioso, moviendo salvaje su colita castaña.

-¡Lo estaré cuando estas porquería de síntomas paren!- gruño irritado, aplastando la botella.

Ayase permaneció en silencio, solo viéndolo ausente. Gaby comenzó a asustarse, recordando cosas tristes que traían consigo esa mirada, sin embargo aquella singular y casi imperceptible luz permaneció ahí aunque el chico se sumergió en pensamientos evidentemente importantes y profundos.

-No te levantes. Te traer un poco de fruta, ayuda cuando pasa esto. Toma, límpiate por favor y no te esfuerces… -pidió con suavidad y gentileza, pasándole una toalla húmeda. Gaby solo asintio, viéndolo correr alejándose.

En la oscuridad casi plena del exageradamente amplio baño, escuchando muy lejanamente el mínimo ruido que hacia Ayase, Gaby se encontró más feliz que nunca en su vida, incluso si sus rodillas comenzaban a doler, su estómago estaba aun un poco revuelto, y existía una muy alta posibilidad de que en cualquier momento la seguridad llegara alarmada por la misteriosa llegada de Ayase al protegido departamento. Podría ser peor y que Haruhiko estuviera al frente.

-Toma. ¿Ha parado ya el mareo? ¿Necesitas algo?

-Tranquilo, tranquilo. Con la manzana basta. Gracias… -sonrió, bajando la tapa del baño y dejando que todo lo feo se fuera por el drenaje.

-Oh, no te muevas tan brusco o solo vomitaras una vez más. Vamos, te ayudo… -se ofreció rápidamente el chico al verlo reincorporarse cuidadosamente.

-Estas bromeando, Nii-san. Actualmente peso unos cinco, siete kilos más que tu…

-Dije ayudar, no cargar. Conozco mis límites, Gaby… -rio Ayase dulcemente, pasando uno de los brazos de Gaby por encima de sus hombros, ayudándole a caminar.

-¿Cuándo te volviste tan terco e imprudente, Nii-san?- suspiro Gaby sonriente. Ayase se tensó un momento antes de volver a reír de esa manera tan suave y tranquila.

-Cuando vives tanto tiempo con personas como Kanou-san, tienes que aprender ciertas cosas de la mala manera. Otras simplemente las adquieres sin darte cuenta. ¿Te molesta, hermano?

-Para nada, al contrario. Me fascina poder escuchar de tus labios libremente lo que quieres y sientes. Es bueno…

-Bien… -susurro el Chaton abochornado, ayudando a Gaby a sentarse al final de la cama.

Inesperadamente Ayase se arrodillo enfrente de él, sollozando, llevando sus dos manos al vientre de Gaby.

-Así que… ¿C-cuanto llevas de embarazo?

-Nii-san… -exclamo sorprendido Gaby, toda la fuerza abandonándolo.

-Te lo ruego, Gaby. Dime que el Profesor no logro su cometido. No contigo… -lloro desesperado Ayase, incluso más que momentos antes de su rencuentro.

-No, no, no, Nii-san. Él no pudo lograr nada conmigo. Absolutamente nada… -aseguro impaciente, abrazando lo que pudo de su hermano que se lamentaba enterrado en su regazo.

-Yo lo sabía… él me lo dijo… Pero yo… ¡No, Gaby!…

-Nii-san… -sollozo Gaby entrecortadamente. -¿Acaso él…? ¿Él lo hizo en ti?

Ayase solo gimió, apretando los pantalones de Gaby en sus puños. Sin importarle nada Gaby se bajó de la cama y volvió a abrazarlo fuertemente, casi haciéndole daño mientras el Chaton una vez más se desmoronaba en sus brazos.

-¡JURO QUE LO INTENTE!… EL BEBÉ NO RESPIRABA… ¡¿QUÉ SE SUPONE DEBIA HACER?!… -grito enloquecido el chico, temblando sin control. –HICE TODO, GABRIEL. ¡¡TODO!! MAXIMUS-SAMA NO ME AYUDO… EL PROFESOR… ÉL…

-No, basta… -pidió Gaby negando, tan afectado como Ayase.

-¡¿POR QUÉ NO VIVIO, GABRIEL?! ¡¡¿POR QUÉ MI BEBÉ MURIO, GABRIEL?!!… ¡¡EL PROFESOR QUERÍA QUE ÉL LO INTENTARA OTRA VEZ!! ¡¡NO LO PODÍA PERMITIR!! NO… no… no… no podía…

-No, por supuesto que no podías… -negó Gaby una y otra vez, sollozando, escuchando a su persona especial, la única que más amaba y consideraba su eterno enlace a sentir, como el sufrimiento que imagino que alguna vez experimento se quedó corto en sus suposiciones.

 

>>Entre el momento de la concepción y el primer año del infante… si algo le pasa al bebé o al padre, el otro es muy probable muera de sufrimiento. Así de profundo, peligroso y especial es el enlace de un Chaton y su hijo… <<

 

Ayase grito hasta quedarse sin voz. Gaby tomando relevo en murmurar aquella especial tonada que ellos ya asociaban con tranquilidad.

La noche avanzo maravillosamente indiferente. El silencio en la habitación no fue abrumadora, solo se valió de los buenos recuerdos que ellos con esfuerzos, mucha inseguridad y cariño habían fabricado. Ayase aferrándose con dolor hasta sangrarse al collar en su cuello, Gaby en cambio a su preciado anillo. Ambos sin saberlo se entregaron mutuamente apoyo y protección, recurriendo a personas ajenas y lejanas para tranquilizarse.

-Amo a Kanou-san, Gaby… Quiero ser una persona cada vez más fuerte para poder permanecer a su lado. Sé que es muy difícil, pero él prometió esperarme y continuar conmigo. No me preguntes porque él me eligió, aun no lo entiendo, pero soy feliz a su lado… Incluso si es un Amo, si es tan complicado y la demás gente le tiene miedo. Lo amo…

-La gente en su mayoría tampoco entiende a Haruhiko, Nii-san. Ellos dan por sentado que es frio e indiferente, que no siente. Él es muy diferente a todo eso y es la mejor cosa que me pudo haber sucedido. Me salvo… en millones de formas. Tampoco entiendo porque me eligió, pero si tuviera el poder… me gustaría que en cada ocasión me eligiera…

Ayase escondido en su regazo asintio con lentitud, aflojando su agarre para poder encararlo con su hermoso rostro demacrado, por primera vez demostrando una muy mínima parte de la verdad con la que Ayase luchaba por derrotar.

-Es raro, ¿no? Lo que sientes cuando estas cerca de él…

-¡Ni me digas! Aun a cuatro años, me sorprendo tratando de parecer genial a sus ojos. Me da una vergüenza enorme que simplemente me vea a veces.

-Si… Descubrí mucho que no sabía de mí con él… No lo entiendo… -negó distraído el chico con una traviesa y curiosa sonrisa. -¿Crees que estoy loco porque me gusta esto?

-Entonces ya somos dos, Nii-san. Porque siento lo mismo por el papá de mi bebé… -confeso con debilidad, guiando una vez más la mano de Ayase a su vientre que se revolvió, casi como si el mismo niño quisiera consolar al conmovido Chaton que sonrió hermosamente con ojos húmedos.

-Espero tenga tus ojos, Gaby… -solo susurro, reincorporándose para sentarse a su lado, sin quitar su mano.

-También los de Haruhiko seria lindo…

-Eso no lo sé. Solo sé que no estas solo. Todo es diferente. Todo ya está bien…

-Todo ya está bien… -repitió igual de convencido y afectado Gaby, imitando a Ayase en recostarse en el regazo de su hermano, como en los viejos tiempo. Poco después, sintiendo las amables y cariñosas caricias en su vientre, él sucumbió por fin al sueño.

 

 

-Disculpe por entrar así a su hogar, señor. Mas… por lo que más quiera… no me impida hacerlo de nuevo.

-Eres bienvenido siempre que lo desees, Ayase-san… -susurro igual Haruhiko, apoyando a medias en el marco de la puerta, viendo el pacifico sueño de su ángel en las piernas del dulce y relajado chico.

-Quisiera aclararle, si me permite… No hay brecha en su sistema de seguridad… Mi brazalete cuenta con una aplicación de tele-trasportación en cualquier medio o circunstancia… Solo necesite el número de identificación de Gaby…

Eso explicaba como el Chaton había llego ahí sin anunciarse y sin levantar alarma. La noticia calmaba un poco a Haruhiko, aunque también añadía la culpa por no pensar en esa aplicación. Tendía después que ver eso.

-¿Lord Usami?- llamo tímido el chico desde la cama, viéndolo casi con miedo.

-Dime…

-¿Han…? ¿Han pensado en… el nombre del bebé?

La pregunta tomándolo por sorpresa provoco que Haruhiko levantara una ceja curioso. El chico aparto rápidamente la mirada, agitando rápidamente su colita mientras acariciaba con gentileza la cabeza de Gaby.

-Cuando nosotros vivíamos en solitario, el Profesor nos encargó un pequeño niño. Su nombre era Hidehiko…

Haruhiko se sobresaltó, recordando el nombre susurrado con pánico en los muchos sueños de su Chaton, de más apariciones en pesadillas recientes.

-Él era de Celes. Nunca supimos su historia en realidad, solo que se nos encargó cuidarlo por un tiempo. Gaby fue el más entregado, protegiéndolo como un padre. Nosotros solo éramos adolecentes, no sabíamos nada sobre cuidar de otro niño de diferente raza y de solo dos años… aun así nos esforzamos. Llegamos incluso a dejar de comer los dos por darle alimento. Lo queríamos tanto… era el único contacto amable que no viniera del otro… Fue una pequeña luz a través de las constantes visitas del Profesor y sus… sus experimentos y enseñanzas.

Oh… así que fue él el que los despojo de su virginidad.

Haruhiko aparto la mirada, apretando sus ojos, dientes y puños.

-Debíamos saber que algo había mal… -musito adverso Ayase, viendo a la lejanía. –Un día el Profesor sin más llego, nos amarro, amordazo e inyecto y… él… -Ayase bajo la cabeza, todo su cuerpo temblando con cuidado de no despertar a Gaby.

-¿Él que?- ayudo Haruhiko. El Chaton elevo la mirada y le sonrió terriblemente herido.

-Lo mato. Enfrente de nosotros, experimentado con su cuerpo incluso mientras él aun estaba vivo y moría por la mutilación…

-Basta por favor… -suplico Haruhiko como nunca lo hizo.

-Lo siento, esto es más doloroso para mí que para usted… solo… Gaby amaba tanto a Hide… Casi incluso me mato en su afán por salvarlo. El Profesor interrumpió sus planes, diciendo que no había previsto en realidad esa reacción de Gaby. Estuvo muy cerca de perderse Gaby sin retorno. El Profesor borro sus recuerdos para que no se hiciera daño.

-¿Qué hizo que?- gruño Haruhiko más alto de lo que quería. Gaby se revolvió un poco, murmurando. Ayase sonrió melancólicamente, siguiendo sus gentiles caricias.

-No debería extrañarse, lord. Hay mucho que Gaby no recuerda apropósito. No dudo que haya cosas que yo tampoco recuerde. Solo… solo sé que él aun lo recuerda en parte. Puedo sentirlo… -mascullo, llevándose una mano al pecho. –Porque es importante, el corazón no lo olvidaría. Simplemente quería hacerle consiente, que si Gaby, por alguna razón menciona ese nombre con ilusión…

-Si él lo quiere así, en su honor… -acepto Haruhiko asintiendo sobrecogido.

-Es usted muy buena persona. Ya veo porque Gaby se enamoró y entrego a usted… Por favor cuídelo. Es… mi persona favorita en todo el mundo. Mi hermano, mi alma gemela. Sin él no soy nada.

-Él también es muy importante para mí… -dijo sereno Haruhiko, haciéndole constancia al chico de que entendía en importancia sus sentimientos.

Ayase amaba a Gaby como un hermano, Haruhiko como hombre. Ambos darían la vida por la felicidad de ese bello ángel.

-Creo que es momento de irme… Kanou-san no tarda en volver del trabajo y no quiero preocuparlo… -susurro el Chaton, con una delicadeza asombrosa acostando a Gaby, arropándolo y depositando un suave beso en su cabello al levantarse y alejarse de la cama.

Haruhiko permaneció tranquilo, tratando de no parecer intimidante ni amenazador ante el inestable chico con rastro de llanto. Parecía tan frágil y delicado que él estaba increíblemente admirado de que esas acciones tan suaves y cariñosas, esa linda y tímida sonrisa y esa curiosa cosa en sus ojos estuviera presente.

El Chaton en paso tranquilo llego a la cómoda de la habitación y tomo un elegante maletín extraño de arriba. Haruhiko sin identificarlo supuso que lo trajo el chico, así que le extraño cuando se lo extendió con una seriedad increíble.

-Por favor, acepte esto. Sé que hará lo mejor. Gaby confía en usted, así que yo lo hare también. Solo le pediría que no comente nada de lo que dije antes. Sería muy doloroso verlo de esa manera. Yo aún no lo supero…

-Gracias… También por cuidarlo cuando yo no podía… -dijo igual de serio Haruhiko, aceptando el maletín.

-Gaby… él de verdad merece ese lindo nombre que usted usa. “Ángel”- sonrió, dando una reverencia marchándose.

-Por favor vuelve un día cercano y visita a Gaby… Te necesitara mucho en esta etapa.

-Con honor… -dijo viéndolo con tranquilidad. –Gracias…

Haruhiko suspiro cansado, dejando caer por completo su peso en el marco. Distraído, escuchando un sonido extraño entre electrónico y sobrenatural, él reviso el maletín que el chico que ya se había ido le dejo. Miles de perfiles completos sobre todos y cada uno de los integrantes en el Juicio por los Chaton, desde su propio medio hermano, Usami Akihiko, hasta un Chaton desconocido de nombre Jonathan.

-Diosa, ¿me quede dormido? ¿Ya se ha ido Nii-san?- despertó sobresaltado Gaby, mirando a Haruhiko desesperado.

-Se acaba de ir, ángel. Prometió volver, no te preocupes… -alivio gentil Haruhiko, caminando tranquilo hasta sentarse al lado de su Chaton y atraerlo a un beso largo. –Por cierto, ¿te gustaría casarte conmigo cuando obtengas tu libertad?

-¿Eh?

 

 

Notas finales:

*Contrato de Secreto: El equivalente a un Contrato de confidencialidad, donde tras firmar te comprometes a no decir lo que es de tu conocimiento.

 

Y bueno...

El proximo capitulo ya sera el primer juicio por los Chaton. Y muy pronto los ultimos puntos a superar por Haruhiko y Gaby para estar juntos~

Me da algo de nostalgia ver que ya falta muy poco para acabar el fic... (incluso si la irresponsable Christal tiene capitulos a medias sin acabar cerca del final xD)

Espero y sigan leyendome. Si pueden comentarme les agradecere muchisisisisimo >w<

¡Ya son mas de 50 comentarios! Y yo que pense que no superaria los 3 xDDDDDD

Muchas gracias.

Cuidense mucho, tambien .w./

Chris.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).