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¿Salvando o siendo salvado por un Chaton? por christalchii268

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Notas del capitulo:

Y pues... hola ._./

Les traigo un capitulo apasionado... pero no de lemon, lo siento.

Espero lo disfuten~

Capítulo 18:

Gaby observo en silencio como el mayor de los Usami trastabillaba hacia atrás, viéndose sin aliento y pálido. Haruhiko también miraba al hombre mayor, su expresión entre arrepentida y aliviada de que por fin saco un secreto. Gaby podría decir que en realidad era una lata de gusanos.

-¿Qué fue lo que dijiste?- susurro Fuyuhiko en voz muy débil. Haruhiko suspiro y cerró los ojos.

-Gaby tiene un mes de embarazo. En cuanto se gane el juicio por los derechos de los Chaton nos casaremos. Es un hecho…

-Haruhiko… -se lamentó el hombre. Su respiración parecía inexistente mientras sus ojos se veían poco a poco diferentes. -¿P-por qué…? ¿Cómo…?

Haruhiko desvió su rostro mientras su padre balbuceaba. Gaby noto que Haruhiko de verdad lamentaba las consecuencias de su decisión, pero también se veía decidido. Eso lo asusto.

¿Al final del día a quien estaría dispuesto a renunciar Haruhiko?

-Si no lo mencione fue simplemente porque deseaba darle paz a Gaby. Al conocernos las cosas fueron bastante precarias en cuanto a su salud tanto física como psicológica. Hace solo unas semanas aclaramos todo entre nosotros. El bebé llego de improvisto, no lo planeamos… pero lo esperamos…

-No lo harás… -negó Fuyuhiko, mas hablando consigo mismo. Haruhiko lo ignoro empujando sus lentes para apretar el puente de su nariz.

-El bebé peligra, también Gaby. No los abandonare. Me necesitan…

-Dale dinero al Chaton y no te necesitara, Haruhiko… -bufo colérico el hombre, elevando su voz hasta gritar. -¡Es eso, ¿no?! ¡Dale derechos, una casa y pensión y te libraras del problema!

Ante los impresionados y asustados ojos de Gaby, Haruhiko sonrió macabramente.

-¿Me dice que haga exactamente lo mismo que vos hizo con mi madre? Darle dinero, mantenerlo alejado, sin molestarme por mi hijo… Pretendiendo ser el esposo perfecto y amoroso con cualquier mujer que acepte la farsa ante la sociedad.

-¡Eres un Usami!

-¡¡Entonces renunciare al apellido si eso significa serlo!!- vocifero Haruhiko tan enojado como su progenitor. Gaby y Fuyuhiko retrocedieron un poco.

-Haruhiko, no tienes idea a las cosas que estas renunciando por…

-¿Por qué? ¿Un capricho, una obsesión, un error? Si no le funciono esa replica con Akihiko, ¿por qué pensó que conmigo lo haría?- Haruhiko negó y levanto una mano. –No responda, lo sé. Es porque yo siempre he seguido ciegamente sus órdenes. “No digas a nadie que eres un Usami”. “No digas a nadie que tu madre fue mi amante”. “Respeta a tu nueva madre”. “Compórtate como un Usami en esta casa”. “Olvida el pasado y adáptate a tu nuevo ambiente”. “Tolera y no respondas a las insinuaciones, rumores, comentarios ahora que te he recogido”. “Sigue el mejor camino académico”. “Deja el trabajo que más te apasiona y sométete a otro que odias profundamente”. “Mantente estoico sin importar lo que te suceda”. “No tienes derecho a una vida privada”. “Tienes que seguir cada orden que te dé”. “Si te di tu empresa fue para sentirme mejor, después te lo cobrare”. “No olvides tu lugar en la empresa familiar”. “No olvides que te hice un enorme favor criándote y consintiéndote para que los demás vieran que buen padre soy. Debes responder heredando mi empresa y guiándola hacia donde la llevaría”.

En tanto Haruhiko expulsaba veneno con su mirada perdida, Fuyuhiko fue perdiendo los estribos hasta darse la vuelta y agitarse. Gaby sin poder soportarlo sollozo tapándose sus oídos, sin poder soportar escuchar más.

Ese no era su amado Haruhiko, el gentil padre que siempre acariciaba con el mayor cuidado su vientre y mencionaba lo hermoso que era Gaby incluso hinchándose más con el tiempo. Su mirada no era esa suave que le veía mientras le decía las más dulces palabras de amor y promesas de cuidado. Ese rencor y amargura no eran Haruhiko.

El hombre termino y solo respiro profundamente, sin apartar su mirada de su padre. Un temblor casi imperceptible lo asalto manteniéndose firme. Su sola presencia daba más miedo que sus propias palabras.

-¿Terminaste de desahogarte?- susurro Fuyuhiko aun dándole la espalda. -¿Tanto rencor me tienes, Haruhiko? ¿Cuándo solo hice lo mejor por ti?

-No. Usted hizo lo mejor para el heredero Usami. Nunca pensó en mí como persona con anhelos y sueños. Siempre me vio como solo como un remplazo de usted.

-¡Eso no es cierto!

-No importa ya. Ese no es el tema. Deje por años que dominara cada aspecto de mi vida privada. No me importo en realidad, pero Gaby es diferente. Mi hijo no tendrá la misma miserable vida que yo tuve. No me desharé de él y fingiré con Isaka Akai o cualquier mujer ‘adecuada’. No hay nadie que me haga más feliz estando a mi lado como Gaby.

-¿Qué tipo de vida puedes tener con un Chaton?- pregunto el hombre con voz temblorosa.

-¿Qué tipo de vida? La mejor. Me despierto a su lado, agradecido y feliz de que al otro lado este alguien a quien amo y no solo el vacío. Su mirada me demuestra que me corresponde y su sonrisa casi paga el precio de que tenga que levantarme y dejarlo. Él sigue ahí cuando vuelvo de trabajar, después de pasar todo el día pensando en él y mi hijo. Llego y ceno con él. Muestra interés por mi trabajo, me hace olvidar el estrés y después sigue conmigo sin importar lo demás. Me abraza y hablamos de nada. En estos días incluso nos permitimos soñar con nuestro hijo… Todo eso rutinario, tradicional… Eso me hace feliz, desesperado porque lleguen los días en que no trabajo todo el tiempo y llegue a abrazarlo, a verlo de nuevo. A que mi hijo este también ahí sano y salvo y herede su hermosa sonrisa…

Fuyuhiko rio casi con pánico. Haruhiko parecía explotar mientras negaba repetidamente.

-Usted nunca entenderá este sentimiento de esperar con ilusión a un hijo. Akihiko fue concebido cuando usted se fue de casa y no regreso hasta que él tenía tres años. Yo no fui deseado, solo deseaba una cualquiera que bajara su lujuria, la que no podía demostrar con su esposa trofeo. Yo no soy igual a usted- sentencio Haruhiko firme.

-No lo eres… -susurro Fuyuhiko consiente. Haruhiko y Gaby esperaron que él dijera algo mas, pero permaneció en silencio, viendo el amplio mirador que ofrecía las puertas corredizas de cristal reforzado.

-Si usted lo sabe, ¿por qué esta aquí? Debería saberlo por verme en el juicio. Luchare contra cualquier cosa por mantener a mi familia conmigo…

-Yo soy tu familia, Haruhiko. ¡Soy tu padre!- exclamo el hombre mirándolo a medias por encima de su hombro.

-Lo es. También Gaby es mi familia. Es mi prometido, el amor de mi vida. Juntos creamos a un ser inocente y le daremos un hogar. Quien desee ser parte será bienvenido.

Gaby gimió con su boca tapada. Él ya estaba derrumbado en el piso, su espalda apoyada sin fuerza en la pared que lo distanciaba del par.

La voz de Haruhiko traía con ella una promesa que le daba mucho miedo e inquietud a Gaby. Él sabía que lo mismo pasaba con el mayor de los Usami por el aumento en su respiración y el temblar momentáneo de su voz.

-¿Y si yo no estoy de acuerdo con esto simplemente me excluirás?

-Lo hare- dijo Haruhiko neutral.

-¿Tan fácil? ¿Más vale ese Chaton que tu verdadera familia, Haruhiko? ¡Nosotros estamos ahí mientras ese chico huira a la mínima!

-¡¡No hable de Gaby sin conocerlo!!- exploto Haruhiko sin control. Gaby se sobresaltó y asomo para ver a Haruhiko blandiendo un dedo ante la atónica mirada de su padre –Usted no sabe nada de Gaby. De lo que ha sacrificado por nuestra relación. ¡Incluso aunque existe la posibilidad de que él muera, ha aceptado llevar a nuestro hijo! Gabriel es un maravilloso ser que no debe ser tratado como a cualquiera dispuesto a rebajarse ante usted.

-Es un Chaton- musito inexpresivamente Fuyuhiko mirándolo con amenaza.

-Lo es, y eso lo hace aún más valioso.

-Haruhiko… -susurro Gaby sollozando.

¿Tanto lo amaba para decir eso de él? ¿De verdad estaba dispuesto a tanto solo por Gaby? ¿Cómo podía merecer y aceptar tanto de su parte?

Fuyuhiko rio con sorna mientras desviaba su mirada. Sus manos parecían ajenas mientras se movían inquietas.

-Akihiko y tú se deshacen en elogios ante ellos, diciendo que merecen respeto, derechos, oportunidades, pero no paran a pensar que lo que ustedes les hacen es todo lo contrario a lo que dicen creer. Quieren que sean libres, pero no quieren que los separen de ustedes. Quieren que tengan derechos, pero aun así los mantendrán, presentaran como suyos. Quieren que tengan oportunidades, pero si llega el momento en que ellos quieran algo diferente harán lo imposible por atarlos a ustedes… Los conozco, Haruhiko… -negó Fuyuhiko avanzando hacia él. –Conozco lo débil que es Akihiko y tu necesidad por agradar a todos. Sé que cuando el niño de Akihiko desee explorar todo lo que desee Akihiko lo limitara. No le dejara ser libre por miedo a perderlo. Tú llevaras a la ruina a ese chico y al niño que está por nacer. Ninguno esta listo para este paso que desesperadamente quieren dar por algo de compresión y amor…

Haruhiko pareció afectado hasta que jadeo su risa. Sus ojos se cerraron mientras sonreía irónicamente.

-Ciertamente esa sería una excelente predicción… hace años. –Haruhiko le miro y su vista se asemejo a dos trozos de hielo duro. -¿Ha visto a Akihiko estos últimos días? ¿Sabe que su pareja fue secuestrado y que posiblemente fue torturado? ¿Sabe cuánto tiempo estuvo Akihiko en la oscuridad sin saber de él? ¿Cómo actuó incluso con ese miedo y desesperación? Es la primera vez que puedo decir que admiro a Akihiko, porque de no ser por la estúpida e irrazonable esperanza de que todo estará bien, él no tendría cordura, ni yo hubiera sobrevivido a tantas horas de espera cuando Gaby era hospitalizado. Incluso ayer, cuando las dos personas que más amo estuvieron en peligro tuve que controlarme antes de enloquecer de desesperación.

>>Tiene razón, Akihiko y yo no somos perfectos. Podemos culparlo a usted, al ambiente en que crecimos, incluso a los errores que cometimos en el pasado. ¿Pero sabe algo? ¡Nada de eso ya importa! Y no porque no lo deseemos, sino porque ellos no nos miden por eso, solo por las acciones que hacemos ahora. ¡Yo no juzgo a Gaby por lo que le ordenaron en el pasado! Lo único que me importa es lo dulce que luce cuando nuestro hijo se mueve y él lo acaricia. La ilusión e inocencia que en estos momentos expresa.

>>No arruinare esto, simplemente porque es lo mejor que me ha pasado en mi vida. Sin él, yo no soy nada.

Gaby tuvo suficiente. Levantándose, llevo por instinto sus manos y acuno el pequeño bulto en su vientre mientras se hacía ver. Inmediatamente obtuvo la mirada de Haruhiko que fue hacia sus lágrimas y después a sus manos. Incluso en ese momento más preocupado por él y el bebé que por nada.

-¿Gaby? ¿Estás bien?- pregunto dando unos pasos hacia él, pero Gaby retrocedió los mismos negando.

-No… -negó, sin saber nada en su abrumada mente.

-Gaby…

Realmente todo estaba cubierto por neblina. Desesperado por algo, aunque no sabía por qué.

¿Luchar por Haruhiko para no ser separados? ¿Evitar que el hombre diera todo por él? ¿Hacer comprender a Usami que era apto para ser parte de esa familia? ¿Hacer ver a Haruhiko que su padre tenía razón en lo que respectaba a él?

-No… -volvió a decir a Gaby, esta vez mirándole, suplicándole. Implorando que hiciera cualquier cosa.

La solución la trajo Usami Fuyuhiko.

-¿Este es el Chaton por el que deseas dejar todo? ¿Tu futuro, tu apellido, una vida digna y admirable? ¿A tu familia?

Cierto… Gaby no era el indicado sin importar por donde quisiera verlo. Lamentablemente su hijo tampoco, y todo era culpa solo de él.

Quizás… si Gaby se iba, el pequeño seria acogido y con suerte seria olvidado la participación de Gaby en su creación.

-Te amo… -susurro Gaby tan bajo que supo que no fue escuchado. Sin pensar más se dio la vuelta y corrió hacia la salida, huyendo de cualquier cosa que deseara intervenir. Ignorando a su corazón roto y a su bebé que resentía la perdida desde el primer paso de Gaby.

 

 

-¡¡Gaby!!- grito desesperado Haruhiko. Él dio un par de pasos para alcanzar a su amante, pero su padre le detuvo. -¡¡Suélteme!!- le grito forcejeando, pero el hombre no atendió y solo lo empujó hacia atrás, evitando que alcanzara a Gaby.

-Déjalo, Haruhiko. Es lo mejor- sentencio con voz casi tranquilizadora. Haruhiko furioso se zafo de su agarre y lo miro con toda la intensidad de sus sentimientos.

-¡No lo es! Gaby me necesita.

-Si lo hiciera no habría salido por esa puerta, Haruhiko.

-¡Lo hizo porque se cree toda la mierda que usted dice!- grito Haruhiko llevándose una mano frustrado a su cabello. -¡Él creció escuchando constantemente que no valía nada, que debía seguir ordenes absurdas y que no merecía ser feliz! Pero lo merece, él y mi hijo. Su felicidad es la mía ¡y lo quiero a mi lado!

-¡Haruhiko, reacciona, hijo! No desperdicies tu futuro con él. No hagas victima a nadie de tus deseos. Ese chico es joven, puede buscar otro hombre. ¿En qué tipo de situación quieres que nazca ese niño, Haruhiko? ¿En un juicio a últimas consecuencias? ¿Con un *Mayer tan inestable como ese chico? ¿En una familia desintegrada?

-¡El juicio se ganara la próxima semana, Gaby esta en tratamiento psiquiátrico con buenos avances y la única familia que considero es al hermano Chaton de Gaby!- se apresuró a decir Haruhiko desesperado. –No diga como si nada que Gaby puede fácilmente deshacerse de nuestro hijo y librarse de todo. De fondo hay más cosas de las que se puede imaginar. Pero lo amo y él a mí, y es lo único que importa.

-¡Pero Haruhiko, demonios! ¿Es que eso es lo único que te importa? ¿Solo tú? ¿De verdad aceptaras eso?

-¡¡Yo no soy usted, maldición!!- vocifero por fin a su límite Haruhiko. –Yo amo y espero a mi hijo. Amo y me hace feliz mi prometido. Gaby cuida y espera también a nuestro hijo y sé que se fue porque cree que es lo mejor para mí. Hare todo en mi poder por hacerlos felices. No los abandonare a su suerte, viéndolos de vez en cuando como usted lo hizo conmigo. Le diré todos los días a ellos dos cuanto los amo. Dejare que mi hijo sea feliz como desee y lo protegeré de lo que le haga daño. Incluyéndolo a usted…

Fuyuhiko perdió color mientras Haruhiko avanzo a él y le miro lo mas amenazador posible.

-Entiéndalo muy bien. No dejare que dañe a las personas que más amo. O respeta mi decisión y el derecho de Gaby y Hide a ser felices y vivir en paz, o no vuelva acercarse a mí. Elija ser parte de mi familia que cuida y respeta a mi futuro esposo e hijo o se aleja. Mi familia puede crecer y amarme incondicionalmente, pero no se su decisión, señor. No arriesgare mi felicidad a su lado por una miserable y triste vida con usted. No vuelva ante mí o ellos para hacerles daño o no responderé. Es mi última palabra… -jadeo Haruhiko antes de retirarse, corriendo y esperando alcanzar a Gaby, aunque sabía muy bien que no lo lograría.

 

 

Solo en el sector 1 caía una tormenta de proporciones tenebrosas. Truenos cada poco rato hacían aparición y la cortina de lluvia golpeaba con fuerza casi dolorosa.

El único en las calles era Gaby. Adverso al ambiente, sus pies solo lo llevaban al lugar donde le fue obligado a memorizar días atrás como un sitio para acudir si necesitaba cualquier cosa.

En ese momento, su mente tan desordenada y su cuerpo tan ligero, Gaby podía ir a ese imponente edificio en busca de cualquier cosa. Necesitaba algo para despertar de su insensible y adversa mente. Lo que fuera.

Parando en la entrada el trato de recordar su propósito. El ligero temblor en su cuerpo y las constantes y lejanas punzadas en su vientre le distraían de sus borrosos pensamientos.

Todo era incomprensible. En un momento era mojado por la lluvia y al otro estaba enfrente de dos hombres idénticos que le miraban con confusión y preocupación. Ambos de traje, ambos de negro, ambos enormes e imponentes. Gaby no los conocía.

-¿Requiere algo, joven?- pregunto uno de ellos con voz suave.

¿Gaby necesitaba algo enfrente de la visión doble?

-Nii-san… -susurro Gaby vagamente recordando una voz tan suave como un pájaro. -¿Po-podría verlo? Ayase…

Los hombres idénticamente mostraron aprensión, uno corriendo para desaparecer en una puerta cercana y otro quitándose el saco enorme y colocándolo encima de sus hombros. Con gestos suaves lo guío al mismo sitio donde su copia desapareció, metiéndolo a una hermosa oficina, dominada por un imponente escritorio de caoba oscura y en ella un mas imponente hombre rodeando con un brazo los hombros de un Chaton diminuto y de grandes ojos azules.

-Diosa… ¡¡Gaby!!- gimió el chico antes de correr a su encuentro. -¿Qué paso, Gaby? ¿Cómo…? ¿Estás bien?- sollozo el chico abrazándolo. Gaby solo exhalo y apoyo su mojada frente en el frágil hombro cercano. Un suave calorcillo y olor atrayente lo hicieron adormecer mientras aceptaba la preocupación.

-Apuren y traigan toallas y ropa limpia. Calienten ambos. También traigan inmediatamente por tele-trasportación a Colt Nicholas. ¡Muévanse!- ordeno el hombre que no era una réplica a los otros dos hombres. De nuevo, ambos hicieron cosas diferentes, contrarias a su apariencia.

-Tranquilo, hermano. Ya está bien…

¿Lo estaba? En primer lugar, ¿qué estaba mal? ¿Por qué Gaby estaba viendo a dos hombres idénticos, estaba siendo abrazado por un ángel mientras un poderoso demonio los veía fijamente?

-Ayase, haz que el chico se siente. Debemos mantenerlo tranquilo mientras llega el doctor. Esta en shock… -dijo el demonio mientras se acercaba a ellos y los guiaba a la silla detrás del escritorio. El ángel miro preocupado al otro sin separarse de Gaby.

-¿Shock? ¿Cómo yo?- gimió en pánico. El demonio le sostuvo el rostro con una gentileza asombrosa, relajando su expresión a un sentimiento que Gaby conocía pero no podía identificar.

-No, Ayase. Diferente.

-¿Cómo diferente, mi señor? ¿Perderé a Gaby?- se alteró el ángel. Alas grandes y negras lo rodearon en un abrazo, llevándose casi todo el brillo del ángel… ¿O eran brazos que lo sostenían mientras el Chaton se relajaba?

-No te puedo decir que estará bien, mi Chaton. Sabes que ese chico desarrolla una doble personalidad inconsciente cuando esta en mucho estrés. Fue su manera de liderar con su pasado. No podemos saber que alcance tiene en este momento. Primero tenemos que ver por su salud y después la de su mente.

-El bebé… -se lamentó el pequeño ser mientras negaba.

-Necesitas ser fuerte, Ayase. Te necesita…

La visión doble del mismo hombre de traje y expresión paralizada en seriedad regreso a la oficina. Gaby miro a ambos mientras le ayudaban a secarse y cambiarse. Otro ángel mirando desde la puerta con bata azul celeste transparente y mirada preocupada.

-…No sabemos mas, doctor. ¿Debo acudir con su otro doctor?

-Doctora. Ella ya está en camino… Temo que debo sedarlo antes de que haga un daño irreversible al feto…

-¿Puede hacerle daño en este estado?

-Efectivamente. En este momento el bebé recibe todo lo que afecte a Gaby-san. Incluso lo malo. No sé hasta qué nivel le esté afectando esta crisis. Normalmente el medicamento especial que se le administra evita estos percances, pero debo suponer que no lo ha tomado. Es bastante tarde en la noche. Debió tomarlo inmediatamente después de despertar.

-¡¿Qué mierdas está haciendo Usami?!

-Tranquilícese, Kanou-sama. Gaby-san huyo de casa. No ha sido encontrado hasta este momento. Es una suerte que acudiera con ustedes o de ser lo contrario los resultados pudieron ser catastróficos. Usami-sama ha estado buscando sin descanso desde la mañana.

-Debemos informarle, amo. Por favor confié en mi… él está preocupado y también sufre…

Gaby viendo la conversación rio por lo divertido de ver a tantas criaturas místicas discutiendo entre sí. Tres demonios, entre ellos dos idénticos, mas dos ángeles… Quizás uno de ellos, el mayor, era un arcángel. Gaby escucho de ellos y el que lo tocaba cuidadosamente en su estómago debía serlo. El de hermosas fracciones era un querubín… Que lindo…

A Gaby le gustaría mostrarle eso a la pequeña mariposa que se removía en su interior… Esperen, ya no… El movimiento empeoraba… ¡Le estaba haciendo daño!

-Basta… -gimió Gaby encorvándose, sosteniéndose su vientre por las punzadas insoportables.

-¡¡¿Qué pasa?!!

-¡¡Tenemos que llevarlo al hospital, rápido!! Gaby-san esta por perder al bebé.

-¡¡Muévanse!!

-¡¡Gaby, resiste!! ¡No te des por vencido!

Pero es que Gaby no lo entendía… ¿Por qué resistirse si la oscuridad lo alejaba de ese dolor? Él ya estaba harto de sufrir. Quería deshacerse de ese lazo que le hacía daño en su cabeza y ese dolor en su corazón.

Cuando Gaby abrazo la oscuridad escucho un grito de dolor.

 

 

Hanata apretó sus labios y cerró los ojos, volteando su cabeza a un lado cuando Usami Haruhiko por fin enloqueció. El hombre gritando aventó la mesa de centro de su sala, rompiendo en la pared contraria todo lo que había encima de ahí. La misma suerte tuvo los sillones, demás mesitas, el comedor, jarrones, cuadros, e incluso las puertas corredizas que llevaban a la terraza, rotas por uno de los proyectiles sin rumbo.

Solo cuando la fuerza le abandono y pudo más el dolor, Haruhiko cayo de rodillas gritando, sollozando, derrumbándose emocionalmente como Hanata nunca pensó verlo.

Fue en ese momento que ella por fin tuvo un buen vistazo de lo importante que era Gabriel en la vida del empresario.

Ella lo conocía de años y nada nunca le afecto. Incluso vio a un hombre golpear borracho a Haruhiko y este simplemente se defendió sin cambiar expresión. Hanata lo acompaño a lo largo de su trabajo para él, a varios funerales de familiares que los muchos cuchicheos tacharon de cercanos al “indiferente heredero” que no mostro más que seriedad y educación.

Pero ahí estaba, pareciendo un pequeño y asustado niño bramando con toda la potencia de su preocupación acerca de los dos seres que más amaba en el hospital, tratando de mantener su vida.

Hanata no pudo más y se guio por un desconocido sentimiento. Avanzando rápidamente corrió y abrazo a su jefe, sosteniéndolo en su llanto con fuerza y apoyo. Asombrosamente Haruhiko le devolvió el abrazo temblando, suplicando, haciéndole daño mientras se escondía en su cabello pelirrojo.

-No lo puedo perder, no lo puedo perder, no lo puedo perder… -susurraba una y otra vez el hombre débilmente a través de sus lágrimas.

-No lo perderá, señor. La vida no será tan cruel con usted… -le consoló Hanata viendo a Isaka inyectar con calmantes al hombre tan fuerte y débil en sus brazos.

Esperaba que sus palabras no fueran mentira.

 

 

-Sabes que no me iré, Gaby… Debemos hablar.

-No hay nada que decir, doctora…

-¿Así lo crees? ¿No hay que tratar de analizar por qué abandonaste tu hogar, tuviste una crisis y casi pierdes a tu hijo?

-No quiero hablar de eso… -susurro Gaby abrazándose a sí mismo en la cama de hospital.

-Esta bien, joven. Sabes que cuando tenemos terapia creamos una zona de protección. Es un lugar seguro. No obligare ni juzgare nada, aunque me gustaría que alivies mi preocupación acerca de tu estado. Tienes que ser por completo honesto conmigo, Gaby. Por tu bien y el de tu hijo…

Gaby sostuvo su vientre sintiendo sus labios temblar juntos. Desde el intento de aborto, el doctor tuvo que sedar específicamente a su bebé para evitar que percibiera lo inestable de Gaby en ese momento.

Tan pequeño y adverso… pero ya pagaba las consecuencias provocadas solamente por Gaby.

-¿Dónde esta Haruhiko?- pregunto en voz baja, odiándose por preguntar, pero sin poder evitarlo.

-Afuera. Él también estaba en una pequeña crisis y el día de tu intervención tuvimos que llevarlo a casa. Ahora esta bien y no ha dejado el hospital. Aunque por lo mejor en tu estado, está prohibido que entre a verte…

Por supuesto. Después de todo Gaby debía evitar causarle más problemas de los que había causado ya.

-Gaby, habla conmigo. No es bueno que guardes todo en este momento. Tu bebé en unas horas despertara e inmediatamente…

-Medicamento- le interrumpió mirándola firmemente. –Quiero un medicamento para mantenerlo dormido.

-¿Y después que, joven? ¿Pretendes mantener a tu hijo durante toda su gestación inconsciente? ¿Qué sucederá cuando nazca y la situación continúe? No olvides que incluso en este momento, aunque dormido, él aun siente tus sentimientos y los adapta como propios…

-Por favor, pare… -suplico Gaby débilmente, escondiéndose más entre sus rodillas.

-Gaby… no puedes poner una solución momentánea a algo tan grande. Este problema es consecuencia de algo muy importante, y si no lo tratamos ahora, solo empeorara en el futuro… Quizás, de forma irreversible.

-¡No quiero hablar de eso! Por favor…

Su doctora, con su largo cabello trenzado y ropa blanca solo suspiro. Ella cerro brevemente sus ojos mientras exhalaba y todo su cuerpo se relajaba. Gaby se preguntó si hacia eso tendría el mismo resultado. Desde que despertara estaba tenso, alterado, triste y con un odio profundo a su persona.

-De acuerdo, Gaby. Si no deseas hablar sobre eso, no lo haremos. ¿Deseas que me retire?

Gaby la miro, sus grandes ojos en su rostro joven. Él siempre la tomo por una apariencia que lo tranquilizaba pero rayaba con la niñez en sus facciones. En conjunto siempre lograba lo imposible en él.

-No… -negó suavemente, viéndola de reojo. –Hablemos de cualquier otra cosa…

-¿De qué quieres hablar, Gaby?

-No lo sé… -gimió Gaby perdido.

-De acuerdo… -volvió a decir ella y dejo vagar su mirada por la estéril y silenciosa habitación. -El clima ha vuelto a ser frio. De hecho es más frio que de costumbre. Sospecho que pronto nevara. También uno de nuestros jugadores prodigio de baloncesto gano un campeonato universal y al momento de recibir el premio y dar unas palabras, él le propuso matrimonio a su pareja que es muy famoso en el ámbito deportivo. Eso causo mucho revuelto- sonrió ella, tratando de distraerlo. Lo logro.

-No imagino la cara de los organizadores… -rio en voz baja Gaby, distraídamente sintiendo con su mano el anillo en su dedo que él lucho contra el hospital por conservar sin importar estar en cirugía.

-No fue mucho tiempo el que tomo- se encogió de hombros la chica desestimando. –Dedico el premio y después lo pidió a través de las cámaras. Nadie tuvo el tiempo para asimilarlo antes de que el chico se retirara del lugar.

-¿Y su pareja?

-Es un reconocido experto y conductor de un programa famoso de deportes. Tengo entendido que fue un sonado jugador con una prometedora carrera solo perdida por una lesión importante. Él respondió a la propuesta al final de su siguiente programa y como última despedida…

Gaby sonrió e imagino a un jugador fuerte y atlético mencionar como extra y sin importancia que aceptaba casarse con el amor de su vida. Una decisión vital de importancia tomada del modo más ligero. ¿Cuán de importante debía ser la relación de esos dos para actuar así?

Inevitablemente el pensamiento lo guio a Haruhiko, de él a su bebé y eso después trajo todo lo demás. Gaby se mordió fuerte el interior de su boca.

Él de verdad no quería hablar de eso. Simplemente no estaba listo. Debía cambiar de tema con su doctora que lo miraba preocupada y ladeaba un poco su cabeza.

Lo primero que le vino a la mente fue lo que pregunto. Sin darse cuenta, anhelaba desesperado una respuesta.

-¿Por qué no me dijo que tenia una segunda personalidad?- pregunto en un susurro débil, mirando la mirada sorprendida de la doctora. –Recuerdo que en urgencias dijeron eso…

-Lo más preciso, Gaby, es decir que tienes tres personalidades. Ya te lo había dicho…

-¡No me mienta, por favor!- exclamo Gaby alterado, desesperado… asustado.

-Tranquilízate, Gaby. Yo te lo he dicho, pero lo más probable es que ellos hayan intervenido y tomaran como suya la información, borrándola de tu mente. Lo harían para protegerte.

-¿Quiénes son ellos?- susurro aterrado.

-Alexander, tu personalidad inmune, fuerte, asesina, capaz de hacer cualquier cosa sin pensar por protegerte a ti y a quienes amas. Puede incluso soportar grandes cantidades de dolor sin sentir. Su única meta es defender.

-¿Y…? ¿Y el otro?

-No sé su nombre. No me lo ha permitido saber. Se refiere a si como inocente, inconsciente. Es la personalidad a la que constantemente acudes, Gaby. Él toma dominio cuando llegas a tu límite y ya no puedes soportar tu realidad. Es parecido a un niño y toma tus problemas como tales. Soporta tu dolor emocional porque en realidad no los entiende, no sabe la importancia de ello. Sin en cambio, el dolor físico lo agrede y daña mucho. Normalmente cuando eso ocurre toma posesión Alexander. Él te cuida físicamente mientras el otro mentalmente. Así es como has sobrevivido tu anterior vida, Gaby. Acudiendo a ambos…

-¿Haruhiko lo sabe?- gimió Gaby agudamente, su vista borrosa por lagrimas no derramadas. La mujer asintió lentamente con cuidado.

-Todos tus allegados lo saben y como deben actuar en el caso que lo requiera. No te temen ni te tienen lastima. Ellos te protegen…

-¿Cómo puede…? ¿Por qué no me lo dijeron?- sollozo Gaby sintiéndose traicionado.

-Gaby, por favor escucha. La primera vez que sospeche sobre tu situación fue cuando estabas en el viaje universal. Haruhiko-san menciono ciertas cosas que llamaron mi atención. Le pedí que no te dijera nada hasta confirmar el diagnóstico. Tiempo después que lo hice, se lo comunique y tuve una charla para que hablara de eso contigo. Yo primero hable contigo, pero lo único que hiciste fue sonreírme y decirme que “todo estaba bien”. Hiciste lo mismo con tu pareja. En ese momento ambos supimos que tus otras personalidades no querían exponerte a esto. Todas las veces que comente el tema alguno de los dos aparecía y me pedía que parara. Alexander incluso amenazo mi vida- dijo ella sonriendo imposiblemente.

Gaby no pudo más y levanto una mano pidiéndole que parara. Su cuerpo entero temblaba y el impacto de la noticia lo sentía casi como un golpe físico a punto de asesinarlo.

-¿Por qué me sucede esto a mí?- lloro mirándola suplicante por una respuesta. Su doctora solo agacho su rostro.

-Gaby, todos reaccionamos de distintas maneras a situaciones de alto estrés. Por ejemplo, tu amigo Ayase… Él puede pasar horas mirando a la lejanía sin reaccionar a su entorno. Cuando se le despierta, él afirma que pasaron solo segundos, cuando en realidad se ha encerrado en su mente para huir de lo que le hace daño. Uno de mis pacientes siente la impetuosa necesidad de lastimarse físicamente para asegurarse de que la realidad no es una alucinación. Yo necesito respirar profundamente y rodearme de cosas familiares para tranquilizarme.

>>Viviste mucho tiempo en constante contacto con situaciones traumáticas, Gaby. Es natural que desarrollaras algún problema como consecuencia. Te puedo afirmar que el noventa por ciento de los Chaton sufren de algún desorden mental. Más del *veinticinco por ciento de la población en el universo tiene un tipo de trastorno. La tasa es alta incluso con el conocimiento con el que ahora contamos, y la razón es que cada individuo es distinto y la mente actúa de diferente manera en cada situación. Tu reaccionaste así y no es nada de que avergonzarse. Gracias a ello estas vivo y sin secuelas urgentemente graves…

-¡¿Insinúa que esto no es grave?!- intervino Gaby, enfadado sin razón por la tranquila y paciente explicación de ella.

-Lo es, Gaby, pero estamos tratando eso. Nuestras sesiones van por un excelente camino. Ya no tenemos que recurrir tan frecuentemente a la hipnosis o algo parecido para llegar a tus experiencias más traumáticas. Y de hecho, desde que entablaste una relación con Haruhiko no has dado señales frecuentes de recurrir a tus otras personalidades. Son ocho las veces que fuera de terapia se han manifestado, Gaby.

-¿Ocho?- susurro, terriblemente asombrado.

-Correcto. ¿Sabes algo sobre el *Trastorno de identidad disociativo?- pregunto ella con amabilidad. –Tu caso puede ser tratado como uno leve, tratable y moderadamente controlado. En tu vida normal, tranquila, no presentas ningún síntoma. Es cuando eres enfrentado a situaciones extremas que no puedes controlar cuando ellos toman posición de ti. No lo recuerdas, y por eso mismo no te afecta. Alexander es el único que sabe sobre ti. El otro chico no, al igual que hasta hace unos momentos tu tampoco.

-¿P-pero…? Si se supone ellos no querían que supiera… ¿Por qué ahora…?

La doctora suspiro tristemente, bajando su mirada azul a su vientre cubierto por la bata de hospital.

-Alexander lucho mucho porque recibieras ayuda, Gaby. Tuve que sedarlo e inducirle el coma para que dejara que hicieran precisamente eso. Estaba tan alterado que lastimaba al cuerpo médico. El otro chico quería deshacerse del dolor cuando llegaron al hospital. Yo arribe justo cuando él pidió que terminara todo y que salvaran al bebé. Dijo: “Que mi pequeño yo viva y ría todo lo que yo no. Que vea el cielo y coma caramelos, con eso será feliz y yo igual.”

Gaby sollozo afectado, sosteniendo su vientre más fuerte. Muy suave, casi inexistentemente sintió a su bebé moverse.

-Ellos quieren salvarlo y darle lo mejor porque es importante para ti, Gaby. Ellos son parte de ti, también, así que lo aman y protegerán. Tu caso es muy complejo Gaby. No puedo limitarme a tachar que son partes individuales de tu mismo ser que actúan diferente a su entorno y piensan contrariamente. En todos estos años de terapia, te puedo decir que ellos te protegen y rara vez te dañan. No te causan mayor molestia que una momentánea pérdida de memoria mientras ellos salen a la superficie y se encargan de protegerte de la manera que ellos desarrollan.

>>Si enterarte de su existencia contribuirá a que te encuentres mejor, no dudo que ellos lo permitan.

Tanta información le estaba dando un dolor de cabeza.

Gaby trato desesperadamente de recordar algún momento en que no recordara que había hecho. Había varias lagunas. Y efectivamente, todas eran en algún momento en que Gaby se encontraba aparentemente sin salida. Como ejemplo más cercano, días atrás que salió a la calle y en un momento después se despertó en el hospital, informado de todo lo que había hecho a su cuerpo y al bebé.

Y diosa, el niño… Los especialistas no podían asegurarle que tipo de secuela tendría. El inducirle un suave coma en su vientre era bastante peligroso, pero era lo mejor en ese momento. Le daría tiempo al pequeño de recuperarse de cual fuera la reacción.

-¡No!… -gimió Gaby abrazándose a sus rodillas, atormentado con la idea. -¡No quiero!

-Gaby. ¿Qué sucede? Habla conmigo, joven. Puedo ayudarte… -se acercó rápidamente su doctora. Gaby la miro consternado y anegado en llanto.

-El padre de Haruhiko fue al departamento. Al final, Haruhiko me eligió por sobre la estabilidad de su familia. Le dijo a su padre todo lo que sentía por mí y me sentí abrumado por el alto estima que me tiene. Por el valor que me adjudica. Pensé… que yo no merecía tanto amor de su parte. Que él no debía preferirme bajo ninguna circunstancia. ¡Yo solo le traigo problemas! Pero entonces me sentí tan feliz, pero pensé que sintiendo esto le haría daño, así que preferí dejarlo, pero en realidad no puedo hacerlo, pero…

-Tranquilo, Gaby… -le interrumpió su doctora, parando su confesión rápida y desesperada. –Tranquilízate y respira. No iré a ningún lado. Te ayudare, no importa el tiempo que requieras. Haruhiko también lo sabe. Es primordial que te tomes tu tiempo y no apures nada o no servirá tu disposición a curarte. Todo estará bien…

Gaby se dejó calmar por esas tres palabras que tenían en él un efecto único. Ayase siempre solía decírselo desde que eran solo niños y siempre logro tranquilizarlo. En la actual situación no fue la excepción.

-¿Mejor?- pregunto la mujer cuando Gaby respiro más tranquilamente y su cuerpo dejo de estar tan tenso.

-Algo…

-¿Deseas más espacio?- Gaby negó y solo acepto el vaso de agua que ella le entregaba. -¿Quieres hablar de lo ocurrido la otra mañana?

-Quiero… -susurro convencido, apretando su mano con el anillo en su estómago.

-Bien. Haz dado el primer paso, Gaby. El que sigue y apremia es que aceptes lo que te hace feliz, sin tener que cuestionarte innecesariamente si eres digno. Porque mereces el amor de tu pareja y el de tu hijo, Gaby.

 

 

 

Notas finales:

*Mayer: Recuerdo que esta palabra vendria a significar "madre" en una relacion gay con hijos en Celes c:

*Aclaracion: Segun los ultimos datos, la cifra de 25% es real al menos en la Tierra.

*Aclaracion 2: Para mas informacion acerca de esto ---> http://es.wikipedia.org/wiki/Trastorno_de_identidad_disociativo

 

Y pues asi :3

¿Recuerdan que un tiempo atras les pedi no olvidaran las "crisis" peculiares de Gaby? Aqui la respuesta~

El proximo capitulo trae consigo la ultima decision de Gaby. Esperenlo, por favor.

Mientras cuidense mucho .w.

Christal C.


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