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¿Salvando o siendo salvado por un Chaton? por christalchii268

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Notas del capitulo:

Wua, que momento. El ultimo capitulo de esta especial historia...

Solo puedo decir, gracias <3

 

Capitulo dedicado a todas esas personas que me apoyaron desde el principio, a lo largo de la historia y siempre esperaron con paciencia la actualizacion. ¡Son lo mejor!

Especial agradecimiento a mi pareja, mi mejor amigo que siempre sera como Doumeki y un poco a Gaby...

Tambien a ti, "Elly-chan", Misakii212, Verona... y todas esas hermosas personas que por mi pequeña memoria no puedo recordar ahora ^^U

Y claro que no olvido a Ritsuko Anonimous. Niña, eres una estupenda personita que me hizo sonreir con cada comentario. Espero disfrutes y este final sea satisfactorio.

¡Mil gracias! Disfruten de lo ultimo de estos dos... *Reparte jugo de uva*

 

Epilogo…

El cielo claro y un cálido ambiente anunciando que nuevamente la primavera estaba llegando. Era un alivio teniendo en cuenta que el último invierno se alargó insospechadamente y tomo por desprevenidos a muchos confiados.

El cielo rosa con sus habituales nubes blancas. La típica rutina de miles de habitantes del mundo Celes, una casi utopía futurista envidia de muchos otros planetas.

La familia de Gaby era el perfecto ejemplo de lo que podías lograr aceptando tan solo una parte de lo que ofrecía su mundo. Abundancia, paz, amor y salud, incluso si su pequeño hijo acaba solo una semana atrás de tener un episodio que llevo a su esposo y a él al hospital preocupados.

Todo iba relativamente bien para Gaby. Su esposo continuaba trabajando y obteniendo recompensas por su esfuerzo. Su talento, dedicación y entrega lo posicionaban como uno de los mejores arquitectos, su empresa teniendo mucho cuidado con cuales proyectos aceptar por la alta demanda que pedía mucho de los trabajadores que cada día aumentaban en número. Las oficinas en el edificio donde vivía Gaby y su familia ya no eran suficientes.

Su pequeño Hidehiko, él estaba por cumplir los tres años y era el mas dulce niño que podía existir. De inteligencia sin límites y una curiosidad igual de grande. Él a su corta edad estaba tratando de manejar diversas ramas que un niño de su edad no debería pensar, pero que en un futuro era seguro su hijo dominaría. Tenía la pasión y entrega de Haruhiko y la determinación y necedad de Gaby. Solo el tiempo diría exactamente a que dedicaría su amor al trabajar a tiempo completo cuando llegara a ser adulto.

Gaby por su lado estaba ya bastante mas relajado. Le tomo tiempo, pero por fin pudo adoptar su nueva y sorpresiva vida con la mayor naturalidad. Para él era normal jugar en el suelo con su hijo, ir de paseo en su moto y tener despreocupadas reuniones con amigos, tanto como asistir a fiestas privadas y elegantes, vistiendo de etiqueta y siendo cortes, apoyando a su marido en cualquier ámbito público e involucrándose con asociaciones de caridad que normalmente tenían de benefactores a mujeres mayores ricas.

Él se manejaba como la noche y el día, cambiando cuando era necesario, algunas veces drásticamente, pero nunca olvidando que debajo de educadas y tensas sonrisas forzadas, agradecimientos por la cortesía y su vocabulario extenso e inteligente, Gaby permanecía como un orgulloso esposo y padre, amigo y por sobre todo, un sobreviviente Chaton que aun tenia una que otra pesadilla recordando lo que fuera su vida anterior.

Amor y comprensión nunca le faltaba. Mantenía con él a muchas personas especiales y queridas. El amor siempre honesto y sin medida de su esposo e hijo. Nada le faltaba para recuperarse por completo.

Incluso tenia trabajo de medio tiempo. Cocinando para los empleados de Haruhiko, y teóricamente siendo uno más de ellos, Gaby se encargaba de ahorrarles tiempo en salir y almorzar, llevando comida a sus oficinas en la mañana y tarde, muchos saliendo ya en la noche. Ganaba bien y era un poco de dinero para sí mismo y que ahorraba sin ninguna razón aparente, satisfecho de saber que contaba con esa cuenta bancaria que no le otorgaba su matrimonio.

Gaby de hecho también era algo así como el segundo asistente de su propio marido. Con el recién matrimonio de Hanata y Doumeki, que no fue para nadie sorpresa, Haruhiko le dio el puesto y Gaby encontró satisfactorio ese tiempo que los recién casados se tomaron. El trabajo fluía sin contratiempo en ambos y así se veían más.

Él adoraba a Hanata como una amiga más, y sabía claramente que ella pronto se iría por su embarazo. La extrañaría y nunca llegaría al nivel que ella alcanzo con los años junto con Haruhiko, pero su retiro seria una oportunidad única para sentir que estaba al mismo nivel que su marido y de verdad hacia algo para ayudarlo. Aunque tenía que disfrutar de ese tiempo libre que le quedaba con su pequeño hijo.

El pequeño Chaton ocupaba toda su mente en muchas ocasiones, incluso si en los últimos meses él había pedido con grandes ojos tiernos tener mas actividades a pesar de que ellos le advirtieron sobre tomar muchos cursos, clases y pasatiempos, pero tan obstinado como ambos padres, el niño no quiso escuchar.

Gaby tenía mucha curiosidad por saber cuántas cosas serían del conocimiento de su hijo en solo un año más.

Viendo a su hermoso diablillo, Gaby solo podía pensar distraído en los pocos años que simplemente volaron para ellos. En un momento organizándose y entrando en pánico con un bebé recién nacido, al otro investigando colegios y actividades para saciar la curiosidad y energía de su pequeño ángel, como Haruhiko lo llamaba.

Tiempo atrás no lo había pensado mucho, pero ahora tenia la respuesta. Esa calma lenta y a la vez efímera en duración, con pequeños errores, tropiezos y muchas gratificaciones… así se supone era una vida normal y pacífica.

-¡¡Aya-nii!!- grito Hide sobresaltándolo, saliendo de divagaciones. Gaby suspiro tranquilo al ver a su hermano aparecer ante él cargando a su pequeño, riendo de lo que balbuceaba rápidamente y tratando de no dejarlo caer cuando se expresaba con sus dos bracitos.

-Hola, Gaby… Vine a traerles esto… -dijo con picardía, levantando con esfuerzos una bolsa de papel con un muy característico emblema. Gaby rápidamente se tapó los oídos con sus manos sonriendo, teniendo justo el tiempo para evitar que su hijo lo dejara sordo al gritar feliz al reconocer el pastel que Ayase traía con él.

-No, Hide… Tenemos que esperar a papá para comerlo… -advirtió cuando empezó a tratar de tomar la bolsa de Ayase, quien soltando risitas mantenía fuera del alcance la bolsa.

-¡Pero padre llegara tarde, Mayer!- se quejó su pequeño, haciendo un hermoso puchero.

-Sabes las reglas, amor. Lo siento… -dijo Gaby tocando su nariz. Hide rio un poco por el gesto que siempre disfrutaba, sin darse cuenta que Gaby utilizo eso en su contra para que no protestara mas.

Era por su propio bien. Desde que Ayase de buena fe les trajo esos pasteles de exportación, su hijo se volvió adicto. Un día incluso ellos encontraron que termino solo con más de medio pastel en la noche mientras Gaby y Haruhiko dormían. Ninguno podía entender de quien heredo tal apetito.

Gaby dejo a su hermano platicando con Hide. Ayase quería al niño como si fuera su propio hijo, y Gaby solo esperaba no le trajera recuerdos no gratos cada vez que lo veía. Pero sabía que traería mas cosas negativas alejarlos. Hide amaba a Ayase tanto como Gaby mismo. Incluso el pequeño era un fiel seguidor de Kanou, por extraño que siempre lucia. El enorme y frio empresario tratando con Hide y este luciendo un poco mayor a su lado.

-¿Y entonces, Hide-kun? ¿Cuál es tu deseo para tu cumpleaños?

A la pregunta Gaby volteo, dejando el pastel en el refrigerador. Su hijo tomo esa expresión tan malditamente parecida a la de Haruhiko cuando hablaba en serio, frunciendo un poco su ceño, sus ojos siendo directos mientras miraba a su hermano y cruzaba los brazos. Era un diminuto Haruhiko con la apariencia de Gaby.

-Pasar un día completo con Mayer y Fayer, por supuesto. Padre me lo prometió y yo confió en él… -sentencio con una cabezada seca el niño, su tono serio. Ayase dio una risita un tanto sorprendida, mirando de reojo a Gaby.

-¿Solo eso, tesoro? ¿No quieres un obsequio, un juguete, un viaje?- propuso Ayase bromeando. Hide negó firme.

-Un día con ellos sin interrupciones. Solo eso. Padre me lo prometió… -repitió, un poco inseguro. Gaby inmediatamente intervino, acariciando sus atentas orejitas rubias en la cima de su cabeza.

-Y lo cumplirá, Hide. No te preocupes. Papá se tomara el día para pasarlo con nosotros en tu cumpleaños- le sonrió honesto, sabiendo que Haruhiko nunca rompería una promesa con su hijo. Él era muy serio en todo lo relacionado con eso. Lo que menos deseaba Haruhiko era ser un padre indiferente con el crecimiento de su hijo.

-Que bien, Hide-kun. Disfrútalo mucho, ¿sí?- sonrió Ayase a los dos, ambos asintiendo con diferentes niveles de emoción. –Genial, entonces ya te entregare tu regalo, tesoro. Tengo que irme…

-¿Tan rápido?- preguntaron con pena Gaby y Hide al mismo tiempo. Su hijo y hermano rieron, pero Gaby de verdad estaba asombrado por la corta visita. Su hermano solía pasar horas enteras con ellos.

-Lo siento, Gaby. Kanou-san tiene varias reuniones y fiestas fuera de Celes y partimos hoy… -se disculpó nervioso.

-¿Cuánto tiempo va a ser esta vez? Ese hombre se aprovecha de ti, Nii-san…

-Gaby, no sigas, por favor. Esta bien… -mascullo serio y frio. –Es mi deber estar a su lado… Soy su Chaton…

-Eres su pareja. ¡Su esposo!- exclamo alterado Gaby, sin soportar que su hermano siguiera viéndose de esa manera. Tan exasperado de que Kanou continuara dándole ordenes y Ayase lo aceptara.

-No peleen, por favor… -gimió Hide nervioso. Gaby cerró los ojos fuertemente, arrepentido. Ayase solo se levantó de la silla alta de la barra cerca de la cocina, suspirando y despidiéndose de Hide, besando su frente.

-No te preocupes, tesoro. No peleamos, solo tenemos puntos diferentes de pensar. Sonríe… -pidió. Hide dudo un momento antes de cumplir, provocando que Ayase también sonriera. –Luces encantador, tesoro. No desaparezcas esa sonrisa nunca. Disfruta mucho tu cumpleaños. Te llamare, ¿de acuerdo?

-¿Lo prometes, tío?- se ilumino su rostro con emoción, Ayase asintiendo rápidamente. -¡Gracias!

-Nos vemos, Hide-kun… -sonrió Ayase y se despidió, Gaby inmediatamente acompañándolo. Ya fuera de pequeños ojos curiosos y en la puerta, el Chaton se volteo serio a Gaby. –Hermano, no puedes seguir con…

-Lo sé. Lo siento… -le interrumpió Gaby levantando una mano. –Prometí aceptar tu forma de vivir, Nii-san.

-No solo se trata de eso, Gaby. Tienes que dejar de protegerme. Ya no lo necesito. Ninguno de los dos… -recalco, poniendo una mano en su hombro con cuidado. –Tranquilízate, Gaby. Ya no estamos en peligro, nunca mas estaremos luchando constantemente por nuestra vida. Haruhiko-san te cuidara emocionalmente y Kanou-san a mi físicamente.

-Me cuesta entender como terminaste así, Nii-san… -confeso Gaby evitándolo. Ayase le tomo el rostro con gentileza e hizo que lo mirara, su eterna sonrisa en su rostro.

-Deje de pensar, Gaby, algo que espero algún día hagas tú. Necesitas concentrarte en otras cosas, Hide-kun por encima de todas ellas. Por favor… deja ya todo atrás. Lo necesitas, hermano. Mira la hermosa familia que tienes…

Gaby le tapó la boca con sus dos manos, asintiendo. Ayase le miro sorprendido antes de gemir, descifrando sus pensamientos como siempre.

-Gaby, yo no quise decir… -mascullo a través de sus manos. Gaby le sonrió honesto.

-Yo sé que no lo dijiste, pero tienes razón… Supongo que… Alexander tiene mucha de la culpa en todo esto… -rio nervioso, inhalando profundamente antes de volver a verlo. –Hoy iré a terapia…

-¿Estas seguro de esto? Yo no me refería a que hicieras todo hoy mismo…

-¡Y no lo hare! Esto no me tomara horas, es probable sean años. Pero empezando por hoy…

-Gaby… -susurro Ayase antes de abrazarlo. –Estoy muy orgulloso de ti, hermano. Muy, muy, muy orgulloso. Me encantaría que entendieras mi forma de pensar, pero incluso así te amor. Eres mi alma gemela y solo quiero lo mejor para ti. Sé que lo lograras, tienes mucho por lo que luchar… Y yo siempre te apoyare…

-Sabes que yo igual… Solo que me tomara un poco mas de tiempo… -susurro la verdad. Ayase rio sabiéndolo, apretando un poco más su abrazo para después dejarlo ir. –Gracias, Nii-san…

-Ahora Kanou-san se preguntara por que llore- rio, sollozando un poco. Gaby le siguió en su risa, aguantando él mismo su llanto. El momento era demasiado lindo para arruinarlo así.

-Anda, ve. No queremos preocuparlo y que venga al departamento de nuevo con toda su seguridad. Mínimo sé que en ese sentido te cuida mucho… -sonrió. Ayase puso brevemente los ojos en blanco.

-Él aun está buscando un guardaespaldas solo para mí. Dice que prefiere una mujer. Kuba-san no pude estar siempre conmigo y con Kanou-san… No me sorprendería que un día conozca a una chica experta en pelea y solo la contrate. Así que no debes preocuparte… -Ayase beso su mejilla y rio una vez más. –Se me hace tarde. Debo irme… Por favor, Gaby… no te sobre esfuerces. Sabes que siempre puedes hablar conmigo…

-Lo sé. Solo vete, Nii-san. Estará todo bien… Pero no tardes demasiado…

-Solo una semana. Regresare a Celes muy pronto…

-Genial… -Gaby sonrió y lo despidió. Una preocupación aun por su hermano y sus decisiones, pero verdaderamente esperando que todo le fuera bien en su inusual relación amorosa.

 

 

-¿Estas seguro de esto Gaby-san?

-Yo ya me estoy cansado de que la gente me pregunte eso hoy. Sí, estoy seguro… -rio Gaby viendo a su doctora, notando que ella ocultaba su sonrisa.

-Bien, entonces empecemos… Recuerda que a la mínima molestia puedes pararme…

-Lo se… Esta bien… Comience…

Gaby a pesar de lo que dijo estaba nervioso con la maldita corona en su frente. Él por fin había tomado la decisión en la mañana de dar ese paso, la discusión con su hermano solo reafirmo eso y la plática breve con Haruhiko que lo llevo a la sesión y a Hide con su amigo, le dio fuerzas.

Él estaba listo para hacer uso de la tecnología de Celes y tener una plática con sus dos personalidades.

Su doctora se movió y empezó a escribir cosas en la pantalla del aparato, viendo de reojo a Gaby que solo asintió. Ella también lo hizo y apretó un botón, por medio de la corona en su cabeza, adormeciendo y poniendo en trance a Gaby para llegar a “el otro Gaby” y Alexander.

-Bien. Necesito que te relajes y no te asusten por nada, ¿sí? Estas seguro, Gaby. Nada te puede lastimar. Solo di el nombre de tu hijo y parare…

-Estoy bien. Continúe… -susurro Gaby, sintiendo claramente como su cuerpo ya no respondía a sus órdenes.

Poco a poco sentía a alguien más en él, una sensación muy extraña e incómoda. Era similar a estar muy cansado y adormilado y sentir aun así que su cuerpo se movía y continuaba despierto con otra persona ahí.

-Buenas tardes, Gaby-san, Alexander. A Gabriel y a mí nos gustaría hablar con ustedes… ¿Nos otorgan unos minutos?- pregunto calmada y profesional su doctora, viendo a Gaby y en momentos la pantalla del sencillo instrumento que unía la corona que traía puesta a una computadora, de ahí mandando datos a la pantalla al frente de su doctora.

Nada paso. Gaby aun sentía esa sensación extraña dentro de él, pero nada más sucedía.

-Permítanme también decirles a ustedes que están seguros. Si no desean hablar esta bien. No forzaremos nada. Solo quiero que tengan presente que no les hare daño, tanto como Gabriel lo haría…

-Por supuesto que él no nos dañaría… -gruño Gaby con voz ajena y agresiva. –Somos nosotros quienes los cuidamos. ¿O es que tú muerdes la mano que te alimenta, mujer?

-Un gusto volver a escucharte, Alexander- sonrió la doctora Alma con total calma. -¿Puedo preguntar dónde esta Gaby-san? Nos gustaría que ambos estuvieran aquí…

-¿Para qué? Él no vendrá… -negó Gaby, muy profundamente nervioso, pero aquella actitud que no era la suya lo inundaba de palabras frías con un tono muy brusco.

-Lamentaría que se lo habrías ordenado, Alexander… -suspiro su doctora. Gaby bufo.

-No es necesario. El niño no está interesado en ti, ni siquiera en él… Y no creas que he olvidado que no me aclaras porque él me está escuchando. Normalmente si quieres hablar conmigo lo pones a dormir…

-Gabriel pidió hablar contigo, Alexander. Yo lo ayudo… -sonrió la doctora tranquilizadoramente.

-¿Terapia de pareja?- se burló cruel la voz, haciendo que Gaby moviera de manera desinteresada su mano. –Si él quería hablar conmigo solo bastaba que lo pidiera. Aparecería en sus sueños. No te necesitamos…

-Temo que eso sería inútil, Alexander. Gabriel no sabría diferenciar lo real de lo que desea en sus sueños. Por eso acudimos a esto… -señalo la computadora y la pantalla.

La mano de Gaby controlada por alguien mas toco la corona en su frente. Sus ojos vieron todo y al final suspiro, volviendo a hacer el gesto brusco con sus manos.

-Haz lo que demonios quieras. Solo ten mucho cuidado, mujer…

-Estas seguro, Alexander. No te preocupes. Te explicare lo que haremos… -Alma espero un poco para darle tiempo a Alexander. Cuando él no dijo nada, asintió y señalo la pantalla. –Este artefacto lograra crear una imagen holográfica tuya. Tú tienes un aspecto mental, ¿correcto? Esto lo representara y lograra pasar tu personalidad a esa imagen. Puedes verlo como que tendrás un cuerpo ajeno y separado de Gabriel. Así él podrá volver a tener el control sobre su cuerpo y tú puedes tener voz también…

-¿Y yo no estoy invitado?- gimió Gaby con una voz por completo diferente. Ahora era infantil, lastimosa, incluso aguda. El cambio logro que se asustara. Su respiración se alteró y un sonido sonó en la pantalla.

-Tranquilo, Gabriel. Esta bien… Es Gaby… Hola, Gaby-san… Hace mucho que no te escucho- se dirigió su doctora al extraño. Gaby repentinamente se vio inundado de paz, alegría e inocencia. Era más fácil ceder a esa personalidad.

-¡Hola, hola! Yo no quería venir pero suena como una fiesta… -rio Gaby. Su doctora sonrió y asintió lentamente.

-Es una reunión, Gaby-san. ¿Te molestaría hacer lo que ya explique? No es necesario que hagas cualquier cosa que no desees. Puedes permanecer callado o participar. También puedes negarte.

-¡Quiero ver la fiesta!- exclamo Gaby con la voz feliz, sintiendo claramente que algo se revolvía en su interior y de pronto una voz diferente se apoderaba de él. –Maldita sea, niño. Eres un maldito imprudente. ¿Puedes solo hacerlo, mujer? Es difícil para nosotros manejarnos si él esta consiente…

-Lo hare, Alexander. Dame solo unos minutos. ¿Pueden ambos permanecer tranquilos?

-¡Hazlo ya!- ordeno enojada la voz que salía de Gaby. Alma suspiro y asintió, calmando con una cabezada y volviendo a escribir rápidamente en la pantalla física y delgada de vidrio.

Gaby permaneció solo ahí, quieto, esperando que cualquiera de las personalidades que vivían en él hicieran algo, pero efectivamente permanecieron tranquilas, aunque su presencia era notable para Gaby, por primera vez sintiéndolos, comprobando que eran reales. Esas personalidades tan diferentes de él en realidad tomaban posición de su cuerpo algunas veces.

-Eres idiota. Deja de tener tanto miedo, Gabriel… -susurro Alexander con su boca. Gaby se sobresaltó un poco antes de tranquilizarse. –Lo… lo siento… -respondió, sintiéndose estúpido por hacerlo.

-Listo. Alexander, Gaby-san… -llamo Alma interviniendo. –Sera como dormir para ustedes… Justo como ocurre cuando Gabriel toma de nuevo control. Será extraño para ustedes, pero verán representaciones físicas de ustedes mismos en imágenes diferentes. Quiero recordarles que todo estará bien y pueden parar cuando quieran…

-Sé muy bien como terminar con todo cuando lo desee… -susurro una voz muy parecida a la de Alexander, pero Gaby con su boca no la había producido. Una luz sutil a su lado derecho y una imagen holográfica de él mismo apareció.

Su cabello, ropa, uñas y maquillaje negro… Era Alexander por fin físico ante él. Ya no sentía su presencia en su cuerpo, así que la computadora hizo su trabajo mandando la representación.

Otra luz a su izquierda y otra imagen de Gaby apareció, solo que vestida de colores llamativos y mas baja altura de la que Gaby en realidad tenia. Viendo mejor, Alexander también era más alto y fuerte. Ambas representaciones compartían el mismo tono de ojos azules y básicamente los mismos rasgos.

Gaby se sintió con el control de su cuerpo una vez más. Probó a mover solo los brazos, exhalando aliviado cuando realmente hicieron lo que él quiso. Ya no sentía esa incomoda y preocupante sensación en su interior.

-Gracias, Alexander, Gaby-san. Pueden sentarse… -señalo su doctora el sillón de doble plaza enfrente de Gaby y al lado de ella misma. ‘Gaby’ corrió y tomo el brazo de la imagen oscura de Alexander, riendo cuando verdaderamente tomo su brazo casi como si fuera real. Ambos sentándose sin decir nada, viendo a Gaby intensamente.

Oficialmente el momento era el más raro en su vida.

-¿Estas bien, Gabriel? ¿Recuerdas tu palabra de seguridad?- mascullo calmadamente su doctora. Gaby parpadeo y respiro profundamente, asintiendo, recordando porque hacia eso.

-Querías hablar con nosotros… ¿Por qué?- pregunto Alexander. Gaby noto que consolaba al otro chico, tocando casi con cariño la mano que tomaba su brazo. El ‘otro Gaby’ se encarámelo en su hombro, sonriéndole a Gaby y esperando la respuesta que Gaby no sabía cómo comenzar a explicar.

-Solo se sinceró, Gabriel… -aconsejo su doctora con una sonrisa alentadora. Gaby asintió y se dirigió a sus imágenes diferentes holográficas.

-Yo… he estado pensando en esto desde hace algunos meses… -comenzó, inseguro, robando repetidamente miradas a su doctora- …y he tomado una decisión. Yo no quiero que ustedes nunca más tomen posesión de mi cuerpo- dijo más seguro. La personalidad de él que era la más sensible gimió.

-¿Quieres deshacerte de nosotros?- sollozo. Alexander apretó sus dientes y tomo con mas seguridad la mano de ‘Gaby’, otorgándole una burlona sonrisa al Gaby real, congelándolo.

-Deja que termine, niño. Seguro tiene una grandiosa explicación para esto- susurro sin alejar su mirada de él.

-Es lo mejor para todos… A-Alexander- dudo Gaby un segundo antes de reponerse. –No quiero que ustedes asusten a mi hijo. ¿Qué sucederá si tú en particular matas a alguien en su presencia? ¡Yo no quiero eso!

-Sucederá lo mismo que cuando tú mismo lo hagas, Gabriel- corto Alexander bruscamente, con crueldad y enojo muy claro en sus ojos. –Esa criatura no es indiferente a tu verdadera naturaleza, esa que tratas de esconder tras una sarta de mentiras en tu vida perfecta- despotrico. –Mataras, conmigo o sin mi… pero dependerá de nuestra existencia que lo hagas o no por defensa propia… No olvides que estas vivo por nosotros…

-Alexander, por favor… -empezó Alma pausadamente, pero el chico solo la miro y señalo con brusquedad.

-¡Mantente al margen de esto, mujer! ¡Esta conversación no te incumbe!- le grito con una muy potente y feroz voz.

-¡Basta! ¡Ella me ha ayudado mucho, Alexander!- gimió Gaby defendiéndola. Alexander ahora lo vio a él con rencor.

-Nosotros también te hemos ayudado, Onii-chan… -susurro el pequeño chico aferrado a Alexander incluso durante su enojo. Todos lo vieron con sorpresa, notándolo triste y decaído, contrario a su normal alegre personalidad.

-Lo han hecho… Gaby… Pero eso fue en el pasado… -susurro Gaby lentamente.

-¿Y qué? ¿Ahora ya no nos necesitas?- gruño Alexander bufando. –Lo siento, lo olvidaba. “Ya no estamos en peligro, nunca mas estaremos luchando constantemente por nuestra vida”- repitió las palabras de Ayase en la mañana. Gaby exploto con furia levantándose con los puños apretados a ambos lados de su cuerpo.

-¡Cállate de una maldita vez, maldito! ¡No vuelvas a burlarte de mi hermano nunca más! ¡¿Me has escuchado?!- grito Gaby fuera de sí. Alexander retrocedió un poco en su asiento sorprendido, ‘Gaby’ solo suspiro.

-Onii-chan… ¿Qué pasara con nosotros?… Tú tienes todas esas cosas buenas… nosotros solo te tenemos a ti… -susurro el muchacho sin ver a nadie, soltando a Alexander y limpiando sus lágrimas. –No quiero que te enojes con nosotros… pero tenemos miedo. No queremos irnos… No queremos estar solos…

-Gaby… -mascullo Alexander en advertencia al chico, sin embargo este solo negó energéticamente con su cabeza aun baja. Su pequeño llanto era completamente audible.

-Él debe saberlo, Onii-chan. Tú siempre gritas, te enojas y peleas, eres fuerte por los dos, pero soy yo el que lo entiende más a él. Así que él debe saber también sobre nosotros. Debe saber que tenemos miedo y estamos preocupados por él y la pequeña mariposa que tiene…

-¿Te refieres a Hidehiko?- pregunto amable la doctora. ‘Gaby’ asintió sin verla, jugando con sus dedos encima de su regazo. -¿Por qué están preocupados, Gaby-san? Ya nadie los lastima…

-La amenaza siempre esta viva… Aun nos vigilan… -susurro.

-¿Quién?- jadeo Gaby con horror, sintiendo su mundo moverse rápidamente. -¡¿Quién?!- exigió con completo pánico. -¿Quién amenaza a mi hijo y esposo? ¿Quién quiere hacerme daño?

-¿No te has dado cuenta, Gabriel?- intervino Alexander calmado, algo triste. -¿Quién continuaría vigilándote?

-Eso es imposible… -respondió Gaby negando. –Él… esta en prisión… No puede tenerme… -sollozo, dejando caerse en el sillón comenzando a temblar sin control con la idea del Profesor llegando una vez mas a él… y su hijo.

-Por eso nos necesitas, Gabriel. ¡Entiéndelo! Te protegemos. No te hacemos daño alguno. No debes deshacerte de nosotros. –Alexander hizo ademan de levantarse, pero el otro chico lo detuvo jalándolo y viendo a Gaby directamente.

-Él no puede tenerte, Onii-chan. Tu elegido te protegerá.

-¡Gaby!- grito Alexander alterado, pero fue el turno de ese chico para levantarse, cruzar la habitación y reunirse con Gaby, poniéndose en cuclillas y mirándole con preocupación y cariño, apoyándose en sus rodillas sin ejercer peso.

-Si crees que esto es necesario, yo lo aceptare, Onii-chan. Solo quiero que seas feliz. Vive, sonríe, come dulces con la mariposa. Sé que eso ya lo haces sin nosotros, y es por eso que Onii-chan esta tan molesto y terco. –‘Gaby’ rio infantilmente viéndolo fijamente. -¿Sabes lo que pienso? Yo creo que puedes sobrevivir sin nosotros… Confió en que lo harás… Pienso que es triste, pero es también necesario… Ya… no nos necesitas… -logro susurrar el pequeño, notoriamente con complicación.

Mas allá Alexander parecía darse por vencido, dejando caer todo su peso en sus rodillas, apoyándose por sus brazos. Su presencia en general era de derrota, tristeza e impotencia. Su doctora solo parecía darle el espacio suficiente.

-Lo siento… -susurro Gaby sin saber que mas decir. El ser que compartía su nombre solo negó sonriéndole.

-Esta bien… Pasamos lindos momentos juntos, a pesar de todo. Nos quedaremos con eso… Porque Onii-chan y yo confiamos en que todo saldrá bien para ti… ¡Además, confió también en que de alguna manera no desapareceremos completamente! Somos parte de ti, Onii-chan… Incluso si nosotros ya no tenemos voz, seguiremos contigo… o al menos eso quiero creer… -musito tembloroso. –Mientras tú vivas… nosotros lo haremos de igual manera…

Alexander solo bufo y se levantó, cruzando sus brazos y evitando a todos mientras miraba sus pies.

-Yo solo espero y no seas un estúpido y seas capaz de defenderte correctamente. Después de todo tienes una razón para seguir adelante. Siempre la tuviste… Y ya no estas solo… -escupió casi enojado, viéndolo un segundo antes de desaparecer. Un sonido constante sonó en la pantalla con la doctora y ella lo atendió, ‘Gaby’ distrayéndolo a él de también ver eso.

-¿Puedes prometer estar a salvo?- pidió, elevando su mano a su mejilla sin tocarlo. –Yo solo quiero que lo estés, Onii-chan. Esa fue siempre mi meta… Por favor… Continúa como lo has estado haciendo. En los últimos años no me has necesitado, ni a Onii-chan… Por eso nos vamos… pero tengo que tener tu palabra de que seguirás así…

Gaby solo pudo observarlo anonado. El chico vio algo en su mirada, podía asegurarlo, y lo que fuera lo hizo sonreír y levantarse de un brinco, tomando sus manos atrás de su espalda y ladeando su cabeza.

-Siempre agradecí que fueras tan honesto y dependiente de nosotros, pero ahora me alegro de que solo tengamos lo primero de ti. Ya no necesitas de absolutamente nadie para seguir adelante, pero te apoyas en otros para tu felicidad y la de ellos. Eres estupendo, Onii-chan. Me alegro mucho y sin duda serás muy feliz… -rio, balanceándose un poco.

-¿No se supone no debes ser tan serio?- no se abstuvo de preguntar. El chico solo sonrió tristemente.

-Tú me necesitabas de esa manera, Onii-chan… pero ya no… Cuídate y cuida de las personas que te aman… Nosotros lo hacemos, pero debes seguir adelante. Vive y sonríe… solo eso, ¿sí? Hasta luego… -musito y despareció.

Otro sonido en la pantalla se agregó al que la doctora no logro parar. Ella grito algo, muy parecido a una maldición dicha muy rápida, antes de que la pantalla brillara fuertemente, se apagara y después volviera a prender. Gaby noto que la doctora lo miro con horror antes de que él perdiera el conocimiento.

Lo único que tenia por seguro, era que esos dos chicos que lo ayudaron a permanecer cuerdo, ya no estaban.

 

 

-¿Seguro que te encuentras bien? Puedo conseguirte un vehículo para que te lleve…

-Estoy bien, Doctora. Le agradezco mucho lo que hizo hoy… -reverencio Gaby hacia la inquieta mujer, verdaderamente agradecido por los años de consulta, comprensión y tranquilidad.

-Yo no hice nada… ellos solo… Bueno, de verdad insisto, Gaby-san. No puedo prever que tipo de efecto tendrá lo que ellos hicieron con la máquina. No creo que sea buena idea que vayas en eso solo hoy… -señalo su moto que volaba a más de trescientos kilómetros por hora. Gaby solo rio, negando.

-Fue un regalo de cumpleaños de Haruhiko, eso quiere decir que paso por un infierno de pruebas de seguridad. Estaré bien. Llevo el casco con aplicación de vuelo. Si sucede algo, esta cosa salvara mi vida con probabilidades del ochenta por ciento… -señalo su *collar tipo gargantilla, que a un cambio brusco en su viaje, se trasformaría en un casco que le podía salvar de violentos golpes graves y mortales en su cabeza.

-Aun no estoy de acuerdo… -negó su doctora firmemente. Él se levantó de hombros sin más.

-No tiene porque… Yo solo quiero tener un tiempo a solas antes de llegar a casa…

Su doctora quiso decir algo más, pero callo con lo último dicho. Ella solo suspiro dramáticamente y asintió, dándole su nuevo medicamento y despidiéndolo con algo de preocupación.

-Le mandare un mensaje cuando llegue. No preocupe, doc. ¡Y gracias!- exclamo ya estando en las autopistas. Ella le despidió con su mano aun en la elevada altura luciendo preocupada para él.

El viento despeino su cabello y movió su chamarra de pie. Su pantalón se ajustaba aún más a su cuerpo por la posición sentada e inclinada hacia adelante. Gaby sintió como su perforación en su oreja se atoraba en su cabello y aun manejando la moto la acomodo, distraídamente comprobando que no tenía ningún impedimento también en las otras tres perforaciones en su oreja izquierda.

Él logro tener cinco perforaciones, cuatro en el arco de su oreja, la última en su labio inferior del lado derecho, en forma de espirar y no demasiado grande. Haruhiko al conocer sus deseos de adoptar esas cosas de un planeta recién descubierto, le había puesto varias condiciones que él tuvo que aceptar. Valían la pena, después de todo.

Ante la sociedad podía ser un señor Usami, casado y con un hijo, siendo una de las personas más ricas en el mundo, pero en ese momento, en su moto y con sus demonios alejados, él ya era otro, solo un Chaton cualquiera que aun estaba en su búsqueda de descubrir todo lo que podía con su nueva libertad. La moto, ropa negra y ajustada y las perforaciones solo eran una prueba de que él estaba consiguiendo acercarse a lo que era.

Libre, en ese momento no importaba nada salvo zigzaguear entre los autos, acelerando y alejando sus lágrimas. Era un tiempo a solas, debía lograr tranquilizarse antes de llegar con su familia. Seguir adelante y cumplir la promesa que se hizo en realidad a si mismo, a través de ese otro Gaby…

 

 

-¡Padre!- grito una voz sobresaltándolo de su trabajo. Haruhiko se contuvo de farfullar cuando vio a su hijo saltando a su dirección, una hermosa y enorme sonrisa mientras abrazaba una bolsa pequeña de papel.

Su trabajo en tercera dimensión podía esperar. Aunque ahora que su pequeño lo asusto, debía empezar desde el principio. El modelo del edificio que estuviera haciendo, fue derrumbado como en un terremoto por su mano al sobresaltarse. Mínimo tenía en la maqueta holográfica como quedaría después de un fenómeno similar…

-Hola, pequeño ángel. ¿Cómo te fue con tu amigo?- pregunto, alzándolo y sentándolo en su regazo con él sentado detrás de su escritorio. Haruhiko volteo su mejilla para recibir el beso que siempre Hide le entregaba.

-¡Muy bien!- exclamó el pequeño después de saludarlo. Él elevo sus manos dejando su bolsa en el escritorio. -¡Ma-chan tiene el nuevo videojuego, padre! ¡Él jugó conmigo hasta que su mamá llego y nos regañó porque no habíamos comido nada!- rio traviesamente, tapando su sonrisa con ambas manos. Haruhiko solo negó divertido.

-Pequeño, debes alimentarte adecuadamente- le regaño suavemente, despeinando su cabello y acariciando en el camino sus pequeñas orejitas puntiagudas que lo señalaban como Chaton. Su hijo solo rio feliz por la acción.

-¡Es que el videojuego esta muy bonito, padre! No entiendo como Ma-chan lo tuvo tan rápido… -mascullo en berrinche.

-Los padres de Mahiro-kun estuvieron en contacto con la empresa en un proyecto lucrativo que… -Haruhiko paro cuando su hijo solo lo miro parpadeando sin entender. –Ellos tuvieron el juego antes de que saliera a la venta, pequeño… -simplifico con una sonrisa, pretendiendo tranquilizarlo. Su hijo solo asintió sin problema.

Hanata toco la puerta y entro. Ella llevaba varios documentos físicos y lucia cansada, jadeando un poco. Haruhiko se apuró en hacerla sentarse, preocupado por el embarazo temprano de ella.

Quizá era porque apreciaba a la chica, o porque había sido marcado con el propio embarazo de Gaby, pero ahora él no podía ver a su asistente tan ocupada en su estado. Si no hubiera la chica pedido su tiempo ya avanzado su bebé, Haruhiko la habría obligado por su bien, y el suyo propio.

-¿Padre, puedo jugar con la maqueta?- pidió dulcemente su pequeño aun en su regazo. Haruhiko asintió distraído, cambiando el archivo de su placa para darle un nuevo boceto a su hijo y que dibujara y creara lo que quisiera.

Su angelito era muy bueno dibujando y creando en tercera dimensión a su corta edad. Haruhiko estaba orgulloso.

Hanata aprovecho que Hidehiko estaba distraído tarareando feliz y dibujando para darle su trabajo. Las varias hojas rápidamente fueron atendidas entre los dos, su asistente elogiando a su hijo por el trabajo que estaba haciendo el pequeño Chaton con una casita en forma de plátano, con su cascara abierta por la mitad, apoyada cada parte de un lado para soportar la estructura. Era inocente y hermoso a la vez.

Haruhiko en determinado momento olvido su trabajo y comenzó a darle consejos a su pequeño, que feliz cumplía y movía sus delgados dedos en la placa electrónica. Con Hanata anexándose, los tres construyeron una pequeña ciudad rodeando la casa-plátano.

Hide reía por la casita pequeña y ecológica de Hanata cuando el brazalete personal de Haruhiko sonó. Él estaba sonriendo y distraído por los argumentos infantiles de su hijo diciendo que la idea de la mujer era aburrido, por eso cuando contesto la llamada no noto que era su padre.

Solo la semana pasada habían ido a comer a la casa de Akihiko todos juntos, así que le sorprendió muchísimo que su padre llamara. Además el hombre se supone estaría en viajes de negocios y él usualmente no metía cosas personales en esos casos… O al menos no era así unos años atrás.

Haruhiko se excusó, levantándose y bromeando con su asistente en que no debía contradecir al alcalde de la pequeña ciudad. Hanata oculto su sonrisa y asintió, pretendiendo estar triste porque su casita fuera desechada.

¿Cómo dos profesionales adultos habían terminado cumpliendo órdenes de un pequeño Chaton de dos años?

-Buenas tardes, padre. ¿Cómo se encuentra usted?- Haruhiko pregunto formalmente a su padre en un mundo muy lejano.

-¡Excelente! Tuve la fortuna de encontrar ese juguete que Hide-kun me pidió la última vez. Fue mucha la suerte de encontrarlo justo en este viaje. Regresare justo en su cumpleaños- sonrió el hombre feliz. Haruhiko muy lejanamente se sintió mal por arruinar la emoción de su progenitor.

-Lo lamento, Tenchou, pero nosotros no estaremos para esa fecha. El regalo de Hidehiko es un viaje fuera de Celes… Yo también tengo algunos viajes de trabajo, pero tengo el día libre y lo pasaremos allí…

Aunque dejaba de lado que él lucho mucho por ello. Su trabajo era importante, y también lo eran esos viajes. No podía faltar a ellos, así que cambio eso a un viaje familiar con su hijo que no había salido del mundo. Haruhiko cumpliría la promesa que le hizo, y cumpliría con su trabajo los otros días. Difícil, pero podía lograrlo.

-Oh, vaya… Entiendo. Bueno, no me queda de otra que esperarlos. Le entregare entonces su regalo- asintió Fuyuhiko.

-Hide agradecerá una llamada ese día… -susurro Haruhiko algo incómodo.

-¡Por supuesto!- exclamo Fuyuhiko feliz, casi luciendo como otra persona diferente. Eso podía lograr su pequeño Chaton. –Entrégale mis saludos también a Gaby-san. Su tarta del otro día gusto mucho a mis socios…

-Mi esposo estará complacido de escucharlo- asintió Haruhiko, de nuevo incomodo.

A Gaby solo le tomo unos meses acercarse tanto a Fuyuhiko. Él era el primero en aceptar que Gaby era muy dulce y amable, capaz de ganar el favor de cualquiera. Haruhiko lo aceptaba, pero aun no le terminaba de gustar que su padre y esposo coincidieran tanto. Lamentablemente aun le faltaba un poco para olvidar como lo hizo su pareja.

Su padre pareció entender sus pensamientos. Su expresión cayó un poco y lucio arrepentido, desviando su mirada de la pantalla de video llamada. Sus ojos incluso luciendo tristes.

-Lamento que esto aun sea incomodo, Haruhiko. Estoy haciendo todo lo que puedo por redimirles lo que cause en mi ignorancia. Gaby-san es muy gentil al darme la oportunidad. Sé que sin él yo no tendría esta posibilidad…

Haruhiko no dijo nada. No había nada que decir, era la verdad. Aunque consiente por un pequeño Chaton que estaba en crecimiento y aprendizaje, Haruhiko sabía que sus pensamientos no eran buenos. Debía dar él también lo máximo para otorgar un buen ejemplo a su pequeño ángel.

-Haruhiko… lo siento… -suspiro su padre, sacándolo de pensamientos. –Yo creí que hacia lo correcto contigo, pero ahora puedo ver que me equivoque. Ese Chaton puede y sea más joven que yo, y no tuviera la educación que yo, sin embargo él me ha demostrado claramente lo que se necesita para ser un buen padre. Tú también, Haruhiko. Estoy agradecido de que Hide-kun no sufra por algo similar…

Fuyuhiko suspiro y cerró los ojos, al abrirlo lucia abatido, casi en el pasado.

-Cuando conocí a tu madre yo de verdad la llegue a amar, Haruhiko. Espero y algún día lo entiendas. Mi esposa era otro caso, ambos obligados por nuestros deberes… Si insistía con tu madre… nada bueno habría ocurrido. Así que mantuvimos esa relación, naciste tú y Akihiko y entonces todo cambio… Yo ahora tenía que ver por ambos… No podía permitir que cualquier cosa les sucediera. Mi mayor temor había sido que les faltara algo, así que me sumergí en el trabajo sin darme cuenta que en el proceso los perdía a ustedes… -su padre rio amargamente antes de hacer un gesto despectivo con su mano. –Yo había estado más afectado por la muerte de tu madre para verlos a ustedes o a mi esposa. Ella se fue con su amante, y yo me quede con ambos, tratando de entender que hacer ahora. Y luego Akihiko dijo eso sobre su criadora, confiando y amándola como si fuera su madre, todos viéndome a mí con desprecio y burla… El que Akihiko se fuera y esa Chaton muriera fue mi limite. Ya solo te tenía a ti y no te podía perder… Lamento si mi pánico a quedarme solo te lastimo, Haruhiko…

-¿Por qué me está diciendo todo esto?- pregunto Haruhiko cuando su padre continúo en silencio abrumador.

-¿Por qué? No lo sé… Tal vez es solo que no quiero que cometas mis mismos errores, Haruhiko. Te veo feliz, esforzándote por darles todo a ellos… intentando hacer todo perfecto. Yo en mi mente creí hacer todo eso, y falle dañándolos. No creo soportar ver esa mirada en tu familia, Haruhiko. Y la Diosa Ai me salve, pero tampoco quiero ver así al chico de Akihiko ni su familia… Por lo que se, el hijo del hermano Chaton de Misaki-kun es amigo de Hide-kun, ¿cierto? El mundo es pequeño… No quiero que nadie pague por los errores que alguien solo puede cometer…

Un ruido amortiguado de risitas sonó atrás de Haruhiko, claramente audible para Fuyuhiko. El hombre sonrió reconociendo la risa de Hidehiko, luciendo repentinamente aliviado y consolado, sonriendo tranquilamente.

-Doy gracias que no seas igual que yo, Haruhiko. Puedo verlo en cada intento que haces por volver del trabajo para estar con ellos, al cuidarlos y asegurarte que sepan que los amas. Me enorgulleces, hijo… -susurro honesto. Haruhiko se quedó sin palabras mirándolo con sorpresa.

En toda su vida Haruhiko se esforzó por siempre lograr lo máximo, al principio lo hizo para obtener la aprobación de su padre, después fue toda la sociedad en general. Él recibió halagos, sonrisas y felicitaciones, pero muy pocas fueron verdaderas. Su padre siempre pidió más de él, de sus logros, metas y títulos, nunca pareció contento. Solo faltaba que Haruhiko dejara de buscarlo para escuchar esas palabras que tanto anhelo en su infancia.

Podía ahora ser amargo y un poco cruel, pero igual se sintieron especiales.

Ninguno dijo nada, solo se miraron en silencio profundamente. Del lado de su padre alguien le recordó que tenía una cita próxima, así que se despidieron apresuradamente, sin mencionar nada de lo anterior, como si hubiese sido una charla normal. Sus ojos desmintiendo eso, viéndose en los de Fuyuhiko incluso el indicio del llanto.

Haruhiko rio un poco afectado cuando sintió delgados brazos abrazarlo por su cintura, a Gaby sosteniéndolo como si lo necesitara. Él siendo demasiado estúpido para aceptar que precisamente necesitaba de su amante.

La terquedad no le duro cuando recordó esas tres palabras tan especiales. Su cuerpo temblaba un poco y se sentía completamente abrumado, adormecido, débil. Solo el abrazo de su esposo lo mantenía en pie.

-Mi padre me dijo que estaba orgulloso de mí, Gaby… -mascullo, su tono a sus oídos inseguro. Gaby solo asintió.

-Lo escuche, amor.

Lo único que pudo hacer Haruhiko fue abrazarlo con propiedad, enterrando su rostro en su cuello, acercándolo aún más, sintiendo en sus manos la piel suave y cara de su chamarra de piel un poco caliente por venir del sol de la tarde. También era que Gaby mismo era calor, amor y ternura. Todo lo que alguna vez logro pedir en sueños.

Haruhiko no sabía que había hecho en el pasado, pero él obtuvo mucha suerte con su esposo. Ahora era feliz a su lado, con su hijo… Todo iba bien en su vida.

-Te amo, Gaby… -susurro sin saber porque, pero lo necesitaba. Gaby soltó una risita que hizo eco con la de su hijo bromeando con Hanata en la oficina.

-Yo también te amo, Haruhiko… -devolvió su hermoso ángel antes de ponerse en puntillas para besarlo. Sus suaves labios reconfortándolo, llenándolo de más calor y tranquilidad. Un simple gesto como rozar sus labios juntos reafirmando el gran amor que los unía aun y cada día aumentaba más.

Con Gaby y su hijo no necesitaba esforzarse por años por un simple par de palabras. Con ellos el más insignificante gesto era recompensado.

Ya no le tenia rencor a su padre, solo era un poco incómodo. Sin embargo lograría lo mejor para no dañar a nadie.

Tal vez lo hiciera en nombre de su padre… Haruhiko aun no lo sabía…

 

 

-Vete a bañar, cariño… -pidió Gaby distraídamente a su pequeño hijo que se dejó caer en el sillón de la sala. Hide protesto un poco pero aun así se levantó y corrió a su habitación. Gaby suspirando se sentó donde su hijo estuviera.

La sincera platica de Haruhiko y su padre aun estaba en su mente. Él no había querido escuchar, sin embargo no encontró momento para disculparse y entrar a la oficina, provocando que escuchara hasta la última confesión, sorprendiéndose y agradeciendo que Fuyuhiko fuera completamente honesto con Haruhiko. Su esposo lo merecía después de todo lo que paso.

-Mayer, toma- le dijo su hijo extendiendo una bolsa pequeña que había tenido desde el trabajo de Haruhiko.

-¿Qué es, tesoro?- cuestiono Gaby curioso, mirando de reojo el interior.

-¡Un regalo! Casi olvido dártelo- rio infantilmente y movió de un lado a otro su pequeña colita rubia. –Te lo manda un amigo. Él me encontró cuando esperaba a la mamá de Ma-chan para que me trajera. Dijo que te conocía y me pidió que te lo entregara. Dijo que era muy importante- enfatizo, su dulce sonrisa inmune a la expresión de miedo de Gaby.

-¿Quién…? ¿Quién te lo dio, Hide? ¿Cómo era?

-No lo sé. Él llevaba una capa negra, así que no vi mucho… ¿Pasa algo, Mayer?- pregunto angustiado el Chaton, acercándose y tomando la mano de Gaby que temblaba al igual que todo su cuerpo.

-Hide… pequeño… ¿Qué te hemos dicho de tomar cosas de extraños?… Tú no debes…

-Perdón… -susurro Hide bajando la mirada triste. –Pero él dijo que era amigo de Mayer, y tenia una muy linda mirada y sonrisa, así que pensé que…

-¿Sonrisa?- repitió Gaby confundido, sus pensamientos paranoicos calmándose un poco.

-¡Sip! Él parecía muy feliz al hablar de Mayer. Sus ojos verdes brillaban mucho.

¿Quién conocía Gaby con los ojos…? ¡¡No podía ser!!

-Vete a bañar, Hide. Anda…

Su pequeño pareció sorprendido por el cambio de actitud de Gaby, pero asintió aun con su sonrisa y se marchó con un pequeño saltito. Gaby espero hasta que desapareció antes de abrir la bolsa con prisa. En el interior solo había un pequeño cilindro que Gaby inmediatamente supo que era.

Él se levantó tambaleándose hasta llegar al pizarrón electrónico que manejaba toda la casa. Gracias a su deseo de ver cada poco tiempo la grabación que le dejaron sus padres, Gaby consiguió una aplicación especial para poder reproducir ese tipo de contenido. Daba especial gracias por eso cuando Gaby introdujo el pequeño dispositivo e inmediatamente esa nueva grabación desconocida se mostró.

Gaby cayó sin fuerzas en el sillón enfrente del pizarrón. Su cuerpo comenzó a temblar viendo en la gran pantalla a los que fueran su familia anteriormente. A todos sus compañeros Chaton que había creído muertos.

Maki, Ryouta, León y Mary… Todos ellos se supone habían sido asesinados a manos de los cómplices del Profesor.

-Fecha de grabación, el tercer aniversario de la liberación de los Chaton. Lugar, Celes. No necesito mencionar los nombres de los presentes. Tú ya nos conoces, Gabriel…

-Sempai… -gimió Gaby tapando su boca. En la grabación, Ryouta, el joven Chaton un año menor que Gaby, de igual cabello rubio pero ojos dorados, solo rodo los ojos y escondió su sonrisa. León y Mary, ambos gemelos e inseparables, veían al frente con una intensa mirada, casi como si de verdad Gaby estuviera ahí delante de ellos.

-No hay ningún tipo de truco. De verdad somos nosotros. No fallecimos…

-Por supuesto que no… -negó Gaby riendo en voz baja, su vista borrosa por las lágrimas.

Debió saberlo. Cuando Haruhiko le dio la fatal noticia el primer mes cumplido que ellos habían estado en el viaje estelar que duro cuatro años, Gaby había estado tan destrozado que no pensó con lógica. Era su sempai de quien hablaban, el que paso casi treinta años al lado del Profesor, siendo su asistente y Chaton preferido. Tantos años en el infierno no los pasas sin aprender una o dos cosas.

Maki no sería tan estúpido para dejarse matar, no cuando estaba en juego la vida de esos tres Chaton que no tenían “dueño” que los protegiera como había sido el caso de Ayase y Gaby.

-Lo que piensas es correcto… -hablo su sempai en la grabación, haciéndolo sonreír. Era evidente el Chaton adivinaría sus pensamientos incluso meses antes de entregar el mensaje. –Cuando el Profesor huyo, todos sabíamos que no se daría por vencido. En especial con mi caso. Tuve que fingir mi muerte… -sonrió carente de sentimientos.

-Irónicamente, en el primer mundo donde sempai huyo, estaba yo… -rio Ryouta, también sin diversión, pero su mirada era mas dulce y amable. –Me comunico lo que sucedía y yo también hice los arreglos correspondientes…

-A nosotros nos ayudaron unas Señoras, ambas nos ocultaron y siguieron el ejemplo de sempai sin saberlo. Hicieron todo por protegernos en el mismo Celes. Gracias a eso pudimos sobrevivir en paz hasta el juicio en que por fin tuvimos también la protección de Celes- sonrió Mary, la única que conservaba su calidez, alegría y fe en la gente.

-Te vimos a ti y a tu Señor, Gaby… No nos necesitabas… -negó León, también con la misma especial sonrisa de su hermana. –Así que cuando sempai fue por nosotros ya todos siendo libres y con el… Profesor fuera de juego… Bueno, ¿para que interrumpir tu paz? Ahora nosotros, para la fecha en que veas esto, estaremos muy lejos.

-Esta es la despedida definitiva… -susurraron a la vez y con el mismo sentimiento Maki y Gaby.

Gaby lagrimeo un poco y rio. Aun no podía creer que lo que veían sus ojos era verdad. Era todo tan irreal, viéndolos a salvo y sanos, juntos y con un futuro libre.

Fuera de Celes, ellos tendrían protección y la ventaja de lograr ser extraños. Muchos Chaton obteniendo su libertad pensaron lo mismo y la población en el mundo disminuyo. Los mundos pertenecientes a los Planetas Amigos y otros tantos amables con la raza pero sin pertenecer a la alianza, les dieron la bienvenida, prometiendo que los cuidarían y respetarían como las nuevas leyes en Celes indicaban.

Sus compañeros estarían bien. A su manera lograrían sobrevivir y recuperarse de sus demonios. Si no murieron en el infierno pasado, no lo harían con las secuelas. Gaby confiaba en ello.

Así que verlos ahí, reunidos, con evidentes sentimientos predecibles después de tanto en sus ojos… Era tan…

Gaby comenzó a sollozar fuertemente, escuchando vagamente que su sempai relataba donde habían estado todos. Él Chaton mayor siempre evito hablar del futuro, probablemente protegiendo a Gaby en el caso de que lo atraparan con fin de saber dónde se esconderían. Era en cierta manera mejor que Gaby no supiera donde estaban.

Con la aparición de esa grabación, Gaby ahora estaba completamente seguro de que aun corría peligro. Todos ellos aun estaban en amenaza mientras el Profesor continuara con vida.

-Solo no olvides que ya nunca estarás solo, Gabriel- dijo Maki, de nuevo leyendo sus pensamientos de esa especial manera única de él. –No estarás solo nunca, joven, así que no pienses cosas estúpidas. Nosotros aunque lejos, siempre te protegeremos. Y… tú tienes un muy lindo pequeño que depende de ti.

Su pequeño ángel… Por supuesto. Maki siempre pudo solo entregar el paquete en la puerta de su casa, o mandarlo a través de alguien mas a sus manos, pero su sempai tuvo que ver y hablar con Hide. Casi podía ver la promesa en sus ojos al platicar con su hijo y jurar en silencio también protegerlo.

-¿Ahora entiendes porque dije que nunca serias libre, jovencito? Siempre estarás atado a la responsabilidad de cuidar de alguien. Siempre te protegerás a ti mismo, y después… están esas dos personas importantes para ti.

-Le hicimos la misma pregunta a Ayase-Nii-san… -susurro Mary un poco triste. –Le ofrecimos estar con nosotros, pero él también acepto su destino como tu… Vi en los ojos de ambos que son felices, así que nosotros estamos de acuerdo. Nuestros corazones están unidos, así que nunca los abandonaremos. Te quiero, Onii-chan…

-Cuídate mucho, y cuídalos a ellos… -susurro León sonriendo, dándole una reverencia breve con su cabeza.

-No seas estúpido y no dejes que él gane. Siendo feliz es como te vengas del Profesor, Gaby-nii- asintió Ryouta y formo su mano derecha en un puño sobre su corazón. Gaby hizo lo mismo inconscientemente.

-Cuando logre calmarse todo serás plenamente recompensado. Solo dependerá de cuan paciente eres para que eso llegue. Por el momento… y tal vez para siempre. Adiós… -musito Maki y la grabación acabo.

-Hasta luego… -respondió Gaby temblorosamente, confiando en su corazón que solo era una despedida momentánea.

 

 

Llegando de noche, cansado y molesto por haber tomado mas tiempo en llegar del trabajo, Haruhiko miro a todos lados buscando a su pequeña familia incluso si sabía que era demasiado tarde. Grande su sorpresa al entrar en la sala y encontrarlos plenamente dormidos, Gaby con Hide en su regazo, protegiendo su sueño en un relajado abrazo. Lo habían tratado de esperar despiertos.

Haruhiko sonrió caminando para encontrarse con ellos, teniendo especial cuidado para no despertarlos. Una parte de él estaba irritado de que su hijo durmiera sin su cuento que Haruhiko siempre le leía, pero suponía era predecible por la hora y que su pequeño no soportara.

Con suavidad tomo a su pequeño Chaton en brazos, tratando de no despertar a ninguno de los dos. Exhalando viendo a Gaby dormir, Haruhiko se llevó a Hide a su cuarto, metiéndolo en su cama en forma de burbuja, con varias características especiales que ayudaban con la delicada salud de su hijo.

Lo arropo, bajo la iluminación y espero unos minutos para ver si no despertaba y se asustaba por estar en un lugar diferente. Su hijo solo se dio la vuelta, abrazo un pequeño conejo que le había regalado Doumeki y volvió a dormir profundamente, abriendo un poco su boca y luciendo encantador.

Confiado en que no despertaría hasta el día siguiente, Haruhiko se marchó y entrecerró la puerta, caminando en silencio hasta llegar a la sala, esperando también llevar a su pareja a la cama. En realidad no se sorprendió cuando dos hermosos y brillantes ojos azules le miraron directamente cuando llego a la sala, lo que si llamo su atención fue que esas lagunas estaban algo tristes y un poco hinchados, como si hubiera llorado.

-Hoy fue un día muy pesado… -solo dijo Gaby extendiendo un brazo para que Haruhiko fuera a su lado. Él no dudo y se sentó a su lado, acercándolo para abrazarlo y besar una de su sien.

-¿Quieres hablar de ello, ángel?

-No ahora… Solo quiero que me hagas el amor…

Haruhiko no pudo evitar reír un poco. Gaby sin esperar respuesta se subió a su regazo y comenzó a besarlo, rodeando su cuello con sus brazos y devorándolo en un claro gesto desesperado. Por alguna razón su esposo quería asegurarse de su unión con la intimidad, y Haruhiko nunca le negaría ese derecho.

Lo beso, obligándolo sutilmente a trasformar el beso desesperado en algo más apasionado y lento. Pronto tuvo a Gaby derritiéndose en su contra, moviéndose seductoramente y olvidando su miedo.

-Haruhiko, por favor…

El sonido indecente y necesitado lo excitaron sorpresivamente rápido. Tomo la parte trasera de su cabeza y lamio su cuello, dejando que Gaby mismo se desnudara. Sus manos siguiendo el recorrido, pellizcando suavemente sus pezones, acercándolo por su cintura, tomando con propiedad su erección y acariciándolo con un ritmo marcado que solo años de convivencia le enseñaron la velocidad perfecta.

Gaby se estremeció y gimió en voz baja, consiente que a solo un par de metros su hijo dormía. La mayoría de sus lamentos los ahogo en la boca de Haruhiko, apenas llevando un beso decente por su placer.

Los movimientos sensuales, sus labios exclamando con éxtasis su nombre, su rostro arrugado de placer y sonrojado. Haruhiko no pudo soportar mucho y en un rápido movimiento lo tiro al sillón, abriendo sus piernas y acomodándose en medio. Gaby solo pudo sorprenderse por unos segundos antes de tapar su boca y dejar que Haruhiko lo probara con sus labios y lo preparara con su mano libre rápidamente.

Su amante se retorció, rasguño la piel cara del sillón, espasmos lo asaltaban salvajemente y aun con su boca tapada sus gemidos eran claros.

Haruhiko inundado en lujuria lo miraba y se enterraba lentamente en su cálido y estrecho interior. Gaby solo lo abrazo fuertemente, mordiendo su hombro con saco que aun no se quitaba Haruhiko. Ambos suspirando y mirándose intensamente cuando de nueva cuenta se convirtieron en uno.

-Te amo, ángel. Te amo… -susurro Haruhiko con pequeños jadeos al comenzar a moverse. Gaby asintió con los ojos brillosos, ya fuera de satisfacción o al sentirse abrumado por los sentimientos.

-Yo también… yo también, Haruhiko… -gimió en su oído, acercándolo más a su cuerpo. Haruhiko beso su rostro, su cuello, sus hombros, sus manos en su cadera solo lo sostenía mientras se mecía en un ritmo acompasado.

Podía sentir por la cercanía el calor de su cuerpo más pequeño, su rápida respiración, el sudor comenzando a aparecer. En sus ojos veía el amor y deleite. Todo el gesto y cualquier acción de nueva cuenta le expresaban claramente los fuertes sentimientos de Gaby que correspondían a los suyos.

Gaby lo beso y con ello fue suficiente para que Haruhiko se perdiera en su dulzura y cuidado. Aumentando sus embestidas, llevando una de sus manos entre ellos para tomar su excitación húmeda. Haciendo todo en su conocimiento para volverlo loco, llevándolo con él al alto pico que Haruhiko rápidamente estaba alcanzando.

Ambos tensándose y sin separarse alcanzando el ansiado clímax.

Haruhiko permaneció largo rato sosteniéndolo, calmando su agitación. Gaby simplemente se acomodó y pareció dormitar a momentos, sin embargo nunca lo dejo de abrazar, incluso su larga colita rubia se enredó en su brazo para no permitir que se separaran.

-Vamos, ángel… Vamos a la cama… -le susurro, pero Gaby ya estaba dormido.

Y de nueva cuenta Haruhiko se vio llevando a alguien en sus brazos, limpiándolo, cuidándolo y arropándolo en la cama. Contrario a su pensar años atrás, eso no era molesto, era simplemente satisfactorio ver por alguien de esa manera tan especial y privada.

Sonriendo como idiota, Haruhiko se preparó a sí mismo para dormir, metiéndose en la cama y abrazando a su Chaton que en sueños naturalmente se acercó a él y lo rodeo con sus brazos.

Unos momentos después, Hide despertó llorando y gritando.

-Tranquilo, iré yo… -alivio Haruhiko a su sobresaltado esposo. Gaby lo miro un segundo antes de asentir, reprimiendo un bostezo.

Haruhiko encontró a su hijo en mitad del pasillo, estrangulando a su conejito que abrazaba, llorando y corriendo hacia su habitación. Él se apresuró a abrazarlo y calmarlo ahí mismo, odiando profundamente las pesadillas que su hijo algunas veces tenia. Gaby y él sospechando que eran a causa del enlace que Hide desarrollo en el embarazo y que inevitablemente causo que algunos de los miedos de Gaby se pasaran al niño.

Triste, pero no podían hacer gran cosa que no fuera apoyarlo.

-Tengo miedo, papi… No quiero dormir solo… -gimió su hijo apretándolo sin fuerza suficiente para hacerle daño, pero su llanto si lo hizo. Haruhiko rápidamente lo alzo y abrazo, caminado de regreso con Gaby.

-Tranquilo, pequeño ángel. Estas a salvo. Mayer y yo te protegemos. Nada te sucederá… -susurro acariciando con gentileza su espalda, su hijo aferrándose a él y escondiendo su rostro en su cuello como algunas veces Gaby hacia.

Al llegar a la cama ambos se encargaron de abrazar y proteger a su hijo poniéndolo en medio. Los dos abrazándolo y susurrando lograron que su presencia lo calmara y en cuestión de minutos volviera a dormir, ya mas tranquilo pero sin separarse de ellos y su conejo.

Gaby y Haruhiko se miraron en silencio. Gaby negó y alejo pensamientos tristes, sonriéndole y estirándose con cuidado de no despertar a Hide lo beso. Haruhiko sonriéndole en respuesta, acercándose más a sus dos personas especiales que se acurrucaron y con confianza en que estaban a salvo, durmieron.

Haruhiko aun no sabía que demonios había hecho bien para tener tanta suerte, pero nunca se lograría quejar. Al contrario, siempre lucharía con cualquier cosa que atentara con la felicidad de su familia.

Porque ellos estaban juntos, felices y sanos, y era lo único importante. Lo demás podían superarlo juntos.

 

 

¿Cuánto le había costado a Kenyon Lees planear su fuga de la prisión mas poderosa del mundo de Celes? Era un tanto divertido que esos años de planeación, uso de todos sus recursos y fuentes no sirvieran de nada.

Ahora estaba ahí, libre, ni una alarma que anunciara que él, uno de los mayores prisioneros con cadena perpetua, se escapaba. Sin embargo, en la camioneta que lo habría llevado a la libertad, todos sus últimos aliados dispuestos estaban muertos. Dos Chaton cerrándole el paso para que él se fuera. Uno de ellos era el producto de sus investigaciones. El Chaton fue concebido por su decisión, poseyendo un poder inigualable que ni el mayor brujo del universo derrotaría.

La otra Chaton era también producto de Kenyon.

Él sonrió de lado mirando más allá a Marianne. Ahora lo entendía todo.

Esa maldita Chaton fue su único fatal error en su vida, la única que demostró que él no tenia todas las rutas claras y que aún faltaba investigación para lograrlo.

Pero ya no tenía tiempo. El Chaton delante de él sollozo y saco un arma de láser, mirándolo con aquellos ojos tan exquisitos llenos de odio y promesas.

Distraídamente, pensó si el hijo de Marianne tendría esa mirada, aunque una muy consiente parte de él sabía que Gabriel necesitaba más para lograr sus fines. Lástima, había sido un excelente y casi perfecto sujeto de prueba.

Vino el disparo y observando solo el desenlace de sus experimentos lo inundo la oscuridad. Su último pensamiento fue la diversión porque Marianne no sabía que su hijo de hecho estaba vivo y tenía su propia familia.

Estúpidos Chaton. Él de alguna manera incluso en el final ganaba y ellos no lo sabían.

 

 

FIN.   

 

 

Notas finales:

*Aclaracion: Este invento de hecho se esta realizando. Yo solo escribi lo que recorde sobre ello :3

 

¿Yo olvide aclarar algo, solucionar un problema en la historia? No duden en decirmelo en los comentarios como ultima cosa con esta historia~

Y no, no olvido explicar ese ultimo trozo de informacion~ (?)

 

**Vamos, que el malo de la historia, El Profesor, logro escapar de prision con planes de volver a sus andadas, pero Marianne, madre de Gaby, queria venganza. Asi que ella vigilo en las sombras. Al ver que escaparia fue a detenerlo. Grande su sorpresa al encontrar a otro Chaton ahi...

El que da por fin muerte al Profesor no es otro que, el hijo producto de las investigaciones del Profesor. Es como Hidehiko, salvo que sus padres si murieron. Es por eso que cobra venganza.

Lo malo es que Marianne no sabe que Gaby esta vivo. Ese dia que pretendio recuperarlo, el Profesor hizo ver que Gaby habia muerto, del mismo modo que hizo que Gaby creyera que sus padres murieron. Evidentemente los tres viven, pero ninguno lo sabe~ **

 

Pretendo continuar con esa ultima trama especial en la historia de Hidehiko con su pareja... (Si, habra fic de eso, pero sera en muuucho tiempo. Lo siento xD)

Espero esten al tanto >w<

 

 

Y bueno, literalmente este es el final de esta pareja.

¿Que falta que ya no haya escrito?... ¿Ya les dije que son maravillosos, que les agradezco su tiempo, sus comentarios y fidelidad?

¡Me hicieron tan feliz durante todo este tiempo! 

De verdad... gracias *reverencia*

 

Eso es todo. El Sabado pasado se cumplio un aniversario mas de que los Chaton lograron su libertad... y yo aun no me creo el apoyo que recibi por esta loca idea.

Solo puedo pedirles, si puede, quieren y me hacen el honor, esten atentos a nuevos proyectos.

¡Los quiero mucho! Espero volverlos a leer.

Cuidense mucho... Y nada. Que mas historias lindas sigan desarrollandose con final feliz.

 

Christal Celeste PM.
28/08/2014. 4:43pm, Jueves.


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