Capítulo 7:
-…La familia Isaka ha intentado entrar en nuestra familia desde hace mucho. De hecho en cierta manera esperábamos unirnos cuando presentamos a Haruhiko con Ryuuichirou de niños… -se lamentó Fuyuhiko siguiendo su propio tren de ideas ignorando las reacciones de sus acompañantes.
-¿En serio?- susurro Mizuki con voz débil.
-Nosotros no pusimos mucho en eso- aclaro rápido el mayor de los Usami. –Y cuando Ryuuichirou rechazo repetidamente propuestas dejamos el tema. Solo le tomo unos pocos meses anunciar su relación con su secretario. Bien por él si está feliz con esa relación que trajo a su vida muchas cosas buenas…
-¿No pensaba mínimo pedir mi opinión?- susurro estoico Haruhiko mirando si apenas a su padre.
-Claro que si, Haruhiko. Pero esta decisión es lo mejor…
-¿Para quién?- mascullo irritado.
-¡Para todos! Ambas familias saldrán beneficiadas… Ve a Mizuki y Kaoruko- señalo distraído al hombre a su lado. –Su matrimonio fue bien y ha traído muchas ventajas para nuestra familia.
-¡Espere, Fuyuhiko!- pidió alterado Mizuki, su sorpresa y enojo tan grande que se olvidó del honorifico que siempre utilizaba con su jefe y familia. –Mi matrimonio con Kaoruko fue por amor, no por conveniencia.
-Claro, hijo, claro- calmo Fuyuhiko, pero Haruhiko pudo ver que eran mentiras sus palabras. Mizuki también lo observo.
-¿Me está diciendo que de no haberse enamorado de mí, Kaoruko aun habría sido obligada a casarse conmigo?- pregunto el chico elevando poco a poco su voz. -¿Y si no paso, que? ¿Kaoruko sería la esposa de otro hombre con un gramo de importancia empresarial, Fuyuhiko?
-Cálmate, Mizuki- pidió lentamente Fuyuhiko con expresión paternal. –Nadie está diciendo eso. Como dijiste, tu matrimonio fue por amor y eres un joven con un futuro prometedor…
-¡Oh, claro!- exclamo histérico Mizuki elevando ambos brazos al aire. –Ya entiendo. Si hubiese sido un tipo cualquiera, sin familia acomodada y una brillante mente que saco a su proyecto de Trina adelante, simplemente no hubiesen dejado que Kaoruko fuera mi esposa, ¿cierto?
Fuyuhiko no cambio expresión viendo al hombre que farfullaba y se expresaba con las manos, eso solo encendió aún más a Mizuki, que amaba con toda su alma a su esposa embarazada y la cuidaba con fervor.
-Solo veo por el bien de mi familia… -simplemente repuso Fuyuhiko con voz tensa. Eso rompió por fin a Mizuki.
-¿Y el sentimiento de amor no le significa nada, Fuyuhiko?- grito el hombre. -¿Solo le interesa que las personas tengan buenas referencias, importante linaje… que su inteligencia logre dinero? ¡Le tengo una noticia, Fuyuhiko, el dinero no lo es todo! Un matrimonio así nunca funciona…
-Mizuki… -advirtió Fuyuhiko claramente ofendido.
-Nunca el amor solo se dará, Fuyuhiko… No cuando dos personas son obligadas… ¡No le iba a suceder a mi Kaoruko! ¡¡No puedo creer que estuvo a punto de entregarla a alguien que ella no amara!! -Mizuki tomo una respiración profunda para tranquilizarse. Cuando lo hizo miro con una sonrisa amarga a Fuyuhiko. –Ya veo de que hablaba Kaoruko cuando me explico porque no frecuentaba a su familia…
-Eso no es…
-No, Fuyuhiko. Usted no puede ir solo por la vida imponiendo cosas solo porque usted cree que es lo mejor. Puede y tenga mérito al querer hacer todo eso por amor, pero es la forma incorrecta. ¡Solo está haciendo daño de esa manera! Solo espero y no se dé cuenta de eso demasiado tarde… -termino por decir, dándole una negativa con su cabeza y volteándose para irse tristemente.
-Mizuki, no he terminado de hablar… -exigió Fuyuhiko, pero Mizuki solo tuvo atención para Haruhiko.
-Es tu decisión. ¿Quieres seguir lo impuesto por otros, dejarlos satisfechos y tu ser infeliz, o por una vez en tu vida ser feliz al tomar tus propias elecciones y seguir a tu corazón?
Haruhiko vio con una luz totalmente diferente al hombre retirarse. Fuyuhiko hizo ademan de seguirlo, sin embargo al final lo dejo ir, sus ojos duros y opacos de enojo.
Un silencio tenso se expandió al momento en que ambos se quedaron solos. Los reclamos que Haruhiko nunca dijo se colaron a la oficina y lo bombardearon, reclamándole todo lo que se guardó por hacer feliz a su padre.
Al final Mizuki tenía razón. Haruhiko siempre termino callando y tenía posición, influencias y dinero, pero al regresar a casa se encontraba solo y sin una buena razón para desear llegar en las noches… O al menos ese fue el caso hasta que por fin hizo algo por cuenta propia y se encontró siendo renuente a ir al trabajo, todo por el deseo casi agobiante de quedarse con la bella y dulce compañía de su ángel.
Y sin pensar demasiado, la decisión fue tomada con la perfecta mirada de Gaby en la tarde después de que le pidiera lo llevara a casa, pareciendo casi suplicante a la idea de que Haruhiko no lo dejara solo.
-Mizuki ya lo dijo… -susurro serio Haruhiko caminando hacia su silla detrás de su escritorio.
-Haruhiko, entiende que…
-No me casare, padre. No al menos con esa mujer… -añadió, sin poder soportar la mentira en su boca sobre rechazar el matrimonio con la persona correcta.
-¿Entonces eso quiere decir…?
-No quiere decir nada- interrumpió Haruhiko cruzando sus dedos encima del escritorio, viendo sin expresión ni sentimiento a su padre. –No me casare ni dejare mi puesto a la cabeza de esta empresa. Ellos me necesitan…
-¡Tienes que ser el heredero! Debes volver a tus responsabilidades verdaderas y hacer una familia para lograrlo- exclamo alterado Fuyuhiko.
-Tengo un deber con este lugar, padre. No me puede pedir que simplemente tire todo el trabajo que he hecho hasta ahora. No es como si fuera a dejar a cualquiera a cargo y olvidarme…
-Haruhiko…
-Además… -volvió a interrumpir Haruhiko parando la exaltación. -¿Por qué la prisa? Usted no se retirara ahora…
-Eso no es lo que importa, Haruhiko…
-No le veo el sentido a tenernos en la compañía si en realidad no somos necesarios- corto Haruhiko volteándose a su pizarra electrónica. –Usted y yo sabemos que hasta que usted se retire cualquiera puede hacer lo que yo estaba realizando. Y es evidente que Akihiko no regresara…
-Akihiko tiene que regresar… -mascullo colérico Fuyuhiko, sus ojos ardiendo pero su expresión no cambio mucho.
-Hable con él, padre… -sugirió Haruhiko, siendo cretino.
-Hare eso y lograre que Akihiko asuma su responsabilidad con su familia… -amenazo serio Fuyuhiko retirándose hecho una furia.
-Suerte con eso… -susurro Haruhiko mirando a la nada. –Una familia… ¿eh?
Gaby sintió el cambio en la cama y abrió sus ojos. Los números rojos del reloj holográfico decía que era de madrugada, pero él podía decir que Haruhiko apenas estaba llegando para dormir.
Con vergüenza que en mucho no sentía, Gaby fingió estar medio dormido y se acercó solo un poco más al hombre. Este permaneció quieto un minuto antes de atraer a Gaby y abrazarlo. Sin importar si quería ocultarlo, un suspiro satisfecho abandono sus labios y se acomodó mejor en el rico y reconfortante calor.
-Duerme, ángel… -susurro suavemente Haruhiko acariciando sus orejas encima de su cabeza. Gaby aun adormecido rio bajo y lento.
-¿Por qué me llama así? Soy todo menos un ángel…
-Eres uno… No importa que pienses, Gaby.
-Lo que usted diga… -sonrió Gaby y se envolvió más en el protector abrazo.
La noche paso y una vez más Gaby durmió profundamente y sin contratiempos. Él había querido pasar toda la mañana en la cómoda posición, pero su sueño se vio interrumpido más temprano de lo que debía.
-¿Señor?- llamo esta vez sí medio dormido. Haruhiko lo miro y le regalo una pequeña sonrisa antes de inclinarse y besarlo suavemente en su frente.
-Lo lamento, aún tengo trabajo…
-Pero ayer volvió muy tarde, y hoy se va dos horas antes… -se quejó, viendo al hombre que solo negó.
-No se puede ignorar… -susurro antes de levantarse. Gaby inmediatamente echo de menos su presencia.
-En un momento estará su desayuno… -prometió Gaby reprimiendo un bostezo. Haruhiko levanto una ceja volteando a verlo apresurado.
-No hay necesidad, Gaby. Duerme un poco más. Comeré algo en la oficina antes de terminar el papeleo.
-Ah, pero… -dudo Gaby levantándose un poco de la cama. Haruhiko endulzo su normalmente fría expresión y acomodo los mechones de su cabello desarreglado.
-Lamento no desayunar contigo. Prometo apurar mi deber y llevarte a almorzar a donde desees, ¿de acuerdo?
-¿A dónde quiera?- se ilusiono sin querer Gaby haciendo que sus ojos brillaran de emoción. Haruhiko asintió tranquilamente y se sentó de lado en el colchón.
-Correcto, así que descansa y arréglate en la tarde. Mandare a Hanata por ti cuando llegue el momento…
-¡Gracias, señor!- sonrió Gaby. Haruhiko lo observo en silencio por un largo tiempo antes de atrapar su boca en un suave beso. Sin que diera ninguno en ello, ellos comenzaron a abrazarse en un sensual beso que empezó a calentarlos.
Gaby perdido en el gesto solo siguió sus deseos, sentándose en el regazo del hombre mientras se inclinaba para profundizar el beso, jugando con la traviesa lengua que lograba hacerlo gemir sin separarse. Haruhiko solo lo tomo con gentileza por su cintura, jugando delicadamente con la colita rubia de Gaby que se movía tranquilamente.
Solo hasta que su respiración falto y se hizo pesada Gaby se alejó, mas no dejo de rodear al hombre que lo miraba casi con cariño y cuidado. Una excitada mirada abrumadora lo miro intensamente haciéndolo sonrojar como pocas veces.
Él solo gimió y se aferró a los fuertes hombros cuando Haruhiko pasó la punta de su lengua por su delgado y desnudo cuello. Un escalofrió recorriendo con rapidez su cuerpo y una necesidad desesperada naciendo de la erótica caricia en uno de sus puntos más sensibles.
-Lle… llegara tarde… -recordó con voz temblorosa y débil. Haruhiko solo atrapo con sus dientes parte de su cuello.
-Ahora solo importas tú, Gaby… -susurro roncamente Haruhiko en su oído con lujuria. Gaby se entregó libremente al frotar lentamente en el guapo hombre su creciente excitación, animado por el lento recorrido del húmedo apéndice que bajo a sus sensitivos hombros.
-Haruhiko… -gimió Gaby consiente de que su compañero disfrutaba de su nombre sin más. Su recompensa fue un suave rose en su erección totalmente atenta.
-Siéntate- ordeno firme Haruhiko deteniendo sus movimientos. Gaby curioso y sorprendido cumplió y permaneció quieto a horcadas en sus piernas. Su mirada atenta en los ojos oscuros y calientes no dio en lo que Haruhiko hacía con sus manos. No lo hizo hasta que el empresario tomo su dispuesto eje y lo acaricio con firmeza.
-¡No! Ah… Haruhiko… mmm.
Haruhiko solo sonrió de lado y lamio sus labios jugando con él un segundo antes de volver a reclamar su boca. Gaby solo se perdió en el enloquecedor contacto, volviendo a la realidad cuando escucho los gemidos conjuntos de Haruhiko y algo que se rozaba con él diferente a una decidida mano.
Los ojos de Gaby se abrieron en sorpresa y entusiasmo al ver a Haruhiko flotar ambos penes al mismo tiempo, haciendo exactamente todo correcto pasó para llevarlo a la locura.
Gaby casi curioso como un novato llevo su mano al lado de la de Haruhiko, otorgando inseguros toques que solo lograron excitar más a Haruhiko, a juzgar por la pérdida de control y devorarlo en un salvaje beso que robo sus pensamientos. Al final Gaby solo se sujetó y dejo que Haruhiko arrancara su máximo placer sin más ayuda, alcanzando su propia culminación momentos después, acompañando la blanca liberación de Gaby con la propia en su mano y parte de sus abdómenes.
-Voy a llegar tarde… -se lamentó Haruhiko casi como un niño regañado, dejando caer su sudada frente en el hombro de Gaby. Él rio divertido y cansado.
-Se lo dije…
Haruhiko en su oficina y acompañado de su leal asistente, Hanata, termino por firmar el último de los documentos físicos que vinculaba su empresa a un contrato de cuatro años con una empresa universal. El trabajo lo había aceptado casi sin pensar, pero examinando el proyecto admitía que se veía atrayente y próspero. Lamentablemente requería de viajes constantes fuera de Celes, cosa que Haruhiko no se podía plantear en ese momento. Tendría que pensar detenidamente a que empleado competente podía dar el trabajo.
-¡Haruhiko!- exclamo desesperado y algo suplicante Ryuuichirou desde la pantalla de video-llamada. Haruhiko continúo ignorándolo a medias dándole los papeles a su empleada. -Créeme, demonios. Yo no sabía acerca del matrimonio arreglado. Mi padre solo insistió a que fuera mi prima a la boda, y yo tenía la cabeza en otra parte para luchar con eso…
-Gracias… -le dijo Haruhiko a su asistente. -Ve por él y el choche. Saldré en unos minutos… -Hanata reverencio y se retiró manejando la pantalla holográfica de su brazalete. Haruhiko habría querido ir personalmente por Gaby para almorzar, pero tenía que terminar la plática con Ryuuichirou. -¿Sabías acerca de los planes de juntarnos?
Ryuuichirou mostro una expresión agria, delatándolo culpable. Haruhiko quería empezar a maldecir.
-Lo sabias… -afirmo en un susurro.
-Lo sospechaba- aclaro Ryuuichirou mirando un punto lejos de la pantalla. -Mi padre insistía mucho en que te frecuentara cuando éramos niños. No pensé mucho sobre eso, tan solo deje que las cosas sucedieran cuando de verdad empezamos a ser buenos amigos y nos llevamos tan bien…
-¿Por eso te asegurabas tanto de aclarar que solo éramos amigos?- cuestiono ausente Haruhiko, recordando esa extraña actitud de chico y que él había notado y simplemente ignoro.
-No quería que se hicieran tontas conclusiones- se levantó de hombros. -Haruhiko, juro que yo nunca pretendí nada. ¡Rayos, yo estaba incluso divertido de que ellos nos inclinaran a tener ese tipo de relación! Estaba muy seguro en ese tiempo que mi padre y el tuyo gritarían a los cielos si nosotros decidíamos juntarnos con alguien del mismo sexo…
-Al parecer mi padre aún cree eso… -menciono Haruhiko casi divertido.
-Oh, claro. Te iba a casar con una mujer, ¿no? Es extraño que alguien tan influyente en el diverso Celes piense de esa manera… Ya olvide la última vez que alguien dijo algo negativo acerca de ese tipo de relación… A mí me va bien con eso- desvarió Ryuuichirou jugando con sus sortijas. Una sonrisita adorno su boca, seguro recordando su matrimonio. -¿Y tú, Haruhiko? ¿Cómo te va?
Haruhiko se apoyó en su silla e inclino un poco hacia atrás. Su mente una vez más lejos con su ángel.
-Mañana vence nuestro contrato… Él logro reunirse con su compañero y los médicos parecen optimistas de encontrar en este mes la pieza final para desarrollar una cura…
-¿Y?- exclamo desesperado Ryuuichirou, cerca de ser molesto. -¿Qué has decidido? ¿Planeas dejar que se vaya solamente sin antes confesarte?
Haruhiko permaneció en silencio jugando con el recuerdo tan especial de la mañana. Él se había visto arrastrado a entregarse a sus deseos, poseyendo por unos minutos el cuerpo de su Chaton que simplemente se entregó con pasión y seguridad. Su bella sonrisa complacida con la promesa de salir a comer… El anhelo y rendición cuando Haruhiko por fin dejo la habitación llegando tarde a la oficina.
-Dios, Haruhiko… Estas perdido… -gimoteo exageradamente Ryuuichirou, su sonrisa burlona creciendo cuando Haruhiko lo vio con una ceja levantada. -Perdidamente enamorado. Rendido a los pies de ese chico que aún cree que eres tú el que tiene el control… -añadió, riendo ruidosamente.
Haruhiko vio de soslayo la seña de Hanata indicándole que Gaby ya estaba esperándolo afuera. Bien, pues no planeaba soportar más los molestos modos de su amigo de infancia.
-Me pongo en contacto contigo más tarde… -comento Haruhiko levantándose de su lugar.
-Haruhiko… -llamo serio Ryuuichirou antes de que cortara la comunicación. -Haz algo por tu felicidad y quédate a su lado. Ese chico es increíble si logra hacerte tan feliz como nunca te he visto…
-Nos vemos, Ryu… -susurro Haruhiko retirándose, la pantalla apagándose automáticamente. Él oculto su duda con el sonriente Gaby y lo escolto afuera, poniendo un brazo alrededor de sus hombros. Su alma tranquilizándose con la animada conversación del chico que amaba.
Gaby paro de hablar cuando sintió un leve dolor en su pecho. No había sido muy fuerte para alarmarlo, pero lo suficiente para que lo advirtiera. Acostumbrado a que ese tipo de cosas últimamente le sucedieran muy seguido, escuchó atentamente a su dueño seguir con la plática, ignorando su pasajero malestar.
Gabriel no sabía si el hombre era consciente de la pasión con la que abordaba el tema de su trabajo en su exitosa compañía, mas sin en cambio él no podía dejar de quedar cautivado por eso.
Haruhiko era muy serio, a simple vista parecía indiferente de su entorno y emociones, sin embargo profundizando y pasando tiempo con él, Gaby dio en lo realmente entregado que era el hombre con las cosas que valoraba, tales como su trabajo que empezó desde abajo y ahora daba frutos satisfactorios. Haruhiko incluso parecía un padre orgulloso al decir que uno de sus empleados logro un premio muy importante y el pronto tenía que viajar al mundo Claridad para asistir a la ceremonia de entrega.
-…Será una visita muy rápida, teniendo en cuenta el cambio de horario. En Celes solo serán un par de minutos… -Haruhiko paro de hablar cuando la atractiva mesera llego con su comida. Gaby aparto irritado la mirada cuando la mujer le sonrió coquetamente al empresario. Su único alivio y gusto fue ver que Haruhiko la ignoro olímpicamente.
-Claridad es un mundo muy avanzado, ¿cierto?- menciono Gaby queriendo olvidar a la ofendida chica que se retiró después de dejar los platos.
-Lo es, aunque no tanto como Celes. Claridad siempre está compitiendo en el desarrollo científico, pero su mezquindad siempre logra que entorpezca sus movimientos. Sin embargo su mundo es muy grande y bello…
-He escuchado que es más o menos diez veces más grande que Celes- sonrió Gaby levantando su tenedor con comida.
-Mucho más- rio Haruhiko relajado. -Celes es un mundo muy pequeño en realidad. Solo un puñado de planetas son menores que el nuestro…
Gaby sonrió tímidamente respondiendo a la mirada. Él bebió de su copa de agua solo por hacer algo para disimular su sonrojo por la encantadora y sensual risa. Era tan escasa y preciosa que Gaby se encontraba queriendo escucharla todo el día en privado.
-Me gustan los anillos… -susurro Gaby continuando la conversación. Él dio con el hecho de que fue ambiguo cuando Haruhiko lo miro curioso. Gaby rio nervioso expresándose con la mano. -Los anillos de Claridad. Menciono que es mucho mayor el tamaño del planeta que en Celes, y yo solo estaba pensando que los anillos le dan mucha ventaja sobre eso…
-Eso no tiene que ver- negó divertido Haruhiko también bebiendo de su copa. -Y sus anillos no son tan impresionantes, en todo caso.
-¿Habla en serio?- se sorprendió casi ofendido Gaby. -¡Son tan grandes y de un bonito plateado!- exclamo infantil.
-Los de *Darkness eran más bellos, lamentablemente el mundo dejo de ser habitable muy rápido…
-Sí, eran lindos… -cedió Gaby recordando las imágenes que alguna vez vio. -Cualquiera es bueno, supongo- decidió descuidadamente viendo su plato. -Sí, me gustan los anillos… -sonrió Gaby.
-¿Entonces qué te parece que te compre uno?- pregunto Haruhiko con una pequeña sonrisa en sus ojos.
-¡¿El de un planeta?!- gimió Gaby asustado.
-Uno para tu mano- aclaro en blanco Haruhiko.
Oh, claro. Comprar los anillos de un mundo no era posible… Que tonto.
-Ah, pero no es necesario… -exclamo después Gaby cuando regreso al significado de lo que había dicho Haruhiko.
-Deja que haga eso… Puedo pensar en un *Ópalo, Tanzanita o Topacio… Esas piedras preciosas te quedarían bien…
-¡En serio no es necesario, señor!- replico Gaby desesperado, pero Haruhiko no le ponía atención sumergido en sus propios pensamientos.
-No… una Espinela azul quedaría perfecta para ti… -susurro Haruhiko terminando por verlo. -Su significado se acerca mucho a ti, además… quedaría en armonía con tus ojos- añadió con dulzura. Gaby se convirtió en un punto rojo.
-Yo… no sé qué decir… -farfullo nervioso.
-No es necesario que digas nada. Solo espera un par de días y te lo daré…
Gaby guardo silencio mientras seguía con su comida. Él incluso no volvió a hacer platica o mirar a Haruhiko. Su total mente ya estaba repleta del hombre como para seguir viéndolo.
Haruhiko había prometido algo muy peligroso. Decir que en unos días volverían a frecuentarse suponía una gran duda si el hombre solo no decía más, como era gran costumbre. Él solo decía verdades, pero nunca aclaraba nada. Gaby quería darse de golpes en la cabeza por no pedir explicaciones más precisas.
¿Que Haruhiko dijera eso significaba que todavía podía quedarse por unos días más? A él no se le había pasado que su contrato estaba a horas de terminar.
Y si Haruhiko le permitía eso. ¿Cuánto se quedaría? ¿Bajo qué circunstancias?… ¿O solo Haruhiko decía eso porque planeaba visitarlo de vez en cuando a donde quiera que Gaby tendría que ir?
Su pecho comenzó a doler por el pensamiento de alejarse. Gaby había creído estar preparado para esa idea, pero al parecer no estaba ni remotamente enterado de cuanto dolor le causaría alejarse de la bondad y suavidad con la que Haruhiko siempre lo trataba. Sus dulces y cuidadas palabras, en todo momento teniéndolo en espera de una nueva sorpresa que para el hombre parecía nada y simple.
-Gaby… -llamo en un susurro Haruhiko. Él lo miro sorprendido, notando que Haruhiko se había levantado de la silla y se inclinaba apoyado en la mesa. –Estas sangrando de la nariz…
-¿Lo estoy?- Gaby levanto la mano y la llevo a su nariz. Efectivamente al verla estaba manchada de sangre. Su respiración se hizo pesada, sin embargo, Gaby estaba seguro que no era porque tenía miedo. –Algo… algo me está pasando… -logro susurrar agitado.
-¡¿Gaby?!- solo exclamo Haruhiko antes de que el chico se levantara y cayera inconsciente. -¡¡Gaby!!
A Haruhiko no le importo donde estaba, él solo corrió al encuentro con su ángel antes de que tocara el suelo. Logro lastimarse la pierna por su prisa, pero sostuvo a Gaby antes de que terminara cayendo. Su cuerpo inerte y sus ojos cerrados lograron asustarlo como semanas atrás no lo hacía.
-Gaby, cariño… Despierta… Despierta, por favor. ¡Despierta!
-¿Señor? ¿Necesita ayuda?- llego preguntando un mesero notoriamente preocupado. Haruhiko desesperado lo vio sin soltar a su Chaton.
-¡Llama a una maldita ambulancia rápido!
-En seguida…
Haruhiko no miro si se cumplía su orden, el solo volvió a su ángel y lo acuno con cuidado en sus brazos temblorosos. Él tuvo que cerrar los ojos para calmarse y no empezar a gritar llorando.
-Vamos, Gaby. Despierta, ángel… Aun no te puedes marchar… Debes acompañarme a Claridad… Te gusta viajar a otros mundos, ¿verdad?- Haruhiko rio con pánico, empezando a mecer al pequeño. -¡Y aun te debo tu anillo! Y un lindo cascabel… Un nuevo contrato… Decirte la verdad… Gaby, por favor…
-Señor, debe soltar al Chaton… Déjenos hacer nuestro trabajo…
-Por favor, señor Usami… -Haruhiko a su apellido levanto la mirada borrosa. Dos paramédicos con uniforme le miraba apremiándolo. Haruhiko volvió a ver el demacrado rostro de su Chaton antes de entregarlo.
-Por favor hagan algo… Él ya ha estado enfermo…
-¿De qué?- pregunto uno de los paramédicos mientras el otro acomodaba a Gaby en la camilla especial. Haruhiko sin dejar de verlo acerco su brazalete a sus labios, susurrando el nombre de su médico de cabecera.
-¿Señor Usami?- llamo el paramédico, pero Haruhiko no le hizo caso viendo cómo se llevaban a Gaby.
-¿Señor? ¿Algo ha pasado?- inmediatamente dijo su médico cuando contesto la llamada.
-Gaby se desmayó, doctor… -informo Haruhiko, empezando a controlarse al decirlo y mirar al paramédico que entendiendo no interrumpió. –Se lo están llevando a urgencias…
-¿En qué hospital, señor?
-Hospital General Universal numero dos- aclaro el paramédico rápidamente.
-Hospital General Universal número dos, en el sector cinco- añadió Haruhiko tomando después una necesaria respiración.
-Allí lo veré, señor. Que no le den ningún medicamento nivel siete y ninguna intravenosa. Es fundamental que no lo hagan, puede interferir con el medicamento que ya le administramos si no tienen un cuidado apropiado y especial.
-Así será- aseguro el paramédico logrando escuchar. El apuesto chico unos pocos años menos que Haruhiko se apresuró a alcanzar a su compañero que sacaba del lugar a Gaby aun en la camilla que ahora flotaba levemente del piso.
-No tardes- pidió Haruhiko a su médico antes de también salir corriendo para ir con Gaby. Él no se separaría nunca de su bello ángel, no a menos hasta que el Chaton supiera sus sentimientos y lo rechazara con todas sus palabras.
-Debiste estar demasiado asustado para llamarme… -susurro Ryuuichirou al lado de su esposo, tratando de distraer a Haruhiko que veía a través de la ventana en la habitación privada de Gaby.
-¿Estará bien?- pregunto tranquilo Kaoru mirando de reojo al Chaton dormido.
-Lo estará, solo fue un susto… -suspiro Haruhiko quitándose los lentes para descansar un poco sus ojos.
-Mínimo de algo ayudara, ¿cierto?- pregunto divertido Ryuuichirou, leyendo como siempre los pensamientos de Haruhiko.
-¿Necesitara algo?- interrogo el secretario. Haruhiko negó mientras Ryuuichirou veía a su pareja.
-¿Solo han pasado semanas de nuestra boda y ya estas coqueteando enfrente de mí?- exclamo Ryuuichirou aparentemente insultado.
-Dime como ofrecer ayuda al señor Usami es coquetear…
La respuesta de Ryuuichirou fue interrumpida por el pequeño gemido de dolor de Gaby. Haruhiko dejo al matrimonio y corrió al encuentro con su ángel, estirándose para tomar su pequeña mano. Los ojos de Gaby aletearon y momento después se abrieron, viéndolo aturdido con aquel azul impresionante e intenso. La duda y un poco de miedo visible.
-¿Señor?
-Tranquilo… Todo está bien.
Gaby pareció dudar un poco. Su vista se fue al amable agarre de Haruhiko y su expresión se suavizo, asintiendo lentamente mientras devolvía el gesto y cerraba los ojos, tranquilizándose.
-Los dejaremos solos… -musito Kaoru tomando la mano de su amante para llevarlo con él. Ryuuichirou le sonrió de lado a Haruhiko y logro acercarse un poco a él para hablarle.
-Ahora o nunca. Habla claro y sincero con él, Haruhiko. Actúa con el corazón, torpe.
La habitación modesta, blanca y esterilizada permaneció en silencio cuando ellos se quedaron solos. Gaby continúo con los ojos cerrados, pero era evidente que no dormía. Era más que estaba pensando y acomodando sus ideas en orden. Después del asombro por despertar en un hospital inesperadamente seguro necesitaba un momento de pensamiento.
Haruhiko no soporto más. El recuerdo de lo que horas antes lo tuvo casi derrumbándose lo obligo a hablar. Sus ideas solo fueron libres al mismo tiempo que Gaby lo decía.
-Quiero que te quedes…
-Quiero quedarme más tiempo…
Hanata Alice suspiro al momento de terminar por fin su trabajo. La luna en alto y el silencio casi agobiante le decía que ya era tarde, pero ella acostumbrada a ese irregular horario no se alarmo. Después de todo nadie la esperaba al terminar la jornada laboral.
Ella no se quejaba, en realidad. Muchas personas matarían por tener el honor del que ella gozaba. Y Hanata misma estaba satisfecha, aunque tal vez un poco triste por no encontrar una persona adecuada para disfrutar lo que tanto le costaba conseguir día a día.
La esperanza no estaba perdida tampoco, solo había que ver a su estoico jefe. El hombre por un momento dio signo de permanecer por toda la vida solo, simplemente logrando escalar el nivel para llegar a ser el mejor en su trabajo, sin embargo un Chaton simplemente llego y saco lo más amable y escondido de Usami Haruhiko, haciendo al empresario más feliz y accesible de lo que Hanata en años de conocerlo, nunca había logrado ver… y en parte pensar que existía.
Era bueno ver al hombre de esa manera. Hanata estaba muy feliz, de hecho. Su jefe era una persona muy amable y seria, siempre dando lo mejor de sí para no defraudar a nadie, incluso llegando a dañarse a el mismo. Que tuviera a alguien que lo quisiera y cuidara su corazón era lo mínimo que merecía.
Y el Chaton Gabriel era el indicado. Parecía que Dios creo a ambos, los puso en extremas circunstancias solo para que entre los dos se ayudaran de una especial y especifica manera que solo el otro lograría. Era una perfecta pareja.
Ella sonrió mientras se levantaba. Solo esperaba que sus pensamientos sobre ellos dos juntos también estuvieran en la cabeza de los hombres, porque ella podía jurar que ninguno aún se daba plena cuenta de sus mutuos sentimientos. Lo cual era tan estúpido. Cualquiera con atención podría dar en ello por cómo se miraban o como terminaba transformándose el alrededor cuando estaban juntos.
Se amaban, pero eran torpes en decirlo. Era graciosos en cierta medida viniendo del exitoso heredero Usami.
-Sonreír solo da miedo- rio Doumeki Ren entrando en su campo de vista. Ella lo miro entre sorprendida y enojada.
-¿Qué haces aquí tan tarde?
-Entrego un informe. El señor me dijo que lo entregara en cuanto estuviera listo, y como algunas veces aún está aquí a estas horas… -desestimo dejándole la información con varios niveles de seguridad. Hanata miro el paquete y un instinto le obligo a meter los documentos en el espacio escondido e imposible de acceder de su escritorio. Ahí estaría a salvo a manos ajenas de Usami y ella misma.
-El señor no está. Su Chaton está enfermo…
-¿Esta bien Gaby?- se preocupó Doumeki. Hanata había olvidado que ellos terminaron siendo amigos de una extraña manera.
-Por lo que se, sí. Mañana mismo en la mañana será dado de alta.
-¡Que conveniente!- exclamo feliz una voz ajena y extraña. –Mi Chaton regresara justo cuando lo necesito…
Hanata logro ver a Kenyon Less por unos segundos antes de que Doumeki se pusiera enfrente de ella. El hombre sonriente sin complicación disparo a Doumeki en un parpadeo, haciendo que eficazmente este cayera al suelo.
-Ahora, preciosa. ¿Llamas o yo lo hago?- pregunto con una cruel sonrisa el hombre apuntándole a ella también.