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¿Salvando o siendo salvado por un Chaton? por christalchii268

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Notas del capitulo:

Hey~ 

Un capitulo muy... curioso.

Disfruten .w.

*les da una almohada para que la estrangulen*

Capítulo 8:

 

Gaby tuvo que morderse los labios para no dejar salir una risa nerviosa. El momento era importante y debía mantenerse serio, pero la expresión de Haruhiko era divertida.

Estaba seguro que ambos tuvieron que retroceder para entender que dijo el otro. El silencio lo decía.

-Mínimo no vamos a batallar mucho con esto… -susurro Haruhiko, evidentemente tratando de aligerar el tema.

Gaby asintió y desvió avergonzado la mirada. Decir que estaba sorprendido por la petición de Haruhiko era un eufemismo. Él había estado tan seguro de ser rechazado que por poco sucumbió a la tentación de preguntarle de nuevo que había dicho.

-Gaby, habla conmigo… -pidió suave Haruhiko tomando su mejilla. Gaby logro sonrojarse aún más con la tierna expresión que lo miraba con cuidado. –Deja de pensar por ti solo. Pregúntame y deja de guardar todo…  

-Tan fácil, ¿no?- musito amargo entre dientes. Al darse cuenta de su desplante gimió en voz baja cerrando los ojos.

Le pidió a Haruhiko que lo mantuviera un poco más, pero su actitud solo estaba asegurándose de que el hombre se diera cuenta en realidad de la mala idea que era eso. Debía de pensar más y dejar de actuar con emociones. Eso nunca traía buenos resultados a Gaby.

-No estoy diciendo que sea fácil, simplemente que sería más conveniente de esa manera. Últimamente me he estado dando cuenta que hablar puede darte ventajas… -termino susurrando de manera misteriosa. Gaby lo miro de reojo antes de apartar la mirada y dejar salir un pequeño e imperceptible suspiro.

Era imposible que Gaby dijera todo lo que tenía en la cabeza. Haruhiko solo sabía lo que había hecho, pero nunca se enteró lo que Gaby pensaba de eso. Las cosas estaban bien sin que el hombre conociera sus más íntimos pensamientos.

-Quiero que permanezcas siempre conmigo, Gaby… -declaro serio Haruhiko mirándolo. Gaby se encontró congelado viéndolo fijamente. –Quiero que estés a mi lado todos los días. Quiero dormir a tu lado, despertar contigo, desayunar siempre que pueda o salir a comer juntos. Quiero que me acompañes a viajes y que descubras todo lo que desees a mi lado. Quiero que solo seas tú y no me trates como un amo, solo como un compañero. Te quiero, Gabriel…

Gaby lagrimeo un poco, sintiendo la verdad y calidez de la petición. Sus labios empezaron a temblar con su desesperada aceptación, sin embargo el aire le empezó a faltar y él supo que no era por su emoción.

-¡Gaby!- exclamo Haruhiko inclinándose más hacia él. -¿Debo llamar al doctor?

Él solo cerró los ojos apretando sus dientes para no gritar. Su pecho se sentía como si algo muy grande le impidiera hablar cuando más lo quería. El tiempo se acababa y Gaby no quería que se le arrebatara justo en ese momento.

Haruhiko jadeo un poco y se levantó, seguro para ir por ayuda, pero Gaby sujeto la mano del hombre deteniéndolo.

-Yo… yo q-quiero… -gimió entrecortado.

-Tranquilo, no tar…

-¡No!- grito Gaby apretando más su mano. –No te vayas… ¡Yo no quiero irme! Yo… yo quiero estar contigo… siempre…

-Lo estarás, Gaby. Lo estarás… -susurro Haruhiko regresando para darle un suave beso en su frente. –Luchare con lo que sea porque estemos juntos, ángel. Pueden quitarme lo que sea, excepto a ti.

Gaby asintió desesperado, su respiración ya nula mientras se entregaba a la oscuridad que por fin lo reclamaba.

 

 

Haruhiko pasó sus manos por su rostro. Los diversos sonidos del hospital estaban estresándolo. Todo lo estaba haciendo mientras Gaby estaba siendo intervenido en el quirófano.

Una simple infección pequeña e insignificante en cualquiera estaba destrozando los pulmones de Gaby. Si él se hubiera desmayado en el departamento mientras Haruhiko trabajaba el chico habría muerto… Rápido, sin aviso ni dolor.

-Deja eso o te lastimaras… -regaño Ryuuichirou llegando a su lado y sujetando sus manos maniáticas.

-No le he dicho todo, Ryu… No pudo haberse acabado tan rápido el tiempo, ¿cierto?

-Relájate, Haruhiko. El pequeño te necesita cuerdo y estoico. ¡No te derrumbes!

Haruhiko asintió repetidamente cerrando los ojos, aferrándose a los recuerdos tan especiales junto a su ángel. A la promesa de estar por un largo tiempo juntos y su disposición a compartir esa dichosa vida a su lado.

Era en cierta parte irónico como las cosas habían cambiado. De estar en una fría y solitaria vida a aferrarse a un futuro maravilloso que estaba en peligro. Haruhiko deseando que todo pasara otra vez si con eso tenía a Gaby a salvo y en sus brazos. Si con eso se le permitía ser feliz por una vez en su vida.

-¡Doctor!- exclamo Haruhiko al ver a su doctor de cabecera. El hombre lucia cansado pero sereno. Eso era bueno, ¿cierto?

-Todo está bien. Logramos, en palabras simples, detener todo daño y el chico estará bien. No puedo entrar en mucho detalle porque yo no soy especialista en Chaton. Dentro de poco vendrá el doctor de Gabriel y le informara mejor. Yo solo quería tranquilizarlo, señor…

-Entiendo, gracias doctor… -susurro terriblemente aliviado Haruhiko.

-Tengo que ser franco, señor. Si no encontramos pronto la cura, temo que la salud del joven solo empeorara. Su sistema está muy débil frente a infecciones mínimas como esta… Es preocupante…

-No sabe cómo decir el orden de las cosas… -se lamentó cruelmente Ryuuichirou. El doctor lo miro ceñudo, pero Haruhiko estaba sumergido en pensamientos.

-¿Gaby va a tener que pasar tiempo en el hospital?- pregunto sereno Haruhiko, aunque la idea no le hacía feliz.

-No, señor. No es necesario gracias a los avances de Celes. El Chaton solo debe venir una vez a la semana a consulta. También vamos a tener que necesitar implantarle temporalmente un Revisor Médico. Cualquier cosa que este mal y sea básico, el aparato nos lo informara. –El medico suspiro y miro muy seriamente a Haruhiko. –Debo añadir señor, que usted va a tener que estar más atento del chico. Debe estar en todo momento acompañado de alguien que vea su conducta o síntomas, y al mínimo traerlo a emergencias. Cualquier cosa puede ser fatal.

Haruhiko cerró los ojos retirándose hacia la cercana silla de la sala de espera. Dejándose caer escondió su rostro entre sus manos mientras maldecía el rumbo que estaba tomando todo.

Ahora su precioso Chaton iba a tener que cuidarse de todo, teniendo cuidado de su persona, lo que comía, e incluso lo que hacía. Haruhiko no lo conocía lo suficiente, pero podía decir muy seguro que el Chaton odiaría interiormente ese tipo de vida impuesto, aunque fuera por su propio bien.

¿Por qué simplemente el destino no se apiadaba de ellos y los dejaba ser felices sin mayor complicación?

No solo tenían que luchar con la naturaleza de Chaton de Gaby, sino también de lo que se le había enseñado, de lo que había vivido y lo que pensaba erróneamente. Las propias personalidades de ambos, sus distintas mentalidades e inseguridades…

-¿Puede traer un calmante suave?- pregunto Ryuuichirou preocupado por Haruhiko. El doctor asintió retirándose.

El secretario y esposo de Ryuuichirou le extendió un vaso de agua que Haruhiko ignoro, sintiéndose cansado y derrotado de la nada. Él solo quería despertar de esa locura y encontrarse en su cama, con once años, entonces tomaría decisiones diferentes a las que hizo en ese crucial momento de su vida. Quizás de esa forma tendría la vida perfecta parecida a la de Akihiko, el que parecía feliz con cada acción que tomaba, sin importar lo loca o drástica que fuera.

No, Haruhiko debía ser sincero consigo mismo. Lo que él en realidad buscaba era que Gaby tuviera una vida simple, feliz y tranquila. Todo lo que el mundo de Celes vendía a “Visitantes” que consideraban mudarse a Celes.

Simplemente no era justo que solo por ser Chaton Gaby no gozara de esos beneficios. Ese era la fuente principal de todos sus problemas, en realidad. Si Haruhiko luchaba con eso, estaba seguro que avanzaría mucho en un futuro con el chico, porque a esas alturas, Haruhiko ya estaba seguro de que quería pasar toda su vida junto a su bello ángel.

Porque Gaby era la primera verdadera necesidad y ambición de Haruhiko, el lucharía por eso.

 

 

Gaby se sentía flotar, una sensación que todas las veces que experimento, le produjo una paz indiscutible. Lo único malo era despertar, cuando la bruma desaparecía y él una vez más se encontraba en el peor de los lugares de cualquier mundo posible. Y era entonces cuando Gaby debía recordar su única razón de vivir.

Porque sin aquella meta y deber, Gaby habría hecho cualquier cosa por matarse y entregarse permanentemente a la paz de la oscuridad.

Un momento… ¿Cuál era el objetivo principal de Gaby ahora? Por alguna curiosa razón él no lograba recordarlo…

-Gaby… despierta…

Gaby recordaba a su sempai decirle algo sobre ya no tener la responsabilidad que lo mantuvo vivo por tanto tiempo desde que lo llevaron a vivir de Claridad a Celes. ¿Él ya no debía cuidar de los chicos?

-… ¿Por qué no despierta?

¿Que debía hacer? Gaby quería desesperadamente querer vivir por algo. No entregarse a la nada y experimentar un montón de cosas nuevas.

Él no era fuerte, ni valiente… ni siquiera era maduro. Gaby solo debía serlo, pero ya no quería. Dolía serlo por otros aunque estaba haciendo lo correcto.

Gaby estaba preguntándose cuanto más tenía que sufrir para por fin conseguir los créditos necesarios para conseguir su felicidad. Porque con créditos, dinero y una bella sonrisa sabía que podía conseguir lo que deseaba… ¿pero qué era eso?

-Despierta, Gaby. No te pierdas…

¿Por qué la vida no era como un cuento escrito y destinado a tener un final feliz? ¡Todo se solucionaría si fuera todo un videojuego! Esos tan maravillosos que él una vez tuvo el permiso de jugar.

Si fuera un videojuego, Gaby lucharía con monstruos por créditos, puntos, monedas… Eso ya lo había hecho… Entonces Gaby ya podía reclamar el premio, trofeo o alcanzar el final… ¿Cuál era el final? El final sería feliz porque era un videojuego, un cuento… algo destinado a recompensar su esfuerzo y sufrimiento… Gaby solo debía recordar que era eso, entonces él podría reclamarlo.

-¡…Pudo ser peligro!

-¡Es un Chaton, señor! ¡Nosotros no sabíamos que reaccionaria así al sedante!

Algo que pudiera hacerlo feliz… eso sería alguien que lo cuidara, lo hiciera feliz y lograra mantenerlo en calma… Alguien como Ayase, pero al cual podría besar. Ayase era lindo, pero era su hermano mayor. El premio de Gaby debía ser alguien más fuerte y varonil que el Chaton… sin ofender a su hermano. Él era lindo y tierno y lograba consolarlo cuando le dolía la cabeza… ¿Por qué no le estaba doliendo la cabeza?

-¡Gaby, despierta!

Oh… era porque alguien le estaba agarrando la mano… Mary solía decir que si sostenías la mano de cualquier persona, tú podrías compartir penas y tristezas, también alegrías y tranquilidad.

Gaby se sostendría de aquella mano que tan en calma lo mantenía. Era casi como si el dueño de esa mano lo amara… Era una buena y linda sensación que Gaby quería explorar y hacer suya.

-Vuelve a mí, ángel…

¡Haruhiko! Ese tonto hombre que se empeñaba en insultar a los ángeles llamando a Gaby como uno de ellos. Ese apuesto, caballeroso, educado, fuerte y tranquilizante hombre era su premio, ¿cierto? Debía serlo. Para Gaby, ese sujeto era perfecto e inalcanzable, pero si era su trofeo después de juntar tantos créditos al lado del Profesor, entonces estaba a su alcance, solo debía pedirlo ahora que sabía que quería…

-Ángel…

-A ti…

-¿Eh? ¿Gaby?

-Haru…hiko. A ti…

-Sí, ángel. Aquí estoy…

-Yo… quiero…

-Lo que sea, Gaby. Solo dilo… te lo daré…

-A ti… tu… te q-quiero… Haruhiko. Te quiero a ti…

 

La habitación quedo en silencio con el murmuro entrecortado de Gaby. El Chaton ya no se revolvía con dolor, pero eso no disminuyo el impacto de lo que había pedido.

Haruhiko permaneció de rodillas tomando su mano. Sus ojos por la sorpresa no podían abandonar el demacrado rostro pálido, mojado por sudor y lágrimas. Los labios de Gaby se encontraban resecos y partidos, aun murmurando incoherencias y jadeando en busca de más aire, en términos prácticos, innecesario por el equipo médico que le ayudaba a respirar y otras funciones vitales.

-Haruhiko… por favor… a ti…

-N-no le haga caso, señor. Dice eso porque aun esta sedado y con síntomas de intoxicación… -trato de calmar uno de los doctores en la habitación. Haruhiko solo tuvo atención por Gaby.

-Gaby… -Haruhiko logro suspirar, cansado e impotente. Levantándose un poco se inclinó en la cama y lo beso con la mayor gentileza y amor que pudo. –Me tienes, ángel. Nunca me separare de ti. ¿Recuerdas? Eres mi Chaton, mi ángel… mi compañero. Despierta y podré mostrarte nuestra nueva vida, ¿sí? Aún falta medirte el anillo y un cascabel nuevo… -susurro Haruhiko, parando cuando se dio cuenta que estaba balbuceando tonterías.

-Que sea azul… -gimió Gaby acercando su rostro a donde estaba Haruhiko. –Me gusta el azul… Que todo sea azul…

-Lo será, ángel… -prometió en un sollozo Haruhiko abrazándolo levemente. –Vuelve a mí y cumpliré todo lo que me pidas…

-Disculpe, señor. Debemos revisar al Chaton…

Haruhiko miro de reojo al doctor que parecía incómodo. Tras ver el asentimiento de Ryuuichirou, Haruhiko cedió y se retiró de la cama, dejando que los hombres en bata celeste trasparente revisaran a Gaby.

Él vio como checaban los signos vitales, las intravenosas y diversos aparatos más que Haruhiko no había visto en su vida. Los murmullos de ambos hombres y que escribieran consecutivamente en sus brazaletes electrónicos y tabletas solo lograban ponerle de los nervios.

-Esta bien el chico- por fin dijo uno de los doctores. –Al parecer la intoxicación no tuvo mayor efecto en él…

-¿Cómo pueden saberlo si desde el principio fueron completamente irresponsables?- mascullo irritado Ryuuichirou.

-Señor, por favor… -pidió el otro profesional. –Somos sinceros al decir que no sabíamos que con esa dosis el Chaton terminaría con sobredosis e intoxicación. Nosotros al intervenirlo en el quirófano solo administramos la cantidad acostumbrada con esa raza en particular…

-Ya basta, Ryuuichirou- intervino Haruhiko ya más calmado al saber que la vida de su ángel no estaba en peligro. –Ellos tienen razón. Gaby es un caso especial por… su pasado…

Ryuuichirou y los demás entendieron lo implícito en lo dicho y asintieron desviando la mirada. Haruhiko volvió al lado de su ángel y tomo una vez más la mano más pequeña. Sentándose en uno de los lados de la cama, miro al doctor encargado.

-¿Qué debo esperar ahora?

-Como le dijimos, señor. El chico en teoría esta mejor. Reparamos el daño progresivo y erradicamos la enfermedad que lo afectaba. El único error que impide que esté consciente es la intoxicación con anestesia, por lo demás el chico debería despertar en un par de horas. Si todo sale como esperamos, a media mañana podrá llevarlo a casa…

-¿Algo especial que deba tomar en cuenta?

-Varios factores, pero se los explicaremos cuando despierte el Chaton. Temo que su caso es específico y vuestra casa y el ambiente en el cual conviva el chico tendrá que ser monitoreado…

-Sí, ya me informaron de eso… -susurro Haruhiko viendo de reojo a su médico de cabecera que permanecía a una prudente distancia, dejando a sus colegas que manejara las cosas.

-Aún nos queda mucho por investigar… -se lamentó para sí el doctor retirándose. Poco después también los otros médicos se fueron al igual que Ryuuichirou y su esposo.

-Aquí siempre estaré, Gaby. Mi bello ángel… -prometió Haruhiko apretando más la mano de Gaby, quedándose a su lado toda la noche.

 

 

Gaby abrió los ojos lentamente. Le pesaba mantener su concentración, sin embargo algo le impulsaba poco a poco a despertar.

Lo primero que vio y lo hizo terriblemente feliz, fue a Haruhiko. El hombre recargaba su cabeza en su mano, su codo apoyado en la cama al lado de Gaby. Los lentes sin armazón estaban chuecos y se notaba a simple vista su cansancio. Él sintió como Haruhiko en su sueño apretaba aún más el gentil agarre en su mano que estaba reposada en su pecho.

¿El hombre había permanecido todo el tiempo a su lado?

Él sabía que se encontraba en un hospital. Prácticamente toda su vida se vio rodeado de ese tipo de lugar, así que no le sorprendía o asustaba. Lo que si lo extrañaba era la gran laguna mental que tenía en la cabeza, acompañado con la incómoda sensación impuesta para que respirara lentamente y profundo. Al principio parecía que se quedaría sin respiración y se desmayaría, pero el oxígeno solo seguía fluyendo asistidamente por una modesta maquina unos metros lejos de Gaby.

Así que él estaba teniendo problemas con sus pulmones, nada nuevo.

Su estómago gruño, recordándole que no había comido mucho… Después de todo, lo último que recordaba era estar comiendo con su dueño… ¿y qué más?

-Mi cabeza… -gimió Gaby al sentir un constante dolor parecido a punzadas. Con su queja, Haruhiko despertó de un sobresalto y lo miro en blanco por unos segundos antes de suavizar su enigmática mirada.

-Despertaste- susurro acercándose. -¿Estas bien?

Gaby tuvo la mentira en la punta de su boca, sin embargo paro. Mirando la preocupada mirada y las pequeñas ojeras, apretó la mano que sostenía la suya y negó, dejando abierta la presa que estaba en su límite.

-No lo estoy… -sollozo levantándose lo máximo que le permitía su estado para abrazar a Haruhiko fuertemente. –Tengo miedo y me duele la cabeza… No recuerdo mucho, todo se ve borroso en mi mente y yo solo quiero… ¡Yo quiero…!

-Tranquilo. Aquí estoy, Gaby. Nada te pasara… -susurro Haruhiko sosteniéndolo. Gaby se escondió en su pecho robando con fuerza la tranquilidad y calidez que tanto anhelaba y Haruhiko parecía dispuesto a ofrecer.

Al demonio todo y todos, él se quedaría por siempre con Haruhiko sin pensar en nada más. Incluso si el hombre se negaba o lo apartaba, Gaby lucharía por permanecer eternamente al lado de aquellas bienvenidas sensaciones que en su vida no había experimentado por tanto tiempo y con esa intensidad.

-No iré a ninguna parte, Gabriel. Ni tú lo harás, ¿entiendes? Solo cédeme tu vida y yo te protegeré. Solo permanece conmigo siempre y hare todo en mi poder por hacerte feliz.

Gaby asintió desesperado. Haruhiko rio un poco y lo separo de su cuerpo. Con una suave caricia en su mejilla logro obtener su atención y le miro fijo, con seriedad y compromiso… ¿Cómo podría dudar de sus palabras si el hombre le miraba de esa manera?

-¿Aceptas estar conmigo por toda la vida, Gabriel? Con todo lo que conlleva, ángel…

Él no contesto. No había palabra que expresara sus sentimientos en ese momento, pero si existía una acción.

Haruhiko lo recibió con entusiasmo, tomando con la misma gentileza de siempre su rostro. Su mano no dejo de sostenerlo mientras acariciaba con lentitud sus labios. El suave toque que el beso ejercía logro adormecerlo y suspirar feliz.

Gaby envolvió su brazo en el cuello de Haruhiko, acercándolo un poco más. Al mismo tiempo se abrió y dejo que Haruhiko manejara el beso a su antojo, sabiendo que de cualquier manera disfrutaría el gesto. Siempre lo hacía cuando era con ese hombre… Haruhiko todas las veces le inundaba de sentimientos abrumadores y desconocidos. Ahora Gaby era adicto.

-Un contrato… -susurro al separarse lentamente. Haruhiko lo vio curioso sin dejar de acariciar con su pulgar la mejilla sonrojada de Gaby.

-¿Quieres un contrato escrito? Adelante… -prometió, volviendo a adueñarse de su boca. Gaby trato de separarse, aclararle porque deseaba el contrato legal, pero Haruhiko simplemente provoco a su lengua a corresponder de la misma apasionante manera.

Perdiéndose, devolvió el beso que le robo el aliento y mente. Ya después pensaría como ambos llegaron a ese punto.

 

 

Unas horas después ambos salían del hospital. Gaby estaba tan aturdido por la rapidez de los sucesos en su vida que no tenía mente para protestar porque Haruhiko lo cargara todo el tiempo hasta que estaban a metros de su departamento.

-Mi abogado nos vera en media hora en la oficina. Es un proceso algo complicado, pero él cree que puede darnos un contrato legal y consolidado para firmar sin tantas complicaciones…

-Lo siento… -murmuro Gaby escondido en su pecho. Haruhiko paro un poco y lo miro con dulzura.

-No te disculpes. Después de un tiempo yo mismo iba a redactar un contrato por formalidad…

Aunque Gaby le creía, eso no quitaba su culpa. Estaba más que consciente que si Haruhiko hacia un movimiento en falso estaría en problemas por querer tener permanentemente a un Chaton que teóricamente ya tenía dueño. Solo lagunas legales permitían que Gaby pudiera estar con Haruhiko, aunque si su dueño se enteraba y lo reclamaba, nada impediría que tuviera que volver… excepto un contrato vinculante, algo que Haruhiko evidentemente estaba planeando.

-Descansa un rato si lo deseas. No olvides que el doctor te dijo que es bueno… -dijo Haruhiko sentándolo en el sillón del departamento vacío y silencioso. Gaby hizo una pequeña mueca por lo dicho.

-No me gusta. Ahora voy a tener que dormir trece horas diarias…

-Es para tu recuperación… -regaño Haruhiko más serio. –Tienes que descansar para que el sueño te ayude…

-Ya se… -murmuro Gaby aun irritado. Haruhiko lo miro y suspiro cansado.

-¿Deseas estar aquí? Debo bajar a…

-¡No!- exclamo Gaby rápidamente, tomando con fuerza el brazo de Haruhiko por impulso. –Y-yo iré… -termino murmurando, evitando mirar a Haruhiko para que no viera su suplica.

-De acuerdo. –Haruhiko volvió a cargarlo, sacándole una queja de vergüenza. –No te preocupes. Solo una hora más y podemos comer algo y dormir… No te dejare solo…

Gaby solo rodeo con sus brazos el cuello de Haruhiko, viendo distraído el corto recorrido.

-¿Y Hanata-san?- pregunto sorprendido, dando con el hecho de que la eficaz mujer no estaba alrededor.

-No lo sé… Le pedí que estuviera aquí antes de salir del hospital… -murmuro Haruhiko entrando en la amplia sala de espera, al lado del escritorio y lugar de trabajo de su asistente. –Vamos… -solo dijo negando, guiando a Gaby a través de todo el lugar, llegando a la puerta de su oficina.

-¡Vaya, por fin!

-¡¡No!!

Una serie de gritos siguieron sonando, todos diversos. Gaby congelado solo veía a su verdadero dueño sonreírle mientras se mecía de un lado a otro en la imponente silla de piel atrás del escritorio de Haruhiko. En una esquina, sangrando y con varias lesiones, Hanata les gritaba que se fueran. Doumeki estaba a su lado amarrado a ella inconsciente.

-¡Te tardaste, Gabriel! Me estaba empezando a aburrir…

-¿Me puede explicar que hace en mi oficina?- gruño entre dientes Haruhiko. Su expresión tan tensa y sin emoción que estremeció a Gaby aun en sus brazos.

-Vaya, vaya… Usami Haruhiko… Escuche tantas cosas de usted, ¿y esa es la primera impresión que me da? Qué pena, mas sin embargo, interesante… -Kenyon sonrió ampliamente, diciéndole todo lo que necesitaba saber Gaby.

Ignorando las instrucciones de sus médicos, Gaby se transformó en aquel ser frio, sin emociones y capaz. Salió de los brazos de Haruhiko en un ágil movimiento sin sonido, jalando con rapidez al hombre, moviéndolo de su sitio justo a tiempo para evitar el láser en su dirección. Él no paro de correr incluso cuando el sonido de disparos era fuerte en la estancia. Gaby siguió jalando a Haruhiko para evitar que fuera dañado.

-¡Corre, corre, pequeño Chaton! ¡Date prisa antes de que el espacio acabe! ¡La salvación y entrada al paraíso están a cinco pasos, cerca de tu futuro!

Con impotencia Gaby siguió las instrucciones, corriendo los cinco pasos hacia Hanata y Doumeki. Con violencia empujo al aturdido Haruhiko hacia ellos y se puso enfrente, protegiéndolos mientras se ponía en cuclillas mirando la mirada completamente obscura de su amo.

-Bien. Mínimo sé que no has perdido entrenamiento. Aun eras bueno para jugar…

Gaby jadeo y volvió a correr, ahora en solitario evitando los láseres. Por costumbre a sus enseñanzas, Gaby evadió todo disparo haciendo difíciles movimientos corporales, moviéndose por toda la amplia oficina.

Cerca de quedarse sin respiración, y conforme a los planes de su dueño, el término regresando con Haruhiko.

-¡Bien, bien!- exclamo Kenyon entre risas divertidas. –Aunque me gustaría más probar con tu compatible, Gabriel…

Haruhiko miro con los ojos abiertos como Gaby tomo en un parpadeo la mesa de centro de la pequeña sala en su oficina. Con una fuerza insospechada para su apariencia débil, Gaby acomodo la mesa de modo que era un escudo, protegiéndolos de los disparos que al contacto con la fina madera se quemaba en irregulares círculos negros.

-¡Sigue, sigue, pequeño Chaton! ¡Solo un poco más y la tabla será escrita! Toma una decisión innecesaria rápida, que limpiare mi desorden… Y entonces cuento, diez… nueve…

-Rápido, Haruhiko. Ayúdeme… -gimió desesperado Gaby luchando con los amarres de Hanata y Doumeki. Haruhiko no entendió, pero sabiendo que la cuenta regresiva no era bueno, solo ayudo a Gaby. Cuando deshicieron los nudos, miro al Chaton concentrado en busca de más instrucciones.

-Cinco… cuatro…

-¡No!- gimió Gaby dándose un golpe en la frente con la mano. –Claro… era eso… ¡Toma a Doumeki-san, Haruhiko!- grito Gaby levantando un brazo de la débil Hanata, poniéndolo alrededor de sus hombros y levantándola, todo rápidamente. Haruhiko lo siguió igual de rápido y en conjunto corrieron. Segundos después, la pequeña sala exploto.

-¡Bien, correcto!- dijo extremadamente feliz Kenyon, aplaudiendo. –Un elemento más añadido al tubo de ensayo. Rapidez, correcto, trabajo en equipo, correcto… lógica, regular… Y cuento, cinco… cuatro… tres…

Gaby volvió a correr, soltando un grito. Haruhiko miro con pánico como Gaby no alcanzo a llegar del todo debajo del escritorio antes de que Kenyon disparara. Una fea quemadura se formó en la pierna de Gaby, exactamente donde el láser impacto. Haruhiko miro con odio a Kenyon, el cual negaba aun sonriendo.

-¿Solo uno? Bien, bien… La última fase depende del tiempo. Los sujetos de prueba listos, los elementos acomodados… ¿Qué falta, Gabriel? El resultado depende de ti… Un poco de suerte siempre es necesario. El único líder, yo, por supuesto. Y entonces cuento, uno… dos…

-¡¡Ah!!- grito Gabriel tratando de reincorporarse. Haruhiko se puso en sus rodillas, listo para ir con su Chaton, hasta que Gaby lo miro y sus ojos azules se llenaron de horror. -¡No interfieras o el experimento estallara!

¿De qué demonios estaba hablando el chico? Haruhiko gruño volviendo a moverse, esta vez impedido por Hanata.

-No debe intervenir. Le acaban de decir que debe llegar a nosotros solo…

-¿Qué?- pregunto Haruhiko enojado, solo mirando un poco a Hanata para volver a ver a Gaby tratar de caminar mientras la cuenta iba en diez.

-No entiendo mucho a ese bastardo, señor, pero puedo descifrar algo. Está probando al Chaton, no sé por qué, pero si interviene será peor…

Haruhiko pasó su mano por su cabello, viendo como Gaby se mordió los labios, luchando por caminar rápido aun lesionado. Tropezó unas pocas veces y sus ojos se humedecieron, pero Gaby logro llegar a ellos. Haruhiko inmediatamente lo abrazo, dejando que Gaby gritara de dolor en sus brazos.

-Veinticinco… ¿eh?…

-El experimento es… la teoría verbal… -jadeo Gaby separándose un poco de Haruhiko para mirar al hombre sentado en la silla. -¿Puede hacerme el honor de continuar lo estipulado, Profesor?

-Correcto… -rio Kenyon levantándose.

Haruhiko miro con más detalle la apariencia infantil del hombre que vestía sin vergüenza un vestido de noche largo rojo. Su cabello negro liso, llegando hasta el suelo, arrastrándose aun unos centímetros. Sus ojos por completo en ónix, todo el globo ocular mientras su apariencia era parecida a la de un niño de catorce años. Su mirada era parecida a una persona sin cordura y su sonrisa era espeluznante. Sus brazos desnudos dejaban a la vista diversas cicatrices, y entre sus dedos estaba una carpeta de papel blanco amarrado varias veces por un listón rojo.

-¿Le incomodo, Usami Haruhiko?- susurro infantilmente Kenyon, haciendo un vago movimiento con su mano. –Estos son los rastros de mis investigaciones. ¿Desea abrir sus ojos a algo nuevo?- pregunto emocionado antes de cambiar ante los ojos de Haruhiko. Hanata a su lado grito horrorizada.

El hombre ahora era un apuesto chico de fracciones finas, largas orejas puntiagudas, cabello rubio brillante y hasta los hombros. Alto, delgado y con el mismo vestido rojo que ahora le llegaba a medio muslo. Sus ojos, sin en cambio, seguían negros y con aquel brillo demente y sin emoción.

-No es magia… no es ciencia… ¡¡Es poder!!- grito elevando sus manos, su voz gruesa. Tan rápido asusto a Hanata, rio sin control. Conforme su risa paraba, su físico volvía a cambiar hasta el niño pequeño de catorce años.

Gaby con esfuerzo volvió a ponerse en cuclillas enfrente de Haruhiko. Kenyon lo miro sin expresión un segundo antes de voltearse hacia el amplio ventanal de la oficina, viendo al inmune e ignorante Celes. Todos siguiendo su pacifica rutina sin saber que ellos estaban amenazados de muerte sin poder hacer nada.

-Una mezcla… siempre creí que sería peligrosos… -murmuro Kenyon mirando a la lejanía, su voz curiosa. –Tendría todo… Cualquier cualidad descubierta, eliminando defectos y trabas. Un ser invencible… Yo lo lograría, sin duda… El conocimiento está a mi alcance, solo que no lo deseo de una sola atrapada. ¿Qué caso tendría saber el resultado sin saber antes como llegue ahí? Me gusta comprobar que la verdad también se muestra así a mis ojos…

Kenyon bruscamente se dio media vuelta y aventó la carpeta hacia ellos. Gaby con reflejos impresionantes atrapo los documentos y los miro. Sus ojos sin emoción dándosela a Haruhiko.

-¿Qué demonios es esto? ¿Qué quieres de nosotros? Después de tanto tiempo vienes por Gaby… ¡¿Qué…?!

-No, no, no, no… Usami Haruhiko, el experimento es la teoría verbal… Escuche antes de comenzar en el laboratorio- regaño Kenyon moviendo su dedo índice, negando.

-Fueron pruebas… -susurro rápido Gaby inclinándose un poco hacia Haruhiko. –Todo lo que hice e hicimos… Son pruebas que debimos pasar para que el explicara porque está aquí y sus motivos… No lo hagas enojar, Haruhiko… Las consecuencias pueden ser fatales… peores que la muerte…

-Así es… -apoyo Kenyon que de alguna manera escucho. -¿O prefiere ir directo a la práctica? En realidad… ¿Por qué no hacemos eso? Usted no es un buen sujeto de prueba… No como ese Chaton… Un Gabriel de prueba escaso y especial…

-No… no. ¡Espere!- grito Gaby levantándose, su llanto cayendo.

-Es el resultado por fallar las instrucciones, Gabriel. Lo sabes… -Kenyon sonrió hacia Haruhiko. Un momento después desapareció, apareció delante de Gaby y lo tomo violentamente por el cuello con una mano llena de púas negras. –Aprende tu castigo, Usami Haruhiko. Yo soy el todo, tú eras un sujeto de prueba… que fallo.

Y simplemente volvió a desaparecer, llevándose con él a Gabriel.

 

 

Notas finales:

Se que esta mal, pero me diverti tanto al escribir la parte final de este capitulo ^^U

 

Kenyon es un personaje que moria por escribir, incluso antes de descubrir el yaoi. Un psicopata, que solo hace lo que quiere, siempre con una curiosidad enferma sobre como reaccionara algo cuando el provoca.

Lo imagino matando solo para cortar a lo bruto el cuerpo, simplemente porque deseaba ver que hay adentro.

El amor es algo muy estupido e inexistente para el, asi que nunca a sentido una verdadera emocion, mas sin en cambio si tiene en teoria sentimientos.

Y lo que mas amo de este personaje es que de alguna manera, el siempre avisa sobre sus motivos y metas, pero lo hace de una manera tan retorcida e inteligente que casi parece impredecible e irrazonable >.<

 

Bueno, ya :P

Comente, comente o... No se, no soy buena amenazando :c

 

Nos leemos el proximo Lunes~

Cuidense mucho .w./


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