Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Salvando o siendo salvado por un Chaton? por christalchii268

[Reviews - 85]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disfruten~

Capítulo 2:

 

Gaby no sabía con una claridad que estaba balbuceando. El solo quería salir con vida al mirar esos fríos e indescifrables ojos negros.

Como Chaton en su vida había visto muchas cosas, pero aun en su amplio repertorio de tortura, violación y asesinato, estar atrapado por un desconocido que no podía descifrar le aterrorizaba.

No podía morir. Solo por unos instantes él tenía que ver a su sempai, entregarle un mensaje y entonces que el infierno lo reclamara...

-Yo no quiero un Chaton- aseguro el extraño mientras se separaba de él y acomodaba sus lentes por el puente.

Gaby no podía creer que en realidad estuviera enfrente de un Usami. Esa familia tenía el poder para hacer lo que quería sin perder nada. Claro que una persona de tal influencia no quería a alguien como él.

-¡Puede ponerme a prueba!- salto Gaby ya desesperado. -Déjeme demostrarle que puedo ser digno, *magister.

-No es necesario- dijo frio mirándolo más intensamente. -De cualquier forma tu no…

-¡Soy capaz de muchas cosas!- exclamo con mirada y voz llena de pánico. -Se hablar quince idiomas, se funciones desde limpieza hasta oficina como asistente personal. Mi enseñanza también se desarrolla en principios de medicina, cocina, enseñanza y literatura. Incluso se la teoría de manejar automóviles y capsulas espaciales…

-Entiendo, pero…

-¡También puedo asesinar!- confeso sabiendo que debía decir todas sus capacidades útiles. -Se tres tipos de defensa personal, tengo un título de manejo, control y ataque con armas, y soy experto francotirador de distancias enormes.

-Yo no quiero asesinar a nadie- gruño el hombre entrecerrando un poco sus ojos a Gaby.

Rayos, él no quería llegar a ese punto…

-También soy muy buen esclavo, señor- susurro evadiendo por primera vez sus ojos. -Cualquier orden, sin importar el tipo, campo o complejidad, la acatare. ¿Obligaciones sexuales? Soporto todo tipo de prácticas, desde *bondage y azotes hasta *lluvia dorada e *hipoxifilia…

-¡¿Puedes guardar silencio por un momento?!- gruño el hombre levantando la voz solo un poco. Gaby le miro aterrorizado, esperando un golpe o mirada colérica, pero el hombre solo se le quedo mirando sin emoción alguna.

-Perdón…

-No estás en peligro mortal… -aseguro el hombre cerrando por un momento sus ojos. -Si te traje a mi departamento es porque no sabía a donde más llevarte. No me debes nada. Eres libre de irte en cualquier momento, si lo deseas.

-No es como si tenga a donde ir… -musito Gaby desviando su mirada y bajando sus orejitas rubias.

-¿No querías reunirte con alguien?- cuestiono el hombre algo curioso.

-Tengo algo importante que decirle, pero es imposible permanecer a su lado. Realmente, realmente, no tengo donde ir- enfatizo mirándolo intensamente. -Pero si usted desea que me valla está bien...

-Oye… -empezó el hombre. Gaby sonrió amargamente acariciando su cadena mental; su cascabel.

-No necesito ayuda. Estaré bien mientras… -Gaby se detuvo de decir la verdad y se mordió los labios, mirando por el paisaje de la enorme ventana.

Era la absoluta verdad. Gabriel no tenía a donde ir. Las personas que amaba estaban, o encerradas y maltratadas por el Profesor, con dueño permanentes o temporales, o como su sempai, huyendo de todo, escondidos. Ahora Gaby seria como ellos, aunque lamentaba hacerlo sin *Ayase, León o Mary...

Debía buscar pronto un refugio. Si su verdadero amo lo encontraba Gaby pagaría con su vida su falta. Demonios, el aun estaría en problemas si alguien se enteraba que había huido de su señor. En Celes los Chaton rebeldes eran castigados por la ley, bien entregándolos de vuelta o encarcelándolos. Una vida encerrado era algo que Gaby no quería experimentar una vez más. 

Sus deprimentes pensamientos se volvieron borrosos mientras se debilito y cayó sin poder evitarlo. El hombre extraño lo sostuvo a tiempo y dejo que Gaby se recuperara en sus brazos.

El sujeto de verdad era apuesto, elegante y tenía un rico calorcillo que adormecía a Gaby... ¿o era su mareo? Distraídamente recordó que el Profesor le golpeo meses atrás cuando se enteró que Gaby estaba enfermo y desde entonces sus visitas médicas fueron más frecuentes. ¿Su enfermedad empeoraba?

-¿No has comido?- gruño el ejecutivo mientras cargaba sin dificultad a Gaby y lo acostaba en la inmensa cama. El sentimiento reconfortante lo abandono cuando el hombre se alejó y lo miro de pie al lado de su cuerpo recostado.

Gaby gimió débilmente apretando más su cascabel. Su cabeza daba vueltas, quería vomitar y a la vez sentía ganas de gritar por el extraño sentimiento que le causaba dolor… Hacía años que eso no le sucedía.

-Nii-san… -lloriqueo Gaby mientras se sujetaba su cabeza, sintiéndola explotar.

Necesitaba a su hermano. Ese tímido y pequeño Chaton, de mirada azulada y una inocente personalidad, mortal para su posición, siempre lograba que Gaby pasara por sus crisis. Ayase siempre lo reconfortaba evitando que enloqueciera.

¡¡Quería a Ayase!!

-Tranquilízate. Respira… -susurro dulcemente Haruhiko cerca de él. Arrodillándose, tomo una mano de Gaby y le miro amablemente. -Respira y solo concéntrate en mi voz. Todo estará bien.

Gaby hizo lo que se le ordeno y se concentró en el dulce tono. Era diferente, ya no había indiferencia y brusquedad, estaba repleto de un sentimiento que Gaby no pudo descifrar.

Su dolor aumentaba, su conciencia se desvanecía, pero el logro aferrarse a la fría mano. Sin darse cuenta, él se arrastró hasta abrazar al hombre, escondiéndose en su cuello mientras jadeaba de dolor. Sus entrañas dejaron de arder, se sintió flotar y lo último que escucho antes de desmayarse fue su nombre susurrado con calidez.

 

 

Haruhiko supo que el Chaton perdió conocimiento al sentir como el chico ya no enterraba sus uñas en su ropa. Aun sabiéndolo, Haruhiko no separo al pequeño de sus brazos.

Él era el primero en aceptar que solo era un hombre rico sin sufrimiento en su vida. Nunca había presenciado el dolor, desesperación y miedo de una persona. Verlo de primera mano de un pequeño ser que tenía una limpia y dulce mirada era tan doloroso como el abuso que debió sufrir.

Claro que lo sabía. El chico mantenía una enfermedad que le causaba dolor mental, terribles jaquecas que podían producirle ataques, shocks o incluso la muerte. Estar a su lado cuando tenía un episodio mientras buscaba alivio en sus brazos fue desgarrador y el aún no lo soltaba por el terrible sentimiento de impotencia y miedo.

Habría sido tan fácil. En el primer síntoma del Chaton, cuando experimentaban con él. Una simple pastilla, inyección… tanto sufrimiento de por vida se hubiese evitado, pero aquellas entidades inundados en avaricia y egoísmo siguieron, dejando que el pequeño adquiriera una enfermedad producida como efecto secundario.

Ahora, mientras el doctor de Haruhiko buscara una cura o tratamiento, el chico se revolvería de dolor mientras sus células cerebrales chocaban y hacían un relajo en su cabeza.

Debía de haber algo que Haruhiko debía hacer. Siempre se alejaba, concentraba su mirada en algo, muchas veces solo su trabajo e ignoraba lo demás, pero ese Chaton era diferente. No podía dejar pasar algo que aún tenía entre sus brazos y le había mirado devastado por no tener un hogar, un lugar seguro donde recuperarse de los traumas que por años le habían causado solo por un par de orejas encima de su cabeza.

Mientras acariciaba dichas orejitas caídas, Haruhiko recordó al único Chaton que le había llamado solo semanas atrás. Su mirada verde estaba llena de desesperación como Gabriel, pero su hermano Akihiko se adelantó y simplemente lo tomo bajo su cuidado. Él se encapricho un poco, pero después simplemente lo dejo pasar al saber que no quería un problema mayúsculo solo por buscar compañía de un bello chico.

Una vez más, ese pensamiento llego a él. Era tan estúpido.

El timbre de su casa lo sobresalto, moviendo con su descuido al Chaton que gimió de dolor. Con cuidado lo acomodo en la cama y fue a abrir con prisa, sabiendo que era el medico que su asistente había escoltado en su lugar.

Dos horas después el chico estaba dormido placenteramente y sin dolor, y Haruhiko ya sabía qué hacer en otra crisis, sabiendo una vez más el medico haría todo en su poder para regresarle un poco de libertad al Chaton con su salud.

-Pero le advierto señor. Ese chico necesitara medicación y cuidados estrictos por mínimo un mes- advirtió serio el profesional siendo guiado por Haruhiko a la salida. -Sé que usted dijo que no es su Chaton y no lo mantiene en su custodia, pero si desea su pronta recuperación total, debe permanecer en un lugar con atención.

-Lo tomare en cuenta. Gracias por venir.

-No, gracias a usted por llamarme... -el hombre lo evito con sufrimiento crudo en sus ojos, despertando la curiosidad de Haruhiko. -Los Chaton son increíbles, señor. Ojala que Celes algún día se dé cuenta de eso y no los dañe tanto como a ese pequeño… -susurro el médico misteriosamente, reverenciándolo después y retirándose, dejándolo sorprendido.

Era casi como si el hombre sintiera el dolor personal de Gabriel.

Exhalando lentamente Haruhiko se apoyó en el marco de la puerta hacia su habitación. El etéreo rostro del Chaton dormido era relajado, su respiración profunda y una vez más Haruhiko relaciono al chico con un ángel.

Era hermoso, un ángel que seguro Dios protegía y favorecía, pero él podía suponer que ese ángel cayó del cielo, dañado por la humanidad solo por su inocencia. Un alma pura, que podía decir con ojos llenos de arrepentimiento pero decisión que podía arrebatar una vida y recibir tortura por diversión.

Gabriel debió quedarse en el cielo y nunca entrar en contacto con la impura sociedad.

Y Haruhiko era como esos bastardos. Estar tan cerca del ángel solo lo contaminaría más. Gabriel no podía estar a su lado.

Haruhiko se quitó sus lentes y descanso sus ojos, recordando su aburrida, monótona y fría vida.

Si Dios había puesto al ángel en su camino, si el destino esperaba lo salvara, eso haría. Todo con tal de que el ángel volviera a sonreír y recuperara su divinidad. Su felicidad lejos de él y la oportunidad de poseer el honor de la compañía de un ser cálido e inocente. Porque Haruhiko no merecía con él a alguien tan puro.

-Hanata, ¿terminaste?- le pregunto en susurros a su brazalete Haruhiko aun apoyado en el marco.

-Es mucha información, señor… -devolvió su asistente momentos después, sonando insegura. La mujer era competente, casi nunca dudaba. Sus palabras debían tener peso.

-Sepárala junto con Doumeki. Busca a un Chaton llamado Ayase entre todo…

-¿Ayase?- susurro la chica, su tono curioso con un tinte de conocimiento.

-¿Sabes algo?

-Bueno, señor… -Hanata suspiro y Haruhiko sabía que estaba llegando a su limite la mujer. -El Chaton fue comprado hace un par de años por un hombre de poder, pero fue asesinado… por el Chaton…

-¿Asesinado?- pregunto neutral Haruhiko viendo a Gaby aun dormido. ¿Por qué le sorprendía?

-No tengo tantos detalles, señor. Doumeki solo ha sacado pedazos inconclusos de información. Al parecer Kenyon Less no investigo mucho sobre el asesinato a manos de uno de sus Chaton. Lo que encontramos en la computadora del hombre es muy poco.

Si el piratear ilegalmente en los sistemas del hombre no daba alguna información, Haruhiko estaba en problemas.

-¿Qué sabes hasta el momento?- suspiro silenciosamente.

-El chico fue arrestado y condenado… -Irónico, justo cuando Haruhiko pretendía hacer algo por el Chaton para que Gaby se sintiera mejor. -Pero… -agrego su asistente dándole esperanza- Kanou Somuku logro llegar a él y ahora el Chaton es suyo. Dio una astronómica cantidad de dinero por la custodia permanente del chico.

Y ahí iba su esperanza de nuevo. Kanou Somuku no era conocido para bien, incluso Haruhiko con su poder dudaba cuando estaba en contacto de alguna manera con el poderoso empresario que dominaba una serie de negocios por varios importantes mundos. Se le conocía como el único yakuza totalmente intocable de Celes.

-Consigue toda la información que puedan. Si hay lagunas en su investigación, solo utilicen otros medios.

-Como ordene, señor.

-Y también… -Haruhiko dudo mirando al dormido Chaton. -Consigue para mañana la lista que te daré en unos minutos.

-Por supuesto, señor.

Haruhiko estaba jugando con fuego… y en realidad quería salir victorioso. Que tonto era.

 

 

Gaby dio una vuelta en la cama, otra y otra hasta caer al frio piso. Con una aprensión poderosa se levantó en sus rodillas y manos y miro aturdido y medio dormido a su alrededor.

Él estaba solo en una hermosa habitación parecida a un cuento de hadas.

¿Dónde estaban sus compañeros Chaton? ¿Por qué él se despertó por si solo y no a causa del baño con agua helada que les avisaba a todos que el Profesor los quería limpios para verlos? ¿Por qué su cuerpo se sentía tan confortable y sin dolor muscular? ¿Y por qué Gaby tenía la impresión de estar por primera vez envuelto en verdaderos problemas?

-¿Estas bien?

Oh, cierto. Gaby escapo del Profesor, amenazo a su salvador y ahora este le miraba desde la puerta, seguro pronto echándolo de su casa con su maldita cara imperturbable.

-Estoy bien- susurro Gaby levantándose rápidamente, lamentándolo cuando su cabeza empezó a girar.

-¿Siempre eres tan imprudente?- suspiro el hombre tomándolo por los hombros para empujarlo suavemente a la cama. Gaby se tragó su réplica de verdad necesitando recostarse un poco. -Necesitas bajar el ritmo de tus acciones hasta que tu cuerpo se acostumbre al nuevo medicamento que te administre…

-¡¿Me está medicando?!- gimió aterrorizado Gaby viendo al hombre, sus ojos sin enfocar bien por su mareo.

-Tranquilízate- ordeno Haruhiko con voz firme, haciendo que el inconsciente de Gaby obedeciera.

-Disculpe, señor… -musito Gaby bajando la mirada sin mostrar ninguna emoción.

Haruhiko permaneció un momento en silencio mirando a Gaby misteriosamente, aunque la extraña expresión fue demasiado rápida para que pudiera descifrarla. Tras desviar la vista volvió a hablar con su neutra voz.

-Tu enfermedad está siendo controla. Solo necesitas una inyección diaria y alimentación correcta. También reposo.

-¿Inyección?- susurro Gaby mirando sus manos entrelazadas en su regazo.

-Esta. -Gaby levanto la mirada y vio el pequeño cilíndrico con medicamento. El empresario la puso en sus manos con suavidad y lo miro sin inmutarse. -Examínala. No te estoy drogando o algo similar, solo controlo tu enfermedad hasta que mi médico de cabecera encuentre la cura adecuada.

-¿Por qué?- jadeo Gaby apretando el objeto entre sus manos, mirando con desesperación al extraño. -¿Por qué sigo aquí?

-... ¿Quieres irte?- pregunto con un suave susurro Haruhiko, dándose la vuelta para ir por una bandeja de comida que estaba en la mesita de la sala. Gaby empezó a balbucear.

-No… yo solo… no lo entiendo… pero si usted quiere… aunque no puedo…

-Tranquilo- dijo cansado Haruhiko poniendo la pesada bandeja en su regazo. -Primero desayuna y después hablaremos. Tengo trabajo, así que cuando acabes llámame- instruyo dándole una pequeña libreta electrónica. -Solo presiona aquí- índico señalando un bonito cuadrado en la pantalla táctil.

-D-de acuerdo…

Gaby se quedó en silencio viendo al hombre irse. La mucha y exquisita comida robo de inmediato su atención, y musitando una plegaria para no cometer un error, comió con prisa, haciendo ruidos impropios. La comida simplemente era exquisita y caliente, algo nuevo para él.

Sus pensamientos se dispersaron y él se obligó a ignorar todo mientras comía. Cual fuera la elección que tomara, el final estaba escrito. Gaby moriría.

No era una enfermedad producida, era un trastorno extraño para la medicina de Celes y Gaby la heredo. Solo el Profesor, Ayase y él lo sabían. Esa enfermedad nunca se curaría y el moriría pronto, añadido con los otros síntomas que en esa ocasión si habían sido producidas.

Gaby sonrió tristemente mientras saboreaba la comida que de repente le supo a cartón.

El profesor lo considero su mascota preferida, “su estrella” en sus planes, cualquiera que fueran. Al hombre no le importaba lo que causaba en los pocos Chaton que adquirió al establecerse en Celes, el solo quería experimentar, crear y jugar a ser Dios.

Y Gaby pronto moriría por eso, eso si el Profesor no lo encontraba antes y lo mataba por huir, por robar información...

De pronto esa fatídica mañana volvió a Gaby. Él había sido separado semanas antes, examinado y dormido con calmantes. Recordó ser objeto de análisis, experimentos y después su amo sonrió satisfecho, diciéndole a Gaby medio aturdido que su principal meta había por fin sido lograda y pronto no lo necesitaría. Eso lo asusto.

Una madrugada se despertó y escucho que el Profesor había adquirido una muestra, algo que introducirían en Gaby y Ayase, según había escuchado. La imagen de su hermano que fue comprado años atrás y pronto seria secuestrado para que volviera, lo desespero. Y cuando todo pareció despejado Gaby huyo, tomando las memorias que encontró en el laboratorio y escondiéndolas.

El camino de salida fue difícil, mas con las drogas que había tenido en su sistema aun. Su escape era borroso todavía en su memoria, solo recordando vagamente salir de las oficinas de su amo y correr, tropezando con alguien y cuando por fin supo que estaba a salvo se entregó al sueño de las inyecciones. Ahora sabía que su salvador era un hombre de mirada fría, pero cálida…

Gaby no podía dar en eso. Cualquiera en Celes tal vez lo habría ayudado igual, pero en cuanto Gaby se hubiera desmayado lo habrían entregado a las autoridades, no lo llevarían a su casa lujosa, atenderían sus necesidades y cuidarían tan bien como ese misterioso hombre.

Algo quería Usami Haruhiko. Todos querían algo cuando ayudaban a Gaby. Fue de esa manera que pedio su virginidad, consiguió golpes, humillaciones y ordenes de asesinar. Todo lo que alguna vez hizo, lo realizo porque alguien fingió amabilidad al asegurar cumplir lo que Gaby desesperadamente pedio.

Ya no importaba, ya no dolía. Gaby solo quería que ya no doliera…

¿Y que si había escapado del Profesor y ahora estaba en un nuevo y acogedor lugar? Tal vez Usami era una buena persona, o muy estúpida, y lo protegería. Nada cambiaria. El moriría pronto, la diferencia radicaba en qué circunstancias lo haría.

Y fue en ese momento, en que toco su vacío cascabel, sabiendo que la información que robo estaba en buenas manos, que Gaby lo decidió.

Nadie que lo tranquilizaba con amabilidad y suavidad en sus crisis le haría daño. El permanecería con Usami Haruhiko por un poco de paz hasta el final inevitable.

-¿Aun no terminas?

Con ojos húmedos Gaby miro a su salvador. Este parecía preocupado al ver a Gaby llorar, y eso solo logro que el sonriera.

-Gracias, señor. Por todo… - le susurro mirándolo cálidamente.

Si ese indiferente hombre le lastimara, no dolería. Gaby ya estaba muerto, así que no dolería. Por eso se quedaría a recompensar a su salvador sin importar nada.

 

 

Haruhiko solo lo sabía. Algo había cambiado en el Chaton que parecía tan ausente y enloquecido que logro intimidarlo.

-La comida es deliciosa. Se lo agradezco… -susurro Gabriel y el perfil parecido a un psicópata desapareció, una dulzura y timidez inundaron los movimientos del chico que lo miraba entre sus pestañas.

-Me alegro… -logro decir Haruhiko viéndolo, preguntándose si solo fue una alucinación. Después pensaría en eso.

-Me disculpo por como he actuado desde mi brusca aparición, señor -musito el Chaton, levantándose de la cama y reverenciándolo impecablemente.

-Cualquiera habría actuado igual- reconforto, pensando a medias que sus palabras eran verdaderas. El chico lo miro moviendo nerviosamente su colita rubia de un lado para otro.

-¿Cómo lograre agradecerle todo lo que ha hecho por mí?- pregunto sonriendo, pareciendo feliz, aunque algo le dijo a Haruhiko que no lo estaba.

-No tienes que…

-Debo, señor. Por favor, solo dígame…

Haruhiko suspiro mentalmente y levanto sus manos abarcando toda su recamara.

-Cómo puedes constatar, no me falta nada. No veo algo que me puedas ofrecer…

-P-pero… -gimió desesperanzado el chico, terminando por morder su labio inferior con una desolada expresión.

-Mira, escucha… -Haruhiko lo guio de nueva cuenta a la cama y se sentó a su lado. -No necesito nada de ti. Te ayude porque era lo correcto y para bien o mal me involucre. No te culpo, -se apresuró a agregar viendo el miedo en el chico- solo así sucedió y yo también forme parte de esto por mi propia decisión.

-Entonces… -dudo el Chaton mirándolo de soslayo.

-¿Por qué no te recuperas aquí el mes que el doctor recomendó? Puedes encargarte del aseo, comida, todo ese tipo de cosas como pago por tu estadía. Normalmente esos trabajos los manejan mis empleados, pero si eso te hace sentir mejor, puedes adquirirlos.

-¡Lo hare!- salto feliz Gabriel mirándolo decidido. Haruhiko casi sonrió.

-Mientras estas en eso, te ayudare a buscar un hogar fiable. Mis empleados ya están en eso… -El Chaton volteo su mirada y toco su cascabel. Tanto Haruhiko como Gaby sabían a lo que se refería.

-Que así sea. Gracias por esto, señor. No saldrá defraudado. Me encargare de pagar con esfuerzo este gran favor…

-Bien- solo dijo Haruhiko levantándose.

Ya lo había hecho, sin poder evitarlo el chico estaría con él hasta que fuera correcto que el ángel se fuera de su lado. Mientras…

-Toma un baño y cámbiate de ropas. Saldremos.

-¿Saldremos?- pregunto curioso el chico mirándolo con un sutil tinte de miedo.

-Mi oficina está a solo un par de pisos arriba- señalo Haruhiko el techo del departamento. -Mi asistente necesita tus medidas para conseguirte ropa.

-¡Ah, pero yo me puedo manejar con la ropa que ya uso, señor!- exclamo alterado el chico, moviendo sus manos enfrente de él rápidamente.

-Gabriel… -susurro, deteniéndose cuando ambos dieron con el hecho de que era la primera vez que Haruhiko decía su nombre en voz alta y con el Chaton despierto.

Un silencio incomodo se esparció. Haruhiko no sabía porque el momento parecía importante, entre tanto sospechaba que el chico estaba suspicaz sobre como Haruhiko conocía su nombre. Ese tema era tabú entre los dos, y ellos lo sabían.

-Señor Usami… déjeme aclarar algo. Usted me está permitiendo estar en su departamento, siendo perfectamente consciente de que nunca lograre pagarle por completo… pero… ¿Cree que pueda acercarme al agradecimiento si soy su Chaton provisional?

-… ¿Qué?- musito Haruhiko viéndolo intensamente.

-Usted y yo lo sabemos. Escape. Estoy también al tanto que usted sabe todo acerca de mí y que es probable en estos momentos investigue. No me importa. Solo de verdad me gustaría agradecerle si usted lo permite. -Gaby lo miro sonriendo verdaderamente. -Déjeme ser su Chaton provisional oficial. Solo mientras este aquí.

-Te dije que no quería un Chaton- recordó frio Haruhiko, sin saber porque estaba a la defensiva.

-La palabra clave es “provisional”- rio y su musical voz adormeció a Haruhiko. -No se preocupe, señor. Soy un Chaton que fue capacitado de la mejor manera. Estoy acostumbrado y conozco muy bien mi lugar.

El chico tomo la bandeja vacía de comida y con elegantes movimientos empezó a retirarse de la habitación, pareciendo lejano, perfecto… Alguien que literalmente no sentía y solo tenía una máscara de sonrisa.

-Después de un mes no me volverá a ver. En un año no me recordara… -término diciendo el Chaton dejando el cuarto, dejando a Haruhiko congelado.

¿Qué había hecho?

 

 

Gaby estaba nervioso mientras la profesional chica, de traje caro y mirada triste, le tomaba medidas. El esperando tranquilizarse miro de soslayo a su, ahora, provisional amo quien hablaba a susurros con un hombre de dura mirada.

Hablando de estar en una habitación con seres fríos e indiferentes…

-¿Algún tipo de prenda en especial que gustes?- cuestiono la mujer alejándose un paso de Gaby y anotando algo en su brazalete electrónico.

-Cualquier cosa… -el dudo, sin poderlo evitar movía su colita desesperadamente.

-Correcto. Señor, está listo. El paquete llegara en un par de horas- informo ella alejándose y acercándose a Haruhiko, que aun miraba concentrado el documento holográfico enfrente de él.

-Bien, dale a Gabriel el brazalete- ordeno Haruhiko sin verlos, aun leyendo.

-Tu muñeca- pidió la chica, en su mano un brazalete sencillo de plata.

-¡E-espere, por favor!- jadeo Gaby asustado. -¿De verdad es necesario esto, señor?- cuestiono al ocupado Haruhiko.

-Eres mi Chaton provisional, ¿cierto? Necesito una manera de comunicarme contigo…

-D-de acuerdo. Lo lamento… -Gaby susurro, extendiendo su mano a la inmune mujer que sin expresión ajusto el brazalete en su mano izquierda.

-Por favor actívelo. -Gaby se mordió su labio y presiono su dedo en el pequeño rectángulo táctil, viendo su nombre en bellas letras doradas. -Está listo, señor… -informo lentamente la chica, viendo más la desplegada hoja holográfica en su propio brazalete.

-Gabriel, ¿puedes venir un momento?- llamo Haruhiko firmando el documento con una pluma especial y su huella digital.

-¿Me llamo, señor?- susurro él al llegar y quedarse nervioso, pero quieto, al lado de su nuevo dueño.

-Aquí, firma- ordeno Haruhiko señalando el documento. Gaby dudo solo un segundo antes de hacerlo.

-Eso será todo, señor Usami- dijo profesional el hombre que había permanecido enfrente del escritorio y solo miraba ahora su maletín, guardando el documento firmado.

-Puede retirarse, Fellon.

-Buenas tardes, señor- reverencio el hombre y se fue. La asistente personal de su dueño también reverencio y se retiró, dejándolos solos.

-Puedes preguntar sobre lo que firmaste- cedió Haruhiko leyendo correctamente sus pensamientos.

-¿Qué firme?- pregunto algo divertido Gaby. La situación por completo era bizarra y estúpida.

-Un contrato temporal. Es completamente legal, así que si alguien externo te hace daño yo actuare en consecuencia. Solo es algo legal y rutinario si deseas estar a mi lado.

Gaby no entendió, pero no hizo mención de eso, lamentablemente su nuevo dueño era bastante agudo aun sin verlo y solo teniendo atención hacia sus documentos en su costoso y amplio escritorio.

-Manejo una gran firma de arquitectos. Mi propia familia y apellido tienen peso, así que siempre puede haber una amenaza. Como mi Chaton estarás cerca de mí en varios aspectos, así que excluyendo mi protección y deber como “Dueño”, también te has comprometido a no traicionarme ofreciendo información que escuches aquí.

¿Eso fue una ofensa hacia su persona? Agraciadamente a Gaby no le ofendía en ningún grado, de hecho alguna parte de él lo había esperado.

-Tengo trabajo que debo atender. Puedes permanecer aquí o esperar tu ropa y artículos en el departamento…

El alrededor pareció desaparecer mientras Haruhiko le miraba amablemente, tomándolo sutilmente del brazo para llamar su atención. Había algo en su mirada, algo atrayente que hizo que Gaby se acercara más.

Ellos se miraron en silencio por un largo tiempo, casi aguantando su respiración. Haruhiko despejo un pequeño mechón de cabello de la vista de Gaby y lo jalo con poca fuerza, solo la necesaria para que entendiera que se aproximara. Sin saber que lo poseyó, Gaby camino hasta inclinarse en el sentado Haruhiko.

Justo cuando el hombre tomo su mejilla y lo acerco aún más, solo centímetros separando sus labios, la puerta sonó.

Casi como si Gaby estuviera en llamas Haruhiko se alejó de él y se aclaró la garganta, moviendo innecesariamente sus papeles holográficos y dándole permiso a su asistente para que entrara. Una extraña impotencia se adueñó de Gaby y el solo cerro los ojos unos momentos, recuperándose.

Poco después encontró su voz para decirle a su dueño que le esperaría en el departamento. Ninguno de los adultos lo miraron mientras él se retiraba y sus ojos demostraban la gran tristeza de lo que estúpidamente había deseado y no se le otorgó.

Él era tan idiota.

Toda la tarde se ocupó a si mismo de aclimatarse al incomodo departamento, que anterior a su primera impresión, ahora le parecía impersonal, frio y ostentoso… justo como su nuevo dueño. Como lograba la gente rica llamar a lugares como esos su casa, estaba más allá del entendimiento de Gaby.

Fue un gran alivio para él cuándo la asistente personal, que ahora sabia se llamaba Hanata Alice, llego con una caja de ropa que le informo su dueño quería se probara y guardara en el armario. 

-Y también esta esto. El señor te lo envía y espera lo disfrutes. Si me disculpas, me retiro… -termino por decir entregándole una caja lujosa pequeña de cartón y dejando el departamento. Ya solo, Gaby abrió la caja.

-Nii-san, sempai, lo logre… encontré a un hombre poderoso con corazón y que me asesinara… -susurro Gaby a la soledad del lugar, viendo un pequeño y caro pastelillo con una nota de crema batida.

 

>>Bienvenido a casa, Gaby<<

 

 

 

Notas finales:

*Magister: Maestro en latín

*Bondage: Vendrian a ser cualquier tipo de amarres con todo tipo de cosas.

*Lluvia dorada: Esta no me atrevo a describirla, asi que les dejo el link (._.) ----> http://es.wikipedia.org/wiki/Urolagnia

*Hipoxifilia: Tambien conocida como Asfixia erotica, es una practica para obtener placer al disminuir la respiracion de la pareja o propia en la relacion sexual. Mas informacion ----> http://es.wikipedia.org/wiki/Hipoxifilia

*Ayase: Sep, me refiero a Ayase Yukiya de Okane Ga Nai. Adelanto que este fic tendra relacion con el otro~

 

 

Y ya .-.

Espero les guste y me dejen comentario. No sean malos y tambien pasen por mi fic activo de Junjou Terrorist que todo mundo ignora ;^; (?)

Nos leemos el proximo Viernes o el Lunes en mi otro fic. 

Cuidense mucho~

 

Christal PM


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).