Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Symptoms por NEY OTAKU

[Reviews - 28]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Despúes de miles de millones de años....ok no.

Disuclpeeeee Lean y no vemos a bajito u.u

Capítulo 2: No te dejes arrastrar.

La primera semana que se quedaron juntos fue algo interesante, Minho se había hecho ya una lista de los lugares de escape del rubio, había conocido de punto a punto la cuidad, metiéndose en lugares que jamás se le hubieran ocurrido.

En tan solo una semana. Ahora ha pasado casi un mes.

Le sorprendía todas esas cosas que Taemin hace a espaldas de su madre, las malas compañías, la bebida, a veces juegos callejeros que no tenía idea que los niños ricos se atrevieran a jugar. Apuestas, las drogas, los bailes nocturnos.

Tanta fineza era destrozada con sus palabras vulgares y actitudes déspotas. Se comportaban como si tuvieran doble personalidad, una cara de día y otra de noche, siendo tan hipócritas con ellos mismo y sus padres.

Los demás le daban lástima, no es que pudiera o tenga el poder de cambiarles la actitud, cuando solo una persona era objeto de su atención y por la que sentía el deber de tener que rescatarlo de sí mismo.

-¡Taemin! –le sacude las sábanas para que se levante.

-¡Déjame! Quiero dormir.

Y es que no habían podido tener una sana conversación en el transcurso de la semana, nada que no incluyera gritos el final de cada oportunidad.  Cada huida del rubio le hace rabiar, enloquecer hasta el punto de querer amarrarlo para que no sé escape.

Tenía que estar pendiente de él las 24 horas del día, regañándolo y aconsejando hasta donde su paciencia puede. En muchas ocasiones le había escondido las llaves de su auto para que no saliera a ningún lado, incluso, tener que pararse en la puerta de su habitación haciendo guardia hasta que estuviera seguro de que ya se había dormido.

-No empieces, es temprano no quiero discutir contigo.

-¡Entonces lárgate!

Respira hondo y cuenta hasta diez.

Sé paciente, se paciente, lo haces por su madre y padre difunto.

Había hecho muchas cosas que iban en contra de lo que creía y lo que más odia, convertirse en un mentiroso, porque desde ese día, en que lo llevó a casa con la intoxicación de la droga, no había tenido el valor de revelarle ese episodio tan espantoso a la pobre madre abnegada de este chico, todo por proteger a quien no tenía culpa de nada, Minho tenía la capacidad de sentir empatía, y sabía que esa bella mujer estaba sufriendo por Taemin, y si se enterara de las cosas que ha hecho.

Sería una decepción más en su vida.

 

-Sé que no tienes por qué hacerlo –le repite llenando su taza de un humeante y caliente de café –Pero presiento que eres la persona indicada para procurar que no le ocurra nada. Taemin él…nunca me dice nada de lo que lo lastima, pero yo sé que es por la falta de su padre, y no quiero que se encierre, apenas sale con un amigo y cuando se van…Dios no quiero que cometa una locura.

-Sabe que puedo irme en este momento sin importarme nada ¿Cierto?

-Por supuesto que lo sé, como te dije, no tienes por qué hacerlo, pero si pudieras, solo si pudieras averiguar lo que su corazón guarda y asegurarme de que al menos se libere de la carga que es ser un chico sin padre, yo lo agradecería mucho.

-¿Ah intentado hablar con él?

Sonríe, está recordando algo –Siempre lo he hecho, pero el siempre responde “Mamá estoy bien, no tienes por qué preocuparte por nada, yo soy ahora quien me encargaré de cuidarme a mí mismo y a ti, pera que papa este feliz”

 

¿Qué se supone que debía hacer cuando le plantea así la situación?

 

-No me importa si quieres dormir, tu madre dijo que tienes que estar puntual a tu clase con el señor Min, no desperdicies el dinero que tu madre paga por un profesor particular.

No se habían podido ni mirar a los ojos, se repelían como polos opuestos, pero si en algo concordaban era en mostrar un cara diferente de cuando estaban con la señora Lee a cuando se quedaban ellos solos.

Y eso es lo que Minho no puede perdonarse, el hecho de ser tan hipócrita como esos bastardos adinerados.

 

Pov Minho

¡Estaba harto! Tener que ir hacia su habitación cada día, pretendiendo ser su niñero, incluso tener que mentirle a su madre por los desvelos, por su estado tan deplorable y ese extraño comportamiento. Ya habíamos tenido un enfrentamiento que incluso pudo llegar a los golpes. Me frustra estar con alguien así de caprichoso y molesto.

Si por mi fuera ya lo habría encerrado en su habitación bloqueando  cada lugar en que podría escapar o mejor aún llevarlo a un reformatorio para que aprenda lo que es vivir de verdad, cuando no tienes tantos lujos rodeándote, pensando que no podrías ni curarte una ligera gripe.

-Levántate o tendré que bajarte a la fuerza.

-Jaja si como no.

Sonrió ante su valentía, enserio que tenía los cojones para poder levantarme la voz y confrontarme sin dificultad, se ha olvidado de los favores que le hecho. Así que con toda saña tomo los bordes del colchón y de un solo tirón halo para que se sacuda haciendo que Taemin ruede hasta caer al piso frio.

-Báñate, y prepárate para cuando venga en señor Min, tu desayuno está en el comedor. Tu madre dijo que hoy llegaría temprano así que nada de pensar en escapar e irte de parranda, si no quieres que ella sufra un infarto obedece.

Termino mi discurso esperando una grosería o un golpe, esta semana me he estado preparando para cualquier tontería que se le ocurra.

Pero solo frunce el ceño y se levanta, se me queda viendo, sé lo que quiere hacer, quiere intimidarme con esa mirada, quiere controlarme, quiere que ceda, pero no lo haré.

-Deja de mirarme y ve al baño.

Me doy la vuelta dispuesto a salir de esta habitación dónde el olor a fresas me embriaga. Aun no podía olvidar ese día en que Taemin casi se me entrega, bueno se había dejado fácil para mí, pero como no soy algún tipo de violador no cedí.

Y aun así, todavía siento sus toques en mi piel.

-Minho.

Volteo, y en cuanto me doy cuenta de que hará, es demasiado tarde para evitarlo.

Me estaba besando.

Me había tomado por sorpresa, sus labios se movían expertos con los míos, siento su lengua queriendo penetrar en mi boca y casi por un segundo le dejo hacerlo pero corto de inmediato todo contacto entre nosotros.

Los labios me arden, todavía tengo su saliva humedeciendo mis labios.

Y me lleva al límite de mi paciencia cuando sonríe satisfecho por haberlo hecho.

-¿Qué rayos crees que haces? –Frunzo el ceño.

-Nada que no quieras.

Y le muy maldito camina a mi costado como si nada, metiéndose al baño como si no hubiese hecho nada malo.

Mis dedos tocan mis labios, cierro los ojos eh imagino el beso de hace un momento, no quiero ver la realidad, esa en la que yo moría porque me volviera a besar y en la que disfrute como nunca el que el tomará la iniciativa. Algo está pasando conmigo, y no me gusta.

No quiero volverme vulnerable.

No quiero ceder con Taemin.

No quiero ser un capricho de un niño rico.

Me acerco hacia la puerta del baño y escucho el agua caer, pego la frente a la madera e imagino, solo por un instante esas  gotas de agua recorrer su cuerpo desnudo, me vuelvo loco de solo pensarlo, y se siente extraño, en toda mi vida nunca había pensado tanto en otro hombre, no soy gay, y no tengo nada en contra de quienes sí lo son, pero es que me desespera, la muy, muy remota idea de que Taemin…

-¡No maldición!

Le doy una patada  a la puerta para soltar mi frustración.

-¡Al menos déjame bañarme en paz! –Me grita desde dentro.

-¡Cuando termines arregla tu habitación y no quiero más berrinches Lee Taemin!

-¡Claro mamá! –Me responde en tono burlón, puedo imaginar las muecas que hizo con ese comentario.

Me muerdo la lengua para no soltarle una grosería, prefiero no pelear ahora y rebajarme a su nivel, todavía tengo muchas cosas que hacer y tengo entre esas cosas  mi tarea.

Los interminables proyectos de la escuela que no he atendido por estar pendiente de una persona.

Abandono su habitación y voy directo a la biblioteca, dónde la madre de Taemin me ha acondicionado el lugar para mis tareas en la universidad, además de que ahí puedo  al menos estar un poco en silencio y pensar en mis otras tareas, alejarme de este chico que solo se dedica a hacerme la vida imposible.

Abro despacio aquellas enormes puertas y doy un enorme y largo suspiro, voy hacia el escritorio que se encuentra a mi costado derecho. Halo la silla y enciendo mi laptop, esa misma que me costó tantos días de trabajo para poder conseguirla.

Me froto los ojos como un niño, anoche casi no dormí editando algunas fotos, afortunadamente para mí tengo clases hasta medio día, eso me da tiempo de corregir un ensayo que debo entregar mañana y luego, si todo sale bien, una vez que el maestro de Tae venga podré ir a visitar a mis padres un rato.

Este trabajo me absorbe mucho, he pensado  en que tal vez fue mala idea haber aceptado, digo, la paga es buena, pero me alejo mucho de mi familia, aunque siempre digan que es conveniente para mí y que ellos están felices con lo que decida, aun así, quiero verlos como antes.

Esta mañana la dedico a corregir ese ensayo, pero no me di cuenta de cuando me había quedado dormido sobre mi computadora, para cuando logre abrir los ojos la claridad del sol daba de lleno en una de las ventanas de tan grande estudio.

Todavía medio dormido miro la hora en mi reloj de muñeca y pego un salto que tira la silla donde estaba sentado.

-¡Maldita sea!

Recojo mis cosas a toda velocidad, las fotos que tenía en un folder resbalan cuando la tomo, se riegan por el piso y maldigo una vez más, no me queda de otra más que apresurarme a levantarlas.

No podía creer que me quede dormido casi tres horas, pero dado el dolor en mi mejilla y las marcas de las teclas en mi piel, supuse que así fue, son las 1:45 de la tarde y si no corro o literalmente vuelo, no llegaré a clases.

Salgo  a toda velocidad una vez  que todo estaba en mi bolsa, cuando estaba a punto de tocar la perilla para salir de esta casa, me detengo en seco.

-¡Taemin!

Grito y mi voz resuena en todos los  rincones de esta enorme casa.

No, no, se supone que debía asegurarme que tomara su clase. Volteo rápidamente y corro hacía la biblioteca al otro extremo de la gran sala, deslizo las puertas corredizas y solo veo un montón de libros, emprendo una nueva carrera escaleras arriba, las que dan al segundo piso, temeroso de no encontrarlo en su habitación.

Y efectivamente así fue.

Me paseo las manos sobre el cabello en señal de desesperación.

-No, no, lo volviste hacer.

Se volvió a escapar.

Me resigno a que debo ir en su búsqueda, lo que claramente no me dejará ir a la universidad, no me dejará tomar las clases por las que pago, perderé un día valioso y productivo por loa arrebatos de un niño consentido y psicótico.

Bueno no tanto. Mi día estaba empeorando eso ya era un hecho.

Retomo mis pasos y bajo casi brincando las mismas escaleras, de nuevo voy directo hacia la puerta.

-Te vez terrible.

Y me detengo en seco, giro hacia mi izquierda y ahí está, sentado en uno de los sofás, comiendo un sándwich, mirándome divertido mientras terminaba con esos trozos de pan blanco.

-¿Cómo demonios? … Hace un momento no estabas ahí.

-Claro que lo estaba, no en mi culpa que no te hayas fijado –Le da la última mordida al sándwich y se chupa los dedos, muy despacio para que vea como su lengua quita restos de manchas blancas en sus dedos que supongo  es la mayonesa.

-Eres un mal niñero Choi –Se levanta y va hacia mí, cuidadoso como un gato, queda justo en frente de mí y su dedo índice me delinea la nariz, le doy un manotazo para apartarlo.

Giro mi rostro entes de que se dé cuenta del escalofrió que me provoco su toque, puedo ver de reojo como sonríe satisfecho, se ha dado cuenta.

Respiro y siento el olor a mayonesa en mi rostro y por alguna razón me da mucha hambre y deseo comer de sus labios.

-¿Y el señor Min?

Lo pregunto sin mirar. Si lo veo a los ojos siento que de alguna manera me sonrojare y eso haría que pierda mi temple frio, con este niño no puedo bajar la guardia.

-Vino hace una hora, le dije que me sentía mal y le pedí cambiar el día del estudio para este fin de semana.

-Taemin ¿Por qué le mentiste? ¿Sabes en los problemas que estaremos si tu madre se entera que no tomaste tu clase?

-No habrá problemas si tú no le dices –Da media vuelta, en dirección a las escaleras del segundo piso.

-Oh claro que habrá problemas –Lo sigo  -Yo no soy un mentiroso, no pienses en que cubriré tu mentira.

Se hecha a reír y voltea rápidamente para verme.

-No le dijiste de todos los días que me he fugado, tampoco le dirás sobre esto.

-No supongas nada, que puedo sorprenderte –Lo reto.

-No lo supongo, lo sé.

Y sigue su camino hacia las escaleras dándome la espalda, el timbre de la puerta suena ambos volteamos a ver, y como hoy las empleadas tenían su día libre, me toca a mí hasta hacer de ama de llaves.

Mis pasos son rápidos ya que necesitaba regresar mi atención a Taemin y seguir con nuestra entretenida plática. Cuando abro la puerta puedo ver a un chico bastante parecido a él. Solo que un poco más alto y con apariencia más madura.

Tiene un percing en su labio inferior, jugaba con un llavero en forma de cruz atado en el cinturón de su pantalón negro, está bien vestido, y el cabello claramente pintado de rubio, podía ver sus raíces negras aparecer entre sus cabeza. A simple vista parecía un chico normal, pero sé que seguro es uno de esos vándalos con los que a Tae le gusta juntarse.

-¡Kai!

Taemin grita a mis espaldas, pasa junto a mí casi empujándome, solo para correr a los brazos de este tipo. Abro los ojos por la excesiva confianza que presencio.

¡¿Qué demonios!? Soy su niñero... ¡No! ¡Su tutor! ¡Yo tengo el control!

-Minnie pensé que no estabas el guardia dijo que solo había visto a –Y me mira, sonriendo, no soporto su maldita sonrisa –Al señor Choi.

Enfatiza mi nombre mientras rodea de la cintura a Taemin, como queriendo presumir que lo tiene casi sobre él, ¿y minnie? No sabía que este mocoso tenía ese sobrenombre.

Bien es un fastidio, no debo decir que me molesta, pero me molesta esta situación, de hecho estoy encabronado y si no lo suelta en los próximos cinco segundos alguien saldrá herido.

Y no seré yo, lo aseguro.

-Soy Jong In –Extiende su mano frente a mí para que la estreche, pero no lo hago solo me quedo ahí parado.

-Un gusto –Camino un par de pasos hasta quedar al frente de él, parece que no le intimido para nada, al contrario solo aprieta a Tae a su cuerpo con más fuerza.

¿Qué pretendía? ¿Me estaba retando?

-Minho, Kai y yo saldremos un rato –Apoya su mejilla sobre el hombro del chico –No te preocupes por mí, él me traerá a casa –Le toma la mano, sé que lo hace para molestarme más –Prometo no llegar tarde.

-Y yo prometo que no nos meteremos en problemas.

Y ambos se echan  a reír.

Se dan la vuelta dispuestos a salir de la casa, el muy desgraciado pretende irse sin pesar en las consecuencias de lo que hará.  Se burla de mí enganchándose con este tipo que no tiene nada de bueno. Me mira como un tierno gatito, fingiendo inocencia cuando no tiene un gramo de ella en todo su cuerpo.

Ni empatía, ni decencia.

Quiere hacer lo que se le dé la gana, lo ha estado haciendo por mucho tiempo.

Pero yo no permito.

Ya no más.

Salgo dos pasos fuera de la casa que es lo único que lograron avanzar y tomo del brazo  a Taemin, halándolo conmigo hacia dentro, forcejea pero lo único que logra es que apriete su brazo con más fuerza.

-¿Qué demonios haces? ¡Suéltame!

-Taemin –Kai intenta entrar en busca de este malcriado, pero me interpongo, le bloqueo el paso a la casa –Vamos, no juegues grandote, estas lastimado a minnie, nosotros solo queremos salir de paseo.

-No, no lo harán y te pido que te vayas.

Se hecha a reír, mostrando sus asquerosos dientes blancos –La madre de Taemin me conoce de toda la vida, ella confía en mí –Se planta frente a mi queriendo confrontarme, oh sí, quiere hacer esto divertido.

Entonces vamos a jugar.

-No creo que le agrade saber que estas echando a uno de los más queridos amigos de su hijo.

-Me importa un carajo si eres su amigo, te estoy diciendo que te largues, a menos que quieras que te arrastre hacia la salida.

Mi voz demanda obediencia, pero es más difícil si se pone en su plan de atacarme.

-Quiero que  lo intentes, no eres el dueño de Taemin, solo eres su ridículo niñero, él puede hacer lo que quiera y lo que quiere es irse conmigo.

Volteo hacia Tae, me mira con el ceño fruncido –Suéltame.

No puedo escuchar lo que me dice.

-Ves…ahora déjate de tonterías y suéltalo ya.

Intenta nueva mente acercarse, pretendiendo pasar por sobre mí para tomar el brazo de Taemin.

Atrapo su mano y suelto a Tae, lo retuerzo hasta llevar su extremidad a su espalda, sus gritos de dolor comienzan y sonrió satisfecho –Ya no pareces tan amenazante.

Me burlo y lo gozo. Le doy una patada en el trasero y lo aviento hacia el césped del jardín.

-¡Kai! –Tae intenta correr de nuevo hacia él.

-Te prohíbo que te le acerques Taemin –Le  exijo con rabia él se queda tieso.

-¿Qué?

-Y tú –Tomo al chico de la camisa, puedo ver algo de sangre en sus labios –Más te vale no volver a aparecerte por aquí o te destrozaré el cuello.

Lo aviento otra vez, caminando rápido a la puerta y cerrándola de tras de mí. En cuanto volteo un puño me recibe haciéndome sangrar solo un poco.

-¡Imbécil! Esta me la pagas…

Y se abalanza sobre mi queriendo golpearme el rostro, lo atrapo y tomo sus muñecas para llevarlo de inmediato a la pared fía. Mi respiración es lenta, lo miro hecho una fiera, y no me voy a contener para decirle sus verdades.

-¡Tus eres el imbécil! –Le grito y da un brinco por el susto, sus ojos se abren dejando ver claramente sus pupilas -¿Eres retrasado o qué? ¿Qué no es obvio lo que pretendía ese tipo? ¿Y con él sales siempre?

-Eso no te interesa, somos amigos…el me comprende, el me ayuda, el…

-Te da droga y te hace beber alcohol. ¿Qué más?

Muchas imágenes pasan en mi cabeza, una en especial, la de Taemin sobre las piernas del chico del que lo rescate. La sola idea de que alguna vez él…

-¿Te ha hace cosas que no quieres?

-De que rayos…

-¡Dímelo!

Comienza a reír, lo está haciendo en mi cara. La  sangre me hierve, necesito que me lo diga ya, que se deje de juegos, que deje de utilizarme y preocuparme.

-¿Te preocupo?

-Me han dicho que cuide de ti, es mi trabajo –Evado la clara intención de su pregunta, no dejaré que escarbe más haya y se dé cuenta de que es verdad.

¿Desde cuándo empezaste a importarme tanto?

 –No hablo de trabajo –Su cuerpo ya no está tenso, ya no forcejea, ni siente miedo, empieza a tomar el control –Hablo de mí, Choi Minho ¿A caso estabas preocupado de que alguien pudiera tocarme? ¿Te enrabia que me enrede con otro tipo?

-No…no.

-Pero hace un instante pensaba que matarías a Kai solo porque me abrazo. Oh…eres tan dulce y protector…

No respondí, no supe cómo.

¿Por qué? ¿Qué es lo que hacía que quisiera protegerlo?, lo que acaba de decir es verdad. Me emputecido que lo tocará, quería romperle el brazo, y cuando pienso en si alguien más lo ha tocado, quiero matar.

Esto ya no se trata de un simple trabajo de tutor, perseguirlo a todos lados me ha hecho conocerlo y sentir que necesito estar cerca o algo malo pasará. Ya no se trata de una promesa a una mujer que no debe sufrir.

Todo es por Taemin.

Mis preocupaciones se han basado en este chico rubio, tentándome cuando quiere y como quiere, se ríe de mí, me toca, me besa, me sofoca y lo peor del caso es que me gusta.

 

Me gusta.

Me gusta.

Me gusta.

 

Nos quedamos intensos segundos mirándonos uno al otro, no dijimos nada, solo me perdí en el color miel de sus ojos y me parece que él hizo lo mismo conmigo.  Sus labios rosas, sus mejillas, sus manos, todo es tentación. De laguna manera sentí una extrema necesidad de tocarlo, para comprobar que fuera real.

Que semejante ser humano que brilla tanto y es tan hermoso fuera de verdad.

A Taemin le gustaba ir por ahí, presumiendo de su figura y su encantó, lo había notado desde el primer día que nos conocimos, queriendo opacar a todo y queriendo ser el centro de atención.

Le gusta controlar todo lo que tiene a su alrededor para que nada se salga de sus manos, le miente a su madre, procurando verse como el hijo ejemplar que toda madre estuviera orgullosa de tener, solo para que ella sonría y no sufra.

Trata de hacerse el duro y finge que no hay  nada que pueda tumbarlo.

Pero yo sé que no es así, porque el mismo día  que lo traje a casa, aun cuando ya no tenía los efectos de la droga, había podido  escuchar como sollozaba, pidiendo disculpas por ser como es, por ser así de terco y malcriado.

Por supuesto, no estaba consciente de que era yo quien lo cuidaba y estaba escuchando sus lamentos.

 

Así  que mi mano viajo hasta su mejilla y el cerro los ojos para disfrutar el roce de mis dedos con su piel, así justo como un gato en el rezago de su dueño.

¿Qué demonios hacía yo tocando al hijo de la mujer que tan devotamente  me lo había confiado?

¿Qué se supone que lograre dejando que Taemin haga lo que quiera?

 

No lo sé, lo único verdadero es que quería seguir tocándolo, disfrutando de nuestro momento, sin palabras ni gritos, ni negativas.

Yo quiero creer que su forma de ser, esta actitud rebelde y destructiva es porque no soporta y no ha podido superar al perdida de su padre.

Y lo único que busca es una forma de consuelo, la busca donde sea y como sea, en el alcohol, en la droga, en los bares, en sus bailes prohibidos, en las mentiras, en el dolor,  en sus lágrimas.

Menos donde más debiera.

En el amor.

Entonces lo entendí.

Le  tomo el rostro con mis manos,  lo beso como aquella noche en que lo hizo el con migo, y no parece protestar por haberlo tomado por sorpresa, es más, lo disfruta.

-Oh mi adorable niñero, al fin has sacado tu verdadera personalidad –me susurra sobre los labios.

-Cállate.

Le ordeno y sello su boca con otro beso.

Mis manos rápidamente viajan a su cintura para acercarlo más, mi entre pierna choca con la suya y me doy cuenta de que desea esto tanto como yo, nuestras erecciones se rozan y dejamos ir nuestros gemidos al unísono.

Lo arrastro hacia el pasillo de tras de nosotros, el que daba hacia las habitaciones destinadas a los huéspedes, la verdad no creía poder llegar a su habitación estando de por medio tantas escaleras.

Voy caminando rápido arrastrándolo conmigo, desesperado por tenerlo, me sentía como un púbero en su primera experiencia sexual, tan ansioso y loco por besar y tocar, Taemin ríe y engancha sus brazos a mi cuello.

-Tienes ganas de divertirte he.

Me dice con malicia cuando se separa de mí, toma mi mano y me conduce el mismo hacia la habitación vacía.

Sabía lo que pasaría si no paraba.

Una vez cerrando esa puerta, no habría vuelta atrás, debíamos parar ahora, antes de que alguien venga y nos encuentre en plena acción, o podíamos seguir y solo disfrutar el momento, así como lo hace él siempre  que sale de parranda.

Me siento poseído.

Y todo es por su culpa.

Pero Taemin tenía razón, no estaba haciendo nada que no quisiera, lo cuidaba porque quería, iba en su búsqueda porque así lo seseaba, claro que por cumplir con el trabajo para el que me pagan, pero no era mi principal motivo.

Me preocupaba el hecho de que se metiera en líos, de que uno de estos días no viera más sus ojos miel desafiándome, ni que sus manos profanaran mi espacio tocando mi cuerpo cuando quisieran. O que su voz demandara atención absoluta.

Me decía a mí mismo que no me involucrará más de lo que debía, pero no pude.

Escuchamos el ruido de un teléfono.

-Hola…ma….mamá, estoy en casa.

Le cuesta hablar, eso me gusta, que se desconcentre mientras le muerdo la oreja y lamo la extensión de su cuello. Que pierda el control y quede sumiso en mis brazos.

-Lo sé, si está conmigo, muy cerca de mí –Dice con un hilo de  voz y me mira, veo la desesperación que tiene por colgar –Ok –Sonríe ampliamente –Yo se lo diré.

Y termina la llamada.

-Parece que tendremos tiempo, mamá no regresará hasta muy noche –Lo arrastro hasta la cama y sus risitas llenan la habitación.

Nos caemos en la cama, voy buscando la forma más rápida de quitarle la molesta camisa que trae puesta. No es que no haya tenido sexo antes, es solo que sería la primera vez que lo haría con otro hombre, un hombre tan deseable como él, mis sentidos se han agudizado y cada roce es un deleite.

¿Son nervios? Estoy al límite.

-Pareces nervioso –Me detengo en ese mismo momento en que estaba por deslizar mi mano por dentro de sus pantalones – Minho no lo estés, ok!

-Estas demasiado relajado.

-No tanto.

-Parece lo contrario –Le ataco y no sé si entendió el doble sentido de lo que dije.

Enreda sus brazos en mi cuello, me carca y siento su aliento chocar en mi oreja –Nunca lo he hecho con un hombre, ni con una chica ni con nadie.

Me suelta en un susurro y luego me devuelve la lamida que le di. Mi cuerpo tiembla ante la reciente revelación. SI no tenía experiencia como es que sabía cómo actuar, dónde tocar y que decir.

Más aún, me está entregando su ¿virginidad? ¿Está intentando decirme que debo ser cuidadoso? No puedo evitar reír, mi miro con ternura y creo que ya sabe que he comprendido lo que ha dicho. 

Ahora, en este preciso momento está mostrando un lado que no he conocido, se está relajando, dejándose llevar por las circunstancias, dejándome estar cerca, no me grita, me acaricia con lentitud. Siento que tengo el cuerpo más frágil y delicado del mundo en mis manos, algo prohibido que nadie debe osar tocar.

Besa con suavidad mi cuello y se queda chupando mi  manzana de adán.

-Oh Dios~

Gimoteo, aprieto los dientes con fuerza, sus manos se van colando bajo mi camisa, exploran mi torso con malicia, va subiendo hasta que encuentra mis pezones y cruelmente los estimula hasta hacerme  lloriquear para que siga y no se detenga.

No quiero que me domine.

Ataco de nuevo y le quito los pantalones tan rápido como me es posible, hago que enrede las piernas en mi cintura para que nuestros miembros se froten, logro que grite por lo rudo que soy, y aumento los movimientos simulando pequeñas embestidas.

Estaba excitándome mucho y Taemin se retorcía bajo mi cuerpo.

Los dos enloquecimos, pronto el chico bonito se transformó en un loco maniaco de los besos y mordidas. Levanto medio cuerpo y me quito lo que tuvo a la mano, mi camisa, mis pantalones y estaba ya bajando mi bóxer cuando metí las manos para dejarlo igual de desnudo.

Rodamos un poco por la cama hasta que al fin lo tuve para mí.

No sabía exactamente qué hacer, pero procure a toda costa que no le doliera nada. Lo poco conocía sobre este sexo entre hombres, lo aplique y cuando al fin me adentre en él, todo se volvió a un fuerza extraña entre el dolor y la pasión.

Me repetía que dolía y a la vez me suplicaba por más.

Yo estaba de la misma manera.

Entregándome a él aunque pareciera al revés.

Empecé a sentir un sentimiento nuevo.

La agonía de fundirse uno con el otro, no por lujuria, si no por algo más fuerte, por sentimientos que pude percibir en cada palabra y toque de Taemin. Su rostro sonrojado por el placer me descoloca, pero sus manos se aferran tanto a mí haciéndome pensar que en realidad me necesita y no me detesta.

Me inclino y lo beso, jadea una y mil veces hasta pedirme que le dé más.

Y lo obedezco.

Me entrego más y más.

Hasta que el orgasmo es inevitable, solo estoy consciente de que él está conmigo, con las piernas enredadas en mi cintura, sus uñas clavándose en mi espalda y sus labios devorando los míos.

Él se corre primero, en pocos segundos lo hago también.

Me tumbo sobre su cuerpo, ninguno de los dos dice algo, solo nuestras sonrisas de satisfacción nos delatan.

No quiero pensar en nada más que no sea él, no entiendo cómo me pudo atraer tanto a sus redes, si lo único que hace es molestarme.

¿Qué buscas de mí?

-Minho –Me llama y me ve, estirando sus brazos para que me acerque y lo abrace.

Lo hago, no tengo opción.

Nos quedamos abrazados por un buen en pleno silencio, supongo que por miedo a que alguna palabra mal dicha rompiera nuestro cuento de hadas. Ha escondido su cabeza entre mi cuello, su pecho pega con el mío, así permanecimos  hasta que nos quedamos dormidos.

La luz de la tarde poco a poco fue disminuyendo y mis sentidos fueron vencidos por el cansancio. La suave piel de Taemin era irresistible,  su aroma, su textura, su calor, era como dormir en las más finas sabanas.

Tanto como si fuera seda.

En mi cabeza todavía ronda la idea de que lo que acabamos de hacer no fue lo mejor, de que tal vez cuando me levante y nos vemos no sepamos que hacer o que decir, que cuando la madre de Taemin regrese y nos vea actuar de manera sospechosa, nos interrogue y yo no sea capaz de sostener una mentira más.

Suponiendo que sea así, puede que ella reacciones de la peor manera, después de todo he tomado la dignidad de su hijo, el mismo que dejo en mis manos y mi consciencia posesiva.

Y si llegase a reaccionar bien, yo moriría de la felicidad y de mucha vergüenza.

Pero eso solo lo sabré cuando despierte de este sueño y abra los ojos a la realidad.  

 ~

El molesto ruido de un celular me despierta, me veo con la necesidad de salir de la cama y no quiero. Siento el peso de algo caer sobre mi brazo y caigo en cuenta de que  se trata de Taemin. Sonrió porque su rostro ahora parece de un ángel y no del pequeño demonio que siempre aparenta ser.

El celular sigue sonando y ruedo los ojos resignado, busco mi bóxer tirado a un lado junto a los pantalones de Taemin que yacían tirados en el suelo casi cerca de la puerta.

Busco en los bolsillos hasta que encuentro su celular, tenía un mensaje, de un tal Jong In, y lo recordé, el tipo que horas a tras vino a llevarse a Taemin. Sé que no tenía por qué verlo, pero tratándose de ese tipo, con el que siempre se fugaba, decidí que tenía que hacerlo.

De todas maneras ya había hecho muchas cosas malas este día.

Y ahora sé que no debía hacerlo.

 

“Hey Taemin, ¿cómo estuvo tu noche? Escuche por ahí que te ibas a divertir con su insoportable niñero, no sé qué tenías planeado hacerle, pero me gustaría saber los detalles.

Nos arruino la salida, los muchachos del bar te extrañan, eres el lama de la fiesta. Deberías hacer lo que me dijiste que pensabas.

Una noche de sexo por diversión jaja Se lo merece por querer ligarse a tu madre.

Nos estamos viendo Tae, te espero el mismo bar, sé que lograrás escapar de tu perro guardián.

Te espero.”

 

Doy un golpe a la puerta con mi puño y de inmediato Taemin se despierta.

-¿Qué ocurre Minho? 

Me pregunta con la cara de espanto,  todavía algo medio dormido. Pero no le contesto, solo me rio.

 

Soy tan ingenuo.

 

-Creo que ya has tenido mucha diversión por hoy –Gruño aguantando la bilis.

Voy a toda prisa por el resto de mi ropa, no quiero verlo a la cara. Me visto cómo puedo. Tiro cosas a mi  alrededor que hacen estruendo en la habitación.

-¿Minho que rayos sucede?

Lo ignoro, no quiero golpear algo y no quiero que sea a él, no me lo perdonaría. Abotono lo último de mi camisa y tomo mis zapatos dispuesto a salir corriendo de ahí, no puedo estar más tiempo, no puedo permitirme ser más su juguete y dejar que se burle de mí. Todo en mi cabeza es un caos.

Un maldito infierno

Dispuesto a salir de ahí, siento como el corazón se me rompe y una mano fría me toma del brazo.

Se había levantado cubriéndose solo con una sábana.

-Maldita sea Minho, dime que tienes.

Me zafo de su agarre y lo dejo ver mi furia, las palabras se me atoran en la garganta, quiero llorar, necesito desahogarme pero no debo hacerlo frente a él o terminaré humillándome más.

-Sucede que tu maldito juego se acabó –Sentencio tirando su pantalón al suelo.

-¿De qué rayos….

Y le muestro su celular, con el mensaje en la pantalla. Su cara de sorpresa casi me convence, pero recuerdo lo embustero que es y rio de mi situación tan patética.  Yo medio desnudo, siendo el objeto de diversión de un mocoso que no sabe cómo vivir y se disfraza bajo la máscara de un chico rudo.

Taemin palidece en cuanto termina de leer.

-No es lo que tú crees.

-jaja si como no –Trato todo lo puedo para no enloquecer aquí y ahora -¿Cómo pudiste pensar que estaba tras tu madre?

Y se tira sobre mí soltando la sabana que se desliza  desde sus piernas hasta sobre sus pies, trato de darme una bofetada  pero no se lo permito, he tomado sus muñecas repitiéndome que no debo apretar más de lo debido.

-¡Porque eso me aprecio! No la dejabas de mirar, solo sonreías como tonto cuando la tienes en frente y el solo pensarlo me causaba nauseas.

Se ha descolocado, sus ojos se cristalizan pero no sabría decir si era por decepción, enojo o temor.

-No tengo nada que ver con tu madre, solo ciento agradecimientos por ella. Deja de ser tan desgraciado y compórtate como el hombre que debes ser.

-Tú no me conoces, no hables como si de verdad me conocieras.

-He visto y eh escuchado mucho, no me puedes engañar, pretendiendo ser siempre fuerte y te escapas de la realidad comportándote como un adicto y un patán, tu eres quien está mal y no se da cuenta en la porquería en la que te estas hundiendo.

-¡Cállate, hijo de puta!  ¡No me digas como actuar!, y deja de aparentar ser tan servicial y correcto, ¿Qué no te das cuenta? –Y tira fuerte de sus brazos para zafarse de mi agarre.

Se señala a sí mismo recalcando su desnudes.

-Te has acostado conmigo, ¿Cómo crees que mi madre reaccione ante eso?

-Eso es lo que querías ¿no? –Le escupo con veneno, él se queda con la boca abierta, halando el aire que puede.

Camino hacia él haciendo que retroceda y choque con la cama y caer sentado sobre ella. No ha dejado de mirarme, lo hace  como siempre con desprecio. Pero yo hago lo mismo, mi mirada se torna turbia y nublada, me pica la boca por decirle lo maldito que es.

Lo hago, sin miedo.

-¡¿Y por eso te acostaste conmigo?! Para reírte, echarme y librarte de mí, para que no me acerque a tu madre.

-No… es que…

-Pues felicidades, si querías vengarte, ya lo has hecho. Y no te preocupes, saldré de tu vida, dalo por hecho. Me alegra saber que no tendré que lidiar ni un segundo más contigo, despareceré y no verás. Lo único que me da pena es que tu madre tenga que lidiar con una persona tan egoísta como tú. Tu padre estará decepcionado de tener a una basura de hijo como tú.

Vi claramente cómo se levantó y su mano pego en mi mejilla tan rápido que no me dio tiempo de detenerlo.

Me había abofeteado con fuerza.

-¡BASTARDO! ¡NO TE ATREVÁS A MENCIONAR A MI PADRE!

Me empuja hasta hacerme retroceder un par de pasos atrás, lo veo al borde de las lágrimas, jadeando, queriendo asesinarme con la mirada, como si estuviera sufriendo. Pero ya no le creo nada.

Arrojo el celular a la cama y sacudo el cabello.

-Bien este es nuestro adiós.

Y sin más que hacer me retiro de esa habitación, voy a la sala en busca de mi bolsa, la tomo, me coloco los zapatos y salgo de esa casa.

Miro el cielo oscuro, con las estrellas brillando sobre mí, el viento sopla, es frio, muy frio.

Con un hoyo tremendo devorando mi corazón dejo caer una lágrima.

Esta despedida ha dolido mucho, y no sé si podría curarme de esto algún día, ¿Soy dramático? Puede ser, pero eso no borra el dolor y la decepción.

Y me repito que no vale la pena llorar por él. Por ti...

 

-Taemin…

 

 

 

¿Fin?

Notas finales:

Holaaaa esta sinverguenza se aparecio :CCCC mil disculpas, pero me costo salir de mi bloqueo mental de esta historias, quería hacerle un bonito regalo a Minho y pos me bloquee

U.U no me linchen!!! y muchas gracias a las personas que lo esperaron con ansias y me preguntaban a cada rato para cuando lo tenia XD

Chicos no me abandonen esa fue una de las principales razones por la que tarde más, al inicio no recibia nada de sus opiniones y pensé que fue todo un fracaso, pero por las personas que me alentaron es que lo retome,

Denme amor, la historia pensaban dejarla así, pero no sé, ayudenme, no quiero tardar una eternidad OAO.

Gracias por leer y si comentas doblemente gracias ;;

Visiten :Carol-Taeminnie. mi página en facebook para lo que se les ofresca, y ahi tendrán noticias de mis demás fics.

Los amo lo saben y por ustedes es que sigo ;; sale nos leemos pronto. Dejen sus comentarios.

Saludos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).