Prologo
La oscuridad cubrió mis ojos desde hace tiempo, la perdida de Luca causo en mi un vacío, ya no era un ser humano solo contenedor que yacía sin nada sobre una carreta aun destino que no conozco, sin embargo, no me importa, pase mis ojos sobre aquellos niños que junto a mi todos llorando y temblando, rogaban aun Dios que les ayudara— ¿Dios?— repetí para mí, si existía se burlaba de ellos y de mí, cerré mis ojos cansado llevábamos horas de camino , solo nos habíamos detenido para comer, bueno solo nos habían dado un pedazo de pan y agua, el camino continuo después de esa pequeña pausa, cerré mis ojos dispuesto a dormir no podía hacer otra cosa.
El ruido de las ruedas contra las piedras de poco a poco me arrullaban, un largo camino que recorrer, el viento soplaba lentamente meciendo mis cabellos, la frescura y olor a naturaleza un bosque tal vez, abrí mis ojos lentamente el tono del cielo ya era de un rojizo tenue el atardecer dormí mucho tiempo, puse más atención árboles enormes se extendía por donde podía mirar, bellas flores y el sonido tenue de los animales que habitaban ahí ese era un sueño hermoso o me parecía así.
Tras avanzar un poco más la majestuosidad de una casa se presentó ante el paisaje natural, de color café con muchas ventanas, su tejado azul y algunas columnas de color blanco, jardines bien arreglados con rosas en todos lados y algunos jazmines de color azul mis favoritos. Un Movimiento brusco de la carrosa me saco de mi ensoñación —lo siento por ellos— uno de los conductores le dijo al otro en voz baja obviamente para que no los oyéramos o por lo menos simulaban esa intención—la araña de la reina los devorará— eso se me impacto y no solo a mí también otros que habían podido oírlos, entonces esa hermosa mansión encerraba un monstruo.
El llanto de algunos no se hizo esperar era lo único que se podía hacer en una situación así, era gracioso porque no sentía miedo, muchos empleados estaban formados esperaban a que bajáramos nos formaron y revisaron para ver que estuviéramos bien y nos hicieron entrar en un sótano, nos bañaron, nos dieron ropa nueva, no era de gran calidad pero era mejor que la que tenia, nos dieron algo de comer y por ese día fue todo.
Miedo, cansancio, lagrimas todo eso lleno aquel lugar similar a una prisión, un poco de libertad, levante mi mano, un poco de felicidad, déjame tocarte por favor. Mis ojos se cerraron de apoco quería un sueño cálido.
Una opresión en mi corazón era todo— ¿por qué no hay nada aquí?—un pequeño sollozo— ¿Por qué estoy siendo abandonado?
La luz entraba por la ventana, un poco dolorosa para mí, me removí un poco entre las cobijas sin intenciones de realmente levantarme hasta que Claude viniera para alistarme, sonreí, era estúpido como un simple hecho como el que solo viniera me hiciera feliz—Idiota—Me dije de manera baja, abrí un poco los ojos y pose mi mirada sobre la puerta.
Podía oír sus pasos acercándose, mordí mi labio, es solo una ilusión de satisfacción me dije a mi mismo, pero aun así, aunque aquella luz fuera falsa y me carcomiera al final— es cálida— y era lo único que necesitaba para ese momento una razón para poder correr lejos de mi destino en soledad, ridículo, sí, pero era suficiente para mí.
La puerta se abrió de manera lenta, Claude venia y como era rutina ya, comenzó a alistarme, usualmente lo molestaba desabrochándome la camisa que recién había abrochado pero hoy no tenía muchas ganas de hacerlo, tal vez un poco raro, de hecho él pareció notarlo.
— ¿Está bien su alteza?— le miro por algunos segundos y sonreí como siempre —sí, Claude es solo aún estoy medio dormido—parece que esto le convenció porque continuo abrochando mi ropa.
El termino y se fue diciéndome que esperaría abajo por mí ya que debía desayunar, frio y oscuro, toque mi pecho, se podría llenar este hueco dentro de mi alguna vez.
Me acerque a la ventana y mire el hermoso día que hacia—supongo que cuando logre vengarme de ese demonio llamado Sebastián— me dije a mi mismo, no muy convencido de esto.
Si las horas transcurren tan lentas para mí, si mi sueño aun es una pesadilla ¿hare?, no me fio de nada de lo que hay aquí, sonreí amargamente, no hay descanso para mi aún no.
Por eso cuando esa alma sea traída aquí por Claude, la guardare y esconderé para que sientas ese enfado y esa falta de satisfacción, para que sientas ese hueco que hay dentro de mí.
Camine lento hacia la puerta para tomar el desayuno, un leve dejo de tristeza me embarga, aunque me vengue alcanzare a reponerme, si muero dejare de sentirme triste porque seré consumido por Claude.
Bonita mentira, si me la repito cada vez más lo creeré.
Entonces en una noche de lluvia, un extraño parado en la puerta pidiendo alojamiento aquí, sonreí dentro de mí, ¿qué tan idiota me crees?
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