Cap. 11
Pansy sonrio con desmedida malicia.
Oh, era realmente divertido recordar las miradas de odio que se lanzaban el castaño y su rubio amigo.
Habían pasado dos semanas desde que los había "descubierto" declarándose la guerra por Potter, y desde entonces había empezado a urdir un plan que incluyera un poco de celos por parte del pelinegro.
¡Pero se lo estaban poniendo muy difícil!
Especialmente Draco, que no dejaba de gruñirle al auror extranjero, quien era prácticamente un ángel frente a Harry.
"Ay, mi pequeño Therion, que hare con este par" pensó, acariciando su vientre, sentada en uno de los comodísimos sofás del Salón, observando atentamente a Potter, que se movía de un lado a otro con su nuevo bastón (como se había alegrado de deshacerse de las muletas y silla de ruedas), regalo de Theodore (aunque este lo hizo más en son de burla).
Por supuesto, ella y Draco habían tenido una acalorada discusión sobre nombrar al niño (si era un niño) como a un demonio, y curiosamente como al medimago que atendía a la madre del rubio.
"Therion!" Pensó, sonriendo ampliamente.
¿Por qué no lo había pensado antes?
El guapísimo medimago era perfecto, lástima que fuese MUY hetero. Pero Potter notenia porque enterarse.
-Pansy-la voz del moreno la hizo levantar la vista
-¿sí?-cuestiono, dedicándole una sonrisa por demás estremecedora para el moreno
-¿a dónde fue Draco?-cuestiono, sentándose frente a ella
Masajeo sus piernas, aun se sentía algo resentido al caminar, pero Draco no tenia porque enterarse, ¿verdad?
-con Tim-respondió a la ligera, frunciendo el ceño levemente, ¿ese era el nombre?
-¿Tim?-el oji verde palideció ligeramente, de quien hablaba Pansy?
-ah, bueno, el ya te contara-rio suavemente y se puso en pie-sabes, cocinas muy rico y yo tengo antojo de una tarta de chocolate, ¿me harías el favor?
Harry suspiro y asintió.
Se levanto, aferrándose con fuerza al bastón (lo único que lo salvaba de usar muletas) y siguió a Pansy a la cocina.
Total, no perdía nada por esperar al rubio y preguntar.
Y por supuesto, no estaba celoso.
-------------------------------------------------------
Draco arribo a Grimmauld Place entrada bien la noche y se dejo caer pesadamente en el sofá mas cercano. Con Harry casi totalmente curado, no tenia porque pasar 24/7 en la mansión Black, pero quien le preocupaba era Pansy.
Después de haber pasado casi todo el día con Timothy Crown (un excéntrico medimago de unos 36 años, que estudiaba las ETS en magos) se sentía realmente agotado.
Física, mental y moralmente. Era desolador saber que Pansy posiblemente no tuviera oportunidad de sobrevivir...
"Pero que piensas" se reprocho, mientras se dejaba caer en el sofá "ella vivirá, tiene que hacerlo para ver crecer a su hijo"
Su mirada se oscureció. Debía considerar seriamente el que, dentro de poco o mucho, Pansy necesitaría transfusión de magia, como había dicho Tim, y quien fuese el "donador" estaría mágicamente unido al no nato.
"Merlín" gimió internamente, ¿por qué las cosas tenían que ser tan complicadas?
El crepitar de las llamas le saco de sus cavilaciones. Alzo la vista y se fijo en la chimenea, donde las llamas poco a poco tomaban la forma del rostro de su amigo Theodore.
-buenas noches, Draco-saludo el castaño, sonriéndole levemente
-buenas noches Theo, ¿qué sucede?-devolvió el saludo, echándose un poco hacia delante
-me llego una carta del orfanato donde esta Altaír-informo de sopetón
Draco jadeo y casi se cae del sofá.
De pronto escucho un ruido en el piso de arriba y alzo la vista al cielo raso y valoro las posibilidades de subir a ver que sucedía.
Espero unos minutos, pero al no escuchar nada mas, volvió la vista al rostro difuso entre las llamas de Theo.
-¿qué dijeron?
-está enfermo, y como no lograron localizarte en tu departamento me contactaron a mi
-demonios-jadeo nuevamente- él está en Francia!
-lo sé, ¿iras?
Draco lo miro seriamente, y pudo apreciar como su amigo se estremeció. ¿Qué pregunta tan estúpida era esa? ¡Por supuesto que iría!
No sabía en qué momento le había nacido ese instinto protector, tal vez convivir tanto con Neville en San Mungo, y luego con San Potter le había pegado la manía de héroes que tenían los Gryffindors.
-¿siquiera saben qué tiene?
-no, por eso solicitan tu presencia de inmediato, ¿en serio iras?
-por su puesto, Altaír me necesita y no lo dejare solo por nada del mundo
-¿qué hay de Pansy?-Theo le miro confundido
-solo serán unos días
-¿tan importante es para ti?
Asintió, sonriendo ampliamente.
-se nota que lo quieres-comento admirado el castaño, sus ojos verdes* brillando de emoción
-con todo mi corazon-asintió el rubio, sonriéndole
-bueno, me reclaman por estos lados-le giño un ojo, con una sonrisa picara aflorando en sus labios.
Draco rodo los ojos y se despidió de Theodore. Se levanto, decidido a descansar a sea un rato, temprano debería partir a Francia.
Subió las escaleras, con parsimonia, luchando con las ganas de devolverse y arrebujarse en el sofá.
Tan metido estaba en sus pensamientos que no vio a la figura que le observaba desde los pies de las escaleras, del lado contrario por el que subió.
Unos hermosos ojos verdes refulgieron en la oscuridad, con un brillo entristecido.
“Ya tiene a otra persona en su vida” pensó, sumamente deprimido mientras subía las escaleras “tal vez, debería rendirme en este amor imposible”
Harry suspiro, luchando por contener las lágrimas, luchando por no arremeter contra todo.
Y sobre todo, tratando de convencerse de que, por supuesto, NO estaba celoso... ¿Verdad?
-----------------------------------------------------------
A la mañana siguiente, Draco anuncio que iría a Francia por uno o dos días, sin dar la razón de este viaje. Pansy estaba sorprendida, pero nada más ver la expresión de su amigo, supo que solo había alguien que lo haría viajar a Francia: Altaír.
El rubio le ofreció a Harry dejarle a cargo de Theo o Neville durante ese par de días, pero este se negó, prometiéndole que se cuidaría.
-recuerda no hacer magia-recordó el rubio, jugando distraídamente con el traslador que lo llevaría a su destino-te pondré un hechizo para monitorearte
-como quieras-respondió con el moreno, con más frialdad de la que pretendía
Draco alzo una ceja, saco su varita y pronuncio el hechizo de forma casi inaudible, bajo la atenta mirada de Kiefer.
-listo-Draco sonrio-¿seguro qué no quieres qué...?
-no soy un niño, Draco-gruño fastidiado
El rubio suspiro y se giro a Pansy, que estaba cruzada de brazos de forma obstinada.
-voy contigo-declaro
-Pansy en tu estado...
-Draco, soy medimaga, se los riesgos que corro en mi estado, y viajar con traslador no es uno de ellos
-si tú insistes-gruño, tomándola por un brazo.
Apunto el traslador con su varita y este se activo de inmediato, haciéndolos desaparecer a ambos.
Harry suspiro, dejándose caer en el sofá que tenia más cerca, enterró su rostro en sus manos.
¿Por qué sentía un gran vacío en su pecho?
A claro, porque cabía la posibilidad de que Draco ya tuviese una pareja
El castaño, que se apoyaba al lado de la chimenea, observaba a Harry con una enigmática sonrisa en los labios.
“No puedo creer que Malfoy me lo haya dejado tan fácil” pensó, acercándose a Harry
Estaba decidido. Aprovecharía ese par de días para conquistar al moreno.
-----------------------------------------------------------
Sus pasos resonaban en los muros del pasillo. Le extrañaba que siendo el lugar que era no hubiera ni un solo ruido.
Suspiro y dobló una esquina, para luego entrar en la primera habitación; lo hizo sin dudarlo, se sabía el camino de memoria.
La habitación a la que había ingresado estaba totalmente a oscuras, lo que le hizo fruncir el ceño.
-¿Altaír?-llamo suavemente, cerrando la puerta tras de sí y encendiendo las luces con un paso de varita
-¿Dra... Draco?-escucho le llamaban, con tanta suavidad que creyó haberlo imaginado.
Camino directo a la cama y se sentó en la orilla, retirando las sabanas con delicadeza.
Debajo de estas, con las mejillas encendidas y la frente perlada de sudor, se encontraba un niño, de no más de 6 años.
Sus largos cabellos negros se pegaban a su rostro, su respiración era algo forzosa y apretaba los ojos con fuerza.
-¿cómo te sientes?-pregunto el rubio, retirando algunos mechones del oscuro cabello del niño
-m... mal-tartamudeo, tratando de abrir los ojos-m... me due... duele todo
-¿qué más sientes pequeño?-pregunto, agitando su varita para medir la temperatura
-no respiro-susurro-¿me llevaras contigo?
Draco desvió la vista de los números que habían salida de su varita, clavando sus grises ojos en los azul grisáceos del niño, que le miraba esperanzado.
-aun no, Altaír, lo siento-acaricio sus sonrojadas mejillas
-no importa-sonrio débilmente, pero sus ojos estaban opacos y entristecidos
Draco frunció el ceño. Se levanto y saco todas las sabanas de encima del niño. Ahogo un gemido.
Malditos animales!
Las pequeñas piernas y los bracitos del morocho estaban llenas de moratones y arañazos, algunos con muy mala pinta.
-Altaír, ¿quién...?
El niño desvió la vista, tratando de reprimir las muecas de dolor que le provocaban el moverse.
El rubio se inclino y deslizo sus dedos con suavidad por los costados de Altaír, ahogando un nuevo gemido al confirmar su sospecha: Altaír tenía varias costillas rotas y posiblemente algún fragmento había astillado sus pulmones o algo similar.
-te prometo que te sacare de aquí-susurro, besando su frente-no importa lo que deba hacer
El niño sonrio ilusionado. Eso sería realmente genial.
-----------------------------------------------------------
Harry suspiro por encima vez en lo que hiba de día, llevando una cucharada de pai de calabaza a sus labios.
Draco se había marchado hacia solo un par de horas y el ya lo extrañaba, desde su explosivo carácter al momento de regañarle por no obedecerle, hasta su altanería e indiferencia al hablar con Kiefer. Su dulzura al tratar a Pansy, su paciencia con sus ejercicios, su concentración mientras preparaba una poción (había tenido el descaro de espiar al rubio mientras este preparaba las pociones que debía ingerir, con la excusa de que se aseguraría el rubio no hiciera nada raro -algunos hábitos prevalecen-).
-Harry, te desinflaras si sigues suspirando-comento Kiefer, sonriendo con cierta mofa.
-lo siento-se sonrojo levemente y le sonrio nerviosamente-debo de estarte aburriendo
-para nada-Kiefer se sentó a su lado, sonriéndole coquetamente-te propongo algo, ¿por qué no aprovechamos que Malfoy no está y salimos a dar una vuelta?
-¿tú y yo?-pregunto Harry, sintiendo su sonrojo acentuarse
-no veo a nadie más por aquí-respondió con simpleza, ampliando su sonrisa-¿qué dices?
-no quisiera pasearme por el Mundo Mágico así-señalo el bastón-y no es que me avergüence, es que los del Profeta viven pendientes a lo que hago
-podemos ir al mundo Muggle-ofreció, pacientemente
Harry lo miro unos segundos, desconcertado.
¿Era su imaginación o Kiefer le estaba coqueteando?
Si era así, no podía hacerle eso a Dra...
Interrumpió ese pensamiento. ¿Qué diablos le pasaba por la cabeza?
Draco debería estar muy feliz en Francia con el tal Altaír, no tenia porque comportarse como... si fueran algo.
Le sonrio a Kiefer y asintió, Draco no tenia porque enterarse.
Además, no aceptaba la cita con intenciones de poner celoso al rubio. No señor, el no planeaba eso, en caso de que Draco lo supiera.
“Disfruta tu estadía con Altaír” pensó desdeñoso, mientras se ponía en pie y seria a Kiefer al salón.
No.
Harry Potter no estaba celoso de alguien a quien ni siquiera conocía.
-----------------------------------------------------------
-¿cómo es posible que no sepan que le sucedió a Altaír?-cuestión con tal frialdad el rubio, que sus palabras hubieran helado la sangre de cualquiera.
Cualquiera menos la señora Coptom, directora del orfanato donde forzosamente debía estar Altaír, por ser hijo de un mortifago.
-ya se lo dije, señor Malfoy-respondió, sin ocultar el asco que le provocaba pronunciar siquiera el nombre-no sé qué le sucedió, solo sé que un día no fue al comedor, y cuando fueron a verlo estaba ardiendo en fiebre
-¿sabe usted que tiene un pulmón perforado, 6 costillas rotas, 3 cada lado, un sin número de moretones y un posible trauma craneal?-pregunto, alzando una ceja, luchando con las ganas de hechizar a la bruja
-no, no lo sabía-respondió con palpable indiferencia
Si por ella fuera, todos los hijos de mortifagos (especialmente mortifagos como los padres de Altaír) serian echados a la calle o asesinados sin pensarlo. No le agradaba para nada tenerlos en el orfanato.
Draco respiro hondo, luchando por no moler a crucios a la mujer, o peor, lanzarle la maldición asesina.
La miro seriamente, con sus fríos ojos grises, llameantes de un gélido desprecio hacia ella, que la hizo estremecer.
-es más que obvio que no quiere a Altaír aquí-dijo, suavemente, tratando de clamar su ira-¿por qué no firma los papeles de adopción y me deja llevármelo?
-primero, vuestro Ministerio tiene que confirmar que es usted apto para una adopción, cosa que dudo hagan, y segundo, las cosas no son tan sencillas
-su custodia me corresponde por derecho-escupió, apretando fuertemente los puños-y me asegurare de sacarlo de este maldito lugar, a toda costa
-¿es una amenaza, señor Malfoy?-cuestiono incrédula porque la fría mascara de aparente calma se cayera a pedazos por una nimiedad
-tómelo como se le venga en gana
Dicho esto, el rubio dio media vuelta, ignorando la expresión estupefacta de la mujer.
“Porque me llamo Draco Malfoy, te sacare de aquí, Altaír”
-----------------------------------------------------------
Harry se la paso en grande.
La verdad el ruso era realmente divertido... y guapo. Muy simpático y comprensivo.
A su lado, no pensó ni una sola vez en Draco, lo que, al llegar a Grimmauld Place le hizo sentir mal.
Sentimiento que se empeoro cuando, al entrar en la cocina, se encontró con Pansy dentro de esta, sentada cómodamente en uno de los taburetes, disfrutando de una taza de té.
-¿y Draco?-pregunto sin pensarlo, sentándose a su lado
-se quedo en Francia, vendrá mañana, a más tardar al medio día-respondió con suavidad la morena, clavando sus ojos en Kiefer, que acaba de entrar siguiendo a Harry
-ah, ¿cómo llegaste?
-con un traslador-Pansy termino su te-¿se divirtieron a donde sea que hayan ido?
Harry se sonrojo, apartando la vista, huyendo de la negra mirada de la chica.
-si-respondió, con una repentina timidez en la voz.
¿Por qué se sentía como el crio que fue en Hogwarts?
-no te preocupes, no le diré a Draco que desobedeciste su estricta orden de no salir de aquí
-Pansy yo...
-tranquilo-la joven sonrio-yo ahora mismo debo ir con Theo-rodo los ojos-Harry, si necesitas algo no dudes en usar la Red Flu
La chica se levanto, dejo la taza en el fregadero y salió de la cocina, con paso elegante.
Se sentía culpable por haber salido, pero no podía negar que se la paso realmente bien junto a Kiefer.
Se llevo la mano a los labios y los acaricio, sonrojándose.
El ruso no besaba tan mal.
-----------------------------------------------------------
Pasaron dos días luego de que Draco se marchara a Francia y Harry tenia los nervios de puntas.
Cualquier cosa le hacía enojar con facilidad y se la pasaba torturándose mentalmente, pensando en que Draco debía estar muy feliz junto a Altaír.
Y si, lo admitía, ardía en celos de solo pensar en el rubio junto a otra persona, hombre o mujer, en plan romántico.
Aunque claro, el no podía hablar. Había dejado que Kiefer lo besara... varias veces. Y lo había disfrutado. Para qué negarlo! El ruso estaba como quería y besaba maravillosamente bien. Algo en su corazón se derretía cuando lo tenía cerca... pero su mente, traidora, le decía que traicionaba a Draco (aunque no estaban juntos).
Se vio varias veces tentado a destrozar su habitación, a punta de hechizos, pero se controlo, por 2 simples razones: 1-no quería decepcionar al rubio y 2-el medimago le había amenazado con colocarle unos brazaletes inhibidores de magia.
Y Kiefer no paraba de coquetearle abiertamente. El castaño era muy guapo, besaba bien, y era realmente encantador, pero su corazón ya estaba ocupado por cierta serpiente que estaba ahora en Francia.
Bufo, mirando el reloj que estaba sobre la chimenea.
Acababan de dar las 7 de la noche y el no tenía muchos ánimos de levantarse a preparar algo de cenar, y estaba solo.
Pansy estaba con Blaise y Theo, haciendo quien sabe que cosas de Slytherins, y Kiefer había tenido que ir al ministerio a entregar un informe sobre el trabajo de Malfoy, y no había regresado aun.
Se arrebujo en el sofá, cerró los ojos suspirando, con la intención de dormirse. Cosa que logro en tan solo unos segundos.
Su sueño era tan ligero, que el sonido de una aparición lo hizo sentarse de golpe, sacando la varita por puro reflejo.
-¿no te dije que no podías usar magia?-escucho que le preguntaban, con frialdad y rabia contenida.
Se coloco los lentes y busco la voz por todas partes, hasta que sus ojos se posaron en el rubio, que se apoyaba en la chimenea, con expresión indescifrable.
-buenas noches-saludo, sonriendo débilmente, mientras dejaba la varita sobre la mesita de centro.
-buenas noches-devolvió el saludo-¿por qué estas acá abajo y no arriba?
-me quede dormido-se encogió de hombros
-¿y Pansy?
-con Theo y Blaise
Draco asintió, miro a su alrededor y alzo una ceja
-¿e Ivanish?
-en el Ministerio-Harry dudo unos segundos antes de preguntar-Draco, ¿dónde estabas?
-en Francia-respondió como si fuera lo más obvio-Potter, estoy realmente cansado-“y de muy mal humor” pensó- hablamos mañana
-claro-Harry frunció el ceño
¿El rubio se habría peleado con quien sea a quien fue a ver a Francia?
Porque ciertamente, se veía que estaba de pésimo humor.
Harry bufo. “Eso no debe interesarme”
Pero claro que le interesaba. Gruño.
No importa lo que tuviera que hacer, desde que se curara, le pediría al rubio que estuviera con él.
Le importaba poco que el rubio se estuviese viendo con alguien.
“Malfoy es mío” pensó, posesivamente.
Definitivamente, ese era un más que excelente momento de dejar salir aunque fuese un poco su vena Slytheriana.
Y tratar de dejar a un lado sus celos.
Continuara...
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español