Cap. 13
Por la mañana, Draco flotaba en las nubes, y mientras preparaba el dichoso aparato muggle para la sonografía de Pansy, tarareaba una tonta cancioncilla muggle que alguna vez había escuchado mientras estudiaba.
La morena le miraba divertida desde la cama, acariciando su prominente vientre, que se había inflado (según ella) el doble en los últimos días.
No debía sentirse acomplejada, al fin y al cabo era su hijo, pero no podía evitar pensar que eso no era normal
-tranquila, Pans-Draco le sonrio, echando la gélida y viscosa pasta verdosa sobre su vientre-tu bebé está bien
-ya lo sé-asintió, apenada-pero...
Se quedo callada al ver la imagen que se proyecto en el aparato.
Ambos médicos jadearon sorprendidos y se miraron, incrédulos.
Un grito escapo de la garganta de la futura madre y casi de inmediato, Harry, seguido de Kiefer, entró a su habitación.
Ambos aurores miraron extrañados las lágrimas que rodaban por las mejillas de Pansy, acompañadas por una sonrisa boba.
-vaya, ahora tiene sentido-asintió Draco, moviendo el aparatito que se conectaba a la maquina, con el que podían ver al bebé-creo, tendrás que comprar un departamento
-eso no es problema-balbuceo la madre, aun consternada-¡es maravilloso!
-¿qué sucede?-pregunto Harry, mirando del uno a la otra
-no es un niño-dijo Draco-son dos-y Harry vio una sonrisa boba cruzar los labios del rubio-y uno de ellos es una niña
Otro grito por parte de Pansy, que empezó a llorar con verdaderas ganas.
-debo ir a San Mungo, tal vez hable con Timothy para que me preste la maquina que dijo, para la transfusión de magia-Draco desconecto el aparato, tomo un pergamino y tomo nota rápidamente
-¿transfusión de magia?-pregunto Harry, confundido
-la enfermedad de Pansy está alterando su magia, y pronto los bebes necesitaran mas-Draco lo miro preocupado, unos segundos, antes de volver la vista a la morena-ve pensando en los nombres querida
-te dije que se llamara Therion-respondió, con terquedad-a Alex no le importara que use su apellido
El rubio rodo los ojos, decidido a no discutir con la mujer.
-Draco Therion Parkinson, suena bien-siguió comentando, acariciando su vientre-y Narcissa Tiare Parkinson
El rubio la miro sorprendido, boqueando repetidamente. Ella no planeaba... ¿O sí?
-Pansy...
-a Cissy le encantara, cuando despierte-siguió la morena, gruesas lagrimas rodando por sus mejillas-estoy segura que cuidara de ellos como si fueran suyos
Inmediatamente, el rubio se sentó a su lado y acaricio sus cabellos.
-no digas eso-susurro, tratando de controlar sus lagrimas-estarás bien
Acongojado, Harry le hizo señas a Kiefer para que saliesen. Era mejor dejarlos solos.
Ambos bajaron las escaleras, cada uno metido en sus pensamientos.
Harry se preguntaba, una y otra vez sobre sus acciones del día anterior.
No es que se arrepintiera. Para nada. Se alegraba.
Lo que le preocupara era que el rubio lo mal interpretara y pensara que lo hizo por... lástima.
Fijo su vista en el salón de Grimmauld, que desde un par de días antes había vuelto a ser eso, un salón.
Sabía que pronto Draco dejaría de atenderlo, y el no tenia corazón para echarle de casa, no después de haberle prometido que dejaría que Pansy se quedaría allí.
-oye, Harry-llamo Kiefer, sacándole de sus pensamientos
-¿hmm?-pegunto, deslizando los verdes ojos por la estancia
-cuando vuelvas al Departamento de aurores-el ruso se detuvo, sopesando sus palabras-me preguntaba si... Pues bueno yo...
-Harry-Draco apareció en ese instante, una radiante sonrisa en su rostro y los ojos brillantes de emoción-¿no te importa cuidar a Pansy? Debo hacer unas cosas en el Ministerio
El moreno pestañeo y asintió.
¿Qué haría Draco en el Ministerio?
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El rubio frunció el ceño, gruño y asesino con la mirada a la mujer sentada frente a él.
¿Es que no podían poner personas más competentes?
-lo siento señor Malfoy-se disculpo la joven, mirándole nerviosamente-yo no...
-¿Malfoy?-preguntaron a espaldas del rubio
Draco se giro y sus ojos se iluminaron al posarse en Hermione Granger. Abogada en el Ministerio.
-¡Granger!-llamo y se acerco a ella en dos zancadas-necesito un favor
La chica frunció el ceño, ¿qué favor podría querer el rubio?
-te escucho
-eres abogada-Draco alzo una rápidamente, interrumpiendo la queja de la joven-ya sé que es en Defensa de Criaturas Mágicas, pero necesito que me consigas un permiso de transferencia de Patria potestad
La chica pestañeo... Un... ¿Qué?
-Malfoy, no comprendo, a quien quieres adoptar
-a mi ahijado y primo, Altaír Lenstrange-dijo sonriendo ampliamente
La chica jadeo.
¿Bellatrix Lenstrange había tenido un hijo?
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Draco observo emocionado el pergamino en sus manos.
¡Le debía una a Hermione Granger! Pero realmente no le importaba.
Luego de que la castaña escucho la barbarie que le hacían al pequeño moreno se sintió acongojada y, usando su imagen de Heroína de Guerra y amiga del Salvador del Mundo Mágico (que conste que ella ayudo mucho) había conseguido en tan solo 4 horas que el proceso de adopción se aprobara.
Solo necesitaba la firma de dos aurores certificados y un medimago (a saber para qué); y, por esa razón, en ese mismo instante caminaba por el segundo piso, en el Departamento de Aurores, buscando a Ronald Weasley.
Luego de dar un par de vueltas, lo encontró en un cubículo junto al de su querido amigo Blaise.
-¡Comadreja!-saludo llegando hasta el escritorio-necesito un enorme favor tuyo
El peli rojo alzo una ceja, no todos los días veías a Draco Malfoy pedirte un favor.
-te escucho
-fírmalo-Draco le extendió el pergamino
Ron lo abrió cautelosamente y lo leyó, con Blaise apoyado en su hombro, movido por la curiosidad.
Al terminar, Ron sonrio y, tomando su pluma, firmo rápidamente. Hermione ya le había enviado una nota, avisándole que posiblemente el rubio medimago iría a pedirle ese favor.
-a la directora del orfanato le dará un infarto-comento Blaise, riendo por lo bajo
-ya lo creo-concordó Draco, tomando el pergamino de vuelta-gracias, Comadreja
-no tienes porque, hurón-el chico le guiño un ojo-anda, se que quien sigue es Harry
El rubio se sonrojo levemente, y sin decir nada, dio media vuelta y volvió sobre sus pasos.
Pasaría a que Neville le firmara antes de volver a Grimmauld.
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Harry observo fastidiado el enorme libro que tenía en frente.
Eso de andar leyendo era cosa de Hermione, pero a Pansy se le metió en la cabeza que le investigara quien sabe que para ahorrarle trabajo a Draco.
Bufo nuevamente, preguntándose por enésima vez porque le había hecho caso...
Ah, sí.
La Slytherin se ponía insoportable cuando no conseguía lo que quería.
Tan ensimismado estaba en sus refunfuños que no noto como la puerta se abría levemente y por ella entraba alguien.
-Harry...
El joven se sobresalto y clavo sus llameantes ojos verdes en un par azules.
Suspiro y cerro el libro.
-¿si, Kiefer?-cuestiono, dejando el libro a un lado y recostándose en el escritorio a sus espaldas
-me preguntaba si querías salir a dar una vuelta conmigo-el ruso sonrio coquetamente, caminando hasta el.
-debo cuidar de Pansy
-ella estará bien-razono el ruso, apresando a Harry contra el escritorio.
-Kiefer...-advirtió, mirándolo severamente.
El hombre simplemente rio y pego sus labios a los de Harry, dominándolo por completo.
El moreno se resistió unos segundos, pero debía de admitirlo, el auror ruso besaba de fabula.
Sin darse cuenta como, termino sentado en el escritorio, con el ruso devorando sus labios y metiendo sus manos bajo la camisa que llevaba puesta.
Se separaron por falta de aire y, por el rabillo del ojo, a Harry le pareció ver un destello platinado que le helo la sangre.
Detuvo todo posible avance del castaño y lo alejo un poco, posando los ojos en el marco de la puerta, donde un pálido Draco Malfoy les observaba.
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No tuvo que contar toda la historia de Altaír a Neville, pues Theo ya se lo había dicho la noche en que recibió la carta de Francia.
Por lo tanto, cuando se presento en el herbario de San Mungo, donde el Gryffindor pasaba gran parte de su estancia en el hospital, y le extendió el pergamino, este lo firmo sin leerlo.
Le dijo que estaba ansioso por conocer al pequeño, a pesar de ser hijo de la culpable del estado de sus padres. “El no tiene la culpa de lo que hizo su madre” había dicho, sonriéndole tiernamente.
Y Draco le había asegurado que, una vez lo trajera a Londres, lo llevaría directo a conocerle.
Así, feliz porque tan solo le faltaba la firma de Harry, apareció en Grimmauld, cargado con la caja de bombones favoritos del moreno (en caso de que tuviera que comprarlo para que firmase).
Subió primero a ver a Pansy, que miraba entretenida unas cuantas revistas de cuidado de bebes, que le había dado la señora Weasley.
Le mostro el pergamino y la morena había gritado emocionada. Le dijo que había mandado al moreno a la biblioteca de la Mansión Black, para que buscara algo de información sobre la transfusión de magia.
-en caso de que se te pase algo por alto-comento divertida
Draco rodo los ojos y bajo a la biblioteca.
Lo que, por supuesto, no esperaba era encontrarse con Harry, siendo devorado a besos por Kiefer.
Sinceramente, lo que sintió en esos momentos fue una amalgama de emociones difíciles de describir.
Primero sintió su corazón hacerse añicos, junto con las ilusiones que le había provocado el beso de Harry el día anterior.
Y este pareció hacer mucho ruido porque Harry detuvo al ruso y lo miro... Lo miro horrorizado y con algo de... No supo definirlo.
Draco palideció considerablemente y sintió unas horribles ganas de llorar. Y el que había pensado que Harry... Había pensado...
Y el dolor se convirtió en una ira cegadora. La palidez mortal que lo había cubierto se convirtió en un rojo furioso y su consternación en una fría mascara que no dejaba entrever el aluvión de emociones que lo taladraban.
-lamento la interrupción-siseo fríamente-vuelvo en otro momento
Dio media vuelta y salió, mordiendo su lengua para no llorar.
Escucho unos pasos a sus espaldas y sintió una mano cernirse sobre su brazo. Se vio girado violentamente y se encontró enfrentado a un par de esmeraldas, furiosas como un mar tormentoso.
-se puede saber ¿qué te pasa?-pregunto Harry, molesto
El rubio no estaba celoso... ¿O sí?
-perdón, Potter, no sé de qué me hablas-escupió el apellido, con la misma saña con la que lo hacía cuando estaban en la escuela-si me disculpas tengo cosas que hacer
-Draco acaso tu... ¿Estás celoso?
-no te creas tanto, Potter-Draco sonrio altanero-si me disculpas, tengo cosas que hacer, me voy a Francia en unos días, en vista de que ya puedes volver a tu trabajo como auror
“Francia” pensó Harry, “ira con Altaír”
-disfruta el viaje, pues-seseo Harry, soltando el brazo de Draco
El rubio lo miro confundido. ¿Disfrutarlo?
-¿de qué demonios hablas?-cuestiono, sin poder evitarlo, frunciendo el ceño
-sabes perfectamente de que hablo-respondió Harry, acorralando al rubio contra una pared-no tienes ningún derecho a estar celoso si ya tienes a alguien ocupando tu corazón
Draco, a pesar de la cercanía, que otrora lo hubiese puesto nervioso, sopeso rápidamente las palabras del moreno. ¿A alguien? El moreno parecía estar relacionando eso con Francia.
Pero en Francia solo estaba...
Abrió los ojos desmesuradamente, no sabiendo si reír o partirle la cara a Harry por pensar cosas estúpidas.
-Draco, ¿Harry ya firmo los papeles?-pregunto Pansy, bajando por las escaleras.
La morena se detuvo y alzo una ceja. La estampa la hubiera divertido si no fuera más que obvio que ambos estaban furiosos.
Solo había que ver como la lámpara araña que colgaba en el salón empezaba a tambalearse, amenazando con caerse.
-¿papeles?-pregunto el moreno, girándose
-si-asintió cautelosa la medimaga-supongo ayudaras a Draco a recuperar la custodia de su ahijado-comento, con naturalidad
Harry miro al rubio y luego a ella, cada vez más confuso.
-no Pans-respondió el rubio-buscare otro auror que quiera firmar-escupió, desembarazándose de la prisión que ofrecían los brazos de Harry
Más confuso aun, Harry observo, por primera vez, el pergamino que tenía el medimago en sus manos.
Sin pensárselo dos veces se lo arrebato y lo abrió. Lo leyó rápidamente y palideció considerablemente.
Era estúpido.
Estaba confirmado que era realmente estúpido y por su propia estupidez había perdido la única posibilidad de conquistar al rubio.
Aunque claro, debió imaginarlo.
Entre sus manos tenía nada más y nada menos que una solicitud de adopción para Altaír Rafael Lenstrange Black, hijo de Rodolphus y Bellatrix Lenstrange y ahijado de Draco Malfoy.
Definitivamente... La había regado.
Continuara...
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