Capítulo 5: Los Muggles y los hombres –PARTE 1-
- ¿Me extrañaste Potter? –Me tomo de la playera acercando mis labios a los suyos, me incline hacia atrás sintiendo como soltaba lentamente mi ropa mirándome con una sonrisa que hace mucho no le veía; acomode mi cabello que se había desordenado por el viento, aquel lobo gruño con furia, notaba su molestia.
- Tranquilo… -Acerque mi mano a su cabeza, lo cual solo pareció tranquilizarlo un poco.
- Tu mascota va a atacarme Potter… Contrólalo. –Salto sobre Malfoy dejándolo en el suelo, esto me había sacado de orbita, me acerque al lobo e intente separarlo, Draco le amenazó con su varita ¡Solo es un lobo, no podría saber que usara magia!.
- ¡Draco basta! –Saque mi varita y lo confronte apuntándole, no quería que le hiciera nada.
- ¡Uhn! Me cambiaste por un lobo… Está bien, no viene a molestarte aunque no pude evitarlo. Sentí que debía venir… ¡¿Oye puedes quitarme a tu mascota de encima?! – Por mas que intentaba no se quitaba de encima de Draco, y cada vez dejaba caer más su peso sobre él.
- Han descuidado Azkaban… Varios mortifagos están sueltos, incluso mi padre-
- ¿Lucius? – ¿Cómo iba a olvidar a ese sujeto?, después de todo por él Malfoy retribuyo con muchas cosas, cosas aún peores que haberme hecho sufrir.
- Si, lo lamento… Por él yo te hice mucho daño, Harry, tu… Aún me gustas. –Cuando note él lobo quedo frente a mi bloqueando mi visión, se dio la vuelta observándome, solo se desvaneció y frente a mi estaba nuevamente él.
- ¿Jacob?-
- Harry. Y tú… –Dio pasos largos y pesados hacia Malfoy. – Haces algo que lo dañe en cualquier forma y te matare –
- ¡Uhn! ¿Un hombre lobo?, creí que solo eran un mito. –Ambos se miraban desafiándose atacándose con un semblante furtivo, Draco con arrogancia y Jake mostrando los colmillos caninos, retándolo con su aura de superioridad.
- Y tú, ¿que eres?- Ya era obvio que si algo nos seguía junto al misterioso ambiente mágico que desbordábamos, algo ocultábamos y por algo estábamos aquí.
- ¡Ja! –Se jacto, sin siquiera quitarle la vista de encima- Soy lo mismo que Potter. – Me señalo. Me miraba con mofa. ¡No podía creerlo!, hace unos momentos me había dicho que aún le gustaba pero su orgullo, su forma de ser, las enseñanzas del pasado, todo apuntaba que solo era un capricho para él. Nunca he había importado ni cuando me tendió la mano por primera vez y la negué.
Saco su varita y me apunto. – ¡Expeliarmus! – Fulgurante color blanco con destellos rojos me cego.
Capítulo 5: Los Muggles y los hombres -Flash Back- DM
>>¿Cómo iba a olvidarlo? Desde que comencé a darme cuenta de que el espiarte en los vestidores no era para buscar tus debilidades, sino para admirarte.
Uno de los tantos días Crabbe y Goyle habían salido argumentando que irían a robar comida dejándome solo como algunas veces, eran un fastidio. Para demostrarme que espiar a Harry no era una obsesión, salí de Hogwarts iría por una cerveza de mantequilla me relajaría y buscaría alguna chica ingenua a la cual enamorar. Tan solo al llegar me senté, pedí mi cerveza y con la mirada buscaba una joven, bella, de ojos verdes brillantes llenos de valor de cabello corto y hermosamente... - ¡Harry! –Exclame, él se acercaba a mi, yo lo había estado describiendo mirándole de frente.
- Draco… ¿Puedo sentarme? – Asentí con la cabeza ligeramente molesto, la chica a quien buscaba era Harry, un hombre –Me apuñale a mi mismo con palabras desde dentro-. Pidió una cerveza la cual nos llegó a ambos al mismo tiempo a la mesa, nos quedamos en silencio acompañados por el sonido de las conversaciones a nuestro alrededor, el vidrio chocando contra la madera, nuestros sorbos y respiraciones apenas audibles.
- … -Estuve a punto de romper el silencio sin embargo Harry choco su tarro contra el mío atrayendo mi atención.
- No te vi… -
- No se de que me hablas Potter, se claro –Di un buen trago a mi cerveza fingiendo melestia.
- Hoy no fuiste a verme en la ducha –Casi me ahogo con esto, intentaba no ensuciarme y seguir respirando, deje el tarro en la mesa limpiándome con la manga de mi ropa los labios.
- ¡¿Qué?! –Tosí un poco - ¿Desde cuándo…? – No quitaba mi muñeca de mi boca, no pensaba con claridad pero seguramente deseaba no me viera con tan solo taparme un poco del rostro.
- Al principio creí que no lo hacías, pero conforme pasaban los días, semanas y demás me di cuenta de que realmente me ibas a ver – Me quede callado unos segundos, acomode mi tarro en la mesa haciéndolo a un lado sin dejarle hacer ruido, apreté mis labios dejando una pequeña parte de ellos en mi cavidad bucal lamiéndolos con mi lengua ; apoye mis codos en la mesa y le robe un beso. Deje de lado mi orgullo y mis pensamientos, le tome del cabello acercándolo mas, aprisionando sus mechones negros, mordiendo sus labios, era la llave a su ser que me dejaba entrar y deleitarme con su sabor. ¡Mierda lo deseaba! ¡Necesitaba mas de él!. Termine el beso dando una bocanada de aire; me miraba sorprendido, con los mejillas sonrojadas y la boca entre abierta.
- Sí, me gustas –Bufe con tono enojado. Por debajo de la mesa tome su mano entre las mias dándole calor. Luego de aquello pasamos el resto del día juntos, teniendo cuidado de no ser observado por otros.
Un pacto silencioso…
Un pecado hacia Slytherin…
A mi padre…
Posiblemente hacia mi mismo.
Desde ese día comenzamos a salir en cuanto teníamos oportunidad, nadie jamás nos vio, teníamos cuidado. Harry Potter, él merecía más de lo que le daba; Harry siempre soportaba mis humillaciones y en nuestras escapadas –en las cuales nunca éramos encontrados- hacíamos cosas que jamás nos verían realizar en público.
Muchas noches nos duchábamos juntos en el baño de las chicas donde Myrtle la llorona había prometido no decir nada y dejarnos en paz en cuanto nosotros no nos importara que ella en ocasiones nos viera sin aparecerse –Parecía que le gustaba las relaciones prohibidas entre hombres-.
Harry era mi droga, éxtasis; cuanto más tiempo pasaba con el mas adicto me hacía, no deseaba rehabilitación, solo a Harry, solo a él.
Pasaban los meses como el perecer de las hojas en pleno invierno y en cuanto más fuerte era la nevada yo le trataba peor en público; yo jamás acepte que lo quería más que… más que… ¡Nunca tuvimos sexo! Solo carisias, besos y palabras bonitas, creábamos juntos la felicidad…
Felicidad personal, única, prohibida.
Nuestro secreto.
No recuerdo cuando comencé a odiar tanto el color rojo, lo detestaba más o incluso tanto como a los sangre sucia, tenía que ser de Gryffindor; el nombre de la portadora de ese detestable rojo era Ginny Weasley de aquellos miserables amigos de Potter, tenía un motivo más para odiar a esa zorra y a su familia de pobres. Alejaban a Harry de mí.
Ya no podía mantener esto, el señor oscuro, mi padre, mi destino. En nuestra última escapada le dije: - Harry, terminemos con esto. La verdad no me apetece estar contigo. Eres una puta Potter, solo quería que fueras mi puta, pero ni diciéndotelo lograrías ser más puta de lo que ya eres. – Si, fui muy cortante con él, pero ¡deseaba que me odiara! solo así podría olvidarlo, con tan sólo eso lograría sacarlo de mis sentimientos y pasaría al odio, un odio que necesitaba fundir en todo mi ser hacia él.
Un último beso robado como la primera vez que salimos, junto a las cervezas de mantequilla.
Le haría mas miserable la vida…
Servir al señor oscuro…
Ese era mi destino.<<
“De alguna manera había visto todo aquello cuando su varita toco mi cabeza, eran parte de sus recuerdos. Draco Malfoy, ¿Qué debía pensar? Estaba con la mente revuelta. El llevaba años conociendo a Harry y yo apenas le había salvado de la profundidad del agua salada”
CONTINUARA…