Capítulo 1
Un muchacho de estructura ósea muy bien formada, de una edad de 25, de pelo castaño, y de unos ojos hermosos color esmeralda, se encontraba muy sorprendido en la puerta de salida del hospital, — ¿Cómo es posible? ¿ Por qué me pasa esto a mí?¿Cómo se lo explicare a usagi-san?¿qué hare?—estas preguntas no dejaban en paz la cabeza del castaño que a su tiempo, no podía entender, comprender, y asimilar lo que hace unos minutos le avía ocurrido.
~*~*~*~*~Flash Back~*~*~*~*~
Misaki se encontraba dentro del consultorio, enfrente de un escritorio, esperando a que el doctor que estaba sentado enfrente de él, le explicara lo que le ocurría y pudiera aclarar sus dudas sobre ¿Por qué le dolía tanto el estómago, la cabeza y el cuerpo? y ¿de por qué había tenido calentura recientemente? Entre otras dudas.
—señor Takahashi-san le tengo dos noticias, una mala…—decía el doctor muy serio, pero corrigió— bueno no… tengo una buena y otra depende de su punto de vista, ¿cuál quiere primero?—confeso el doctor.
—Am… pues me gustaría primero la buena. —decía el ojiverde un poco nervioso.
—pues… la buena es que no era lo que usted creía, no está enfermo, no tiene nada grave. —comunicaba el doctor con una sonrisa en la cara, poniendo al ojiverde un poco nervioso, pero a la vez calmado porque no era lo que él creía, en ese momento entre los pensamientos del castaño, recordó que el doctor le avía dicho que tenía otra noticia así que continuo con otra pregunta.
—a uff… menos mal, pero ¿cuál es la otra noticia?— pregunto el ojiverde ya más calmado.
—pues de acuerdo con los estudios que le mandamos hacer, al parecer su cuerpo está pasando por un trastorno un poco raro pero en estoy años se ha estado presentando mucho en los hombres homosexuales—el doctor con esto dejo un poco confundido al pobre Misaki, no tenía idea de que era ese trastorno del que el doctor hablaba, además el doctor ya sabía de la situación de Misaki, que su pareja era hombre, un silencio un poco incómodo se presentaba en ese consultorio, y como el castaño no hablo el doctor prosiguió a hablar para romper el silencio incomodo —¡usted es fértil…!!!—decía el doctor con una voz un poca más fuerte dejando al muchacho en shock— ¡felicidades...! Puede quedar embarazado. —termino diciendo el doctor.
— ¡¿Qué…?! Co-como es eso posible pe-pero soy hombre, eso es imposible—decía el ojiverde muy nervio y exaltado por la recién noticia que le había dicho el doctor no podía creerlo, como era posible que un muchacho hecho y derecho como él le pudiera pasar esto— doctor explique esto, entienda como… como es…— decía el castaño muy exaltado (si se podía mas), pero no pudo terminar la frase por que el doctor lo interrumpió.
—mire Takahashi-san usted es de esas pocas personas que tiene esas virtudes si le podemos llamar lo así—comenzó diciendo el doctor dejando callado a Misaki—ciertas personas homosexuales o no, pero la mayoría los son, presenta ciertos síntomas que son dolor de estómago, dolor de cabeza, fiebre etc. Y por lo cual te duele o se te presentan ese síntoma es por lo mismo, porque tu cuerpo está cambiando. —decía el doctor un poco más serio al ver la cara del joven, muy impactado; impresionado; sin habla… entre otras cosas.
—Pero doctor, ¿Por qué me pasa a mí?—pregunto el castaño.
—pues como te dije antes a los hombres homosexuales que tienen relaciones con otro hombre constantemente u otro tipo de relación sexual se le ocasiona esto… pero solo a los que tiene un tipo de gen que se pasa de generación en generación. —Dejando con esto al castaño con muchas cosas que procesar— entonces ese gen lo tiene toda mi familia, pero como nadie había pasado por esta situación, hasta ahora me di cuenta… hay no puede ser ¿Por qué a mí? No es justo… pero no estaría mal formar una familia con usagi-san, lo amo y estaría feliz, muy feliz, pero… por otra parte no he terminado mi carrera y de seguro el pervertido de usagi-san si le digo lo que hará es embarazarme contra mi voluntad y tendría que dejar la universidad por un tiempo hasta que la o él bebe crezca pero… como sería él bebe tal vez si es niña me gustaría que tenga el pelo castaño y ojos color violeta como usagi o al revés. Pero no importa que sexo sea seria hermoso él bebe… — pensaba el castaño, pero una voz interrumpió los pensamientos del ojiverde— ¡¿Takahashi-san..?! ¡¿TAKAHASHI-SAN..?!—en ese momento el castaño reacciono.
— ¿si? ¿Mande? , lo siento ¿qué pasa?— respondió el castaño a tal grito que provenía del doctor.
—hay Misaki! Bueno te decía que estas pastillas que te daré son anticonceptivas especialmente para tu situación, ¿okey Misaki?— le decía el doctor al distraído castaño que estaba sonrojo.
—Está bien gracias, doctor— se levantó el castaño con una sonrisa y todavía el sonrojo en sus mejillas, pero el doctor lo detuvo— Misaki, espera—dijo el doctor.
— ¿Qué pasa?—pregunto el castaño.
—recuerda, que las pastillas solo hacen efecto entre 24 a 36 horas. — le dijo el hombre.
—o… gracias, adiós. – Misaki se fue sonrojado por el comentario.
~*~*~*~*~Fin Flash Back~*~*~*~*~
Se encontraba el castaño caminado muy nervioso y pensativo rumbo a su casa que no quedaba muy lejos, — ¿y si le digo? no pero si, si me embaraza en contra de mi voluntad. A ya sé si hoy intenta algo pervertido o por el estilo, me soltare y correré a mi cuarto y cerrare con seguro… pero usagi-san es más fuerte, no podre zafarme de él, y si lo evito… pero se dará cuenta y me preguntara, la cosa terminara mal (en ese sentido) —pensaba el pobre Misaki que no sabía qué hacer con la situación— ¿Qué hago? ¡Agr!— mientras se torturaba empezó a revolver sus cabellos de la cabeza. En eso el castaño se estrella en un pecho bien formado y musculoso—gomen nasai— dijo Misaki haciendo una media reverencia y después voltio hacia arriba y era un hombre albino, con un cuerpo bien formado, alto como de 1.76, de una edad de alrededor 35 años— ¡…USAGI-SAN…!— Misaki voltio todos lados sin darse cuenta que ya avía llegado a la entrada del edificio donde él y su conejo ojivioleta vivían.
—Misaki hola, ¿oye cómo te fue en la consunta?…—dijo el ojivioleta pero al ver un poco nervioso y sonrojado a su pequeño— ¿estás bien te miras muy nervioso?—le pregunto agarrando su mentón con la mano para que lo mirara a los ojos.
— ¡eh! Ah… pues… am… Bi-bien… y no, no tengo nada. — Contesto el castaño torpemente— ¿Qué me pasa? ¡Cálmate Misaki cálmate y sin disimulo, no se dará cuenta, si eso hare! – Pensó el castañopero Misaki era malo disimulando y mintiendo, además usagi-san siempre se daba cuenta—*Misaki suspiro* me fue bien me dijeron que no tenía nada, solo una simple gripe pasajera y me dieron unas pastillas por si me volvía a doler o sentirme mal—le dijo el castaño ahora más tranquilo.
—Oh que bueno que no tenías nada—dijo el albino con una sonrisa.
Misaki le devolvió la sonrisa —oh por cierto usagi-san ¿adónde vas?—le pregunto un poco curioso el castaño con intenciones de cambiar la conversación o cortarla.
—ha pues voy a un junta con los editores y Aikawa —le responde— así que no sé a qué hora regrese ¿está bien?— pregunto el albino.
—ha… sí… está bien es tu trabajo, bueno, adiós.
—Adiós— se despidieron y el ojivioleta le da un pequeño beso tierno y rápido en los labios, haciendo que su pequeño se sonrojara.
— a-adiós. —dijo Misaki un poco nervioso y apenado, provocando un sonrojo en el castaño, a usagi-san se le hacía tan tierno y adorable que su Misaki después de tanto tiempo, besos, carisias y demás, se siguiera apenando y sonrojando por un simple beso de despedida.
Unos minutos después se encontraba un castaño caminando de un lado a otro pensando que hacer porque sabía que cuando llegara su conejo albino lo primero que haría sería— ¡recargar! – dijo el ojiverde con voz sarcástica y se sonrojo por admitir y decir lo que de seguro haría. Pues ni modo tendría que evitarlo o improvisar algo, y mejor se puso a hacer la cena y seguir pensando que a ser para que no pasara eso.
Unas horas después llego el ojivioleta— ¡tadaima! – se escuchó junto con un cierre de la puerta, Misaki reconoció esa voz grabe y tan familiar— okaerinasai – dijo a su vez el castaño, sabía que era su conejo, Misaki se acercó a recibir a usagi.
—Hola usagi-san ¿Cómo te fue?—pregunto el castaño.
—bien, solo fue una junta y… ¿Por qué te mirabas tan nervioso en la mañana?—pregunto el albino.
—Am... por nada—contesto el castaño, pero el ojivioleta sabía que su pequeño le mentía, llevaban 8 años juntos y el albino sabía muy bien que el castaño no era bueno mintiendo u ocultando por más que quisiera sus sentimientos.
La pareja prosiguió a cenar teriyaki—‘‘Itadakimasu’’—recitaron al par (es que es mi comida japonesa favorita) fue una cena silenciosa y tranquila.
El albino fue el primero en acabar de comer, se levantó llevo su plato al lava trastes, se sentó en su sofá a revisar unos papeles, Misaki fue el siguiente y prosiguió con lo mismo pero él se sentón al frente del albino a leer un manga de Thea34;Kan, en eso el albino voltea a ver a su castaño y le dice— Misaki ven—el castaño lo realiza. Misaki se sienta a lado del albino y acto seguido por el albino, lo levanta y lo sienta en sus piernas.
—es—espera usagi-san no— protesta el castaño pero el albino lo calla con un beso apasionado y tierno duraron por un tiempo así, hasta que se tuvieron que separar por falta de oxígeno.
—usagi-san no puedo—le dice el castaño desconfiado al esperar como reaccionaria su conejo.
— ¿Por qué no?—pregunto el albino un poco serio.
—Pues… esto… no quiero— es lo único que puedo decir el castaño en su defensa. En eso el albino empezó a besar su cuello apasionadamente, provocando pequeños gemidos de placer que provenían del castaño.
—Sí, no quieres porque gimes—pregunto el conejo pervertido sensualmente, sonrojando al castaño.
—usa—usagi-san es—espera… no, no puedo ah…— el castaño no puedo acabar la oración por que este le callo con otro beso, pero esta vez el beso con más desesperación.
—Misaki… ¡enserio crees que me detendré!— decía el albino— además estoy estresado y necesito recargar.
—no, no puede ser lo sabía pero todavía no pasan las 24 hrs. ¿qué hago, que hago? No puedo hacer esto, ¡no puedo pero es que…!—pensaba el pobre castaño.
—usagi-san ¡detente…!—el albino no hiso caso a lo que le decía su pequeño.
El conejo levanto al castaño y lo llevo hasta su cuarto, y lo recostó suavemente en su cama sin dejar de besarlo, se desprendieron y el albino lo miraba con ojos de deseo, se empezó a quitar la corbata.
—usagi-san enserio no puedo— dijo el castaño, no quería decirle lo que le había dicho el doctor y tampoco quería quedar embarazado por los impulsos de su amor, además no sabría la reacción del conejo, porque no habían hablado todavía del tema.
— ¿Por qué? ¿No me amas?— pregunto el albino muy sensual y arqueando la ceja.
El castaño se sonrojo y contesto— sí, si te amo pero…— ¿no que hago?—pensó el castaño.
— ¿Entonces?— pregunto el albino acercándose a su rostro muy seductor, desabrochándole la camisa y besando su cuello.
—demo…—y se empezaron a besar, el castaño termino cediendo y él también le empezó a desabrochar su camisa, se la saco toda y paso sus brazos por la espalda del albino.
—Misaki te amo. — dijo el albino.
—yo, yo también—le respondió el castaño sonrojado.
A si termino Misaki cediendo y haciendo de todo esa noche…